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Liceo Bicentenario de niñas de Maipú Rosario Villalobos Villegas y Sofía Hernández Tapia

Departamento de Lengua, Literatura y


Filosofía
Lenguaje y Literatura
2do Medio D
Prof. Paulina Álvarez

La dictadura militar como metáfora de la soledad y la búsqueda de la


identidad sexual en “Tengo miedo torero”

¿De qué manera las metáforas de esta obra dejan en evidencia el verdadero significado de los
personajes? La dictadura militar como metáfora de la soledad y la búsqueda de la identidad
sexual. “Tengo miedo torero” muestra diversos temas que se vinculan entre sí y con sus
personajes, principalmente contrastando la soledad de la Loca y Augusto Pinochet, dejando ver
estos conflictos internos desde ambas perspectivas. Asimismo, se muestra el autoexilio o
búsqueda de la identidad de la Loca, junto a los distintos sentimientos que esto conllevó, además
de evidenciar la discriminación y violencia por la que se regía el país en esa época.

La célebre novela de Pedro Lemebel, cuenta la historia de la Loca del Frente y Carlos, un
muchacho del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, quienes juntos comienzan una caprichosa
relación a raíz de la estadía de este último en la casa de la Loca. Este romance es el centro
principal, por lo que a medida que se desarrolla el libro se nota la percepción de ambos
personajes y sus intenciones. Simultáneamente, nos vamos adentrando en la situación política en
la que se ambienta el libro: La dictadura militar de los años 70 y los grupos revolucionarios
pertenecientes a la época. Además de mostrar la relación y punto de vista del dictador Pinochet y
su esposa, Lucía Hiriart. Esto hace un gran contraste entre ambas vivencias y nos entrega dos
miradas de la realidad completamente distintas, aunque se entrelazan en ciertos puntos
importantes.

Pedro Lemebel, autor y artista visual chileno, conocido por su estilo y estética característica, nos
narra una historia que enseña la crudeza de los temas reflejados. Desde el conflicto sociopolítico
de la época hasta las consecuencias y costumbres discriminatorias de la sociedad chilena,
especialmente hacia las personas con identidades sexuales diversas. Desde este punto de
reflexión, se observan otros tópicos comunes en la literatura contemporánea, tal como el viaje en
busca de la identidad, el exilio y la migración.

Todo a través de un foco de relación entre los variados temas y un interesante estilo de escritura
que se basa en la fusión de un lenguaje retórico y uno cotidiano. La usual utilización de
simbolismos, paralelismos y metáforas para la narración de la historia, haciendo una lectura
entretenida y reflexiva, sin embargo, complicada para algunos lectores. A la vez, se usa una jerga
social e incluso cultural, comúnmente utilizada en la sociedad chilena actual, y obviamente, parte
de las tradiciones y legado cultural de las generaciones pasadas. Por otro lado, el texto no solo se
caracteriza por una escritura metafórica, sino variada e incluso, desordenada. Puesto que a
medida que se desarrollan los hechos cambia la perspectiva narrativa, es decir que
repentinamente el tipo narrador va variando entre Narrador omnisciente y Narrador protagonista,
entregándonos los diálogos de los personajes.

A partir de este punto, la utilización del lenguaje metafórico y algunas de las cualidades literarias
más importantes del libro, destacan con más facilidad las temáticas y sus argumentos. De esta
forma, podemos afirmar que la búsqueda de la identidad sexual y la soledad se ve reflejada en la
dictadura militar de los 70.

El tema de la identidad sexual está presente durante todo el libro en varias ocasiones, siendo uno
de los principales y más importantes tópicos. Se representa con claridad en el personaje de la
Loca y en sus características e historia. Parte del trasfondo del personaje es que su padre abusaba
físicamente de ella, debido a la personalidad afeminada que formaba parte de su identidad desde
joven, siendo los primeros ejemplos de cómo la desarrollaría, y de la discriminación que sufría.
Esto lo podemos ver en los siguientes extractos: “Él decía que me hiciera hombre, que por eso
me pegaba. Que no quería pasar vergüenzas, ni pelearse con sus amigos del sindicato gritándole
que yo le había salido fallado.” y “Yo era un cacho amariconado que mi madre le dejó como
castigo, decía.” (Lemebel, 2001, p.17). En este mismo sentido, la discriminación hacia personas
con orientaciones sexuales, o simplemente conductas “distintas” (en este caso la actitud
femenina de la Loca) ocurrían con mucha normalidad. Estas conductas siempre estuvieron
presentes en la vida de la protagonista. Desde los abusos de su padre (que él justificaba como
“castigo” que sentía hacia su hijo) y en la manera en que el resto de personas la trataban, como
sus compañeros (burlándose y peleando con ella) y las autoridades (la profesora pedía que la
llevaran a un médico y psicólogo para “arreglarla”). También se habla como el padre de la Loca
abusaba sexualmente de ella al emborracharse, cosa que también es parte importante de la
identidad sexual que desarrollaría.

Este viaje en búsqueda de su identidad empezaría a tomar un desarrollo inflexivo y definitivo en


ella cuando la Loca se escapa de su casa a los 18 años, cuando su padre la inscribe en el servicio
militar para “enderezarla”. Podemos observar como la protagonista tuvo que migrar de su casa
debido a la coyuntura de abusos y daños que su propio padre le hacía en un “hogar” que nunca
fue seguro para ella, comenzando un viaje de autoexilio y descubrimiento de su identidad.
Anteriormente también se nos habla del sentimiento de pertenencia y hogar que la Loca tenía,
pues al llegar a su nueva casa en el barrio, ya de mayor, pudo al fin conseguir un lugar que
realmente consideraba un hogar para ella. Donde pudo transformarlo, darle su toque y
personalidad. Además de, obviamente, sentir a la nueva compañía de su casa y principalmente a
Carlos como parte de su nuevo hogar.

En la actualidad de los hechos también se habla plenamente de la forma de ser de la Loca y como
adopta por completo su identidad sexual, después de conocerse bien e identificarse con su
verdadero ser. Siendo este el punto máximo de su autodescubrimiento y búsqueda de identidad.
Esto se nota en sus hábitos y otras características que ella misma describe como tal, como por
ejemplo los conceptos de lengua marucha y marifrunci (lengua que expresa el amor homosexual
y mezcla de habla femenina y de habla masculina, respectivamente), su estilo propio, su junta
con sus amigas “locas”, entre otros.

Esta identidad, obviamente también se refleja en la orientación sexual de la Loca, en el momento


que se enamora profundamente de Carlos. Asimismo, el trasfondo sexual de la Loca es aún más
complejo, ya que esta solía prostituirse en la calle en busca de dinero, de llenar ese espacio de
soledad y de sentir cariño, aunque sea de maneras clandestinas.

La discriminación/homofobia sigue siendo algo sumamente común y normalizado a medida que


la novela avanza. Burlando, excluyendo y mirando en menos a las personas con distinta
identidad y orientación sexual. Incluso, se reflejan otros tipos de discriminación en la sociedad,
tal como el racismo, clasismo y discriminación política, siendo consecuencia evidente de la
Dictadura militar de la fecha. Esto los notamos en varias partes del texto, por ejemplo, en los
siguientes diálogos de Pinochet: “Eran homosexuales, mujer, dos homosexuales. Dos
degenerados tomados el sol en mi camino. A vista y paciencia de todo el mundo. Como si no
bastara con los comunistas, ahora son los homosexuales exhibiéndose en el campo, haciendo
todas sus cochinadas.” (Lemebel, 2001, p.48). “¿En qué cabeza les cabe permitir que un maricón
use el uniforme de cadete? ¿No sabe usted que estos desviados son iguales que los comunistas…
en poco tiempo, el Ejército va a parecer casa de putas!” (Lemebel, 2001, p.126-127)

En último lugar, la temática de la soledad y con ella otras variables que podemos identificar en
los personajes principales, tales como el exilio, la migración, el vacío interior y la búsqueda de
un hogar. Con esto nos referimos a la alusión de la soledad en los protagonistas, ya que el libro
nos enseña dos caras completamente opuestas, pero que se conectan en estos puntos. La historia
de la Loca y en su contario, la privilegiada y miserable vida del dictador Pinochet. Hay que
comprender que el trasfondo de nuestro protagonista, se enmarca en un contexto lamentable de
abusos, obviamente causados debido a la cruel relación con su padre, quien abusaba sexual y
físicamente de ella su infancia. Esto comenzó con la interna que vivía dentro de la Loca, además
de la clara discriminación que sufría en la sociedad. A partir de todos estos motivos, ella decidió
escaparse de su casa y alejarse de este horrible ambiente. Todo esto causó una gran soledad,
desestabilidad emocional y sentimiento de lejanía hacia el resto de la sociedad. La falta de
comprensión y rechazo que sufría permitió que la Loca vagará sin rumbo y destino durante estos
años de su juventud, buscando suplir esta falta y vacío que tenía prostituyéndose en las calles.
Seguida por los prejuicios y la exclusión, debió seguir aguantando a la sociedad mientras
buscaba su verdadera identidad, tratando de comprender los mal vistos sentimientos de la
sociedad de la época. Finalmente, después de no haber pertenecido a ningún lugar ni poder haber
considerado hogar a ningún sitio, la Loca se hospedó en nueva localidad donde finalmente
podría, poco a poco, ir formando un verdadero hogar.

Cuando finalmente ella podría haber desarrollado este sentimiento de pertenencia y cariño con su
hogar y con Carlos, de quien se había enamorado profundamente, la Loca se entera finalmente
que su amor no es nada más que un capricho e ilusión en vano. El personaje de Carlos
ambiciosamente solo busca aprovecharse del enamoramiento de la Loca, para que esta permita
alojarlo a él y a sus cosas. Esto lo podemos ver con claridad en el siguiente fragmento de la obra
de Lemebel:
- “Ella era una loca necia, una vieja estúpida que se dejó embaucar por la cortesía
universitaria y el trato amable de ese mocoso. Y era solo eso, pura amabilidad, puro
agradecimiento por haber prestado su casa y su tiempo a esos revolucionarios que no
tenían corazón. En esa postura, con las rodillas juntas, acurrucada en el centro de la larga
es- calera, parecía más bien una niña, el garabato artrítico del desamor. Quiso llorar,
como tantas veces que la vida perra la enrostraba el espejo del desengaño. Quería llorar
con toda su alma para sacarse de una vez la espina quemante de ese capricho” (Lemebel,
2001, p.124)

Esto deja en claro lo vacía y sola que se sentía la loca en el momento en que se dio cuenta de
que Carlos en verdad no la amaba. El sentimiento de tristeza la invadió, ya que ella había
hecho todo lo posible por Carlos y él no la amaba de vuelta, pero en realidad ella había hecho
todo esto para no sentirse sola. Lo mismo ocurre tiempo después, ya que al igual que
anteriormente esto representa la soledad en la que se ve ensimismada la Loca al verse sin
Carlos una vez más, aunque más calmada que la noche anterior, permanece con el corazón
dolido por el vacío que dejo ese hombre en su corazón, el cual fue uno de los únicos amores
verdaderos que pudo sentir la loca en su interior. El hecho de que Carlos de algún modo u
otro la haya usado en verdad le rompe el corazón. Cabe aclarar que, aunque ella y él terminen
juntos al final de la novela, esto no quita los sentimientos que se vieron reflejados por esta
relación, como la soledad que sintió la loca antes de la llegada de Carlos y cuando ambos se
separaron.

La perspectiva del dictador también es una muestra de la soledad, la depresión y los


conflictos internos, sin embargo, todo es visto desde una visión privilegiada y altiva del
poder.

En la obra, la perspectiva de Pinochet es representada desde distintos ángulos. Por un lado, se


muestra al dictador como un personaje complejo, con debilidades, miedos y sueños, que sufre
debido a las consecuencias de su propio poder y opresión. Por otro lado, se presenta al
dictador como un personaje deshumanizado y cruel, que utiliza la violencia y la represión
para mantenerse en el poder. (Areiza, 2011)
También se refleja en otros aspectos internos de él, ya que, aunque era el hombre más
poderoso del país, esta soledad se veía en sus sueños, que a menudo eran sangrientos y
violentos.

A la vez, la figura de Augusto Pinochet tiene un papel en la novela que cuestiona


directamente el poder que él posee y da nuevos toques a la historia no oficial y
contradictoria, lo que sugiere una perspectiva crítica hacia el dictador. Asimismo, se describe
cómo en su infancia ya mostraba interés por la violencia y consideraba a sus compañeros
como potenciales enemigos, siendo una de las muestras más evidentes de su personalidad fría
y solitaria desde su juventud hasta su adultez en el poder. Sugiere una evidente tendencia
hacia el aislamiento y la desconfianza. Toda esta manía y conflicto que envolvía al personaje
es muy notable sobre todo en uno de los recuerdos de la infancia de Pinochet, cuando se
describe que en su cumpleaños él decidió llenar el pastel de insectos, tal como se muestra en
el siguiente extracto: “No, tontos, son moscas y cucarachas, les diría con una risa macabra.
Todo tipo de insectos que los había despedazado, echándolos a escondidas a la bella torta.
Entonces vendría la estampida, las arcadas, escupos y vómitos que arruinarían el mantel.”
(Lemebel, 2001, p.114). Esto sugiere que el cumpleaños del general fue un evento
desagradable y desafortunado para él. En general, presenta al dictador como un personaje
solitario, aislado y frío, que sufre las consecuencias de su propio poder y opresión. (Areiza,
2011)

La soledad es uno de los elementos más importantes de “Tengo miedo torero”, ya que nos
permite relacionar a personajes e identidades completamente opuestas y comprender cómo la
faceta histórica de la dictadura se relaciona con elementos de protesta e introspección. Todos
estos tópicos, aunque puedan parecer no tener relación entre sí, en un punto pueden colindar
y fusionarse, permitiéndonos comprender con otra mirada reflexiva como estos elementos
nos afectan como persona y como sociedad. La soledad se ve reflejada en varios aspectos de
la novela, aunque en un principio solo pareciera tener influencia en ciertos aspectos, pero
realmente todos funcionan en sintonía para expresarnos con crudeza todos estos temas, tales
como la discriminación, el viaje en búsqueda de la identidad y la migración. Ambas
perspectivas de los hechos, nos permiten comprender el verdadero significado de la novela y
poder notar lo que realmente Lemebel quería expresar con ella, utilizando su característica
escritura y narrativa para simbolizar a la soledad y explicarla con algunos otros elementos
más identificables. Además de mostrar estos aspectos más recónditos de la sociedad para la
fecha, tal como la lucha LGBT y el recuerdo de una traumática dictadura militar que tanto
afectó a nuestro país.

Referencias bibliográficas

Laura Areiza Serna (2011), Universidad de Antioquia, Colombia, Facultad de


Comunicaciones, “El desmoronamiento sicológico de un dictador”

Recuperado: https://bibliotecadigital.udea.edu.co/dspace/bitstream/10495/28245/1/
AreizaLaura_2011_DesmoronamientoSicologicoDictador.pdf

María José Furió (2018), Instituto Cervantes, Originalidad y cliché en “Tengo miedo torero”
de Pedro Lemebel

https://contingenciayopinion.wordpress.com/2015/11/22/analisis-literario-tengo-miedo-
torero-pedro-lemebel/

María de los Ángeles Oviedo (2021) Moulia, Francisco ed.,"Tengo miedo, torero Guía de
Estudio”

https://www.gradesaver.com/tengo-miedo-torero

Originalidad y cliché en Tengo miedo torero, de


Pedro Lemebe
Originalidad y cliché en Tengo miedo torero, de
Pedro Lemebel

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