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"Celebra mi ser la grandeza del Señor"


Inicio contando mi experiencia de 25 Años de Vida Consagrada con estas palabras
alentadoras de la Virgen María al contemplar lo que Dios ha hecho en Ella. Se puede
evidenciar en su propia vida, la grandeza, el amor y la misericordia, es decir, se siente
bendecida y amada por haber creído en el Dios que la habita.

Hoy me siento en gratuidad por ese mismo Dios que me llamó al seguimiento de su
Hijo, mi Redentor.

Qué bendición tan grande experimento al ser llamada desde el seno de un hogar
católico, de padres, hermanos, familiares y amigos que fueron acompañando el
proceso de mi vocación cristina desde los Sacramentos.

Qué bendición tan grande encontrar el camino a la Escuela donde obtuve los
aprendizajes básicos.

Qué bendición tan grande la de aquella tarde de jueves, camino a la Ciudad de Trujillo, a
buscar hostias para la Parroquia y escuchar de boca del P. Orán Ramírez, “Marisol, tú
puedes ser religiosa, te animo a buscar el lugar”.

Qué bendición más grande cuando, con mi corazón inquieto desde los 12 años, recibí la
invitación para integrarme a la Legión de María y ser Catequista en mi Parroquia, cosa
que acepté inmediatamente.

Qué bendición tan grande al andar en los caminos de Dios y conseguir un humilde
hogar en la casa de Belkis Valladares, una líder de grupos juveniles; ahí, las diferentes
Congregaciones dejaban propaganda vocacional. Al presentarle mi inquietud de servir a
Dios de una manera más entregada, me mostró varios folletos, entre ellos, el de las
MPS; me gustó mucho y me impactó el rostro materno de nuestra Madre del Perpetuo
Socorro; le pedí que me explicara con más detalle y comentó que, hacía ocho días, las
MPS habían pasado por allí y dejaron una invitación por escrito para las jovencitas que
quisieran participar de las actividades vocacionales, en Barquisimeto, Estado Lara. Por
supuesto que acudí con mucho entusiasmo y las Hermanas continuaron invitándome,
yo seguí asistiendo y fui, vi y me quedé.

Ya no puedo callar lo que he visto, vivido y oído; quedó grabado en mi corazón el


impulso misionero de mujeres consagradas para la tarea evangelizadora de la Iglesia.

Qué bendición tan grande iniciar la Etapa del Aspirando en 1991, para estudiar y
fortalecer mi vida cristiana. Después, al siguiente año, avanzar al Postulantado y vivir
estos años con mi Hermana Maritza Morillo Herrera.
Qué bendición tan grande entrar al Noviciado en 1994 y ser enviadas a los tres días a
Guatemala, para vivir ahí la experiencia con otras Novicias, entre ellas, la Hermana
Anavela Barrientos.

Qué bendición tan grande seguir caminando y prepararnos para nuestra Primera
Profesión Religiosa, el 15 de Agosto de 1996, en Guatemala.

Qué bendición tan grande ser enviadas a México para vivir la Etapa del Juniorado en
Netzahualcóyotl, Estado de México y continuar la experiencia con otras Junioras
mexicanas, Lupita Blas, Claudia Reséndiz y Patricia Morales Morales.

Qué bendición tan grande, regresar a mi país, Venezuela; y continuar mi formación


religiosa y académica después de vivir enriquecedoras experiencias en las comunidades
y apostolados como Educadora en la Fe, en el Colegio Martín de la Cruz de Xochimilco,
Salina Cruz de Oaxaca y San Luis Potosí.
Qué bendición tan grande mi preparación a Votos Perpetuos, en Caracas, en el año
2003.

Qué bendición tan grande celebrar el 15 de Agosto del 2004 mi Profesión Perpetua en la
Parroquia San José de los Padres Redentoristas, junto a mi Comunidad de Hermanas de
Venezuela.

Qué bendición tan grande contar con verdaderas Maestras de Formación, que fueron
acompañando mi proceso vocacional.

Qué bendición tan grande por las Hermanas que he encontrado en cada país y
comunidad y los apostolados en donde he podido vivir y compartir a Jesucristo
Redentor, con niños y jóvenes fortaleciendo el don de la fe.

Qué bendición tan grande asumir con gozo y confianza los diferentes diagnósticos de
mi salud tan debilitada y celebrar cada recuperación frente al misterio del dolor que me
humaniza cada día y me une más a la cruz del Redentor.

Qué bendición tan grande al ser elegida Hermana Capitular del Primer Capítulo de la
Provincia de México, realizado en la Casa General MPS de la Ciudad de México, de
Julio 18 al 23 del 2021. Teniendo además, la oportunidad de participar en la Asamblea
Congregacional del Bienio de la Espiritualidad de las Misioneras de Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro, que se llevó a cabo por vía telemática los días Julio 30 y 31 y Agosto
01 del 2021 desde nuestra Casa General.

Qué bendición tan grande que, a mis 50 años de vida cumplidos, venciendo muchas
adversidades en el camino, varias de mis compañeras de generación y de diferentes
Regiones como Centro América, Filipinas, Estados Unidos y la Provincia de México-
Venezuela (Hna. Senaida Anavela Barrientos Caseros, Hna. María Guadalupe Blas
Montoya, Hna. Patricia Faviola Morales Morales, Hna. Martha Claudia Reséndiz Meza,
Hna. Annaliza E. Dayrit, Hna. Marisol Gudiño Gudiño y Hna. Maritza Josefina Morillo
Herrera) y con un año de anticipación, fuimos convocadas por la Madre General Maritza
Josefina Morillo Herrera y su Consejo, con la finalidad de prepararnos por vía virtual
(por la limitación que ha ocasionado la Pandemia de la Covid) con Temas y Reflexiones
mensuales de Septiembre del 2020 a Mayo del 2021 y Ejercicios Espirituales de Pascua
2021. Por esta preparación, agradecemos a las Hermanas Concepción Inocencia Toral
Monterrosas, Diana Cruz Torres, Ana Cecilia Escalona Giménez y Alejandra Valdez
Durana, quienes nos apoyaron con gran disponibilidad para poder celebrar cada grupo
en sus respectivas Regiones y en la Provincia de México-Venezuela, los 25 Años de
Consagración Religiosa. Cada una y en compañía de nuestras Hermanas MPS, pudimos
celebrar, confirmar y renovar el SÍ sostenido que nos motiva a continuar la vida como
genuinas Misioneras de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, herederas del Carisma y
Espiritualidad del Padre Agustín Nistal García y de la Madre María Teresa Rivera Carrillo.

Qué bendición tan grande el sentirme acompañada y sostenida por mis Hermanas,
Familiares, Obispos, Sacerdotes y Amigos.

Qué bendición tan grande estar presente y ser recibida en la cuna congregacional como
una hija y hermana de todas.

Qué bendición tan grande sentirme en modo de renovación y gratuidad.

Gracias por cada detalle y celebración en las comunidades.

Hoy puedo expresar con gozo en el corazón "Celebra todo mi ser la grandeza del Señor",
porque hace maravillas.

Que el Redentor en los brazos de nuestra Madre del Perpetuo Socorro, siga
bendiciendo a nuestra amada Congregación presente en Filipinas, Macao, India,
Estados Unidos, Centro América, México y Venezuela.

"Asístame tu gracia y la cooperación de mis Hermanas". Dios les pague.

Hna. Marisol Gudiño Gudiño, mps

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