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La subjetividad y su composición

La subjetividad se asocia a la incorporación de emociones y sentimientos al


expresar ideas, pensamientos o percepciones sobre objetos, experiencias, fenómenos o
personas. De esta manera, la subjetividad es una cualidad humana, ya que es inevitable
expresar estando fuera de uno mismo. La misma se construye desde el lenguaje. Uno de
los ejemplos más arcaicos lo podemos encontrar en los mitos. Desde que nacemos nos
enfrentamos al mundo del lenguaje, nos encontramos rodeados de un mundo simbólico
que debemos comenzar a interpretar para poder sobrevivir en él.

En el primer contacto con la realidad se inicia el proceso de constitución de


nuestra subjetividad, estamos siendo educados y socializados dentro de un contexto
histórico, temporal y espacial.

Al mismo tiempo, la población estudiantil interioriza, con mayor facilidad, los


mecanismos, estrategias, normas y valores de interacción social que los contenidos
académicos, lo que va configurando, poco a poco, representaciones, formas de conducta
e identidades que tienen valor y utilidad, tanto en la escuela, como en la sociedad. De tal
forma, se va “induciendo así una forma de ser, pensar y actuar, tanto más válida y sutil,
cuanto más intenso sea el isomorfismo o similitud entre la vida social del aula y las
relaciones sociales en el mundo del trabajo o en la vida pública” (Gimeno y Pérez,
1993:22).

De tal forma, nos vamos construyendo como seres humanos, en la interacción


social, en las relaciones con las personas, en la familia, en la escuela y en la comunidad.
En ese contacto con el contexto sociocultural, vamos edificando nuestra subjetividad,
nuestra manera de ser, pensar, sentir y actuar.

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