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septentrionales una nueva importancia, que pronto superará a la

Capítulo Primero: El Marco El Espíritu De La


que tenían las primeras.
Del Mundo Antiguo A Occidente Edad Media
En el siglo primero de nuestra Era todos los pueblos que se re-
La primera originalidad de la civilización medieval está en su partían las orillas del Mediterráneo vivían de una misma civiliza- Léopold Genicot
marco geográfico. Los materiales que utiliza están tomados en ción. Por el mar y gracias al mar, mantienen entre ellos relaciones
su mayoría de la Antigüedad clásica. Su espíritu es cristiano y intensas. Intercambian sus productos agrícolas e industriales, sus
por lo tanto es antiguo igualmente. En cambio el marco es abso- ideas artísticas y literarias, sus sistemas filosóficos y religiosos.
lutamente nuevo. Europa meridional, Asia menor y África del Norte componen así
un todo coherente. Demostrar esto con amplitud sería sobrepasar
La civilización antigua era mediterránea. Pertenecía más bien los límites del presente libro. Por otra parte basta para probarlo re-
en común a todos los países que bañaba el Mare Nostrum y se cordar la Piazza delle Corporazioni de Ostia y sus mosaicos, don-
agrupaban dentro del Imperio Romano. Era además un acervo de las agencias marítimas se ofrecen para transportar mercan-
exclusivo, puesto que solamente ellos habían tenido un papel en su cías a todos los puntos del mundo civilizado.
formación y evolución. Otros pueblos, situados más al interior, la
habían recibido, sí, pero ni influyeron en ella ni la enriquecieron. A partir de este momento, sin embargo, se hace posible una rup-
tura entre Este y Oeste pues el primero ejerce en el Imperio una
La civilización medieval, por el contrario, es occidental. No inclu- influencia demasiado fuerte. Esta ruptura se hace inevitable des-
ye sino una fracción del Imperio Antiguo. Y no se alimenta sola- pués de la gran crisis de mediados del siglo III y se consuma tras
mente de Cataluña, Aquitania, Provenza o Italia, sino también y las invasiones del siglo V. En vano Justiniano, en los principios
sobre todo de Inglaterra, Bélgica, Renania, Borgoña, Norman- del VI, intenta invertir este movimiento.
día y la Isla de Francia.
Cien años más tarde otra grieta, ésta aún más profunda, se abre
Durante el periodo de transición -desde el siglo III al VII- que va en el mundo mediterráneo: Unificados por Mahoma, los árabes
de la Antigüedad a la Edad Media, se opera, pues, una doble se lanzan al asalto de los infieles y arrancan a la Cristiandad Es-
transformación. Por una parte Occidente se separa y se diferen- paña, África y Siria.
cia de Oriente y de África y, por a otra, sus fronteras se ensan-
chan y su centro se desliza insensiblemente del Sur al Norte. La ruina de la unidad imperial no se produce por lo tanto de gol-
pe, brutalmente. Es el resultado de una evolución de cinco si-
Del estudio de estos dos movimientos paralelos se ocupa el pre- glos. Resumamos una a una estas etapas.
sente capitulo: tras recordar, sin insistir, la unidad del mundo
grecoromano en su momento de apogeo, analiza, en su esencia Roma termina apenas de forjar la unidad del mundo antiguo con
y consecuencias, los diversos acontecimientos que abren una sus conquistas cuando ya ésta se encuentra en peligro. La pre-
profunda sima. ponderancia de Oriente hace pesar sobre ella una amenaza que
con el tiempo sólo se agrava, pues Oriente domina el Imperio y
Foso entre este, oeste y sur del mundo antiguo. Más tarde es- refuerza constantemente su ascendiente sobre él. Por ejemplo:
tablece la posición respectiva de las regiones meridionales y le impone sus religiones, especialmente el mitriacismo, y más
septentrionales de Occidente al comienzo de la Edad Media y tarde y con mayor importancia, el catolicismo. De Asia, de Es-
detalla los hechos que, poco a poco, han dado a las regiones mirna y de Pérgamo es de donde salen los primeros obispos y
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mártires de las Galias. Aún más: Oriente proporciona al Imperio cerrado. Esta evolución económica, las correrías de los bárba-
la mayoría de sus hombres de Estado y de sus altos funciona- ros, los impuestos que abruman a la población acomodada, la
El Espíritu De La
rios. Índices éstos, entre otros, de un peligroso desequilibrio. indiferencia por parte del gobierno, que cesa de ayudarles, y tam- Edad Media
bién posiblemente la hostilidad de los campesinos y la repugnan-
La gran crisis del siglo III acentúa enormemente este desequi- cia atávica hacia la vida urbana de ciertos autóctonos se deja sen- Léopold Genicot
librio. Durante treinta años, aproximadamente del 235 al 268, un tir pesadamente en las ciudades. La mayoría de ellas no estaban
huracán de inaudita violencia sacude al mundo romano. Los ya muy pobladas pero ahora pierden aún más de su población y
ejércitos -pues ya no hay uno solo sino varios ejércitos rivales- decae su actividad. Se limitan a vegetar tristemente dentro de las
reclaman cada uno la púrpura para su jefe. Los pronunciamientos estrechas murallas de las que se rodean para protegerse.
se suceden a un ritmo enloquecedor. Se instaura la anarquía. Es-
ta anarquía provoca en el interior la constitución de bandas que Privada así de sus centros principales, la cultura va quedando sin
aterrorizan a la población. En el exterior incita a los "bárbaros" a vida. La regresión que prosigue en este dominio se acelera trans-
lanzarse sobre ese Estado dividido y desorganizado. En varios currido el siglo II. La literatura pagana no cuenta sino con este o
lugares y en oleadas sucesivas fuerzan las fronteras y penetran aquel representante, y éstos, estimables nada más. La cristiana,
hasta muy dentro del territorio: los francos, en un momento da- más rica, pierde bien pronto el aliento. El arte olvida sus técni-
do, llegan hasta España, los alamanos aparecen en Auvernia, cas y deja de renovarse. Todo el Occidente anuncia la alta Edad
en Italia y en Retia. Los godos centran su interés en Asia Menor Media y su vida básicamente rural.
y amenazan, al instalarse en los Balcanes, con separar Oriente
de Occidente. Al mismo tiempo las brutales y repetidas devalu- El Oriente ofrece un cuadro muy diferente. Continúa siendo ur-
aciones -medio cómodo de colmar los déficits de los presupues- bano, animado y brillante. Las grandes ciudades siguen dando
tos- trastornan la vida económica. Hacen que en dos decenios la pauta: Bizancio, prometedora de un gran futuro; Tesalónica,
se doblen los precios. Para mayor desgracia se declara la peste cuya fortuna durará siglos; Antioquía, Alejandría... Ciudades
y durante largos años continúa sus estragos. Abrumado por cosmopolitas en las que el comercio rivaliza con la industria,
males tan numerosos y tan crueles el Imperio parece cercano a sobre todo con la industria de lujo; en donde las especulaciones
sucumbir. Sin embargo, gracias a algunos grandes generales filosóficas y después las teológicas se continúan en las escue-
venidos de la Iliria, se salva. Pero si sobrevive es profundamente las y donde las riquezas aseguran el desarrollo de un arte nue-
transformado y, lo que es más importante, más orientalizado vo, impregnado totalmente de asiatismo. La vicia del mundo anti-
que nunca. guo se concentra, pues, en las orillas del Bósforo, en las costas
de Asia y de Egipto: ¿Puede extrañar ahora el hecho de que
Occidente sale de la prueba muy debilitado. Su economía ha Constantino trasladara allí su capital en el año 330?
sido afectada de modo mortal, sus ciudades arruinadas, su cul-
tura agotada. La industria, floreciente en Italia durante el siglo I, Indudablemente, la consecuencia más grave de la crisis de me-
y en Galia, España y hasta en Gran Bretaña durante el siglo n, diados del siglo tu fue la de crear un contraste demasiado vio-
entra rápidamente en decadencia a fines del III. Salvo en al- lento entre Oriente y Occidente. Lo que existe ahora en el seno
gunos centros privilegiados no producirá ya sino objetos toscos del Imperio no es desequilibrio sino oposición. Los gobernantes
destinados a la consumición local. Su decadencia frena la activi- no se equivocan. Es verdad que aprietan los tornillos de la cen-
dad comercial. Tan sólo la agricultura sigue siendo relativamente tralización y hacen más pesado el yugo de la burocracia, pero al
próspera. Pero también estrecha sus horizontes y renuncia a la mismo tiempo renuncian a la unidad de mando militar y civil: a
especialización: los grandes dominios, que absorben la mayoría partir de 286 hay dos Augustos. El establecimiento de la Diar-
de las propiedades pequeñas y medias, viven casi en régimen quía es todo un presagio: viene a probar que entre las dos frac- UNTREF VIRTUAL | 2
ciones del mundo romano la vida común se ha hecho difícil y da mitad del siglo v realizan una primera entrada en su interior.
que, tarde o temprano, se producirá la ruptura. Tras una tregua de dos generaciones, vuelven a ponerse en El Espíritu De La
marcha, rechazan a los bretones hacia Cornualles y el País de Edad Media
Se produce en efecto cuando ocurre eso que se han llamado Gales y se apoderan así de la mayor parte de la isla.
"las grandes invasiones". Estas, que debían llamarse con mayor Léopold Genicot
propiedad "las grandes migraciones", son la primera fase de un Según puede observarse esta marejada de pueblos no afecta
fenómeno de amplitud y duración excepcionales, que continuará sino a una parte del mundo romano. El Basileus consiguió, por
a lo largo de toda la alta Edad Media y cambiará el Occidente. medio de las armas y sobre todo por medio de la diplomacia, re-
Tienen por causa remota una doble atracción: la que sobre los chazar hacia Italia, Galia y España a los bárbaros que habían
germanos venidos de las brumas y los pantanos del Norte ejer- traspuesto el Danubio inferior. Oriente permanece, pues, indem-
ce la fertilidad del Mediodía, con su sol y su vida dulce y la que ne. Por el contrario Occidente está profundamente afectado. De
sienten los nómadas de Asia central, cada vez más desértica, un solo golpe los vínculos políticos, culturales, e incluso mate-
por las llanuras aluviales que la rodean. Tienen por causa pró- riales entre las dos zonas quedan rotos.
xima la llegada de los hunos. Estos turcos mogolizados, expul-
sados de China llegan al Volga alrededor del 355 y en su marcha La unidad política desaparece, si no en teoría, por lo menos en
en dirección al Oeste van empujando uno tras otro a los pue- la práctica. Idealmente sólo existe un Imperio e incluso, tras la
blos escalonados a lo largo del Danubio y del Rin, arrojándolos deposición de Rómulo Augústulo en el año 476, hay un solo Em-
contra las fronteras del Imperio. Presionadas por hordas incon- perador. Pero prácticamente este emperador no gobierna sino el
trolables y mal defendidas por ejércitos demasiado débiles, las Oriente. Los jefes bárbaros que se han repartido el Occidente se
fronteras ceden. presentan a veces como sus mandatarios. Durante varias gene-
raciones aún acuñarán moneda con su efigie y alardearán con
En el Este, los visigodos derrotan a Valente en Adrianópolis, por los títulos de cónsul o de patricio que el emperador les otorga.
el año 378 y comienzan las peregrinaciones que les llevarán de Todo esto no implica, ni antes ni después, que estos jefes le
Mesia a Iliria, luego a Dalmacia, Italia y por último hasta Aquita- reconozcan algo más que una preeminencia honorífica.
nia y España, donde se establecen entre el 418 y el 475. En el
centro, una fracción de los ostrogodos penetra en Italia en el La identidad de las instituciones administrativas se desvanece
año 405 pero es exterminada. Una segunda vuelve a atacar ha- también. Las instituciones bizantinas no sufren modificaciones
cia el año 488, conducida por Teodorico. Por el Oeste los vánda- sensibles antes de Heraclio (610-641). Constituyen, como en el
los y los alanos y los nuevos hacen retroceder en desorden a las pasado, un conjunto coherente, completo y sabio. Por el contra-
defensas romanas en el 406, asuelan las Galias y se extienden rio las de los reinos burgundio, visigótico, anglosajón, etc., se
por la Península Ibérica. Los primeros pasan a África en el 428. nos presentan como un informe conjunto de elementos romanos
Los últimos fueron al fin rechazados por los visigodos y confina- y germánicos; son más bien rudimentarios y como ajenos a toda
dos en Galicia. En el mismo sector los francos, los alamanos y especialización.
los burgundios se deslizan a su vez hacia el Sur, por los valles
del Escalda y del Mosela, en Alsacia y en el Palatinado, en Bor- Las divergencias de cultura que señalábamos arriba se acen-
goña y al sur de ésta llegando hasta Provenza. Por último los túan. Según la feliz expresión de Pirenne, el Occidente se bar-
sajones escogen las dos orillas del mar del Norte y del canal de bariza: sea lo que fuere, los invasores precipitan la decadencia
la Mancha. Unidos a ellos los anglos y los yutos, y posiblemente de la civilización. La ignorancia creciente de la lengua y de la li-
también algunos elementos frisones, francos y chaucos, esta- teratura griegas es un excelente índice de este retroceso. Por su
blecen tres cabezas de puente en Inglaterra y durante la segun- parte Oriente reniega más y más de sus tradiciones latinas para UNTREF VIRTUAL | 3
acantonarse en el helenismo y abrirse aún en mayor grado a las plano las oposiciones étnicas, la diversidad de lenguas, las di-
influencias asiáticas; el arte bizantino, que pronto producirá su vergencias en las fórmulas teológicas, en los ritos, en las reglas
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obra maestra, Santa Sofía de Constantinopla (532-537), traduce disciplinarias, son otros tantos puntos de fricción cada vez más Edad Media
ampliamente esta doble influencia, puesto que, si bien es asiáti- sensibles.
co por sus técnicas, su amor al lujo y a la policromía, es en cam- Léopold Genicot
bio griego por su ordenación y claridad. La Edad Media, esa Edad Media en la que la unidad religiosa
jugará un papel capital, se halla apenas en sus comienzos cuan-
A largo plazo las invasiones bárbaras llegarán incluso a separar do ya una fracción de Oriente rechaza la comunión con el Papa-
materialmente una de otra las dos fracciones de la antigua Ro- do, y prueba ser extraordinariamente precaria en la otra 20. La
mania. A medida que los germanos penetran en el Imperio, los división del Imperio romano en dos mundos es completa.
eslavos los sustituyen en los espacios que van quedando libres.
En el siglo VII, por su propia iniciativa o bajo la invitación de He- Sin pretenderlo así seguramente, Justiniano mismo nos da la
raclio, algunos de ellos pasaron a su vez el Danubio y se inser- prueba. Sus tenaces esfuerzos para oponerse a la corriente que
taron como una cuña entre Oriente y Occidente en la actual lleva Oriente hacia Asia, reconducirlo a las tradiciones romanas
Yugoslavia. y soldarlo de nuevo a Occidente, no obtienen otro pago que un
total fracaso.
Queda el vínculo religioso. Pero es débil y se rompe fácilmente:
a título definitivo en ciertas comarcas mejor o peor asimiladas, Asociado estrechamente al gobierno ya en el año 518 por su tío
pero alejadas de la capital imperial: el monofisismo, denunciado y único señor a partir del año 527, "El Emperador que no duer-
en los años 448 y 451, se inserta en el separatismo latente de me nunca", tiene una ambición: dilatar y completar la obra de los
Siria y de Egipto y bien pronto viene a figurar como confesión Césares, devolver a la Romania su integridad territorial y hasta
nacional de estos países, preparando su paso a una dominación cultural, dándole un coronamiento cristiano. En otros términos:
extranjera, la árabe del siglo VII; de manera temporal, pero re- su propósito es restituir al mundo mediterráneo su unidad políti-
petida en otras comarcas: circunstancias muy diversas provocan ca reconquistando Occidente; su unidad religiosa reconciliando
frecuentes rupturas entre Bizancio y Roma a raíz de la muerte al Patriarca con el Papado y atrayendo de nuevo a Siria y Egipto
de Constantino y abren las vías al cisma de las provincias grie- hacia la verdadera fe, e incluso completar su unidad lingüística,
gas del Imperio de Oriente. literaria y artística, otorgando al latín, allí en Constantinopla, un
lugar de preeminencia, y haciendo que la civilización antigua flo-
El cisma no se consumará hasta 1054, bajo Miguel Cerulario, reciera de nuevo.
pero las causas se remontan a los siglos IV y V. El comporta-
miento de los Basileis es una de las más activas: la ausencia de Pero le es imposible llevar a cabo la mayor parte de este ambi-
límites precisos entre los campos civil y religioso, la preocupa- cioso programa. Sus éxitos son parciales. No llega a apoderarse
ción por mantener la unidad de la fe y de salvaguardar así la paz ni de la Galia ni de la mayor parte de España. No termina con la
y la prosperidad, el carácter sagrado que cada cual reconoce a herejía de Oriente y sólo consigue acrecentar la desconfianza
la autoridad imperial empuja a quienes detentan esta autoridad de la Iglesia Oriental, por sus repetidas intrusiones en cuestio-
a intervenir y presionar, incluso en cuestiones dogmáticas, en nes doctrinales. No desaloja a la lengua griega de sus fuertes
las actividades de la Iglesia. No menos decisivo e intolerable son posiciones en esta parte de Iliria y, únicamente en Sicilia, logra
las miras del patriarca de Constantinopla: obispo de la Nueva aclimatar una literatura que no tiene nada de romana y un arte
Roma, adopta la actitud de jefe de la jerarquía en Oriente, so- que no es sino bizantino, es decir, muy entreverado de elemen-
porta mal la supremacía del sucesor de Pedro. En un segundo tos persas, sirios y armenios. Sus éxitos son también efímeros: UNTREF VIRTUAL | 4
África, Italia y el litoral ibérico que somete en el 533 caen un si- defendiendo la fe. Bajo sus sucesores, los árabes se lanzan im-
glo más tarde en manos de los árabes, los lombardos y los visigo- petuosamente al asalto del mundo. En diez años conquistan
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dos. El vínculo con Roma, que ha reanudado hacia el año 519 se Siria y Persia, Egipto y Cirenaica. Después someten Armenia y Edad Media
romperá de nuevo en el 640 y, a partir del 681, ningún obispo Berbería y llegan por el Este y por el Oeste hasta las fronteras
occidental volverá a tomar parte en concilio alguno que se cele- de Europa. Incluso las fuerzan en un punto; en el año 711, en Léopold Genicot
bre en Constantinopla. En el Mediterráneo oriental las tradiciones una sola batalla, ganan la España visigoda. Felizmente para el
romanas morirán pronto por asfixia y el latín será olvidado. Occidente medieval, mientras que Constantinopla entre el 711 y
el 718 resiste desesperada y victoriosamente al otro extremo del
¿Hay que atribuir la responsabilidad de estos mediocres resulta- continente, en la Galia el duque de Aquitania Eudes y después
dos únicamente a la falta de constancia, de hombres, de tiempo Carlos Martel mismo les infligen en los años 720-721, 732 y 737
o de dinero? Indudablemente no. Si la obra exterior de Justiniano derrotas decisivas. No prosiguieron, pues, su avance hacia el in-
es fragmentaria y frágil, ello quiere decir que nadie en el mundo terior. Pero permanecen como señores de las orillas del Medite-
occidental se reconoce en aquel Bizancio con sus funcionarios rráneo y hasta se adueñan de sus islas: Creta en el año 825,
griegos, sus comerciantes sirios o judíos, sus soldados germáni- Sicilia en el 827 y Malta en el 870.
cos, eslavos o iranios. Si su política religiosa conduce a un calle-
jón sin salida, es porque Oriente está habituado a las intervencio- Esta expansión del Islam y, más exactamente, esta conquista
nes del emperador en cuestiones dogmáticas y gangrenado por del Mare Nostrum por los sarracenos tienen graves consecuen-
el monofisismo. Si resulta imposible reconstruir la comunidad cul- cias. Según una célebre tesis cambian de arriba abajo la orde-
tural, es porque las influencias bárbaras y latinas en Occidente y nación del mundo clásico y abren un nuevo período de la His-
helenísticas y asiáticas en Oriente, son demasiado señaladas. La toria. Por un lado cortaron la vía, no ya de mayor importancia
causa profunda del fracaso es, pues, la incompatibilidad de esos sino la única que servía para comunicar Oriente y Occidente,
dos modos de vida y, por eso mismo, el fracaso es significativo. que, al quedar aislado de aquél, se ve obligado a vivir en lo su-
cesivo por sí mismo y de su propia sustancia. "Los cristianos -
Y también grave, puesto que pronto va a surgir otro enemigo escribe un árabe hacia el 700- ya no pueden ni siquiera hacer
que arrebatará a este Oriente y a este Occidente desunidos flotar una tabla sobre el mar". Por otra parte, sumirán durante si-
amplios territorios que irán a formar parte de un universo extran- glos en la inseguridad a las costas de Italia, Provenza, Septima-
jero, árabe y musulmán y producirá así otra gran falla en el mun- nia y Cataluña y deciden de este modo el paso en Occidente de
do mediterráneo. la supremacía política y cultural de los países mediterráneos a
las regiones nórdicas. En una palabra: con ellos desaparecen
El ataque es brutal. Desde el año 622, fecha en la que abando- los dos rasgos característicos de la Antigüedad: la unidad roma-
na su dudad natal y busca refugio en Yatrib (Medina) hasta el na y la preponderancia del Mediterráneo, dando lugar así a la
632, fecha de su muerte, un gran profeta, Mahoma, tanto por aparición de la Edad Media.
sus éxitos diplomáticos y militares como por sus predicaciones
religiosas, consigue aglutinar a los árabes hasta entonces en Son estos puntos de vista, seductores pero excesivos, que hoy
extremo divididos. De la fogosidad natural de esta raza logra for- en día encuentran la aprobación de pocos eruditos. En el orden
jar el instrumento ideal para la difusión de su doctrina. Al ense- económico principalmente la argumentación sobre la que se
ñarles que a la unidad de Dios debe corresponder la unidad de apoyan parece hoy menos sólida que hace treinta años. En la
los creyentes y, por consiguiente, prohibirles que guerreasen Galia franca, la Italia de Teodorico y la España visigoda nume-
más entre sí, les incita a descargar sobre los infieles el exceso rosos mercaderes sirios y judíos trafican con vino y especias de
de su ardor bélico. Promete felicidad eterna a quienes caigan Oriente, papiros egipcios, aceite africano. Los puertos y ciuda- UNTREF VIRTUAL | 5
des del interior tienen una gran actividad y la moneda copia ser- de imperio universal al del reino de los Estrechos. Le ataca en
vilmente al numerario bizantino. Bajo los carolingios, en cambio, su fuerza y esplendor. Pero lo más grave es que arrebata de
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no existen los mercaderes extranjeros ni los productos exóticos, manos de la Cristiandad la Siria de Romanos el Melode, el Edad Media
ni los animados centros comerciales ni la moneda de oro tipo Egipto de Orígenes y Clemente, el África de Agustín y la España
imperial: éstos dan paso a los denarios de plata que valían trein- de Prudencio. Las disensiones religiosas ¿habían ya suscitado Léopold Genicot
ta veces menos. Estas diferencias, esta oposición ¿no prueba o propagado sentimientos separatistas en algunos de estos
que antes de Mahoma los países mediterráneos estuvieran en países? La huella romana ¿había sido menos profunda que en
contacto continuo y que con el avance árabe se aíslan y alejan otros lugares? Es indudable. Pero fueron los sectarios de Ma-
unos de otros? Para empezar se exagera la vitalidad de la eco- homa quienes aquí o allá cortaron toda amarra o borraron toda
nomía merovingia. ¿Cómo es posible creer, por ejemplo, que huella. Su acción fue tal, que nos es muy difícil imaginar hoy que
especias, vinos, aceites y papiros sean objetos de consumo cor- Argelia o Túnez, por ejemplo, formaron parte en un tiempo del
riente o que con un perímetro de una media legua y 8 o 9000 mundo latino y nos quedamos estupefactos ante el Foro de
habitantes Marsella constituya un "gran puerto" por el que olea- Djemila, el teatro de Timgad o el Capitolio de Sbeitla. El resulta-
das de mercancías se vierten sobre la Galia y hasta sobre la do fundamental de las invasiones sarracenas fue, pues, el asen-
Gran Bretaña? Además se olvida otra explicación más veraz: la tamiento del Islam, sus gobernantes, su fe y su cultura en más
escasez de metales preciosos, tan evidente para quienes com- de la mitad del litoral mediterráneo.
paren la orfebrería bizantina con las joyas de los reinos bárbaros
en las galerías de cualquier museo, el Metropolitan de Nueva Oriente, Occidente y el Islam; un mundo que se prolonga al
York por ejemplo. Si los reinos bárbaros reducen sus intercam- transformarse, un mundo que nace, y un mundo extranjero: la
bios con Oriente es al parecer porque disponen de pocos obje- unidad antigua está decididamente muerta.
tos de cambio, no producen apenas oro o plata y saldan cada
vez con mayor dificultad sus compras. Si renuncian al sueldo y Tal y como ocurre con esta doble escisión, el ensanchamiento
lo cambian por el denario es probablemente con objeto de paliar de fronteras de Occidente y el desplazamiento de su centro de
la penuria de metal de acuñación y adaptar así el valor de la gravedad no se producen bruscamente. También son fruto de
moneda al de su materia prima, que se evalúa a medida que se una larga evolución, cuyos momentos decisivos fueron, para el
reduce la cantidad. Se olvida por último que, como ya diremos Norte, las invasiones germánicas y, para el Mediodía, la recon-
en las últimas líneas de este capítulo, las relaciones entre la quista de Justiniano y la expansión del Islam. Examinemos nue-
parte oriental y la occidental de la Romaria no quedan interrum- vamente estos acontecimientos ya evocados, pero con diferente
pidas en esos años del 750 al 800. perspectiva, después de haber establecido de modo sumario la
posición que tienen al fin de la antigüedad la Galia belga, la Re-
nania e Inglaterra por un lado, e Italia, Provenza, Aquitania y Es-
Las verdaderas consecuencias o, con más exactitud, las conse- paña por otro.
cuencias de mayor importancia de la expansión árabe han sido
muy otras. La invasión, claro es, debió de entorpecer de modo Desde el siglo segundo antes de nuestra era, Roma puso pie en
temporal al menos, las relaciones entre Occidente y Oriente. los países mediterráneos que eran prolongación del litoral del
Junto con la reacción de los pueblos bárbaros, mal sometidos Lacio, cuyo suelo y subsuelo estaban cargados de promesas y
por Justiniano, y los ataques de los eslavos en los Balcanes, cuyas costas y ríos se prestaban ampliamente al tráfico comer-
contribuyó desde luego a fraccionar, quebrantar y debilitar a cial. Envió importantes contingentes de colonos, y, en ciudades
Oriente. No le deja sino jirones de Italia, Grecia, Macedonia, como Cremona y Plasencia, Narbona y Arlés, Tarragona y Cór-
Tracia y Asia Menor. Le obliga a descender de su alta posición doba pronto echó raíces su cultura. Ya bajo los primeros Césa- UNTREF VIRTUAL | 6
res tuvo en estas regiones algunas de sus mejores escuelas -en Este foso es particularmente profundo en el orden intelectual.
Marsella y en Autun- y de estas mismas ciudades salieron va- Italia conserva florecientes centros de estudios en Milán, Ráve-
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rios de sus mejores escritores, como Séneca o Lucano. En el si- na, Roma y otros lugares. España prepara el camino a Isidoro Edad Media
glo IV España aún le da un Prudencio y un Orosio, mientras que, de Sevilla. Aquitania y Provenza mantienen, aunque a duras pe-
en Aquitania, las "universidades" de Burdeos, Tolosa o Narbona nas ya, una verdadera actividad literaria de la que dan testimo- Léopold Genicot
superan a las de la propia Italia. Estas aportaciones de la histo- nio notable Sidonio Apolinar (431-489), formado en Lyon y Arlés,
ria intelectual a las que se podrían añadir otras tomadas de la prototipo del escritor preciosista, Avito († 513), obispo de Vienne
vida religiosa, artística o económica, dan una idea clara del gra- "el más excelso de todos los poetas cristianos del siglo VI al VIII
do de cultura alcanzado por el Mediodía y de la importancia de y el historiador Genado, sacerdote de Marsella († 494). Nada de
sus adelantos sobre el resto de Occidente hacia el año 400. esto existe en el Norte: la única escuela de alguna fama que hubo
en el siglo IV, la de Tréveris, no sobrevivió a las invasiones y
Y he aquí que ocurren las invasiones bárbaras. Tienen por con- Salviano, que era originario de esta ciudad o de Colonia, escribe
secuencia inmediata asolar casi totalmente la obra de Roma en en el Sur su obra De gubernatione Dei entre los años 439 y 451.
el Norte y acentuar por lo tanto aún más el contraste que éste
ofrecía con las regiones meridionales. Pero también le rejuve- La oposición no es menos clara en el terreno religioso. En Gran
necen y le preparan para colocarse a la altura de éstas y llegar Bretaña, en donde el cristianismo está todavía (a principios del
a sobrepasarle en la época carolingia. siglo v) en plena lucha contra un paganismo tenaz, la llegada de
los anglosajones destruye su obra allí donde éstos se instalan.
Pero el primer resultado es el de acrecentar el retraso del Norte. Los avances de los francos y los alamanos en el continente
Después de haber sembrado en éste -a partir del año 250- la comprometen los resultados, mediocres en Bélgica y mucho
desolación y la ruina, los germanos se instalan allí en grupos más importantes en Renania, logrados por los primeros apósto-
compactos en él a partir del 406. Representan de un 15 a un 25 les. Posiblemente se dispersaron algunas comunidades cristia-
por ciento de la población en la Francia septentrional y en Va- nas y desde luego no se vuelven a fundar otras. Por el contrario
lonia; el 50 por ciento y aún más en Alsacia, en el valle renano, en el Sur, sobre todo en el sur de la Galia, el catolicismo da
en Flandes y en la Gran Bretaña central y oriental. En el Sur, por pruebas de una gran vitalidad. Con breves intervalos se cele-
el contrario, con excepción de islotes como la región tolosana, bran concilios en Narbona y Angers el año 453; en Arlés el 455;
los germanos quedan anegados entre la masa de la población en Lyon el 460; en Tours el 461, etc. En el 410 se abren claus-
autóctona. Para colmo aquellos que se establecieron en el bor- tros en Lérins, en Marsella el 418, más tarde en Ferréolac, en
de mediterráneo, los godos, eran también los más cultos. En su Santa Maria de Lure, en el Isère y en los alrededores de Lyon.
habitat del bajo Danubio y del mar Negro estuvieron largo tiem- Muy pronto Cesáreo de Arlés les dará la primera regla origina-
po en contacto con el Imperio romano y sufrieron su influencia. ria del Occidente. Los teólogos disputan ardientemente sobre la
También los visigodos serán asimilados con más facilidad que gracia: Hilario de Arlés († 449), Vicente de Lérins († 450) y sobre
los anglos, los sajones, los francos, los alamanos y los burgun- todo Fausto de Riez († finales siglo V) combaten más o menos
dios. Diferencia en la densidad de población, diferencia en la abiertamente las doctrinas agustinianas, que defienden con ar-
cultura de los recién llegados: así se explica que, en todos los dor y brillantez Claudio Mamerto en Vienne († 474), Julián Po-
órdenes, se haga más profundo el foso abierto en el siglo v merio en Arlés y, con más importancia, Próspero de Aquitania.
entre las regiones del Sur y las situadas al norte del Loira y de Algunos de estos autores -es preciso subrayarlo- son extranje-
los Alpes. ros. Fausto había nacido en Gran Bretaña y Juliano en Maurita-

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nia. Prueban así la fama de que goza en este momento la Igle- de su civilización. Recogen los elementos que han quedado.
sia del Sur y dentro de ésta, más especialmente, el monasterio Dan paso a otros nuevos, más numerosos, que aportan gentes
El Espíritu De La
de Lérins y la Sede primada de Arlés. del Sur o de Irlanda, en especial los misioneros y los monjes. En Edad Media
todos los órdenes realizarán desde ahora progresos que les
El contraste sigue presentándose en la economía aunque de preparan para llegar a ser en el siglo IX el centro de Europa. El Léopold Genicot
manera menos acentuada. Las correrías de los bárbaros arrui- norte de la Galia ofrece un ejemplo tan sugestivo de este proce-
naron, a partir del 250, la mayor parte de las industrias, antaño so que merece ser examinado más de cerca.
tan florecientes, de Bélgica y de Renania y, alrededor del año
400, las más modestas industrias inglesas. El asentamiento ma- En los orígenes de su predominio están las conquistas de Clo-
sivo de los bárbaros en el transcurso del siglo y paraliza las acti- doveo. La Galia, durante las invasiones, fue descuartizada por
vas relaciones, que hasta entonces habían venido manteniendo visigodos, burgundios, galoromanos, bretones, sajones, alama-
estas tres regiones. También, a la vez que la unidad política, se nos y francos. Había perdido toda significación y parecía desti-
rompe durante algún tiempo la unidad comercial del mar del nada a morir cuando aparece Clodoveo. Clodoveo no tiene nada
Norte, y los puertos de Bolonia y de Vechten, principales puntos de genial, pero rebosa dinamismo. Pieza por pieza, victoria tras
de paso del continente a la Gran Bretaña, desaparecen. El cen- victoria, va reconstruyendo el país. Cuando le sorprende la muer-
tro y el sur de la Galia se ven menos afectados. Su decadencia te los hijos acaban su obra. De esta manera, en algunos dece-
no es ni tan precoz ni tan rápida y en sus puertos -Marsella, Ag- nios, los hombres del Norte han conseguido ensamblarlos peda-
de, Fos o Burdeos- y en sus ciudades -Arlés, Narbona, Cler- zos dispersos de la antigua Galia. El fenómeno tiene una gran
mont o Poitiers- es donde se establecen preferentemente los importancia.
mercaderes orientales.
Podríamos hablar de la atracción que el Sur ejerce sobre Clo-
Letras, ciencias, religión, industria y comercio: en todos los te- doveo, pero hay un punto que es indiscutible: el merovingio elige
rrenos los países mediterráneos se afirman más que nunca, como residencia París, y su dinastía se instala en la Isla de Fran-
hacia el año 500, como el corazón de Occidente. cia y sus alrededores. De ahora en adelante, el centro político de
la Galia entera se sitúa más allá del Loira, hasta incluso en la
Pero con el siglo VI esta tendencia se invierte. En lo sucesivo el reacia Aquitania. En este sentido la historia de los concilios re-
Norte se desarrolla, educa y disciplina. Consecuencia aún, pero sulta sorprendente. En el siglo V no se celebra ninguno al norte
esta vez remota, de las grandes invasiones. AI finalizar éstas, del gran río. A partir de dicho momento se celebran un buen
los anglos, los sajones, los francos y los alamanos, constituían número; primero en Orleans en los años 511, 533, 538, 541,
en las antiguas provincias de Bretaña inferior, Bélgica, Germa- 549; luego en París en 552, 573, 577, 614; en Clichy en 626 o
nia inferior y superior -acabamos de verlo- o bien una mayoría o 627, etc... Y se trata nada menos que de los concilios más
bien una fracción importante de la población. También los lombar- importantes de la época. Se les podría llamar "concilios nacio-
dos, llegados más tarde, formaban mayoría en la región Veneta, nales" de la Galia. En ellos encontramos obispos llegados de
la Traspadania, la Cispadania, Etruria y Umbria. Todas estas zo- todos los puntos de ésta, en Orleans, por ejemplo, en el 541, los
nas gozan de un rejuvenecimiento más o menos pronunciado y de Burdeos, Eauze, Tolón, Narbona, Dax, Limoges, Vaison, Ap-
adquieren una vitalidad nueva. Primeramente la malgastarán en te, javols, Uzès, Poitiers, Ciotat, sentados junto a sus colegas del
luchas políticas y en querellas intestinas. Pero a partir del año Norte. Por el contrario los del Norte, a partir del 517, no acuden
550, y de entonces al 600 o el 650, todos ellos se entregan a ta- sino excepcionalmente a los concilios que se celebran en el Sur.
reas pacíficas. Contenido el ímpetu primero y eliminado el de- Así, pues, en ellos no se reúnen sino algunos titulares de sedes
sorden inicial por lo menos en cierta medida, inician el proceso de estas regiones y su categoría es la de concilios provinciales. UNTREF VIRTUAL | 8
Investido así de una inesperada importancia, el Norte se trans- También toma incremento la actividad artística. Reyes, obispos, y
forma. No es que se transforme en un solo día en un formidable abades se dedican a edificar en el Norte. ¿Sus construcciones
El Espíritu De La
centro de civilización. Pero con la ayuda del Mediodía sale de la son superiores o inferiores a las que se levantan entonces en el Edad Media
barbarie. Sur? Cuestión sin duda insoluble. Lo poco que conocemos nos
permite sin embargo afirmar que, si bien la construcción es tosca, Léopold Genicot
Bajo la acción conjugada de los reyes, movidos tanto por el inte- la ornamentación en cambio está relativamente bien cuidada.
rés político como por el fanatismo religioso, la de altos funciona- Entran en ella mármoles de Aquitania, y desde mediados del siglo
rios, grandes propietarios, apóstoles locales, más numerosos de VIII, encontramos exclusivamente paneles cubiertos de entrelaza-
lo que con frecuencia se ha dado a entender, y la actividad de los dos y motivos geométricos esculpidos allí en la caliza local.
misioneros aquitanos e irlandeses, el catolicismo queda más só-
lidamente implantado. En Arras, Tournai, Laon, Thérouanne, se Por último la economía se anima o más bien se reanima. En el
crean nuevos obispados y posiblemente también en Soissons y siglo VII las relaciones comerciales se reanudan con vigor, ali-
en San Quintín. Se erigen parroquias y se construyen oratorios en mentadas por la industria de paños y posiblemente por la meta-
los burgos y en los dominios. Y, lo que es más importante, se fun- lúrgica. Por Quentovic, que viene a remplazar la Boloña romana,
dan monasterios. A partir del siglo v empiezan a ser numerosos. se restablece el contacto con Inglaterra y son probablemente los
Existen varios en cada una de las diócesis de Bayeux, Ruán, anglosajones, aquellos sazones que frecuentan la feria de San
Beauvais, Langres, Tréveris, etc... En el siglo VII, con la llegada de Denis creada bajo Dagoberto. Desde Duurstede, que sucede a
Colombano (590) y de sus émulos escoceses, se multiplican: Lu- Vechten, los navegantes frisones remontan el Rin y llegan a Es-
xeuil -semillero de obispos, abades y apóstoles- Fontaine, Joua- candinavia. En el interior del país, a lo largo de las grandes arte-
rre, Rebais, Laon, SaintDié, Moyenmoutier, Remiremont, Nivelles, rias que forman el Mosa, el Escalda y el Sena, se escalonan ta-
Fosses y tantos otros. lleres muy fructíferos de moneda y de peaje. Todo anuncia ya los
siglos VIII y IX, en los cuales los territorios situados al norte del
Pronto despierta, con el cristianismo, la vida intelectual. En las Loira o por lo menos al norte del Sena se colocaron a la cabeza
abadías y capítulos del Norte se comienza a escribir. Muy mal, del resto del reino por la relativa intensidad de sus intercambios.
evidentemente, tanto como en el Sur; pero se escribe. Se trata
casi exclusivamente, como ocurre en todas partes, de vidas de Las grandes invasiones no son la única causa de la inversión de
santos. La de Genoveva inicia la serie, hacia el 530, por un mon- posiciones respectivas entre Norte y Sur. Ellas proporcionan, es
je o clérigo de París originario de Meaux o de sus cercanías. Le verdad, una importancia inesperada a las regiones situadas
siguen, también en el mismo siglo VI, la de Remigio de Reims y, entre el Loira y el Rin. Pero durante este mismo período otros
en el VII, las de Lubin de Chartres, la del irlandés Fursy, la de acontecimientos conmueven Italia, España y Aquitania.
Amoldo de Metz, la de Wandrille que ha dado su nombre a Fon-
tenelle-en-Normandie y la de Eloy de Noyon y Gery de Cambrai. Hasta el año 525 o 530, la primera sufrió relativamente poco y
También hace su aparición alguna que otra crónica. La atribu- bajo Teodorico llega incluso a conocer una especie de renaci-
ción de una parte de la "Crónica" del seudo-Fredegario, conti- miento. Pero a la muerte de este príncipe penetra a su vez en la
nuación de la Historia Francorum del célebre auvemés Gregorio Edad Media. Justiniano emprende su reconquista. Choca con
de Tours, a un austrasiano es más que dudosa, pero el Liber his- una desesperada resistencia de los ostrogodos y no logra ven-
torian Francorum, casi nuestra única fuente histórica para los cerla sino tras veinte años de luchas y por el exterminio de sus
años que van del 657 al 727, es sin discusión obra de un monje adversarios. Con ellos la península pierde sus mejores defen-
de San Denis, oriundo de la Isla de Francia. sores. De ahora en adelante resulta una tentadora presa y, casi
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inmediatamente, una gens germania ferocior, un pueblo germá- griegos en Roma de donde sale -en el año 668- el organizador
nico particularmente brutal, penetra en ella: son los lombardos. de la cristiandad anglosajona, Teodoro, nacido en Tarse y forma-
El Espíritu De La
Guerras, invasiones, desórdenes: a los días luminosos de Teo- do en Atenas; la introducción en la misa latina, hacia el año 500, Edad Media
dorico sigue una "decadencia prodigiosamente rápida de la cul- del Kyrie y del Gloria; la adopción por la Iglesia de Occidente de
tura literaria". fiestas bizantinas, como la de la Cruz y sobre todo las de la Vir- Léopold Genicot
gen; la frecuencia de las peregrinaciones a los lugares santos,
Cincuenta años más tarde, los árabes se apoderan del sur de etc. La enumeración es elocuente y por lo tanto está lejos de ser
Occidente: pasan a ocupar la mayor parte de una España en la exhaustiva. Las relaciones fueron siendo más escasas, pero no
que florecían las letras y las artes. Pero éstos no arruinan su ci- se interrumpieron. No cesarán en toda la Edad Media. Los mer-
vilización: Córdoba árabe se habrá convertido ya en una gran caderes carolingios compran más cantidad de tejidos exóticos
ciudad, en el momento en que el Aquisgrán de los Carolingios que sus antecesores merovingios. Los miniaturistas y fundidores
no será sino un poblacho. Pero la civilización que allí instauran otonianos del siglo X aparecen plenos de hieratismo bizantino.
es ajena al mundo latino y cristiano. AI otro lado de los Pirineos Los hombres y las comunidades, que tras el año 1000 se consa-
asuelan ciudades e industrias. Isidoro de Sevilla, Ildefonso de gran a las obras de misericordia espiritual, seguirán modelos orien-
Toledo, los escritores ibéricos del siglo VII, no tienen sucesores tales. Podríamos continuar con estos ejemplos hasta alcanzar el
y Aquitania cesa de exportar sus mármoles. año 1500: sólo en ese preciso momento Occidente vuelve la
espalda a un Oriente caído en manos de los turcos. Y este total
Sacar en conclusión de lo precedente que Bizancio había perdi- viraje será uno de los síntomas de que da comienzo un nuevo
do todo significado para Europa latina y que, en el seno de ésta, período histórico.
el Sur será de ahora en adelante un elemento pasivo, sería ir
demasiado lejos. Por otra parte, en este Occidente de la alta Edad Media, el Sur
no quedará reducido a la inactividad. En la época carolingia será
En los comienzos de la alta Edad Media, el Occidente se sepa- superado por el Norte, es cierto, pero participará aún en la ela-
ró del Oriente. Se fueron diferenciando progresivamente: fue pres- boración de la civilización medieval. A partir del siglo XI incluso
tándole a éste un interés cada vez menor; le excluye del campo aportará a ella más cantidad de materiales que su rival. Porque
de sus crónicas universales. Pero en ningún terreno existe una el Sur conserva más monumentos y obras de la Antigüedad y su
ruptura completa. Ni en el económico: la visión de Henri Pirenne enlace con la civilización antigua reanudará más fácilmente:
se funda en fenómenos cuya importancia está o bien exagera- pensemos en el arte románico de Provenza y de Borgoña, tan
da o bien deformada pero cuya realidad no se discute. Ni en el señalados por el romano de Arlés y Autun, o en la renovación de
intelectual: para no citar sino un solo hecho, es en Constantino- los estudios jurídicos desencadenados en Bolonia por el des-
pla donde se editan, entre el año 522 y el 526, las monografías cubrimiento del Digesto. El Sur además, por estar en contacto
del "último de los romanos", Boecio. Ni en el estético: incluso directo con el mundo árabe y, por su mediación, con todo el
admitiendo que los elementos esenciales del futuro arte románi- mundo oriental y asiático, podrá tomar de él muchas aportacio-
co se conjuntan en Italia y en Galia a partir del siglo IV y V, no nes, sobre todo científicas, y difundirlas por Europa. A causa de
se puede negar la influencia que en él tuvieron los edificios y su clima y su temperamento, su sol y su exuberancia, engendra-
sobre todo los mosaicos, telas, orfebrería, marfiles y miniaturas rá productos como la lírica, que vendrán a completar las más
de Bizancio y de Asia. Ni en el religioso: las repetidas interven- rudas y bravías producciones del Norte. Del siglo V al VIII las
ciones del Papado en el patriarcado de Constantinopla, el fronteras de Occidente se han dilatado por primera vez; pero no
número de orientales que acceden al trono de San Pedro -una desplazándose exactamente en bloque hacia el Norte.
docena desde el 640 al 741-; la vitalidad de los monasterios UNTREF VIRTUAL | 10
De este modo se pergeña, con arregla a una doble evolución
que prosigue durante cuatrocientos años, el cuadro de la civili-
El Espíritu De La
zación medieval. Hacia el año 700 o el 750, aún no aparece di- Edad Media
señado hasta su último detalle: no lo será hasta Carlomagno.
Pero ya lo vemos esbozado a grandes rasgos y es posible adiv- Léopold Genicot
inar sus contornos definitivos.

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cedores no renunciaron a sus concepciones políticas básicas.
Capítulo II: Primeros Materiales El Espíritu De La
No consiguieron mantener el aparato administrativo romano aun-
Germania y Roma que lograran conservar algún elemento simple y concreto como Edad Media
el cargo de conde. Pero en vano trataron de mantener otros más
A medida que se conforma el esquema de la nueva civilización complicados por ejemplo la contribución territorial. De esta ma- Léopold Genicot
se van también conjuntando sus primeros elementos. Ni esque- nera la estructura de Occidente, a partir del año 406, es y sigue
ma ni elementos tienen todavía nada de original. Durante el co- siendo durante ocho siglos, extremadamente frágil.
mienzo de la alta Edad Media, Occidente no se atreve a realizar
nada nuevo: su ambición se limita a reunir y conservar elemen- La monarquía es la pieza clave. Originariamente bárbara se trans-
tos llegados del extranjero o heredados del pasado. forma en el curso de las migraciones y al contacto con Roma. A
causa de la necesidad de una autoridad fuerte para guiar al pue-
Estos legados y préstamos forman un conjunto aparentemente blo en la búsqueda de tierras y vencer a aquellos que se opusie-
complejo. Proceden de edades y sobre todo de países muy di- ran a su avance o a su instalación, a causa del prestigio y la
versos. En el inventario que podríamos establecer aparecerían riqueza que las victorias van dando al jefe-aparte el ejemplo y
entremezcladas la prehistoria y la época de Constantino, el Irán, herencia del absolutismo imperial-, la monarquía llega a fortale-
Asia Menor, Siria, Egipto, África, Galia e Irlanda. cer considerablemente aquellos atributos que fueron pequeños
en su principio. Pero conserva su carácter fundamental: era una
La homogeneidad es sin embargo bastante mayor de lo que se monarquía personal.
podría pensar después de semejante enumeración. En realidad
sólo la Antigüedad germánica y, en mayor medida, la Antigüe- El titular no es la encarnación del Estado, puesto que esta no-
dad latina y cristiana han aportado mucho a la Edad Media. Las ción ha desaparecido. Los germanos no son amigos de la abs-
aportaciones de otros períodos y de otras regiones no son con- tracción. En todo y por todo tienden a individualizar y materia-
siderables ni esenciales. De ellas hablamos en las páginas que lizar. Esta es, por ejemplo, una de las razones de la gran boga
siguen al analizar la estructura política, social y económica y el que en la Edad Media tuvieron las reliquias y los peregrinajes
patrimonio artístico, literario y científico de Occidente entre los que les ponían en contacto con entidades sensibles, visibles y
años 450 y 760. palpables. Por lo tanto no son capaces de asimilar esa concep-
ción de un ser colectivo y moral que existiría por encima de las
A propósito de estos elementos tomados de la civilización roma- gentes y tomaría forma en alguna de ellas pero sin confundirse
na se plantea otra cuestión: cuando ocurre el naufragio de ésta, con ninguna. Sólo entienden de reyes de carne y hueso. Inspira-
¿quién los recoge para transmitirlos a su vez a la Edad Media? La dos por los precedentes clásicos o por puntos de vista cristianos,
segunda parte de este capítulo responde a esta pregunta. En ella los teóricos, principalmente los teólogos, tratan de convertir la
damos cuenta de los principales centros de cultura de Occidente monarquía en una magistratura a la romana o un "ministerio" de-
desde las grandes invasiones hasta el advenimiento de los ca- legado por Dios y de este modo hacer de ella algo diferente e in-
rolingios y hacemos un rápido balance de su actividad. dependiente de su detentador. Su éxito es escaso. Hasta alcanzar
los tiempos modernos, se escribirán muchos más "Espejos de
La Galia merovingia, la Inglaterra anglosajona, la España visigo- Príncipes" que tratados de Política. Y hasta el siglo XII se obede-
da y la Italia lombarda toman de Germania los rasgos más típicos cerá al soberano porque pertenece a una familia a la que, según
y sobresalientes de su organización pública. Las instituciones im- el modo de ver pagano, su ascendencia divina o, según la pers-
periales se diferencian demasiado de las descritas por Tácito y pectiva católica, su misión providencial, informa de virtudes má-
eran demasiado sabias para sobrevivir a las invasiones. Los ven- gicas o carismáticas, porque se le ha elegido, ligándose a él y UNTREF VIRTUAL | 12

porque su valor se impone.


Esta "personalización" -para expresamos en los términos de los cuyo lenguaje revela su mediocre formación. La administración
historiadores alemanes- está llena de peligros. Lleva a identifi- regional pesa casi enteramente sobre un solo hombre: el conde.
El Espíritu De La
car al rey con la realeza, las rentas, el patrimonio y la fuerza de Colocado al frente de lo que llamaríamos hoy una provincia o Edad Media
uno con las contribuciones, el territorio y la autoridad de la otra. departamento, cumple las misiones más diversas: ejerce de po-
Es una de las principales causas de las dificultades financieras licía, juzga, recauda impuestos y, en tiempo de guerra, marcha Léopold Genicot
que entorpecen a tantas dinastías de la alta Edad Medía. Viene al mando de los hombres libres de su territorio.
a justificar también esas particiones de reinos entre hijos de so-
beranos difuntos, que en la mayoría de los casos no son sino Un poder supremo personal y expuesto a todos los avatares.
semillero de problemas ya que los coherederos rara vez suelen Una nobleza que no acepta ningún yugo. Una administración
estar contentos con su lote. Y lo que es aún más importante, central embrionaria, incapaz de llevar a cabo las más elementa-
esta concepción pone el orden público a la completa merced de les funciones de un Estado policía, como la de prever los ingre-
un hombre: si el rey es valiente, rico y hábil, reina la calma; si es sos y ajustar los gastos. Unos agentes regionales poco numero-
cobarde, pobre o desgraciado, se acaban la paz, la seguridad y sos y escasamente vigilados, peligrosos, por lo tanto, ya que de-
la justicia. tentan en sus manos todas las funciones y muy mal secundados
para imponer a los ricos el respeto a sus decisiones: todo esto y
La nobleza y su papel político constituyen el segundo legado de la rudeza de las costumbres bárbaras explican que, durante
la Antigüedad bárbara a las monarquías occidentales y otra largo tiempo, la Edad Media haya estado abocada al desorden.
fuente de dificultades para sus jefes. Los orígenes de ésta se
prestan a muchas discusiones: nobiles y principes, citados por Lo mismo que los reinos, la sociedad de la alta Edad Media de-
Tácito, senadores del imperio o fieles de los soberanos de la be más a los bárbaros que al Imperio. El análisis de las estructu-
época merovingia. Pero su concepción es totalmente germáni- ras políticas nos ha revelado ya que esta sociedad es aristocráti-
ca. Los miembros participan del poder supremo: toman, junto ca y que concede un amplio lugar a las relaciones personales.
con el rey que ellos han elegido dentro de la familia real, las de- Será suficiente precisar estos dos aspectos y sumar a ellos un
cisiones importantes. Son los únicos señores de sus dominios: tercero derivado del papel de la familia, para obtener así una ima-
ningún funcionario tiene el derecho de penetrar en ellos. Con- gen completa.
seguir el control de la nobleza e integrar estos hombres y estas
tierras será posiblemente uno de los problemas más graves con Los trabajos consagrados a los pueblos del otro lado del Rin an-
el que se enfrenten los soberanos medievales. Sobre todo los teriores al siglo IV, han llevado a dos conclusiones: estos pue-
alemanes emplearán sucesivamente todos los medios: aliarse a blos no se componían sino de hombres libres; el dogma, formu-
los grandes por medio del vasallaje, enfrentarles a príncipes- lado por los románticos, de la igualdad y del comunismo de los
obispos, lanzar contra ellos a las clases inferiores, para, final- germánicos no era sino un supuesto a priori. Estos hombres
mente, verse obligados a darse por vencidos. libres estaban dominados por una aristocracia de la sangre, de
la fortuna y de la administración pública. El mismo panorama
Pero ¿cómo domar esas fuerzas particularistas con los elemen- continúa vigente tras las invasiones. La nobleza junto con la Mo-
tos de que disponen? No existen servicios especializados ni ofi- narquía cuyas prerrogativas comparte y junto con la Iglesia a la
cinas numerosas y eficientes. No existe una jerarquía de agentes que da la mayoría de sus arzobispos y abades, constituye en
del Estado y por tanto no hay centralización o control alguno. Occidente hasta el año 1100, el centro y el motor de toda activi-
Tampoco se establece distinción entre las tareas civiles y milita- dad. Funda los monasterios. Los orfebres labran armas para ella
res. La administración central se compone de algunas personas y los rapsodas cantan en su honor las epopeyas. Y, muy impor-
cuyas atribuciones están mal precisadas y de algunos escribas tante, en torno a ella se organiza la vida material. UNTREF VIRTUAL | 13
El segundo elemento de esta sociedad es la persona y los lazos ner de sus bienes desaparecen gradualmente. La legislación
personales. Acabamos de ver que la monarquía es más un hom- restringe poco a poco el ejercicio de la venganza privada.
El Espíritu De La
bre que una institución. Sabemos también que el derecho no es Edad Media
territorial: las gentes se someten a las costumbres de la raza a Esto no obsta para que hasta los siglos XI y XII, las actas de
la que pertenecen y no a las de la región en la que se instalan. venta de inmuebles hagan mención expresa del consentimiento Léopold Genicot
Pero tenemos aún la prolongación de aquello que Tácito llama de los deudos y que aún al fin del régimen antiguo éstos tengan
los comitatus. Era costumbre entre estos jefes bárbaros, dice el la facultad de rescatar los bienes de la línea vendidos o hipo-
historiador latino, rodearse de "compañeros" que les ayudaban tecados a extraños. Tampoco es obstáculo para que, en pleno
en la lucha y a los que, de retorno de la campaña, aseguraban mundo feudal, quienquiera que tuviera necesidad de ayuda re-
protección y alimento. Bajo los merovingios esta práctica se curriera, como en el pasado, a sus "amigos camales" y que la
mantiene e incluso se desarrolla. Es un medio para el soberano venganza continuara ejerciéndose. El sentimiento familiar sigue
de ganarse a los nobles, para los ambiciosos de quitarse una siendo muy vivo. Queda un principio de unión y de organización.
carga al introducirse en el círculo real, y para el débil, que entra Y podemos pensar que esto da lugar o por lo menos alienta el
en la clientela de un poderoso, de obtener una defensa. Muchos espíritu de asociación tan característico de la Edad Media.
hombres se comprometen así para secundar a otro. Y sin duda
este compromiso se hacía por juramento. Queda franco el cami- El orden social de esta época no proviene, pues, de Roma. En
no de los tiempos feudales, de esos tiempos fundados en la fi- rigor, tampoco es cristiano; a partir del período carolingio la Iglesia
delidad y en el respeto a la palabra. asume desbastada y recubiertas de arcilla, ignoraban prácticamen-
te todo lo que se refería a arquitectura, escultura y pintura. Sólo
Pero aún más que la fe jurada es la sangre lo que liga a las perso- cultivaban la orfebrería. Y es precisamente la orfebrería y a través
nas. Según el testimonio de Tácito, la familia, la familia patriarcal de ésta la miniatura donde hacen sentir su influencia.
o Sippe, era la base de esta sociedad germánica "donde se obte-
nía más por buenas costumbres que en otros sitios por buenas La orfebrería cobra un auge sin precedentes del que son prueba
leyes". Aunque más amplia, era sólida porque era sagrada como los brazaletes, collares, anillos, pendientes, alfileres, hebillas y po-
el matrimonio, y también porque entre sus miembros existía una mos de espada exhumados en gran número de las sepulturas de
gran solidaridad. Eran copropietarios y cousuarios del patrimonio. la época, así como las coronas, vasos o cálices, más raros, con-
El jefe de familia dirigía la explotación de los bienes pero no podía servados en los tesoros reales, catedralicios o abaciales. Ellos
usar y abusar a su capricho. Estaban legalmente autorizados y han transformado este arte. Recogen con mayor énfasis y sobre
moralmente obligados a vengar el mal hecho a alguno de ellos, todo generalizan las tendencias de ciertas producciones celtas,
de la misma manera que debían soportar la responsabilidad co- galoromanas, y británicoromanas, como las fíbulas de Anthée-lez-
lectiva del crimen que uno de los suyos hubiera podido cometer. Dinant o los platos del Tesoro de Mildenhall cuyos autores no
trataban de mostrar ni describir nada y mucho menos la vida del
La familia medieval se halla menos estrechamente vinculada y su hombre o su imagen, sino únicamente componer una ornamen-
esfera de acción es menos amplia. Paulatinamente va contando tación de juegos de líneas, curvas y objetos estilizados. Exten-
con menor número de parientes para finalmente no componerse dieron una técnica que Occidente había ya aprendido del Egipto
sino de padre y madre y los descendientes "viviendo del mismo copto pero que apenas había empleado hasta este momento: el
puchero", no emancipados. El sucesivo fraccionamiento de tierras alveolado, técnica según la cual en lugar de vaciar la superficie
lo prueba: el hogar sustituye irresistiblemente al grupo patriarcal. que se ha de decorar para obtener cavidades, se la "alveola"
Las trabas que se oponían al derecho de los esposos a dispo- con láminas que forman compartimientos en los cuales se vierte
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el esmalte o se insertan cabujones. Enriquecieron además el re- a algunos artistas. En este tiempo tenemos en el sur de la Galia
pertorio de motivos inspirados en el reino animal que habían to- y especialmente en Italia y, a través de ella, en Inglaterra, quie-
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mado de sus vecinos anteriores a las invasiones, los escitas y los nes no se contentan con grabar en semirrelieve ni simplemente Edad Media
sármatas. A imitación de estos últimos realzaron igualmente sus con trazar motivos geométricos con sus consabidos entrelaza-
piezas con piedras o trozos de vidrio y las adornaron con colores. dos, pámpanos, trenzas y ruedas, sino que tratan de trabajar el Léopold Genicot
relieve y de reproducir la figura humana. Dan pruebas de mayor
De la orfebrería, ese estilo extraño pero de una belleza auténti- buena voluntad que de maestría. Pero no importa. Lo esencial
ca y a veces hasta fascinadora pasa a la miniatura. Y por este es que ellos siguen fieles al ideal de un arte monumental y an-
camino llegará un día a la escultura en el momento en que ésta tropocéntrico. Obras impecables legadas por el Imperio romano,
haga su aparición. Un afán de geometría e irrealidad y algunos obras más o menos acertadas concebidas a la imagen de aquél-
temas que los "imagineros" encontraron en los tesoros y en las las en los reinos bárbaros. Sin las unas o las otras ¿habría naci-
bibliotecas, es toda la aportación que hacen los germanos al do nunca la escultura románica?
futuro arte de Occidente. Es decir: la herencia de Roma es en
este sentido de importancia capital. Al igual que las artes, las letras medievales deben poco a los
germanos. Estos poseían una poesía épica en la que se perpe-
La herencia de Roma, lo que no quiere decir la herencia de tuaba el recuerdo de sus héroes. A pesar de la repugnancia de
Oriente. No hay duda de que, durante los primeros siglos de la la Iglesia hacia estas obras paganas, no los olvidan una vez es-
Edad Media, el Occidente toma de Bizancio, en Asia Menor o en tablecidos en tierras del Imperio y convertidos al cristianismo. A
Siria, ciertas ideas como las de coordinar el interior y el exterior finales del siglo VII o comienzos del VIII los anglos inmortalizan
de las construcciones, la de subdividir la altura de los laterales por escrito el célebre Beowulf, relato de las hazañas, muerte y
para abrir tribunas o rodear el ábside con anejos. Pero las inves- funerales de un rey de Gotlandia, es decir de la Suecia meridio-
tigaciones más recientes parecen demostrar que antes de las nal. Cien años más tarde, Carlomagno ordena recoger, en un
grandes invasiones estaba en posesión de elementos esen- conjunto desgraciadamente perdido, las barbara et antiquissima
ciales de los que nacerá en su día la arquitectura románica. Es- carmina quibus vetertrm regnum rictus et bella canebantur. To-
pecialmente conoce la bóveda. Que haya creado tales elemen- davía hacia el 900 el obispo Radebondo de Utrecht se alza en
tos por si mismo o no, o bien los haya importado de Oriente al una homilía contra las monstruosa fábula con las que se suelen
comienzo de nuestra era, es cuestión que cae fuera del objetivo amenizar los banquetes. Resulta francamente difícil, dadas es-
de este libro. Lo que nos interesa aquí es que en cuanto a la tas condiciones, mantener la postura de J. Bedier quien dice que
planta de disposición central, cruciforme o más corrientemente los germanos nada significan en la génesis de los cantares de
rectangular con naves y ábside, en cuanto a alzado y decora- gesta. Algo significan, sí, pero a esto se limita su acción. Todo el
ción conseguida principalmente a base de mosaicos o de orna- resto del bagaje intelectual y literario de la alta Edad Media le
mentos adventicios, las basílicas y los baptisterios de la época llega a ésta de la Antigüedad clásica o más exactamente de la
merovingia no se diferencian fundamentalmente de los edificios Antigüedad latina y cristiana.
levantados en tiempo de Constantino.
En efecto: Occidente en sus comienzos no conoce del helenis-
Lo mismo ocurre en escultura. Las tradiciones clásicas, grave- mo sino lo que le llega a través de los romanos, los cristianos y
mente atacadas en este terreno ya en el siglo II, se debilitan aún algunos orientales, especialmente aquellos a quienes la "recon-
más en lo que va del V al VII. Pero no llegan a desaparecer. So- quista" de Justiniano llevó a la Península Itálica o a la Ibérica.
breviven en los arcos de triunfo y también en los sarcófagos que Poca cosa en suma. En filosofía conoce el neoplatonismo visto
pueden o podrán algún día servir de modelo. Incluso inspirarán a través de los Latinos y los Padres de la Iglesia, el "Timeo" de UNTREF VIRTUAL | 15
Platón y fragmentos de la "Lógica" de Aristóteles. En las cien- a comprender y a exponer las Escrituras. De esta forma asegu-
cias, a las que fue rebelde el espíritu latino, maneja los elemen- ra su futuro y limita sus objetivos. Toda la Edad Media se entre-
El Espíritu De La
tos conjuntados y condensados por Plinio el Viejo en su "Histo- gará, pues, a "las siete artes liberales". En las Universidades del Edad Media
ria Natural" y especialmente las nociones de matemáticas y siglo XII, ellas compondrán aún la esencia de lo que se enseña
astronomía indispensables para el establecimiento de un calen- en la Facultad de Artes. Pero hasta esta fecha la enseñanza no Léopold Genicot
dario litúrgico. De literatura sabe menos todavía, lo que no es de contemplará sino estas columnas cuyo arquitrabe es la filosofía
extrañar si recordamos que el retroceso del helenismo en Oc- (siempre y cuando ésta constituya una ciencia legítima y distin-
cidente comienza a partir del Bajo Imperio y que las gentes de ta) y la teología el frontispicio.
la Iglesia demostraron siempre una hostilidad manifiesta hacia
las obras griegas. Por último el Occidente hereda de la Roma clásica una predilec-
ción por ciertos géneros literarios, especialmente la Historia, con-
Roma, por el contrario, preside la educación de Occidente. De cebida más como un instrumento de formación moral que como
ella posee cantidad de escritos de lo más diverso. Los estudios una ciencia, y de la Roma de la decadencia, una falta de gusto
consagrados a las fuentes de los primeros autores medievales que se revela sobre todo en las obras de los principios de la alta
como los catálogos más antiguos de las bibliotecas monásticas Edad Media en la afectación de la forma y la vanidad del fondo.
o las reconstrucciones de ciertos scriptoria carolingios dan
buena idea de su número y variedad. Arator, un poeta italiano de La antigüedad cristiana está bastante bien representada en los
mediados del siglo VI imita a Virgilio, Ovidio y Horacio. Isidoro de armaria, de los reinos bárbaros de la época carolingia. Lo está
Sevilla, que vivió unos cincuenta años más tarde y del cual ha- por sus Padres y Doctores, sus poetas profanos y sagrados, sus
blaremos en las páginas que siguen, utiliza, para redactar sus autores espirituales, sus historiadores: orientales traducidos al
"Etimologias", a Plinio el Viejo, Salustio, Suetonio, Virgilio, Hora- latín, como Clemente y Orígenes, las dos lumbreras de la Es-
cio, Lucano, Juvenal, Columela, etc... En el claustro de Rebais, cuela Teológica de Alejandría, Juan Crisóstomo y sus homilías y
fundado por irlandeses en el año 634, a unos sesenta kilóme- el historiador de la Iglesia, Eusebio de Cesarea; occidentales
tros al este de París, se sigue copiando a Virgilio, Cicerón, Ho- como un Tertuliano, el vehemente apologista de África, Pruden-
racio, Terencio, Donato y Prisciano. Y en las grandes abadías de cio, el poeta español cuya "Psicomaquia" inspiró a los artistas y
la alta Edad Media, Bobbio en la Italia lombarda, Saint-Gall en escritores medievales, Ambrosio de Milán, célebre por sus him-
Suiza, Fleurysur-Loire, Corbie-lez-Amiens o Lorsch en el Rin, se nos, Jerónimo, romano de adopción, muy estimado como exége-
conservan, como cosa preciosa, manuscritos de todos estos an- ta y biógrafo, Sulpicio Severo, un galo, continuador de Eusebio
tiguos autores, de Virgilio sobre todo, cuya pureza, nobleza de de Cesarea, Orosio, también español, cuyo Adversus paganos -
estilo y pensamiento son muy apreciadas y en quien muchos vasta síntesis de la historia del mundo destinada a poner de re-
veían un heraldo de Cristo y que, por este doble motivo, gozaba lieve la acción de la Providencia- será durante diez siglos uno de
de un favor excepcional. los libros más leídos y meditados, y, por fin, el más importante
de todos ellos, Agustínn, a quien la Edad Media le deberá tan-
Los latinos legaron además a Occidente un programa de estu- tas y tan fundamentales aportaciones: 1a orientación y las tesis
dios. Marciano Capella lo formula definitivamente hacia el año mayores de su teología, las ideas políticas esenciales, extraídas
420: el trivium que incluye las ciencias del espíritu, gramática, de la "Ciudad de Dios" más o menos correctamente interpretada
retórica y dialéctica o lógica y el quadrivium, compuesto por el y, de una manera más amplia, su concepción del mundo que
estudio de las ciencias de la naturaleza, la aritmética, geome- quiere hacer de lo visible la copia de lo invisible, ese "ejemplaris-
tría, astronomía y música. Algunos años más tarde, San Agustín mo" sin el cual no podríamos comprender mil años de historia.
lo acepta como bueno pero le asigna un nuevo objetivo: ayudar UNTREF VIRTUAL | 16
Tenemos, pues, que si bien los germanos dieron a este nuevo el año 480 de una buena familia que venía dedicándose durante
mundo los principales elementos de su armazón político, social varias generaciones al servicio público, Anicius Manilius Severi-
El Espíritu De La
si no económico (y no hay en ello nada de anormal puesto que nus Boethius no tiene otra ambición que servir a sus conciuda- Edad Media
eran los señores) los romanos en cambio aportaron lo esencial danos. Como hombre de Estado pronto fue distinguido por Teo-
de su cultura. Y esto lleva a plantear un nuevo problema. En me- dorico. Cónsul a los treinta años cumple con equidad y concien- Léopold Genicot
dio de las invasiones y de la barbarie que éstas desencadenan, cia en los cargos más altos hasta que, acusado injustamente de
la civilización clásica hubiera podido desaparecer. ¿Cómo logra traición, es detenido en el año 523 y decapitado en el 524. Como
sobrevivir? hombre de ciencia se distingue aún más. Según su propia expre-
sión se propone "enriquecer, con las artes de la sabiduría grie-
El mérito corresponde sobre todo a la Iglesia. En poco tiempo, ga, la vida de la ciudad", en otras palabras, hacer accesibles a
en efecto, las letras e incluso las artes no existen sino por ella y godos y a romanos, que no conocen sino el latín, Aristóteles y
para ella. Reyes y nobles hacen trabajar a los orfebres y alguna Platón. Piensa incluso en conciliar a estos dos autores y "demos-
vez a los arquitectos. Excepcionalmente llegan a interesarse por trar que no sólo no están en desacuerdo sino que antes bien son
los escritores y sus obras y de una manera más general, a medi- de la misma opinión en la mayoría de los problemas filosóficos".
da que aseguran el orden, favorecen el movimiento cultural. Enorme tarea. Se entrega a ella con ardor. Primero redacta pe-
Pero en ese movimiento no juegan ningún papel importante. Y a queños tratados sobre el quradrivium que estima necesario para
excepción hecha de Teodorico, lo favorecen pero no lo suscitan la comprensión de la filosofía. Después centra su atención en el
ni lo dirigen. Estagirita: traduce y comenta una parte de la Lógica, entre otras
cosas "Las Categorías" y el comentario de Porfirio sobre estas
En Constantinopla, en cuya Corte Imperial pasa diez años de su "Categorías", el Isagogo. Pero ante el poco interés que suscitan
juventud, Teodorico, ese príncipe ostrogodo inteligente y ambi- sus esfuerzos, no va más lejos. Se vuelve hacia la teología y
cioso, llega a conocer y valorar la civilización clásica. Convertido trata de resolver por medio de la razón, y por lo tanto aún como
en jefe de su pueblo y, hacia el año 490, señor de Italia, se im- filósofo, los problemas planteados por el dogma de la Trinidad.
pone la tarea de hacerla florecer de nuevo en esta península. Ya en la prisión escribe De consolatione philosophiae, su obra
Otorga a su Estado instituciones y derechos romanos. Protege más famosa, de la que se poseen más de 400 manuscritos y
a sabios, poetas y retóricos. Multiplica los juegos del circo con que no cesará de ser editada. Filósofo siempre, pide a la Sabidu-
objeto de recrear el ambiente de otro tiempo. Gracias a él la An- ría que le reconforte en la dura prueba. Actitud pagana que nos
tigüedad renace por un momento sobre las riberas del Tíber, del lo convierte en un representante auténtico, el último, de la cultu-
Montone y del Po. O mejor aún, puesto que para Teodorico la ra antigua. De todas maneras en Boecio esta cultura está expur-
Antigüedad es Bizancio, Roma, Rávena y Pavía se engalanan gada de todo aquello que no orienta el espíritu hada Dios, hacia
por un momento con el esplendor de Oriente. Punto de luz en un Dios creador y providencial, es decir, hacia el Dios cristiano
un Occidente abocado al desorden y a la barbarie, reino que ig- y, por esta preocupación de poner el pensamiento antiguo al ser-
nora la anarquía y "honra a los hombres cuyos escritos son leí- vicio de la fe tanto como por su culto al silogismo, el ministro de
dos", la Italia ostrogoda es, durante los siglos V y VI, el primer Teodorico es ya un hombre que pertenece a la Edad Media. Tuvo
puerto en el que se refugia la cultura latina y cristiana. sobre esta Edad una influencia considerable. La iniciará en la
aritmética, la geometría y la música; en teología la indujo a com-
Las letras se enseñan en muchas escuelas en las que se for- prender el dogma por la razón; le enseñará también a utilizar
man funcionarios, y son cultivadas por autores que, teniendo en una dialéctica rigurosa. Desde el siglo X, fecha en la que se ex-
cuenta las circunstancias, no carecen de mérito, como el obispo humarán varios de sus tratados, hasta el siglo XXX se converti-
de Pavía Ennodius y sobre todo Boecio. Nacido en Roma hacia rá en el alimento de toda especulación filosófica. UNTREF VIRTUAL | 17
En cuanto a las artes la Italia ostrogoda no produce nombres servicio de la fe, porque "ella prepara para recibir la palabra de
tan notables como el de Boecio, pero es capaz de mantener las Dios..." y "ejercita el pensamiento, despierta la inteligencia y
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tradiciones y ello, si tenemos en cuenta la época, ya quiere decir agudiza el espíritu". Doscientos años más tarde Agustín inser- Edad Media
mucho. En Roma, Rávena o Pavia, edifica, según las concepcio- taría las artes liberales en su programa de educación. La opinión
nes de la arquitectura constantiniana enriquecidas con algunas de que el saber antiguo puede ayudar a la comprensión de las Léopold Genicot
ideas orientales, palacios, basílicas, baptisterios y mausoleos Escrituras y a la elaboración de la teología, va así ganando te-
de gran dimensión. Su ornamentación es, igual que la del pasa- rreno. Y, precisamente en la época en que el mundo laico se cie-
do, a base de mosaicos y frescos. Levanta estatuas, incluso ecues- rra a las letras, se introduce en los medios monásticos y se
tres, y no renuncia ni al relieve ni al humanismo ni tampoco al acredita definitivamente.
realismo.
Desde el comienzo de la Edad Media, las abadías de Occidente
Esta cultura, laica en una gran medida, no sobrevive a su gran hablan conocido una gran actividad intelectual. Los fundadores
rey. Su muerte abre para Italia la era de las grandes calamida- habían prescrito la meditación de la Biblia y recomendado la
des. A las luchas sin piedad de los godos de Totila y de los bizan- trascripción de manuscritos". En el primer tercio del siglo VI, San
tinos de Justiniano, suceden las invasiones Iombardas. Unas y Benito da mayor énfasis a esta orientación. Convierte el trabajo
otras entrañan una profunda regresión de la civilización, sobre y la lectio divina en la ocupación por excelencia de sus discípu-
todo fuera de los ambientes eclesiásticos. Cuando retorna la cal- los. ¿Y cómo darse a la "lectura de las cosas de Dios" sin cultu-
ma, todavía existirán, en las escuelas del Norte y sobre todo en ra y sin guías? La Regla habla desde luego de escritos, en espe-
la corte de Pavía, algunos gramáticos, retóricos o juristas laicos, cial de aquellos de los "santos Padres católicos", que debían
pero serán gentes de envergadura modesta y de importancia estar a disposición de la comunidad. También, los Testamentos
secundaria. Después del año 550, poco más o menos, la tarea y sus comentadores más autorizados pero en apariencia no se
de salvar las artes y las letras antiguas corresponde principal- incluye a los autores clásicos.
mente al clero. Felizmente el clero acepta el cargo con menos
reserva de la que habría tenido en siglos anteriores. Es un contemporáneo de San Benito, Casiodoro, y un siglo des-
pués los organizadores de la cristiandad anglosajona, Teodoro
En efecto, la Iglesia, en este momento, sólidamente asentada, de Tarso y Adriano de Cantorbery, quienes añaden esos autores
se muestra más conciliadora hacia la cultura grecoromana de lo clásicos a los estudios monásticos. En sus tierras de Vivarium en
que se mostró en sus orígenes. Si bien había adoptado el arte Calabria, Casiodoro funda, hacia el 540, eso que él llama una
antiguo sin demasiadas vacilaciones, con sus técnicas, sus plan- schola christiana donde instruye "en las escrituras divinas y en
tas e incluso sus temas, en cambio no había expresado sino las letras del siglo". Pero no tiene el éxito que tantas veces se ha
desdén y desconfianza hacia las letras paganas. San Pablo ha- afirmado que obtuvo". Cien años más tarde Teodoro y Adriano
bía condenado como inútil y peligrosa "la sabiduría de los hom- engloban a su vez en el programa de sus escuelas a los escri-
bres buscada por los griegos" y su anatema dictó la conducta a tores paganos. Y crean una tradición. En este momento las aba-
seguir por las primeras generaciones cristianas. A pesar de to- días insulares son los principales refugios de la cultura antigua
do, a la larga algunos fieles de los más destacados se habían y pronto lo serán también, en imitación de éstas, las abadías
levantado contra esta actitud y habían tomado otra menos in- continentales.
transigente. Poetas como Ambrosio y Prudencio leyeron e imita-
ron a Virgilio y a Horacio. Exégetas y teólogos se empaparon de No vayamos, sin embargo, a engañamos sobre el estado de áni-
ciencias profanas. Desde fines del siglo segundo, Clemente de mo de los clérigos y monjes de la época. Para muchos de ellos,
Alejandría propuso atrevidamente poner la filosofía griega al el estudio de los autores paganos es algo que abandonarían UNTREF VIRTUAL | 18
gustosos si dispusieran de "sumas" cristianas en las que estu- han infligido, la Roma papal sigue siendo uno de los polos inte-
vieran reunidas todas las nociones, útiles a la exégesis y la teo- lectuales y artísticos de Occidente. Proporciona manuscritos de
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logía, dispersas en las obras de la Antigüedad. Este es uno de autores cristianos y paganos a la Galia, España y sobre todo a Edad Media
los móviles que llevan a la redacción de enciclopedias y asegu- Inglaterra. Exporta también su escultura monumental, sus pintu-
ran su éxito. Para todos estos clérigos y monjes la Antigüedad ras y sus miniaturas a este último país. Benito Biscop, el funda- Léopold Genicot
no es un fin en ella misma y no es legítima sino en la medida en dor de las abadías northumbrianas de Jarrow y Wearmouth,
que sirve de preparación a las ciencias sagradas: "El saber que hace hasta cinco viajes y se lleva libros de toda clase: innume-
consiste en no buscar otra cosa que el conocimiento es una cu- rabilis librorum omnis generis copia, cuadros con las imágenes
riosidad sin provecho que separa de Dios. El verdadero objetivo de Cristo, la Virgen, los Apóstoles, y con episodios del Evange-
del espíritu es el conocimiento y el amor de Dios". Estas pala- lio, telas preciosas y hasta artistas que decorarán los monaste-
bras de San Agustín definen la actitud de las gentes de la Igle- rios. Los Pontífices romanos y los clérigos que animan su corte
sia, desde Casiodoro en Italia hasta Alcuino en Inglaterra. ¿No no son de todas formas esos puros boecianos que se ha querido
percibimos un eco de esa actitud en la Carta de este último a los pintar. Gregorio el Grande, elevado en el año 590 a la cátedra de
irlandeses: "Es preciso, a manera de fundamento, enseñar a los San Pedro, tiene palabras duras para aquellos que cultivan las
niños la gramática y las otras ramas de la filosofía de tal mane- bellas letras por sí mismas. Pero no niega la utilidad de los cono-
ra que por medio de esos grados de sabiduría puedan elevarse cimientos profanos ni condena los estudios cuando éstos "faci-
hasta la más alta cima de la perfección evangélica"?. litan la ascensión hacia las alturas de las Sagradas Escrituras"
y cuando sirve a las ciencias sagradas a cuyo desarrollo contri-
Al estar ligado a la Iglesia, el estudio de la Antigüedad progresa buye. El mismo redacta con primor obras de gran espiritualidad
al mismo paso que ella. Es apenas activo allí donde, como en que fortalecen el prestigio de la Ciudad Eterna en el universo
Italia o en Galia meridional, el catolicismo se ha implantado ha- cristiano y con las que se deleitará la Edad Media. Y sus suce-
ce mucho tiempo, y resulta vigoroso en los países en los que el sores o sus curias componen epitafios latinos que no carecen de
catolicismo acaba de triunfar del arrianismo como en España, o elegancia. En fin la región meridional de la península posee en
del paganismo como en las islas Británicas. reserva algunos de los tesoros del helenismo. Aunque debilita-
da, Italia prepara así directa e indirectamente, por intermedio de
A pesar de las ruinas acumuladas por las guerras con los godos la Gran Bretaña, el Renacimiento Carolingio.
y de la brutalidad de la invasión lombarda, en el siglo VI y hasta
en el VII Italia continúa siendo un foco de civilización. Un foco Galia juega un papel más borroso, sobre todo en las letras y las
que ha perdido su calor y que alimentan pocas producciones ciencias. Sus escuelas públicas desaparecieron antes del año
nuevas, pero un foco a pesar de todo. Centrada en Rávena don- 475, y los maestros particulares que las reemplazan no tienen
de, hacia 550, Justiniano da fin, con San Vital y San Apolinar, a poder sino para frenar menguadamente la decadencia. Tras de
un conjunto de monumentos cuya impronta llevará luego la capi- tres generaciones ésta llega a ser enorme. En la segunda mitad
lla palatina de Aix y también las iglesias de Kent, la Italia bizanti- del siglo VI, la patria de Sidonio Apolinar y de Avito de Vienne,
na forma en sus escuelas al único poeta de la Galia merovingia, de Vicente de Lerins y Próspero de Aquitania, no produce más
Fortunato, el autor del Vexilla Regis (± 520 ± 600). En Como y poetas ni teólogos sino solamente cronistas y hagiógrafos. ¡Y
Milán, la Italia lombarda cuenta con tal o cual clérigo letrado y en qué cronistas y qué hagiógrafos! El mejor de todos, Gregorio de
Pavía existe una corte cuyos reyes no desdeñan rodearse de Tours, no conoce bien, de entre todos los autores antiguos, sino
poderosas inteligencias y de donde saldrán Pablo Diácono y posi- a Virgilio y sus obras no tienen nada de clásicas: maneja un latín
blemente Pedro de Pisa, dos de los colaboradores de Carlomag- que él mismo califica de "rústico" y apenas sabe componer; pro-
no. A pesar de las heridas que los generales de Justiniano le diga las incorrecciones y en lugar de dominar los hechos se limi- UNTREF VIRTUAL | 19
ta a alinearlos. Pero es, con mucho, superior a sus continuado- lización romana. El carácter relativamente civilizado de los inva-
res. Tras él, fondo y forma descienden a un grado de barbarie sores que se instalaron en ella en el siglo V y principios del VI,
El Espíritu De La
que refleja exactamente la escritura caótica de los diplomas me- esos visigodos cuyos reyes en el año 745 promulgan -hecho sig- Edad Media
rovingios. La Galia, pues, ha perdido el contacto con la Antigüe- nificativo entre muchos otros- la primera "Ley" bárbara, el Codex
dad y no aportará al renacimiento intelectual de los carolingios Euricianus, y en el 506 el "Breviario de Alarico", fuente por exce- Léopold Genicot
sino algunos manuscritos de Jerónimo, Agustín, Virgilio y posi- lencia del derecho romano al norte de los Alpes durante la alta
blemente de Horacio transcritos por sus clérigos y monjes. Edad Media. Su posición en el Mediterráneo es garantía de fá-
ciles relaciones con Italia, África, Egipto, Siria y el Imperio de Orien-
Durante mucho tiempo se ha pretendido que había sido también te, y causa de que lleguen hasta ella un buen número de extran-
estéril en las artes. Las últimas investigaciones obligan a revi- jeros, como el abad Donato a quien los bereberes obligaron a
sar esta posición. Pero si bien la Galia no brilla en la iluminación huir y que llegó con sus monjes y sus libros en el año 571. En
de manuscritos, en cambio pintó en esta época frescos muy her- fin, otro elemento más es la parcial reconquista llevada a cabo
mosos, antecesores directos de los de la época carolingia, de por Justiniano ya que a las tropas del Emperador siguieron cier-
gran valor y, con una técnica que se seguirá empleando en el to número de letrados y artistas.
siglo XII, monta vidrieras como no posee Inglaterra en esta épo-
ca. Es verdad también que esculpió muy poco y normalmente Durante mucho tiempo las luchas políticas y religiosas impiden
sólo lo hizo en bajo relieve y con un estilo puramente ornamen- la explotación de estos elementos. Pero he aquí que, al final del
tal pero el grabado de marfiles cobra gran auge, así como la talla siglo VI, los visigodos encuentran su equilibrio: Aquitania se la
de sarcófagos y capiteles con relieves y hasta figuras humanas. han cedido a Clodoveo y a sus francos pero, al sur de los Piri-
Principalmente construye iglesias y palacios de dimensiones res- neos, han logrado expulsar a los bizantinos y se imponen a los
petables, levanta sólidos muros grandes o pequeños, aboveda suevos. Se han convertido, pues, en los dueños absolutos de
pequeños edificios e inventa el campanario de linterna o el pórti- España, de España entera, y gozan de una seguridad tal que
co. Tan reputados eran sus artesanos del siglo VII, que Benito sus instintos guerreros se desvanecen. Al mismo tiempo sus jefes,
Biscop, tras de haber embarcado hacia Inglaterra cierto número hasta este momento decididamente arrianos como su pueblo, se
de escultores italianos, pasa hacia este lado de los Alpes, posi- convierten al catolicismo y facilitan de este modo la fusión de los
blemente a Provenza, para contratar "albañiles" cuyas primeras godos con los hispanoromanos permitiendo a la vez al clero des-
iglesias en Northumberland marcan una clara impronta de esta plegar libremente su actividad sobre todo en el terreno cultural.
región. Si a esto se añade que Galia conservó obras galoroma-
nas que servirían más tarde de modelos ¿podemos negar que Un hombre resume la obra intelectual de la Iglesia española de
constituyó un eslabón importante en la transmisión de ideas y esta época: Isidoro de Sevilla 60. Nacido hacia el año 560, hacia
técnicas escultóricas o a lo menos pictóricas y arquitectónicas el 600 se convierte en arzobispo de Sevilla como Braulio y Taion
de la civilización antigua a la medieval? lo serán de Zaragoza, y Juliano, Ildefonso y Eugenio, de Toledo.
Abre un colegio para su clero como aquellos otros que, sin duda
Como vemos, la cultura no desaparece de Italia ni siquiera de- a instigación suya, el Concilio Nacional del año 633 decide crear
saparece por completo de la Galia, pero en ésta se enfría. Y es en cada diócesis. Reúne una rica biblioteca compuesta de obras
en la España del siglo VII donde tiene un vigoroso desarrollo. sagradas y profanas, antiguas y recientes lo mismo que hacen
Zaragoza y Toledo. Preside el más célebre de los Concilios de
Una feliz concurrencia de circunstancias prepara a la Península Toledo, concilios que tendrán lugar sucesivamente hasta el año
Ibérica para ser uno de los principales centros intelectuales e 701 y que crearán un conjunto dogmático, si no original, por lo
incluso artísticos de Occidente. La huella que ha dejado la civi- menos sólido y, dada la época que tratamos, notable. Por último, UNTREF VIRTUAL | 20
además de los escritos científicos, históricos, escriturarios, teo- rio carolingio. Los manuscritos copiados en la península fran-
lógicos y morales, uno de los cuales es De viris illustribus que quean los montes y las obras esenciales de la Península Ibérica
El Espíritu De La
continuará Ildefonso de Toledo, redacta sus "Etimologías". En en el siglo VII, especialmente los escritos de Isidoro de Sevilla, Edad Media
ellas encierra todo lo que ha podido aprender, directa o indirec- se difunden por la otra vertiente de los Pirineos sobre todo en In-
tamente, de la ciencia antigua y aproximadamente viene a in- glaterra, en esta Inglaterra que toma de nuevo en sus manos la Léopold Genicot
cluir todo el bagaje intelectual de la Edad Media: la enciclopedia antorcha de la cultura y, reavivándola, pronto iluminará todo
de Isidoro, la más amplia y completa de las existentes, será tam- Occidente.
bién la más estudiada.
Llegados a este punto tentados estamos de hablar del "milagro
Las artes tienen casi la misma altura que las letras. La "era isi- inglés". Hasta tal punto resulta repentino el auge intelectual y ar-
doriana", heredera de las tradiciones romanas pero abierta tam- tístico de la Gran Bretaña de principios del siglo VIII. Pero esa
bién a la temática y a la técnica de Oriente, levanta, al norte del expresión sería falsa: la expansión de la cultura en el ambiente
Tajo, un conjunto de edificios notables en varios aspectos: por de estos descendientes de los rudos anglosajones ha venido
su planta en la que combina la planta de cruz griega con la ba- preparada por una literatura nacional, épica y lírica, de gran ex-
sílica; por su cubierta: techos planos, bóvedas de cañón y de quisitez y también y sobre todo por el contacto con los monjes
aristas y cúpulas; por el modo de tallar los capiteles, los frisos irlandeses y la obra de los misioneros romanos.
en los que aparecen entrelazadas grecas, rosas, pámpanos, pá-
jaros y animales salvajes y en los que a veces, como en San Es indudable la influencia de los monjes, de los scotts, sobre In-
Pedro de la Nave, aparece la figura humana. glaterra y en general, sobre todo Occidente, pero también sabe-
mos ahora que fue menor a lo que durante largo tiempo se cre-
Con la promesa de un bello futuro por delante, España sufre yó". Bajo el impulso de los bretones y de los galos a partir del
inopinadamente la invasión árabe. Sumida en la molicie de aque- siglo v posiblemente y desde luego ya en el VI, se habían entre-
lla vida de paz es incapaz de hacer frente a Tarik y a sus hom- gado con ardor de neófitos al estudio de la Biblia y convirtieron
bres: en el año 711, en Jerez, es derrotada en una sola batalla. sus monasterios en centros de formación religiosa. En este sen-
El curso de su cultura queda interrumpido. Pero no todo se ha per- tido los textos no dejan lugar a dudas. Por lo tanto debían poseer
dido para la cristiandad. Asturias no ha sido sometida, Cataluña un buen conocimiento del latín, lengua de la Escritura y de sus
pronto se verá libre gracias a Carlomagno y tanto la una como la comentadores más autorizados, los Padres de la Iglesia. Tam-
otra tienen su sitio en la génesis del románico. En Asturias, Beato bién en este aspecto resultan positivos los documentos. Pero
de Liébana, fallecido en el año 798, compondrá un "Comentario" nada nos prueba que leyeron y comentaron los autores profanos
al Apocalipsis, cuyas curiosas miniaturas (siglos X y XII) con- y paganos, ni que fueran ellos quienes descubrieran a los anglo-
tribuirán en mucho a la renovación de la escultura. En Cataluña, sajones y a los galos que iban a Hibernia legendarum gratia
los arquitectos cubren las iglesias con bóvedas de cañón sobre scripturarum, ni que los enseñaran en sus numerosas abadías
torales; asimismo las decoran con bandas y arquerías ciegas y diseminadas por toda Gran Bretaña y el Continente: Lindisfarne,
figurarán entre los iniciadores de los sistemas de cubierta y de- Malmesbury, Luxeuil, Bobbio, Lorsch, San Gall, Wurzburgo, etc.
coración característicos del primer arte de Occidente. Por lo tanto no desempeñaron en la transmisión de la cultura clá-
sica ese papel tan importante que aún algunos autores quieren
Además la España musulmana no es fanática y tolera la existen- otorgarles. Tienen, eso sí, el mérito de haber sabido despertar el
cia de ambientes católicos de donde saldrán hombres como gusto por el saber y de abrir campo a estudios más amplios allí
Teodulfo y Agobardo el mejor poeta y el único jurista del impe- donde ellos se establecieron, principalmente en Inglaterra.
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En el sudeste de esta isla, existían manuscritos de la Biblia, es- segura, estudian incansablemente manuscritos de Italia, de Es-
critos patrísticos, tratados litúrgicos llevados por misioneros roma- paña, Galia e Irlanda. A partir del año 735 se hacen con la mayor
El Espíritu De La
nos que guiaba Agustín y que crearon en Cantorbery una es- parte de los escritos de los primeros autores medievales Boecio, Edad Media
cuela destinada a la formación del clero. Un trabajo análogo al Arator, Casiodoro y Gregorio el Grande, Genado y Fortunato, Isi-
de los irlandeses y que preparó igualmente el terreno a Teodoro doro de Sevilla, Eugenio y Juliano de Toledo y sobre todo con la Léopold Genicot
de Tarso, a sus compañeros y amigos. mayoría de las obras antiguas conocidas en la alta Edad Media.
De ellas salen así maestros que se distinguen por la corrección
En tiempos de este ilustre arzobispo tenemos que fechar el del latín, por su amplitud de conocimientos y su afán de saber: en
punto cumbre del desarrollo cultural de la Gran Bretaña: cuando principio, como sus predecesores y como sus contemporáneos
en el año 669, a su llegada de Roma, desembarca en las costas del Continente, no se interesan por las ciencias profanas sino en
de Kent, las luchas políticas pierden su enconamiento. Entre los la medida en que éstas sirven a las ciencias sagradas. Pero de
16 o 17 reinos anglosajones se va a establecer una especie de hecho se dejan a veces llevar por el demonio del estudio y esas
equilibrio. Las diferencias religiosas se calman también: el paga- ciencias son para ellos un fin tanto como un medio.
nismo se halla casi vencido y el concilio de Whitby, celebrado
cinco años antes, había puesto término a las apasionadas y El más conocido de todos los estudiosos es Beda el Venerable.
estériles querellas de los "romanos" discípulos de Agustin de Nacido seguramente hacia el año 675 en Jarrow, entra en la
Cantorbery y de Paulino de York, y de los "irlandeses" que ejer- abadía del lugar y entre aquellos mismos muros redacta toda
cían su labor al norte de la isla. Personaje lleno de vitalidad a una obra amplia y variada: tratados científicos, especialmente
pesar de la edad (cuando llega a Inglaterra tiene ya sesenta y de cronología, comentarios bíblicos por los que será estimado
siete años), Teodoro explota estas circunstancias. Organiza de- largo tiempo y equiparado a los Padres de la Iglesia y la Historia
finitivamente la Iglesia de la isla, la somete a un solo metropoli- ecclesiastica gentis Anglorum, el primer trabajo histórico de la
tano, cubre las sedes obispales vacantes y crea seis nuevas dió- Edad Media que resulta sorprendente por la seguridad de la crí-
cesis. Convoca concilios cuyas conclusiones reglamentan la tica y la capacidad de síntesis. Sus escritos ejercerán profunda
conducta del clero y las relaciones del clero regular con el se- influencia hasta el siglo XIII. Su enseñanza será aún más fecun-
glar. Y además, este hombre, que ha frecuentado las escuelas da: entre sus discípulos figura Egberto, el personaje más sobre-
de Atenas y se ha creado en Roma una gran reputación de sa- saliente de la escuela de York y maestro de Alcuino, pilar del
bio, se impone la tarea de dar impulso a los estudios. Ayudado renacimiento carolingio.
por Adriano, monje nacido y educado en África e Italia bizanti-
nas, y por Benito Biscop, un anglosajón con largas estancias en Los "romanos", aparte de aclimatar en Inglaterra esta literatura,
Galia y en Italia, da comienzo al movimiento que luego, con la aclimatan el arte antiguo. Las pinturas y los libros que llevaron
intervención de Bonifacio, Alcuino y sus discípulos, llegará a dar consigo dejan huella profunda en la miniatura indígena. Un ma-
lugar al renacimiento carolingio. nuscrito como el "Evangeliario de Lindisfarne", que data de los
comienzos del siglo VII, mezcla en sus planchas el estilo "bár-
En la cabecera de las catedrales y a la sombra de los claustros baro" ornamental y el estilo con figuras. Otro como el Codex
ingleses se abren escuelas provistas de ricas bibliotecas y hon- Arniatinus, compuesto en Jarrow hacia la misma época, apenas
radas con la presencia de profesores y escritores de mérito. La tiene decoración. Al mismo tiempo los escultores italianos y los
de Cantorbery, durante cuarenta años regida por Adriano, las de constructores galos enseñan estatuaria y arquitectura a los insu-
Monkwearmouth y Jarrow en Northumbeland, creadas en los lares. Resulta dudoso que las iglesias de Kent o de Northum-
años 674 y 681 por Benito Biscop y por último la de York, van berland influyeran en las construcciones carolingias. Más bien
brillando sucesivamente. Ansiosas de una información amplia y resulta cierto lo contrario. Pero en cambio si es verdad que las UNTREF VIRTUAL | 22
miniaturas anglosajonas y hasta las esculturas contribuyeron ya
en el siglo IX a dar fama en el Continente al ideal de humanis-
El Espíritu De La
mo de los artistas clásicos. Edad Media

Tales son los primeros elementos de la futura civilización occi- Léopold Genicot
dental. No son ni nuevos ni suficientes. Handicapada por los pro-
blemas y fascinada por Roma, el primer objetivo de la alta Edad
Media fue el de preservar. Para ello copia a los escritores paga-
nos: compuso manuales de ortografía, gramática o cronología,
compila enciclopedias, redacta crónicas e imita la arquitectura,
la escultura y la pintura clásicas. Pero ni adopta el total de la tal
herencia ni tampoco pudo hacerse con toda ella. Rechaza prin-
cipalmente su filosofía en la medida en que es síntesis y norma
de vida y no llega a conocer, por ejemplo, la música.

Pero ya a partir de este momento comienza a modelar por sí mis-


ma y a completar ese legado. Conserva, es cierto, los materiales
clásicos, pero, tanto por ignorancia de su espíritu como por la
actuación del cristianismo, modifica su sentido y alcance. La sa-
biduría de los paganos la sustituye con la naciente teología. Para
satisfacer las necesidades del culto, crea el canto gregoriano.

Cristianismo, teología, culto: gracias principalmente a la Iglesia,


maestra de Occidente, la civilización que éste engendre no será
una copia de la Antigüedad.

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En medio del grupo imponente de actores del drama político
Capítulo X : El Marco El Espíritu De La
destacan los reyes. La trama se centra a su alrededor y ellos son
En Busca De Un Equilibrio quienes con más frecuencia la dirigen. Edad Media

Un mundo que rechazó muchos de los principios sobre los que El supuesto inicial, idéntico en todas partes, es a la vez extrema- Léopold Genicot
se había elevado y que busca ansiosamente nuevos cimientos damente simple y terriblemente complejo: se trata de reorganizar
políticos, económicos y sociales, así aparece el Occidente de el Estado. El desarrollo de tal plan viene dado por la oposición,
los siglos XVI y XV. Dominada en un momento determinado por más o menos afortunada según las regiones, que halla entre la
la acción combinada del clero, reyes y príncipes, reina de nuevo nobleza y el clero.
en él la violencia. Las guerras civiles y los ataques de la nobleza
que se alza en un supremo esfuerzo contra las monarquías vie- Hacia el año 1100 -preciso es que nos remontemos a tal fecha
nen a conjugarse con los primeros conflictos nacionales y su se- puesto que es entonces cuando principian los esfuerzos para
cuela de asesinatos y rapiñas que consiguen crear una atmósfera restaurar la autoridad monárquica, esfuerzos que se proseguirán
llena de angustia. En pleno auge hasta el año 1300, la economía ya sin interrupción alguna- la monarquía acusaba, en diversos gra-
sufre a partir de esta fecha una saturación y, por un reflejo defen- dos y según los países, las mismas debilidades orgánicas here-
sivo, se estanca en la reglamentación. Simple paliativo, ya que el dadas de la edad bárbara y agravadas, sobre todo en el Conti-
directivismo a ultranza conduce a la esclerosis. Casi en seguida nente, por el triunfo de los ideales feudales. Conservaba un carác-
surgen otras fuentes de problema: desórdenes políticos, inesta- ter personal y no gozaba de libertad de acción. A comienzos del
bilidad monetaria, calamidades públicas. Tantas que de decenio siglo XII el Estado no existía como no había existido en los siglos
en decenio el malestar va creciendo y en varias ocasiones las V o VI. No existía tampoco autoridad "plena y total" según la ima-
clases trabajadoras, las más duramente afectadas, se dejan arras- gen de un jurista del siglo XIII, ni autoridad soberana y pública que
trar por el espejismo de la revolución. La Edad Media se acaba monopolizara poderes esenciales, como dictar leyes o juzgar, y
entre miseria y confusión. los delegaba temporalmente en particulares siguiendo disposicio-
nes precisas. El rey no poseía atribuciones especificas y no era
Pero en medio de este dolor nace el mundo moderno. A través de designado de acuerdo con principios estrictos. Sus prerrogati-
las crisis suscitadas por debilidades de algunos de ellos y por la vas, al igual que las normas existentes para su ascensión al tro-
resistencia de las fuerzas tradicionales, los soberanos prosiguen no, estaban mal definidas y las regulaba más bien el hecho que el
la realización del programa que más o menos conscientemente derecho. No existían funcionarios dignos de tal nombre, es decir,
se han trazado desde el siglo XII y que legistas y filósofos preci- funcionarios preparados, numerosos, fieles, capaces de secundar
san, amplifican y legitiman en el XIII. En las grandes ciudades, so- las tareas del gobierno, de vigilar la ejecución de sus decisiones,
bre todo en las de Italia, los hombres de negocios perfeccionan de asegurar a la actuación del rey un mínimo de continuidad e
los métodos comerciales. Un nuevo orden basado en el absolutis- incluso de paliar eventualmente su debilidad. En Palacio existían
mo monárquico y el capitalismo mercantil se va así elaborando. únicamente tres o cuatro altos oficiales a quienes su poder perso-
nal solía tornar más peligrosos que útiles y una curia, con atribu-
En la cultura se marcan las huellas de estos males y de estas ciones tan amplias como vagas, que el rey reclutaba entre sus
conquistas. Las detallaremos al final del capítulo tras haber tra- familiares y vasallos y que ignoraba cualquier tipo de especia-
zado las directrices esenciales de la historia política y económi- lización en estas tareas..Desperdigados por el país se hallaban
ca de esta época ruda y fecunda. los condes quienes desde hacía largo tiempo en Francia, y más

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recientemente en Alemania, habían cesado de ser agentes del tre la pequeña nobleza o incluso en época más avanzada entre
poder central, o, en el caso de Inglaterra, los sheriff, mucho más la burguesía, hombres éstos revocables en cualquier momento,
El Espíritu De La
seguros pero que tendían, apenas nombrados, a convertir el cargo que podrían ser cambiados de destino con frecuencia con el fin Edad Media
en hereditario y, de rechazo, hacerse casi independientes. En de que los vínculos con sus subordinados no llegaran a ser de-
suma: apenas una administración embrionaria. En lugar de súb- masiado fuertes, retribuidos además por medio de un salario y Léopold Genicot
ditos, fieles: los grandes personajes, sobre todo, eran vasallos no por la concesión de feudos ya que el feudo era hereditario y
del rey y no veían en él sino un "señor". Los impuestos no exis- comportaba el riesgo de convertir también en hereditaria la fun-
tían salvo el danegeld al otro lado del Canal de la Mancha; en ción para cuyo pago servía; 5) obligar a los agentes a rendir
circunstancias excepcionales el rey recibía una ayuda financiera cuentas de sus actos a la administración central periódicamente
de sus vasallos, pero normalmente no vivía sino de sus tierras. y también enviar de vez en cuando a las provincias miembros de
En fin, no existía un ejército digno de tal nombre fuera de los ésta que efectuasen visitas de inspección; 6) utilizar en materia
contingentes feudales cuyo concurso no era siempre seguro y financiera mayor cantidad de documentos escritos, documentos
cuyas prestaciones venían seriamente limitadas por la costum- que garantizarían mejor que la tradición oral la salvaguardia de
bre. En cuanto al rey, dependía y se hallaba mediatizado por los las rentas reales y permitirían un control más riguroso de la ges-
grandes de un lado y por la Iglesia del otro. Los nobles, por tión de los funcionarios; 7) extender el patrimonio real y acrecen-
ejemplo, llegaban hasta a intervenir de modo activo en su nom- tar los recursos extraordinarios multiplicando y generalizando
bramiento y especialmente, en virtud de un viejo principio que el las ayudas feudales con el fin primordial de poderse pagar un
feudalismo había tornado vigente, deliberaban con el monarca ejército de mercenarios; 8) emanciparse de la tutela de los no-
sobre los asuntos de mayor importancia: todas las decisiones de bles; 9) rechazar las pretensiones teocráticas del Papado y
peso se tomaban con "su consejo y advertencia". La Iglesia a su hasta controlar el clero. He aquí el programa que en el siglo x ya
vez -recordemos las teorías gregorianas- reivindicaba el dere- se habían propuesto otones y sálicos en Alemania y que a par-
cho de vigilar el empleo de un poder que Dios no concedía sino tir del siglo XII intentan realizar poco a poco y amparándose en
en orden al bien material y espiritual del pueblo. las circunstancias los descendientes de Guillermo el Conquista-
dor en Inglaterra, los normandos, luego los Staufen en Sicilia y
En estas condiciones se hacía necesario que los reyes tomaran con mayor lentitud los Capetos franceses, los soberanos caste-
ciertas medidas: 1) Asegurar regularmente la corona para sus llanos y los herederos del Imperio, los príncipes alemanes.
descendientes o, mejor aún-pero únicamente los soberanos cas-
tellanos se atrevieron en el siglo XIII a tal pensamiento-establecer Programa inmenso, muy vago en sus comienzos y empírico en
detalladamente las normas de la sucesión al trono con el fin de gran parte. Pero para fundamentarlo, precisarlo y sintetizarlo en
prevenir las crisis que de ordinario provocaba la falta de un he- unas cuantas ideas esenciales, pronto intervienen los teóricos.
redero varón; 2) reservarse algunos derechos fundamentales Indudablemente de Alemania o Inglaterra nunca había desapa-
especialmente el de dictar leyes generales y el de tener conoci- recido lo que podríamos llamar derecho monárquico. En Inglate-
miento en primera instancia de todos los pleitos; 3) suprimir las rra, por ejemplo, el soberano siempre había hecho valer, aunque
grandes dignidades áulicas, o dejarlas vacantes y desarrollar el de tarde en tarde, su derecho a promulgar reuniones generales.
núcleo de la administración central, constituida por la corte, in- En la misma Francia, aun en medio del más fuerte feudalismo,
troduciendo cada vez en mayor número simples "oficiales" de algunos clérigos no habían olvidado al menos que el rey era,
origen modesto que ofrecerían seguridad y competencia. Esta teóricamente, la fuente misma del Derecho y la Justicia. La con-
administración estaría subdividida en secciones especializadas: sagración convertía al Capeto en un personaje sin igual. Pero
Consejo político, tribunal, comisión de finanzas; 4) asumir la ad- únicamente a mediados del siglo XII, gracias a las investiga-
ministración local y confiarla a hombres escogidos también en- ciones de juristas y filósofos las nociones de soberanía y Estado UNTREF VIRTUAL | 25
vuelven a cobrar vigor. Imerius y sus seguidores extraen de los que nunca. La Iglesia, dice uno de ellos sin el menor matiz de du-
viejos textos romanos la idea de la potestas publica, de ese po- da, tiene poder universal en materia temporal: Omnia tetnporalia
El Espíritu De La
der público que no tiene igual ni paralelo, que no conoce otro lí- sunt sub dominio et potestate Ecclesiae. Edad Media
mite que el bien común y confiere a su depositario el privilegio
de dictar leyes o establecer impuestos. Cien años más tarde los Y los otros argumentan de manera también categórica: Dios es Léopold Genicot
"aristotélicos" obtendrán de la Política del griego el concepto de uno. Su unidad se refleja en la unidad de la creación y reclama
Estado, ser colectivo, nacido espontáneamente de la naturaleza la unidad de la humanidad y por lo tanto, la unidad del poder que
del hombre, sociedad perfecta y autónoma. El príncipe, como gobierne a esta misma humanidad. Este poder único no puede
jefe de este Estado y detentadorde esa potestas publica -según entregarse a un jefe temporal, como el Emperador, ya que los
la expresión de la época como "emperador dentro de su reino"- bienes temporales no le son dados al hombre sino con fines es-
posee de derecho la autoridad más amplia que concebirse pue- pirituales y su empleo debe, pues, estar regulado y vigilado por
da, la exclusividad sin control y sin límite, a no ser el del bonum la autoridad espiritual. El monarca universal no puede ser otro
commune. Desde antes del año 1300 los romanistas y. algunos que el Papa, que tiene autoridad plena en asuntos temporales.
escolásticos definieron así claramente el alcance del poder real Omnia tetnporalia sunt sub dominio Ecclesiae collocatam si non
e ipso facto legitiman su actuación y le asignan un objetivo pre- de facto, de jure tamen et ex debito temporalia sumo pontifici sunt
ciso: no ya el despotismo -Maquiavelo y la "razón de Estado" no subjecta. En el siglo XI, al precio de rudos combates, la Iglesia
nacerían hasta la segunda mitad del siglo XV- sino el absolu- había conseguido su libertad y establecido su unidad en tomo a
tismo. En ello se resume de ahora en adelante el programa real. Roma. No pensaba renunciar de grado a estas conquistas para
permitir la aparición de iglesias más o menos nacionales. Por últi-
Para la realización de estos planes grandiosos los reyes han de mo, en los reinos cristianos se había asegurado una posición de
enfrentarse con una doble oposición: la de la Iglesia y la de los excepción que no estaba dispuesta a sacrificar: sus clérigos sólo
grandes. podían ser juzgados por los tribunales eclesiásticos, gozaban de
exención fiscal y formaban de esta manera una especie de Es-
Durante mucho tiempo la Iglesia había sido la auxiliar de los reyes tado dentro del Estado. Los príncipes que querían ser fuertes y
más fiel y preciosa. Más interesada que ninguna otra institución hasta absolutos no podían tolerar tales privilegios y pretensio-
en el mantenimiento del orden, había prestado liberalmente a la nes, ni esta independencia establecida al amparo de una autori-
realeza el apoyo de su cultura y de su autoridad. Le había cedido dad extranjera. Más pronto o más tarde esos clérigos, esos ecle-
sus mejores servidores: cancilleres, consejeros, embajadores, siásticos que contaban precisamente entre los más poderosos y
príncipes-obispos. Al consagrar a los reyes y proclamar la espe- más ricos de sus súbditos, deberían someterse a sus leyes y a
cificidad de su misión habianles ayudado a atravesar, sin dema- sus impuestos, mientras ellos sacudirían toda tutela y llegarían
siadas penalidades, las peores dificultades. hasta arrogarse algún poder en el seno de esta misma Iglesia
cuya influencia en todos los asuntos era considerable. El conflic-
Pero desde el momento en que aquéllos a quienes hasta aquí to era, pues, inevitable. Estalla en el siglo XII y continúa hasta el
había ayudado van demostrando mayores pretensiones de ab- final de la Edad Media.
solutismo, la actitud de la Iglesia cambia. Y cambia por motivos
obvios. Los gregorianos en el siglo XI habían reivindicado para Las primeras fases se desarrollan en el país cuya organización
la Iglesia el derecho de corregir y, en caso necesario, el de de- política y administrativa era más precoz: Inglaterra. Enrique II,
poner a los príncipes y con el tiempo estas teorías se habían lle- basándose en las atribuciones indebidas que durante las gue-
gado a exagerar. En el siglo XIV un Gil de Roma, un Jacobo de rras de las Dos Matildes se habían arrogado los tribunales ecle-
Viterbo o un Alvarez Pelayo se producen de manera más tajante siásticos, así como en la facilidad con que reconocían a los liti- UNTREF VIRTUAL | 26
gantes su calidad de clérigos y la levedad de las penas que Victoriosos en este sentido, los soberanos también desean serlo
imponían a los criminales, pretendió, por medio de las "Constitu- en cuestiones de exenciones e independencia del clero y tratan
El Espíritu De La
ciones de Clarendon" de 1164, reducir la Iglesia de Inglaterra a de incluirle eh el Derecho común. Aún más: aspiran a limitar las Edad Media
las "antiguas costumbres" y en especial regular el privilegio del intervenciones de Roma en los asuntos eclesiásticos de sus
foro. Juan sin Tierra, unos cincuenta años más tarde, se atreve reinos especialmente en lo que se refiere al nombramiento de Léopold Genicot
a un ataque brutal de diferente género: envía al exilio al arzobis- beneficios, e incluso, ya que a ello les arrastran algunos teóri-
po de York, que se obstinaba en no entregar un subsidio, se nie- cos, aspiran a asegurarse una especie de control sobre esos
ga a reconocer a Esteban Langton designado para la sede de nombramientos y beneficios. Ya hacia el año 1302 el autor de la
Cantorbery por instigación de Inocencio III y despoja al clero "Disputa del clérigo y el caballero" reivindicó implícitamente para
inglés de las atribuciones temporales. Pero una y otra tentativas el poder civil un derecho de supervisión en el campo espiritual.
fracasan. La segunda acaba incluso con la conversión de In- En su Defensor Pads, terminado en el año 1324, Marsilio de Pa-
glaterra nada menos que en feudo de la Santa Sede. dua es más claro: convierte la Iglesia en un elemento del Esta-
do. Junto con su colega parisiense Jean de Jandun y un escocés
El episodio siguiente, decisivo para el porvenir de la teocracia, de Oxford, Guillermo de Occam quien en este momento mina en
se desarrolla hacia el año 1300 en Francia, que los Capetos del todos los sentidos los cimientos de la Edad Media y a quien
siglo XIII han convertido en el reino fuerte de Occidente. Se trata encontraremos varias veces en las siguientes páginas de esta
una vez más de las inmunidades fiscales y judiciales del clero. exposición, proporciona base jurídica y filosófica al galicanismo,
Pero el problema no queda reducido únicamente a estas mate- al anglicanismo, al "husismo" y a todos esos movimientos que
rias secundarias. Pronto los antagonistas plantean en su totali- se irán acreditando progresivamente y comprometerán la obra
dad el problema de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. de unificación gregorianas. La lucha, pues, prosigue. Pero en lo
Bonifacio VIII, en unas bulas célebres, hace suyas las teorías sucesivo no presenta fases sensacionales ni lleva a resultados
gregorianas y proclama que "la autoridad temporal debe inclinar- decisivos. Tanto la Asamblea de Vincennes, celebrada en el año
se ante la autoridad espiritual" y que "al poder espiritual incumbe 1329, que niega a los clérigos la facultad de juzgar, como la pro-
instituir el poder temporal y juzgarlo si fuera preciso". Felipe el mulgación en Inglaterra en los años 1351, 1353 y 1393 de los
Hermoso y sus partidarios, recordando a su vez el Derecho Ro- "Estatutos de los Rectores" y de los Praemunire que regulan la
mano, afirman que el rey en los asuntos temporales del reino no colación de beneficios y la apelación a los tribunales pontificios,
reconoce superior. Tras esto pasan a la acción. Es rápida: arresto no tienen ni la importancia ni la resonancia de la Querella boni-
del Papa en Anagni el 7 de setiembre del 1303, su muerte, el 11 faciana. A partir de ahora los reyes y sus partidarios, mediante
de octubre del mismo año, provocada o precipitada por este la labor sorda y continuada minarán la competencia de las ofi-
atentado, anulación por su sucesor en abril y mayo de 1304 de cialías, conseguirán que los clérigos lleguen a contribuir a los
los cargos contra el rey. Apoyado por un pueblo francés leal a la gastos públicos y terminarán ingiriéndose en los nombramientos
dinastía, a quien las riquezas y venalidad del clero han indis- eclesiásticos. No logran un éxito pleno. No consiguen abolir el
puesto con éste y qué hasta posiblemente alberga ya una con- privilegio eclesiástico del foro ni tampoco obtener el derecho a
ciencia nacional, el Capeto reduce sin dificultades al Papado gravar con impuestos al clero. Y a partir del año 1418 el delica-
cuya fortaleza deja de ser la de los tiempos de Inocencio III. De do problema de la colación de beneficios se va resolviendo por
hecho es el fin de la teocracia. Desde este momento ya sólo medio de concordatos o sea de compromisos.
sufrirá derrotas. La "Bula de Oro" que en 1356 regula el proce-
dimiento de elección y coronación del Emperador no hace la Otra fuerza tradicional, la nobleza, se levanta lo mismo que la
menor alusión al Papa... Iglesia contra las "innovaciones" monárquicas. En ciertas regio-
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nes ésta era independiente en sus dominios e incluso en sus memente. Se ocupa más de las cuestiones políticas que de las
feudos y pretendía seguirlo siendo. En otras poseía por lo menos judiciales: en frecuentes sesiones que se van convirtiendo en
El Espíritu De La
importantes privilegios -especialmente el de ser consultada en periódicas, juzga los crímenes políticos, recibe reclamaciones y Edad Media
toda materia grave- y se resistía a perderlos. Desde el momento peticiones, propone leyes, acuerda el subsidio -ingreso principal
en que los soberanos manifiestan clara tendencia a la centraliza- de la monarquía- y fija la "tasa" y el "plato". A la vez, los más im- Léopold Genicot
ción y al absolutismo entabla con ellos una lucha cuyas peripecias portantes de los barones y altos dignatarios eclesiásticos se
habrían de ser bien diferentes de uno a otro reinos. adelantan a los funcionarios y tienden a constituirse en Corpo-
ración cenada de "pares" hereditarios. Por último, desde el año
Paradójicamente la realeza inglesa, la más sólida de todas las 1327 los representantes de condados, villas y burgos toman par-
del siglo XII, es la que peor resiste los asaltos de la nobleza. te en sus deliberaciones y pronto forman una Cámara de los Co-
Nacida de la conquista del año 1066, basada en una feliz com- munes diferente pero hasta el fin de la Edad Media estrecha-
binación de elementos tomados de la monarquía anglosajona y mente relacionada con la de los Lores. La institución va adquirien-
del sistema feudal, rica en tierras confiscadas en otro tiempo a do así poco a poco la fisonomía que llegará a ser familiar, y se
los vencidos, inicialmente esta monarquía aparecía muy fuerte. transforma en una pieza esencial del gobierno. Esta evolución
Pero su fuerza misma supone un handicap. Le había permitido viene a resultar menos grave para la realeza de lo que a primera
en efecto dominar a los señores feudales, reglamentar sus obli- vista parece. Porque la monarquía pierde en efecto su amplitud,
gaciones militares, minar sus poderes judiciales, vigilar la cons- pero gana en estabilidad. El Parlamento le asegura, por medio
trucción de sus fortalezas. Y también dotar a Inglaterra, ya en del voto, subsidios regulares. Y cosa más de estimar: le propor-
tiempo de Enrique II, es decir, cien años antes que Francia, de ciona la colaboración y el apoyo de la nación que representa.
una organización política y administrativa muy perfeccionada: Por esto, fuertemente anclada puede atravesar y superar in-
en el centro una curia regís subdividida en secciones especiali- demne la terrible guerra civil en la que, del año 1450 al 1471,
zadas, el Consejo, la Cancillería con sus archivos, la Tesorería Lancaster y York se disputan la corona.
que tendría a su cargo las finanzas, el Banco o tribunal, y en los
condados los sheriff, verdaderos funcionarios controlados por la Lo mismo y aún más que en Inglaterra, en la España de los si-
corte. Pero ello mismo es causa de que algunos soberanos me- glos XVI y XV la nobleza, enriquecida por la Reconquista, hace
diocres se convirtieran en déspotas y decidieran a los grandes frente a los soberanos. Pero al abusar de su fuerza compromete
señores, laicos o eclesiásticos a establecer una coalición contra irremediablemente su futuro. En unión del clero y de los delega-
este arbitrarismo. Separadamente ni unos ni otros hubieran sido dos de las ciudades controla el poder real a través de las Cortes,
capaces de imponerse al rey. Unidos consiguen derrotar varias las más antiguas asambleas representativas de todo Occidente.
veces a la monarquía. Saben aprovechar los desaciertos de és- Hostiga impunemente a la monarquía formando una serie de
ta, las necesidades de dinero que le ocasionaban las guerras ligas que se suceden de continuo, pero los disturbios que provo-
contra Escocia, Irlanda, el País de Gales o Francia. Incluso se ca sumados a las violentas luchas dinásticas terminan por debi-
enfrentan con ella en el campo de batalla y consiguen derrotar- litarla. En los medios rurales y sobre todo en las ciudades, cuan-
la. De sus victorias diplomáticas o militares lentamente va sur- to más se prolongan tales luchas más crece el deseo de un go-
giendo un régimen no democrático sino constitucional. Al final bierno capaz de mantener el orden. Impensadamente resultan
de la Edad Media le encontramos resumido en un organismo: el los agentes del reforzamiento de la autoridad monárquica e in-
Parlamento. En el siglo XIII éste no es aún sino una "curia" am- cluso del absolutismo. Cuando comienzan los tiempos moder-
pliada cuya actividad principal es la de Corte Suprema de Jus- nos éste hace su aparición con los Reyes Católicos y pronto se
ticia y en la que los agentes del rey suponen una mayoría. Pero habrá tornado más riguroso que el de los Tudor. Y también más
en el siglo XVI su competencia y composición se modifican enor- duradero porque la denota de la orgullosa nobleza ibérica será UNTREF VIRTUAL | 28
completa. Tan completa como la del feudalismo ultrapirenaico se de sus concepciones personales y feudales sobre el poder
cuyos jefes, igual que los grandes de España, dan muestras du- para adoptar la de los legistas. Consideran que esa autoridad es
El Espíritu De La
rante los últimos siglos de la Edad Media de una total falta de muy poco sui generis y no juzgan necesario regular el orden de Edad Media
sentido político. sucesión de manera precisa y específica. Se obstinan en ver en
el reino antes que un Estado cuyo cuidado les compete tempo- Léopold Genicot
Sin embargo, a la nobleza francesa no le faltan oportunidades. ralmente, un vasto señorío o un gran feudo del que son propie-
Pero, desunida, no sabe sacar partido de las iniciales dificultades tarios o señores, y no dudan en crear ricos infantados para sus
de la monarquía ni de las crisis por las que aún atraviesa ésta en segundones. Doble error plagado de consecuencias. Lo primero
los siglos XVI y XV. También ella resulta finalmente vencida. es una de las causas de la Guerra de los Cien Años. Lo segun-
do lleva a la constitución de un nuevo feudalismo, lleno de infan-
Hacia el año 1100 la monarquía capeta era débil. No conseguía tados, cuyas ambiciones son tan peligrosas como las de la
tan siquiera que reinara el orden en la Isla de Francia. Le fue nobleza inglesa. Pero a fin de cuentas no obtiene mayor éxito
preciso, antes de nada, pacificar y luego extender su señorío y que el feudalismo precedente ya que tampoco hace frente co-
hasta finales del siglo XII no puede pensar en reivindicar sus de- mún contra la realeza.
rechos de soberanía y en crear una administración copia de la
inglesa. Desde este momento sus progresos son rápidos. Hasta En efecto, la unión es algo que ha faltado siempre a la nobleza
el punto de que en el año 1300, bajo Felipe el Hermoso, aparece francesa para poder imponerse al soberano. En el siglo XII cada
como la primera potencia de la Cristiandad. uno de sus jefes era lo bastante fuerte como para enfrentarse a
solas con la realeza. No sintió necesidad alguna de coligarse.
A pesar de todo la monarquía francesa sigue siendo vulnerable Tuvo por costumbre acudir al combate en orden disperso. Y no
porque aún una gran parte del territorio es feudal. Además en consigue olvidar hábito tan fatal. Ello es la causa de que nunca
primer lugar en cuanto a recursos no dispone de ingresos im- obtuviera una verdadera victoria.
portantes con excepción de las rentas de sus dominios. Por lo
tanto su presupuesto es siempre deficitario ya que si ha aumen- Por lo demás las revueltas, las luchas intestinas, las guerras en
tado considerablemente sus tierras y el auge comercial acre- el extranjero con su secuela de miserias resultaron de mayor
cienta los ingresos, los gastos han aumentado aún en mayor utilidad a la monarquía que a la nobleza. Pues mientras todos
medida. Sin contar lo que cuesta el lujo de la corte y las pensio- estos azares diezmaban a los grandes y destrozaban sus ya
nes que distribuye, se ve obligada ahora a pagar un verdadero muy afectados presupuestos a base de devaluaciones moneta-
ejército de funcionarios, a sostener fortificaciones cada vez más rias, pesados gastos suntuarios y gestiones negligentes, sirven
importantes, a pagar a los mercenarios y muy pronto a financiar en cambio para despertar la conciencia nacional en otros me-
una interminable lucha contra Inglaterra. Indudablemente para dios y para aguijonear el deseo de paz. También en Francia, por
poder llevar a cabo esta lucha el rey está capacitado para gravar tanto, el desorden beneficia a la monarquía. La Guerra de los
al país con "subsidios para hacer la guerra". Pero estos subsi- Cien Años prepara el absolutismo de Luis XI, lo mismo que la
dios cuyo origen se remonta a la ayuda feudal, durante mucho Guerra de las Dos Rosas prepara el absolutismo de los Tudor o
tiempo continúan siendo tan excepcionales como ella. Tanta difi- que la anarquía castellana el de Fernando e Isabel. En Francia,
cultad hay para lograr que la masa comprenda la noción "estáti- España e Inglaterra la Edad Media termina con la derrota del
ca" de impuesto en vez de las ideas tradicionales. Pero no es feudalismo. Derrota absoluta en el Continente, parcial y tempo-
sólo el pueblo quien las sigue teniendo. Algunos soberanos, es- ral al otro lado del Canal donde la nobleza conserva la Cámara
pecialmente los primeros Valois, no consiguen desembarazar- de los Lores.
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Y lo que se cumple en cuanto a los tres grandes Estados de Pero ¿cuál es el origen de esa saturación? Aleccionado por el
Occidente se cumple también en lo que fue el Imperio. La centra- período precedente uno se siente tentado a responder: la evolu-
El Espíritu De La
lización y el autoritarismo triunfan sobre las fuerzas partidarias del ción demográfica. El aumento constante de población en el siglo Edad Media
particularismo y de la división en los principados alemanes y X había impulsado la economía medieval, arrastrándola hacia
hasta, con los duques de Borgoña y los "tiranos", triunfa también objetivos cada vez más altos y lejanos. Ahora bien, desde el año Léopold Genicot
en esas regiones de villas ricas y poderosas que aún son en los 1300 o 1325 la población no aumenta, y es muy posible que dis-
siglos XVI y XV los Países Bajos e Italia. minuya. En este sentido únicamente poseemos datos precisos
para Inglaterra: en este país el número de habitantes había au-
A los desórdenes políticos corresponden siempre dificultades mentado sensiblemente desde el año 1086 a 1240. A partir de
económicas y desórdenes sociales. Dos fenómenos que proce- 1240 a 1348 no aumenta sino lentamente y desde esta fecha
den parcialmente de los mismos factores y cuya amplitud varía hasta 1430 la cifra se reduce a la mitad. En cuanto al Continente
de región en región según que estos factores presenten mayor la información que tenemos es bastante escasa. Sabemos sola-
o menor virulencia. mente que en el año 1789 Francia tiene más o menos los mis-
mos hogares que en el año 1328: 4.806.183 en lugar de
Desde el 950, 1000 o 1050 hasta el 1300 la economía de Occi- 4.398.750. Pero a falta de cifras los indicios hablan con bastante
dente había progresado de modo constante. Pero al iniciarse el claridad: 1) disminución y fin de las roturaciones; el gran perío-
siglo XIV entra en un período si no de regresión al menos de es- do de los rodea, de las rozas o de las artigar ha terminado y en
tabilización. Y si en lo que aún resta de Edad Media llega a co- muchos lugares tierras y granjas enteras son abandonadas; 2)
nocer ciertas épocas y ciertas fases de prosperidad, en otros descenso de los cultivos expresado en trigo; 3) límite del cre-
momentos y en otras regiones se ve sacudida por crisis cada cimiento de las ciudades y hasta la decadencia de muchas de
vez más violentas. ellas. Tolosa, por no citar sino un solo caso, pierde en cien años
la mitad de sus habitantes.
Establecer las causas de este estancamiento y de estos sobresal-
tos dado el estado actual de conocimiento resulta cosa delicada. No podemos dar por sentado que esta evolución sea la clave del
problema. Es cierto que provoca una estabilización de la deman-
La raíz del mal radica, aparentemente, en un fenómeno de satu- da y por contrapartida de la oferta. Pero, a menos que procedie-
ración cuyos efectos vienen a agravarse por los absurdos reme- ra de una reducción de la energía de Occidente y su anteriori-
dios empleados para paliarlo. Si la producción crece cada vez dad en relación con el estancamiento fuese incontestable, dicha
con mayor dificultad es porque, de modo general, la salida de evolución no explicaría realmente el malestar económico del
los artículos se hace cada vez más difícil. Una tras otra todas las momento. Ahora bien, ni una cosa ni otra están demostradas.
regiones se han ido industrializando o se hallan camino de ello.
Los centros de fabricación se han multiplicado y continúan multi- Es posible y hasta probable que la inversión de la tendencia de-
plicándose. La competencia es grande y cada vez resulta mayor. mográfica sea debida a un descenso del índice de natalidad co-
La mejora de los transportes y sobre todo de la técnica comercial mo resultado de una disminución de la vitalidad de Occidente.
y financiera la hacen cada vez más enconada. Pero como deci- Pero no está demostrado. Las calamidades públicas, por sí so-
mos, las salidas no aumentan. En Occidente el índice de pobla- las, pudieron dar lugar a tal estabilización o incluso al retroceso
ción es prueba de ello y fuera de Occidente la expansión que del índice demográfico. Desde luego en ningún otro momento de
había llevado a muchos campesinos hasta tierras eslavas y a la Edad Media estas calamidades fueron tan enormes como en
tantos mercaderes hasta el corazón de Rusia o las orillas del mar el siglo XIV. En primer lugar las guerras resultaban terribles para
Negro ha terminado. Los horizontes se toman estáticos. los campos ya que los ejércitos regulares o, en momentos de UNTREF VIRTUAL | 30
tregua, los desocupados jefes y los soldados dispersos se dedi- por ejemplo, comerciar directamente entre ellos. Encerrada cada
caban al pillaje y a matanzas e incendios sin cuento. En segundo vez más en prescripciones de todo género, la economía urbana
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lugar los movimientos sociales, que costaban también muchas queda condenada a la rutina. Nada estimulaba ya su progreso. Edad Media
vidas humanas, los levantamientos de los campesinos cuya mi- La competencia se había restringido, las posibilidades de am-
seria empujaba a la violencia o a quienes guiaba la idea de pliación de los talleres limitada, el progreso técnico prohibido. En Léopold Genicot
destruir el régimen señorial y las luchas del pueblo de las gran- cierto momento los obreros, los "compañeros" tiene que renun-
des ciudades contra los capitalistas que las explotan. Se han de ciar casi a la esperanza de elevarse en la jerarquía social: la
contar además Ias enfermedades y epidemias, una de las cua- maestría se hace pronto hereditaria de derecho en ciertas pro-
les asoló Occidente desde el año 1315 al 1317 y en seis meses fesiones y desde el fin de la Edad Media tiende a ser así en
se llevó el 15 por ciento de la población de Ypres. Por fin pestes todas ellas.
terribles como la de 1347-1350, la famosa "peste negra", que en
la villa borgoñona de Givry en la que la media anual de falleci- Saturación, estabilización del índice de población, exceso de re-
mientos era de 30 o 40 hace en cinco meses 650 víctimas y que glamentación: sí, el estancamiento puede ser explicado por estas
en conjunto se lleva un tercio de la población de la mayoría de causas. Pero no así las crisis. Otros fenómenos las desencade-
los países occidentales. El tercio menos válido y el menos pro- nan. A veces se trata de desequilibrios de la oferta y la demanda.
ductivo, es verdad. La de 1360-1363; aún hay otras pestes más Unas veces la primera es inferior a la segunda. Se suceden las
localizadas: en 1371-1374, 1381-1384, y sobre todo en 1400 se malas cosechas, los víveres faltan, su precio sube enormemente,
presenta una epidemia en Italia, por ejemplo. Nunca el pueblo cada cual para poder procurárselos limita sus otras compras y
cristiano sufrió de modo parecido: hambre, pestes, guerras... pronto toda la economía resulta afectada o estalla una epidemia,
faltan brazos, los salarios forzosamente aumentan; el hecho es
No osaríamos afirmar categóricamente, faltos de poder estable- particularmente penoso para el patrono si, como suele suceder,
cer fechas exactas para ambos fenómenos, que la detención del las exigencias de los obreros coinciden precisamente con la
crecimiento demográfico haya precedido y engendrado la satu- baja de precios de los productos acabados. De este callejón no
ración económica. Es posible que ocurriera al contrario. Podría se puede salir sino de dos maneras: recurriendo a los poderes
ser que tal detención no fuera sino una reacción, una defensa. públicos para que legislen sobre el costo de la mano de obra o
Reacción desafortunada ya que sólo sirve para empeorar las reduciendo la fabricación. Otras veces, en cambio, en el terreno
cosas en lugar de mejorarlas. industrial se presenta la situación inversa: por motivos tan fútiles
a veces como una modificación del gusto en un momento deter-
Otra reacción sirve también para otro tanto: la reglamentación a minado se vuelve a la superproducción y según un proceso que
ultranza. Con el fin de evitar los efectos de la competencia, las nos resulta familiar va ganando terreno hasta afectar a todos los
autoridades públicas y los propios interesados aplicaron una fá- sectores. Pero son las guerras principalmente la causa de todo,
cil solución: multiplicar las ordenanzas. De éstas, unas reserva- esas grandes guerras de los siglos XIV y XV que desarreglan la
ban a corporaciones legalmente reconocidas el monopolio de la vida económica en todos los aspectos. En primer lugar, por la
producción en la ciudad y sus alrededores, y si la villa era tan inseguridad que aportan. El mercader duda antes de arriesgarse
fuerte como para imponerlo así, en las zonas colindantes. Otras, por caminos llenos de soldados ansiosos de "botín". En segun-
muy numerosas, establecían el modo de reparto de las materias do lugar, las guerras tienen terribles consecuencias financieras.
primas, la dimensión máxima de las empresas, los salarios, la Entonces como hoy resultan un pasatiempo caro que se paga
duración del trabajo y, con una minuciosidad inigualable, los pro- elevando los impuestos y recurriendo a la devaluación. "Ayudas
cedimientos de fabricación. Y por último otras restringían la li- y subsidios" se hacen cada vez más frecuentes. Se establecen
bertad de acción de los mercaderes extranjeros y les prohibían, nuevos impuestos indirectos: maletôtes, sisa, aduanas. La mo- UNTREF VIRTUAL | 31
neda experimenta un bajón terrible: de un golpe de 1421-1422 merciales que las venían vivificando desde el siglo XIII. Desde
pierde en Francia el 90 por ciento de su valor legal. Esto produ- este momento el contacto entre los dos polos económicos de
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ce la inestabilidad de los precios, fuente de especulaciones lu- Occidente, Flandes e Italia, se establece a través del mar y no Edad Media
crativas para los comerciantes hábiles, pero fuente también de ya a través de la Champaña.
dificultades para el resto y ocasión de cambios de fortuna y de Léopold Genicot
conflictos sociales. La situación de Inglaterra es parecida. Tampoco esta nación se
ha de enfrentar con revueltas urbanas. Pero durante algunas se-
La difusión de las doctrinas comunizantes acelera la madura- manas, en 1381, ocurre una poderosa sedición campesina con-
ción de estos conflictos. Desde hace tiempo heterodoxos e inte- ducida por Wat Tyler, y sufre, como es natural, las repercusiones
lectuales venían criticando el orden establecido y las desigual- de la Guerra de los Cien Años. Y si no se ve directamente arrui-
dades que comportaba. El flamenco van Maerlant había escrito nada por las operaciones militares se ve en cambio agobiada en
en su Wapene Martijn: "Hay dos palabras funestas en el mundo: igual medida por una fiscalía aplastante, las devaluaciones de la
lo mío y lo tuyo. Si pudieran ser suprimidas reinaría en todas libra y la guerra civil que desatan las derrotas en el continente y
partes la paz y la concordia. Hombres y mujeres serían libres y el general descontento. Pero es indudable que simultáneamente
dejaría de haber esclavos, todo sería común, el trigo y el vino... se va orientando bajo el mando de los más clarividentes de sus
Los bienes abundan; es preciso hacerlos propiedad común y reyes, hacia una mejor utilización de sus posibilidades industria-
hacer que los pobres se beneficien de ellos. Así cesarían las les y comerciales. En lugar de vender su lana empieza a traba-
guerras y el alma se lavaría y se purificaría de pecado". En var- jarla ella misma y a exportar paños. Después descubre el mar y
ios países, especialmente en Inglaterra, estas teorías que las presiente que está llamada a la expansión por este camino. Pero
desgracias de la época revisten de especial seducción y cuya no se halla sino en los primeros tramos de tan prometedoras
propaganda hacen varias sectas, penetran, en el siglo XIV, en vías. A fines de la Edad Media las grandes potencias económi-
grandes sectores de población y las preparan para su rebelión cas siguen siendo las ciudades de los Países Bajos, de Italia y
contra las clases rectoras. del Báltico.

De las diferentes regiones de Occidente es Francia la más afec- Las primeras, verdad es, tienen también serios problemas. Du-
tada por todos estos males. No sufre conmociones sociales: el rante la última fase de la Edad Media la competencia en el campo
apoyo que el rey presta a los patricios de las ciudades evita las de su industria básica, la pañería, se hace más reñida que nunca,
revueltas que en las ciudades de las regiones vecinas enfrentan y que en ninguna otra industria. En todas partes se equipan o
a "pequeños" y "grandes" o, según la expresión italiana, "flacos" aparecen centros productores de pañería, unos allí mismo en las
y "gruesos", y el único movimiento campesino que estalla, la propias ciudades de Flandes y otros al este de Anglia, Florencia,
Jacquerie de 1358, un fenómeno demasiado local, puede ser rá- Normandia y en varios otros lugares. Dificultada por reglamentos
pidamente sofocado y no causar grandes estragos. Pero a par- que se empeña en mantener y que incluso va haciendo más in-
tir de Felipe el Hermoso se convierte en la tierra elegida de las transigentes, la "vieja pañería" flamenca lucha penosamente con
especulaciones monetarias. Y con los Valois especialmente, se esas jóvenes rivales que poseen mayor libertad de movimientos y
vuelve teatro de una lucha inaudita, la Guerra de los Cien Años, que están en mejores condiciones de adaptarse a las fluctuacio-
en la que hordas de mercenarios licenciados, "caminantes" y nes del gusto. El aprovisionamiento de materia prima es otra preo-
más tarde "desolladores" completan la obra de destrucción y cupación. A veces, por motivos políticos su proveedora habitual,
muerte de los ejércitos regulares. Para colmo la inseguridad Inglaterra, cesa en sus entregas de lanas. Y lo que es peor aún
engendrada por estas catástrofes sumada a los progresos de la pronto comienza a trabajarlas ella misma. Existen otras provee-
navegación aparta de tierras capetas aquellas corrientes co- doras, España sobre todo. Pero sus lanas son más cortas y UNTREF VIRTUAL | 32
ásperas y para trabajarlas sería preciso modificar los procedimien- Azof, en Tana. La ciudad de San Marcos se asegura otros mer-
tos de fabricación, cambio al cual se pliega el país en general, pero cados iniciándose en la sedería y en los vidrios, mientras que en
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no así las grandes villas. Otro handicap para las ciudades es la las orillas del Tirreno se funda, en el año 1407, la Casa di San Edad Media
pérdida sensible del espíritu de empresa de su burguesía. Antaño Giorgio, antecedente de los Bancos modernos. Pero el centro
sus comerciantes recorrían caminos y mares para aumentar sus industrial y financiero de la península es Florencia con sus pa- Léopold Genicot
mercados. Ahora aguardan a que los clientes lleguen hasta ellos. ños, que al final del siglo XIV se pueden parangonar con los de
En fin, las dificultades económicas se suman a luchas sociales de Flandes, y con sus Compañías de las cuales la de los Médicis
enorme violencia. Oprimidos por los capitalistas que se han arro- es la más célebre. Recogiendo y perfeccionando las innovacio-
gado el monopolio de los cargos públicos así como el del comer- nes técnicas del siglo XIII, especialmente el empleo de la escri-
cio de exportación, los artesanos se sublevan contra ellos. Des- tura y la contabilidad, los hombres de negocios se permiten
pués, victoriosos, se despedazan entre ellos hasta el año 1386. establecerse en un lugar determinado y actuar por medio de co-
rresponsales en vez de hacer en persona desplazamientos ince-
En tales condiciones las grandes ciudades flamencas entran en santes con lo que también multiplican las posibilidades. Estas
decadencia. Una de ellas, Ypres, languidece ya en el año 1300. poderosas sociedades familiares que poseen filiales en todas
Gante resiste mejor y figura, hasta el fin de la Edad Media, entre las plazas importantes hacen fructificar sus fondos de numerosas
las villas más activas de Occidente, ya que posee tal maestría y maneras: comercio, préstamos, cobro de impuestos, cambio, se-
notoriedad que sus jóvenes competidoras no alcanzan en al- guros marítimos. Y cuando no se dejan arrastrar a operaciones
gunos años a igualarla y mucho menos a eclipsarla. Además se imprudentes por su espíritu de especulación sacan beneficios
halla muy próxima a Brujas y esta villa le ofrece, lo mismo que enormes. Italia, intermediaria obligada entre Oriente y Occidente,
a las ciudades jóvenes de Brabante, gran número de salidas, plena de capital y habilísima en su empleo, detenta en los siglos
pues lejos de declinar, en el siglo XIV la villa del Zwyn se halla XIV y XV una innegable hegemonía sobre la economía de
en su apogeo. Centro natural del comercio maritimo que en- Occidente.
tonces destrona al comercio terrestre, punto de cita obligado de
las galeras del Mediterráneo y de los kogges nórdicos, se halla Sin embargo, su ruina está cercana. Poco a poco se van organi-
convertida en el gran mercado de la época. Y cuando hacia el zando grandes Estados que cuando tengan una política econó-
año 1450 paralizada a su vez por los reglamentos, víctima de un mica adecuada triunfarán con holgura de estas ciudades que
proteccionismo paralizador, le llega el momento de eclipsarse, han preferido permanecer aisladas. También los turcos avanzan:
lo hace ante un puerto vecino que ha crecido durante el último Esmirna, 1320, Nicea, 1331, Tracia, 1362, Tirnovo, 1393, Saló-
siglo del medioevo en un clima de gran libertad: la Amberes nica, 1430. La ruta tradicional hacia Oriente se cierra. 1434, ca-
moderna toma el relevo de la Brujas medieval, como la nieuwe bo Bojador, 1437, las Azores, 1482, el Zaire, 1485, el cabo de
draperie capitalista del país la de la antigua industria urbana y Buena Esperanza, 1497, Calicut; otra ruta se abre, pero parte de
corporativa. La prosperidad no desertará de los Países Bajos. Portugal e inaugura la era de la supremacía del Atlántico sobre
el Mediterráneo.
A pesar de las luchas que frecuentemente les enfrentan y cuya
causa suele ser más económica que política, las grandes ciu- Parecido destino aguarda a las ciudades de la Hansa teutónica,
dades italianas mantienen mejor que las flamencas su adelanto amenazadas por sus disensiones, su conservadurismo y los
sobre el resto del Occidente. Venecia y sobre todo Génova re- progresos de los Estados escandinavos. En el siglo XV aún son
fuerzan el monopolio de su comercio con Oriente y abren nue- las dominadoras del mar del Norte. Pero no lo seguirán siendo
vas oficinas en las islas de Asia Menor en Chios y Lesbos, en el en el XVI. En ese momento las ciudades del sur de Alemania,
mar Negro, en Caffa y Soldaia y hasta en el extremo del mar de estimuladas al final de la Edad Media por la proximidad de Vene- UNTREF VIRTUAL | 33
cia, por su posición a mitad de camino entre el Adriático y el cuanto a la arquitectura civil a la que a mediados del siglo XIII
Báltico y por la iniciación de la explotación minera de Europa dan vigoroso impulso y que después del 1300 lo cubre todo de
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central, superarán con mucho a las hanseáticas. torres de vigilancia, lonjas y ayuntamientos. A fines del siglo XIV Edad Media
y comienzos del siguiente, con el apoyo de los duques de
Así, mientras se va afirmando el absolutismo comienzan a dibu- Borgoña siguen brillando en escultura con un Sluter, y en pintu- Léopold Genicot
jarse los rasgos esenciales de la economía de los tiempos mo- ra con los Van Eyck y con un Dufay en música.
dernos: su clima de capitalismo liberal, sus métodos perfeccio-
nados de crédito, sus centros, Amberes, Inglaterra y el Atlántico. Por lo demás, sea cualquiera la actividad de esos centros y de
Pero se van dibujando lentamente. Hasta mediados del siglo XV otros menos importantes, las producciones científicas y litera-
Florencia y Brujas continúan siendo los polos comerciales de rias, ya que no artísticas, desde el año 1300 escasean más que
Occidente y una reglamentación cada vez más estricta frena las anteriormente. En todo caso las obras maestras se vuelven ra-
iniciativas y agrava los males que pretende curar. El fin de la ras. La media de los siglos XIV y XV resulta mediocre por com-
Edad Media, asolado por luchas políticas, también es entorpeci- paración con la de los siglos XII y XIII. Efecto en gran parte de
do por dificultades económicas y conflictos sociales. la desaparición de ese estimulante por excelencia que es el cre-
cimiento demográfico así como de la amplitud, gravedad y per-
La cultura no puede permanecer insensible a tales modificacio- sistencia de los desórdenes políticos y económicos.
nes del ambiente. Y la refleja tanto en el origen, como en el nú-
mero y características de sus producciones. Éstos no sólo tienen por resultado frenar el movimiento cultural.
Contribuyen también a imprimirle nuevos caracteres. Se reflejan
Francia, empobrecida y asolada, cesa de figurar a la cabeza de la en el pesimismo de ciertos escritores y en la predilección que
civilización occidental y de conducirla hacia nuevos destinos. A muchos artistas sienten por las escenas y los sentimientos paté-
pesar del interés que por artes y letras sienten los Valois, Francia ticos. Y de una manera general, parcialmente por culpa de estas
va perdiendo color poco a poco ante Italia o los Países Bajos, re- causas tantas obras de la época están faltas de equilibrio, aquel
giones más ricas, regiones de ciudades prósperas y cuya prospe- equilibrio que en tan alto grado presentaban las obras del perío-
ridad es lo bastante antigua como para que su burguesía no ten- do anterior.
ga como único objetivo hacer fortuna. Existe siempre una relación
entre los progresos económicos y el auge intelectual y artístico. Otro rasgo típico de la civilización medieval, la unidad, queda
Cuando nace una ciudad sus habitantes no tienen tiempo de preo- igualmente comprometida por la evolución del medio. Los es-
cuparse en otras cosas aparte la edificación de sus hogares o el fuerzos de los monarcas para crear el Estado y las luchas que
amasar la propia fortuna. Tras algunas generaciones, con la ri- se siguen suscitan o fortifican el sentimiento nacionalista. Los
queza y el porvenir asegurados, conciben ambiciones más nobles habitantes de cada país adquieren conciencia de lo que les es
y aspiran a adornar su existencia con las seducciones del arte y propio y común, la lengua, los intereses materiales o la herencia
del saber. Dante y Villani perciben perfectamente esta evolución de un pasado glorioso. La importancia de las ciudades conver-
del estado de ánimo en sus contemporáneos florentinos en los tidas por su riqueza en los centros de la vida social, confiere por
años entre el 1250 y el 1300. Gracias a ello como a la actuación otra parte un nuevo valor a estos caracteres específicos que
de algunos letrados y al mecenazgo de los Médicis, la ciudad del marcan fuertemente a sus burgueses. En el siglo XV, Occidente
Arno se convierte en la cuna del humanismo. Igualmente ricas de tiende además a fraccionarse en entidades culturales e incluso
antiguo, las ciudades de los Países Bajos disputan tales títulos de religiosas. Son vehementes las protestas de los ingleses contra
gloria a las italianas. Desde luego no en cuanto al renacimiento de las concesiones de beneficios a extranjeros. Las reformas de
una Antigüedad que no dejó huella alguna en su suelo, sino en Órdenes religiosas se operan por congregaciones nacionales. UNTREF VIRTUAL | 34
La herejía de Juan Hus es un asunto checo, el filósofo y sabio
Nicole Oresme escribe en francés, los historiadores Villani y Ló-
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pez de Ayala en italiano y español respectivamente, el místico Edad Media
Suso en alemán, su émulo Ruysbroeck el Admirable, en neer-
landés, el teórico de la política, John Fortescue, en inglés. Y en Léopold Genicot
sus obras suele haber algo más que una mera diferencia de
lengua: una diferencia de pueblo. Por ejemplo ¿cómo no recono-
cer en el monje de Groenendael, ese especulativo que alcanza
las más altas cimas de espiritualidad sin perder el sentido de lo
concreto, un antepasado de los artistas flamencos que al pintar
la realidad con minuciosa exactitud traducen los estados del al-
ma? Así principian civilizaciones distintas que sustituyen a la
civilización única que conoció el siglo XIII. O más exactamente,
sobre un mismo tema se comienza a oír variaciones nacionales.

Interviene en esta evolución otra causa más activa: la decaden-


cia de la autoridad eclesiástica a quien precisamente la cultura
medieval .debió su unidad. Enfrentada con los reyes, ha de en-
frentarse además y por los mismos motivos con los magistrados
urbanos. También éstos pretenden que en materia judicial y fis-
cal el clero quede comprendido en el derecho común y tratar por
sí mismo, sin la ingerencia de los representantes de una poten-
cia extraña a la ciudad todos los negocios que interesen a sus
autoridades: administración, justicia, beneficencia, enseñanza.
Además, con el fin de limitar la influencia del clero y evitar la con-
centración en manos de la Iglesia de excesivos bienes raíces, la
someten a ciertas condiciones o prohíben que las instituciones
religiosas adquieran casas y terrenos intramuros. El crédito de la
Iglesia se ve enormemente afectado por estas medidas.Y se verá
aún más por el comportamiento de la institución en sí: durante
esta última fase de la Edad Media, en efecto, pierde consisten-
cia y prestigio.

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