Existen dentro del proceso una serie de términos esenciales para
entenderlo. No podemos imaginar al proceso sin que exista un motivo para interponerlo, a ello le llamamos interés jurídico. La persona que tiene dicho interés debe hacerlo valer accionando al órgano jurisdiccional con su pretensión, la cual, una vez que sea notificada a la parte contraria, servirá de punto de partida para que el demandado se excepcione de la acción, fijando entre las partes los límites de la controversia; a partir de ese momento las partes tenderán a demostrar su dicho, mediante los medios de prueba con los que cuente y ofrezca en términos de ley, quién conozca de la controversia debe tener la jurisdicción y competencia adecuadas para poder dictar una resolución, también llamada sentencia, donde el juez investido de dicha jurisdicción interprete la norma y la aplique al caso en concreto que se le está presentando.
Fin del Proceso
El proceso es el mecanismo idóneo para la resolución de los conflictos de la
población, pues presenta herramientas eficaces para proteger los intereses de las partes y garantiza efectivamente el debido proceso. Es de especial relevancia (re)definir cuál es el significado o sentido de la protección al debido proceso para fortalecer así el proceso jurisdiccional como instrumento que haga cumplir con las exigencias de justicia material que el Estado Social de Derecho nos impone. Naturaleza Jurídica del Proceso El autor Eduardo J. Couture (1944) estudia a la naturaleza jurídica del proceso situando dos categorías: la teoría privatista, que inserta al proceso dentro del derecho privado, basándose en que es un contrato o cuasicontrato, y la publicista que maneja al proceso como de derecho público estableciendo que se deriva de una relación jurídica entre el Estado y los particulares. Mientras que para Chiovenda y Carnelutti (1935:20) hablan de que el proceso es una Institución, toda vez que dicen los doctrinarios “que si una figura está compuesta de instituciones ella también será una Institución”, esta teoría se basa en que el Estado es una Institución y como tal aplica el proceso, por lo tanto todo lo que deviene del proceso será una institución.
Todas las teorías expuestas tienen detractores y seguidores, sin embargo,
coinciden en que el proceso es un servicio público, ya sea como un Estado de ligamen o como una relación jurídica, esta teoría de la Institución también tiene detractores, Jaime Guasp (1997) dice que el proceso es un complejo de actividades relacionadas entre sí por el vínculo de una idea objetiva.
Por lo tanto, no podemos establecer una sola vertiente de la naturaleza
jurídica del proceso, solo establecer que se trata de acuerdo a lo que marcan la mayoría de los autores de una institución reguladora de los actos de las partes y del juez encaminados a la efectividad de los derechos mediante la coacción jurisdiccional. Bibliografías file:///C:/Users/Usuario/Documents/Downloads/elvirangelf, +3lafinalidad+(2).pdf https://gc.scalahed.com/recursos/files/r161r/w23639w/U4_TGP.pdf