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El espacio y sus lugares están articulados desde las diversas formas que puede entregar
la sensación de un corte abrupto en alguna parte de un objeto.
Carla sale de la pieza al living hablando por teléfono. Simultáneamente, Antonio sale del
baño y tropieza con Francisca a quien se le da vuelta al menos la mitad del trago en su
pecho. Francisca lidia con la torpeza de las actividades que implica limpiarse y Antonio
disfruta disimuladamente de esa observación. Para la sorpresa de ella, Antonio toma
una servilleta y colabora también en la limpieza. Su ejecución es precisa, meticulosa. Se
produce una tensión entre ambos que transita entre una seducción casi solapada por
parte de Antonio y una intimidación curiosa por parte de Francisca.
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C: Pero…Es que…Hueón… Qué tanto cuesta mandar un puto mensaje...Bueno,
bueno…No sé, por mi parte… Como te digo, o sea, sea como sea, yo lo siento mucho,
pero me van a tener que devolver esa plata…La plata de todo lo que compré, porque
compré pa todos y con el ánimo de que no faltara ná… Sí, sí, claro que sí, o sea, hasta
hace un rato claro que era una invitación, pero como no van a venir y no avisaron…Le
pongo color porque se supone… Puta, hueón, por sentido común, si pasa algo, ustedes
me lo comunican…Ya, filo, filo, por eso te digo, no nos vamos ahora… A entrampar…En
discusiones…Da lo mismo…Mira, no me acuerdo bien cuánto fue exactamente, pero
calculando así al ojo, entre la carne, el copete, las cosas pa picar, casi sesenta lucas. Y si
me pongo pesá, si a eso le sumamos la bencina, el peaje, ya vamos por las setenta. A
eso súmenle la entrada que van a tener que pagar después en el local, etc. Así es que
los invito súper cordialmente a que vayan ampliando el presupuesto de la noche
(Cuelga) Puta los hueones pencas, hueón.
A: Bueno, amiga, uno propone y la vida dispone. La misión es pasarla bien igual.
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A: Claro. O también, no sé, digo yo, disculpen que me meta, pero, quizás, para
aprovechar todo el esfuerzo de la Carla, hacemos algo aquí un ratito y después
salimos, no sé.
F: Hacemos previa aquí o afuera, esa yo creo que es la pregunta. ¿Querí salir al tiro?
F: A dónde te gustaría ir…A ver…Busquemos aquí… ¿Tú Antonio conocí algún lugar…?
Eso es lo otro, cómo a qué tipo de local te gustaría…
A: Yo no conozco mucho, pero sí creo que, de alguna manera, como dice Francisca, las
cosas pasan por algo y…No sé. Yo no tengo ningún problema, por ejemplo, en hacer la
carne.
C: ¿Hacemos la carne?
F: ¿Entonces?
C: No sé.
C: No sé, me da lo mismo.
A: No te vas arrepentir.
C: Ojalá.
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C: Eso está por verse.
C: En el baño.
A: Permiso.
Antonio saca el secador del baño y se dirige al patio hacer el fuego. Francisca se dirige
hacia su cartera. Carla se dirige hacia su habitación, pero es interrumpida por Francisca.
F: Mira Carla, esto te lo iba a entregar en otro momento, pero…Quizás, es mejor así,
más íntimo (Saca un sobre) Con todo el amorsh.
Se lo entrega. La abraza.
Antonio, a lo largo de esta secuencia, sin que ellas en ningún momento lo capten,
observa detenidamente a Francisca y Carla. Sobre todo aquellas posiciones que le
permiten observar sus partes más erógenas. Aprovecha los ángulos que la tarea del
fuego que realiza le va permitiendo a ratos. Es muy cuidadoso en sus movimientos.
C: Gracias, hueona (Francisca se queda esperando a que abra la carta, pero Carla la deja
inmediatamente a un lado, entra a su pieza, saca su computador portátil) ¿Me podí
hacer un favor?
F: Obvio.
C: A buscar los precios de las cosas que compré. Voy a sacar el cálculo y se los voy a
poner detallado ahí en el grupito de whatsapp.
F: Pero mañana podríai hacer eso po, Carla, pa’ qué ahora.
C: ¿Cuántas botellas de vino fue que compré? Una, dos, tres…no recuerdo si eran cinco
o seis. Eran… (Busca en el computador) De esta marca (Busca en su celular y saca
cálculo) dos mil ocho…ochocientos noventa…Por…Seis, pongámosle…Diecisiete mil
trescientos cuarenta… (Escribe) Vinos, diecisiete mil trescientos cuarenta…Pa’
redondear, dieciocho lucas. Qué dieciocho. Veinte lucas, qué tanta cosa. Por hueones.
Los vinos, veinte lucas.
F: Es un escrito, en realidad.
C: Trece lucas.
C: Espérate. Entonces, el vino veinte mil, las chelas trece mil y pa redondear, quince
mil…Ya ¿El posgrado?...
F: Sí, me ha servido caleta. Como que, de alguna forma, me confirmó ciertas cosas. Me
ayudó a demarcar líneas de investigación, de lecturas, de análisis.
C: Veinte mil más quince mil, cacha, ya van treinta y cinco mil.
C: ¿Qué cosa?
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F: El posgrado.
F: Literatura.
C: Ya.
F: ¿Te ayudo?
C: Estoy aquí, contigo, dame un segundo… ¿Qué fue lo que compré? Ah ya. Lomo
vetado, lomo vetado, lomo vetado. Aquí está. Cacha. Lomo vetado. Ocho mil doscientos
cincuenta el kilo y yo compré…Uno…Tres kilos. Hueona, pa un ejército.
C: Ocho mil doscientos cincuenta por tres…Veinticuatro mil siete cincuenta…Y ya po,
entonces, y el posgrado…
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F: Bueno, da lo mismo. El tema es que me tiene súper entusiasmada.
C: Redondeando, serían sesenta mil. Más el mal rato. Sesenta y cinco mil.
F: Como que siento que por fin encontré un lugar. Un lugar de verdad.
Miran a Antonio. Antonio sabe que lo están mirando. Modela sus acciones hacia ellas.
C: Ofrécele algo po’ hueona rota (Ríen) Lo tení ahí como un esclavo.
F: El se ofreció.
C: Y con ganas.
A: Agradecido.
Están los tres iluminados por el fuego de la parrilla. Antonio termina los últimos detalles.
A: Una vez me preguntaron cómo sería estar allí dentro (Señala la parrilla) Es como un
bonsái, pero de infierno.
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C: Que miedo ustedes dos, hueón. Una pajera de pirómanos.
A: Una pareja de carnívoros (Coloca la carne sobre la parrilla) Con medio kilo para los
tres yo creo que está bien, Medio kilo de este animalito.
A: Es curioso eso.
F: ¿Qué cosa?
A: El festival de la putrefacción.
F: Yo no.
A: Si no quedara otra, quizás. No lo sé. Lo cierto es que me los como. Y con gusto.
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F: Yo también.- Pero una cosa es comer y la otra es matar.
C: Yo tengo entendido que la gente que trabaja en los mataderos tiene requisitos, no
puede ser cualquiera persona.
A: Es real.
A: Así funciona.
F: Porque una cosa es trabajar y otra cosa es que no te pase nada realmente.
A: Sí. Es verdad. Un trabajo duro. Pero gracias a ese trabajo duro, es que a nosotros
nos queda la parte fácil. Pagar y comer.
C: Cocinar, diría yo. Además que así como fácil, fácil, no sé, yo…
A: Lo cierto es que somos capaces de comernos sin ningún problema este pedazo de
carne a pesar de todo lo que se pueda decir al respecto. Ni la sangre, ni el sufrimiento,
ni la tortura, ni la muerte pueden ir en contra del placer que genera el hecho de
saborear un pedazo de carne bien cocinado.
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C: ¿Cómo cuánto más o menos va a demorar?
Pasa un rato. Ya se han comido la carne. Beben entusiasmados. Antonio intenta prestarle
atención a ambos universos que coexisten simultáneamente.
F: Entonces, claro, tiene que ver con eso, ¿no? Ese contenido audiovisual, ¿denuncia
realmente la violencia? O, más bien, funciona como un dispositivo que facilita la
predisposición de las subjetividades de la población a que acepten sin procesos
reflexivos actos como esos… ¿Es una denuncia artística o un instrumento del poder?
Son interesantes ese tipo de contradicciones que…
F: Sí, lindo…
F: No sé po. Tu sabí.
A: Está estiloso.
C: ¿Cierto?
F: O más bien, cuál es la actual investidura que el poder hoy en día ostenta…
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F: Sin duda todo lo que tenga que ver con el mercado.
C: Me lo merezco.
F: Y sí, por supuesto, en este caso es distinto, porque, claro, o sea, la coyuntura a la
que se refiere el libro es lejana a esta realidad. Estamos hablando de Tijuana. Estamos
hablando de un narco mercado, de una narco política y por lo tanto de una necro-
política y en definitiva de una narco nación.
A: Obvio.
F: Pero nosotros también tenemos nuestro propio nivel de mercado y nuestra propia
Tijuana con nuestros propios cuerpos con sus respectivos regueros de sangre, ¿sí o
no?
A: Dale.
C: Dale Antonio.
Antonio le dicta los datos a Carla e intenta a su vez colocarle atención a Francisca.
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descuartizado, dentro del lenguaje de los narcos, dentro de sus propios códigos,
dentro de su, podríamos decir, narco-narrativa, significa algo en particular. Algún tipo
de rango, de respeto, de mensaje, qué se yo. Y eso, a su vez, como todo siempre se
trata del capital, el mercado lo captura para volverlo un contenido que finalmente se
convierte en plata y en definitiva en poder. No sé si me entienden.
A: Yo voy.
C: Uno siempre tiene que hacer mérito creo yo. Las cosas se ganan, ¿o no? (A
Francisca) ¿Sí o no, hueona? ¿Las cosas se ganan o no se ganan?
A: O se pierden.
C: O se olvidan.
F: O se cortan.
C: Chócale. Pero yo no me salí. Terminé todo. Igual me hubiera visto rica de tens, era lo
único que me gustaba. El uniforme (Ríe) ¿Y qué hací ahora?
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A: Me las arreglo entre algunas pegas de construcción y trabajando madera. Eso es lo
que más me gusta hacer, en realidad.
C: Hartas cosas.
F: Estaba rica.
F: (Viendo el celular de Carla) Que es súper interesante lo que pasa con tu pollerón.
F: Pasa que demuestra el punto de vista que afirma el hecho de que el mercado, como
agente de poder, es capaz de capturarlo todo.
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F: El logo que sale en el pollerón que te acabas de comprar perteneció a un
movimiento que en algún momento se reconoció como subversivo, como rebelde,
como peligroso.
C: ¿Y?
C: ¿Y?
C: ¿Por qué?
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Pasa otro rato. Ellas están más borrachas que Antonio. Este, quizás, está lúcido. Sin que
ellas se den cuenta, Antonio se guarda unas llaves que están colgadas. Francisca destapa
de su colgante una punta y con ella saca, desde dentro, un poco de cocaína. Jala
F: Con una sola línea bastará para drogarme (Ríe) ¿Alguien se sirve? (Ambos niegan)
C: Puta la huea.
F: No, pero…
C: No me vay a decir que escribiste un poema po’, hueona, que lo vay a empezar a leer.
F: No, no, na que ver (Jala por el otro orificio) Hay que compensar. Ahora sí. Redoble de
tambores (Ríe)
C: Qué po hueona.
A: Interesante.
F: ¿Algún problema?
C: No, no, no. Pero no me mirí las mías te digo al tiro (Ríe)
F: No son de mi gusto.
F: Sí, también.
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C: Ah, ya, listo. No te vayay a pasar un rollo eso sí. Del pico a las tetas saltó esta
hueona, qué te creí.
C: Ella la compleja.
C: Pero, ¿le chupaste las tetas? ¿Le metiste lo dedos? ¿Se tijeretearon?
F: No, Carla…
F: O sea sí, sí, claro que sí, pero…Es más que eso…
C: Eso.
C: No, pero dentro del contexto po’ hueona, entiendo lo que dice el Antonio.
C: Claro.
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cosas que lo hacen único. Dos cuerpos que lograron, desde la práctica, gracias a la
conexión especial que hubo, a burlarse de la hegemonía. Del canon.
Carla sube la música y baila. Toma de las manos a Francisca e intenta motivarla.
Francisca le sigue, un tanto menos convencida, pero no abandona. Bailan y ríen. Antonio
las observa. Carla se saca fotos diversas. Francisca sale en algunas de ellas. Zafa de las
más “osadas”. Antonio toma el vaso de Francisca y echa una dosis de un líquido
transparente. Repite lo mismo con el vaso de Carla.
F: ¿Dónde?
C: A mover la cuerpa.
F: ¿A la disco?
C: No hueona, a Fantasilandia. Dónde más po’ amiga, dónde más. ¿Se motivan o no?
A: Me parece.
C: Ya hueona. Tu pídete el uber. Tu, Antonio, si podí, te entrai las cosas, guardai el
resto de la carne, yo cierro todo, tomo las llaves y estamos.
A: (Mostrando su vaso) Que nada se pierda eso sí. No estamos en momento de perder
ni una gota de nada, mucho menos de alcohol.
C: ¡Obvio!
Antonio se toma su trago. Entra y sale ordenando las cosas, siempre pendiente si es que
alguna de ellas toma su trago. Ralentiza o apresura las acciones según el ángulo que
tiene para mirarlas. Francisca se adentra en su celular y Carla busca. Antonio se sirve un
concho de trago y va hacia Francisca. Le pasa su vaso.
A: Salud.
F: Salud.
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Francisca toma el vaso y antes de llevárselo a la boca se le cae al suelo.
F: Cónchale.
C: Ya se está mandando cagá ya. Esta es la segunda Francisca, no creiai que denantes
pasaste piola. Te vi cuando chocaste con el Antonio.
A: Salud contigo entonces. (Ríe. Carla pasa buscando las llaves. Antonio le acerca su
vaso) Salud.
A: ¿Qué se te perdió?
C: Puta hueona.
F: ¿Qué hago?
F: Ya.
C: No creo.
F: ¿Copias, no tení?
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F: Chuta. Porque dejar la casa abierta nicagando.
A: No po’, no es la idea.
C: Ya sé. Qué buena onda. Mi vieja tiene una copia. Menos mal que me acordé.
A: ¿En serio?
C: A cinco minutos.
A: ¿Y el salud?
C: Al la vuelta.
Carla sale.
F: Salud (Bebe) Ahora que la Carla dijo que habían entrado a robar, me acordé que el
otro día encontré un artículo que tenía un pasaje pequeño que hablaba sobre la
mutación de la violencia…Pensándolo bien, yo creo que si me serviría para parte del
marco teórico…Disculpa que esté todo el rato en esto, pero es que…
A: Tú tranquila.
F: No sé por qué, pero cuando estoy en los momentos menos indicados se me vienen
todas las ideas a la cabeza.
A: Suele pasar.
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Han…La primera, claro…Es evidente, porque todavía… Queda mucho de la
restricción…De la negación… de la violencia explícita…Pero también tenemos
mucho…De… La violencia… de la positividad…esa violencia… que… No se… Percibe
tanto… pero que… articula las… bases del…sujeto… contempor… el… sujeto de…
rendimien…acude…sin darse…cuenta… a la… auto…ex…plo…
A público
A público.
C: Mi mamá no está. Me devuelvo. Me extraño. Adentro está todo oscuro. Afuera hay
una nota. “Encontramos las llaves. Nos fuimos. Nos llevamos tus cosas. Llámanos
cuando puedas. Nos trajimos tu celular” Qué raro. ¿Se fueron? ¿Se llevaron mis cosas?
¿Mi celular? ¿Por qué tanta prisa? No sé qué hacer. Algo me dice que no debo
moverme para ningún lado. Quiero entrar a mi casa. Quiero llamar en voz alta. No me
atrevo ¿Por qué? Sospecho. ¿De qué? No sé. Solo tengo una intuición. ¿De qué? No sé.
Pero algo pasa. Quiero averiguarlo. Tengo miedo ¿Por qué? No sé. Pero tengo miedo.
Miro a mí alrededor. La calle está muerta. Pareciera que todo está muerto. Pareciera
que la vida está muerta. Salto la reja. Me acerco a una ventana. Miro hacia dentro. Veo
lo que veo. Me pregunto si lo que veo es realmente lo que veo. Vuelvo a mirar. Sí. Lo
que veo es realmente lo que veo. Me tapo la boca. Todo se nubla. El sonido se derrite.
Entro en otra dimensión. La lógica pierde todo tipo de referencia. Tan solo obedezco a
la fuerza del impulso. A la ceguera del impulso. Al impulso del impulso. Me dispongo a
la acción. Me vuelvo liviana. Silenciosa. Felina. Abro la puerta. Voy a la cocina. Tomo el
cuchillo. Aguanto la respiración. Camino. Uno. Dos. Tres pasos. Silencio. Valor. Mucho
valor. Lágrimas en la garganta. Una puñalada. Dos puñaladas. Tres puñaladas. Cuatro
puñaladas. Cinco puñaladas. Seis puñaladas. Siete puñaladas. Ocho puñaladas. Nueve
puñaladas. Diez puñaladas. Quince Puñaladas. Veintitrés puñaladas. Treinta y cuatro
puñaladas. Salpica sangre a mi cara y a todos lados. El cae el suelo. Cae su cuerpo. Su
envase. Su carne. Su carne muerta. Abro los ojos. Deseo morir. Un silencio sordo se
apodera del ambiente. Una polilla revolotea en la ampolleta.
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C: ¿Fran?
F: ¿Qué pasó? (Carla la abraza. Llora) ¿Qué pasó? (Carla, con mucha resistencia, le
muestra el cuerpo de Antonio. Francisca se atraganta con la cantidad de aire que entra
de su boca. Queda congelada. Muda)
A: Tranquila, tranquila…
A: Dile que por supuesto que van a conversar todo, pero que ahora no es el momento.
Ahora es el momento de hacer dos cosas.
C: Fran, mira, escúchame, ya va haber tiempo de conversar todo. Pero ahora hay
prioridades que tenemos que…Tenemos que…
C: Tenemos que pensar y tomar decisiones. Hay dos cosas que tenemos que ver.
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F: Carla, Carla…Dime, por favor, qué chucha pasó…
F: ¿Y tú?
F: ¿Qué hiciste?
F: ¿Lo mataste?
A: Sí. Me mató.
C: Sí, lo maté.
C: Hay que hacer una lista de todos las cosas que tenemos que tomar en cuenta.
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F: Estamos muertas. En vida, pero muertas. Eso es lo único que soy capaz de tomar en
cuenta en este momento.
C: Somos mujeres que estamos en una situación equivocada. Una situación que no nos
merecemos. Y como somos mujeres inteligentes, vamos a saber buscar la manera de
volver a nuestra estabilidad anterior.
A: Eso es verdad.
A: No.
A: Cariño.
C: Todo a su a tiempo.
A: A mí manera, claro.
F: ¿Cómo cuáles?
A: Buena pregunta.
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C: Hay que limpiar la cabeza. Tener las cosas claras.
F: Yo creo tener las cosas bien claras, la verdad. Y es todo bien oscuro.
A: Alguien tiene que tener la voluntad de mancharse las manos con sangre.
F: No me da.
F: Eso no va a funcionar.
A: Es verdad. No va a funcionar.
A: También es cierto.
A: Ser o no ser.
C: Hay que estar tranquilas. Hicimos lo correcto. Lo que está a nuestro alcance.
F: ¿Hicimos?
F: Yo no maté a nadie.
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C: Te salvé la vida, Francisca.
A: …Dilo…Dilo… ¡Dilo!
A: Está zafando.
C: Pero hueona.
F: ¿Qué?
C: Cuando entré, estabay en el suelo. Dormida, drogada por supuesto, a medio vestir,
con los calzones abajo y el concha de su madre ese estaba corriéndose la paja pa’ irse
cortado sobre tu espalda, hueona. Un hueón que se supone que estabay conociendo,
que era tranquilo y que además trajiste a mi casa. Si estamos en esta situación es gran
parte por tu culpa a si es que no te vengay hacer la mosquita muerta, ¿vale? No aporta.
A: Bien dicho.
C: Además, ¿de qué ayuda estay hablando? O sea que, en el caso de que hubiera sido al
revés, en vez de intentar sacarme al hueón de encima, habría hecho qué cosa,
¿llamado a los pacos? En ese tiempo te mata y otra historia es la que estoy contando.
A: Eso es lo que tienen que hacer. Contar una historia. Una linda historia.
F: ¿Y cuáles son esas dos cosas que según tú tenemos que tener en cuenta?
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C: Lo primero es contar una historia y tenemos que saber contarla bien.
F: Difícil.
A: Muy difícil.
C: Tenemos que saber muy bien lo que supuestamente estamos haciendo a esta hora.
Hay gente que nos está intentando ubicar. Por eso, dónde estamos y qué estamos
haciendo.
A: Están viendo la manera de no agonizar en la cárcel como las dos asesinas que son.
F: Pero no vamos a llegar a la disco. No vamos alcanzar. Sea lo que sea que hagamos,
no vamos a terminarlo esta noche.
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F: Yo creo que todo va a depender de cuán eficaces seamos con el cuerpo. Eso lo va a
determinar todo. Porque si eso nos sale bien, existe, quizás, la posibilidad de tener la
suerte que el resto también nos salga bien. Pero si lo del cuerpo nos sale mal…
F: ¿Somos capaces?
F: ¿Tirarlo al mar?
C: Así a la ligera suena como una buena opción. Pero necesitaríamos muchas cosas.
Habría que amarrarle algo pesado, algo así como una piedra grande, una especie de
roca, bien atada. Habría que ir alguna playa lejos de aquí. Eso significaría andar con el
cuerpo en el maletero una distancia no menor. Después, en algún momento,
tendríamos que arrastrarlo hasta el mar. Otra distancia larga y la más peligrosa,
porque ahí, cualquiera que no ve, cagamos. Después, que se lo lleve el mar.
A: El mar.
C: Nadie nos asegura que eso puede pasar. No tenemos la fuerza como para lanzarlo lo
suficientemente adentro como para que el mar no lo devuelva. Es muy posible que se
quede varado en la orilla.
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F: Opción descartada entonces.
A: Al agua el mar.
C: Otra cosa.
F: ¿Enterrarlo?
A: No, no, no, por favor, eso sí que no. No me gustan los gusanos.
C: ¿Dónde sería?
C: Habría que conseguirse unas palas y con harta fuerza nomás cavamos un hoyo lo
más profundo que podamos y lo lanzamos y listo. Nadie supo.
A: Hay que tener cuidado con eso mira que los perros siempre hacen lo suyo.
F: Hay que tener cuidado con eso mira que los perros siempre hacen lo suyo.
C: Pero nosotras ya vamos a estar más tranquilas, va haber pasado tiempo. Es una
buena opción.
F: Alguien puede vernos y después decir la patente o el modelo del auto. De unas
mujeres que andaban como en actitud sospechosa y una cosa lleva a la otra.
F: Tenemos que ponernos en todos los escenarios y los peores son los primeros que
tenemos que cuidar.
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C: Dejémoslo como una posibilidad, entonces.
F: ¿Descuartizarlo?
F: ¿Y después qué?
F: Ahí necesitaríamos más cosas que el hecho de tirarlo al mar. Y aparte de alguna
herramienta específica que tengamos que conseguir, tendríamos que tener ropa de
cambio, o forrarnos en algo, para que no nos salpique la sangre.
C: ¿Yo?
F: Eres la que más está cerca del estudio del cuerpo. Alguna cosa que se pueda sacar
en limpio de eso.
A: Si me van a cortar, que sea con elegancia, con precisión, con talento. Recuerden.
Detallistas. Milimétricas. Como a mí me gusta. Como si mi cuerpecito fuera una obra
de arte.
F: Sobre todo con esta opción. Una herramienta a esta hora de la noche, raro.
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C: Demasiado riesgoso.
C: Nunca pensé que sería capaz de enterrarle un cuchillo a una persona y aquí estoy.
Viendo qué hago con su cuerpo.
C: Otra opción.
F: Me duele la cabeza.
C: Provocar un incendio.
F: ¿Qué?
A: Por dios, Carla, por dios. Esta vez fuiste mucho más lejos que yo.
F: ¿Un incendio?
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C: Sí, eso, donde no haya nadie.
A: Puros desafíos.
F: Lo mismo te pregunto.
C: Estás conmigo aquí en esta sede, viendo la manera de deshacerse del cuerpo de este
concha de su madre.
C: No vas a poder salir. Cerré la puerta y escondí las llaves. Me temí algo como esto.
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A: La veo, la veo.
F: Es mejor que empieces a pensar de la siguiente forma. Todo lo que pasó, lo que está
pasando y lo que seguirá pasando, va a ser parte de mi relato. Me voy a sentar ante la
justicia y voy a decir todo lo que estoy viviendo, porque eso es lo que me van a
preguntar. Mientras más colabore, más posibilidades voy a tener de salir limpia de la
situación. Porque yo no herí a nadie. No maté a nadie. No intenté esconder el cuerpo
de nadie. Y como se dice siempre, el que nada hace, nada teme. Lamento si tú, por tu
desesperación, empezaste a tomar decisiones impulsivas que no te corresponden.
Pero lo que es claro, es que había que buscar otra manera de solucionar las cosas.
C: No lo puedo creer.
F: Justamente porque te escribí lo que te escribí, voy hacer lo que voy hacer.
C: Dónde están todas esas palabras, Francisca. Por favor, dime que todo esto que me
estay diciendo, es parte de tu estado culiao de mierda en el que estay, tu estado de
shock, tu estado de crisis que te hace hablar toda esta mierda que estay hablando.
C: Espero que te comportes como lo que eres. Mi amiga. Mi mejor amiga, hueona. Tan
amiga que no pensé en enterrarle un cuchillo en la espalda a ese concha de su madre
del Antonio re culiao porque te estaba metiendo el pico hasta por las orejas.
A: Eso es una evidente exageración. Yo le estaba dando cariño. Sí. Puede ser un poco
extraño. Pero era a mi manera. Pero era cariño. Y por las orejas nunca. Qué asco.
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F: Tenemos que… Tenemos que… Tenemos que ponernos creativos…Tenemos
que…Conscientes, estar conscientes…Sí…Eso…Sí…
C: Si jalar te activa a que este concha de su madre del Antonio re culiao que bien
muerto que está no nos cague la vida, entonces dale.
C: Qué.
A: Capitalismo gore.
A: Capitalismo gore.
F: Un libro de…
Bueno…El tema es que…Hay una manera que ahí sale explicada…Una manera de…Los
cuerpos…De hacer desaparecer un cuerpo…Y esto que te digo es verdad, porque es un
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estudio. Si viniera de alguna película, tendríamos que corroborar si…Bueno…La forma
de…Desaparecer al cuerpo…
A:
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