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y Trujillo.
Historia
19-03-2024
1
Resumen: Este trabajo examina la situación de la mujer durante la Guerra Civil Española
y la posguerra, utilizando expedientes de huérfanos. Se analiza la política social posbélica
y su impacto en viudas y huérfanos, así como la transformación de la vida de las mujeres,
enfrentando pérdidas y desafíos domésticos en un entorno legal complicado. También se
reflexiona sobre el Decreto de 23 de noviembre de 1940 en relación con las viudas y
huérfanos de Cáceres, Plasencia y Trujillo.
Abstract: This work examines the situation of women during the Spanish Civil War and
the postwar period, using orphan files. Postwar social policy and its impact on widows
and orphans are analyzed, as well as the transformation of women's lives, facing losses
and domestic challenges in a complicated legal environment. It also reflects on the Decree
of November 23, 1940 in relation to the widows and orphans of Cáceres, Plasencia and
Trujillo.
2
Índice:
1. Introducción: ............................................................................................................. 4
2. Fuentes: ..................................................................................................................... 4
3. Metodología: ............................................................................................................. 4
9. Conclusión:.............................................................................................................. 30
3
1. Introducción:
El presente trabajo pretende arrojar luz sobre la situación de la mujer durante la Guerra
Civil Española y la posguerra utilizando la información contenida en los expedientes de
huérfanos.
También se explora cómo la guerra transformó las vidas de las mujeres, tanto en el ámbito
doméstico como en el público, desde la pérdida de seres queridos hasta el desafío de
mantener a sus familias en un contexto legal que no le facilitó las cosas.
2. Fuentes:
Para la elaboración de este trabajo se ha recurrido a varias obras referidas tanto a la Guerra
Civil Española como a la justicia social durante el primer franquismo, siendo estas fuentes
secundarias. Para las fuentes primarias se han utilizado los documentos del Archivo
Histórico Provincial de Cáceres, concretamente los Expedientes de Huérfanos de Cáceres,
Plasencia y Trujillo, contenidos en la Sección del Gobierno Civil, apartado de
Beneficencia. Estas fuentes han sido estudiadas con mayor enfoque.
3. Metodología:
La metodología utilizada ha consistido en la investigación presencial en el Archivo
Histórico Provincial de Cáceres. Allí, una vez los trabajadores me hacían entrega de los
expedientes, fotografiaba la información que consideraba importante para posteriormente
redactar el trabajo. Por lo tanto, la metodología empleada ha sido la analítico-sintética.
No obstante, debido al deterioro de algunos de los expedientes revisados, en alguna
ocasión se ha tenido que hacer empleo de la metodología hipotético-deductiva.
No ha sido esa la única metodología utilizada, puesto que la información que conforma
el resto del trabajo ha sido extraída de libros y artículos que previamente han tratado los
temas de la Guerra Civil y la justicia social. Para ello, se ha realizado una lectura de las
4
obras, se ha apuntado la información que interesaba junto con la página en la que se
situaba para posteriormente citarla según las normas ISBD (International Standard
Bibliographic Description).
5
escrutinio oficial generó controversia1, aunque fue un acto legal2. Tras el escrutinio, el
Frente Popular tenía 267 escaños frente a los 206 de otras fuerzas políticas. Estas
elecciones fueron objeto de debate debido a su importancia histórica y al clima político
tenso, y sirvieron como uno de los catalizadores de la posterior rebelión militar3.
1
Moradiellos, Enrique, “Las elecciones generales de febrero de 1936: una reconsideración
historiográfica”, Revista de Libros, 2017, pp. 1-3.
2
Ibídem, pág. 38.
3
Gil Pecharromán, Julio, “El alfonsismo radical en las elecciones de febrero de 1936”, Revista de
Estudios Políticos (Nueva Época), nº 42, 1984, pp. 129-135.
4
Varela Suanzes-Carpegna, Joaquín, “La Constitución de 1931 y la organización territorial del Estado”,
Iura Vasconiae, nº 10, 2013, pág. 324.
5
VIÑAS MARTÍN, Ángel, “Contra una sociedad libre, golpe militar”, en José Villa Rodríguez (ed.), El
Golpe. 75 años (1936-2011), Sevilla, Asociación Memoria, Libertad y Cultura Democrática, 2012, pp. 18-
20.
6
Ibídem, pp. 21-24.
7
MORADIELLOS, Enrique, Historia mínima de la Guerra Civil española, Madrid, Turner Publicaciones
S. L., 2016, pp. 78-79.
6
comenzó a desintegrarse. La CNT lideró huelgas obreras, aumentando la conflictividad
social. En el PSOE y la UGT, hubo divisiones entre los partidarios de entrar en el gobierno
y los que preferían manifestarse para contrarrestar el protagonismo de la CNT. Los
enfrentamientos callejeros entre milicias de izquierda y grupos falangistas y carlistas
aumentaron la tensión política. Manuel Azaña reemplazó a Alcalá-Zamora como
presidente de la República, pero el gobierno bajo Casares Quiroga carecía de autoridad
efectiva8. Dos eventos en julio, los asesinatos de José Castillo a mano de pistoleros
falangistas y José Calvo Sotelo por miembros de la Guardia de Asalto, aumentaron la
incertidumbre y llevaron a algunos indecisos a unirse a la conspiración golpista9.
De esta forma, el 17 de julio a las 17:00 de la tarde comenzó el golpe de Estado10. Sin
embargo, no triunfó como se esperaba, y su fracaso conllevó a una cruenta guerra civil11,
cuya dimensión internacional12 dio lugar a tres años de confrontación y acabó dando pie
a la dictadura fascista de Francisco Franco Bahamonde13.
Conviene aclarar que el ejército únicamente pretendía acabar con el gobierno del Frente
Popular, es decir, en ningún momento se pensó que el golpe derivaría a una guerra civil
de larga duración. Cabe añadir que ni si quiera los militares que se sublevaron tenían una
idea clara de cuál era el régimen político alternativo a la República14.
8
Ibídem, pp. 80-81.
9
GIBSON, Ian, La noche en que mataron a Calvo Sotelo, Barcelona, Editorial Argos Vergara, S. A.,
1982, pp. 119-126.
10
ALÍA MIRANDA, Francisco, Historia del Ejército Español y de su intervención política. Del Desastre
del 98 a la Transición, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2018, pág. 109.
11
Gil Honduvilla, Joaquín, “La sublevación de julio de 1936: proceso militar al general Romerales”,
Historia Actual Online (HAOL), nº 4, 2004, pp. 99-100.
12
Moradiellos, Enrique, “La intervención extranjera en la guerra civil: un ejercicio de crítica
historiográfica”, AYER, nº 50, 2003, pág. 200.
13
SAZ CAMPOS, Ismael, Fascismo y franquismo, Valencia, Universitat de València, 2004, pág. 90.
14
Aróstegui, Julio, “La Guerra Civil española”, Instituto de Estudios Zamoranos «Florian de Ocampo»,
1985, pág. 747.
7
lealtades. En Extremadura, como bien se ha señalado, el sur se mantuvo fiel a la
República, mientras que el norte de la región cayó en manos de los insurgentes15.
Durante todo este proceso, la Guardia Civil tuvo un papel significativo, gracias a su
presencia en la mayor parte de las poblaciones y su posicionamiento a favor del golpe de
Estado18.
Con respecto al desarrollo del conflicto en la región, hay que mencionar a la “Columna
Madrid”, integrada por legionarios y regulares y comandada por Juan Yagüe. Partió de
Sevilla el 3 de agosto y fue ocupando con facilidad todos los núcleos pacenses situados a
ambos lados de la Ruta de la Plata. Mérida fue tomada el 11 de agosto19, y la ofensiva se
concretó con la batalla de Badajoz el día 14, con victoria de los golpistas20. A partir de
esta batalla, las tropas del ejército de África avanzaron rápidamente por Extremadura en
dirección a Madrid, su objetivo desde el inicio de la guerra21.
15
CHAVES PALACIOS, Julián, La guerra civil en Extremadura. Operaciones militares (1936-1939),
Mérida, Colección Estudio (Serie Ilustrada), 1997, pág. 21.
16
Ibídem, pp. 22-24.
17
CHAVES PALACIOS, Julián, Violencia política y conflictividad social en Extremadura. Cáceres en
1936, Badajoz, Departamento de Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Badajoz, 2000, pp.
218-223.
18
CHAVES PALACIOS, Julián, La guerra civil en Extremadura. Operaciones militares (1936-1939),
Mérida, Colección Estudio (Serie Ilustrada), 1997, pág. 24.
19
PRESTON, Paul, El holocausto español: Odio y exterminio en la Guerra Civil y después, España,
Penguin Random House Grupo Editorial España, 2011, pp. 420-423.
20
ESPINOSA, Francisco, La columna de la muerte, Barcelona, Crítica, 2003, pág. 105.
21
THOMAS, Hugh, La guerra civil española, Barcelona, Grijaldo Mondadori, S. A. Aragó, 1976, pp.
463-464.
8
7. Política social en la inmediata posguerra:
Antes de analizar a fondo este asunto, conviene entrar en contexto, aunque de forma
sintética.
A finales del siglo XIX y principios del XX, España transitó desde un modelo liberal
hacia un Estado más intervencionista en asuntos sociales, influenciada por el movimiento
obrero y por el ejemplo de la política social alemana del Canciller de Hierro, Otto von
Bismarck. La Ley de Accidentes del Trabajo de 1900 marcó el inicio de la
institucionalización de los seguros sociales en España, seguida por la creación de
normativas para regular el trabajo de mujeres y niños. A lo largo del siglo XX, se fueron
consiguiendo avances como la fundación del Instituto Nacional de Previsión en 1908 y la
promulgación de la Ley del Descanso Dominical en 1904, culminando en la Seguridad
Social. A pesar de la tardía consolidación del Estado de Bienestar en España debido a
circunstancias históricas y políticas, se avanzó gradualmente en la protección social y
laboral, incluyendo la regulación de jornadas laborales, seguros de vejez y accidentes, así
como la protección al desempleo durante la República22.
22
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 77-82.
23
Ibídem, pág. 82.
24
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
242.
25
https://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVE07/HEM/1939/03/10/LVG19390310-003.pdf
(Consultado el 29 de febrero de 2024).
9
complementaban por medios del plus procedente del Mutualismo Laboral, debido a que
resultaban insuficientes26.
26
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pág. 85.
27
Carasa, Pedro, “La revolución nacional-asistencial durante el primer franquismo (1936-1940)”,
Historia Contemporánea, nº 16, 1997, pp. 90-92.
28
BOE, 9-IX-1939.
29
BOE, 27-XII-1942.
30
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pág. 86.
31
BOE, 24-VII-1961.
32
LÓPEZ LORENZO, Ángeles, La protección social de los funcionarios públicos, Granada, Editorial de
la Universidad de Granada, 2007, pág. 92.
33
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 85-87.
34
BOE, 30-XII-1966.
35
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pág. 87.
10
tipo de atención oficial y dependían del auxilio benéfico36. Un ejemplo de esta exclusión
lo encontramos en la promulgación de normas para atender a los herederos de los
combatientes muertos o desaparecidos del bando “nacional” (Ley del 24 de junio de 1938,
puesta en práctica con los familiares del general Miguel Cabanellas), mientras que a los
herederos de los combatientes del bando contrario no se les prestó ningún tipo de
atención37. No obstante, en la zona bajo control del Frente Popular también se organizó
un sistema de ayudas para sus combatientes. El Decreto de 29 de julio de 1936 creó en la
capital una Junta Central de Socorros, a la que ayudarían en la recaudación de fondos las
Juntas Provinciales de Socorro, establecidas de igual modo en las capitales de provincia.
Aquellas personas que realizaran donaciones aparecerían en las listas publicadas en los
Boletines Oficiales provinciales y en la Gaceta de Madrid38. A medida que avanzaba la
guerra fue ganando importancia el Socorro Rojo Internacional, una organización ligada
al comunismo que adquirió importancia a partir del comienzo de la contienda como
referente del activismo antifascista, alimentando a los necesitados y realizando campañas
de proselitismo a través de la cultura39.
“Por las autoridades militares de las plazas últimamente ocupadas […] el derecho que
pueda tener su familia a la pensión que haya de señalársele40”.
36
Alejandre García, Juan Antonio, “La protección social en el primer franquismo: régimen jurídico de las
pensiones y prestaciones extraordinarias originadas por la Guerra Civil”, AHDE, tomo LXXVIII-LXXIX,
2008-2009, pág. 372.
37
Ibídem, pp. 88-90.
38
Gaceta de Madrid, Diario Oficial de la República, nº 213, 31/07/1936, pp. 922-923.
39
BRANCIFORTE, Laura, El Socorro Rojo Internacional en España (1923-1939). Relatos de la
solidaridad antifascista, Madrid, Biblioteca Nueva, 2011, pp. 21-22.
40
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pág. 93.
11
de defunciones y la atención a huérfanos (Orden de la Presidencia de la Junta Técnica del
Estado del 10 de noviembre de 1936) 41.
Los herederos de los militares muertos cuyo comportamiento ante el enemigo fuese
considerado heroico recibieron una consideración económica extraordinaria, establecida
en el Decreto del 18 de abril de 1938. Esta consideración podía alcanzar el sueldo entero
del empleo si se documentaban “destacados hechos gloriosos, realmente extraordinarios”.
41
Ibídem, pp. 93-95.
42
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
243.
43
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 96-97.
44
Ibídem, pp. 97-99.
45
BOE, 29-VII-1939.
12
solicitar al Gobierno una pensión extraordinaria equivalente al 50% del salario base del
fallecido, o una mejora en la pensión que ya estuvieran recibiendo, siempre hasta cierto
límite. Esta disposición fue complementada posteriormente por la Ley del 13 de
diciembre de 1943, que otorgaba pensiones extraordinarias a los familiares de militares
fallecidos como resultado de enfermedades contraídas durante la Guerra Civil46.
También se organizó un sistema para atender a los marginados. Para el caso de las viudas
e hijos se dictó una norma específica, el Decreto de 23 de noviembre de 1940, al que se
le dedicará un punto posteriormente47.
La “Ficha Azul” fue creada en 1937, mediante la cual tanto las entidades públicas como
las personas con empleo fijo contribuían mensualmente a un fondo de asistencia social.
La recaudación era supervisada por gobernadores civiles y su disminución se consideraba
un rechazo al régimen. Los nombres de los que se negaban a contribuir eran publicados
en la prensa local y, en algunos casos, podían ser multados. El fondo se financiaba con
diversos ingresos y tenía como objetivo proporcionar recursos a entidades de asistencia
social. Se prestaba especial atención a las condiciones sanitarias y se brindaba tratamiento
especial a los enfermos, pero las personas con enfermedades crónicas eran excluidas48.
46
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 99-101.
47
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
246.
48
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 102-104.
49
Martorell, Miguel, Comín, Francisco, “La Hacienda de guerra franquista”, pág. 15.
50
Ibídem, pág. 17.
13
familias según ciertos criterios. Con el tiempo, estas funciones se centralizaron en el
Ministerio de Hacienda. Sin embargo, el “Día del Plato Único” fue abolido en 1942
debido a su falta de efectividad. En cuanto al “Subsidio pro-combatientes”, se
establecieron condiciones para su recepción y se contemplaba la reducción de la ayuda
cuando los beneficiarios alcanzaban la mayoría de edad y se consideraba que podían
trabajar. Se aplicaron incrementos en los precios de varios bienes y servicios para
financiar estas medidas. Por supuesto, estas disposiciones se aplicaron únicamente a los
combatientes pertenecientes al Ejército Nacional o la Milicia de Falange Española
Tradicionalista y de las JONS51.
Durante los últimos momentos del conflicto, con un bando atacando continuamente y otro
adoptando la consigna de “Resistir es vencer” 53, se vio un aumento en la incorporación
de nuevos reemplazos, muchos de los cuales tenían responsabilidades familiares. Esto
generó un incremento de los gatos, lo que a su vez fortaleció los ingresos del Subsidio al
Combatiente, aliviando la presión sobre el Tesoro Público, el cual sufría un déficit
significativo.
51
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 107-110.
52
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 111-114.
53
Moradiellos, Enrique, “El enigma del doctor Juan Negrín: perfil político de un gobernante socialista”,
Revista de Estudios Políticos (Nueva Época), nº 109, 2000, pág. 245.
14
• El individuo debía ser el principal proveedor de su familia mediante su trabajo
personal.
• Aquellos sin bienes, beneficios o ingresos suficientes para cubrir las necesidades
diarias según el número de dependientes.
Se modificó el límite entre ámbitos urbano y rural para la asignación del subsidio. Los
habitantes de núcleos mayores de 10.000 habitantes recibirían más que los de núcleos
menores. Se otorgaría un complemento por familiares menores de dos años.
Se duplicó (20%) la presión fiscal sobre diversos productos y actividades, como tabacos,
consumiciones en establecimientos, servicios de lujo, entre otros. El objetivo era que los
empresarios absorbieran el impuesto, lo que podría afectar a los beneficios y llevar a
manipulaciones de precios o disminución de la calidad de los productos.
54
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 114-116.
55
Ibídem, pp. 117-119.
56
BOE, 18-V-1939.
15
El Decreto de 9 de noviembre de 1939 redujo el Subsidio debido a la disminución de las
necesidades de las familias y la vuelta de los trabajadores a sus antiguos puestos. Para
aliviar las cargas financieras, se eliminaron impuestos sobre alimentos y se ajustaron los
tipos impositivos.
Las ayudas se financiaron mediante impuestos del 20% sobre tabaco, antigüedades,
ventas en cafés, bares, consumiciones en hoteles de lujo, entrada a salones de ocio, venta
de perfumes, servicios de peluquería, artículos deportivos, radios y cámaras. También se
aplicaron impuestos del 15% a espectáculos como tauromaquia y deportivos, del 10% a
la venta de muebles, automóviles, servicios de transporte y venta de bebidas alcohólicas,
del 5% a servicios de taxis, del 2% a apuestas, donativos y multas por infracciones del
Subsidio.
Estos impuestos se equilibraron eliminando ciertas cargas y reduciendo los demás. Los
grandes patrimonios quedaron exentos. Se promovió el cumplimiento y la prevención de
fraudes mediante denuncias ciudadanas, incentivadas con un premio del 10 al 20% de las
multas. Cualquier sobrante se transfería al Fondo de Protección Benéfico-social57.
A lo largo del siglo XX, el Estado tuvo que hacer frente a la emergencia de las masas y a
la limitación de recursos para atender a amplios grupos sociales. Los empleados públicos
recurrieron a Mutualidades gremiales para complementar o reemplazar las ayudas
gubernamentales dirigidas a viudas y huérfanos, ya que estas resultaban insuficientes.
Estas Mutualidades Benéficas, creadas en 1930, brindaban asistencia a las familias de
funcionarios fallecidos, otorgaban pensiones a viudas y huérfanos sin ingresos
suficientes, y se encargaban de la educación de los huérfanos, además de ofrecer
préstamos en situaciones de necesidad58. Su capital se nutría de recursos transitorios y
permanentes, y se utilizaba para garantizar el cumplimiento de sus fines sociales 59. Sus
fondos se depositaban en el Banco de España, y para manejarlos se requería el acuerdo
del Consejo Directivo, no pudiendo llevarse a cabo ningún reembolso sin la autorización
mediante las firmas del presidente y del vocal-contador. Asimismo, para hacer crecer el
57
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 119-123.
58
Ibídem, pp. 124-127.
59
Para más información, consultar: SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de
la justicia social. La infancia huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la
Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (PREmhex), 2017, pág. 126.
16
capital, la junta directiva podría invertir las cantidades sobrantes en valores del Estado,
es decir, en deuda pública60.
60
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 126-127.
61
Cenarro Lagunas, Ángela, “Historia y Memoria del Auxilio Social de la Falange”, Pliegos de Yuste, nº
11-12, 2010, pág. 71.
62
ORDUÑA PRADA, Mónica, El Auxilio Social (1936-1940). La etapa fundacional y los primeros años,
Madrid, Escuela Libre Editorial, 1996, pp. 13-14.
63
Cenarro Lagunas, Ángela, “Historia y Memoria del Auxilio Social de la Falange”, Pliegos de Yuste, nº
11-12, 2010, pág. 71.
64
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pág. 129.
65
ORDUÑA PRADA, Mónica, El Auxilio Social (1936-1940). La etapa fundacional y los primeros años,
Madrid, Escuela Libre Editorial, 1996, pp. 88-89.
66
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pág. 130.
67
ORDUÑA PRADA, Mónica, El Auxilio Social (1936-1940). La etapa fundacional y los primeros años,
Madrid, Escuela Libre Editorial, 1996, pág. 212.
17
Se encargó de proporcionar asistencia benéfica a los necesitados, ofreciendo alimentos,
vestimenta, refugio y cuidados sociales adicionales, extendiendo su ayuda a aquellos
afectados por circunstancias extraordinarias como inundaciones o pérdida de cosechas.
Además, fundó instituciones para cuidar y educar a huérfanos pobres, estableció
programas de asistencia a embarazadas y cuidados para niños, además de brindar apoyo
a convalecientes y asistencia preventiva. Se financió a través de sus propios bienes y
servicios, donaciones, asignaciones presupuestarias, beneficios generados por la gestión
de recursos benéficos y contribuciones directas del Estado. Considerado uno de los pilares
de la asistencia social en la España de posguerra, su labor fue regulada debido a que
algunos ya contaban con la Beneficencia Pública e incluso privada68.
Lo primero que llama la atención de los expedientes es que, en las tres ciudades objeto de
la investigación, la mayoría de las solicitudes tienen lugar durante los años 1944 y 1945,
bajando considerablemente a lo largo de los años 1946, 1947, 1948 y 1950.
68
SÁNCHEZ MARROYO, Fernando, Entre la caridad y los inicios de la justicia social. La infancia
huérfana durante el primer franquismo, España, Proyecto de la Recuperación de la Memoria Histórica de
Extremadura (PREmhex), 2017, pp. 131-132.
18
69
70
71
Una gran parte de las peticiones son realizadas por mujeres, quienes tuvieron que hacer
frente en solitario a la alimentación y educación de sus descendientes. La mayoría ejercen
el oficio de jornaleras en el caso de Cáceres, con un sueldo que podía ir de las tres a las
seis pesetas diarias, lo que hace un mínimo de 90 pesetas mensuales y un máximo de
18072. En Plasencia la mayoría se dedican a sus labores, no estando especificado el sueldo
en el expediente73. Por su parte, en Trujillo los oficios predominantes son la lavandería y
las labores74.
69
Archivo Histórico Provincial de Cáceres, Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69,
Expedientes de Cáceres.
70
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 89, Expedientes de Plasencia.
71
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo
72
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
73
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 89, Expedientes de Plasencia.
74
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
19
El número de hijos oscila entre los dos y los cuatro, y los años de nacimiento se
comprenden entre 1930 y 1937.
La razón de la muerte de los padres es más variopinta, pues mientras unos simplemente
están catalogados como desaparecidos, otros tienen la muerte confirmada “a manos de
los rojos”.
20
Un último punto destacable es que la mayoría de las solicitudes han sido aprobadas, a
excepción de algunos casos75.
La razón por la cual se han recogido estos datos en concreto es porque ilustran de manera
notable la situación de las viudas y los huérfanos.
Hay que partir de la base de que, en la época examinada, el padre era el que proveía de
recursos, con bastante frecuencia precarios, a toda su familia, siendo su fuente básica y
en la mayor parte de las ocasiones la única. Por este motivo, su falta podía suponer una
gran tragedia, al abocar a los miembros, que solían ser numerosos, a una difícil
situación76. Por esta razón, y ante el excepcional incremento del número de huérfanos
como consecuencia de la Guerra Civil, fue necesaria una norma que no fuera simplemente
benéfica, sino que involucrase a la Administración como responsable de la atención de
las viudas y los huérfanos mediante un ejercicio no solamente asistencial, sino de justicia
social, siendo promulgado el Decreto de 23 de noviembre de 194077.
75
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68, 69, 89 y 94, Expedientes de Cáceres,
Plasencia y Trujillo.
76
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pp. 2-3.
77
Egea Bruno, Pedro María, “Los huérfanos de la revolución y la guerra. Una institución franquista en la
Cartagena postbélica”, Cuadernos de Historia Contemporánea, nº 18, 1996, pp. 116-117.
21
Su proceso de solicitud era el siguiente: en primer lugar, había que presentar una
certificación en extracto de acta de nacimiento de los huérfanos. En segundo lugar, había
que remitir a la Junta Provincial de Beneficencia el acta de defunción del marido, que en
caso de no pertenecer al Ejército Nacional o a la Milicia Falangista, debía estar firmada
por testigos. A continuación, se examinaban los libros de riqueza de la solicitante, y acto
seguido se pasaba a la evaluación del informe, donde se tenía en cuenta la conducta de
las solicitantes, si se ocupaban o no de las labores propias de su sexo, así como el sueldo
diario que percibían en caso de trabajar. Posteriormente, tenían lugar la declaración jurada
y el informe de la Comisión Local de Beneficencia, constituida por el alcalde, el jefe local
de FET de las JONS y el párroco del lugar. La única novedad que podía incorporar este
informe aparecía en el caso de que la viuda llevase una vida privada no convencional en
el plano moral, es decir, viviese amancebada. No faltaba la caracterización política, con
especial atención a si sus antecedentes eran izquierdistas. Inmediatamente después el
alcalde de la localidad debía enviar un escrito al Gobernador Civil Presidente de la Junta
Provincial de Beneficencia, en el que le remitiese ambos documentos. Ésta celebraba una
sesión para aprobar o rechazar la solicitud. En caso de ser concedida, se le otorgaba una
ayuda de 90 pesetas mensuales, fijadas por la norma, y en caso de ser desestimada, se
podía recurrir a la Dirección General de Beneficencia y Obras Sociales78.
78
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68, 69, 89 y 94, Expedientes de Cáceres,
Plasencia y Trujillo.
79
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
257.
80
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
22
con exactitud e incluso haber sido testigo del suceso81. En el caso que nos ocupa, no sería
de extrañar, puesto que Concepción contaba con tres hijos a los que alimentar y educar.
Estas circunstancias podrían cumplirse también con Felipa Carballo Borrega (Cáceres)82,
Valentina Carril Pérez (Plasencia)83 y Rosalía Pablos García (Trujillo)84, pues los maridos
(Agusto García Cano, Aureliano López Vivas y Antonio Díaz Ávila) de las dos primeras
constan como desaparecidos y del restante se ignora la causa de su muerte, lo cual resulta
singular, porque para optar a la ayuda había que presentar un documento oficial que
certificase la muerte del cabeza de familia. De lo contrario, serían descartadas85.
81
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 12.
82
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
83
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 89, Expedientes de Plasencia.
84
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
85
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
260.
86
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 10.
87
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
88
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
89
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 6.
23
Alcobendas, Román García Sánchez, Antonio Díaz Pérez y Manuel Sánchez Valentí para
que corroboraran la muerte de su marido Francisco Gil Castillo90.
91
90
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 89, Expedientes de Plasencia.
91
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
92
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
260.
24
Ramos, en cuyo expediente consta que murió por herida de arma de fuego actuando en el
bando falangista93). De esta forma, es muy probable que tanto José San Román Peña,
como Isidoro Corrales Grande94 como Francisco Calero95 hubieran combatido en el
Ejército Nacional, o al menos haber sido simpatizantes de dicho bando, debido a que en
sus expedientes consta que fueron asesinados por los rojos (en los caso de Isidoro Corrales
y Francisco Calero, ilustra textualmente: “Asesinado por la horda marxista durante la
guerra de liberación”) como también es probable que Jacinto Márquez, cuya muerte tuvo
lugar en un campo de concentración, Arterio Beltrán Santibáñez, quien fue fusilado por
los nacionales96, o Isidro Díaz Dávila, cuya muerte tuvo lugar a manos de las tropas
nacionales97, hubieran pertenecido al bando republicano. Obviamente, los muertos que
habían combatido en el bando vencedor tuvieron menos dificultades para cubrir los
requisitos legales98.
Sin embargo, no siempre se conseguía la pensión otorgada por el Decreto, como bien
ejemplifica el caso de Gumersinda Solano Ortega, viuda de Isidoro Corrales. A pesar de
que su marido fue asesinado por hordas marxistas, como consta en su expediente, no le
concedieron la pensión debido a que gozaba de una buena posición económica99. Hay que
tener en cuenta que la posibilidad de disfrutar de una pensión atraía a todos, razón por la
cual algunos pudientes, como es el caso, la solicitaron, recibiendo una respuesta negativa
por parte de la Administración100. Este punto jugó en favor de las familias de los
republicanos, pues al ser las ayudas anteriormente nombradas en cierto modo sectarias,
debido a la fractura de la sociedad española en buenos y malos durante la posguerra, y
siendo este decreto la primera que no hacía distinciones ideológicas, se adecuaban mejor
a las exigencias económicas101.
93
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
94
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
95
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
96
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
97
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
98
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 8.
99
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
100
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
258.
101
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 3.
25
Dentro de las no concesiones, es interesante también el caso de Julia Fernández Mateos,
a cuyos hijos no concedieron la pensión debido a que su marido, Andrés Cano Fernández,
finalmente apareció vivo. No se debe malinterpretar, puesto que en el expediente ya
habían dejado claro que no estaban seguros de si estaba muerto, sino que simplemente
desconocían su paradero102.
102
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
103
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 5.
104
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
105
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68, 69, 89 y 94, Expedientes de Cáceres,
Plasencia y Trujillo.
106
Espuny Tomás, María Jesús, “Aproximación histórica al principio de igualdad de género: el empleo
femenino después de la guerra (II)”, IUSLabor, nº 1, 2007, pág. 1.
26
cumpliesen los deberes patrios. Se podían librar de este servicio aquellas que tuvieran un
defecto físico, enfermedad, las que estuvieran casadas, las viudas con uno o varios hijos,
las que hubiesen prestado servicio durante un período de tiempo equivalente en hospitales
de sangre, en obras de asistencia en el frente o instituciones similares creadas durante la
guerra y las que por hallarse trabajando en entidades públicas o particulares no pudieran
ausentarse para cumplirlo107. La Orden del Ministerio de Organización y Acción Sindical
de 27 de diciembre de 1938 volvía a afirmar que la mujer debía dedicarse al hogar y
apartarse del trabajo fuera de él, exceptuando a aquellas que debían ejercer de cabezas de
familia, viéndose favorecidas en este aspecto aquellas que habían sufrido la pérdida de
familiares (padre, hermanos, marido) responsables de la economía familiar con motivo
de la guerra108.
Sin lugar a dudas, estas condiciones las cumplía Ruperta Suárez Alonso (Cáceres), la cual
percibía un salario de 3 pesetas diarias por su trabajo de jornalera, con el que debían vivir
tanto ella como sus cuatro hijos109, y teniendo en cuenta los precios de la época, en el que
un litro de aceite rondaba las cuatro pesetas, un kilo de arroz 2,60 pesetas, un litro de
leche de vaca una peseta, un kilo de harina 1,10 pesetas, un kilo de pan 1,30 pesetas o un
kilo de patatas a 0,75 pesetas (datos pertenecientes al año 1941)110, percibir la pensión
(90 pesetas mensuales fijadas por la norma111) les ayudaría a salir adelante. Este caso
sirve a modo de ejemplo, pero podría utilizarse de igual modo a cualquiera de las demás
jornaleras.
107
Ibídem, pp. 2-3.
108
Ibídem, pág. 3.
109
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
110
Ruiz González, Cándido, “Alimentación y estraperlo durante el Primer Franquismo en la comarca de
Toro (1936-1941)”, Studia Zamorensia, Vol. X, 2011, pp. 163-164.
111
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 7.
27
Sin embargo, en el caso de Dolores Celma Jiménez, al percibir el sueldo de maestra, la
pensión le es denegada hasta que deje de ejercer, debido posiblemente a que con el sueldo
de maestra tanto ella como sus dos hijos pueden vivir sin necesidad de la pensión112.
Dos de los casos más admirables dentro de los municipios investigados son los de
Sebastiana Abril Soriano, una mujer cacereña de 28 años que ejercía de sirvienta, viuda
de Clemente Sierra Soriano, muerto por herida de arma de fuego en el frente, con una hija
a cargo115, y Antonia Sánchez Díaz, natural de Trujillo, viuda de Isidro Díaz Dávila,
muerto por las tropas nacionales, y con cuatro hijos116. El motivo para que merezcan
destacarse es que ninguna de las dos sabía escribir, razón por la cual tuvieron que firmar
con su huella dactilar. Esto se debe a que, a nivel general, el nivel cultural era bajísimo a
causa de la humilde condición de las solicitantes, por lo que muchas viudas no podían
firmar los expedientes porque no sabían117.
112
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
113
Ídem.
114
Espuny Tomás, María Jesús, “Aproximación histórica al principio de igualdad de género: el empleo
femenino después de la guerra (II)”, IUSLabor, nº 1, 2007, pág. 3.
115
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
116
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
117
Sánchez Marroyo, Fernando, “De la Beneficencia a los inicios de la Justicia Social en tiempos de
dictadura. Los huérfanos de la Guerra Civil en Cáceres”, en Julián Chaves (Coord.), Mecanismos de
control social y político en el primer franquismo, Barcelona, Grupo Editorial Siglo Veintiuno, 2019, pág.
258.
28
118119
Otro factor a tener en cuenta es la edad de los niños. Para el caso que nos ocupa, como
bien se ha apuntado anteriormente, el nacimiento de los hijos había tenido lugar entre el
principio y la mitad de la década de 1930, lo cual, tomando el año 1945 a modo de año
base, daría una edad comprendida entre los ocho y los quince años120. Esta variable se
ha de tener en cuenta debido a que los niños tenían derecho a la pensión hasta los 16
años, edad a la que eran eliminados del censo de huérfanos. En la mayoría de las
ocasiones esto se debía al estricto burocratismo, que alargaba los procesos, lo cual iba
en contra de los intereses de los solicitantes, porque el paso del tiempo reducía la
posibilidad de concesión121. Es posible que este fuera el caso de Francisco Suero Santos,
118
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
119
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
120
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68, 69, 89 y 94, Expedientes de Cáceres,
Plasencia y Trujillo.
121
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 7.
29
Petra Mángut Salgado122, Encarnación Bermejo Retamosa123 o los hermanos Jacinto y
Ángel Gómez Rodríguez124.
9. Conclusión:
Tras toda la información manejada, y teniendo en cuenta una vez más el contexto
histórico, no se puede menos que reconocer el esfuerzo de las mujeres, que consiguieron
salir adelante haciéndose cargo ellas solas de sus hijos en un panorama de posguerra y
crisis económica, en una etapa en la que la igualdad era inalcanzable. Donde la legislación
tenía como finalidad reforzar la autoridad masculina dentro del matrimonio, conforme al
modelo jerárquico en el que el padre era el cabeza de familia. Las leyes laborales también
buscaban impedir que las mujeres alcanzaran la independencia económica.
122
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
123
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 94, Expedientes de Trujillo.
124
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Caja 89, Expedientes de Plasencia.
125
A.H.P.C., Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas 68 y 69, Expedientes de Cáceres.
30
de la crianza de sus hijos. Esta tarea la llevaron a cabo en un período en el que la igualdad
de género era una aspiración distante e inalcanzable, y donde la legislación tenía como
objetivo principal reforzar la autoridad masculina dentro del núcleo familiar, sustentada
en un modelo jerárquico donde el padre era considerado como el cabeza de familia.
La legislación laboral también se erigió como una barrera para el avance de las mujeres,
pues continuamente obstaculizaba el acceso de las mujeres al mercado laboral en
condiciones equitativas y a su vez estaba diseñada para evitar en la medida de lo posible
su independencia económica.
No obstante, también hay que señalar que hubo mujeres que, al no estar incorporadas al
mundo laboral, se vieron en la necesidad de recurrir al delito para poder alimentar a sus
hijos, siendo la prostitución y el robo los más habituales126. Era tal la miseria que
caracterizaba al mundo rural que en varias ocasiones los jueces aplicaron medidas de
benevolencia o incluso hicieron la vista gorda. También se recurrió a la mendicidad y al
amancebamiento y, de manera excepcional, al abandono de los hijos127.
10. Bibliografía:
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jurídico de las pensiones y prestaciones extraordinarias originadas por la Guerra Civil”,
AHDE, tomo LXXVIII-LXXIX, 2008-2009, pp. 371-396.
126
Sánchez Marroyo, Fernando, “La delincuencia social: un intento de caracterizar la actuación penal en
la España rural durante la posguerra”, Vol. 16, 1996-2003, pág. 632.
127
Sánchez Marroyo, Fernando, Chaves Palacios, Julián, “La doble funcionalidad de una fuente histórica.
Los expedientes de orfandad de 1940”, en La Guerra Civil española 1936-1939 [Recurso electrónico],
Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), 2006, pág. 4.
31
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32
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11. Anexo:
Archivo Histórico Provincial de Cáceres, Sección de Gobierno Civil. Beneficencia. Cajas
68 y 69, Expedientes de Cáceres.
34