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La oposición

Los grupos ambientalistas como Greenpeace han expresado durante


mucho tiempo su oposición a la liberación de esta agua en el océano.
La ONG dijo que los planes de Japón muestran que el gobierno " falló
una vez más al pueblo de Fukushima".
La industria pesquera del país también se ha opuesto, pues advierten
que los consumidores se negarán a comprar los productos de la
región.
La decisión también ha provocado críticas de los vecinos de Japón.
Antes de que se aprobara el plan, el ministro de Relaciones Exteriores
de Corea del Sur expresó que lamentaba la decisión.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao
Lijian, también instó a Japón a "actuar de manera responsable".
"Para salvaguardar los intereses públicos internacionales y la salud y
seguridad del pueblo chino, China ha expresado su gran preocupación
a la contraparte japonesa a través del canal diplomático", dijo Zhao.
Sin embargo, Estados Unidos ha mostrado otro punto de vista,
diciendo que parece haber "un enfoque de acuerdo con las normas de
seguridad nuclear aceptadas a nivel mundial".
Japón inicia vertimiento de aguas residuales radioactivas en el Océano
Pacífico

El pasado 24 de agosto de 2023, el gobierno japonés inició el vertimiento de aguas residuales


provenientes de la planta nuclear de Fukushima. Dicha medida ha generado diversas reacciones
a nivel internacional, pues mientras que algunos apoyan la medida, otros consideran que es una
decisión contraria al medio ambiente y a los intereses de la industria pesquera de Japón.

El miércoles 23, Tokyo Electric Power (TEPCO), operador de la central nuclear de


Fukushima-Daiichi (noreste de Japón), indicó que transfirió cerca de 1 m3 de esta agua
filtrada para quitarle las sustancias radioactivas y que diluyó esta cantidad con 1.200 m3
de agua de mar.

En el año 2011, Japón sufrió uno de los desastres naturales más grandes de su historia, pues fue
afectado por un terremoto y un tsunami que ocasionó la muerte de miles de personas y enormes
pérdidas materiales. Asimismo, como consecuencia de este desastre, muchas plantas nucleares
fueron destruidas. Entre las principales plantas se encuentran las de Fukushima, que fueron
gravemente afectadas por el suceso. A raíz del incidente, surgieron otros problemas, como
aquellos de índole ambiental, pues nació la preocupación en torno a la liberación de diferentes
elementos radioactivos en el ambiente (CNN, 2023).

Lejos de terminar el debate, hoy en día continua la preocupación respecto al desmantelamiento


de las plantas nucleares, pues una de las mayores problemáticas consiste en determinar la forma
en que se deben tratar las aguas residuales que se encuentran contaminadas con elementos
radioactivos dentro de las plantas (BBC, 2023). Dichas aguas han sido acumuladas durante años
por la empresa TEPCO, la cual se ha encargado a su vez de realizar el tratamiento de las mismas
con el objetivo de descontaminarlas.

En este contexto, el gobierno japonés, en conjunto con la empresa TEPCO, anunció que se dará
inicio al vertimiento de estas aguas residuales en el Océano Pacífico (El Espectador, 2023), pues
afirmó que dicha liberación es necesaria, pues no cuentan con mayor capacidad para su
almacenamiento (FRANCE 24, 2023). Además, no afectará la salud de las personas, ni el
bienestar de los ecosistemas, incluso aseguró que el Organismo Internacional para la Energía
Atómica, adscrito a la ONU, aprobó dicha decisión, considerando que se cumplen con los
estándares mínimos de seguridad.

Por otro lado, diferentes organizaciones ambientalistas, científicos y países, como China, se
opusieron al vertimiento de dichas aguas, pues consideran que aún no existe certeza científica
entorno a los riesgos que podrían surgir como consecuencias del vertimiento. Frente a esta
postura, es importante decir que la industria pesquera japonesa también, en su mayoría, se
opone a la medida, pues cree que esta decisión podría afectar aún más su reputación en el
mercado.

Por último, es relevante mencionar que aquí se encuentran en juego diferentes intereses a nivel
mundial, pues por un lado, tenemos al medio ambiente, que en términos jurídicos se encontraría
protegido por el principio de precaución, pero a su vez, también están en juego los intereses
económicos y la reputación comercial de la industria pesquera japonesa, que podría verse
afectada por políticas estatales que impidan la comercialización de sus productos en el exterior.
En este sentido, es importante analizar de manera crítica los diferentes estudios sobre los efectos
de dicho vertimiento, pues si realmente existen riesgos, se deberían analizar otras posibilidades
de liberación de dichas aguas, con la finalidad de no poner en riesgo la salud humana y el
bienestar de los ecosistemas marinos.

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