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ORACIÓN
T - Si el cansancio os abruma,
“... ha nacido en nosotros una urgencia cristiana que nos impulsa a la
acción...”
CANTO
En todas las ciudades donde vive el hombre gris,
en medio de la prisa, entre el ruido que te aísla.
A pesar de todo estoy.
En este mundo absurdo de injusticias y dolor,
en esta tierra buena donde hay sitio para todos.
A pesar de todo estoy.
¿ A QUIEN BUSCAS ?
SÁBADO Santo
Aquí estoy yo, llorando a la puerta del sepulcro ... Soy María Magdalena, la que tanto ama a Jesús.
Y digo ama en presente porque no soy capaz de creer que el haya muerto ... es tanto el dolor que
casi no puedo pensar ... y ha sido este hombre, este hortelano quien ha venido a sacarme de mis
lagrimas. Que ¿a quien busco? me preguntas: busco a mi Señor, a mi amor, al sentido de mi vida, ...
busco su cuerpo muerto para poder adorarlo, verlo por ultima vez ... y ni ese consuelo me queda,
porque no está ... me lo han robado ... me han robado hasta lo único que de él me quedaba, ... pero
a quien realmente busco es a él , sus palabras, su gestos , la vida y la esperanza que nos daba
cuando estaba junto a nosotros ... No, de verdad que no busco su cuerpo muerto, porque el sigue
vivo dentro de mi ...
Si tienes tiempo, tu que me preguntas a quien busco, tu que te preguntas a quien buscas te puedo
contar realmente lo que busco: busco a ESE que dedicó su vida a HACER FRATERNIDAD, a
HACER LIBERACIÓN y a HACER ESPERANZA. Había en el un algo, Espíritu o Abba lo
llamaba El, que le movía a gritar cada día con su vida: ¡Hagamos fraternidad!, ¡Hagamos
liberación!, ¡Hagamos esperanza!.
¡HAGAMOS FRATERNIDAD!
Mateo y Zaqueo podrían contaros como se sintieron mirados y envueltos en su aceptación incondicional, que
apostaba por ellos y por su capacidad de cambio, más allá de su condición de alejados, instalados en la
posesión de sus bienes y aparentemente herméticos a la conversión.
Aquel paralítico que llevaron a su encuentro entre cuatro (Mt 9, 1-7) podría contaros como fue recibido por
Jesús: “¡Animo, hijo, tus pecados te son perdonados!”, como si, al estar delante de Jesús, hubiera sentido
que su presencia hacia desaparecer cualquier distancia, cualquier obstáculo, cualquier interferencia en la
relación entre ambos, dejando paso a un fluido de afecto, de simpatía, de comunicacion, que “derretía” todo
lo demás.
Pedro, nuestro Pedro, podría contaros como, en su primer encuentro con el Maestro, se supo reconocido por
su propio nombre, aceptado en la situación concreta de aquel momento de su vida:
El, Pedro, podría contaros todo el trabajo exigente de Jesús para “tallar” la piedra resistente de sus criterios y
de sus proyectos contrarios a los del Reino (Mc 8,33); cómo soporto sus equivocaciones y sus miedos, su
ambición y sus intervenciones precipitadas (Mc 9,5; 10, 15-40; 14, 28-33); cómo no le retiro su perdón ni su
amistad cuando se hundía en el abismo de sus desesperación por haberle traicionado, ayer mismo (Lc
22,61); cómo le dio lo mas grande que alguien puede dar a otro: tiempo y espacio para cambiar, para dejarse
modelar y transformar, para ser capaz de acoger un nombre nuevo no merecido, sino recibido por pura
gratuidad.
Natanael (Jn 1, 47), el centurión romano (Mt 8, 10), la cananea (Mt 15,28), la viuda pobre (Lc 21, 1-4),
María de Betania (Lc 10, 42) ... podrían contaros su asombro al escuchar las palabras de simpatía admirada y
de felicitación que pronuncio Jesús a propósito de ellos, dirigiendo la mirada de los discípulos hacia ellos,
que nunca pensaron ser significativos:
- “Aquí esta un verdadero israelita en quien no hay engaño”
- “Os aseguro que no he encontrado una fe tan grande en todo Israel”
- “Mujer ¡que grande es tu fe!”
- “Esta viuda ha echado mas que todos”
- “María ha escogido la mejor parte” ...
¡HAGAMOS LIBERACIÓN!
Desde que le conocimos, supimos con agradecimiento que Jesús nos había liberado de la ley, del pecado, ...
Y esa salvación puede traducirse hoy, mujeres y hombres del siglo XX, en dos enemigos que os amenazan
fuertemente: el miedo y la ansiedad de poseer.
El miedo es una experiencia central de la vida humana que nos hace tomar conciencia de ser criaturas
frágiles y amenazadas de muchas maneras por la muerte. Puede ser un camino que nos acerque a Dios, al
hacernos reconocer su misterio y nuestra necesidad de salvación; pero, si nace de una falta de confianza,
debilita nuestra fe y tiene efectos paralizantes. Por eso la expresión “no temas” que tantas veces oímos en
labios de Jesús es una invitación a la confianza.
Muchos hombres y mujeres hemos oído de El: “¡Animo!”, “¡No tengas miedo!”, cuando nos encontrábamos
en situaciones de extremo peligro o desgracia; y como él parecía asombrarse de nuestro temor, como si fuera
algo imposible teniéndole a él a nuestro lado:
¿Porque estáis con tanto miedo? ¿como no tenéis fe? (Mc 4, 40)
Los discípulos, en medio del lago, zarandeados por la tempestad y con las olas anegando la barca (Mc 4, 35-
41); o Pedro, otra vez, en el momento de hundirse en el agua, cuando caminaba hacia él sobre el mar (Mt 14,
22-33).
La mujer que tenia flujo de sangre, cuando iba a ser descubierta y todos se iban a enterar de su condición de
impureza y su atrevimiento al tocar a Jesús (Mt 9, 20-22). Jairo, cuando ya le habían dado la noticia de que
su hija había muerto (Mc 5,36). O de nuevo nosotros, sus discípulos, que conscientes de nuestras
limitaciones nos envió a predicar y a expulsar demonios sin llevar “nada para el camino: ni bastón, ni
alforjas, ni pan, ni dinero ...” (Lc 12, 3), yendo solo “calzados con sandalias” (Mc 6,9).
La ansiedad de poseer es, en el fondo, otra forma de miedo de la que todos necesitamos ser liberados.
Poseer, acumular, guardar ... son una forma de proteger y ocultar nuestro propio desvalimiento. Pero Jesús
siempre pedía de nosotros una confianza capaz de renunciar a todas esas precauciones y seguridades y una fe
que se arriesgue a dejar el cuidado de nuestra vida en manos del “Abba” del que El hablaba.
“No andéis preocupados pensando que vais a comer para poder vivir, ni con que vestido vais a cubrir
vuestro cuerpo. Porque la vida en mas importante que el alimento y el cuerpo mas que el vestido ...”
(Lc 12, 22)
“No andéis ansiosos, que vuestro Padre ya sabe lo que necesitáis...” (Lc 12, 30)
“¿No se venden cinco gorriones por dos reales? Pues bien, ninguno de ellos es olvidado ante Dios.
No temáis: vosotros valéis mas que todos los gorriones” (Lc 12, 6)
¡HAGAMOS ESPERANZA!
Mucho mas que cualquier discurso sobre ella, son las imágenes y las comparaciones que Jesús nos enseñó
para darnos cuenta de que nuestras propias medidas del tiempo, tan limitadas, no son las únicas existentes.
Sus parábolas nos ayudaron a aprender los caminos de esa espera paciente y tenaz, de esa fidelidad que
aguante y permanece y que llamamos “ESPERANZA”.
La tierra da el fruto por si misma: primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y,
cuando el fruto lo admite, enseguida se mete la hoz, porque ha llegado la siega” (Mc 4, 28-29).
Jesús nos decía que el dueño del campo sembrado, aunque solo al cosechar va a poseer definitivamente el
trigo, se alegra cuando ve que su campo ya verdea y que las espigas van madurando cargadas de fruto.
A ese presentimiento de una cosecha que ya llega, pero que aun no ha sido recogida, podemos llamarle
esperanza.
Nos decía que una mujer embarazada no tiene aun al hijo en brazos, no puede acariciarlo ni besarlo, pero
vive ya de la promesa de su llegada.
A esa anticipación de la alegría, que precede a otra forma definitiva de presencia, podemos llamarle
esperanza.
Jesús nunca renunciaba a las “básicas experiencias humanas”: la seguridad de poseer bienes, la sagacidad y
el esfuerzo que somos capaces de emplear para conseguir dinero y aumentarlo. Y no lo condena, sino que
nos invitaba a tener esas mismas actitudes, pero “atesorando” en la moneda que circula en el Reino.
A ese “espabilamiento” ilusionado y tenaz que mantiene nuestro corazón puesto allí donde tenemos nuestro
tesoro, podemos llamarle esperanza.
Esta es mi situación y vuestra situación de hoy: estamos invitados al banquete de bodas del Rey. Tenemos
ya en las manos la invitación; aun no ha llegado el día, el momento, pero quizá si podamos prepararnos y
contar los minutos que quedan para la fiesta.
A esa impaciencia gozosa con que aguardamos la fiesta definitiva, podemos llamarle esperanza.
Ofrece tus manos, con toda su pobreza, para colaborar con él en su tarea
de “no quebrar la caña cascada ni apagar la mecha vacilante”, sino de
enderezar y alentar a los que están abatidos y dejarte sostener también
por su capacidad de resistencia.
Porque, y esto es lo que hoy mas retumba en mi interior, Jesús nos dijo un día:
Y ese es verdaderamente el Jesús al que yo busco hoy. Hortelano, si tu sabes donde se lo han llevado o si lo
has escondido tú, dime donde lo has puesto y yo me lo llevaré.
CANTO
4,30 - TERTULIA
VIGILIA PASCUAL
10,30 - INTRODUCCIÓN
Liturgia Penitencial
Bendición del fuego
Bendición del Cirio Pascual
CANTO
Un nuevo Reino está amaneciendo,
un nuevo Reino esta surgiendo,
un nuevo Reino está naciendo
entre las ruinas de un viejo imperio,
y es un Reino de paz,
es un Reino de amor,
es un Reino de justicia y libertad,
donde reina la hermandad,
donde reina la igualdad,
donde reina el Rey de Reyes, de verdad.
MARCHA DE LA LUZ
Tres paradas
PREGÓN PASCUAL
CANTO
El Señor resucitó venciendo la muerte en la cruz.
Nuestra esperanza está en El, El es nuestro salvador.
Atrás quedó el temor, la duda y la poca fe,
hagamos ya realidad un Reino nuevo de Amor.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA BAUTISMAL
Bendición del agua
Renovación de la fe
S - Hermanos, por el misterio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo para que vivamos
una vida nueva. Por tanto renovemos, y comprometámonos de nuevo, con la fuerza de esta Pascua, a servir
al Padre en comunidad de hermanos, en la Iglesias de Jesús.
1 - Ante la injusticia y pecado en que viven sumidos tantos hombres, sobre todo jóvenes y pobres, ante el
egoísmo de unos y la desesperanza de otros, ante la insensibilidad de no pocos por los valores del Reino y le
necesidad de ser y construir el Pueblo de Dios.
T - Optamos por verdad, el amor y el compromiso al que nos convoca Jesús Resucitado. Optamos por la
disponibilidad y la eficacia del amor cristiano. Optamos por el amor revolucionario de Jesús para lograr un
hombre nuevo y liberado.
1 - Porque pensamos que la liberación cristiana de los pobres es signo mesiánico, porque creemos que Cristo
vino a evangelizar a los pobres, a predicar a los cautos la liberación y a rescatarnos de toda esclavitud,
queremos poner nuestra fe en el proyecto de Jesús.
“... ha nacido en nosotros una urgencia cristiana que nos impulsa a la
acción...”
T - Creemos que el acontecimiento pascual es el centro de la historia y el eje que da sentido pleno a nuestra
vida. Creemos y amamos al Padre que nos ha amado y salvado en Jesús muerto y Resucitado y por el
Espíritu nos hace vivir en la Iglesia como hijos y hermanos. Creemos y amamos a Cristo paciente, viviente
en el hombre oprimido. Creemos y amamos a Cristo resucitado, viviente en el hombre comprometido.
Creemos que Jesús Resucitado es el único Señor, cuyo servicio es la libertad.
S - Que el padre de Jesús y padre nuestro nos conceda la fuerza de su espíritu para poder ser fieles a los
compromisos pascuales. Que la luz de Cristo ilumine nuestro camino y que siendo responsables unos de
otros podamos ofrecer a los hombres testimonio de que Cristo está vivo.
T - AMEN.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración Universal
Presentación de Ofrendas
T - Verdaderamente es justo que, en esta noche santa de Pascua, te demos gracias a ti, Padre de todos los
hombres. Tu eres el origen de la vida, de la libertad y del amor. Por ti, cada persona esta dotada de una
irrenunciable dignidad y por ti nuestro vivir adquiere una dimensión trascendente.
S - Al celebrar la resurrección de tu Hijo en el amanecer de este nuevo día, nuestra esperanza se fortalece,
nuestra fe se expresa y nuestra caridad aguza su vista para descubrirte en los hermanos.
T -Tu eres el absolutamente Otro que, sin embargo, esta cercano a nosotros.
S -Por eso, desde lo mas sincero y profundo de nuestro ser, te cantamos diciendo:
SANTO...
T - Te alabamos, Padre, porque haces todo con sabiduría y amor. No solo hiciste al hombre a tu imagen,
dotándolo de libertad y de capacidad de donación, sino que también te has comunicado con nosotros por
medio de tu Palabra hecha carne. Con la crucifixión de tu Hijo murió la verdadera muerte y triunfo la
autentica vida. Así lo celebramos en esta eucaristía que El nos dejo como signo de su Pascua.
S - Porque, El mismo, llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo, habiendo amado a
los suyos, los amo hasta el extremo. Y mientras cenaba, tomo pan, te bendijo, lo partió y lo dio a sus
discípulos diciendo: .......
T - En este momento de alegre unión contigo, te pedimos, Padre, por todos los hombres y mujeres del
mundo, especialmente por los pobres y los que sufren. Acuérdate, Señor, de los que formamos tu Iglesia
visible: los fieles, los religiosos y las religiosas, los sacerdotes, los obispos y el Papa, siervo de los siervos
de Dios. Ayudamos a todos a ser consecuentes con nuestra fe.
S - Recordamos también a nuestros hermanos difuntos que gozan ya de tu plenitud. Y una vez mas te
alabamos diciendo:
Padrenuestro
Abrazo de paz
“... ha nacido en nosotros una urgencia cristiana que nos impulsa a la
acción...”
Comunión
Vives en el pan roto y compartido
vives en la copa redonda de vino,
banquete de pobres, botín de mendigos,
compañero fiel, amigo entre amigos.
Acción de gracias
Despedida Mirad, Jesús resucita hoy.
Mirad, la tumba esta vacía.
El Padre ha pensado en El.
De los hombres es Señor, de la vida, Salvador.
Mirad, Jesús resucita hoy.
Mirad, vive a nuestro lado.
La muerte no tiene poder.
Proclamad, por la fe, que está vivo y somos
libres, porque .......