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Sin embargo, fue tan solo con la revolución en el transporte, el desa producción de la carne 1
desa-
anda
I
i
producción de la carne vacuna de alta calidad que tanto gustaba al con
sumidor británico. La naturaleza extensiva de la producción ganadera, y
IUllpa la subordinación de la agricultura, retardaron el crecimiento de la pobla
¡mrtir ción rural. Al mismo tiempo, las condiciones onerosas de trabajo y de
,mea vida y el acceso limitado a la propiedad de la tierra tendían a empujar a
e cor los trabajadores rurales hacia las ciudades costeras, en donde las oportu
emos nidades económicas eran mejores y la calidad dé la vida superior (18).
en un La expansión de la economía exportadora de Argentina fue interrum
eef, o pida solo temporalmente por la Primera Guerra Mundial. El comienzo de
dores la contienda redujo la navegación internacional y afectó seriamente el
ie Ar volumen de las exportaciones e importaciones argentinas. El pronuncia
el co do descenso de la economía invirtió la dirección del flujo de capital y de
la migración internacional a medida que los británicos se aprestaban
ne de para la guerra y decenas de miles de trabajadores retornaban a Europa.
mbios Para 1917, no obstante, la economía principió a beneficiarse de la de
;>8. Se manda bélica. Las exportaciones de carne crecieron rápidamente y Ar
reba gentina empezó a vender bienes manufacturados tales como mantas de
les de lana a los Aliados. La guerra también estimuló la sustitución de importa
. estu- ciones y promovió el crecimiento de unidades productivas más grandes
Ilmpa. en la industria. Pero la expansión industrial se vio limitada, al igual que
lcipal durante la Segunda Guerra Mundial, por la escasez de bienes de capital
U'8. al y materias primas industriales en un mundo en guerra.
·ero el Después de la contienda, la expansión exportadora de Argentina con
de los tinuó y su estructura permaneció básicamente intacta. Hacia finales de
lcuno. los años veintes el valor de las exportaciones casi había duplicado los
~r par niveles de la preguerra. La inmigración en gran escala revivió, pese a
, deru que apenas alcanzó la mitad del nivel logrado en el decenio anterior al
itaban conflicto. La construcción de ferrocarriles disminuyó, así como el flujo de
lrte de nueva inversión extranjera. Ambas tendencias reflejaban el fin de la
!ios les expansión física de la superficie de tierra dedicada a la producción ex
ultivar portadora en la pampa; hasta cierto punto también revelaban el decli
II final nante poder económico y financiero de la metrópoli británica, a la cual la
tla. En economía argentina habia estado tan estrechamente ligada. El sector
¡pero a manufacturero siguió creciendo, mas no se vio mucha sustitución de
~ro. importaciones. Un hecho nuevo fue el surgimiento en los años veintes de
l de la
lO para
;de las 18. Las etapas de la producción rural argentina durante el siglo XIX, resefiadas en los párrafos
anteriores, se describen en Ortiz, HIstoria ecoDÓmica (Véase la nota 71. Los datos sobre los ci
sur de clos económicos, 1876-1952, están resumidos en Guido Di Tella y Manuel Zymelman, Loe ci·
renda clos ecoDÓmicos argentinos, BueDOs Aires, 1973. Un análisis detallado, basado en materiales
ataban de primera mano, sobre la transformaciÓn de la producción rural en la provincia de Buenos
ritar la Aires a partir de 1880 es Cortés Conde, El progre80 arlentino... El estudio clásico de las im·
plicaciones sociales y culturales de los patrones de tenencia de la tierra y los sistemas de tra
ansfor bajo que surgieron en la pampa con el advenimiento de la agricultura es James R. Scobie,
para la Revolutionon ibe Pampas, Austin, 1964.
130 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
una industria petrolera dirigida por el Estado. Pero hasta los años trein ta 1929, su notable es
tas, la tendencia de la economía argentina a importar bienes complejos, ción a partir de 1940.
como maquinaria, e incluso algunas manufacturas relativamente sim Contrariamente a
ples como las textileras no cambió significativamente. tas y peronistas, la De
En 1930, al final de los 80 años de crecimiento económico orientado a recuperación, basada
las exportaciones, Argentina era una de las sociedades periféricas capi el dinamismo del sect4
talistas más desarrolladas en el mundo. En verdad, el desarrollo argÉmti tenida. Si Chile fue e
no siguió un patrón histórico de desarrollo capitalista distinto al de Euro por la Gran Depresió
pa Occidental: lo más sorprendente era la ausencia de un sector indus leves. El Producto Int
trial grande e integrado; Pero comparada con otras sociedades periféri 14 % entre 1929 y 193:
cas, incluidos otros países de reciente colonización como Australia y que en 1929. En palalJ
Canadá, la Argentina de 1930 se veía bastante bien. Sea que se tomen en pondió "muy elegante
cuenta indicadores económicos como el ingreso per cápita, o los niveles La recuperación eB
salariales, o indicadores sociales como el alfabetismo y la mortalidad fuerzos gubernamental
infantil, para 1930 Argentina había tomado una considerable ventaja a dos la devaluación de
sus vecinos latinoamericanos, excepto Uruguay, y se hallaba no muy le tranjeras y el aumento
jos de Canadá y Australia. Buenos Aires, que el británico Lord Bryce lización. A partir de 1!
describía en 1912 como una feliz mezcla del bullicio y el dinamismo eco crecimiento de la indt
nómico de Chicago y el refinamiento de París, se había convertido en importaciones, fue im]
una de las grandes ciudades del orbe. Sus amplias avenidas estaban re propiedad extranjera,
pletas de automóviles, sus teatros presentaban las más recientes óperas bienes de consumo d\l
y obras de teatro, y sus innumerables restaurantes, almacenes y salones dad nacional, produc~
de té se colmaban con elegantes clientes. Aunque la mayoría de los ar argentino Adolfo Dorf
¡. " gentinos no disfrutaba de estas comodidades, la distribución del ingreso de establecimientos in
probablemente no era mucho más desigual que en sociedadescapitalis esta última fecha y 193
tas industriales como Estados Unidos, y la clase media argentina era la de trabajo industrial ti
más grande de Latinoamérica. En 1930 la clase obrera urbana gozaba incorporadas entre 191
probablemente de un nivel de vida, especialmente con relación a la die
ta, superior al de la mayoria de los trabajadores de la Europa continen
tal, aunque en términos de vivienda y comodidades materiales sin duda CUADRO 3.2
se encontraba por debajo de sus colegas de Estados Unidos, Canadá y
Australia (19). VALOR DE LAS EXPORT
POR PERIODOS DE CINC
La crisis del capitalismo mundial, a partir de ·1930, y la ruptura de la (en dólares de 1950)
división internacional del trabajo que ella trajo consigo, detuvieron el
crecimiento de la economía exportadora de Argentina pero no la llevaron Período VaIoI
expol
al colapso. Al contrario de lo sucedido en Chile, en Argentina el volumen ~ ...... _-......
de las exportaciones permaneció casi en los niveles anteriores a la De 1900-1904 583
presión; y aunque los ingresos por exportaciones declinaron rápidamen 1905-9 807
te hasta 1932, aumentaron significativamente a partir de entonces. El 1910-14 896
1915-19 920
Cuadro 3.2 muestra el incremento de los ingresos por exportaciones has 1920·24 1.278
1925·29 1.582
19. Diaz Alejandro. EIi88y5. ..• presenta alguna evidencia cuantitativa sobre muchos de estos pun Fuente: Comisión Económil
tos comparativos. Ciudad de México,
ARGENTINA 131
CUADRO 3.2
como estalló la guerra, los problemas familiares propios de aquellos consumo poPular ber
tiempos volvieron a afectar la industria argentina. Sin embargo, ésta volumen de las expor
continuó creciendo, aunque más lentamente, y para 1945 aportaba cerca so de divisas, vitales
de una cuarta parte del Producto Interno Bruto, sobrepasando a la agri En tercer lugar, E
cultura y a la ganaderia combinadas (20). impacto de la crisis SI
De esta manera, en contraste con la violenta crisis económica y social to era relativamente 1
experimentada por Chile a partir de 1930, el impacto de la Depresión en avanzaba la recupera
Argentina fue relativamente suave en términos económicos. Y la adapta cional, mas las oporb
ción del pals a las oportunidades industriales presentadas por la crisis ciudades costeras fui
mundial fue impresionante. Tan afortunada respuesta se vio condiciona deprimidas del interi4
da por cuatro clases de circunstancias, cada una íntimamente relaciona nas,quenopertened
da con la naturaleza de la economía exportadora que impulsó el desarro se convirtieron en im]
llo argentino antes de 1930. La primera fue la demanda internacional de Por último, y del
alimentos argentinos, que se mantuvo incólume. La conservación del Argentina, a diferenc
complejo económico que giraba alrededor de las exportaciones aseguró mente al desarrollo d
una continua acumulación de capital, sostuvo la mayoria de los empleos sar de sus imperfecc¡
y generó, aunque a niveles levemente reducidos, las divisas vitales para antes de la crisis siro
la capacidad importadora del país. Dicha capacidad era crucial, a su vez, unificado para la ind1J
para expandir la industria de sustitución de importaciones. Es cierto que reras y de servicios, e
los exitosos esfuerzos de la élite terrateniente, particularmente los pro la exportación, que gl
ductores de ganado, por preservar la participación argentina en un mer tos salarios, pudieron
cado británico de carne en proceso de reducción implicaron concesiones se importaba. Las ca,
al capital inglés que en cierto modo obstaculizaron el desarrollo de la alto nivel de educació
industria argentina. Como se verá más adelante, sin embargo, el princi mía más compleja e ií:
pal efecto de tales acciones en el curso del desarrollo econbmico de Ar "hacia afuera" de Ar.
gentina fue de carácter político y a largo plazo. Se reveló solo con .el as de América Latina, hil
censo al poder de los peronistas, después de la Segunda Guerra Mun Uo industrial ., hacia a4
dial. Pero el éxito de la
En segundo lugar, a diferencia de Chile, ·Argentina consumía los en los treintas y cuare
mismos productos que exportaba (21). Antes de la crisis mundial los exportador. En las dé(:
argentinos consumían casi la mitad de la carne de vaca y el trigo del nos poco a poco empe:
país, y dicha proporción aumentó después de 1930. El consumo domésti dera. Dicha tendencia
co de una cuota importante de la producción disponible para exportar área dedicada a la agl
actuó a modo de tapbn contra la crisis en el sector exportador y sirvió hacia un uso más exte)
para estimular la recuperación económica de los años treintas. Esta ven fracasados esfuerzos ¡:
taja se tornó en un arma de doble filo con las políticas de redistribución de ganado, explica en
del peronismo, en los años cuarentas, pues aunque la ampliación del ción rural argentina el
20. Dorfman, EvollldOn. .. , p. 148; Di Tella YZymelman. Loa cldo8. ..• p. 285, n. 2. 22. El pobre desempeiio de Al
21. La carne de res '1 el trigo eran los art1cuIos básicos de la dieta argentina. En los años veintes '1 Comisión Económica para
treintas los argentinos conlJUDÚall alrededor de 250 libras de carne por habitante cada año. En de México, 1959. Véase 98J
Estados Unidos las cifras comparables del consumo total de carne, no solo de res, era de 150 tina para aumentar la pm
libras por habitante. cada año. Otros productos ganaderos y agricolas, particularmente cueros José Alfredo Mutinez de
y lana, eran absorbidos por la industria argentina. 1860, Buenos Aires, 1967,
ARGENTINA 133
22. El pobre deeempefto de Argentina en este campo recibe sostenida atención en el informe de la
Comi.l!IÍÓn Económica para América Latina, El cIesarroDo ec!OIIÓJDkO d. la AJ'xentiDa, Ciudad
de Méxieo, 1959. Véase especialmente Parte 1, Cuadro 21, p. 23. El fracaeo relativo de Argen
tina para aumentar la productividad de granos y bienes pecuarios exportables es tratado en
José Alfredo Martinez de Hoz; La agricultura '1 la ganaderia arpntma en el período 1931).
1960, Buenos Aires, 1967, C. 6.
134 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
23. DIaz Alejandro, EMay8, C. 3. Este resumen DO puede hacer justicia a la riqueza informativa y
anaUtiea que eonduce a DIaz Alejandro a estas conclusiones. Vn diagnóstico similar fue logra
do por Martinez de Hoz en un ensayo publicado por vez primera en un volumen de la casa edi
torial argentina Sur; ArlenÍÚYi,lt30-1980, BueDOB Aires, 1961, pp. 189-210; Y luego amplia
do en el libro citado en la nota 22.
136 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
cha costosas politicas públicas como el subsidio a la construccibn de fe el liderazgo de los a
rrocarriles, se explica no por su supuesto tradicionalismo cultural, que la Segunda Guerra 1
Díaz Alejandro descarta correctamente, sino por el hecho de que no se rativista y Dacionali
encontraban bajo una efectiva presibn econbmica, social, ideolbgica o rbn. Ambos periodc
politica para modernizar la produccibn. Los impuestos sobre la tierra y años. A partir de 19
aun sobre la riqueza eran núnimos. La organizacibn sindical del campo, su autonomia ideol6
como veremos, se veía entrabada, y las fuerzas politicas nacionales, an ciones restantes má
tes de Perbn, nunca pusieron en peligro la posicibn de clase de la élite orden social y econl
rural. vitalidad inicial, no 1
El fracaso de las fuerzas populares por ejercer una presibn significa institucionales de la
tiva sobre la élite latifundista antes del advenimiento de Perbn explica institucional muy po.
en gran parte la ausencia relativa de modernizacibn y el estancamiento la segunda época de
de la produccibn rural. El espectacular crecimiento de la econonúa ar moderna de Argentil
gentina dependib de la expansibn, hasta la Primera Guerra Mundial, en co que domina hasta
las tierras virgenes y por lo general ricas de la pampa. Aunque hubo fundamente en toda 1
algunos progresos técnicos, tanto en la cria y el levante del ganado como La trayectoria de]
en la agricultura, las relaciones sociales de produccibn que subordina mentalmente distinú
ban la agricultura a la ganaderia y le negaban a la fuerza de trabajo mi movimiento obrero pl
gratoria la seguridad en la tenencia no podian sostener ni hacer avanzar antimperialista de su
el proceso de modernizacibn rural. El aumento de la produccibn agrope trb más y más grupos
cuaria continub hasta los años veintes y probablemente hubiera prose la solucibn socialista
guido por un tiempo mayor de no haber intervenido la depresibn mun trario, el más grande
dial. Mas el fracaso modernizador antes de Perbn, como queda ilustrado ~ a comienzos delsii
con la negligencia frente a la investigacibn y los servicios técnicos para CIO como una fuerza iI
los productores rurales, era congénito a la estructura de la econonúa ra de un movimiento
exportadora de Argentina. Quienes trabajaban la tierra no teman opor asunúa la armonia de
tunidades ni incentivos para modernizar y los que la poseían no necesita den capitalista.
ban hacerlo. Es alrededor de es
La ironia de la historia argentina ha querido, dado el poder de las f?sis ideolbgica que gi
fuerzas humanas generadas por la produccibn exportadora, que los mis rm del movimiento ob
mos rasgos estructurales que demostraron ser tan conductivos para el influencia y la fortalez
desarrollo econbmico capitalista en la primera mitad del siglo XX alber po, explicar la fragilid
garan implicaciones políticas tan destructivas para el desarrollo econb de esta primera gran II
>, ,
mico de la segunda mitad. La historia del movimiento obrero argentino, explicar dos decenios (
~
al que nos referiremos ahora, une las tramas del desarrollo econbmico y e inactividad colectiva
la evolucibn politica. Al hacerlo, revela las dimensiones plenas de la cri recer la rápida moviJjz¡
sis que ha paralizado no solo la econonúa de la nacibn sino el conjunto de lidad con la que se 8.CE
la sociedad argentina desde mediados del siglo. inst.itucional que, en ti
los mtereses fundamel
resulta una tarea simp
LA PRIMERA GRAN MOV1LlZACION OBRERA tos apenas empieza y e
La historia del movimiento obrero argentino en el siglo XX comprende polémica (24). En esta I
dos periodos diferentes de movilizacibn de masas y fuerza organizativa.
El primero alcanzb su apogeo al final de la Primera Guerra Mundial bajo 24. He recurrido primordiaJme
ARGENTINA 137
tona en las dos fases del movimiento obrero argentino moderno. He tra La principal excel
tado de demostrar cómo muchos de los enigmas que pesan sobre el de pa fue la zona merídi
sarrollo del movimiento obrero argentino pueden clarificarse en el marco rurales de protesta Sl
de las tendencias económicas y sociales reseñadas en la sección anterior. caron ventaja de la h
Sostengo que el precoz desarrollo del movimiento obrero argentino, su ríos inmigrantes, qui,
foco urbano, su composición social y tendencias ideológicas, su tenue la provincia entre 187
fortaleza en la posguerra y su colapso súbito, todo ello refleja las espe hacia un patrón de ca
"
ciales caracterlsticas estructurales del veloz crecimiento de la sociedad cia agricola capitalistl
periférica capitalista de Argentina en las décadas posteriores a 1880. taba con una població
cialmente en el cultiv(
mayor pluralismo ens
nes de la pampa.
Alli, cerca de la pO
A diferencia de sus compañeros de Chile, los trabajadores argentinos rios efectuaron el mov
del sector exportador enfrentaron obstáculos virtualmente insuperables na del siglo XX (27). J
en sus esfuerzos por forjar instituciones obreras y una concepción autó ternacionales de los gJ
noma de la sociedad. Los métodos extensivos de producción, inherentes la renta de la tierra, y 1
a la crla de ganado e impuestos por los grandes terratenientes a una tración provincial de C4
fuerza de trabajo inmigrante en el cultivo de cereales, impidieron el de ron a exigir rentas máI
sarrollo de comunidades rurales estables y socavaron el potencial orga agricultores capitalista
, ,
nizativo de los trabajadores del campo. Aislados en la vasta pampa, pri ros italianos, consiguiE
vados de la propiedad sobre la tierra o sin acceso permanente a ella, los mediaríos que vendían
obreros rurales no podían construir ni siquiera instituciones rudimenta otorgaban crédito. LleJ
rias de vida colectiva. Como lo demostró James Scobieen una obra clási Santa Fe y sus líderes
ca, el desarrollo de escuelas e iglesias,e inclusQ de pequeñas aldeas, fue llegado a 100 mil antes
impedido en la pampa ganadera y cerealera (25). Tal anemia institucio a la mediación gubern
nal reviste una importancia fundamental. Fue mediante este tipo de ins terratenientes. La orga
tituciones como otros trabajadores rurales, por ejemplo, los de Estados Fe, la Federación Agra
Unidos, crearon poderosas instituciones obreras y sostuvieron movi vieron a la huelga y COI
mientos agrarios masivos capaces de influir y amenazar las instituciones agrarias moderadas en ;
económicas y políticas de grandes Estados nacionales (26). Fue en esta Inisma J
donde los trabajadores
rurales de orientación
,1
, . tan cada una de las principales corrientes ideológicas en el desarrollo del movimiento obrero
argentino. Dichas obras, todas las cuales muestran los puntos fuertes y débiles discutidos en
el primer capitulo, incluyen Diego Abad de SantillAn, La roRA, Buenos Aires, 1933 (anar·
que se extendió a lo larg
ral de 1~19. La huelga,
quista,; Sebastián Marotta,El movimiento siDdieal 8I1Ieatlno, 3 Vola., Buenos Aires, 1960,
1961, 1970 (sindicalista); Jacinto Oddone, Gremialismo proletario 8J1I8DtIno, Buenos Aires, terrateruentes como de
1949 (socialistal; Rubén Isearo, Origen y desarroUo del movimiento sindical argentino, Bue
nos Aires, 1958 (comunista'. Las contribuciones peronistas se anotan más adelante. Los inten
tos de los especialistas por explicar los principales puntos de ~e en la historia del movi 27. Estas observaciones sobre el
miento laboral argentino se discuten a medida que el análisis avanza. de la rica pero retorcida bisc
25. Scobie, Revolution on tile Pampas•.. Siguen el cuidadoso examen
26. Lawrence Goodwyn ha desarrollado estas ideas en una importante revaloración del movimien AnIhal Arcando, "El conflie
to populista de Estados Unidos a fines del siglo XIX,Tbe Populist Moment, Nueva York, 1978. oct.-die. de 1980, 351·381. e
Carl Solberg aporta mucha información acerca de la fragmentación y la vida abyecta de la cia en los afios subsiguientes en
se obrera rural argentina en "Fann Workers and the Myth of Export-Led Development in tina, 1912-1930", en Iouroa
Argentina", en Tbe Americas21:2, octubre de 1974, pp. 121-138. 1971, pp. 18-52.
ARGENTINA 189
27. Estas observaciones sobre el movimiento agrario que se inició en Santa Fe en 1912 se derivan
de la rica pero retorcida historia de Plácido Grela, El Grito de AIoorta, Buenos Aires, 1956,1
siguen el cuidadoso examen de las condiciones estructurales que precipiCa1'on·la protesta en
An1bal Arcando, "El conflicto agrario argentino de 1912", en Desarrollo Eeooómieo, 20:79
oct.-dic. de 1980, 351-381. Carl Solberg esboza los términos del conflicto agrario en la pampa
en losl1Ílos subsiguientes en su articulo pionero "Rural Unrest and Agrarian Policy in Argen
tina, 1912-1930", en "ouma! 01 Interameriean St0die8 and Wodd Affairs, No. 12, enero de
1971, pp. 18-52.
140 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
Agraria Argentina, y fue violentamente reprimida por parte de la policía En vez de fomel
provincial luego de cinco semanas de lucha. Durante los años veintes, la ciales de producciÓl
pequeñoburguesa F AA se inclinó rápidamente hacia la derecha. Según jar a los obreros ha,
lo ha demostrado Carl Solberg, La Tierra simpatizaba con las iniciativas sostenido de la indu
agrarias de Mussolini y atribuia la situación de los jornaleros sin tierra a las actividades bur
la indolencia de los individuos. En 1928 estalló en la provincia de Buenos impresionante desa
Aires y en el sur de Santa 'Fe otra huelga de trabajadores sin tierra que manuales, los oficiJ
buscaban reconocimiento a su organización y aumentos salariales. Esta inmigrantes europe
vez la F AA también se opuso y el movimiento fue rápida y brutalmente que faltaban en el ~
reprimido por parte de las tropas despachadas por el gobierno radical. en una economía dE
Fue más allá de la pampa, en los lejanos parajes de la Patagonia, ban a sí mismas (29
donde entre 1920 y 1921 los anarquistas dirigieron la otra gran huelga vestir, dar techo y (
rural de la historia moderna de Argentina. Organizada por artesanos necesidades de tran
urbanos del puerto de rio Gallegos, movilizó la fuerza de trabajo predo la exportación de VI
minantemente chilena de las grandes estancias ovejeras del territorio de miles de empleos pa
Santa Cruz. La huelga fue finalmente aplastada por el ejército, que eli pa y en especial en :
minó sistemáticamente a cientos de trabajadores rurales y los sepultó en sumaba casi medio I
fosas comunes. Osvaldo Bayer, quien inmortalizó la huelga en su histo La estructura ec
ria de tres volúmenes Los vengadores de la Patagonia trágica, revela desarrollo exportad(
cuán diferentes eran las condiciones organizativas en la Patagonia y en la que aparecióCU81
el centro de la econonúa agroexportadora. En las vastas, áridas y poco dustriales del centr
pobladas planicies de la Patagonia, los capitalistas no disponían tan fá urbano argentino el.
cilmente de esquiroles ni del aparato coercitivo del Estado. Sus trabaja obreros industriales
dores, principalmente varones solteros, vivían en barracas comunales en ducción y progresiVll
cada rancho. Durante la catastrófica depresión de la posguerra en la'eco la ejecución del trah
nonúa internacional de la lana, estos obreros no tenían literalmente a portantes concentra(
donde ir, ni alternativa alguna de trabajo en las estancias ovejeras para porte, la mayoria de
ganar su sustento. En la Patagonia los obreros vivían aislados de las empleados en la COI
principales instituciones culturales de Argentina, en una estructura so manufactureros, qUE
cial compuesta por dos clases, sin grupos intermedios. Su capacidad veer de mercancías 1
para identificar a sus antagonistas de clase y adelantar acciones colecti cados de la construc
vas exitosas quizá también se veía favorecida por el hecho de que la albañiles, herreros, 1
mayoria eran chilenos, mientras que los propietarios eran capitalistas tores de tranvía, pa
argentinos o europeos ausentistas (28). movimiento obrero o;
Estas notitbles movilizaciones de trabajadores. rurales en el sector
exportador, reseñadas esquemáticamente aqui, constituyen las excep
ciones. En la vasta pampa, núcleo de la econonúa exportadora, las condi 29. El bRel'CUlbio deaipal
mento te6rico e históricx
ciones estructurales levantaron formidables obstáculos para una efectiva las economias perifériet
organización laboral. El) la pampa la naturaleza de los sistemas de te mente alta.
30. Recientes estudios euro
nencia y de trabajo tendía incluso a limitar la concentración de las gentes demostrado convincenÚl
y a sofocar el desarrollo de formas rudimentarias de vida comunitaria. es la resistencia a la pn
exp.Jica la dinámica de la
se carece de estudios 8ÍI
protesta laboral anarqui
28. Osvaldo Bayer, Los vengadores de la PatalJonia trágica, 3 Vols., Buenos Aires, 1972-74. décadas del siglo XX.
ARGENTINA 141
29. El lD~io desigual, de Arghiri Emmanuel, México, 1972, desarrolla un poderoso argu
mento te6rico e histórico para demostrar el potencial de desarrollo capitalista diversificado de
las economias periféricas que, como la de Argentina, poseen una estroctura salarial relativa
mente alta.
30. Recientes estudios europeos y norteamericanos sobre la historia del movimiento obrero han
demostrado convincentemente, al contrario de las concepciones marxistas tradicionales, que
es la resistencia a la proletarización, y no las consecuencias de BU realización, lo que mejor
explica la dinámica de la protesta obrera en Europa y Estados Unidos en el siglo XIX. Aunque
se carece de estudios sistemáticos, dicha resistencia probablemente está en la esencia de la
protesta laboral anarquista y sindicalista de Europa Meridional y Argentina en las primeras
décadas del siglo XX.
142 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
de Europa. Predominaban tres corrientes ideolbgicas. Una era el socia táculos y oportunidad
lismo, que en Argentina aceptó inicialmente la idea marxista de la lucha lidad de la vida, la ID8
de clases e hizo hincapié en la necesidad de la organizacibn en el lugar si no irrelevantes, la il
de trabajo, pero que pronto se desvib hacia una estrategia reformista y En Argentina los I
electoral. La segunda era el anarquismo, que abogaba por la accibn es nes capitalistas de pr
pontánea de masas en pro de reivindicaciones y aspiraba a destruir el que creara normas de
orden capitalista explotador y la tiralÚa del Estado por medio de una ra una jornada labora
gigantesca huelga general. La tercera era el sindicalismo, que, sin re dos. Los socialistas tal
" nunciar a la concepcibn de los anarquistas, empezb a subrayar la impor adquisitivo de los obn
tancia de la organizacibn no sectaria en el lugar de trabajo a fin de conse libre comercio y se o¡
guir tanto la destruccibn del capitalismo como la construccibn de una "artificial". En 1904 I
nueva sociedad de productores libres en donde prevalecerian la libertad, CongreSO, pero fue a i
la abundancia y la igualdad social (34). ron un buen número d
Aunque desde .1890 los socialistas ganaron influencia entre pequeños electorales y legislath
grupos de obreros calificados, en el siglo XX no pudieron desarrollar una vas acciones en ellugl
base obrera de masas. Los anarquistas, por otro lado, lograron movilizar cialistas, anarquistas
a los obreros urbanos en acciones masivas contra empresas individuales, siglo, pudieron cristali
asi como en grandes huelgas generales; por más de una década, a partir jornada laboral, trabe
de 1900, dominaron el movimiento obrero argentino. No obstante, a par demostrado que cuan(
tir de 1915, los sindicalistas ganaron el control de la principal central en 1925, el obrero pr(
obrera argentina y fueron ellos quienes dirigieron las huelgas claves que día de trabajo llgel'8lru
llevaron al movimiento obrero a un cJimax en los tumultuosos años que Por 10 que sabemOE
siguieron a la Primera Guerra Mundial. de los resultados eled
El atractivo de la ideología anarquista y sindicalista para los obreros claro que el Partido So
argentinos en este periodo se atribuye con frecuencia a los origenes calificados y los emp
europeo-meridionales de numerosos inmigrantes. Esta explicacibn, cul derrotó al Partido Rad
tural y difusionista, es correcta hasta cierto punto. Empero, deja de lado conservadores en los d
las condiciones estructurales concretas que hicieron aparecer la ideolo costado meridional de :
gis anarcosindicalista especialmente atractiva a los ojos de los obreros ra y casi todos los innl
en los primeros años del siglo XX. Los trabajadores argentinos, al igual pequeña porcibn de im
que sus colegas de Europa meridional, hallaron en el anarquismo, y pos ciudadalÚa argentina; 1
teriormente en el sindicalismo, una visibn del mundo y un programa de a hacer dinero para lu
transformacibn social que validaban y explicaban su experiencia diaria y que se quedaban tal v
encarnaban sus necesidades y aspiraciones. En cambio, dados los obs argentina, particularm
ciones tales como el sel
84. Todos estos grupos tenian estrechos vineuloa con movimientos europeos similares: los socia litaban el proceso buro
listas con los socialdemócratas franceses y alemanes; los anarquiaias con los anaJ'quiatas los extranjeros se les I
espafloles e italianoa; loa sÍDdieaJistas con obreros afines en estos últimoa paises y en Francia. Buenos Aires, en 1917,
Muchoa militantes argentinoa eran inmigrantes que hablan sido ad.iviatas en Europa. Loe li
deres anaJ'quistas, especia1mente, tra~ban en amboa lados del AtJántieo. Aceres de la ron aprovechar la oport
cuestión general de las influencias ideológicas europeas durante la formación del movimiento
obrero en América Latina, véase Hobart Spalding, 0rpaJzed Labor ID lAtiD Ameriea. Nueva
York, 1977, C. I. Sobre los anarquistas argentinoa y sus conexiones con Europa, Wanse Ri 85. Con la apertura del sistem
chard A. Yoaat, "The Development of Argentine Anarchiam: A Soclo-Ideologic AnaIysia", fuerza electoral muy imporl
disertaci6n para Ph.D., University of WiacoDSÍD, 1975, y Iaacov Oved, El anaJ'quJamo ea el principalmente de la cla.ae (
movimieaw obrero ea AqentiDa, Ciudad de Mézico, 1978. fuerza electoral socialista ei
ARGENTINA 146
lis
litaban el proceso burocrático de la naturalización, pero incluso cuando a
los extranjeros se les permiti6 votar en las elecciones municipales de
Buenos Aires, en 1917, apenas algo más de 11 mil inmigrantes decidie
tH ron aprovechar la oportunidad (35).
,la
lito
36. Con la apertura del sistema politieo a partir de 1912, los socialistas se convirtieron en una
fuerza electoral muy importante en la ciudad de Buenos Aires. Los vot.os IlOciaIistas provelÚall
principalmente de la clase obrera. Un. buen estudio cuantitativo de la dimensión clasista de la
fuerza electoralllOcialistaen la capital en el periodo 1916-22 es Richard Walter, "Elections in
146 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
Por el contrario,el pensamiento y las tácticas de los anarquistas reso colectivas como la lib
naban profundamente en el seno de la clase obrera argentina. Los anar de la legislación repl
quistas organizaron y dirigieron la mayoría de los sindicatos de la cons. particulares por la 01.
trucción, la industria y los servicios, que dominaron el movimiento obre. de trabajo en determ
ro del país a comienzos del siglo XX. Los sindicatos anarquistas solo con El éxito de dichas tác
taban en este período con varios miles de miembros, mas tales trabaja tanto por la expansiÓl
dores y sus lideres consiguieron movilizar decenas de miles de obreros por el aumento del sa
en grandes huelgas generales, especialmente en 1902 y 1909. Por último, el anarqu:
De acuerdo con el estado actual de la investigación, solo podemos carnada en la lucha re
especular acerca de las razones de la generalizada influencia del anar relaciones sociales de
quismo (36). El activismo anarquista prometía la comunidad, mejoras y racionales, a una ch
materiales inmediatas y retribuciones espirituales extraordinarias para tas, mantenía su patri
una clase obrera marginada de las instituciones tradicionales de control significativo controls(
social. Ni la familia, la Iglesia o la escuela, ni los partidos politicos tradi Al principiar el sig
cionales ejercían gran influencia sobre una clase obrera urbana en la que tas fue víctima de una
predominaban los varones inmigrantes solteros, muchos de ellos vetera violenta. Si bien la 1'1
nos de las luchas anarquistas en Europa. Los anarquistas destacaban la muchos militantes en
solidaridad revolucionaria internacional y el carácter cosmopolita del del poder bajo el caP]
proletariado contra una clase capitalista nativa que antes de 1912 deten dualmente el atractivCl
taba el control del gobierno. A los obreros que hablan venido a América grimió decretos repl'eE
con el fin de hacer rápidamente dinero, el anarquismo también les ofre. Defensa Social, de 191
cía acciones laborales eficaces. Las tácticas anarquistas - basadas en al movimiento obrero (
huelgas de solidaridad y paros generales de masas para conquistar las vos. Tales medidas fue
demandas de los trabajadores- demostraron su efectividad en el marco de estado de sitio; con
de la veloz expansión económica y la inmigración masiva. Aun en condi ra, disolvía mitinesde
ciones de pleno empleo, el número creciente de inmigrantes recién lle vistas. Los grupos paJ
gados, que buscaban desesperadamente trabajo, amenazaba el éxito de por los funcionarios de
las huelgas lanzadas en un solo sitio de trabajo. Esa táctica, frecuente sión oficial. Bandas de
mente utilizada por los socialistas, solo era eficaz entre obreros altamen Esta acción, sumada a
te calificados. Las movilizaciones generales de masas, en cambio, con puesta a la huelga gell
tribuian a intimidar y a persuadir a los esquiroles. Y las huelgas de gran del centenario de la Ind
envergadura organizadas por los anarquistas no solo estaban diseñadas cia de la actividad sindi
para promover la unidad del proletariado, fortalecer el movimiento obre La masiva represiÓll
ro por medio de "gimnasia revolucionaria" y lograr reivindicaciones con el trastorno econÓD:
la Primera Guerra Mu
1915 y creció con fuelZl
theCity of Buenos Aires". en Hispanie AmerieaD HiBtoric:a1 Revlew, 68:4, nov. de 1978, pp. causa de la guerra y lal
596-624. Del mismo autor. The SociaJist Pariy of ArlJeáibul, Austin, 1977. es un estudio espe anarquista se vio eclipe
cializado en tomo al desarrollo del partido. Grem1eu.....o, de Jacinto Oddone, cubre el mismo
campo desde la perspectiva de un activista socialista. La evolución filosófica de los fundadores El sindicalismo combiru
y las figuras principales del partido puede seguirse en Dardo Cúneo, editor, Obras de Juan B. socialistas militantes y I
Juto, Buenos Aires, 1947. Una critica izquierdista properonista del partido es Jorge Spilim
bergo, Juan B. Juto., el socialismo cipayo, Buenos Aires, 1974.
36. Un grupo de jóvenes historiadores 8Ociales, 8.IIOCÍado con el Programa de Estudios de Historia
Económicay Social Americana en Buenos Aires, está investigando la cultura popular que acla 87. Diego Abad de Santillán. I
rará esta cuestión. huía 191_, Buenos Aires,
ARGENTINA 147
,. JIaily,
_que 39. Todos eatosestimativ08son tolUdos de Rock, Politiea iD ArpntiDa. .. , especialmente Cuadro
, cuello 6, p. 160. Rock se basa en la información obtenida en diversas publicaciones oficiales y no ofi
IIOIltra- ciales. Lo mismo que con datossimi.1ares de Chile, las cifra.a absolutas pueden ser cuestiona
bJes,. mas las tendencias son claras.
¡;
il
I.i 150 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
1I
i
l' CUADRO 3.4 da por la información 80
1', cia de altas tasas de dt1
1,· INDICE DE SALARIOS REALES EN BUENOS AIRES, 1914·39
11 (1929: 100) toda la guerra y la pos"
I~; del Departamento del T
AIo ludice Afto ludica A60 ludlce
1; nivel'de desempleo en 1
,
producen en el Cuadro
l' . 1914
1915
68
61
1923
1924
86
85
1932
1933
104
96 pero aun si los cuidad05
I •
I 1916 57 1925 89 1934 99 queos cruzados de difel
L': 1917 49 1926 90 1935 101
errores, otras evidench
1918 42 1927 95 1936 95
1919 57 1928 101 1937 96 huelgas, confirman que
1920 59 1929 100 1938 96 alto durante el periodo.
1921 73 1930 91 1939 97
1922 84 1931 98
CUADRO 3.6
Fueute: República Argentina, Ministerio del Interior, Departamento Nacional del Trabajo,
División de Estadistica, Iuvestigaciones Sociales, Buenos Airee, 1940, p. 38. PORCENTAJE ESTIMADO DJ
BUENOS AIRES, 1914-30
CUADRO 8.6
PorceDt. de
desempleo
AAo POlCent.de
desempleo
Afto I Porceut.de
desempleo
de los obreros de la carne obedecieron a una dinánúca definida por la La alianza fue m
gran debilidad estructural del movinúento obrero argentino en esta épo en el caso de los fel'l
ca: su vulnerabilidad ante la amenaza del esquirol~e. ros altamente califica
La organización masiva de los obreros del transporte después de las pados en el níant.eniJ
exitosas huelgas de 1917-19 fue posible gracias a una tenue alianza entre reparación, ya era t:
trab~adores calificados y no calificados. Grandes cantidades de obreros huelga contra la Arg.
ferrocarrileros y marítimos no calificados y senúcalificados, dirigidos por ros y fogoneros habíl
sindicalistas revoluciBnarios, formaron alianzas con grupos pequeños y dicato pequeño, mod
cohesivos de obreros más conservadores, altamente calificados y por lo nidad. El grueso de
tanto imprescindibles en esas mismas industrias. En el caso de los traba campaña organizativ.
jadores ferroviarios, estos últimos eran ingenieros y fogoneros; en el de formar la poco estruCl
los marítimos se trataba de capitanes de barco, oficiales y técnicos. Los ría, FOF. Las friccioll
frutos organizativos de tales alianzas se vieron reforzados en parte por la sas cuando la presión
neutralidad inicial del gobierno radical recientemente elegido. Preocu dentro de la FOF llev
pado por su futuro electoral y vagamente comprometido con la justicia una huelga ambiciosa
social y la armonía de clases, este primer gobierno elegido popularmente tiembre de 1917.
en Argentina rehusó en un conúenzo emplear la policía y el ejército para La importancia dE
,> quebrar las actividades de los sindicatos y proteger a los rompehuelgas. propietarias de los mE
Sin embargo, el régimen siempre fue hostil a las tendencias revoluciona dora de Argentina, pI
",
.
rias anarquistas y sindicalistas en el seno del movinúento obrero. Y en la
medida en que la presión del capital organizado aumentó tanto sobre el
causaron una gran pre
to, que se extendió del
, t
gobierno como sobre los trabajadores, y el movinúento obrero se expan Buenos Aires, los obre
dió en la etapa de posguerra, las autoridades se lanzaron decididamente para bloquear el tráfK
a reprinúr a los elementos revolucionarios y a fortalecer la dirección sin carga. Pararon trenes I
dical refornústa. y los hicieron salir de le
En el caso de los trabajadores marítimos, la alianza entre obreros ca tánico de un tren expre
lificados y no calificados fue más sólida y la tolerancia del gobierno más asesinado por los hueq
duradera. Luego de ganar la extraordinaria huelga de 1916, la Federa trataba de "un repre~
ción Obrera Marítima, FOM, pudo ejercer un riguroso control sobre el dantes del ejército, qu~
mercado de trabajo en su jurisdicción. Los trab~adores organizados por trolar la situación ' con
la FOM comprendían no solo marinos mercantes y capitanes, sino esti .
lDlento de impotencia fl
badores y otros obreros en los principales puertos argentinos. B~o la oficial notificó a sus su
combativa dirección de los sindicalistas, la FOMse dedicó con gran dis más. La huelga se torDl
ciplina y sacrificio a ampliar la organización sindical durante todo el pe fueron incendiados seÍl
ríodo de la posguerra. Su arma más eficiente era el boicot de solidaridad, guistas continuaron cm
una poderosa herramienta en una economía tan dependiente del comer incendiando cañerlas
cio exterior. Pese a que la FOM perdió una importante huelga portuaria les. (oo.) El número de' s
en mayo de 1921, no fue sino en 1924, después que el movimiento obrero des. No bien la tropa ha
núlitante hubo sido quebrado y la FORA dispersada, cuando la alianza do otros ocupan de inm
entre trabajadores marítimos calificados y no calificados fue destrozada todo el tiempo sobre las
definitivamente y toda resistencia de la FOM a los rompehuelgas se
derrumbó (40).
tanda electoral que para el J
to obrero de La Boca, en Bue
40. Shipleyenfatiza el éxito de la FOM por controlar el mercado laboral; Rock subraya la impor- 41. La información de este pám
!tIA ARGENTINA 163
economía argentina, Sl
gadas a someter el conflicto a la mediación del gobierno. Pero en los tér
t grandemente en el desl
l.", minos del arreglo, el gobierno recompensó hábilmente a los elementos
SIon VIolenta por parte del gobierno y se vio condenada al fracaso. A Pat: taciones desde Estados 1
tir de 1919, el sindicato fue incapaz de evitar los despidos de centenares nico antes de 1900, est
de sus miembros más combativos y el mayor afiliado de la FORA fue demanda interna. He aq1
reducido gradualmente ala impotencia. Argentina de las grande
mo Swift, Armour, Mon
E~t~e los obreros,de ~ c~rne~ la·alianza de trabajadores calificados y
empacadoras argentinas
no calIfIcados fue mas dlfícIl de lograr que entre los marítimos y ferro
carrileros. Pese a la heroica huelga que abarcó las plantas empacadoras ron. En 1914 controlaban
carne. Las empresas em
de carne más c.ercanas a Buenos Aires entre 1917 y 1918, los obreros no
lograron conquistar ni siquiera concesiones mínimas y temporales de los en la que el capital naci
~atronos. Tampoco podrían alcanzarlas después. Los fracasos organiza
modernizaron y extendie:
tlVOS de los obreros de la carne constituyen un aspecto esencial, aunque embargo, en 1914 las em
ol~idado, de la historia del movimiento obrero argentino (42) . Estos .tra
de las e~portaciones de C1
baJadores afrontaron en forma extrema los obstáculos estructurales que tinos retenían apenas ell
impedían la organización de otros sectores del movimiento obrero urba' A comienzos del sigltl
no a co~~nzos del siglo XX. Su fracaso revela la debilidad congénita de sentaba formas de organi
un mOVImIento obrero que no pudo desarrollarse más allá de los sectores en otras industrias con el
manufacturero y del transporte durante la época dorada del desarrollo do de acuerdo con una lit
exportador. Como veremos en la siguiente sección, los obreros de la car vi día sistemáticamente el
ne desempeñaron un papel central, en la segunda gran movilización de pIes y repetitivas. En Chi
los trabajadores argentinos que llevó a Perón al poder al final de la Se d~ tal sistema al principio
gunda Guerra Mundial. Su incapacidad para organizarse durante las cIentes plantas construidJ
. . meros años de la centuria.
' .. zation in Argentina, 1912-1929: The Limitations of Working-C1ass AIIiaDce" disertación para
Ph.D., Yale Univenity, 1979. La cita es de lap.170y hasidoretní.ducidaale~paftol.
43.~demas de Ortiz, HisWria ecc¡
42. ~ gran ~uelga de los ~~eros de la came en 1917~18 es prácticamente ignorada en las histo mdustria argentina de la carn
na~ c:ornentes del movumento obrero argentino. Ello se debe en parte a que los historiadores
1918¡ Sociedad Rural Argentin
actiVlStas prefieren presentar una crónica de éxitos progresivos del movimiento obrero. El fra
caso de la huelga de 1917-18 y el desalentador balllnce de los subsiguientes esfuerzos de los Tro~bri~ Critchell y J088ph ]
obreros de la came por organizarse y lograr concesiones del capital hace de éstos y de sus de La histona del mas exitoso de 1
rrotas huelguisticas un tema poco atractivo. San.sinensl "La Negra" ell 811
Tomquist fue el primer preside
ARGENTINA 155
tres décadas anteriores a los años cuarentas los hizo eSpeCialmente re
ceptivos a las oportunidades y ventajas que ofrecían las políticas labora
les de Perón. Debido a la importancia de los obreros de la carne para la
economía argentina, sus esfuerzos por construir sindicatos incidieron
grandemente en el desenlace de las luchas laborales y políticas de los
dos períodos de movilización obrera en la historia argentina del presente
siglo.
La industria empacadora de carne se expandió rápidamente a partir
de 1890. Durante la primera década del siglo XX, cuando los principales
competidores de Argentina demostraron su incapacidad para proveer el
creciente mercado británico de carne vacuna, las plantas de empaque
asumieron la importancia capital que mantendrían en la vida económica
del país hasta los años cincuentaS. Australia y Nueva Zelanda eran de
masiado distantes como para sacar ventaja de dicho mercado; las expor
taciones desde Estados Unidos, que habían abastecido el mercado britá
nico antes de 1900; estaban siendo eliminadas debido a la creciente
demanda interna. He aqUÍ la razón principal de la súbita expansión hacia
Argentina de las grandes firmas empacadoras de carne de Chicago, co
mo Swift, Armour, Moms y Wilson. Estas empresas adquirieron casas
empacadoras argentinas ya existentes, las modernizaron y las amplia
ron. En 1914 controlaban casi el 60 % de las exportaciones argentinas de
carne. Las empresas empacadoras británicas, y una firma empacadora
en la que el capital nacional logró conservar una posición dominante,
modernizaron y extendieron la producción durante el misDlo período. Sin
embargo, en 1914 las empresas británicas solo aportaban: cerca de 30%
de las exportaciones de carne del país, a tiempo que los intereses argen
tinos retenían apenas el 10% (43).
A comienzos del siglo XX, la industria de empaque de carne ya pre
sentaba formas de organización de la producción que se tomarían típicas
en otras industrias con el paso del tiempo. El trabajo estaba racionaliza
do de acuerdo con una línea continua y mecánica de desmontaje que di;.
vidía sistemáticamente. el proceso laboral en grupos de operaciones sim..:
pIes y repetitivas. En Chicagoya se había logrado el perfeccionamiento
de tal sistema al principio del siglo y se exportó a las más modernas y efi
cientes plantas construidas en Argentina por Swlft y Armour en los pri
meros años de la centuria.
43. Además de Ortiz, Hiséoria eoonÓmiea. .• se hallan útiles reseftÚ de la evolución inicial de la
industria argentina de la came en Antonio M. Poz Costra, Loe friaorifleoa, Buenos Aires,
1918; Sociedad Rural Argentina, Comercio exterior de carDes, Buenos Aires, 1927; y James
Tronbridge Critchell y Joseph Raymond. A History of Che Frozen Meat Trade, Londres, 1912.
La historia del más exitoso de los pr:i:lneros frigorlficos argentinos puede leerse en (Compaiúa
Sansinena) "La Nepa" en IUS cincuenta &608, 1891·1941, n.p., n.d. El banquero Ernesto
Tornquist fue el primer presidente de su junta directiva.
156 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
, .' El eminente historiador sindical norteamericano, John R. Commons, Tal fue el desenlace
describió el proceso de trabajo en el empaque de carne y destacó sus carne en Estados Unido
implicaciones para la organización laboral luego de una fracasada huelga cadas del siglo XX. En
en Chicago en 1904: oleadas de inmigrantes
obreros de la came en 1
"Seria dificil hallar otra industria en donde la división del trabajo haya sido tan inge
" niosa y microscópicamente elaborada. El animal ha sido examinado y extendido utilizados para que hie.
como un mapa, y los hombres han sido clasificados en más de treinta especialidades los polacos y los lituan08
y niveles salariales, que van desde los 16 hasta los 50 centavos por hora. Los que irlandeses. Después de
ganan 50 centavos están reservados para utilizar el cuchillo en las partes más delica ron mano de negros y po
das de la piel o el hacha para romper .el espinazo. Y, dondequiera que un hombre ticas tendientes a prom
menos calificado pueda introduciree por 18, 18 1/2, 20, 21, 22 1/2, 24 6 26 centavos, obreros en el trabajo y el
se le encuentra un lugar y se disefia una ocupaci6n. Solo para trabajar la piel existen
:f nueve posiciones, con ocho diferentes sala:rlos. El de 20 centavos arranca la cola, el de poJiticas amenazaban co
22 1/2 se encarga de quitár otra parte en donde la piel salga fáci1mente y el euchiUo da en los sitios de trabaj
del hombre de 40 centavos corta una textura diferente y posee un 'tacto' diferente del mas. Durante las huelg¡
hombre de 50 centavos. Las habilidades se han especializado de acUerdo con la anato esquiro!es a sus empreBI
mia. sureños. Los esquiroles I
Así, en Qll grupo de 230 hombres, que dan muerte a 106 cabezas de ganado por hora, des empacadoras. El cal
apenas hay alrededor de once hombres que devengan 50 centavos la hora, y tres con
45, mientras que los de 20 centavos y más son 86 y los que ganan menos de 20 centa Pinkerton y llamaba a la.
vos son 144". piquetes y reuniones sin
de espio~e en las plaDti
Commons continuó explicando lo que ganaba el capital con estadivi que solo eran reembolss<
sión del trabajo. "Hombres más baratos '- fuerza de trabajo no caUfica,;. do en actividades huelgui
da e inmigrante- podian ser empleados en grandes cantidades' , . Entre tuno al separarse de la 00
tanto, a los obreros calificados se .les podía garantizar salarios altos y
empleo permanente. "Si la compañia hace deseables estos empleos cali !Dés de la organizaeilm "mOda
ficados y vincula a los hombres a ellos, bien puede volverse indepen ne prefiguraron otras tendera:i
.> diente de los cientos que laboran en trabajos no calificados". El capital escala mundial 108 sistemas de
y, periódicamente, se dividían
también obtenía más trabajo y más rápido de una fuerza laboral que reci consumo de lineas de productc
bia menos salario en su co:qjunto. Commons citó el ejemplo típico de los un principio desconocidas o iuI
. ,, encargados de romper el espinazo. "Enel año de 1884, cinco de ellos en la qulmica para conservar la ca
los párpados de los cerdos hasI
un grupo determinado recibían 800 animales en 10 horas, osea, 16 por mad08 en cientos de sustancia
hora para cada uno, con un salario de 45 centavos. En 1894habia aumen comestibles de e&me que fonw
tado la velocidad, de modo que. cuatro obreros reciblan 1.200 en 10 ho cuartas partes de las ventas &Qt¡
45. Estas tActieas IOn descritas eu
ras, o sea, 30 por hora para cada uno, un incremento de casi 100% en 'Ihe Ne8J'O in tIle Slaughtermr .
diez años. Los salarios, con excepción de contados obreros calificados, James &gen Ho1comb, "Th&
.. '
fueron reducidos a 40 centavos por hora". El aumento de la velocidad de
la producción fue, de acuerdo con Commons, la causa primordial de la
Ph.D., University of Dlinois 1S
Chicago a partir de 1917. ~ ~
cual se desbarató a causa de la e
huelga de 1904. Esta fue derrotada cuando los trabajadores calificados miento obrero anticapitalista dt
'.
se pusieron del lado de la administracibn y cuando los esquiroles del ciente trabajo organizativo de 1cI
enorme contingente de obreros inmigrantes no calificados de Chicago teamerican08 consiguieron el "
., remplazaron a los huelguistas (44) .
eaIariales y en las condiciones el
fueron parte de la gran moviliza
t ~ ,.
laciónlabora} del New Dealens
en el decenio posterior a 1936. 11
44. Job R. Commons, "Labor Conditions in Meat Packing and the Recent Strike", en The Qaar· elsindkato de 108 obreros de la
terIJ.JournalofEeonomies, No. 19, nov. de 1904,1-82. Í.ucita88Ol1delaspp. 3,4, tiy7. Ade- del movimiento laboral norteaml
ARGENTINA 161
más de la organización "mOdema~'del trabajo que adoptaron, las firmas em~ de car
ne Pl'I'~ otras tendencies en'la evolución de la empresa tapitaliata.· M~ a
escala mundiallna sistemas de producción 1 ~buci6n de la eame18W!,prod~dmivados
y, periódicamente, se divi.d1an el mercado entre si. Empleaban la publicidad para p~ el
consumo de Uneas de productos (salchichas de Frankfiut, jamones y carnes en'~rva), en
un principio desconocidas o inaeept.ablee para la maTOña de10e eoDawnidores.AProveeba:ron
la qu1mica para conservu la carne y aaear ventaja de eada una de las partes delanim4l, desde
loa párpados de loa cerdos huta las peZll1ia8 de las reses. Artlculos como élltoBelWltransfor
mados en cientos de 8U8tancias y productOs, muchos de elloa muy remotos de los productos
comestibles de came que formaban el núcleo de las operaci&nea de empaque y generaban tres
cuanu parte8.de las ventas totales.
4&. Estas táctieas son descritas en forma exhaustiva por Alma Herbst en BU monosrafla.cljsica
The Nepo In ibe Slaughterlng 8lld Meai·PaekIng IndWlÚ'JIa Chkago, Cambri<fge, 1964, Y en
James RogeraHolcomb, "Thé UDion Policles of Mea&Paekere, 1929-1948", dis8rtaclónpara
Pb..D., U~veraüy of IlIinois, 1957. Lqs obreros de la carn& ~ una granorgeni"""*,, en,
Chicago a partir de 1917, bajo el liderazgo del elndieali~ de la 1WW, WilIiam~. Foster, ,la
cual se desbarató a causa de la depresión de la posguerra y el Hnico Rojo que aplaStó el movi
miento obrero anticapitalista de Estados Unidna. Finalmente, luego de varios aftos de un pe
clent8 trabajo organizativo de lna comunistas en loa dos treintas, loa obreros de la carne nor
teamericanos consiguieron el reconocimiento de las empresas, as1 como importantes mejoras
salariales y en lascondiclones de trabajo, durante la Sepnda Guerra Mundial. Estas victorias
fueron parte de la gran movilisaclón obrera que bajo la cUrecci6n de la CID apróVec:hó la legis
lación laboral del New Deal en BU lucha por organizar lalndWlCria btsica de los Estados Unidos
en el decenio posterior a 1936. Después de la guerra y de la purp del ala kquiei:da de la eIO,
el sindicato de los obreros de la carne adoptO la poeiei6n de pan., mantequfllá earac:terIstica
del movimiento laboral norteamericaDo en el periodo de la p08I11erra. .
------------ -_.- .- .- ._
,
\,. 168 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
Cada una de estas tácticaS antisindica1es fue empleada también en beradas para profundi
Argentina. En las populosas provincias costeras de Buenos Aires, Santa extrarUeros no califia
Fe y Entre Ríos, como en Chicago y Kansas City, los empresarios apro grupos menos favorec
vecharon el gran contingente de obreros inmigrantes no calificados para disticas de .las primer
renovar su fuerza de trabajo durante las huelgas. Enfrentado a la solida neos, especialmente'·
ridad de los obreros de la carne y los sectores organizados del movimien de todos los Balcanes
to obrero urbano, el capital reclutaba obreros en los conventillos y en las Oriente. Estas persODl
poblaciones rurales y trata esquiroles de Uruguay. Las compañias de rantes entre la clase 01
pendian de las fqerzas del gobierno para proteger a estos· trabajadores (europeos del Este prc
de los piquetes de huelga y recurrian a la caballerla para disolver reunio estaban presentes en L
nes y manifestaciones sindicales. Antes de las huelgas, las compañias los obreros eran segrel
empacadoras trasladaban hamacas y grandes cantidades de comida a las ceso de producción; pe:
plantas, de modo que los esquiroles no tuvieran que aventurarse por las ción de latas y embutid
barriadas obreras cercanas.a las empresas. Las compañías elaboraban las cámaras frias. Tale
listas negras y sistemas de espionaje. En 1921, si no antes, Swift usaba pos de trabajadores y d
un contrato en por lo menas una de sus pIRntas, en el remoto rio Galle nizaciones a nivel de pI
gos, que obligaba a los obreros a depositar en la compañía 30 pesos men zación efectiva era el fu
suales, cerca de una semana de paga. Si el trabajador renunciaba o era cialmente los que exigl
despedido por cualquier razón, osi contribuía ,. directa o indirectamente por nativos. Mientras e
a disturbios u obstaculizaciones·del trabajo", cedia por derechas a la habilidades artesanale:
compañía todo el dinero depositado. El trabajo era estacional en esta mayor parte de las mm
planta: solo abria para atender el sacrificio de ovejas durante los meses siglo XX, los obreros lUl
de verano (46). za de trabajo rural ded
Al igual que sus compañeros de Estados Unidos, los obreros argenti siglos, pQdian dominar:
nos de la carne eran particularmente vulnerables a las tácticas antisindi Es tal vez comprens
cales debido al alto porcentaje de trabajadores no calificados, muchos de munerados desaproban
ellos inmigrantes, mujeres y niños. El censo de 1914 muestra que dos mal pagos y no simpatil
terceras partes de la fuerza de trabajo en la industria eran inmigrantes. nes laborales. Tales ae
Sintomático delcrecido número de empleos no calificados en las plantas trabajo, eran cultivad~
era el hecho de que I8s mujeres y los niños, ambos con· salarios· mucho res culturales divulgadl
más bajos que los hombres, comprendian casi una sexta parte de la fuer Los inmigrantes, se &fu.
za de trabajo en 1914. Con el tiempo este porcentaje aumentó, de modo de los conflictos laboralE
que en 1935 más de una cuarta parte de los obreros empacadores de car valores del legendario g¡
ne eran mujeres y niños menores de lB años (47). cuchillo al cinto, a quieI
La organización del trabajo en el empaque de carne abria unaconsi en la quintaesencia del
derable brecha entre' obreros calificados y no calificados, que la adminis dominaban el trabajo eJ
tración podía explotar por medio de pagos diferencialés y políticas deli para la acción laboral. ]
proceso productivo y si,
" lizaba. Si se negab~n a Il
46, En Bayer. Lon_lradores de IaPaíqODla trágiea. ... VoI.2. a partir de la p. 96, ae reproduce dad muy amplia entre lo
una copúulel contrato usado en la planta de Swüt en Rio Gallegos. El contrato tal vez no era
Upico: Swift afrontaba aerios problemas para controlar a sus trabe,jadores en la remota y poco
habitada patagonia. 48. Tal como ae indica en la sigl¡
47. República Argentina, Tercer CeJUlO NadoaaJ, Buenos Aires, 1916-17, Vol. 7. p. 353; Repúbli cional. los dirigentes de los o
ca Argentina. Ministerio de Hacienda, CeD80 induatriaI de 1935, Buenos Aires, 1935, p. 58. trabajadores que "por su PIJ
ARGENTINA 169
48. Tal como se indica en la siguiente sección, en 1939, en una peticl6n diricida al CoagreIO Na
cional,loe dirigentes de los obreros de lacame denunciaron la táctica empresarial de emplear
trabajadores que "por su poco conocimiento .461 idioma aceptan más fácilmente condiciones
160 LOS TRABAJADORES EN LkHISTORIA ARGEN'J'INA
: .,t- A pesar de tan formidables obstáculos para la organización. los tra Para ser un Carpintero,
bajadores de la carne lanzaron importantes acciones colectivas tendien en las manos una gad
tes a mejorar las condiciones en que laboraban. Diversas fuentes dan explicaba:
cuenta de huelgas en frigoríficos individuales en 1894, 1915, 1917-18,
1920, 1921, 1925, 1928 Y 1932. De todas, la más prolongada, poderosa y "Efectivamente, alli no 111
promisoria ocurrió entre 1917 y1918. Abarcó cuatro de los cinco grandes nada llUÍs. Llegaban las ti
frigoríficos cercanos a Buenos Aires. Se trataba de las enormes plantas uniendo aquellas tablas, 1
Swift y Armour en Berisso, cerca de la capital provincial de La Plata. si clavaban matemátic:a:mell
trabajo que el de cuidar ql
tuada a unos 60 kilómetros de Buenos Aires, "La Blanca" (de Moms Aquello era un trabajo de
Armour) y "La Negra" (de Sansinena, una compañía de capital argenti
no y extranjero), ambas ubicadas en Avellaneda, el suburbio industrial En los frigoríficos oc
situado al sur de la ciudad de Buenos Aires. Por la época de la huelgade actividad creadora y los
1917-18, cerca de 11 mil obreros estaban empleados en las plantas de turnos. Debido a la form
Berlsso, y unos 4.500 en las de Avellaneda. Las exigencias de los obreros raleza de la tarea, las lal
durante la huelga ayudan a comprender las bases de la solidaridad pro más duras,súcias,monl
letaria en el sector del empaque de carne. La evolución misma de la a la naturaleza irregular
huelga demuestra con cuánto sacrificio y energia creativa trataron estos montaje y procesamient
obreros de superar los tremendos obstáculos que se atravesaban en su joven en las plantas eml
camino(49). de construir durante do
Cualquiera que fuera su paga o función en el proceso de trabajo, ro describió luego lo desag
dos los obreros de la carne compartían la experiencia común de laborar pequeñas, algunas sucia
en empresas capitalistas avanzadas. Un personaje de una novela sobre dores en línea a una misr:
trabajadores de la carne, un carpintero calificado, describía lo que' era
ejercer su oficio en la cajonería de las plantas de empaque. "1 Recorchos! "Sucede a menudo que epa
mé,s cuidado que se tenga
capa de piel que los ~bre ~
bochomOllll8 .,.re. el trabajo". En consecuencla,.1as empre888 hadan "~r al t:rabe,iador
exb'm:Qero como utI enemigo del trabajador nativo" e iinpedlan la OrpDizácl6n en las plantas.
ojos, y hay tiempo a~i
CáDwa de Diputados, Diario de fIé8icmes de 1939, VoL 3, ppdl8-21:'La bnportancia de la es.a materia repugnante. Al
eiDic:idad en la orglUlizacjón del trabajo en 10lJ t'rigotifkoe ~stá doc:uulelltada, para comienzos bunda y asquerosa, en un al
del siglo XX, en la lIlOI1o¡rafia de HerblJt, op.cit.• Yen el revelador clásico de Vpton SiDclair mones con el aire infecto ~
The JUDgle, Cambridge. 1971, 1a.ed., 1904. Aquélla fue confirmada para la Argentinll¡ de 108 sis" (51).
dos euaréntas por entrevistas que'reaJicé con obreros de la eame en 1978. La iinportaJícla de
las concentra.cionea étnicas en lastli.venas partelt del proeellO productivo para la organizaci(m.
obrera en general se examina enPeter Friedlander, The "qeace oh U4W. Local. 1938 50. BernardoGonzálezArrili, to.,
1939, PiUaburlfh; 1975. La importancia estratégica de los obreroscalificadOlJ en las playaS de 51. Peter, Cróaicu Proleíarias. ..•
matanza está bien documen&ada en la Hteratutaestadounldense y confirmada para Argentina de Sinclairsobre l08rieagos yi
en José P.r"CJróaIcM proletaria8,Buenos Aitee, ·1_.p. 39.Ladiripnte aibdieal Stella los c:amic:eros y loa enearpdoe
Nowicki describió, a comienzos de los dos cuarentas, UI\&lsitu8ción en la planta de Annour. en Dos que usaban euc:hillos, llpIiIl
t ,.' Chic:ago que se aparta de la tipic:a'historia argentina. Alli•. UD grupo fuertemente uqldo de
obreros negros éalificad08 de la playa de matanza usabo !!jl poder paradismiDuir el ritmo o
Para ser un carpintero aquí no hace falta saber cepillar, ni haber tenido
en las manos una garlopa nunca. ¿Carpinteros? ¡Ja, ja!" El novelista
explicaba:
"Sucede a menudo que aparecen animales con tumores y granos llenos de pus, y por
más cuidado que se tenga, es dificil evitar que el· filo del cuchillo traspase esa fina
capa de piel que los cubre, y con frecuencia ese pus salta a la cara, toca la boca y los
ojos, y hay tiempo apenas para pasuse la mano ensangrentada y sucia.para apartar
esa materia rtlpugnante. Al cansancio, a los dolores, se agregá esa materia nausea
bunda y asquerosa,e1i un ambiente cargado de malos olores que se meten en los pul
mones con el aire infecto de microbios de toda clase, de tuberculosis, de brucelo
sis" (51).
60. Bernardo González Arrlli, Los cblll'C08 rojos. Buenos Aires. 1927. p. 76.
61. Peter. CróDieu prvIeiariu. ..• pp.5fi-57. CompÁreSe la descripción de Peter con la discusión
de Sinclairsobrelos riesgos y las enfermedades ocupacionales en TIte JUDgIe, p. 98: "Entre
los camieeros y los encargados delsacrifieio, los deshuesadoretl ydesbutadores y todos aque
llos que WIIlban cuchillos. apenas podia hallarse una perflOfta que pudiera emplear su pulgar.
pues continuamente la b8se del dedo sufrla cortadas hasta quedar reducido a una masa de car
ne con la cual el operario presionaba el cuchillo para sostenerlo. Las manos de estos hombres
(... ) no tenian ufias, habiandesaparecldo arrancando las pieles; sus nudillos estaban tan hin
chados que los dedos se extendian como un abanico. Habla individuoá que trabajaban en las
cocinas. en medio del vapor y los 01ore8 nauseabundos, con luz artificial; en estos sitios los
gérmenes de la tuberculosis podian vivir hasta dos dos. mas el suministro era renovado cada
hora. i ... ) Habla quienes trabajaban en lo. cuartos frioe.· cuya enfermedad más común era el
reumatismo. (... 1Esiaban los esquiladore. de lana, cuyas manos estaban hechas pedazos. i ... )
ya que lá piel de las ovejas tema que ser impregnada de ácido para soltar la lana que luego
debla ser arrancada con las manos. i ... ) Estaban los que hadan la hojalata para la came enla
tada; SUB mano. también estaban llenas de cortadas y cada cortada representaba el peligro de
162 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
Fotografias del interior de las plantas, tomadas a principios. del siglo, tas eran confrecuen
confirman las descripciones de Peter. Muestran a obreros~harapientos, Argentina no sufria d
manchados de sangre y descalzos hacinados en las húmedas y sanguino en Estados Unidos, 1
lentas playas de matanza o trabajando, mal vestidos, en las cámaras mente y los obreros e
frías y en los congeladores (52). Entre las primeras demandas de los veces lostmbajadolef
obreros de la carne figuraban el suministro de agua potable fresca y ade se con que no eran ne
cuadas facilidades para que los trabajadores se lavaran, asic6moprovi horas. Las demand8J
sión de camisas, mantas e impermeables Pllra usar en las faenas. En más altos y, en 1917,
1917 los huelguistas también pedían un día de paga para los obreros le para los obreros peor
sionados en el trabajo. Si un operario resultaba incapacitado, exiglan eliminación de la prác
que fuera compensado con una pensión equivalente a la mitad del salario trabajador empleado
diario promedio devengado en las dos semanas anteriores. al acciden mínimo de medio dia .
te (53). níanque cuando no hl
Todos los obreros sufrían asimismo con el ritmo del trabajo, el abuso tia rotarse entre todo
de los capataces enatrgatios de los niveles de producción y las exaccio gran huelga sacudió Pi
nes de las multas aplicadas para garantizarla" disciplina". en el lugar de los obreros de la carne
trabajo y prevenir daños a la materia prima. En 1917 los huelguistas ex¡" vindicación que en 191
glan mayor respeto de los capataces y, en un esfuerzo por ganarse a los en un salario y medio
operarios calificados de las playas de matanza para la causa del paro, blecimiento del 10. de
solicitaban poner fin a las multas y a los despidos de carniceros que mar En todas las huelg;
caran o cortaran las pieles. En 1917 dicha táctica fue evidentemente exi demanda más sensiblE
tosa. Trascurridas tres semanas de la huelga, 170 obreros de la Swift,en corporación de 1()S or!J¡
Berisso, que procesaba ganado vacuno, enviaron una reveladora decla pOr las compañías. Pt:
ración a la prensa socialista. Afirmaban su apoyo pleno a t(Kbu; las exi 1917, en,Swift, la COlDIl
genciasde la huelga y anotaban con placer que "la completa unión y la vista económico, los lE
solidaridad que existe actualmente en nuestro gremio resta todo valor a hicieron pedazos la pel
las cartas que en un momento de inexplicable confusión le fueron dirigi garon a discutir con é8
das aisladamente por varios compañeros; los que hoylarnentan haber se mostraron más disp¡
obrado asi, en prueba de lo cual firman la presente"(54). '. res en esa misma huela
El salario de las diferentes categorías en el sector de la carne era mente la nueva planta I
comparable al de otras industrias urbanas, pero las labores en las plan- la administración ofree
cas siempre y cuando le
envenenamiento de la $8DI'l'$••• " Al evaluar estas descripciones deben teaenNt en t:UeDta el funcionarios de la empl
e8t.ilo e:uJtado de Siuclair y la naturaleza de IIWJ compromilloe polWtos .,loII ü,Pet.er. Ea Quizá exigencia del comité I
revelador del tono diferente de la vida politica y 80cial deArgentiDa el queninguDa novela
ugentina iul.ya alean.zapo la notorie4ad y el. impadode.la. flunoaa dénUDGia de Sinclair. Empe acuerdo estuviesen sujl
ro, cualesQuiera Que ~ 8QS mériWs literarios, la no.vela oort.a de Gom:ále$ Auili sobre una tes de la compañía y el j
de las primerashuelgu en 1011 frigorIficos de Avellaneda {citado en·.nokl5O.).p,re8entaa 1011 Hasta los años cuan
obreros de la carne con mayor sutileza y IlUS vidall ~n máII complejidad Que ..... JaqIe•.
52. La parte 3 de la edición de pasta dura de Rubén Isearo,...... del~tQ lIÜuIieal¡eBue
cos dependió de los ese
DOII Aires. 1973, contiene reveladorall fotografias de las p!antu y de los obreros durante este que cualesquier otros 1<
periodo. colectiva. Ellos, al igua
53. Lu demandas de la. huelga no eran ell:8Ctamente las mismas en las diferentes plantas en con
flicto en 1917-18. Las flue formularon.loll trabajadores.de Swift y Armour aparecen en La Van
¡puIrdia. nov. 27 de 1917,p. 3; las de los obreroe de "La Blanca" Y "La.Negra", en Avellane
55, En Elltados Unidos las eom
da, en La Protesta, diciembre 16 de 1917. yeftmeros logros de 1917
54. La VanguanIia. diciembre 17 de 1917, p. 2. por la producción en tiem¡l4
lA ARGENTINA 163
...
:'
» funcionarios de la empresa fueron inflexibles y rehusaron someterse a la
1..1
exigencia del comité de huelga de .que los términos del proyectado
1/1"1& acuerdo estuviesen sujetos a la redacción y la firma de los representan
1Ue
_lUla tes de la compañía y el sindicato (66).
~Ios Hasta los años cuarentas, el desenlace de las huelgas en los frlgorifi
14' cos dependió de los esquiroles. Los obreros de la carne entendian mejor
!iIJI¡e
~,eate
que cualesquier otros lo que significaban los .rompehuelgas para la lucha
colectiva. Ellos, al igual que todos los obreros argentinos, llamaban a los
55. En Estados Unidos las compai'úas también se negaron a reconocer los sindicatos. Los grandes
yeftmeros logros de 1917-18 se dieron gracias a la intervenc:i6n de UD gobierno preocupado
por la producción en tiempos de guerra.
164 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
esquiroles borregos y carneros. Tales términos poseen una aplicación y ordenaba salir del tren
universal, pero tenían un significado especial en una economia exporta policía requisaba a todOl
dora de productos pecuarios, particularmente para quienes laboraban en obligaban a los emplead~
las plantas empacadoras. En los frigorificos las ovejas abandonaban la vivas a la huelga (57).
lucha por la vida con una ingenuidad colectiva y una docilidad mistica Los militantes tambi
incomprensible para los seres humanos racionales. El ganado, con sus obreras, quienes figurat
cráneos hechos añicos por los golpes de martillo de la •• aldaba". caía peor pagados. Eran las m
dando coces y bramando en las playas de matanza. Los cerdos sacudian citadas para sobrevivir s.
,;,'t
las paredes con su atroz protesta mientras eran transportados mecánica del 40% de operarios qu
mente, suspendidos de una pata, hacia el hombre encargado de cortarles mour en Berisso al final
el pescuezo. Las ovejas, en cambio, como lo indica un novelista, eran mujeres. Los perló
mujeres a las manifestac
"eran la antitesis de los barulleros cerdos. Las tomaban de las cuatro patas y coloca" los mitines, las acciones E
ban boca arriba en unas arqueadas tarimas de hierro, con la cabeza suspendida sobre frontaciones con la policÍI
una canaleta de latón. En esta posición quedaban como sesenta o setenta. animalitos, bre las mujeres decidiero
sin que se quejara ni uno. Tres hombres iban colocándolos. y uno solo degollándolos.
Se dejaban degollar b1blicamente: sin chistar. Movían unos minutos sus paUtas Berisso para promover la i
. mientras se desangraban y miraban con ojos de dulce sorpresa a los hombres que las Durante la huelga de ]
mataban. Eso era todo. Al instante estaban sobre otros taburetes, siempre patas yo de la FOM y la FOF, 8!
arriba, sin piel, dejándose revisar por 108 veterinarios" (561. jadores maritimos de la F
Buenos Aires y por lo me:
Durante el cese de 1917-18, los huelguistas dedicaron toda su ener cIutados en Montevideo
gía creativa a derrotar a los rompehuelgas. Calcularon la hora cero de la los alojaron en sus salo~E
huelga, declarada en Berisso el 28 de noviembre y en Avellaneda el 6 de empleo o retornar a casa. 1
diciembre, de modo que coincidiera con la disminución del contingente traban combustible a los Íl
de desempleados en las ciudades a raiz del comienzo de la cosecha ce transportaban carne a los
realera en la pampa. Recurrieron a mitines de masas para conseguir y rroviarios contribuyeron el
mantener la solidaridad con la huelga. En BerisBo y Avellaneda, millares de los obreros de la carne.
de obreros se reunían casi a diario en lotes desocupadas, en los salones movimiento obrero argenl
de otros sindicatos y ocasionalmente en teatros públicos para deliberar para conseguir dinero des
sobre las peticiones y estrategias, compartir información y aplaudir y cri tas despedidos y sus famiJj
ticar las concepciones revolucionarias y las estrategias huelguisticas Todas estas manifestae
expuestas por orádores sindicalistas, anarquistas y socialistas que rivali vamente en la prensa obn
zaban entre si. Desplegaban cientos de piquetes de huelga para intimi barberos sindicalizados qtl
dar y ridiculizar a los esquiroles. Realizaban campañas en los vecinda tas, eran honrados en list.
."
rios obreros con elfin de conseguir respaldO para la huelga y educar a ciantes locales que donaba
rompehuelgas potenciales. Descarrilaban y desenganchaban trenes que taso Otras listas denunciab
1 •
.. transportaban obreros y ganado a las plantas. Ello. de diciembre, cerca cioneros" que suministrab
de Berisso, una muchedumbre de huelguistas abordó un tren de pasaje comerciantes eran blanco
"
ros e hizo salir a los administradores, los contadores y "otros altos fun.;. obreros organizados, y enl
". cionarios" que viajaban hacia las plantas. Cuando los empleados se re
husaban y los trabajadores procedian a expulsarlos, la policía intervenía
se negó a suministrar pan
c:lie
tas. Otras listas denunciaban a ,los esquiroles y a los comerciantes ,. trai
cioneros" que suministraban provisiones a las plantas empacadOras. Los
comerciantes eran blanco de boicots declarados por consumidores y
iuJi-' obreros organizados, y en un momento dado, el sindicato de panaderos
wfe se negó a suministrar pan a los comerciantes infractores. Incluso parte
lnia
57. Revlewofíhe IUver PIaie, diciemb,., 7 de 1917, p. 1896.
58. La Vanguardia, diciemb,., 6 de 1917, p. 1; diclemb,., 6 de 1917, p. 1; diciembre 18 de 1917,
p.2.
166 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
,. '. del personal de supervisión de los frigorlficos declaró su respaldo a la mente causadas por
lucha de los trabajadores. El 16 de diciembre, el periódico socialista La parlamentario social
Vanguardia informó sobre una segunda reunión de supervisores, capata que.protestaban por
ces y empleados de las plantas de Berisso, quienes ratificaron una reso los firmantes, asevel
lución en el sentido de "no hacer, en el actual conflicto, causa común con dos en Beriaso, son (
los capitalistas y evitar ponerobstáculos al logro de las aspiraciones pro nen nada que ver con
letarias" . Con este apoyo del movimiento obrero organizado y elementos A medida que pr
de la clase media, las tácticas huelgulsticas de los trabajadores de la car presiones de la adm
ne empezaron a dar frutos. Para la segunda semana de diciembre, los ganaderos y la prens¡¡
obreros hablan conseguido detener virtualmente la producción en Bens jo" (60). Lascompañi
so y Avellaneda. y trasladar sus operac
Los obreros alcanzaron esta meta pese a la hostilidad del gobierno s~bre la amenaza que
radical. Tan pronto como los trabajádoresvotaron el cese de actividades, clonal. y la Review o
el gobierno despachó escuadras de policia, la cabal1erla del ejército y complot de agentes aL
unidades de la marina a proteger las plantas. Técnicos del ejército ayu de los Aliados. Para u
.~, J
daron a mantener en funcionamiento los equipos de enfriamiento con el ción de la estabilidad
fin de conservar la carne almacenada en los frigorlficos. Personal de la fuente de presión resí.
marina piloteó y remolcó las barcazas que transportaban la came proce carne a la región del (
sada a los trasatlánticos refrigerados. Bajo la protección de la fuerza Negra", el mayor prov
pública, las empacadoras y sus pequeñas comunidades de esquiroles gro en un telegrama al
residentes fueron convertidas en campos armados. La policía y los solda nador temporal de la p
dos se unieron a las fuerzas de seguridad de las compaftias e instalaron gobierno, insistia de~
ametralladoras en .las ventanas y reflectores en los techos. La tropa a trabajar. "De m~oQ1
caballo dispersaba los piquetes, disparaba sobre los obreros que ataca sagrados.derechos prO(
ban a los camioneros cuando tratan ganado a las plantas e irrumpía en rá que sea necesario ce
las sedes sindicales y en las. manifestaciones, hiriendo con· sus sables a rna, cuyas consecuend
decenas de trabajadores y a miembros de sus familias. numerosos centros de .
Los hechos más violentos .se presentaron en Swift·la noche del 3 de Federal, no pueden e~
diciembre. La administración y la prensa liberal informaron que los cia" (61).
obreros primero habían cortado los cables eléctricos del distrito de Beris ~n un esfuerzo por (
so. Luego, en medio de la oscuridad, centenares de huelguistas asalta radIcal, la FORA exigió
ron la planta. La carga, de acuerdo con los reportes, había sido dirigida oficial en la huelga, bE
por un hombre a caballo que tocaba una corneta. La prensa obrera negó
vigorosamente dicha versión y sostuvo que la administración y la policia
hablan fabricado la historia para encubrir una operación destinada a 59. Review 01 the JUver PlaCe di
sembrar el terror en los vecindarios obreros que rodeaban la planta. Lo 60. ~l desbrozador estudio d~ p,
que si parece ser cierto es que hubo un apagón y una descarga de fusile tiene mucha infOrmación 801
durante la Primera mitad de
" rla desde la planta y que la policla invadió los barrios obreros. Sacaron a ensayo para la obtenclónde
la fuerza a decenas de obreros con sus familiares, los apiñaron en recin de la carne. Acerca de la hIlE
tos cercados de la planta y los interrogaron durante horas antes de pa 61. Renew 01 ihe River PlaCe, e
espaíiol. En el mismo perióc
sarlos a los militares y a los jueces para ser procesados. Incluso la proca larga li8ta de las camiceriu
pitalista Review of the River Plate publicó una versión obrera de los he bién vendfan una parte sigl
chos, la cual sostenia que de las 101 personas arrestadas (la mayorlade ~rtó acerca de la posibilidt
ción con.la de exportación, p
ellas "decían ser turcos"), 67 tenian heridas de sable o daga supuesta- la orgaJ1í.Zación obrera en ~
IllA ARGENTINA 167
59. Reviewoftbe RiYerPlate, diciembre 8de 1917, p. 1463; La Vuguardla, diciembre 11 de 1917.
60. El desbrozador estudio de Peter Smitb, PoHda _d Beefin ArtentiDa, Nueva York, 1969, con
tiene mucha información sobre las fuerzas politicas que actuaron en la economia exportadora
durante la primera mitad del siglo XX. Me he apoyado en la obra de Smith a lo largo de este
enasyopara la obtención de mucha de la información sobre la poRtica nacional y la industria
de la carne. Acerca de la hueJgade 1917·18véansepp~ 72-73.
61. Review 01 tbe RiVef Plate, diciembre 21 de 1917, p. (a) 1529. La cita ha sido retraducida al
español. En el mismo periódico, enero 4 de 1918, p. 9, aparece, en un aviso publicitario, una
larga lista. de las carnicerías locales suministrada por •'La Negra". Los otrosfrigorificos tam
bién vendian una parte significativa de su producción en Argentina. Albert Hirschman me
alertó acerca de la posibilidad de que la prodUcción para el COJlSWtlo doméstico, en combina
ción con la de exportación, pudiera haber tenido importantes consecuencias para el destino de
la organización obrera en Argentina.
168 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA
,.de
¡¡una llar recursos financieros entre la familia Y la comunidad para mantener una huelga prolonga
da. Esta consideración puede ayudar a explicar la mayor resistencia de los huelguistas de
Avellaneda, una comunidad más antigua y establecida Que BerisllO.
170 LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA ARGENTINA