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ayúdame en este momento y concédeme un milagro”. Para expandir estas bendiciones
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queridos. Ahora, busca un lugar tranquilo. Estás a punto de atraer las bendiciones que
mereces. ¿Estás listo?
¡COMENCEMOS!
La Virgen de Guadalupe es venerada por muchos fieles que creen en sus poderes
milagrosos y en su capacidad para interceder ante Dios en favor de aquellos que la
invocan con fe. Algunos de los poderes atribuidos a la Virgen de Guadalupe incluyen:
Estos son solo algunos de los poderes atribuidos a la Virgen de Guadalupe por sus
devotos. Cabe mencionar que, desde una perspectiva católica, la Virgen María, incluida la
advocación de Guadalupe, no posee poderes propios, sino que intercede ante Dios en
favor de aquellos que acuden a ella con fe y devoción. La creencia en los milagros y en la
intercesión de los santos forma parte de la tradición católica y es una expresión de la
confianza en la misericordia divina.
ORACION
“Oh Virgen de Guadalupe, Madre amorosa y protectora de tus hijos, acudo a ti en este
momento de necesidad y te pido que intercedas ante Dios en mi favor. Tú, que con tu
presencia divina has consolado a tantos corazones afligidos y has obrado milagros en
nombre de tu Hijo Jesucristo, escucha mi humilde súplica.
Virgen Santísima, modelo de virtud y pureza, te ruego que me concedas la gracia de la
salud, la sanación de mis enfermedades físicas y espirituales, y la fortaleza para enfrentar
los desafíos que se presenten en mi vida. Que tu manto de amor y protección me
envuelva, y que tu luz divina ilumine mi camino en medio de la oscuridad.
Oh Madre bendita, encomiendo a tus manos mis alegrías y mis penas, mis sueños y mis
temores. Te pido que me ayudes a ser un instrumento de paz y amor en este mundo
necesitado de esperanza y consuelo. Que tu amor maternal me impulse a servir a los
demás con generosidad y compasión, siguiendo el camino de tu Hijo Jesucristo.
Virgen María de Guadalupe, Estrella de la Evangelización, ruega por nosotros ante tu Hijo
amado, para que podamos vivir en conformidad con su voluntad y alcanzar la salvación
eterna. Te suplico que me concedas la gracia de ser fiel discípulo de Jesús, imitando tus
virtudes y propagando el mensaje de amor y redención a todos los que me rodean.
Oh Virgen de Guadalupe, Madre celestial y protectora de tus hijos, hoy quiero elevar mi
voz en acción de gracias por todas las bendiciones que has derramado sobre mí. En este
momento de profunda gratitud, te doy gracias por tu constante amor y protección, por tu
intercesión poderosa y por tu presencia consoladora en mi vida.
Madre amorosa, agradezco por cada momento de alegría que has permitido en mi
camino, por cada obstáculo superado con tu ayuda y por cada prueba que me has
ayudado a enfrentar con valentía. Gracias por tu guía constante, por tu luz divina que
ilumina mi sendero y por tu amor incondicional que me sostiene en los momentos de
dificultad.
Virgen Santísima, te doy gracias por tu ejemplo de humildad y servicio, por tu fidelidad a
Dios y por tu entrega total a su voluntad. Que tu vida sea para mí un modelo a seguir,
inspirándome a vivir con generosidad y compasión, siguiendo el camino de Jesús con
humildad y amor.
Madre querida, agradezco por cada bendición material y espiritual que he recibido de tu
mano bondadosa, por cada milagro obrado en mi vida y por cada oración escuchada. Que
mi corazón rebosante de gratitud sea un reflejo de tu amor infinito y de la misericordia
divina que nos regalas a través de tu intercesión.
Virgen de Guadalupe, Reina del Cielo y Madre de todos los pueblos, te doy gracias por tu
presencia constante en mi vida, por tu amor sin límites y por tu protección
inquebrantable. Que mi voz se una al coro de alabanzas que se eleva hacia ti desde todos
los rincones del mundo, reconociendo tu poder y tu bondad eterna. ¡Gracias, Virgen de
Guadalupe, por todo lo que haces por nosotros! Amén.”
UNA VEZ FINALIZADA LA ORACIÓN QUIERO QUE RECEMOS JUNTOS TRES PADRES
NUESTROS, OTROS TRES AVE MARÍAS Y TRES GLORIA:
“Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu
reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy, nuestro pan de cada día
y perdona nuestras ofensas. Así como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal.
Dios te salve, María llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres, entre todas
las mujeres y bendito es el fruto, de tu vientre Jesús. Santamaría madre de Dios, ruega por
nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espirítu Santo como era en el principio ahora y siempre por
los siglos de los siglos. ¡Amén!”
Vamos de nuevo:
“Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu
reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy, nuestro pan de cada día
y perdona nuestras ofensas. Así como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal.
Dios te salve, María llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres, entre todas
las mujeres y bendito es el fruto, de tu vientre Jesús. Santamaría madre de Dios, ruega por
nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espirítu Santo como era en el principio ahora y siempre por
los siglos de los siglos. ¡Amén!”
“Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu
reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy, nuestro pan de cada día
y perdona nuestras ofensas. Así como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal.
Dios te salve, María llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres, entre todas
las mujeres y bendito es el fruto, de tu vientre Jesús. Santamaría madre de Dios, ruega por
nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio ahora y siempre por
los siglos de los siglos. ¡Amén!”
Recuerda que Jesucristo, nuestro señor, nos dijo que todo lo que pidamos a su Padre, en
su nombre, será dado y todo lo que se pide teniendo mucha fe, Dios no los concede,
porque él es un padre bueno y misericordioso, que quiere darle lo mejor de este mundo a
sus hijos, confiemos en él y sigamos sus mandatos y verás como tu vida se llena de
bendiciones, que Dios nuestro señor, te brege el mejor día de tus vidas y derrame su
bendición en tu casa, en tu vidas, en tu trabajos y en todos tus familiares.
¡En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén!
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