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LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN

De niño fui adepto a Julio Verne, a Arthur C. Clarke Ray Bradbury e


Isaac Asimov. Leí todos los libros de ciencia ficción que cayeron en
mis manos, tanto autores europeos y rusos como americanos y
latinoamericanos.

Hoy en día al intentar darle significado al momento histórico que


me tocó vivir, puedo decir que la realidad supera la ficción.
Si podemos hablar acerca de los hitos que marcaron un cambio, un
antes y un después en la historia de la humanidad, así como
descubrimiento del fuego, o la electricidad, el advenimiento de la
física relativista y la mecánica cuántica que marcaron una antes y
un después del conocimiento humano, hoy en día estamos
presenciando una revolución que no nos parece tan grande porque
la tenemos ahí mismo, no ha pasado un año desde el advenimiento
real de la Inteligencia Artificial. Es una revolución cuyos alcances
apenas se vislumbran.

Estamos como el nadador que a la orilla del mar ha recorrido la


costa y se ha acercado nadando hasta el islote más cercano, pero
todavía queda un enorme, infinito horizonte de mar por explorar y
por conocer.
Así estamos con la Inteligencia Artificial, apenas estamos en el
comienzo, es tan solo la alborada de una nueva forma de hacer, de
crear y de divulgar conocimiento, que por su magnitud o por su
misma inmediatez todavía no nos percatamos de las profundas
transformaciones que va a tener para el ser humano. Los libros de
historia hablarán de antes de la inteligencia artificial y después de
la inteligencia artificial.
Y para la muestra un botón del cuento que de niño túve la
oportunidad de leer:

“los 9.000 millones nombres de Dios” de Artur C. Clarke.


Es impresionante cómo le puede pedir a una máquina de chat
generativo que te haga una lista de los nueve mil millones de
nombres de dios. hay algunas, Aria, de Opera, y Barn, de Google, te
dicen que es una labor compleja, muy extensa, muy profunda y
que requiere mucho tiempo. Bing, de Microsoft Edge, lo asume, y
da algunas listas de nombres si limitas el Prompt. Pero,
definitivamente todavía estamos al comienzo de la tecnología, hay
que limitar el alcance la búsqueda; entonces se puede poner
cuáles son los nombres de dios que aparecen en la biblia
judeocristiana, o cuáles son los nombres de dios para las culturas
europeas, o cuáles son los nombres de dios en las culturas
monoteístas del oriente y oriente medio. Los resultados son
simplemente impresionantes.

¿Cómo va a transformar la realidad cotidiana de nuestros


estudiantes, nuestros niños, los profesores y las personas
comunes?

Ya vivimos una enorme transformación allá, a mediados del siglo


XIX con el advenimiento de la fotografía. Y si bien la computadora y
el teléfono celular han hecho su lugar en el aula, todavía seguimos
siendo analfabetas visuales. Es imperativo que se eduque en la
formación de la visión, de la lectura de contenidos a través de
mensajes visuales, y estamos a 150 años de la invención de la
fotografía. ¿Pasará lo mismo con la inteligencia artificial? Habrán
de pasar 150 años antes de que se reconozca la necesidad
imperativa, táctica y estratégica que se enseñe a leer e interpretar
contenidos de inteligencia artificial en educación tanto el punto de
vista del docente, como para para el desarrollo de destrezas y
competencias en sus estudiantes, así como para la pronta
detección de contenido generado por inteligencia artificial en las
tareas de los estudiantes.

Estamos enfrente de un mar infinito que apenas vislumbramos sus


alcances.
Somos testigos, y protagonistas?, del punto de quiebre en la
historia de la humanidad que trastoca la forma en como veremos
el mundo: Antes de la Inteligencia Artificial y después de la
Inteligencia Artificial.

José Ángel Mora Robles.


CNP: 22.480

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