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Semana 10 – Ligaduras, arpegios, inversiones y sus tipos.

1. La ligadura.

Otro elemento dentro de la notación musical que debemos abordar es la ligadura. La ligadura se representa
mediante una línea curva que une dos o más notas. Su función es, como su nombre lo indica, sumar el valor de
las figuras que está uniendo. Por ejemplo, si en un compás tenemos una negra ligada a una corchea, el sonido
producido pasaría a durar un tiempo y medio, es decir, la misma cantidad de tiempo que una negra con puntillo.

Mediante el uso de la ligadura podemos crear ritmos que de otra forma no serían posibles. Las figuras musicales
solas no son capaces de producir todos los sonidos que podemos escuchar en una canción. De la misma forma, el
puntillo aplicado en estas figuras ayuda mucho, pero no sirve en todos los casos. De esta forma las ligaduras
vienen a reforzar la capacidad de la notación musical para escribir cualquier clase de ritmos.

Un uso muy común en la ligadura es cuando en un compás cuatro por cuatro queremos en el cuarto tiempo poner
una nota que dure dos tiempos. En este caso no podemos usar una blanca pues la métrica nos lo impide, nos
faltaría un tiempo. Si bien, podemos simplemente en ese compás usar un compás de cinco por cuatro, otra forma
de solucionar ese problema sería poner una negra en el último tiempo del compás y otra negra en el primer tiempo
del siguiente compás, pero unirlos con una ligadura. Esto hará que el sonido se expanda dos tiempos sin alterar
la métrica del compás que ya se traía.

La ligadura también es un elemento básico cuando se trata de escribir sincopas. Por ejemplo, la sincopa de tiempo
subdividido se basa en el ataque de un sonido en la parte débil de un tiempo y su extensión hasta la parte fuerte
del siguiente. Es decir, en un compás tres por cuatro tenemos seis corcheas. Teniendo en cuenta que, al
subdividirse en dos, cada tiempo en sí tiene una parte débil y una fuerte, sabemos que por sí solas estas seis
corcheas no producen sincopa. Eso se debe a que atacan en las partes fuertes de cada tiempo. Pero si mediante
una ligadura unimos la segunda corchea con la tercera y la cuarta con la quinta, obtenemos así dos sonidos que
producen sincopa. En el caso de la primera ligadura, la sincopa se produce por el ataque en la parte débil del
primer tiempo y su extensión hasta la parte fuerte del segundo. De igual manera, la segunda sincopa se produce
en el ataque en la parte débil del segundo tiempo que se extiende hasta la parte fuerte del tercero. Tendríamos una
tercera sincopa si uniéramos la corchea restante a la primera corchea del siguiente compás, comenzando así en la
parte débil de tercer tiempo y terminando en la parte fuerte del primer tiempo del siguiente compás.

Este ejemplo permite comprender la importancia que tiene la ligadura para la formación de sincopas y otros ritmos
interesantes.
1.1. Interpretación de las ligaduras.

Hasta ahora hemos visto el uso de la ligadura para prolongar sonidos, de ahí su nombre, ligadura de prolongación.
La condición hasta ahora es que las notas sean la misma, por ejemplo, dos notas y que ambas sean Do. No obstante,
también tienen una función interpretativa en la que se une una serie de notas que junte una frase musical y en este
caso no importa si son diferentes notas como: Do, Fa, Mi, Sol.

Por otro lado, vale la pena acotar que la ligadura tiene diversos significados a nivel instrumental:

- Instrumentos de cuerda frotada: Esta familia de instrumentos está comprendida por el violín, la viola, el
violonchelo y el contrabajo. El sonido es producido por la fricción causada al pasar el arco por la cuerda.
La forma de ejecutar la ligadura en estos instrumentos consiste en usar un solo arco para todas ellas. Es
decir, si se tiene una escala completa unida mediante la ligadura, quiere decir que las siete notas de la
escala deben tocarse mientras el arco avanza en una misma dirección. Al momento en que el instrumentista
cambie la dirección del arco, la ligadura se rompe.
- Instrumentos de viento: Esta familia está comprendida por instrumentos como la flauta, el clarinete, el
oboe, el fagote, la trompeta, el corno, el trombón y la tuba. La ligadura se produce al tocar las notas
mediante una misma corriente de aire y sin producir articulaciones con los labios. Por ejemplo, si se tiene
una escala completa unida mediante una ligadura, el instrumentista ejecuta todas las notas de una escala
en un solo aliento, y sin producir ninguna articulación o separación con sus labios. En el momento en que
tome nuevamente aire o produzca una articulación con los labios, la ligadura se rompe.
- Guitarra: En la guitarra, la ligadura se produce al tocar las notas mediante un solo ataque a la cuerda. Por
ejemplo, si se tienen tres notas ligadas, las tres notas deben tocarse atacando con la mano derecha solo la
primera. El resto de las notas suenan por la vibración residual de este ataque y por el efecto de los dedos
de la mano izquierda impactando contra el diapasón de la guitarra. El comprender estos aspectos, nos
ayuda a utilizar la ligadura eficazmente tanto a nivel de solfeo y canto como a nivel de arreglo y
composición musical.

Aunque existen muchos tipos de compases, el cuatro por cuatro es la métrica popular por excelencia. Con base a
esto se debe tener en cuenta lo siguiente: ningún valor puede empezar en la primera mitad del compás y
prolongarse hasta la siguiente mitad, sino es con el uso de la ligadura. Pese a esto, tenemos algunas excepciones
a esta norma, las cuales son:

- Cuando se usa una redonda: En este caso, el sonido comienza al principio del compás y se prolonga
hasta el final de este, en caso de ser un compás cuatro por cuatro.
- Cuando se usa blanca con puntillo: Al igual que el caso de la redonda, la blanca con puntillo puede
comenzar en el primer tiempo y extenderse hasta el cuarto. En este caso, es claro que su sonido abarca
ambas mitades del compás, formando así una de las excepciones a la norma más comunes.

- Cuando se usa blanca en el segundo tiempo: Este es otro ejemplo clásico de excepción a la norma.
Cuando se usa una blanca que comienza en el segundo tiempo y se extiende hasta el tercero. En este caso
vemos como la mitad de la blanca está dentro de la primera mitad de compás, y la segunda mitad de la
blanca se encuentra en la segunda mitad del compás.

Si el caso no muestra como alguno de los anteriores, entonces debe usarse ligadura, ¿Cómo lo hacemos? Es
sencillo, supongamos que en un compás cuatro por cuatro tenemos la siguiente estructura: Negra, corchea, negra,
corchea, negra. Aunque la suma total de tiempos esté correcta, la forma de escribirlo no está, ¿Por qué? Porqué
tenemos una figura que comienza en la primera mitad del compás y se extiende hasta la segunda mitad de este
que no corresponde con las excepciones anteriormente citadas. Esta figura es la segunda negra, ¿Cómo lo
arreglamos? La forma correcta de escribir este pasaje es dividir la segunda negra en dos corcheas y unirlas
mediante una ligadura. Quedaría entonces de la siguiente manera: Negra, Corchea, Corchea ligada con Corchea,
Corchea y Negra.
2. Arpegios.

Para efectos de esta lección se recomienda escuchar la canción “Te he echado de menos” de Pablo Alborán, en
versión para guitarra y voz.

Al escuchar la canción se puede apreciar, el acompañamiento de la voz en la primera parte de la canción se mueve
ejecutando una nota a la vez en una secuencia armoniosa. Con base en esto, podemos preguntarnos, ¿Cómo puedo
elaborar un acompañamiento como el de la canción? ¿Cómo puedo nombrar al conjunto de notas armoniosas
tocadas consecutivamente?

Para contestar esto es importante recordar que un acorde se forma con tres o más notas interpretadas de manera
simultánea. Ahora, ¿Qué pasaría si las notas de un acorde se tocan de manera consecutiva, es decir, una a la vez?
Al hacerlo, ejecutamos un arpegio. Dicho de otra forma, arpegio significa interpretar las notas que integran un
acorde, una a la vez. Mediante el uso de arpegios, se puede acompañar cualquier tipo de canción. De hecho, el
arpegio es la base de muchas líneas melódicas presentes en instrumentos como el bajo.

Para formar un arpegio solo se debe tener claro cuáles son los tonos básicos de un acorde. En el caso de acordes
triada es sencillo, ya que mediante tres notas ya hacemos un arpegio. Por ejemplo, el acorde de A está formado
por las notas, La, Do# y Mi. Si tocamos esas tres notas de manera simultánea, es decir, al mismo tiempo, estamos
ejecutando un acorde de A. Pero si tocamos esas tres notas de forma consecutiva, es decir, una a la vez, se está
interpretando un arpegio de A, y no el acorde.

Claro está que mientras más complejo sea el acorde, más complejo es el arpegio. Por ejemplo, si tocamos el
acorde de D-7/9, nos daremos cuenta de que está formado por las notas Re, Fa, La, Do y Mi. Al tocar estas notas
todas juntas a la vez, estamos tocando el acorde. Al tocarlas una por una, estamos usando el arpegio. Lo más
importante es que el arpegio sugiera el acorde, es decir, que al escuchar un arpegio podamos identificar el acorde.

Es importante resaltar que, al igual que los acordes, los arpegios pueden ser abiertos o cerrados. Los arpegios
cerrados se mantienen dentro del ámbito de una octava, mientras que los arpegios abiertos exceden dicho ámbito.

3. Inversiones.

Imaginemos una situación en la que nos despertamos con ganas de componer una canción. Escribimos la letra y
ya teniéndola vamos al piano para sacar los acordes que quedarían bien con la canción y encontramos una
progresión que nos gusta de cuatro acordes distintos y decidimos dejarlos durante toda la canción. El problema
es que en el coro que suele ser la parte con mayor intensidad en la canción también la música debería subir de
intensidad, ¿Cómo podremos darle intensidad al coro? ¿Cómo podemos generar tensión mediante el uso de los
mismos acordes?
Como hemos estudiado anteriormente, un acorde es la combinación de tres o más notas siendo ejecutadas
simultáneamente. Para formar un acorde se debe tener, como mínimo, la tónica, la tercera y la quinta. Por ejemplo,
si se desea formar el acorde de F, se debe tener como mínimo las notas correspondientes a la tónica, la tercera y
la quinta, que son: Fa, La y Do.

Una vez comprendiendo esto, pasemos a hablar de las inversiones. La inversión consiste en colocar la nota más
grave de un acorde en su octava superior. Aunque el acorde se mantiene inalterable, la sonoridad de este cambia
debido a que en el bajo se encuentra una nota diferente. Usando el ejemplo anterior, si tenemos el acorde de F,
formado por las notas Fa, La y Do, generamos una inversión cuando tomamos el Fa, que funciona como la Tónica
y como bajo, y lo subimos una octava. Comenzando por la nota más grave, tenemos entonces el siguiente orden
en las notas: La, Do y Fa. Ahora el bajo ya no se encuentra en Fa, sino en La que es la tercera. Eso cambia
totalmente la sonoridad del acorde, teniendo el bajo en una nota que no es la tónica, produciendo así una ligera
inestabilidad.

El uso de las inversiones en acordes abre todo un campo de posibilidades armónicas. Por ejemplo, si una canción
cuya base armónica se basa en cuatro acordes, tiene que pasar por momentos de mayor y menos tensión, las
inversiones son ideales para eso, ¿Cómo lograrlo? Dejamos que la parte menos intensa de la canción, por ejemplo,
el verso, se mantenga en los cuatro acordes. Luego, a medida que nos vamos acercando al coro, podemos ir
pasando las notas más graves de los acordes a su octava superior para crear así una sensación de ascensión. Se
pueden subir las notas más graves de los acordes tantas veces como se desee. De esta forma, incrementamos la
tensión de la canción sin necesidad de cambiar acordes. Entre más notas del bajo subamos una octava obtenemos
más inversiones. Primera, segunda y tercera inversión para acordes triada.

3.1. Tipos de inversiones.

Como sabemos, un acorde puede estar formado por tres o cuatro notas. Esto quiere decir que pueden formarse
diversos tipos de inversiones.

- Posición fundamental: Se dice que un acorde está en su posición fundamental cuando la nota más grave
está en su tónica. Es el ejemplo más clásico de acorde. Debido a que la tónica se encuentra en el bajo, su
sonoridad es más estable.
- Primera inversión: Se produce cuando se toma la tónica de un acorde en posición fundamental, y se sube
una octava. Debido a esto, la tercera pasa a ser ahora el bajo, con la quinta en la tónica por encima. Produce
una sonoridad semiestable, debido al bajo en la tercera.
- Segunda inversión: Se produce cuando ya se ha efectuado una primera inversión y entonces, se toma la
nota más grave, es decir, la tercera, y se sube una octava. Debido a esto, el bajo cambiará de nota, pasando
ahora a estar en la quinta. El orden de notas sería entonces: Quinta, tónica y tercera. Produce una sonoridad
sumamente tensa. Tanto la primera como la segunda inversión son perfectamente posibles cuando se trata
de acordes triadas. Luego de elevar una octava la quinta que funcionaba como bajo volvemos a la posición
fundamental, pues la tónica quedará nuevamente como bajo. La diferencia es que el acorde completo
estará una octava por encima del original.
- Tercera inversión: Se produce cuando tenemos acordes de cuatro o más notas. Por ejemplo, si tenemos
el acorde de C7, se produce primera inversión cuando en el bajo está Mi, segunda inversión cuando está
en Sol y tercera inversión cuando está en Sib. Por esto aprendemos que, según las notas que integran el
acorde, de igual forma será posible una inversión.

4. Resumen y conclusión.

La ligadura tiene la función de unir dos figuras musicales diferentes, creando un sonido cuya duración total es la
suma de las dos figuras ligadas. Se usa mucho en la música para la elaboración de todo tipo de ritmos. De igual
forma, la ligadura puede unir dos figuras cuyas notas sean diferentes. De la misma forma, la ligadura tiene una
función dependiendo del instrumento que la ejecute. En un violín, por ejemplo, la ligadura indica las notas que
deben tocarse en la misma dirección del arco. En una trompeta indica las notas que deben tocarse de una misma
corriente de aire y sin articulaciones de ningún tipo.

El arpegio es un acorde tocado de manera consecutiva, es decir, una nota a la vez. Constituye una de las formas
principales para acompañar una canción.

Las inversiones se producen al cambiar o invertir la octava de alguna de las notas que forman el acorde. Se dice
que un acorde está en su posición fundamental cuando la tónica corresponde al bajo. Cuando la tercera pasa a ser
el bajo, el acorde está en su primera inversión y cuando la quinta está en el bajo el acorde está en su segunda
inversión. En el caso de acordes con séptimas, cuando la séptima funciona como bajo, el acorde está en su tercera
inversión.

Entonces, podemos decir que conocer la teoría musical provee las herramientas para un gran desempeño musical,
así como para encontrar la forma exacta de transmitir las ideas musicales que se puedan tener.

Sin la ligadura, por ejemplo, nos sería difícil explicar que el sonido que se produzca en un compás debe extenderse
hasta el siguiente. Existen muchos ritmos que serían difíciles de escribir si no usáramos la ligadura. En cambio,
existen otros que solo pueden producirse mediante la ligadura. De igual forma, los arpegios constituyen la opción
más básica a la hora de realizar acompañamientos. Sin embargo, deben usarse con juicio, ya que pueden llegar a
aburrir después de un tiempo. Mediante las inversiones, es posible crear numerosas posibilidades armónicas sin
cambiar los acordes coherentes, ¿Qué quiere decir esto? Que, si usáramos acordes solamente en sus posiciones
fundamentales para acompañar una canción, este fondo saltaría mucho debido a la distancia entre las tónicas de
los acordes. Produciría entonces una sonoridad que puede percibirse como chocante. Al usar inversiones en los
acordes pueden conseguirse transiciones más suaves, formando así un fondo musical más homogéneo.

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