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Editorial Dos Bigotes 03/02/2020
Editorial Dos Bigotes 03/02/2020
Dos Bigotes
03/02/2020
Alex Espinoza
Cruising. Historia ínti-
ma de un pasatiempo
radical
ISBN: 978-84-949674-5-0
Traducción: Carlos Valdivia
Biedma
Formato: 14 x 21 cm
Nº de páginas: 216
Encuadernación: Rústica
PVP: 19.95 euros
Lanzamiento: 03/02/2020
Sinopsis
En Cruising. Historia íntima de un pasatiempo radical, el escritor Alex
Espinoza —hijo de mexicanos que migraron a Estados Unidos— nos
guía en un viaje sin censura por el atemporal arte del sexo entre hom-
bres en lugares públicos. Combinando la labor de investigación y la
historia oral con su propia experiencia personal, Espinoza examina
las fuerzas políticas y culturales que subyacen tras este pasatiempo
radical.
«Para una versión más atrevida pero no menos incisiva de las comple-
jidades del sexo gay, el amor y la búsqueda de una comunidad, Crui-
sing de Alex Espinoza conduce a los lectores a un inspirado recorrido
por los baños públicos y áreas boscosas de ciudades de todo el mundo
para revelar la brillante historia que hay tras el sexo gay anónimo y su
evolución desde la Antigüedad griega hasta el presente» (Alexis Bur-
ling, San Francisco Chronicle)
«Lo que hace que este libro sea tan atractivo es la forma en la que
Espinoza combina sus propias experiencias en el cruising con un con-
vincente análisis del papel del mismo… y escribe maravillosamente»
(Library Journal)
Introducción al arte (extracto)
Es difícil trazar la historia del sexo en lugares públicos simplemente
porque «todo el mundo lo ha hecho». Podemos recurrir para empezar,
por supuesto, a los griegos y a los romanos. Los griegos definían el
concepto «paiderastia» («pederastia») como la relación sexual entre un
joven y un hombre mayor. Es importante recalcar que las relaciones
del mismo sexo no eran tan toleradas ni estaban tan aceptadas entre
los griegos como los académicos llegaron a creer. Dejando a un lado
el hecho de que siempre había una diferencia de poder, había incluso
«reglas sobre los tipos de regalos que se podían dar: el pescado seco y
los gallos de pelea eran los equivalentes de las flores y los bombones».
Las primeras civilizaciones dieron paso a los centros urbanos de
las ciudades, y los lugares de cruising se evidenciaron con grafitis que
mostraban a hombres buscando otros hombres. Algunos jeroglíficos
egipcios, vistos ahora con una lente contemporánea queer, muestran
claramente temas homoeróticos que han sido borrados por sus «des-
cubridores» blancos y heterosexuales. La evidencia está ahí, si sabes
lo que estás buscando.
El acto de buscar, tan intrínsecamente conectado al cruising, echó
raíces en la alta sociedad de la antigua Roma, donde se establecieron
claramente las prácticas modernas del cruising: «los hombres busca-
ban marineros en los distritos cercanos al Tíber. Los baños públicos
también eran famosos por ser lugares en los que encontrar compañe-
ros sexuales. Juvenal cuenta que dichos hombres se rascaban la cabe-
za con un dedo para identificarse los unos a los otros».
Ya en el Londres del siglo XVIII encontramos la primera iteración del
bar gay en las «molly houses» («casas de maricas»), lugares clandes-
tinos desperdigados por toda la ciudad donde se reunían los hombres
para asistir a espectáculos de transformismo, ligar y practicar sexo.
Espacios con un fuerte carácter social, estas casas eran el refugio
donde los hombres podían estar con quien quisieran, pero también un
sitio donde ser ellos mismos.
«El libro de Espinoza sobresale como un faro para futuros escri-
tores, pensadores y activistas queer. Al leer estos relatos, me sentí
atraído hacia un pasado maravilloso y extraño, un mundo que es-
pero que continuemos celebrando y preservando» (Garrard Conley,
autor de Boy Erased)