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CURSO ESCOLTA PRIVADO DE SEGURIDAD

Unidad 2 área jurídica

UNIDAD 2 ÁREA JURIDICA: FUNCIONES DE LOS ESCOLTAS PRIVADOS

1. REGULACIÓN DE LAS FUNCIONES DEL ESCOLTA EN LA NORMATIVA DE


SEGURIDAD PRIVADA
Como ya se indicó en la Unidad anterior, la Ley de Seguridad Privada reconoce la posibilidad de que las
Empresas de Seguridad desarrollen, entre otros, el SERVICIO DE PROTECCIÓN DE PERSONAS
DETERMINADAS.
La citada norma legal exige que para la prestación del servicio de escoltas personales sólo podrá
realizarse previa autorización expresa del Ministerio del Interior, que se concederá individualizada
y excepcionalmente en los casos en que concurran especiales circunstancias y condicionada a la
forma de prestación del servicio.
Sentado lo anterior, se enuncian las funciones de los Escoltas privados en el ARTÍCULO 33 DE LA LEY
DE SEGURIDAD PRIVADA:
1. Son funciones de los Escoltas privados el acompañamiento, defensa y protección de personas
determinadas, o de grupos concretos de personas, impidiendo que sean objeto de agresiones o
actos delictivos.
2. En el desempeño de sus funciones, los Escoltas no podrán realizar identificaciones o
detenciones, ni impedir o restringir la libre circulación, salvo que resultare imprescindible como
consecuencia de una agresión o de un intento manifiesto de agresión a la persona o personas
protegidas o a los propios Escoltas, debiendo, en tal caso, poner inmediatamente al detenido o
detenidos a disposición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, sin proceder a ninguna suerte de
interrogatorio.
3. Para el cumplimiento de las indicadas funciones, será aplicable a los Escoltas privados lo
determinado en el artículo 32 y demás preceptos concordantes, relativos a Vigilantes de Seguridad,
salvo lo referente a la uniformidad.
El citado artículo 32, que se aplicará a Escoltas en todo aquello que sea compatible en cuanto a
funciones a realizar, señala lo siguiente:
1. Los vigilantes de seguridad desempeñarán las siguientes funciones:
a) Ejercer la vigilancia y protección de bienes, establecimientos, lugares y eventos, tanto privados como
públicos, así como la protección de las personas que puedan encontrarse en los mismos, llevando a
cabo las comprobaciones, registros y prevenciones necesarias para el cumplimiento de su misión.
b) Efectuar controles de identidad, de objetos personales, paquetería, mercancías o vehículos, incluido
el interior de éstos, en el acceso o en el interior de inmuebles o propiedades donde presten servicio, sin
que, en ningún caso, puedan retener la documentación personal, pero sí impedir el acceso a dichos
inmuebles o propiedades. La negativa a exhibir la identificación o a permitir el control de los objetos
personales, de paquetería, mercancía o del vehículo facultará para impedir a los particulares el acceso
o para ordenarles el abandono del inmueble o propiedad objeto de su protección.
c) Evitar la comisión de actos delictivos o infracciones administrativas en relación con el objeto de su
protección, realizando las comprobaciones necesarias para prevenirlos o impedir su consumación,
debiendo oponerse a los mismos e intervenir cuando presenciaren la comisión de algún tipo de
infracción o fuere precisa su ayuda por razones humanitarias o de urgencia.
d) En relación con el objeto de su protección o de su actuación, detener y poner inmediatamente a
disposición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad competentes a los delincuentes y los instrumentos,
efectos y pruebas de los delitos, así como denunciar a quienes cometan infracciones administrativas.
No podrán proceder al interrogatorio de aquéllos, si bien no se considerará como tal la anotación de sus
datos personales para su comunicación a las autoridades.

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Lo dispuesto en el párrafo anterior se entiende sin perjuicio de los supuestos en los que la Ley de
Enjuiciamiento Criminal permite a cualquier persona practicar la detención.
e) Proteger el almacenamiento, recuento, clasificación, transporte y dispensado de dinero, obras de arte
y antigüedades, valores y otros objetos valiosos, así como el manipulado de efectivo y demás procesos
inherentes a la ejecución de estos servicios.
f) Llevar a cabo, en relación con el funcionamiento de centrales receptoras de alarmas, la prestación de
servicios de verificación personal y respuesta de las señales de alarmas que se produzcan.
Además, también podrán realizar las funciones de recepción, verificación no personal y transmisión a
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que el artículo 47.1 reconoce a los operadores de seguridad.

2. Los Vigilantes de Seguridad se dedicarán exclusivamente a las funciones de seguridad propias,


no pudiendo simultanearlas con otras no directamente relacionadas con aquéllas.
Como también se expuso en la Unidad anterior, el REGLAMENTO DE SEGURIDAD PRIVADA
desarrolla las previsiones anteriores en un determinado apartado de su Título II, denominado dicho
apartado “Escoltas privados”. En el tema que nos ocupa, destaca indicar que “A LOS ESCOLTAS
PRIVADOS LES SERÁ DE APLICACIÓN LO ESTABLECIDO PARA LOS VIGILANTES DE SEGURIDAD
SOBRE:
a) Colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
b) Diligencia en la prestación del servicio.
c) Sustituciones y relevos.
d) Conservación de las armas.
e) Pruebas psicotécnicas periódicas.
f) Ejercicios obligatorios de tiro"
1. Colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (artículo 66)
El artículo 4.2 LSP establece que “Las personas y entidades que ejerzan funciones de vigilancia,
seguridad o custodia, referidas a personal y bienes o servicios de titularidad pública o privada, tienen
especial obligación de AUXILIAR O COLABORAR en todo momento con las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad”.
En la misma línea, el artículo 8.2 y 3 LSP dispone textualmente lo siguiente:
“2. Los prestadores de servicios de seguridad privada (Empresas de Seguridad, Personal de Seguridad
Privada y Detectives privados) colaborarán, en todo momento y lugar, con las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad, con sujeción a lo que éstas puedan disponer en relación con la ejecución material de sus
actividades.
3. De conformidad con la legislación de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, las empresas de seguridad,
los despachos de detectives y el personal de seguridad privada tendrán especial obligación de
auxiliar y colaborar, en todo momento, con aquéllas en el ejercicio de sus funciones, de prestarles su
colaboración y de seguir sus instrucciones, en relación con los servicios que presten que afecten a la
seguridad pública o al ámbito de sus competencias.
Por su parte, el artículo 30 LSP, relativo a los principios de actuación de su personal, dispone que
“Además de lo establecido en el artículo 8, el personal de seguridad privada se atendrá en sus
actuaciones a los siguientes principios básicos:
h) Colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. El personal de seguridad privada estará
OBLIGADO A AUXILIAR Y COLABORAR especialmente con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a
FACILITARLES LA INFORMACIÓN que resulte necesaria para el ejercicio de sus funciones, y a
SEGUIR SUS INSTRUCCIONES en relación con el servicio de seguridad privada que estuviesen
prestando.

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2. Diligencia en la prestación del servicio (artículo 73)


Los Escoltas privados deben actuar con la iniciativa y resolución que las circunstancias requieran,
evitando la inhibición o pasividad en el servicio y no pudiendo negarse, sin causa que lo justifique, a
prestar aquellos que se ajusten a las funciones propias del cargo, de acuerdo con las disposiciones
reguladoras de la seguridad privada.
3. Sustituciones y relevos (artículo 74)
Los Escoltas deben comunicar a la misma, con la máxima antelación posible, la imposibilidad de
acudir al servicio y sus causas, a fin de que aquélla pueda adoptar las medidas pertinentes para su
sustitución.
Cuando, por enfermedad u otra causa justificada, el Escolta que se encontrara prestando servicio
hubiese de ser relevado por otro, lo comunicará al responsable de la Empresa de Seguridad, con
objeto de que puedan asegurar la continuidad del servicio.
4. Conservación de armas (artículos 66 y 83)
Durante la prestación del servicio, el personal de seguridad será responsable de la custodia de sus
acreditaciones, de las armas que integren su dotación, y de las documentaciones de éstas con
objeto de evitar el deterioro, extravío, robo o sustracción de las mismas. Cuando tales hechos se
produjeran, deben dar conocimiento de ellos al Jefe de Seguridad y a las unidades orgánicas
competentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a efectos de instrucción de los correspondientes
expedientes.
Las empresas de seguridad serán responsables de la conservación, mantenimiento y buen
funcionamiento de las armas, y el Escolta privado de la seguridad, cuidado y uso correcto de las
que tuvieran asignadas, durante la prestación del servicio.
De la obligación de depositar el arma en el armero del lugar de trabajo serán responsables el
Escolta privado y el Jefe de Seguridad, y de la relativa a depósito en el armero de la empresa de
seguridad, el Escolta y el Jefe de Seguridad o Director de la empresa de seguridad.
Del extravío, robo o sustracción de las armas, así como, en todo caso, de su ausencia del armero
cuando deban estar depositadas en el mismo se deberá dar CUENTA INMEDIATA A LAS
DEPENDENCIAS DE LAS FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD.
5. Pruebas psicotécnicas periódicas (artículo 85)
Los Escoltas deberán superar, con una periodicidad de cinco años, las pruebas psicotécnicas que
determine el Ministerio del Interior, periodicidad que será bienal a partir de los cincuenta y cinco años
de edad, cuyo resultado se comunicará a la Intervención de Armas.
En caso de no realización o superación de las pruebas, los interesados no podrán desempeñar
este servicio de acompañamiento, debiendo hacer entrega de la correspondiente licencia, para su
anulación, a la Intervención de Armas.
6. Ejercicios obligatorios de tiro (artículo 84)
Los Escoltas deben realizar un ejercicio de tiro obligatorio al trimestre (mínimo 25 disparos).
Si fuese necesario, para los ejercicios obligatorios de tiro del personal de seguridad privada que no
tuviesen asignadas armas, se trasladarán por el Jefe o responsable de seguridad de la Empresa las
que ésta posea con tal objeto, efectuándose el traslado con la protección de personal de seguridad
armado, yendo las armas descargadas y separadas de la cartuchería, de acuerdo con lo dispuesto en el
Reglamento de Armas.

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2. UNIFORMIDAD, ARMAMENTO Y TIRO


Para poder prestar servicios con armas, los escoltas privados habrán de obtener LICENCIA C en la
forma prevenida en el Reglamento de Armas.
Dicha licencia tendrá validez exclusivamente para la prestación del servicio de seguridad en los
supuestos determinados en dicho Reglamento, careciendo por tanto de dicha validez cuando su titular no
se encuentre realizando servicios;
Por otra parte, como ya se ha dicho, la licencia podrá ser suspendida temporalmente por falta de
realización o por resultado negativo de los ejercicios de tiro y quedará sin efecto al cesar aquél en el
desempeño del puesto en razón del cual le hubiera sido concedida, cualquiera que fuere la causa del
cese.
El arma reglamentaria de los escoltas privados será la pistola semiautomática del calibre 9
milímetros Parabellum.
La Dirección General de la Policía, a petición de la empresa de seguridad, podrá autorizar la
utilización de otros elementos defensivos, siempre que se garantice que sus características y empleo
se ajustan a lo previsto en el Reglamento de Armas.
Portarán el arma con discreción y sin hacer ostentación de ella, pudiendo usarla solamente en caso
de agresión a la vida, integridad física o libertad, y atendiendo a criterios de proporcionalidad con
el medio utilizado para el ataque.
Los escoltas privados podrán portar su arma solamente cuando se encuentren en el ejercicio de
sus funciones, debiendo depositarla, a la finalización de cada servicio, en el armero de la empresa
a la que pertenezcan, o en el lugar de trabajo o residencia de la persona protegida.
Cuando por razones de trabajo se hallasen, al finalizar el servicio, en localidad distinta de aquélla en la
que radique la sede de su empresa, el arma se depositará en el armero de la delegación de la
empresa, si la hubiese. En caso contrario el arma quedará bajo la custodia del escolta, con la
autorización del jefe de seguridad de la empresa.
Los escoltas privados vestirán de paisano y deberán realizar ejercicios obligatorios de tiro, una vez cada
trimestre.

3. ESPECIAL REFERENCIA A LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DE ACTUACIÓN DEL


PERSONAL DE SEGURIDAD PRIVADA Y EN CONCRETO, DEL ESCOLTA PRIVADO
En relación directa con las funciones a realizar por el personal de seguridad privada, debemos hacer
necesaria mención de esta cuestión que resulta esencial y de obligado conocimiento por el aspirante, al
tratarse ni más ni menos que del CÓDIGO DEONTOLÓGICO a seguir en sus actuaciones por dicho
personal.
Se trata de aquellas directrices principales que rigen nuestro ámbito profesional, residiendo en
ellos la verdadera esencia de nuestra profesión y que definen el marco de competencias de todo
profesional de la seguridad privada.
Hay que decir que el punto de partida de estos principios lo constituye el artículo 5 de la Ley Orgánica 2/1986,
de 13 de Marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que contempla los principios básicos de actuación de
todos los cuerpos policiales en un repertorio que constituye el Código Deontológico policial español,
basado, pero ampliándolo, en la Declaración Europea sobre la Policía y el Código Ético para los Funcionarios
Encargados de Hacer Cumplir la Ley de las Naciones Unidas. Estos principios son los que inspiraron
nuestra legislación de seguridad privada, evolucionando ésta hasta su regulación actual.
Centrándonos de lleno en los principios básicos propios de nuestro sector, a los mismos se refieren
varios preceptos de la normativa de seguridad privada: artículo 31 de la Orden Int 318/2011, del
personal de seguridad privada y artículos 8 y 30 de la Ley de Seguridad Privada. De todos estos
artículos entresacamos los siguientes principios básicos:

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a) Principio de legalidad
Los servicios y funciones de seguridad privada se prestarán con respeto a la Constitución, a lo
dispuesto en la Ley de Seguridad Privada, especialmente en lo referente a los principios de actuación
establecidos en el artículo 30, y al resto del ordenamiento jurídico. Con respeto a la norma suprema,
que es la Constitución; y al resto del ordenamiento jurídico vigente. Por tanto, deberemos tener muy
presente, junto a la Constitución, la Ley de Seguridad Privada, su Reglamento así como Órdenes del
Ministerio del Interior y demás resoluciones que afecten al personal de seguridad privada.
En otras palabras, el personal de seguridad privada debe, no sólo conocer sino cumplir la
legislación vigente que le sea de aplicación en cada momento
Solamente aquellas medidas e intervenciones que respeten este principio serán legítimas y pueden
considerarse conforme a Derecho.
b) Principio de integridad
El personal de seguridad privada debe cumplir los deberes propios de su cargo diligentemente,
oponiéndose a todo acto de corrupción rechazando de plano las proposiciones ilegales de
cualquier naturaleza o género, independiente de su origen. Por tanto, este principio equivale a
rectitud y una honradez intachable, honestidad y respeto hacia los demás.
c) Principio de dignidad
La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto. Ello se
consigue mediante el recto ejercicio de sus atribuciones legales, siendo merecedor de la condición
de personal de seguridad privada. Por lo tanto, el principio de dignidad significa que en el ejercicio de
sus atribuciones legales se debe actuar mereciendo el respeto y confianza adecuados de terceros.
d) Principio de corrección
Desarrollamos una conducta profesional irreprochable, especialmente en el trato con los ciudadanos,
evitando todo tipo de abuso, arbitrariedad o violencia. No debemos emplear medidas o medios
personales, materiales o técnicos que atenten contra el derecho al honor, la intimidad, la propia imagen,
el secreto de las comunicaciones o la protección de datos. Nuestras actuaciones deben ser razonables,
necesarias, idóneas y proporcionales.
Como ya veremos, el trato incorrecto o desconsiderado con los ciudadanos, constituye una
infracción leve prevista y tipificada en al artículo 58.3 b de la Ley de Seguridad Privada.
e) Principio de protección
Implica desarrollar efectivamente sus responsabilidades para conseguir los niveles de seguridad
establecidos, sin permitirse ninguna forma de inhibición en su función de evitar hechos ilícitos o
peligrosos.
Junto con el de legalidad, este principio es uno de los principios más importantes y relevantes del
personal de seguridad privada
En este sentido, el abandono o la omisión injustificados del servicio por el personal de seguridad
privada dentro de la jornada laboral establecida, constituye una infracción muy grave tipificada en el
artículo 58.1 j de la Ley de Seguridad Privada.
De igual modo, la falta de diligencia en el cumplimiento de las respectivas funciones por parte del
personal habilitado o acreditado constituye una infracción grave prevista en el artículo 58.2 g de dicha
Ley.
f) Congruencia
Este principio nos indica que, de entre los medios legalmente previstos, debemos elegir aquél que
mejor se adecúe a la realidad. Es considerado indicador de la idoneidad de los medios utilizados, y
podemos decir que será idóneo aquel medio que pudiera ser aplicado con éxito a una determinada
situación o riesgo concreto y particular.

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El Tribunal Supremo mantiene una doctrina firme al respecto indicando que la congruencia significa
“adecuación de las medidas adoptadas a las características de la situación y los fines perseguidos,
demandando de la menos grave, onerosa, poderosa y restrictiva de la libertad individual dentro de las idóneas,
constituyendo un criterio fundamental de la legitimidad de los medios”.
g) Proporcionalidad
Se refiere al uso moderado de las técnicas y medios de defensa, de dotación o, en su caso,
investigación, que empleemos para cada situación. Por ello, el ejercicio abusivo por el personal de
seguridad privada en relación con los ciudadanos constituye una infracción muy grave recogida en el
artículo 58.1 h de la Ley de Seguridad Privada.
h) Reserva profesional o confidencialidad
El personal de seguridad privada guardará rigurosa reserva profesional sobre los hechos que
conozca en el ejercicio de sus funciones, especialmente de las informaciones que reciba en materia de
seguridad y de los datos de carácter personal que deba tratar, investigar o custodiar, y no podrá
facilitar datos sobre dichos hechos más que a las personas que les hayan contratado y a los
órganos judiciales y policiales competentes para el ejercicio de sus funciones.
En todo caso, el personal de seguridad privada deberá informar a las autoridades policiales o judiciales
si tienen conocimiento de hechos delictivos, aportando información a los procedimientos
relacionados con sus actuaciones e investigaciones. Todo ello, con especial hincapié en los datos de
carácter personal que deban de tratar, custodiar o investigar, facilitando dichos datos personales sólo a
las personas que les contrata, y autoridades judiciales u órganos policiales competentes.
La falta de reserva debida del personal de seguridad privada sobre los hechos que conozcan en el
ejercicio de sus funciones o la utilización de medios materiales o técnicos de tal forma que atenten
contra el derecho al honor, a la intimidad personal o familiar, a la propia imagen o al secreto de
las comunicaciones cuando no constituyan delito constituye una infracción muy grave del artículo
58.1.c de la Ley de Seguridad Privada.
i) Colaboración ciudadana
El personal de seguridad privada ejercerá la colaboración ciudadana comunicando a los cuerpos
policiales competentes las informaciones relevantes para la seguridad ciudadana y la prevención
del delito que conozca.
Este principio tan importante se materializa comunicando, por los canales y medios propios de nuestro
Sector, el Plan Red Azul del Cuerpo de la Policía Nacional y el Plan Coopera de la Guarda Civil ,
las informaciones importantes (relevantes dice la Ley) para la seguridad pública y prevención en
la comisión de delitos que se puedan conocer.
Nos encontramos, por lo tanto, con el papel preventivo de la seguridad privada en beneficio de la
seguridad pública. Integrando, de esta forma, todo el potencial informativo, de recursos humanos y de
medios materiales de la seguridad privada al servicio de la protección y seguridad del conjunto de la
ciudadanía, de forma compatible con el legítimo interés que persiguen las entidades privadas de
seguridad.
Así, pues, dentro del marco legal, conviven, por una parte, una especial obligación de auxiliar o
colaborar, en todo momento, con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (artículo 4.2 de la Ley 2/1986,
de 13 de Marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad) y, por otra parte, una colaboración profesional
de la seguridad privada con la seguridad pública, conforme con los dos programas antes indicados, Red
Azul y Coopera.
j) Deber de auxilio y colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
Del mismo ya hemos hablado anteriormente.
k) Régimen de prohibiciones y limitaciones
Las empresas, los despachos y el personal de seguridad privada NO PODRÁN:

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a) Intervenir ni interferir, mientras estén ejerciendo los servicios y funciones que les son propios, en la
celebración de reuniones y manifestaciones, ni en el desarrollo de conflictos políticos o laborales.
Es decir, deberán desempeñar sus funciones con absoluta neutralidad.
b) Ejercer ningún tipo de control sobre opiniones políticas, sindicales o religiosas, o sobre la
expresión de tales opiniones, ni proceder al tratamiento, automatizado o no, de datos
relacionados con la ideología, afiliación sindical, religión o creencias.
c) Comunicar a terceros, salvo a las autoridades judiciales y policiales para el ejercicio de sus
respectivas funciones, cualquier información que conozcan en el desarrollo de sus servicios y
funciones sobre sus clientes o personas relacionadas con éstos, así como sobre los bienes y
efectos de cuya seguridad o investigación estuvieran encargados.
El Ministro del Interior o, en su caso, el titular del órgano autonómico competente prohibirá la utilización
en los servicios de seguridad privada de determinados medios materiales o técnicos cuando pudieran
causar daños o perjuicios a terceros o poner en peligro la seguridad ciudadana.
Cuando el personal de seguridad privada desempeñe sus funciones en entidades públicas o privadas
en las que se presten servicios que resulten o se declaren esenciales por la autoridad pública
competente, o en los que el servicio de seguridad se haya impuesto obligatoriamente, han de
atenerse, en el ejercicio del derecho de huelga, a lo que respecto de dichas entidades disponga la
legislación vigente, debiendo seguir por tanto lo previsto en el Real Decreto 524/2002, de 14 de
Junio, por el que se garantiza la prestación de servicios esenciales en el ámbito de la seguridad
privada en situaciones de huelga y que estudiaremos en la Unidad 1 del Módulo de Derecho Laboral.

4. INFRACCIONES Y SANCIONES EN EL EJERCICIO DE SUS FUNCIONES


La nueva Ley de Seguridad Privada ha dado un paso hacia adelante regulando en su Título VI un nuevo
régimen sancionador para el personal de seguridad privada y que como tal afecta de lleno al Escolta
privado. Pasamos a su examen a continuación:
A) INFRACCIONES (ARTÍCULOS 56 A 60)
Según el artículo 56 LSP, las infracciones de las normas contenidas en esta Ley podrán ser de tres
clases, muy graves, graves y leves.
a) Cuadro de infracciones
El catálogo de infracciones que puede cometer el personal de seguridad privada aparece recogido en el
artículo 58 LSP. Pasamos a exponer cuáles pueden afectar al Escolta privado:
Muy graves
a) El ejercicio de funciones de seguridad privada para terceros careciendo de la habilitación o
acreditación necesaria.
b) El incumplimiento de las previsiones contenidas en esta Ley sobre tenencia de armas de fuego
fuera del servicio y sobre su utilización.
c) La falta de reserva debida sobre los hechos que conozca el Escolta en el ejercicio de sus funciones
o la utilización de medios materiales o técnicos de tal forma que atenten contra el derecho al honor, a la
intimidad personal o familiar, a la propia imagen o al secreto de las comunicaciones cuando no
constituyan delito.
d) La negativa a prestar auxilio o colaboración a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, cuando sea
procedente, en la investigación y persecución de actos delictivos; en el descubrimiento y detención de
los delincuentes; o en la realización de las funciones inspectoras o de control que les correspondan.
e) La negativa a identificarse profesionalmente, en el ejercicio de sus respectivas funciones, ante la
Autoridad o sus agentes, cuando los Escoltas fuesen requeridos para ello.
g) La realización de actividades prohibidas en el artículo 8.4 sobre reuniones o manifestaciones,
conflictos políticos y laborales, control de opiniones o su expresión, o la información a terceras personas

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sobre bienes de cuya seguridad estén encargados, en el caso de que no sean constitutivas de delito;
salvo que sean constitutivas infracción a la normativa sobre protección de datos de carácter personal.
h) El ejercicio abusivo de sus funciones en relación con los ciudadanos.
i) La realización, orden o tolerancia, en el ejercicio de su actuación profesional, de prácticas abusivas,
arbitrarias o discriminatorias, incluido el acoso, que entrañen violencia física o moral, cuando no
constituyan delito.
j) El abandono o la omisión injustificados del servicio, dentro de la jornada laboral establecida.
n) La comisión de una tercera infracción grave o de una grave y otra muy grave en el período de dos
años, habiendo sido sancionado por las anteriores.
Graves
a) La realización de funciones de seguridad privada que excedan de la habilitación obtenida.
b) El ejercicio de funciones de seguridad privada por personal habilitado, no integrado en empresas
de seguridad privada, o en la plantilla de la empresa, cuando resulte preceptivo conforme a lo
dispuesto en el artículo 38.5, o al margen de los despachos de detectives.
c) La falta de respeto al honor o a la dignidad de las personas.
d) El ejercicio del derecho a la huelga al margen de lo dispuesto al respecto para los servicios que
resulten o se declaren esenciales por la autoridad pública competente, o en los que el servicio de
seguridad se haya impuesto obligatoriamente, en los supuestos a que se refiere el artículo 8.6.
e) La no identificación profesional, en el ejercicio de sus respectivas funciones, cuando fueren
requeridos para ello por los ciudadanos.
f) La retención de la documentación personal en contra de lo previsto en el artículo 32.1.b).
g) La falta de diligencia en el cumplimiento de las respectivas funciones por parte del personal
habilitado o acreditado.
i) La negativa a realizar los Cursos de formación permanente a los que vienen obligados.
l) El ejercicio de funciones de seguridad privada incompatibles entre sí, por parte de personal
habilitado para ellas.
m) La comisión de una tercera infracción leve o de una grave y otra leve, en el período de dos años,
habiendo recaído sanción por las anteriores.
Leves
a) La actuación sin los medios que reglamentariamente sean exigibles, o sin portar la documentación
profesional, así como la correspondiente al arma de fuego utilizada en la prestación del servicio
encomendado.
b) El trato incorrecto o desconsiderado con los ciudadanos.
d) En general, el incumplimiento de los trámites, condiciones o formalidades establecidos por
esta ley, siempre que no constituya infracción grave o muy grave.
b) Prescripción de infracciones
Las infracciones prescriben en los siguientes plazos:
- infracciones leves: a los seis meses;
- infracciones graves: al año;
- infracciones muy graves: a los dos años
El plazo de prescripción se contará desde la fecha en que la infracción hubiera sido cometida. La
prescripción se interrumpe por la iniciación, con conocimiento del interesado, del procedimiento
sancionador, volviendo a correr el plazo si el expediente permaneciera paralizado durante seis meses
por causa no imputable a aquellos contra quienes se dirija.

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B) SANCIONES
a) Cuadro de sanciones
El artículo 62 LSP establece que las autoridades competentes podrán imponer por la comisión de las
infracciones anteriores las siguientes sanciones, que podrán aplicarse alternativa o
acumulativamente:
1. Por la comisión de infracciones muy graves:
a) Multa de 6.001 a 30.000 euros.
b) Extinción de la habilitación, que comportará la prohibición de volver a obtenerla por un plazo de entre
uno y dos años, y cancelación de la inscripción en el Registro Nacional.
2. Por la comisión de infracciones graves:
a) Multa de 1.001 a 6.000 euros
b) Suspensión temporal de la habilitación por un plazo de entre seis meses y un año.
3. Por la comisión de infracciones leves:
a) Apercibimiento
b) Multa de 300 a 1.000 euros
Para graduar las sanciones, el órgano competente tendrá en cuenta factores como, entre otros, la
gravedad y trascendencia del hecho, el posible perjuicio causado, la situación de riesgo para personas o
bienes, la reincidencia, la intencionalidad o la capacidad económica del infractor.
b) Prescripción de sanciones
Las sanciones impuestas por infracciones leves, graves o muy graves prescribirán, respectivamente, al
año, a los dos años y a los cuatro años.
El plazo de prescripción comienza a contarse generalmente desde el día siguiente a aquél en que sea
firme la resolución por la que se impone la sanción.
C) COMPETENCIA SANCIONADORA
En la Administración del Estado, la potestad sancionadora corresponde:
• Por infracciones muy graves: Al Ministro del Interior para imponer sanción de extinción de la
habilitación profesional, y al Secretario de Estado de Seguridad para imponer sanción de multa;
En caso de concurrir ambas sanciones (extinción de habilitación y multa), el competente será el Ministro
del Interior.
• Por infracciones graves: Al Director General de la Policía;
• Por infracciones leves: A los Delegados y Subdelegados del Gobierno, para imponer sanciones
por infracciones leves.
En el caso de Comunidades Autónomas que asuma competencias en seguridad privada,
corresponde sancionar a los titulares de los órganos que determine cada Comunidad.
En cualquier caso, contra las resoluciones sancionadoras se podrán interponer los recursos
previstos en la normativa vigente (legislación de procedimiento administrativo y de la juri sdicción contencioso-
administrativa).

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