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Balística: Es la ciencia que tiene por objeto el cálculo del alcance y dirección
de los proyectiles lanzados por arma de fuego, lanzamiento que se logra
mediante el aprovechamiento de la alta presión generada por los gases
producidos durante la deflagración de la pólvora que contiene cada cartucho.
Figura A.
Figura C
- Cartucho con todas las partes que lo componen: Vainilla (1),
fulminante (2), carga (3), y proyectil (4).
Recámara: Espacio del arma dentro del cual en forma de manual (revólver),
semiautomática (pistola) ó automática (ametralladora) es colocando el cartucho
para ser percutido. En este punto encontramos la diferencia entre las pistolas
cuya recámara única de forma parte integral del cañón de los revólveres, cuyas
múltiples recámaras se encuentran en un dispositivo llamado nuez o tambor, que
va girando a medida que el arma es accionada para colocar un nuevo proyectil
frente al cañón.
Una vez colocado el cartucho (1) dentro de la recamara (2) y asegurado allí por los
mecanismos del arma, debido a la presión que ejerce el tirador sobre las colas del
disparador (3), se coloca el martillo (4) a considerable distancia, para luego, por
acción de un potente resorte, cae en forma violenta sobre la aguja percutora (5)
que incide sobre el fulminante (6), cumpliéndose así la percusión. Las chispas
producto del estallido del fulminante se desplazan por los oídos de la vainilla (7)
para realizar la ignición de la pólvora (8) que comienza por deflagrar aumentando
la presión dentro de la vainilla, la cual se ensancha contra las paredes de la
recamara liberando a su vez el proyectíl, que se desplaza en vuelo libre en busca
de las estrías del cañón, aumentando la aceleración a lo largo del ánimo hasta
que abandona la boca de fugo, entretanto, la vainilla retoma casi en su totalidad
su forma original, para luego ser expulsada de la recámara cumpliéndose así la
fase inicial de disparo que es la que interesa a nuestro trabajo (ver figura E).
Figura E
Figura F
Otro dactilograma artificial que vale la pena describir es el que se logra por la
oxidación que produce la materia cebácea y el sudor sobre las vainillas fabricadas
en metales (latón militar), no resistentes a la oxidación o que han sido sometidas
a algún tipo de proceso químico, como el niquelado o cromado que los hace
resistentes a la acción de los agentes corrosivos.
Cuando nos vemos en la necesidad de realizar un estudio de una impresión
dactilar latente, debemos proceder al revelado, el cual se logra aplicando algún
tipo de sustancia o polvo de color llamado reactivo, y que debido a ciertas
características especiales, se adhiere a los montículos de materia cebácea y
sudor dejados por las crestas papilares permitiendo así su visualización;
posteriormente y de ser posible, se coloca sobre una cartulina cuyo color permita
un contraste nítido y facilitando un buen estudió. Son numerosos los reactivos que
se utilizan para el revelado de las impresiones dactilares, entre ellos, el "Negro
Humo" que presenta las mejores garantías para el trabajo de las impresiones
dactilares de las vainillas. Cuando no es posible el levantamiento de la impresión
mediante cinta adhesiva, es necesario proceder a fotografiarla en un microscópio
de comparación que nos proporciona una buena evidencia para el estudio.
Figura G
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
BIOGRAFIA