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Biografía de Ever

Eric Hobsbawm nació en Alejandría, Egipto, en 1917, pero se educó en Viena y posteriormente en
Berlín, donde lo sorprendió la llegada de Hitler al gobierno en 1933. Dada su estirpe judía, tuvo
que emprender el exilio. Esa impronta sería determinante en la definición de sus intereses teórico-
políticos y en su aproximación al marxismo. Cuando ingresó al King's College de Cambridge para
estudiar Historia, ya cuestionaba el nazismo, el fascismo, el imperialismo y toda clase de
fundamentalismos nacionalistas y étnicos. Perteneció a una élite intelectual denominada "Los
Apóstoles de Cambridge", un grupo de debate que se reunía periódicamente para discutir
cuestiones filosóficas, históricas y antropológicas. A finales de la década de 1940, fue designado
como profesor de Historia en el Birkbeck College de la Universidad de Londres y, en 1978, ingresó
a la Academia Británica.

Hobsbawm se caracterizó por su compromiso militante. En 1931 formó parte de los Colegiales
Socialistas y, desde 1936, perteneció al Partido Comunista de Gran Bretaña (PCGB). Allí trabajó en
el Grupo de Historiadores entre 1946 y 1956. Pertenecer al PCGB no le impidió asumir posiciones
críticas ante las directrices partidistas, especialmente aquellas que pretendían replicar los
principios cientificistas, burocráticos y modernizantes de la ortodoxia soviética. Hobsbawm
permaneció en el partido a pesar de varias situaciones críticas: el impasse de 1956 -desatado por
disputas internas en torno a la percepción desigual que varios de sus integrantes tenían frente a la
incursión soviética en Hungría-, la caída del Muro de Berlín, en 1989, y la desintegración de la
Unión Soviética dos años después. El balance que hizo de esos acontecimientos en una de sus
obras más importantes fue consecuente con su identidad y permanencia en el partido: "el fracaso
del socialismo soviético no empaña la posibilidad de otros tipos de socialismo".

En 1947 obtuvo una plaza de profesor de Historia en el Birkbeck College, de la Universidad de


Londres. Fue profesor visitante en Stanford en los años 60. En 1978 entró a formar parte de la
Academia Británica. Se retiró en 1982, pero continuó como profesor visitante, durante algunos
meses al año, en The New School for Social Research en Manhattan hasta 1997. Fue profesor
emérito del departamento de ciencias políticas de The New School for Social Research hasta su
muerte. Hobsbawm, uno de los más importantes historiadores británicos, escribió extensamente
sobre una gran variedad de temas.

Como historiador marxista se centró en el análisis de la "revolución dual" (la Revolución francesa y
la Revolución industrial británica). En ellas vio la fuerza impulsora de la tendencia predominante
hacia el capitalismo liberal de hoy en día. Otro tema recurrente en su obra fue el de los bandidos
sociales, un fenómeno que Hobsbawm intentó situar en el terreno del contexto social e histórico
relevante, al enfrentarse con la visión tradicional de considerarlo como una espontánea e
impredecible forma de rebelión. Uno de los intereses de Hobsbawm fue el desarrollo de las
tradiciones.

Su trabajo es un estudio de su construcción en el contexto del estado nación. Argumenta que


muchas tradiciones son inventadas por élites nacionales para justificar la existencia e importancia
de sus respectivas naciones. Al margen de su obra histórica, Hobsbawm escribió (bajo el
seudónimo de Frankie Newton - tomado del nombre del trompetista comunista de Billie Holiday)
para el New Statesman como crítico de jazz y en diversas revistas intelectuales sobre temas
diversos, como el barbarismo en la edad moderna, los problemas del movimiento obrero y el
conflicto entre anarquismo y comunismo. Su más reciente publicación fue su autobiografía,
Interesting Times. Pero lo más importante fueron sus libros La era de la revolución, 1789 - 1848; La
era del capitalismo; La era del imperio, 1875 - 1914 e Historia del siglo XX (The Age of Extremes en
su título en inglés). Algunos consideran a esta obra la más accesible, renovadora y apasionante
historia universal contemporánea. Hablaba inglés, alemán, francés, español e italiano con fluidez y
sabía leer en holandés, portugués y catalán. En 2008 fue nombrado doctor honoris causa por la
Universidad de Gerona.

Capítulo 1 Introducción: la invención de la tradición

Cualquiera que esté familiarizado con los colegios universitarios de la antigua Inglaterra recordará
el establecimiento de estas "tradiciones" a nivel local. Los eventos nocturnos se pueden
popularizar utilizando medios más modernos, como la radio. Las apariciones mediáticas navideñas
de la monarquía británica (fundada en 1932) son un ejemplo de lo primero, y el surgimiento y
desarrollo de la práctica en torno a la final de la Copa de fútbol inglesa es un ejemplo de lo
segundo. Evidentemente no todos son igual de duraderos, pero nuestra principal preocupación no
es su capacidad de supervivencia, sino su apariencia y fortalecimiento.

El pasado histórico en el que se inserta una nueva tradición no tiene por qué ser largo ni lograr lo
que pretende lograr. Son la niebla del pasado. Cualquier revolución o "movimiento progresista"
que rompa con el pasado, por definición, tiene su propio pasado, incluso si se interrumpe en un
día concreto, como por ejemplo 1789. Sin embargo, una característica de las "tradiciones
inventadas" es que, en la medida en que hay referencias al pasado histórico, su continuidad con
ellas es mayoritariamente imaginaria.

La diferencia entre cambio constante e innovación en el mundo moderno y los intentos de hacer
ciertos aspectos de la vida social inmutables e inmutables porque es importante para "La
invención de la tradición" para los escritores de los dos últimos siglos. interesante. En este sentido,
la "cultura" debe distinguirse claramente de las "costumbres" que dominan las sociedades
llamadas "tradiciones". Esto no impide innovar y cambiar cada vez, aunque está claro que su
exigencia de ser compatible o similar a modelos anteriores es muy problemática. Esto ayuda a
proporcionar el cambio deseado (o la resistencia a la innovación) al reconocer lo que sucedió
antes, la continuidad de la sociedad y la ley natural tal como se expresa en la historia. Cualquiera
que se ocupe de movimientos campesinos sabe que las reivindicaciones del pueblo sobre la tierra
y los derechos comunes "según viejas costumbres" a menudo no son hechos históricos, sino
expresiones del equilibrio de poder en la lucha constante del pueblo contra sus amos. Yo sé que
los hay otras comunidades.

Quienes estudian el movimiento laboral británico saben que las "costumbres comerciales" y las
pequeñas empresas pueden no ser representativas de la tradición, pero incluso si son recientes,
los trabajadores de hecho están establecidos y protegen cualquier derecho que actualmente se
busque extender o hacer cumplir mediante sanciones. "Costumbre" es lo que hacen los jueces, y
"tradición" (en este caso, inventada) son las pelucas, togas y otra parafernalia formal y costumbres
ritualizadas que rodean este importante acto. Esto se aplica tanto a tareas sin precedentes (por
ejemplo, el trabajo de un piloto de avión) como a tareas más convencionales. Ésta es una debilidad
bien conocida de la rutinización o burocratización, especialmente en los niveles inferiores donde el
desempeño constante se considera más eficiente.
Estan diseñadas para facilitar inmediatamente operaciones practicas definibles y se modifican 0
abandonan para enfrentarse a necesidades practicas cambiantes, sin olvidar la inercia que
cualquier práctica adquiere con el tiempo y la resistencia emocional a cualquier innovación por
parte de la gente que se siente ligada a ella. Llevar cascos duros cuando se monta a caballo tiene
un sentido práctico, como sucede con los cascos de protección para los motociclistas o los cascos
de acero para los soldados. Cambiar el traje «tradicional» de los cazadores de zorros como
introducir en el ejército, una institución más bien conservadora, un casco de forma distinta si se
pudiese demostrar que proporciona una protección más eficiente.

De hecho, se podría sugerir que las «tradiciones» y las convenciones pragmáticas 0 las rutinas
están relacionadas de modo inverso. La «tradición» muestra debilidad cuando, como sucede entre
los judíos liberales, las prohibiciones dietéticas se pueden justificar pragmáticamente, al
argumentar que los antiguos hebreos prohibieron el cerdo basándose en motivos higiénicos. Por el
contrario, los objetos y las experiencias son más susceptibles al uso ritual y simbólico cuando no
están asociados con una utilidad práctica. Por ejemplo, cuando estas prácticas comenzaron,
cuando se crearon entre grupos específicos (y más difíciles de codificar por las autoridades),
aparecen de forma aleatoria con el tiempo, y quizás sea más difícil seguirlas, en el parlamento o en
procedimientos judiciales.

El problema no reside sólo en las fuentes sino también en las prácticas, a pesar de todas las
prácticas esotéricas que conocemos en símbolos y rituales, estudios heráldicos y liturgia. Un
ejemplo son los Estudios Históricos de Warburg, que estudian estos temas. Estos cambios han sido
significativos durante los últimos 200 años, por lo que es razonable suponer que la adopción
temprana de nuevos métodos sería apropiada para este período. Esto significa que era malo,
opuesto a las nuevas ideas de derechos civiles y "reforma" del siglo XX, que fueron establecidas no
sólo por los llamados grupos "culturales", sino también de una manera diferente Nuevo.

Las viejas instituciones con funciones establecidas, referencias al pasado e idiomas y prácticas
rituales necesitarían adaptarse según esta vía: Ia Iglesia católica se enfrentó con nuevos retos
políticos e ideológicos y cambios importantes en la composición de los creyentes (como la notable
feminización tanto de los fieles laicos como del personal clerical);l los ejércitos profesionales
tuvieron que hacer frente al servicio militar obligatorio; las viejas instituciones como las cortes de
justicia operaban ahora en un contexto diferente y a veces con cambios en sus funciones en un
nuevo contexto.

A veces las nuevas tradiciones se pudieron injertar en las viejas, a veces se pudieron concebir
mediante el préstamo de los almacenes bien surtidos del ritual oficial, el simbolismo y la
exhortación moral, la religión y la pompa principesca, el folclore y la francmasonería (en la misma
una tradición inventada de gran fuerza simbólica). Las tradicionales prácticas de costumbres ya
existentes, como las canciones populares, las competiciones físicas y el tiro, fueron modificadas,
ritualizadas e institucionalizadas para nuevos propósitos. Las tradicionales canciones populares
fueron provistas de nuevas melodías en el mismo idioma, a menudo compuestas por maestros de
escuela y transmitidas a un repertorio coral CD contenido era patriótico progresista les
incorporaban poderosos elementos rituales religiosos. Y así como en las celebraciones del Barroco
el Estado y la Iglesia estaban unidos en un nivel superior, así la fusión de lo religioso y lo civil surgió
de las nuevas formas musicales, explosivas y deportivas.
Las tradiciones pueden utilizar materiales antiguos, lo que puede fomentar la creación de nuevos
lenguajes o conceptos, o la expansión de símbolos antiguos más allá de sus límites establecidos.
También se puede ver como parte de movimientos nacionales y étnicos, se crearon nuevos
símbolos y conceptos, como himnos nacionales (el primer ejemplo fue la Unión Jack en 1740),
banderas (una variación del francés). (el tricolor revolucionario, desarrollado entre 1790 y 1794),
el estado de "nación" en símbolo o forma o poder, como en el caso mariano o alemán, es o no
oficial, como mariano o alemán. Según Lloyd, los 61 villancicos ingleses dejaron de escribirse en el
siglo XVII y fueron reemplazados por canciones de himnarios al estilo Watts-Wesley, aunque el
interés por estos villancicos era evidente en la religión rural como el metodismo temprano.

La música folclórica, sin embargo, fue la primera forma de música popular revivida por los
coleccionistas de clase media, teniendo lugar en "los nuevos espacios de iglesias, organizaciones y
organizaciones de mujeres" y desde allí difundiéndose por "caminos" hacia nuevas ciudades.
Cantantes o niños cantan frente a cada casa con la esperanza de ganar dinero. Donde el viejo
mundo todavía existe, no hay necesidad de levantarlo o iniciarlo. Sin embargo, podemos decir que
donde se encuentra, la mayoría de las veces, no es porque las condiciones anteriores hayan
desaparecido o ya no sean posibles, sino porque han sido deliberadamente bloqueadas y
explotadas o cedidas. El éxito de los directores de fábrica conservadores de Lancashire (en lugar
de los liberales) al utilizar estas viejas conexiones en su beneficio demuestra que todavía pueden
explotarse, incluso en áreas de la ciudad nunca antes vistas.

La tendencia histórica de la industrialización no fue favorable a los revolucionarios, pero este


desarrollo no debe confundirse con los problemas derivados del rechazo de los métodos
tradicionales por parte de aquellos considerados resistentes. Sin embargo, una hostilidad general
contra el irracionalismo, la superstición y las costumbres que eran reminiscencias de un pasado
oscuro, si no provengan directamente de él, provoco que los apasionados creyentes de la
ilustración, cortos liberales, los socialistas y los comunistas, no fuesen receptivos a las tradiciones
viejas o nuevas. Su actitud respecto a las actividades sociables y rituales de las Friendly Sociales
fue una combinación de hostilidad (los «gastos innecesarios» y los «pagos para aniversarios,
procesiones, bandas, insignias» fueron prohibidos legalmente) y de tolerancia respecto a
acontecimientos como las fiestas, puesto que «la importancia de esta atracción, especialmente
por lo que respecta a la población del campo, no se puede negar».

Estas tradiciones inventadas parecen pertenecer a tres tipos superpuestos: a) las que establecen o
simbolizan cohesión social o pertenencia al grupo, ya sean comunidades reales o artificiales; b) las
que establecen o legitiman instituciones, estatus, o relaciones de autoridad, y c) las que tienen
como principal objetivo la socialización, el inculcar creencias, sistemas de valores o convenciones
relacionadas con el comportamiento.

Por otro lado, la tradición inventada reintrodujo el concepto de estatus en el contexto del
contrato, la superioridad y la inferioridad en un mundo de igualdad jurídica, pero no pudo hacerlo
de manera directa. La tradición puede permear a través del consentimiento simbólico formal a una
organización social que en realidad es desigual. Más a menudo, promovieron un sentido de
superioridad empresarial de la élite (especialmente cuando lo hacían). En lugar de inculcar un
sentido de obediencia en aquellos de clase baja (debe ser adoptado de aquellos que no lo tenían
por nacimiento o atributos). La antropología puede al menos ayudar a aclarar las diferencias entre
las prácticas tradicionales antiguas y las prácticas inventadas.

El contenido del patriotismo británico o "americanismo" estaba mucho más claramente definido,
generalmente especificado en el comentario durante la ceremonia, pero de pie y escuchando el
himno nacional británico o la ceremonia de la bandera británica, etc.

Ellos mismos transmitieron toda la historia del mundo, las ideas y costumbres de sus pueblos. En
este sentido, se decía en 1880 que “el ejército y la policía ahora nos protegen”, aunque esto
estaba mal. La segunda cosa que parece obvia es que, a pesar de las observaciones de las masas,
estos nuevos métodos no llenaron el pequeño espacio que quedó al final. El mundo de las
costumbres y tradiciones antiguas, tal como se considera en lugares donde las cosas antiguas no
son muy importantes como modelos o modelos para la práctica general. En términos del
individualismo de las masas y la independencia de los pequeños grupos culturales, las tradiciones
literarias de los siglos XIX y XX desempeñaron un papel menor que las de las sociedades.

De hecho, el conocimiento que la gente tiene de ese país suele estar ligado a símbolos y
tradiciones (como las elecciones), principalmente creaciones históricas y culturales: banderas,
imágenes, rituales y música. Esta pregunta es en cierto modo innecesaria, ya que cada vez más
personas la hacen, como lo demuestran el contenido de este libro y las referencias citadas en él.
La historia de la final de la Copa de Fútbol Británica nos brinda más evidencia del desarrollo de la
cultura urbana de la clase trabajadora que cualquier dato o fuente tradicional. En segundo lugar,
arroja luz sobre la relación entre los humanos y el pasado y, por tanto, sobre el tema real y la
habilidad del historiador.

Todas las tradiciones inventadas utilizan la historia siempre que es posible como base para
justificar acciones y para la cohesión del grupo. Esto a menudo se convierte en un verdadero
símbolo de la lucha, como en las batallas por los monumentos de Walter von der Vogelweide y
Dante en Tirol del Sur en 1889 y 1896. Los movimientos revolucionarios también rechazan la
innovación al referirse al "pasado del pueblo".

Todos los historiadores, independientemente de su propósito, contribuyen conscientemente a la


creación, deconstrucción y reconstrucción de imágenes del pasado que pertenecen no sólo al
mundo de la investigación profesional, sino también a la esfera pública de lo político y lo humano.

Son de gran importancia para las innovaciones históricas relativamente recientes que representan
la “nación” y sus fenómenos asociados, como el nacionalismo, los estados-nación, los símbolos
nacionales y las narrativas. Las lenguas nacionales estándar que se aprenden y escriben en las
escuelas son diferentes, excepto las habladas por una pequeña élite, y a menudo se crean en un
corto período de tiempo. Cualesquiera que sean las continuidades, históricas o de otro tipo, que
estén implícitas en los conceptos modernos de "Francia" y "francés" (nadie lo negaría); estos
conceptos mismos contienen elementos construidos o "inventados".

capítulo 7

LA FABRICACIÓN EN SERIE DE TRADICIONES: EUROPA, 1870-1914


Si observamos la frecuencia con que se inventan tradiciones, descubriremos fácilmente que un
periodo durante el que surgieron can especial asiduidad fueron los treinta 0 cuarenta años
anteriores a la Primera Guerra Mundial. No obstante, la creación de tradiciones se practicó con
entusiasmo en numerosos países y con varios propósitos, y esta generación de tradiciones en serie
es el tema del presente capitulo. Se practicó tanto oficial como extraoficialmente. Su finalidad es
Hamar la atención sobre dos formas principales de creación de tradiciones en el siglo XIX, reflejo
ambas de las profundas y rápidas transformaciones sociales del periodo. Ya fueran de todo punto
nuevos, o viejos pero transformados de manera espectacular, grupos, entornos y contextos
sociales pondrán nuevos mecanismos que asegurasen o expresaran cohesión e identidad sociales y
estructurasen las relaciones sociales.

Esto exigía nuevos métodos de gobernar o de establecer lazos de lealtad. Como es lógico, la
consiguiente invención de tradiciones «políticas» fue más consciente y deliberada, toda vez que en
gran parte fue "" obra de instituciones que perseguían fines políticos. Pese a ello, podemos señalar
aquí mismo que la invención consciente dio buenos resultados sobre todo en proporción a la
medida en que se retransmitió en una longitud de onda con la que el público ya sintonizaba. EI
imperio alemán no tuvo éxito en sus esfuerzos por '" convertir al emperador Guillermo I en padre
fundador de una Alemania unida aceptado popularmente, y tampoco logró que su cumpleaños
fuese un auténtico aniversario nacional.

En los países desarrollados la «economía nacional», cuyo ámbito era definido por el territorio de
algún estado 0 sus subdivisiones, era la unidad básica del desarrollo económico. Un cambio en las
fronteras del estado 0 en su política tenía consecuencias materiales importantes y continuas para
sus ciudadanos. EI estado era el marco de las acciones colectivas de los ciudadanos, en la medida
en que eran reconocidas oficialmente. Influir en el gobierno del estado, o su política, 0 cambiar
ambas cosas, era evidentemente el objetivo principal de la política nacional, y el hombre común
tenia cada vez más derecho a participar en ella.

las clases que existían en la sociedad, y en particular la clase obrera, tendieran a identificarse por
medio de movimientos u organizaciones actuasen esencialmente dentro de los confines de la
nación. Por la misma razón, el estado, visto desde arriba con la perspectiva de sus gobernantes
formales 0 grupos dominantes, planteaba problemas sin precedentes sobre cómo mantener 0
siquiera establecer la obediencia, la lealtad y la cooperación de sus súbditos 0 miembros, 0 su
propia legitimidad a ojos de estos.

Se agudizaron aún más cuando los movimientos políticos de ciudadanos como masas desafiaban
de forma deliberada la legitimidad de los sistemas de dominación política 0 social, y resultaban 0
amenazaban con resultar incompatibles con el orden del estado, al colocar las obligaciones para
con alguna otra colectividad humana -la clase, la Iglesia 0 la nacionalidad eran las más frecuentes-
por encima de él.

El problema parecía ser más fácil de resolver allí donde menos hubiese cambiado la estructura
social, donde el destino de los hombres pareciera no estar sometido a más fuerzas que las que una
divinidad inescrutable había desencadenado siempre entre los seres humanos, y donde seguían
vigentes las antiguas formas de superioridad jerárquica y subordinación estratificada, multiforme y
relativamente autónoma.
El capítulo que se ocupa de la monarquía británica arroja un poco de luz sobre este proceso,
aunque sería deseable ver un estudio de los intentos de dinastías más auténticamente legitimistas,
tales como los Habsburgo y los Romano, no solo por exigir la obediencia de sus respectivos
pueblos como súbditos, sino por conseguir su lealtad como ciudadanos en potencia.

Da la casualidad de que en el periodo 1870-1914 había un número insólitamente reducido de


«estados nuevos». Para entonces la mayoría de los estados europeos, así como las repúblicas
americanas, había adquirido las instituciones oficiales, los símbolos y las practicas fundamentales
que Mongolia, al obtener cierta independencia de China en 1912, muy acertadamente, considero
novedosos y necesarios.

La tradición del reino de Saboya no era ningún activo político fuera del noroeste del país, y la
Iglesia se oponía al nuevo estado italiano. Quizá no tenga nada de extraño que el nuevo reino de
Italia, por más entusiasmo que pusiera en lo de «hacer italianos», mostrara muy poco por dar el
voto a más del uno o el dos por 100 de ellos hasta que pareció que no podía evitarlo.

Por tanto, el avance general de la democracia electoral y la consiguiente aparición de Ia política de


más as dominaron Ia invención de tradidones oficiales en el periodo 1870-1914. Lo que Ie dio una
urgencia especial fue Ia dominación, tanto del modelo de instituciones constitucionales liberales
como de la ideología liberal

Después de la década de 1870, por consiguiente, y casi con seguridad en relación al nacimiento de
la política de masas, los gobernantes y los observadores de clase media redescubrieron la
importancia que tenían los elementos «irracionales» para mantener el tejido y el orden sociales.

El estudio intelectual de la política y la sociedad se vía transformado par el reconocimiento de que


fuera 10 que fuese 10 que mantenía unidas a las colectividades humanas, no era el cálculo racional
de sus miembros individuales.

Sería una necesidad sugerir que los hombres que gobernaron la Tercera Republica dependían
principalmente de inventar tradiciones nuevas con el fin de conseguir la estabilidad social Más
bien se apoyaban en el innegable hecho político de que la derecha se encontraba en minoría
electoral permanente, que el proletariado social-revolucionario y los díscolos parisienses podían
ser vencidos siempre en las elecciones por los habitantes de los pueblos y las ciudades de
provincias, cuya representación era desmesurada, y que la sincera pasión por la revolución
francesa y el odio a los intereses adinerados que mostraban los votantes republicanos de las zonas
rurales generalmente podía aplacarse construyendo carreteras bien distribuidas par los distritos,
defendiendo los precios elevados de los productos agrícolas y, casi con certeza, manteniendo los
impuestos bajos.

Hay numerosos indicios de que la burguesía republicana moderada fue consciente de la naturaleza
de su principal problema político a partir de finales del decenio de 1860 y se puso a resolverlo tan
pronto como la republica estuvo bien instalada en el poder, En lo que se refiere a la invención de
tradiciones, las innovaciones vienen especialmente a propósito. La primera fue la creación de un
equivalente laico de la Iglesia: la educación primaria, imbuida de principios y contenido
revolucionarios y republicanos y dirigida por el equivalente laico de los sacerdotes -0 tal vez, dada
su pobreza, los frailes-, los institllteurs.
La segunda fue la invención de ceremonias públicas. La más importante de ellas, el Día de la
Bastilla, puede fecharse con exactitud en 1880. Combinaba manifestaciones oficiales y
extraoficiales y festejos populares -fuegos artificiales, bailes callejeros- en una afirmación anual de
Francia como la nación de 1789, en Ia que podían participar todos los hombres, mujeres y niños
franceses. La tercera consista en la producción en serie de monumentos públicos.

El segundo imperio alemán brinda un contraste interesante, en especial porque varios de los
temas generales de la tradición inventada de la república francesa son reconocibles en la suya. Su
principal problema político era doble: como proporcionar legitimidad histórica a la versión
bismarckiana (pruso-pequeño alemana) de la unificación, que no tenía ninguna; y qué hacer con la
numerosa parte del electorado democrático que hubiese preferido otra solución (partidarios de la
Gran Alemania, particularistas antiprusianos, católicos y, sobre todo, socialdemócratas).

La invención de las tradiciones del imperio alemán se asocia sobre todo con la época de Guillermo
II. Sus objetivos eran principalmente dos: establecer la continuidad entre el primer imperio alemán
y el segundo, 0, de forma más general, instaurar el nuevo imperio como el cumplimiento de las
aspiraciones nacionales seculares del pueblo alemán; y hacer hinca pie en las experiencias
históricas específicas que vincularon a Prusia y al resto de Alemania en la construcción del nuevo
imperio en 1871.

Dejando aparte estas variaciones, la masa de obra de albañilería y estatuas que se levantó en
Alemania durante este periodo fue muy grande y permitió que arquitectos y escultores
suficientemente acomodaticios y competentes hicieran fortuna.

Una descripción más detallada tal vez servirá para dar una idea clara del carácter de una de estas
ceremonias. Bajo la mirada de sus padres y amigos, los muchachos entraron en el patio de la
escuela a paso de marcha y cantando «Wacht am Rhein» (la «canción nacional» que más
directamente se identificaba con hostilidad a los franceses, aunque es interesante que no sea el
himno nacional prusiano ni alemán).

Como cabía esperar, la clase obrera constituía el conjunto más numeroso y visible de estos
miembros dudosos de la comunidad nacional; y más dudosos todavía porque en Estados Unidos
realmente se podía clasificar a los obreros como extranjeros. La masa de nuevos inmigrantes la
formaban obreros; a la inversa, desde por 16 menos la década de 1860, parece que la mayoría de
los obreros en prácticamente todas las grandes ciudades del país había nacido en el extranjero.

Hablando con propiedad, no había ninguna diferencia importante entre el uso político de la
monarquía con el fin de reforzar a los gobernantes efectivos (como en los casos de los Habsburgo
y los Romano v, pero quizá también en los imperios indios) y construir la función simbólica de las
testas coronadas en los estados parlamentarios. Ambos se apoyaban en la explotación de la
persona real, con antepasados dinásticos o sin ellos, en recargados actos rituales acompañados de
actividades propagandista cas y una amplia participación del pueblo, por medio de los públicos
forzosos a los que era posible adoctrinar oficialmente gracias al sistema de educación. La gloria y la
grandeza, la riqueza y el poder, podían ser compartidas de forma simbólica por los pobres a través
de la realeza y sus rituales.

Las tradiciones políticas más universales que se inventaron en este periodo fueron logros de los
estados. Sin embargo, el auge de los movimientos de masas organizados que reivindicaban la
separación del estado, 0 incluso la condición de alternativa al mismo, dio origen a fenómenos
parecidos. Algunos de estos movimientos, en especial el catolicismo político y varios tipos de
nacionalismo, eran muy conscientes de la importancia del ritual, el ceremonial y el mito, que
normalmente incluía un pasado mitológico.

Determinar la presencia como clase de una elite nacional de clase media y el número de miembros
de la clase media, mucho más numerosa, era, con mucho, mas difícil y, pese a ello, bastante
urgente en una época en que las ocupaciones que pretendían ser de clase media, o el número de
personas que aspiraban a el as, crecían con cierta rapidez en los países en vías de industrialización.
El criterio para ser considerado miembro de tales clases no podía ser algo tan sencillo como la
cuna, la posesión de tierras, el trabajo manual 0 el cobro de salarios, y, si bien un mínimo de
propiedades reconocido socialmente y renta era sin duda condición necesaria para ello, no
bastaba.

Determinar el grupo de «tradiciones inventadas» en los países occidentales entre 1870 y 1914 es
relativamente fácil. En el presente capítulo se han dado ejemplos suficientes de tales
innovaciones, de las corbatas de la escuela y los jubileos reales, el Día de la BastilIa y las Hijas de la
Revolución americana, el Primero de Mayo, la Internacional y los Juegos Olímpicos a la Final de
Copa y el Tour de Francia como ritos populares y la institución del culto a la bandera en Estados
Unidos. También se han analizado los fenómenos políticos y las transformaciones sociales que
pueden ser la explicación de grupo, aunque las segundas de manera más breve y especulativa que
los primeros. Porque, por desgracia, es más fácil documentar los motivos y las intenciones de los
que están en una posición que les permite instituir formalmente tales innovaciones, e incluso sus
consecuencial, que las practicas nuevas que surgen espontáneamente en las bases.

EI último aspecto es la relación entre «invención» y «generación espontanea», planificación y


crecimiento. Esto es algo que desconcierta siempre a los observadores en las modernas
sociedades de masas. Las «tradiciones inventadas» cumplen importantes funciones sociales y
políticas, si no pudieran adquirirlas. ¿Sin embargo, hasta qué punto son manipulables? La
intención de usarIas, de hecho, a menudo de inventarlas, para la manipulación es evidente; ambas
aparecen en política, la primera sobre todo (en las sociedades capitalistas) en el comercio y la
industria. Hasta este pun to los que creen en la teoría de la conspiración y se oponen a semejante
manipulación tienen de su lado no solo la verosimilitud, sino también hechos. Pese a ello, también
parece claro que los mejores ejemplos de manipulación son los que explotan prácticas que
obviamente satisfacen una necesidad -que no por fuerza se entiende claramente- entre
determinados grupos de personas. La política del nacionalismo alemán en el segundo imperio no
puede entenderse solo desde arriba.

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