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Resumen

Capítulo 3. “El análisis de la narración “, pp. 47- 86.


Del libro Gemma Lluch. Análisis de narrativas infantiles y juveniles (2003).

El tratamiento de los elementos que a continuación se reseñan, cuando se


aplican a la literatura infantil no se diferencian mucho del que se aplica a
los de la literatura dirigida a los adultos.

1. LA ESTRUCTURA DE LA NARRACIÓN
El esquema narrativo canónico está formado por cinco secuencias:

Secuencia Función discursiva

Situación Se parte de una situación estable. Se presentan los


inicial personajes principales, el espacio y la época, así como
las relaciones. También pueden presentarse las
propuestas estilísticas escogidas.

Inicio del Es el inicio de la acción, del nudo o de la complicación.


conflicto Hay una acción o un acontecimiento que modifica la
situación inicial e introduce una tensión.

Conflicto Es una reflexión o la actuación. Uno de los participantes


desarrolla una serie de acciones para intentar resolver
el conflicto.

Resolución del Es el fin del conflicto o de la acción, el desenlace. Es el


conflicto resultado de las acciones precedentes, el fin del
proceso.

Situación final Vuelta a una situación estable, generalmente distinta de


la inicial.

Esta es la estructura narrativa que mantienen la mayoría de las


narraciones de tradición oral, la que se considera prototípica de la narrativa
infantil, organizando los hechos cronológicamente según una progresión
lineal.
Aunque lo habitual es que se expliciten las cinco secuencias narrativas,
puede ser que alguna de ellas no aparezca. La situación final también ha
cambiado la manera de presentarse, si en un momento histórico el final feliz
parecía imprescindible, en la actualidad puede ocurrir que el conflicto no se
resuelve en el sentido de cambiar la circunstancia que lo motivó, pero si un
cambio en la manera de enfrentarlo.

Importante: La literatura infantil es ante todo una narración de


hechos, no de ideas, ni de reflexiones.
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2. LA TEMPORALIDAD NARRATIVA
La imagen del tiempo creada por la ficción literaria varía en cada época
y en cada corriente estética. En el caso del autor/a que se dirige a un lector
en plena formación de su competencia cultural y lingüística es habitual que
tenga en cuenta cuáles son las nociones temporales y estructurales que tiene
el lector para hacerle comprensible la narración.
Desde la psicología cognitiva, se afirma que es entre los 4 y los 6 años
cuando aparece la capacidad de ordenar pequeños elementos temporales;
entre los 6 y los 9 años, adquiere progresivamente los principales sistemas
convencionales de medición del tiempo, primero de manera absoluta y
después en relación con otros elementos; a partir de los 9 años aparecen
capacidades nuevas: la comprensión del tiempo cíclico, la coordinación de
diferentes sistemas temporales y la utilización de marcas convencionales
como apoyo de los razonamientos temporales y no es hasta los 12-14 años
cuando el niño es consciente del carácter convencional y arbitrario de las
unidades del tiempo.

La estructura narrativa vista en el apartado anterior, con una ordenación


cronológica de los acontecimientos sin anacronías, se muestra en el texto a
través de dos marcas lingüísticas fundamentales: los tiempos verbales y los
marcadores temporales que varían según aparezcan en la secuencia inicial
o en el resto del relato

Secuencia Marcas lingüísticas

Situación inicial Uso del imperfecto

Inicio del conflicto Uso de un marcador temporal y cambio al


pretérito indefinido que marca sucesión de
hechos (“un día”)

Conflicto
Pretérito imperfecto que marca hechos
simultáneos. (Cada pretérito introduce un punto
nuevo de referencia)
Resolución del
conflicto Condicional simple que marca hechos posteriores

Situación final Pluscuamperfecto que marca hechos anteriores

3. EL NARRADOR

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Varia según la época y según el género. El narrador omnisciente utilizado
en el siglo XIX que conoce todo sobre la historia y los personajes, como única
voz narrativa y fuente de información da paso en la actualidad a nuevas
tipologías que permiten conocer la voz de los personajes que exponen sus
emociones y pensamientos. Además, se incorporan nuevos puntos de vista que
incluso pueden ser diferentes en el mismo relato. Por lo tanto, no sólo es
importante quien cuenta la historia sino también quién la ve y desde qué
posición.

Tipología de narrador
Cuando hablamos de narrador nos referimos al modo de presentar el
universo narrativo. Así tenemos que diferenciar entre voz narrativa y persona
gramatical. El primero tiene que ver con la cantidad de información que
posee el narrador y el punto de vista que adopta para contarla:
1) Relato no focalizado: son narraciones en las que el narrador
posee todo el saber, disfruta de la omnisciencia y no delega ninguna
de sus funciones. Esta omnisciencia puede fundamentarse en el dominio
absoluto del tiempo, de la conciencia del personaje o en el control del
espacio.
2) Relato focalizado externamente: el narrador tiene una mayor
restricción del saber y debería limitarse a informar sobre los actos y
las palabras que él, puede captar a través de los sentidos. Es el
llamado narrador objetivo porque se vuelve invisible.
3) Relato focalizado internamente: el punto de observación se sitúa
en el interior del personaje para percibir el universo representado a
través de sus ojos. Aunque habitualmente se alterna la refencia al
mundo interior del personaje y el análisis o la valoración. Así, se acerca
al relato no focalizado, pero sin alcanzar la omnisciencia de aquel.

4. EL PERSONAJE, EL ESPACIO, LA ÉPOCA Y LOS MUNDOS POSIBLES

El personaje
Por personaje entendemos el actante o el actor provisto de una serie de
rasgos que lo individualizan. Se caracteriza por una serie de rasgos (también
llamados atributos, o adjetivos calificativos) que adquieren unidad y lo aíslan
del resto. Son relativamente estables y en ocasiones, pueden cambiar a
medida que avanza la acción.
La caracterización del personaje se realiza en primer lugar a través de
un nombre propio (o común, o oficio…). En segundo lugar, a partir de los
rasgos del ser y de la acción. Los primeros son estáticos y se manifiestan
mediante sustantivos y adjetivos; los segundos, dinámicos y se manifiestan
mediante verbos que remiten a acciones.
Podemos diferenciar tres paradigmas de personajes:

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a) Personaje estático, el que mantiene sus pocos atributos constantes
a lo largo de la trama versus personaje dinámico, cuyos atributos
experimentan cambios.
b) Personaje plano, construido en torno a una sola idea y
paradigma de una virtud o un defecto vs personaje redondo, definido
por la complejidad y la capacidad para sorprender al lector
continuamente.
c) Personaje individual versus personaje colectivo.

Roles que cumplen los actantes (o personajes):


a. El protagonista, en torno al que gira la acción.
b. El antagonista, representa la fuerza contraria al anterior.
c. El objeto, la necesidad, el deseo, el temor que mueve la
acción.
d. El destinador que ejerce una influencia sobre el objeto.
e. El destinatario o beneficiario de la acción a veces
identificado con el protagonista.
f. El ayudante del protagonista.

El espacio
También llamado escenario porque da cuenta del carácter de realidad
textual cuya configuración depende del lenguaje.
Los espacios pueden mostrarse detallada o vagamente, pueden
sobrentenderse creyendo que son conocidos o cercanos al lector, mostrados
mediante una descripción o a través de lo que ocurre en ellos.
Es el narrador o un personaje quien decide qué muestra.

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