Está en la página 1de 9

Golpe 1976 arg

Artículo

Minuto a minuto: cómo fue el golpe del 24 de marzo de 1976 y por qué se conmemora el
Día de la Memoria

Cómo se gestó el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y cuándo se


instauró la fecha para recordar a las víctimas de la dictadura.
Asunción de gobierno de la Junta Militan con Jorge Rafael Videla
A cuarenta años de la recuperación democrática, hoy se recuerda el Golpe militar de 1976. |
Cedoc

El 24 de marzo de 1976 comenzó la última dictadura militar de la Argentina. Duró casi ocho
años completos en los que desapareció a 30.000 personas y se apropió de 500 niños.
Paralelamente, devastó económica y simbólicamente al país.

Cómo fue el derrotero que hizo posible el desenlace brutal que llevaron adelante las
Fuerzas Armadas en el país.

16 de junio de 1955: Masacre de Plaza de Mayo


Juan Domingo Perón estaba atravesando su segunda presidencia y, si bien la popularidad
que había logrado en su primer Gobierno, estaba decayendo, los sectores más poderosos
que tenían otro proyecto social y económico buscaron precipitar la caída del peronismo. El
16 de junio de 1955, bombardearon la Plaza de Mayo y la Casa Rosada. En ese evento,
que se conoció como la Masacre de Plaza de Mayo fueron asesinados más de 300 civiles.
Perón fue derrocado en septiembre de ese mismo año y asumió la autoproclamada
Revolución Libertadora.

Masacre de Plaza de Mayo


Bombardeo a la Casa Rosada
1959: Revolución y lucha armada
La realidad de Argentina no era aislada, en todo el mundo, luego de las dos guerras
mundiales la sociedad estaba convulsionada. La posibilidad de los gobiernos totalitarios, el
avance del poderío de Estados Unidos y el avasallamiento de los países tercermundistas
dio como consecuencia el surgimiento de organizaciones revolucionarias.

En este contexto, el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, se transformó en


inspiración para muchas organizaciones sociales de Latinoamérica y la “guerra de
guerrillas” o “lucha armada” se incorporó como la única salida viable en la cabeza de
diferentes militantes, incluso en las organizaciones peronistas.

Triunfo de la revolución cubana


Triunfo de la Revolución Cubana
15 de junio de 1973: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”
Mientras Juan Domingo Perón se encontraba exiliado en España, los espacios políticos
afines a su figura empezaron a crecer y a tener ideas muy diferentes de lo que el peronismo
significaba. Para algunos era el caudillo de las organizaciones sindicales, para otros un
aliado desarrollista para garantizar la paz en las industrias y espacios de trabajo, y para
otros más, era el líder de una futura revolución armada.

Héctor J. Cámpora
Héctor J. Cámpora
Como su nombre estaba proscripto en 1973, cuando se realizaron las elecciones, se llevó a
cabo una campaña que decía “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, que significaba que la
lista la encabezaría Héctor “el tío” Cámpora, pero quien llevaría las riendas del país sería
Perón. La elección fue un triunfo para los que abrazaban las esperanzas de que de la mano
del “El General” hubiera una transformación del país, sin embargo, no esperaban la
transformación que efectivamente ocurrió.

20 de junio de 1973: Masacre de Ezeiza


Tras 18 años de exilio, Perón regresaba a la Argentina. Pero, como en su ausencia se
gestaron múltiples movimientos que adecuaban la “doctrina peronista” a sus aspiraciones
ideológicas, cuando llegó el momento de recibirlo, todos estos espacios se disputaron la
bendición de “su” caudillo.

El resultado fue un enfrentamiento en Ezeiza entre los que se denominó la izquierda y la


derecha peronista. Esta escalada de violencia fue la antesala de lo que iría agravándose en
los años posteriores.

Masacre de Ezeiza
Acto en Ezeiza
Posteriormente, el presidente Cámpora renunció y se convocaron nuevas elecciones sin
proscripciones. Perón se presentó junto a su esposa Isabel Martínez como candidatos a
presidente y vicepresidenta, respectivamente, en septiembre de ese año. Su lista logró un
amplio triunfo y Perón asumió el Gobierno en octubre de ese mismo año. Falleció a
mediados de 1974, dejando la presidencia en manos de la vicepresidenta.

Masacre de Ezeiza
Acto en Ezeiza
Golpes de Estado en Latinoamérica
En 1976, Argentina era el único país del Cono Sur que tenía un Presidente elegido en
elecciones. Bolivia, Brasil, Chile, Perú, Paraguay, Ecuador y Uruguay estaban gobernados
por golpes militares.

23 y 24 de marzo 1976: las últimas horas de democracia


El martes 23 de marzo de 1976, el entonces ministro de Defensa, José Deheza, que llevaba
apenas 12 días en el cargo, recibió en su despacho a los jefes de las tres Fuerzas Armadas:
Jorge Videla (Ejército), Eduardo Massera (Armada) y Orlando Agosti (Aeronáutica). En el
encuentro, el funcionario pidió a los líderes militares que desmintieran los rumores de un
golpe de Estado. Sin embargo, no logró su objetivo.
La presidenta, María Estela Martínez de Perón, encabezó una última reunión de Gabinete
para escuchar el informe de Deheza. A la madrugada se iría a la Quinta de Olivos a bordo
del helicóptero presidencial. Esto no pudo ser, ya que a pocos minutos del despegue de la
terraza de Balcarce 50, los pilotos de la aeronave se desviaron hacia el Aeroparque
Metropolitano, aduciendo supuestos desperfectos técnicos.

En la terminal aérea porteña, la mandataria era esperada por el general José Villarreal, el
almirante Pedro Santamaría y el brigadier Basilio Lami Dozo, que la detuvieron y avisaron a
las Fuerzas Armadas que ya podían tomar por asalto la Casa Rosada.

El 24 de marzo, se perpetró el golpe de Estado en Argentina que depuso los tres poderes
constitucionales e instauró una dictadura cívico-militar que se autodenominó Proceso de
Reorganización Nacional y se caracterizó por implementar un plan sistemático de terrorismo
de Estado, que permaneció en el poder hasta diciembre de 1983.

Fue uno de los genocidios más sangrientos, ya que implementó tortura, desapariciones,
violaciones, secuestro de niños, entre otras atrocidades. Se trató de una dictadura que duró
casi ocho años completos, desapareció a 30.000 personas, se apropió de alrededor de 500
niños y, paralelamente, devastó económica y simbólicamente al país.

1977: nacen las Madres de Plaza de Mayo


Desde el último gobierno de Perón y la creación de la Alianza Anticomunista Argentina, una
fuerza paramilitar que perseguía a quienes consideraba opositores, a la instauración del
golpe del 76, comenzaron los secuestros y desapariciones.

Es así como las madres de jóvenes desaparecidos comenzaron a encontrarse y caminar


juntas en la Plaza de Mayo para luchar por recuperar a sus hijos. De esta manera, dieron
nacimiento a una de las organizaciones de Derechos Humanos más emblemáticas: Madres
de Plaza de Mayo.

Madres de Plaza de Mayo 20220428


Madres de Plaza de Mayo atacadas por los militares
1983: vuelta de la democracia
En 1983, tras la derrota de Malvinas ocurrida el año anterior, se vuelve a convocar a
elecciones y el radical Raúl Alfonsín obtiene el triunfo. Quedaba en sus manos la
responsabilidad de que ese pasado reciente no se olvidara y que fueran juzgados los
responsables.

Raúl Alfonsín ganó las elecciones presidenciales en 1973.


Raúl Alfonsín asumió en diciembre de 1983
1985: Juicio a las Juntas Militares
Un 9 de diciembre de 1985, la Justicia argentina logró condenar por primera vez en la
historia al terrorismo de Estado con la sentencia de cinco comandantes que encabezaron la
dictadura militar más sangrienta.

Qué fue el Juicio a las Juntas Militares: presiones, fragilidad democrática y la primera
condena al terrorismo de Estado
La causa fue llevada adelante por el fiscal Julio César Strassera y su adjunto, Luis Moreno
Ocampo, quienes debieron enfrentarse a la fuerte influencia que aún mantenían los
generales en el poder en medio de un frágil sistema democrático.

Juicio a las juntas militares


Juicio a las juntas militares
24 de diciembre de 1986 y 4 de junio de 1987: ley de Obediencia Debida y Punto Final
La Ley de Punto Final (23.492) fue promulgada el 24 de diciembre de 1986 por el entonces
presidente Raúl Alfonsín. Esto implicaba la finalización de los procesos judiciales contra los
imputados de ser autores penalmente responsables de haber cometido el delito de
desaparición forzada de personas durante la dictadura.

La Ley de Obediencia Debida (23.521), que también fue dictada por Alfonsín el 4 de junio
de 1987, le quitaba responsabilidad a los integrantes de las Fuerzas Armadas que
estuvieran cumpliendo órdenes de sus superiores.

1995: Hijos de desaparecidos


Los hijos de los desaparecidos dejaron de ser niños y se convirtieron en adolescentes y
jóvenes que también querían justicia por lo que había ocurrido con sus padres. Ellos se
organizaron bajo la sigla H.I.J.O.S. y comenzaron a implementar los “escraches”, ya que los
represores y asesinos de sus padres y madres estaban en libertad. Ellos proponían
identificarlos y señalarlos para que no vivieran su libertad como si no cargaran con sangre
en sus manos.

21 de agosto de 2003: nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final


En 2003, el Senado de la Nación sancionó la anulación de las leyes de Obediencia Debida y
Punto Final, la 23.492 y la 23.521, que impedían que se juzgue a los responsables de los
delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. El 2 de
septiembre de ese mismo año, el Poder Ejecutivo a cargo del entonces presidente Néstor
Kirchner, promulgó la ley 25.779 que declaró la nulidad de las leyes.

2002: Creación del Día de la memoria por la verdad y la justicia


El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia es el día en el que se conmemora
en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar.

La fecha fue establecida en el año 2002 por Ley de la Nación 25.633, cuyo artículo 1º
establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la
Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa
fecha del año 1976".

Wikipedia

El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, golpe cívico-militar de 1976 o simplemente el


24 de marzo (Argentina), fue una acción cívico-militar que interrumpió la democracia,
derrocó a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, tanto de la Nación como de las
provincias y arrestó a la presidenta peronista María Estela Martínez de Perón. El golpe
inauguró la dictadura cívico-militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional,
presidido por la Junta Militar y un presidente de facto. Los golpistas estuvieron motivados
principalmente por sectores del anticomunismo y el antiperonismo.

La dictadura se caracterizó por implementar un plan sistemático de terrorismo de Estado,


que permaneció en el poder hasta 1983. El golpe fue planificado y ejecutado en el marco
del Plan Cóndor, un sistema clandestino de coordinación represiva entre países
latinoamericanos promovido por Estados Unidos, como parte de la doctrina de la seguridad
nacional, que generalizó las dictaduras en América Latina con el fin de mantener el control
sobre esos países durante la Guerra Fría. Fue el sexto y último golpe de Estado exitoso de
la serie de golpes de Estado iniciada en 1930, que impidió que se consolidara la democracia
en Argentina hasta fines del siglo xx, luego de que se aprobara el voto secreto en 1916. Los
líderes del golpe fueron juzgados y condenados luego de la recuperación de la democracia
en diciembre de 1983, por cometer miles de crímenes de lesa humanidad.

En 2002 el parlamento argentino estableció el 24 de marzo como Día Nacional de la


Memoria por la Verdad y la Justicia para la conmemoración en homenaje a las víctimas de
la dictadura.

Reseña histórica

El alzamiento cívico-militar perpetrado el miércoles 24 de marzo de 1976 comenzó su


preparación con mucha anticipación. Para entonces, Argentina era el único país del Cono
Sur que mantenía un régimen democrático, en tanto que todos los países vecinos estaban
gobernados por dictaduras militares (Hugo Banzer en Bolivia, Ernesto Geisel en Brasil,
Augusto Pinochet en Chile, Francisco Morales Bermúdez en Perú, Alfredo Stroessner en
Paraguay, el Consejo Supremo de Gobierno en Ecuador y Juan María Bordaberry en
Uruguay), sostenidas por los Estados Unidos en el contexto de la Doctrina de seguridad
nacional.

Aunque los golpes de Estado venían siendo sistemáticamente utilizados contra los
gobiernos constitucionales radicales y peronistas desde 1930 y las técnicas de la llamada
«guerra sucia» venían siendo aplicadas desde el bombardeo de Plaza de Mayo de 1955, el
golpe de 1976 tuvo su antecedente inmediato en el Operativo Independencia realizado en
Tucumán y en la matanza de cientos de personas acusadas de «zurdos» (izquierdistas) por
parte del grupo parapolicial anticomunista Triple A.

El golpe de Estado había sido planeado desde octubre de 1974 y el Departamento de


Estado de los Estados Unidos sabía de los preparativos doce meses antes de que
ocurriera.[16][17][18]

El golpe de 1976 fue el último golpe exitoso en Argentina, pero no el último intento. Los
presidentes democráticos Raúl Alfonsín (1983-1989) y Carlos Menem (1989-1999) debieron
enfrentar sublevaciones militares entre 1987 y 1990, lideradas por militares denominados
"carapintadas", que pretendían impedir que las instituciones democráticas enjuiciaran las
violaciones de derechos humanos cometidos durante la última dictadura. El último
levantamiento militar en Argentina fue realizado el 3 de diciembre de 1990.

Preludios

El 1 de julio de 1974, el presidente Juan Domingo Perón falleció a los 78 años. Su muerte
causó un gran vacío político en la sociedad argentina que venía de casi dos décadas de
gobiernos civiles de baja legitimidad y dictaduras cívico-militares que habían criminalizado al
peronismo y a los movimientos de izquierda, en el marco de la Guerra Fría y la Doctrina de
la Seguridad Nacional de Estados Unidos, que promovió la generalización de dictaduras
anticomunistas en todo el continente. La falta de democracia en Argentina y la influencia de
la Revolución Cubana de 1959, fue el marco que impulsó el surgimiento durante la última
dictadura –que se había anunciado como permanente– de puebladas insurreccionales en
todo el país, con alta participación de la juventud y la ciudadanía, y también de grupos
guerrilleros que se agruparon en dos líneas principales: FAR-Montoneros (peronistas
revolucionarios) y ERP (marxistas).

Perón intentó conformar un gobierno de unidad nacional, expresada en la fórmula de


Perón-Balbín, que representara también a las principales fuerzas que históricamente habían
sido antiperonistas, como el radicalismo, el frondizismo, la democracia cristiana y el
conservadurismo, a la vez que buscó regular el conflicto social por medio de un Pacto
Social entre los empresarios y los sindicatos. Cámpora primero y Perón después fueron
elegidos como candidatos del Frejuli, un frente electoral que reunió a peronistas,
frondizistas, conservadores y demócrata cristianos, pero que no pudo incluir al radicalismo,
a causa de la oposición interna en ambos partidos. Al morir Perón, la insuficiencia del Frejuli
para preservar la estabilidad política quedó en evidencia. Perón fue sucedido por la
vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, quien no logró contener la cada vez más
deteriorada situación política y social de Argentina.
Luego de la muerte de Perón aumentó el poder del ministro de Bienestar Social, José López
Rega, hombre de confianza de la presidenta y miembro de la logia anticomunista
internacional Propaganda Due, a la que también pertenecía el almirante Eduardo Massera,
también hombre de confianza de la presidenta, que sería uno de los líderes del golpe de
Estado contra ella de 1976. López Rega era el jefe de una organización terrorista
parapolicial que se autodenominó Triple A, que asesinaría a cientos de personas
consideradas "de izquierda", luego de la muerte de Perón. Muchos de los efectivos de la
Triple A se incorporaron a los grupos de tareas que instrumentaron sistemáticamente el
terrorismo de Estado a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

El 5 de febrero de 1975, se dio inicio al Operativo Independencia, una intervención militar


con el objetivo de aniquilar a los bastiones de la guerrilla en la selva de Tucumán, que
mantenía una presencia en la zona desde principios de 1974, al constituir la llamada
Compañía del Monte Ramón Rosa Jiménez.[19]

En octubre, el país fue dividido en cinco zonas militares, y a cada comandante se le dio
carta blanca para desatar una cuidadosamente planificada ola de represión. El 28 de
noviembre de 1975 todos los países del Cono Sur (Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y
Uruguay), en Santiago de Chile, firmaron un documento que explica que «… se dan por
iniciados a partir de esta fecha los contactos bilaterales o multilaterales a voluntad de los
respectivos países aquí participantes para el intercambio de información subversiva,
abriendo propios o nuevos carteles de antecedentes de los respectivos servicios».[20]

El 18 de diciembre, el sector ultranacionalista de la Fuerza Aérea liderada por Jesús


Cappellini se sublevó y llevó a cabo el Comando Cóndor Azul, con el objetivo de derrocar a
Isabel. Un número de aviones despegaron de la base aérea de Morón y ametrallaron la
Casa Rosada. La rebelión sólo pudo ser detenida cuatro días después.[21] Sin embargo, el
Ejército tuvo éxito en desplazar al comandante de la Fuerza Aérea, Héctor Fautario, último
oficial leal a Isabel y receptor de duras críticas desde el Ejército y la Marina por su
vehemente oposición a sus planes represivos, y por no movilizar a la fuerza aérea contra la
guerrilla en Tucumán. Crucialmente, él era el último obstáculo de Videla en el camino hacia
el poder.[22][23] Videla pasó la Nochebuena en Tucumán, en donde arengó a las fuerzas
desplegadas e impuso un ultimátum de 90 días al gobierno de Isabel para que «ordenara»
el país, a la luz del ataque al Batallón de Monte Chingolo realizado por el ERP el día
anterior.[21]

Hacia los primeros meses de 1976, el destino de Argentina estaba sellado. El frente
guerrillero en Tucumán estaba prácticamente diezmado y los refuerzos de Montoneros
enviados también habían sido derrotados. Por su parte, las Fuerzas Armadas —que
gozaban del total apoyo por parte de EE. UU. y de la élite local— esperaban el momento
oportuno para derrocar al gobierno. En febrero, el entonces general Roberto Eduardo Viola
elaboró el plan de operaciones del golpe, que contemplaba la necesidad de «encubrir»
como «acciones antisubversivas» la detención clandestina de militantes y opositores, desde
la noche misma del golpe.
24 de Marzo

Poco antes de la una de la mañana, el helicóptero que transportaba a la presidenta Perón


hacia la quinta presidencial fue desviado por decisión del piloto hacia el Aeroparque Jorge
Newbery, donde fue recibida por el general de brigada José Rogelio Villarreal, el
contraalmirante Pedro Santamaría y el brigadier Basilio Lami Dozo, quienes le comunican:

Las Fuerzas Armadas se han hecho cargo del poder político y usted ha sido destituida.

Ya detenida, fue trasladada a Neuquén para ser recluida en la Residencia El Messidor,


residencia oficial del gobernador en Villa La Angostura. Pocos meses después fue
trasladada al Arsenal Naval de Azul, en la provincia de Buenos Aires. Recién sería liberada
cinco años después

A las 03:10 fueron ocupadas todas las estaciones de televisión y radio. Se cortó la
programación regular y se emitió el primer comunicado a través del locutor Juan Vicente
Mentesana:

Comunicado número uno de la Junta de Comandantes Generales: Se comunica a la


población que a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la
Junta Militar. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las
disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como
extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir
la intervención drástica del personal en operaciones. Firmado: Jorge Rafael Videla, Teniente
General, Comandante General de Ejército; Emilio Eduardo Massera, Almirante,
Comandante General de la Armada; Orlando Ramón Agosti, Brigadier General,
Comandante General de la Fuerza Aérea.

Se implementaron el estado de sitio y la ley marcial, y se estableció el patrullaje militar en


todas las ciudades. Durante ese primer día, cientos de trabajadores, sindicalistas,
estudiantes y militantes políticos fueron secuestrados de sus hogares, lugares de trabajo o
en la calle.

Posterioridad

Dos días después del golpe, el Secretario para América Latina, William P. Rogers, declaró

Esta junta está probando la afirmación de que Argentina no es gobernable [...] Creo que eso
es claramente una opción probable. [...] Creo que debemos esperar bastante represión,
probablemente una buena ración de sangre en Argentina antes de que pase mucho tiempo.
Creo que van a tener que buscar bien, no sólo a los terroristas sino a los disidentes de los
sindicatos y sus propios partidos». El secretario de Estado Henry Kissinger estableció que
«cualquier oportunidad que tengan, necesitarán un poco de apoyo. [...] Porque quiero
apoyarlos. No quiero darles la sensación de que son acosados por los Estados Unidos.
El 29 de marzo, Videla asumió como presidente, y las universidades fueron intervenidas al
día siguiente. El 2 de abril, el nuevo Ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz,
anunció el «Programa de recuperación, saneamiento y expansión de la economía
argentina»,[39] de corte neoliberal, las primeras medidas del gobierno militar serán el
congelamiento de los salarios por tres meses, la eliminación de los controles de precios, y
una fuerte devaluación del tipo de cambio.

El periodista A. Graham-Yooll afirmó:

El establishment, el país, gran parte de la clase media, yo diría la clase trabajadora también,
apoyó el golpe. Claro que había una enorme parte de la población que estaba
comprometida políticamente que no lo hizo.
Jorge Fontevecchia escribiría:

En 1976 no se podía saber que la última dictadura sería infinitamente más cruel y macabra
que las anteriores y, aunque duela reconocerlo, una parte muy numerosa de la sociedad
apoyó el derrocamiento del gobierno democrático de Isabel Perón.
En junio, cuando las violaciones a los derechos humanos por la junta fueron criticadas en
Estados Unidos, Kissinger reiteró su apoyo a la dictadura, dirigiéndose directamente al
Ministro de Asuntos Exteriores argentino César Augusto Guzzetti en una reunión en
Santiago de Chile.

También podría gustarte