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Wenner Agostina - DNI: 44319490 - N° de registro: 907488 - Comisión: 23

Tema 1:

1- Desarrollar sobre la estancia mixta, la estructura agro pampeana y el grado de conflicto


en el mundo rural. Construcción del mercado interno.
2- 2- Palacio. Analice la década del ´20 y el triángulo económico. Relaciónelo con el
mercado interno y la movilidad social ascendente.
3- 3- Explique sobre la actividad del frigorífico, el origen de capitales, nacionales y
extranjeros. ¿Qué fue la guerra de las carnes?

Respuestas

1) A principios del siglo XX, el escenario microeconómico del agro pampeano cambió
cuando buena parte de la producción cerealera comenzó a originarse en estancias,
establecimientos bien diferentes de las colonias. La estancia, considerada como una
unidad económica desplegada en una gran extensión de tierra, había caracterizado el
paisaje pampeano desde la época colonial. Los cereales se produjeron, sin embargo, en
la "estancia mixta". En las "estancias mixtas", el estanciero se dedicaba al engorde de
este ganado. El negocio de la invernada era muy lucrativo, siempre que se asegurara que
el forraje para los animales tuviera costos bajos. El negocio del estanciero invernador,
en consecuencia, era doble: cobraba la renta por la tierra alquilada y obtenía la tierra
alfalfada donde iba a engordar sus vacas. Los chacareros arrendaban la tierra por uno o
dos años y, después de dejarla lista para el engorde, se desplazaban a otra parcela que
podía ser (o no) del mismo dueño. Aunque sin ser propietarios de la tierra, los
chacareros no eran el eslabón más bajo de la estructura social del agro pampeano. Un
grupo generalmente diferenciado de los ya nombrados era el de los cabañeros, que se
dedicaban a la importación y reproducción de animales de raza, por lo que ocupaban un
papel fundamental en una economía que estaba renovando su stock de vacunos a ritmo
acelerado.
Si bien las colonias impulsaron la primera producción agrícola en gran escala, la
estancia mixta la hizo llegar a los niveles que convirtieron a la Argentina en uno de los
graneros del mundo. Entre 1880 y 1890, cuando las colonias concentraban el grueso de
la actividad, las exportaciones agrícolas pasaron de 450.000 a 25.000.000 de pesos oro.
En el siglo XX, con el auge de la estancia mixta estas ventas al exterior pasaron de
70.000.000 de pesos oro en 1900 y a 300.000.000 en 1913. El agro pampeano se
caracterizó por la ausencia de grandes conflictos sociales durante buena parte del
período de auge exportador. Sin embargo, no siempre era tan calmo. Cuando estallaba
una crisis, como ocurrió en 1912 durante el llamado Grito de Alcorta, las complejidades
y tensiones del tejido social pampeano salían a flor de piel. En los primeros años del
siglo XX, el conflicto social se desarrolló más en las ciudades que en el agro, y tuvo a
los obreros de las fábricas como sus principales actores. La industria se desarrolló en
torno a la producción de una serie de artículos de consumo y creció como resultado de
un doble movimiento de protección arancelaria y aumento de la demanda agregada. La
actividad manufacturera había comenzado a desplegarse tímidamente en la década de
1870 El crecimiento industrial, sin embargo, sólo logró cifras significativas en la década
de 1890, cuando una crisis en el sector financiero fue seguida por nuevas tarifas y por
una abrupta caída en el valor del peso. Finalmente, a principios del siglo XX, la
industria se desplegó con mayor fuerza a partir de un nuevo aumento de la demanda,
logrando que la producción estandarizada mediante el uso de máquinas modernas y
aprovechando las economías de escala.
La producción de esta industria, era protegida por las tarifas aduaneras y poco eficiente,
y tenía como principal destino el mercado interno. Ni siquiera las actividades
agroindustriales, con excepción de los frigoríficos, tuvieron éxito en el negocio de la
exportación. Las producciones regionales protegidas, como el azúcar y el vino, no
contaban con las ventajas comparativas que hubieran hecho posible la exportación; sólo
el subsidio estatal permitió que el primer producto se vendiese al exterior por un breve
período a fines del siglo XIX. Dada la complejidad del entramado social del agro
pampeano, resulta sorprendente que el conflicto social que tenía lugar en las ciudades
no tuviera su correlato en el campo y en 1890 surgió un movimiento de protesta
llamado populismo.

2) La economía mundial en los años 20 se caracterizaba por la trabajosa vuelta al


equilibrio de antes de la guerra. Esta depreciación generalizada de las monedas suponía
un desorden no solo financiero, sino que estos desarreglos de la economía mundial
todavía iban a seguir algunos años más. Los países que estaban bajo la órbita económica
de Gran Bretaña, parecen más evidentes de estas políticas ortodoxas que habían
obstaculizado un mejor desempeño de países como Argentina, Canadá o Dalia durante
los años 20.
Aunque por poco tiempo, hacia mitad de la década se consigue un retorno a la
normalidad en el sistema monetario mundial, este nuevo equilibrio sin embargo iba a
ser efímero.
Estados Unidos salió favorecido de la guerra lejos de sus devastadores efectos su
economía se mantiene básicamente táctil, es decir, con un ritmo vertiginoso de la mano
de un renombrado auge industrial gracias a su sólido mercado interno. Durante la
contienda fue el principal proveedor de Europa y al finalizar se había convertido en el
principal acreedor, lo cual se acrecienta durante los años 20 con la radicación de sus
industrias e inversiones en ese continente.
en Argentina con la paz vuelve la prosperidad. las inversiones retornan decisivamente al
país los precios se recuperan se normalizan el comercio y las áreas públicas se
encuentra en estabilidad. sin embargo, lo que mejor define a los años 20 en la economía
argentina es la inestabilidad de los ciclos económicos y una gran volatilidad de los
precios, la tasa de crecimiento tiene algunos años notables iguales o superiores a los de
la preguerra, seguidos de otros que bajan o se estancan. Para todo el período 1914-1929
la tasa de crecimiento del PBI arrojaba un promedio anual claramente inferior a los años
anteriores, si la medición se realiza dejando de lado los años de la guerra, se obtiene que
la tasa de crecimiento del PBI real entre 1917 y 1929 fue muy alta el 5,9%. Las cifras
de inmigración neta vuelven a revertirse y los salarios reales se recuperan ampliamente
doblando en 1929 las cifras de 1918. Considerado en forma comparativa el crecimiento
de la de la Argentina tampoco es despreciable durante los años 20, ya que el país creció
más que los Estados Unidos Canadá o Australia.
Entre Argentina y Gran Bretaña se erige entonces, durante los años 20, un triángulo
comercial y de transacciones de capital entre esos países y los Estados Unidos. Hacia
1925 este país pasó definitivamente a ser el primer proveedor de la Argentina entre los
100 principales rubros de los automotores. De esta manera, hacia fines de la década del
20 Argentina representaba el sexto mercado mundial para las exportaciones
norteamericanas.
Del lado de las corrientes de capital el sentido de los flujos dentro del triángulo era el
inverso al balance de pagos. Argentina con Inglaterra era deficitario, mientras que la
balanza con Estados Unidos era positiva con la Guerra Mundial. La corriente de capital
británica en Argentina se había interrumpido y luego de ella, y por el resto del período,
se transformó en negativa. En cambio, la contribución neta del capital norteamericano
fue positiva en el periodo las inversiones, de ese origen llegaron a doblar a las británicas
pasando de 40 millones en 1913 a 611 millones en 1929.
Como resultado de la campaña se firmó en 1921 el convenio del comercio y créditos
recíprocos entre Gran Bretaña y Argentina. Por el convenio, Argentina se comprometió
a comprar material foto diario británico para el Sistema Estatal mientras que Gran
Bretaña solo prometió preocuparse de que las empresas británicas compraran una
cantidad equivalente de productos argentinos.
El sector rural en los años 20 también trataba de volver a sus causes al período anterior
de la guerra. Los precios de la carne artificialmente inflados durante la guerra se
derrumbaron al acomodarse la demanda de tiempo de paz, lo que produjo una profunda
crisis ganadera que se extendió por más de 2 años.
Fuera de la región pampeana los años 20 tuvieron una dinámica más hegemónica. Gran
parte del crecimiento que tuvo el sector rural del país fuera de esa región, fue gracias a
los llamados cultivos industriales. Si bien en términos absolutos son todavía poco
importantes en el periodo representan solo el 2% del total de la superficie sembrada en
1929, y su crecimiento después de la guerra es notable aumentando su participación en
la producción agrícola nacional del 25% al 35% entre 1910 y 1930.
La guerra provoca un ligero retroceso de la superficie sembrada que retoma su
crecimiento en la década de 1920 llegando en 1920/30 a 40000 hectáreas.
El sector industrial creció en forma gradual y sostenida durante los años 20 tanto en
términos absolutos como relativos. El crecimiento del sector en su conjunto no solo se
mantiene después de la contienda, sino que su ritmo se aceleró notablemente.
Gran parte de la inversión que sustentaron en este crecimiento desde la década era el
origen extranjero.
La conciencia de tener reservas de combustible fue decisiva para proyectar la industria
nacional. El símbolo del avance del capital privado extranjero en esta industria fue el
standard oil.
Otro sector que experimenta un gran crecimiento es el de la construcción. La entrada al
país de consorcios extranjeros destinados a la construcción de edificios carreteras
muelles y puertos da un gran impulso a la industria del cemento.

3) En el primer auge de inversiones externas no participaron capitales estadunidenses, sino


británicos y argentinos. El despegue de la actividad frigorífica (incluyendo las primeras
exportaciones de carnes congeladas) fue anterior a la llegada de capitales
estadunidenses. Ello no implicó desconocer (y proponer) que las empresas
estadunidenses fueron responsables de reconvertir algunos sectores de la industria y de
elevar la escala de las exportaciones de carnes enfriadas. En ambos casos, los
inversionistas extranjeros llegaron al río de la Plata para asegurarse fuentes de
suministro más que para expandir mercados, y como rasgo dominante la vocación
exportadora de la industria se mantuvo a lo largo del tiempo.
Se considera que la llegada de frigoríficos estadunidenses se vinculó con su vocación de
asegurarse un mercado y enormes ganancias para sus intereses.
Como Argentina ocupó el lugar preponderante, hasta entonces habían acaparado los
embarques de carnes vacuna enfriada y congelada desde el norte hacia el mercado
británico. En este proceso, además de la capacidad financiera y técnica, pesaron las
condiciones del mercado interno estadunidense (por el aumento de consumo y la
presión de las leyes antimonopolio), pero también el hecho de que las firmas
establecidas en Argentina empezaban a constituir una posible amenaza a su posición
como exportadora de carne enfriada hacia dicho mercado.

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