Está en la página 1de 1

Reinos Combatientes (475-221 a. C.).

Su equivalente europeo serían los


interregnos entre el Tratado de Westfalia de 1648 y el fin de la Segunda
Guerra Mundial, cuando un gran número de estados europeos luchaban por
sobresalir en el marco del equilibrio de poder. Después de 221 a. C., China
mantuvo el ideal de imperio y unidad, aunque siguió la práctica de la
fractura
y la nueva unión por ciclos, que en ocasiones llegaron a durar unos cuantos
siglos.
Cuando el Estado se fracturaba, se libraban cruentas guerras entre los
distintos elementos. Mao dijo en una ocasión que, durante el período
denominado de los Tres Reinos (220-280), la población china pasó de
cincuenta millones de habitantes a diez millones de habitantes;[4] también
fue
muy sangriento el conflicto entre los participantes en las contiendas de las
dos
guerras mundiales del siglo XX.
En su extensión máxima, la esfera cultural china abarcaba un área
continental mucho más grande que cualquier Estado europeo; de hecho,
comparable a la de la Europa continental. La lengua y la cultura chinas, así
como el mandato político del emperador, se extendían a todos los territorios
conocidos: desde las tierras esteparias y los inmensos pinares del norte que
van fundiéndose hacia Siberia hasta las selvas tropicales y los cultivos de
arroz en los bancales del sur; desde la costa oriental, con sus canales,
puertos
y aldeas de pescadores, hasta los agrestes desiertos de Asia Central y las
cimas nevadas de la frontera del Himalaya. La amplitud y variedad de su
territorio reafirmaba la idea de que China era un mundo en sí, que mantenía
una concepción del emperador como figura de trascendencia universal, que
presidía el tian xia, o «Todo bajo el Cielo».
LA ERA DE LA PREEMINENCIA CHINA
A lo largo de muchos milenios de su civilización, China no tuvo que tratar
con otros países o civilizaciones que pudieran comparársele en magnitud y
complejidad. Los chinos conocían la India, como precisó Mao
posteriormente, pero aquel era un país que había pasado gran parte de su
historia dividido en distintos reinos. Las dos civilizaciones se
intercambiaron
productos y también las influencias budistas a lo largo de la Ruta de la
Seda,
pero para el resto imperaba el muro casi impenetrable

También podría gustarte