Fossier analiza la estructura urbana de la Alta Edad Media.

Primero da una serie de

características presentes en algunas ciudades y después analiza los grandes núcleos
urbanos de la época.

En las ciudades había una autoridad, ya sea de un conde o de un obispo, cuyo origen
es la concesión de un privilegio a un grupo ciudadano. Los artesanos se agrupan y
eran agentes de difusión del dinero.

Los alrededores campesinos son fundamentales, la ciudad cuenta con excedentes

que provienen de este sector, los aristócratas invierten los beneficios de las tierras en
la ciudad. Esas tierras están dentro del tejido urbano. Fossier habla de una
exageración que se le dio a la importancia de la presencia de comerciantes, pues lo
más importante es que hubiera un mercado donde los comerciantes pudieran
encontrar un público receptor de sus productos.

El núcleo militar, el castrum, no solo está presente en la ciudad sino que antes estaba
presente en el campo, por eso el autor menciona que no es producto de la ciudad,
como esta tampoco es producto de las invasiones normandas. Las ciudades también
estaban rodeadas de una muralla.

En Italia el autor observa que hay ciudades que surgieron de distinta forma, por
ejemplo como un desplazamiento de un asentamiento. La autoridad pública
estáccxds muy debilitada, solo los normandos en Sicilia pudieron restablecerla. Hay
ciudades- Estado, el poder es de la Iglesia. La aristocracia territorial es dueña de
tierras del campo, poseen hombres de armas y vasallos, algunos de los beneficios del
campo son canalizados en la ciudad. Los mercaderes ayudaron al despertar urbano,
pero para Fossier no son tan importantes como otros autores mencionaron.

En el espacio occitano, no hay un Estado con prestigio universal, la continuidad con

la antigüedad se rompe en los siglos VIII y IX. El clero y la aristocracia con los
elementos que contribuyen al despertar urbano en los siglos X y XI. La ciudad posee
contingentes armados del vizconde u obispo.

En algunas ciudades de la zona los judíos tienen un papel importante en los

intercambios. En el siglo XI se renuevan los poderes episcopales en todas las
diócesis. Los príncipes recuperan el control sobre zonas territoriales más amplia, se
desarrolla el consulado mediante un acuerdo entre comerciantes, caballeros y
autoridad local.
Respecto al mundo ibérico, la autoridad pública fue importante para la
reorganización urbana. Los condes controlan el poder municipal, conceden fueros en
las ciudades. Estas tienen una población de artesanos que se concentran en el siglo
XII, refugiados, colonos, tenderos forman la masa de hombres de la ciudad.
También en la región los judíos tienen un papel importante.

En el norte de Francia las ciudades tienen más homogeneidad y continuación, las

civitates se mantienen en su cinturón romano, se añaden vici. La autoridad local
todavía está pero es de diversa naturaleza, el rey está en varias ciudades pero no
recibe bienes para el fisco de todas ellas. Hay gran desarrollo de las inmunidades
monásticas. El elemento destacado de la región es el catrum, no escapa al control del
príncipe, al lado de ellos hay construcciones donde se alojan la familia condal o
clérigos. El castrum no es una ciudad. La inmigración rural fue la base principal del
despertar urbano.

Alrededor de este hay vici, surgen de la actividad campesina, se desarrollan

alrededor de un monasterio o de sus curtes, hay un mercado donde se intercambian
productos locales.

En la parte del imperio los reyes tienen control sobre las ciudades, pero no residen
en ellas, el obispo es quien los representa. La ciudad atrajo a campesinos sin trabajo,
los hombres de negocio tienen una jurisdicción reservada, se confía a un agente
público la vigilancia del establecimiento, la designación de puntos de venta, control
de precios. Los hombres de armas poseen a menudo bienes en el campo, feudos o
alodios. El castrum, la ciudad antigua y el burgo no están unidos como en otras
regiones, están más aislados unos a otros.

En la zona escandinava el burgo está aislado, los elementos que contribuyeron a

tomar conciencia urbana fueron la asamblea de jefes o comerciantes, ello más
importante que la instalación de una sede episcopal.

Al analizar los centros urbanos, ve que hay elementos diferentes, es decir, las
ciudades de la época no son homogéneas, cada una tiene sus elementos propios. En
las ciudades se encontraban los elementos que el campo no aportaba (tejidos de
calidad, tintes, joyas, etc.), había una diversidad en el artesanado y una apertura al
comercio exterior.