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1444-2020
La esposa de Jacobo IV
tuvo que hacerse cargo
del trono mientras su
hijo no alcanzaba la
mayoría de edad. El Reino de Escocia se involucró en
una guerra junto a Francia contra Provenza y sus aliados,
entre los que se encontraba Inglaterra. La expansión por
América continuó.
La tercera regencia de
esta época de Escocia
fue la más duradera.
Isabel siguió las tareas
de su marido en
América hasta que su hijo llegó a la edad para gobernar.
María I llegó al
trono al carecer su
padre de hijos
varones. Sufrió un levantamiento por parte de
nobles irlandeses que buscaban poner a un irlandés
en el trono. Se casó con Enrique Carandini, un
aristócrata inglés emparentado con los Pico, familia
gobernante en Inglaterra y Ferrara, haciendo de ella
la última gobernante Estuardo de Escocia.
La única revolución exitosa fue la Revolución Liberal de 1834, la cual supuso el inicio
del parlamentarismo en Escocia, convirtiéndose en el primer país del mundo en aprobar
el sufragio universal, además de la independencia de Nivkh, la República de Terranova
y el Reino de Liberia. María I quiso mejorar las relaciones con las potencias europeas,
como Rusia o la recién formada Alemania, aunque sus esfuerzos quedaron en papel
mojado tras su prematura muerte, ocurrida unos pocos días después de dar a luz a su
único hijo y heredero por dificultades durante el parto.
Regencia de Enrique de Inglaterra (21 de febrero de 1836 – 22 de mayo de 1852)
Para finales de 1937, el Partido Nacionalista estaba ganando mucho poder. El militar
Magnus Houston prometía devolver la monarquía a Escocia y acabar con la guerra. La
nueva constitución republicana de enero de 1938 dio el pistoletazo de salida para la
campaña electoral del siguiente julio, la primera de la República Escocesa y la más
decisiva del nuevo gobierno. El primer ministro Diarmad Campbell fue el encargado de
dirigir la exitosa campaña por el Partido Laborista, pero el Partido Nacionalista ya había
conseguido formar una fuerza paramilitar que comenzó a desestabilizar al país. El
miedo que el gobierno tenía por el Partido Nacionalista y sus grupos paramilitares llevó
a que se hiciese la guerra sucia contra ellos. Finalmente,
el gobierno logró estabilizar la situación y, con más
fuerzas, asumió el control directo de las tropas escocesas
en América en julio de 1940.
La guerra estaba siendo costosa, y las huelgas generales se sucedían. Las fuerzas
paramilitares del Partido Nacionalista no estaban del todo controladas, y para colmo el
general Munro no tardó en enfermar de un virus tropical, el que contra todo pronóstico
pudo superar. Al verlo de nuevo las tropas en el campo, los soldados le preguntaron por
su milagrosa recuperación. “Soy escocés, con un whisky al día podría sobrevivir hasta a
un obús de los gringos directo a la pechera.”
Tras un año de ofensiva, el frente seguía inmóvil. Los aliados pensaron entonces en
realizar una invasión por mar, y el ejército escocés le dio la misión de preparar el
desembarco al general Neil Lyon. Lyon empezó a trabajar en la preparación de un
cuerpo de marines escoceses. En 1942, además, el gobierno financió la creación de
Scotland Yard, una agencia de inteligencia que permitiera hacer las tareas de las fuerzas
armadas más fáciles. El 9 de julio de 1942, Lyon partió desde Saint Thomas a Georgia.
Con lo que parecía ser el principio del fin de la guerra, Trask se propuso acabar con el
Partido Nacionalista de una vez por todas. Persiguió y encarceló a los militantes y
posibles militantes, hasta que unos paramilitares entraron por la fuerza en su casa y lo
asesinaron el 26 de julio de 1943.