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1.

Introducción
En este capítulo se va a desarrollar el análisis de la rentabilidad, que tiene gran
importancia para la empresa, ya que esta se enfrenta a múltiples objetivos, basados
unos en la rentabilidad o beneficio, otros en el crecimiento, la estabilidad e incluso
en el servicio a la colectividad. De ahí que, en todo análisis empresarial, el centro de
la discusión tienda a situarse en la rentabilidad, la seguridad o la solvencia como
variables fundamentales de toda actividad económica. La rentabilidad es un
concepto que mide el rendimiento que producen los capitales utilizados en un
determinado periodo de tiempo. Consiste en comparar la renta, o beneficio
generado, con relación al capital invertido, es decir, sería el cociente entre ambos
importes. Dependiendo del importe que se tome en concepto de beneficio o de
inversión, la rentabilidad obtenida será diferente. En esta unidad nos vamos a
centrar únicamente en dos acepciones distintas del concepto de rentabilidad: la
rentabilidad económica y la rentabilidad financiera. La rentabilidad económica mide
la capacidad del activo de generar beneficio, independientemente de cuál sea la
composición de la estructura financiera de la empresa, mientras que la rentabilidad
financiera mide la capacidad de la empresa para remunerar a sus accionistas.
Representa el coste de oportunidad de los fondos que se mantienen en la empresa,
frente al coste del dinero o inversiones alternativas. Para determinar la cuantía de
estas magnitudes, previamente se han de efectuar una serie de operaciones en
balance, (obteniendo los valores promedio del periodo), y en la cuenta de pérdidas y
ganancias. Esta última representa el flujo económico que genera la empresa durante
el ejercicio. Dependiendo del valor que se tome de este resultado del ejercicio,
(Beneficio Antes de Intereses e Impuestos, también denominado con las siglas
BAII, Beneficio Antes de Impuestos, denominado con las siglas BAI, o beneficio
neto, también conocido como beneficio después de intereses e impuestos), se van a
obtener diferentes medidas de esta rentabilidad

Relación entre beneficio antes de intereses e impuestos y activo total (ROI)


El procedimiento ordinario para el análisis de la rentabilidad incluye además del
cálculo de esta, y su descomposición en los factores que inciden en la rentabilidad,
la elaboración de porcentajes verticales que permitan comprobar el peso relativo
que una partida o masa patrimonial pueda tener respecto a otra de nivel superior.
Por ejemplo, conocer cuál es el porcentaje que representa la tesorería respecto al
total de activo, o cuantificar cuál ha sido el porcentaje de crecimiento de las
existencias en almacén con relación al crecimiento del activo en su conjunto, para
conocer la cuantía de recursos inmovilizados, y el nivel de rotaciones de almacén.
También se elaboran porcentajes horizontales, también denominados números
índices. Estos se calculan comparando el valor de cada elemento con el valor de este
en periodos anteriores, eligiendo un periodo de referencia que tomará el valor 100.
A partir de este valor 100, se observará la evolución de este índice. Los porcentajes
horizontales pueden calcularse de dos formas: a. Tomando como año base el
primero de la serie. b. Realizando comparaciones entre dos años consecutivos.
El análisis de los porcentajes horizontales en la empresa es de gran utilidad, puesto
que también sirve para comparar la rentabilidad de ésta, frente a competidoras del
mismo sector, mediante los datos obtenidos de determinados organismos, como
puede ser el Registro Mercantil. En este sentido es interesante obtener datos de
empresas auditadas, con excelentes resultados económicos, y a su vez datos de
empresas en dificultades, para que sirvan de referencia en la comparación. 2.1.
Concepto de rentabilidad económica.
La rentabilidad económica se define como el ratio que mide el beneficio generado
por los activos sin tener en cuenta el coste de financiación de estos, es decir, permite
saber si el crecimiento de una compañía está acompañado de una mejora o deterioro
del resultado. Así, la
expresión para su cálculo
será la siguiente:

Se considera para el cálculo de la rentabilidad económica el BAII, porque como se


ha explicado anteriormente, se pretende obtener la rentabilidad del activo sin tener
en cuenta la forma en que se ha financiado, por lo que habrá que deducir los
intereses y los impuestos. A las empresas les interesa que este ratio sea lo más
elevado posible, ya que esto significará que se obtiene una alta rentabilidad de los
activos.

Ejemplo de cálculo de rentabilidad económica


Se dispone de los siguientes datos de la empresa “X” respecto al ejercicio

20X1: El balance será el siguiente:


El importe correspondiente a la rentabilidad económica obtenida durante el ejercicio
20X1 será igual a:

El importe correspondiente a la rentabilidad económica obtenida durante el ejercicio


20X1 será igual a:

2.2. Descomposición de la rentabilidad económica

Para poder realizar un análisis más pormenorizado de la rentabilidad económica, se


va a descomponer en dos ratios:

El primero de los ratios representa la rotación del activo, (la rotación del activo nos
indica la eficiencia con que la empresa puede utilizar sus activos para generar
ventas), y el segundo, el margen de beneficios que se obtiene del mismo a través de
las ventas. Mediante el cálculo de estos ratios se podrá analizar la evolución de la
rentabilidad, así como conocer de dónde proviene el aumento o disminución de la
misma, para así tomar las medidas correctoras oportunas.

Ejemplo: La empresa “Sur” presenta los siguientes datos referidos a los ejercicios
X1 y X2:

Entonces, si se calcula la rentabilidad económica a través de su descomposición,


obtendremos que:

Así, se puede ver cómo la rentabilidad económica aumenta del año 1 al año 2, como
consecuencia del incremento del margen y la rotación de las ventas, ya que ambos
ratios han aumentado Cuando la disminución de la rentabilidad económica se
produce por un descenso en la rotación del activo, la empresa deberá tomar medidas
encaminadas a vender más productos o reducir el activo. Mientras que, si el
descenso viene provocado por un descenso del margen, las acciones deben centrarse
en un aumento del precio de venta o una reducción de costes.

3.Relación entre beneficio neto y capitales propios (ROE)


3.1. Concepto de rentabilidad financiera

La rentabilidad financiera se define como el ratio entre el resultado conocido


o previsto, después de intereses, y los fondos propios de la empresa, midiendo así el
rendimiento de los fondos propios.
La expresión mediante la cual se calcula la rentabilidad financiera es:

La rentabilidad financiera puede considerarse así una medida de rentabilidad


más cercana a los accionistas o propietarios que la rentabilidad eco-nómica, y de ahí
que, teóricamente, sea el indicador de rentabilidad que los directivos buscan
maximizar en interés de los propietarios. En este sentido, la rentabilidad financiera
debe estar en consonancia con las expectativas de los inversores, por lo que deberá
ser positiva y superior a dichas expectativas.

Ejemplo: Con los datos del primer ejemplo, la rentabilidad financiera de la empresa
será:

Así, en esta empresa la rentabilidad que se obtiene de los fondos propios asciende al
8,46%.

3.2 Descomposición de la rentabilidad financiera


Al igual que se ha descompuesto la rentabilidad económica, la financiera también se
puede descomponer en tres ratios de la siguiente forma:

El primer ratio se corresponde con el margen de beneficio, el segundo con la


rotación del activo y el tercero con el apalancamiento financiero. Así, para aumentar
la rentabilidad financiera, se podrán tomar las siguientes medidas:
1. Aumentar el margen: aumentando los precios, potenciando las ventas, reduciendo
costes o combinando varias de las estrategias anteriores.
2. Aumentar la rotación: para aumentar la rotación, la empresa tendrá que aumentar
sus ventas o reducir el activo.
3. Aumentar el apalancamiento financiero: para incrementar el apalancamiento
financiero, la empresa tiene que aumentar sus deudas de manera que los fondos
propios disminuyan y aumente la diferencia entre el activo y estos. Todos estos
elementos se reflejan en la siguiente fórmula, que descompone la rentabilidad
financiera en sus factores.

Mediante esta descomposición, se puede analizar la evolución de la rentabilidad


financiera, teniendo en cuenta la rotación, el margen, el apalancamiento financiero y
el efecto fiscal.
Mediante esta descomposición, se puede analizar la evolución de la rentabilidad
financiera, teniendo en cuenta la rotación, el margen, el apalancamiento financiero y
el efecto fiscal.
El efecto fiscal mide la incidencia que tiene el impuesto sobre el beneficio, en la
rentabilidad financiera de la empresa. Esta descomposición permite distinguir
cómo se genera la rentabilidad financiera en cada empresa. Ejemplo: Los datos
de la rentabilidad financiera descompuesta en sus factores, correspondientes a
las empresas 1, 2 y 3, son los siguientes:

De esta forma, se puede comprobar que las tres empresas obtienen la mis-ma
rentabilidad financiera, pero en cada una de ellas se genera de forma
diferente. En la empresa 1, la rentabilidad proviene de un alto margen de beneficio
de las ventas. Mientras, en la empresa 2, la rentabilidad proviene de una alta
rotación de los activos. Por último, la empresa 3 combina el margen de beneficio
con la rotación y un elevado apalancamiento financiero para obtener su rentabilidad
financiera.

3.3. Aplicación práctica


Se pretende estudiar la evolución de la empresa “XXXX S. L.” durante los últimos
5 años. Para ello, únicamente se dispone de los datos del año 20X0 y 20X5. Con
estos datos, se explica la evolución de la rentabilidad económica y financiera,
descomponiendo ambas, en los factores que la conforman, para observar cuáles son
los hechos más significativos de dicha evolución.
Los datos de los balances de 20X0 y 20X5 son los siguientes:
En primer lugar, se va a calcular la rentabilidad económica, que para el ejercicio
20X0 será de:
En primer lugar, se va a calcular la rentabilidad económica, que para el ejercicio
20X0 será de: Por tanto, en primer lugar, encontramos un descenso en la
rentabilidad económica de 0,12, es decir, un 12%. Las inversiones efectuadas en el
activo disminuyen su rentabilidad en un 12%.

Analizando los datos del activo, en cuanto a las inversiones realizadas, se podrán
extraer algunas conclusiones.

Según estos datos, el activo no corriente, en concreto el inmovilizado material,


a pesar de haber aumentado su importe (1.765.800€ en 20X0, 10.577.142 € en
20X5), sufre un descenso en el porcentaje invertido en relación al resto del activo
(pasa de un 67,38% a un 51,11%), se ha minorado en un 16,27%.
Sin embargo, los deudores comerciales y otras cuentas a cobrar han crecido en un
16,07%, prácticamente un porcentaje similar a la disminución del inmovilizado
material, lo cual quiere decir que en 20X5 se han disminuido los recursos destinados
a invertir en inmovilizado material, y aumenta la financiación a clientes, hecho que,
como se verá más adelante, seguramente contribuirá a disminuir las rotaciones del
activo, lo cual incide directamente en la rentabilidad.

Además, se puede observar que se ha producido una disminución en las inversiones


financieras a corto (disminución del 6,6%), y sin embargo, se han aumentado las
existencias en almacén (2,27%) y los efectivos líquidos (4,60 %). Esto quiere decir
que, por un lado, las rotaciones de existencias en almacén han bajado su ritmo
respecto al ejercicio 20X0 y los productos no se venden con la misma celeridad. Y,
además, activos financieros que formaban parte de la cartera de inversiones a corto
plazo se han vendido o simplemente no se ha invertido en ellos en la misma
proporción que el resto de las partidas del activo.
Sin embargo, los activos líquidos, (la tesorería), ha crecido respecto a 20X0, por lo
que existe una mayor cantidad de recursos ociosos pendientes de aplicar.

Ahora se va a calcular la rentabilidad financiera para extraer información


significativa respecto a la evolución de la empresa. La fórmula de este indicador es
la siguiente:
Se puede comprobar que, a pesar del descenso en la rentabilidad económica, la
rentabilidad financiera, o rentabilidad del accionista, ha crecido en un 4%.
A continuación, se va a descomponer esta rentabilidad en sus diferentes factores
para obtener mayor información.

En primer lugar, se analizarán las rotaciones del activo:

En primer lugar, se analizarán las rotaciones del activo: La rotación del activo ha
disminuido en un 25%. Vemos que el incremento de ventas de un 350%...
... no se ha traducido en una mayor rotación del activo. Este dato nos viene a
confirmar lo que ya se anticipaba en los porcentajes de existencias en balance en
relación con el total de activo.
En cuanto al margen, la fórmula a emplear será:

El Beneficio antes de impuestos e intereses será el resultado de la explotación más


los ingresos financieros: ■ Para el año 20X0: 650.000+85.000= 735.000 €. ■ Para
el año 20X5: 2.760.000 +45.000= 2.805.000 €

En el caso de las ventas, a pesar de haber crecido en un 350%, el margen de ventas


ha disminuido en un 8%. Vemos que el incremento de ventas lleva aparejado una
disminución del margen de beneficio sobre las ventas realizadas. Y ya, por último,
se estudiará el factor apalancamiento.

Y la fórmula que se aplica es la siguiente:

Para el ejercicio 20X0:


Mientras que en el ejercicio 20X5, tendremos los siguientes cálculos, (utilizando el
mayor número de decimales posible).

Por tanto, el mayor endeudamiento de la empresa ha tenido efectos positivos sobre


la rentabilidad financiera. Esto se debe a que el BAII ha aumentado y a que, a pesar
de que el importe de la deuda es mayor en relación con los gastos financieros que
ocasiona, aún es rentable para la empresa endeudarse. Esto también se puede
comprobar comparando el coste de la deuda con el rendimiento del activo.
Recordemos que el coste de la deuda se medía realizando el siguiente
cálculo.

En nuestra aplicación práctica, los gastos financieros se extraerán de pérdidas y


ganancias y la deuda con coste del pasivo corriente y no corriente del balance. Y por
otro lado, el rendimiento del activo se calcula de la siguiente forma:

Siempre que la rentabilidad del activo sea mayor que el coste de la deuda, a la
empresa le interesará endeudarse, puesto que obtendrá un rendimiento superior a
estos recursos, de lo que le suponga su coste. De esta manera, se puede elaborar la
siguiente tabla:
De esta forma, se puede observar que, si bien el apalancamiento financiero es
positivo y a la empresa le es rentable endeudarse, la distancia entre la rentabilidad
del activo y el coste de la deuda se ha acortado, por lo que si la empresa continua en
esta línea, el apalancamiento financiero puede cambiar de signo, por lo que habrá
que controlar este indicador ante decisiones de financiación.

O lo que es lo mismo:

Aplicando los datos obtenidos:

Coincidiendo con los datos obtenidos anteriormente.

4. Resumen
La rentabilidad es un concepto que mide el rendimiento que producen los capitales
utilizados en un determinado periodo de tiempo. Consiste en compa-rar la renta, o
beneficio generado, con relación al capital invertido, es decir, se-ría el cociente
entre ambos importes. Dependiendo del importe que se tome en concepto de
beneficio o de inversión, la rentabilidad obtenida será diferente. En esta unidad nos
hemos centrado en dos acepciones distintas del concepto de rentabilidad: la
rentabilidad económica y la rentabilidad financiera. La rentabilidad económica es el
ratio que mide el beneficio generado por los activos sin tener en cuenta el coste de
financiación de estos. Para realizar un análisis más pormenorizado de la rentabilidad
económica, esta se descompone en el producto del margen y la rotación. Por último,
la rentabilidad financiera se define como el ratio entre el resultado conocido o
previsto, después de intereses, y los fondos propios de la empresa, midiendo así el
rendimiento de los fondos propios, al igual que la rentabilidad económica se
descompone en el producto del margen, rotación, apalancamiento financiero y el
efecto fiscal.

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