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CAPÍTULO XII: TRASLADO DE LA DEMANDA.

I. TRASLADO DE LA DEMANDA.

En el proceso de conocimiento, una vez que se ha presentado la demanda cumpliendo


con los requisitos que establece el Código Procesal, el juez da traslado de ella a la parte
contraria, para que comparezca y la conteste dentro de los quince días de notificado. Dicho
plazo varía cuando la parte demandada fuere la Nación, una provincia o una municipalidad,
supuesto en el que será de sesenta días (art. 338, CPCCN).

En los procesos sumarísimos, a diferencia de los ordinarios, el plazo para contestar a la


demanda es de cinco días (art. 498, CPCCN).

En ambos casos, si el demandado se encontrara domiciliado fuera de la jurisdicción del


juzgado, se ampliará el plazo para contestarla, a razón de un día por cada doscientos kilómetros
o fracción que no baje de cien (art. 158, CPCCN).

Por cuestiones prácticas, cuando se presenta un caso de litisconsorcio pasivo, el plazo


para contestar a la demanda será igual para todos, aunque sólo uno de los codemandados se
domicilie a más de doscientos kilómetros de la jurisdicción, quedando así determinado el plazo
para la contestación, por el que corresponda al demandado que se halle domiciliado a mayor
distancia, independientemente de que los demás se encuentren o no fuera de la jurisdicción y del
orden en que se hayan practicado las notificaciones (art. 344, CPCCN).

El traslado de la demanda es –por lo general- el primer paso que se dispone en los


procesos ordinarios, en lo que también se denomina en la práctica forense “primer auto”,
siempre y cuando no existan cuestiones que deban ser resueltas con carácter previo, como por
ejemplo: la corrección de determinadas cuestiones formales, la integración de tasa de justicia;
agregación de bonos profesionales (art. 51, inc. d, ley 23.187 y Ley 1181 C.A.S.S.A.B.A.), o
incluso, la resolución respecto de una medida cautelar solicitada en el escrito de demanda.

Este paso, consiste fundamentalmente en que se ponga en conocimiento del sujeto


demandado, que se ha entablado una acción en su contra, así como las pretensiones de quien
acciona, otorgándole un plazo perentorio para que se presente y las conteste. Con ello, cobra
plena vigencia el principio de contradicción en el proceso judicial.

1. Formas.

Cédula. Coherentemente con lo previsto por el artículo 135, inciso 1°, el artículo 339
del CPCCN prevé que, cuando el demandado se encuentre domiciliado o resida en la
jurisdicción del juzgado, la notificación del traslado de la demanda debe practicarse por cédula,
que se entregará al demandado en su domicilio real, si éste fuere conocido.

Acta Notarial. Es del caso también tener en cuenta, que existe la alternativa de efectuar
la notificación mediante acta notarial, de acuerdo con lo previsto por los artículos 136 y 140 del
CPCCN. Esta elección puede ser hecha por el letrado patrocinante o apoderado y es practicada
por un escribano público convocado al efecto, quien labra un acta dejando constancia de los
mismos detalles y recaudos que deben tomarse respecto de la cédula.

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Personal. La notificación de la demanda, también puede hacerse personalmente, para
lo cual, el interesado debe presentarse en el juzgado ante el cual tramita el expediente y firmar al
pie de la constancia confeccionada por el prosecretario administrativo o jefe de despacho (art.
142, CPCCN).

Edictos. Radiodifusión. Televisión. También puede efectuarse por edictos (art. 343,
CPCCN) e, incluso, a través de radiodifusión o televisión, cuando se trate de personas de
existencia incierta o cuyo domicilio o residencia se ignora (arts. 145 y 148, CPCCN).

Notificación al Estado. La notificación a las provincias, deberá hacerse mediante oficio


al funcionario (u órgano) que tuviere la representación legal del Estado en sus atribuciones (art.
341, CPCCN).

Sociedades Comerciales. Respecto de las sociedades comerciales, es menester tener


especialmente en cuenta, que deben ser notificadas -en principio- al domicilio que figura en
los estatutos o en el último que haya sido denunciado ante la Inspección General de Justicia
(art. 90 del Código Civil).

La ley presume sin admitir prueba en contrario, que la cédula dirigida al domicilio
inscripto, constituye la notificación válida de la sociedad, aunque ésta no se encuentre
efectivamente en ese lugar.

Bajo responsabilidad. Para los casos en que la notificación se haya intentado al


domicilio que la parte actora denuncia en el escrito de demanda y ésta haya fracasado, la
jurisprudencia ha creado también, la forma de notificación “bajo responsabilidad”, mediante la
cual, la parte actora solicita al Tribunal que la diligencia se practique nuevamente al mismo
domicilio, asumiendo expresamente la responsabilidad de que, si el demandado no quedara
debidamente emplazado y ello generara la posterior declaración de nulidad de la notificación,
responderá por las costas que todo ello haya generado infructuosamente.

Algunos autores, como Arazi, Areal y Fenochietto, consideran que en estos casos, debe
exigírsele al actor que demuestre, al menos prima facie, que el demandado vive en el domicilio
al que pretende notificarlo bajo su responsabilidad.

Extraña jurisdicción. El artículo 340 del CPCCN, prevé que si el demandado se


domicilia o reside fuera de la jurisdicción del lugar en el que se entabla la acción –en rigor,
fuera de la Capital Federal- la citación debe ser hecha por medio de oficio o exhorto a la
autoridad judicial de la localidad en que se halle, sin perjuicio, en su caso, de lo dispuesto en la
ley de trámite uniforme sobre exhortos (ley 22.172).

En el exterior. Si la notificación debiera ser practicada en el exterior del país, el medio


para hacerlo es el exhorto diplomático, a través de la cámara de apelaciones que corresponda,
por el Ministerio de Relaciones Exteriores y por el consulado extranjero a que pertenezca el
tribunal al que se dirige (Convención Intermericana sobre exhortos o Cartas Rogatorias (Ley
23.503) y Convención sobre Procedimiento Civil de La Haya -Ley 23.502-).

Respecto de este último supuesto, el artículo 342 del CPCCN, prevé que el plazo para
que el demandado comparezca, será fijado por el juez, de acuerdo con la distancia y a la mayor
o menor facilidad de las comunicaciones.

Notificación defectuosa. La citación defectuosa o en contravención con las formas


descriptas, es sancionada con la nulidad, dándose aplicación al artículo 149 del Código Procesal
(art. 345, CPCCN).

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2. Efectos de la notificación de la demanda.

La notificación de la resolución que ordena el traslado de la demanda, produce dos tipos


de efectos.

Efectos procesales.
a) Genera en el demandado la carga de contestar a la demanda, oponer excepciones
previas, agregar la prueba documental (rige también para el demandado la salvedad del artículo
333) y ofrecer la restante de que intente valerse.

b) A partir de ese momento, queda trabada la litis o, dicho de otro modo, nace el estado
de litispendencia, impidiendo al actor modificar la demanda (art. 331, CPCCN) y, también,
desistir del proceso sin la conformidad del demandado (art.304, CPCCN).

Efectos sustanciales.
a) En los casos en que sea necesaria la interpelación (art. 509, Código Civil), a partir de
la notificación, el demandado quedará constituido en mora.

b) Queda establecido el día a partir del cual el poseedor de buena fe, que ha sido
condenado a la restitución de la cosa, debe responder por los “frutos percibidos desde el día en
que se le hizo saber a demanda” (art. 2433, Código Civil).

c) Si no fuera posible determinar el tiempo en que comenzó la mala fe del poseedor, “se
estará al día de la citación al juicio” (art. 2433, Código Civil).

3. Actitudes que puede tomar el demandado.

A partir del momento en que se materializa la notificación de la demanda, el demandado


puede asumir diferentes actitudes, positivas o negativas.

No comparecer. Si decide no comparecer, una vez vencido el plazo por el cual se corrió
el traslado de la demanda, habilita al actor, a que se lo declare en rebeldía en los términos del
artículo 59 del CPCCN, de lo cual se lo notifica por cédula o, en su caso, por edictos. Las
sucesivas resoluciones se tendrán por notificadas por ministerio de la ley, con excepción de la
sentencia.

Comparecer. Si decide comparecer, puede adoptar las siguientes conductas:

1) No contestar a la demanda, caso en el que se vuelve aplicable lo previsto por el


artículo 356, inciso 1° del CPCCN, respecto de que su silencio, sus respuestas evasivas o la
negativa general podrá estimarse como reconocimiento de la verdad de los hechos pertinentes y
lícitos a que se refieran.

En cuanto a los documentos se los tendrá por reconocidos o recibidos, a excepción de lo


previsto respecto de sucesores a título universal que participó de la suscripción de los
documentos o recibió las cartas o telegramas.

2) Allanarse, sometiéndose ante el juez a las pretensiones esgrimidas por el actor en su


demanda, para lo cual no es requisito la conformidad de la parte contraria y produce sus efectos
desde el preciso momento en que se presenta el escrito manifestando tal voluntad.

El allanamiento puede también ser tácito, si de la conducta extrajudicial del demandado,


puede inferirse esa misma voluntad (art. 307, CPCCN).

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Es dable poner de relieve que el allanamiento, si bien puede tener lugar en cualquier
momento del proceso, anterior al dictado de la sentencia, de ser adoptado en esta oportunidad de
manera real, total e incondicionada, podría eximir del pago de costas al demandado, si éste no
hubiera incurrido en mora o no hubiera dado lugar a la reclamación (art. 70, CPCCN).

3) Oponer excepciones previas, en los términos del artículo 346 del CPCCN, en el
mismo escrito de la contestación a la demanda o la reconvención.

4) Admitir hechos oponiéndose a la pretensión, caso en el que se declara la cuestión


de puro derecho, según lo cual, de acuerdo con lo previsto por el artículo 359 del CPCCN, una
vez contestado el traslado de la demanda o reconvención, en su caso, o vencidos los plazos para
hacerlo, resueltas las excepciones previas, se decidirá que la cuestión puede ser resuelta como
de puro derecho y firme que se encuentre la providencia, se llamará autos para sentencia.

5) Desconocer los hechos y, además, oponerse a la pretensión esgrimida por el


demandante, pudiendo también alegar hechos impeditivos o extintivos como fundamento de su
defensa. Esta actitud constituye la contestación a la demanda propiamente dicha (art. 356,
CPCCN) y, en estos casos habrá que abrir el juicio a prueba.

6) Reconvenir, de acuerdo con lo previsto por el artículo 357 del CPCCN,


“contrademandando” al actor en el mismo escrito de contestación a la demanda, la cual será
admisible solamente si las pretensiones en ella deducidas derivaren de la misma relación
jurídica o fueren conexas con las invocadas en la demanda.

II. APLICACIÓN PRÁCTICA.

Confección de cédulas y su diligenciamiento.

A más de lo dicho al inicio de la presente unidad, es menester tener especialmente en


cuenta algunas cuestiones que señala el Código Procesal respecto de los recaudos particulares
de esta diligencia.

En principio, la cédula o el instrumento notarial mediante el cual se la reemplace,


deberá cumplir con los requisitos establecidos por el artículo 137 del CPCCN.

La redacción del citado artículo, sumado a la del 136 que prevé los medios de
notificación, genera dudas en cuanto refieren a la necesidad de acompañar copias cuando estas
existan. Evidentemente, para poder hacer una recta interpretación de estas normas, el traslado de
la demanda deberá hacerse por cédula, acompañándose a ella las copias previstas por el artículo
120 del CPCCN.

Las cédulas, son presentadas en la mesa de entradas del juzgado el cual, previa
confección del listado pertinente, las envía directamente a la oficina de notificaciones, dentro de
las veinticuatro horas y, tal como lo prevé el artículo 138, corresponderán sanciones para el
prosecretario administrativo, cuando no de cumplimiento al reglamento (Acordada 19/80
CSJN).

Cuando la diligencia deba cumplirse fuera de la ciudad asiento del Tribunal, una vez
estampado en la cédula el “sello medalla” del juzgado, se devolverán en el acto y previa
constancia en el expediente, al letrado o apoderado, quedando a cargo de éste el
diligenciamiento de la cédula a través de la oficina de notificaciones de la jurisdicción a que
corresponda el domicilio del demandado (ley 22.172).

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En los juicios relativos al estado y capacidad de las personas, las copias de escritos y
documentación que se acompañan a la cédula, deben ser colocadas dentro de un sobre que será
cerrado por personal de la oficina, con constancia en el texto de la cédula de su contenido (art.
139, CPCCN). Ello obedece al carácter reservado y privado que dichos documentos importan y
su entrega tiene que ser personal al interesado, pues la recepción por una persona distinta,
podría ocasionar perjuicios de irreparable significación, a la luz de las variables que puede
presentar los conflictos de familia.

La entrega de la cédula se hará al interesado, dejándole copia del instrumento haciendo


constar, con su firma, el día y la hora de la entrega. El original se agregará al expediente con
nota de lo actuado, lugar y fecha de la diligencia, suscripta por el notificador y el interesado,
salvo que éste se negare o no pudiere firmar, de lo cual se dejará constancia (art. 140, CPCCN).

En ocasión de practicarse la diligencia, si no se encontrase al demandado en el


domicilio denunciado por la parte actora en el escrito inicial, debe dejarse aviso para que espere
al día siguiente y, si tampoco se hallare en esa oportunidad, se procederá a entregar el
instrumento a otra persona de la casa, departamento u oficina o al encargado del edificio, de lo
cual se dejará constancia en el instrumento de notificación asentando la fecha y hora en que se
practica la diligencia y quién la recibe.

Si no pudiere entregarlo, lo fijará en la puerta de acceso correspondiente a esos lugares


y, si el domicilio asignado al demandado fuese falso, una vez probado ello, se anulará todo lo
actuado a costa del demandante.

En el caso de informarse, en el acto de la notificación, que el demandado no vive en el


lugar indicado como su domicilio real, el notificador, sin dejar la cédula, debe dar cuenta al
juzgado de tal circunstancia. Una vez que se ha hecho saber al actor el informe del notificador,
puede aquél solicitar que la notificación se practique bajo su responsabilidad, o bien, en caso de
existir error, denunciar un nuevo domicilio.

En el primer supuesto el juez no puede denegar la petición, pues dada la consecuencia


que la ley imputa a la denuncia de un domicilio falso (nulidad de lo actuado y pago de las
costas), el actor es el primer interesado en extremar las precauciones para evitarla.

Al margen de la generalidad de los casos, en que la cédula es el instrumento mediante el


que se anoticia al demandado respecto del inicio de un expediente, no puede perderse de vista lo
previsto por el artículo 143 del Código Procesal, que impone al profesional la obligación de
notificarse de las resoluciones mencionadas en el artículo 135, entre las que se encuentra la que
ordena el traslado de la demanda. Para lo cual, deberá dejarse constancia de tal situación en el
expediente por parte del prosecretario administrativo o jefe de despacho, tal como ya se refiriera
con relación a la notificación personal, con el dato adicional de que, si el interesado no supiere o
no pudiere firmar, valdrá como notificación la atestación acerca de tales circunstancias y la
firma del secretario.

Lo referido en último término, responde a la lealtad, probidad y buena fe con la que


deben ejercitar la profesión los letrados que intervienen en el proceso.

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