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RELACIONES AGUA - SUELO – PLANTA

El agua es sin duda alguna uno de los elementos más importantes para
nosotros, hasta el punto de que toda forma de vida conocida hasta el momento no
hubiese sido posible sin su existencia. Forma parte de todas y cada una de las
células de nuestro cuerpo, y debemos beber con frecuencia con el fin de poder
sobrevivir.
La importancia del agua es capital, pero más allá de ello lo cierto es que este
elemento tiene diferentes propiedades de interés a nivel científico. Es por ello que
a lo largo de este artículo vamos a ver una breve exposición de algunas de las
principales propiedades físicas y químicas del agua.

Propiedades físicas y químicas del agua


Estas son algunas de las propiedades de este elemento, algunas de ellas
altamente conocidas por la mayoría de personas y otras más técnicas y menos
tenidas en cuenta.
1. Es incolora
Si bien cuando vemos el mar o un río nos puede parecer que el agua puede tener
un color azulado-verdoso o a veces amarronado, ello es debido a la manera en
que refleja la luz y a que absorbe con mayor facilidad longitudes de onda
cortas (con lo que resulta más sencillo que a nuestros ojos aparezca en
tonalidades azuladas). Sin embargo no podemos percibir en ella ningún color (a
menos que esté mezclada con otra sustancia), siendo transparente para nuestra
vista.
2. No tiene sabor ni olor
El agua es una sustancia que, al contrario que otras, no posee por sí misma un
sabor o un olor determinados. En caso de que el agua nos sepa a algo es
porque ha sido adulterada de alguna forma (por ejemplo añadiéndole
saborizantes) o porque al llegar a nosotros ha arrastrado partículas de otros
elementos (por ejemplo frutas u otros alimentos, minerales, cal, plástico o
contaminantes).
3. Se encuentra en la naturaleza en los tres estados
Existen muchas sustancias que son complicadas de encontrar en la naturaleza
más allá de en un estado concreto de la materia. Sin embargo en el caso del agua
podemos observarla fácilmente en cualquiera de los estados: el agua líquida de
los mares, ríos y de la lluvia, en forma gaseosa puede observarse como vapor de
agua y en forma sólida puede encontrarse como hielo y nieve.
4. Posee una temperatura de transformación fija
A pesar de que el agua puede estar mezclada con otras sustancias, lo cierto es
que a un nivel físico podemos contemplar cómo este elemento siempre se
evapora o se congela a la misma temperatura, con un punto de congelación a
los 0ºC y de ebullición a los 100ºC.
5. Compuesto y no elemento
Aunque desde la antigüedad se ha pensado en el agua como uno de los
elementos básicos, lo cierto es que tal y como nos indica su fórmula química,
H2O, no estamos ante un elemento en sí sino ante un compuesto en que cada
molécula está formada por dos átomos de hidrógeno unidos a una átomo de
oxígeno.
6. Es un disolvente
Tal vez la palabra disolvente suele ser utilizado a nivel popular para otro tipo de
sustancias, pero lo cierto es que a nivel químico el agua sí actúa como tal. Y es
que muchas sustancias se disuelven en contacto con H2O, siendo el agua
capaz de cambiar su estructura y propiedades.
De hecho, es un disolvente casi universal de sustancias polares (es decir de
aquellas sustancias cuyas moléculas tienen un polo positivo en un extremo y otro
negativo en el otro), como el alcohol o las sales. Fuera de reacciones químicas de
laboratorio, esta propiedad resulta indispensable para explicar por ejemplo el
funcionamiento de las células vivas de nuestro organismo.
7. Posee una carga eléctrica neutra
Los átomos de una molécula de agua tienen una carga eléctrica neutra, aunque
ello no quiere decir que sus componentes no tengan carga sino que por lo general
esta se encuentra equilibrada. Por lo general cada molécula consta con una
decena tanto de protones como de electrones, en la que los electrones se
concentran cerca del oxígeno. Así, alrededor del oxígeno la carga eléctrica
tiende a ser algo más negativa, mientras que cerca del hidrógeno es más
positiva.
8. Densidad estable
De igual forma que los puntos de congelación y ebullición suelen ser fijos, el agua
también se caracteriza por mantener una densidad muy estable
independientemente de su situación ambiental. Un agua pura y sin ningún otro
componente (es decir, destilada) tiene una densidad de 1 kg/l.
Sin embargo, normalmente cuando está en estado líquido a temperatura de
alrededor de 20ºC tiene una densidad de 0,997-0,998 kg/l. En el caso del hielo,
su densidad suele ser de 0,917 Kg/l.
9. Difícil de comprimir
Comprimir un determinado volumen de agua es altamente complejo (si bien no
imposible), dado que esta sustancia posee un elevado nivel de cohesión (es decir
que sus moléculas tienen una alta capacidad de permanecer unidas entre sí
debido a la fuerte unión que realizan).
10. Se adhiere
El agua moja. Esta frase, aunque nos puede parecer obvia e incluso ridícula, nos
está hablando de otra de las propiedades físicas del líquido elemento: la
capacidad de adherirse a otras superficies y materiales.
11. Baja conductividad eléctrica
Probablemente hayamos oído en alguna ocasión de alguien que ha muerto
electrocutado o sufrido algún accidente doméstico al entrar en contacto el agua
con algún elemento eléctrico. Como la mayoría sabe, este tipo de accidentes son
algo muy real y peligroso.
Sin embargo hay que tener en cuenta que el responsable en sí no es realmente el
agua, sino las diferentes sales y otros componentes que lleva con ella. De
hecho, el agua destilada o pura no es conductora de la electricidad sino aislante,
dado que no posee electrones libres que puedan conducirla.
Ahora bien, es importante remarcar que estamos hablando de agua destilada en la
que no hay nada más que moléculas de agua: el agua que bebemos, con la que
nos duchamos y bañamos y la que encontramos en ríos y mares sí conduce la
electricidad ya que contiene una gran cantidad de minerales y otros componentes
con potencial conductor.
12. Ph relativamente neutro
Otra característica del agua es que en general y por término medio suele tener un
pH neutro o casi neutro, oscilando su pH entre 6,5 y 8,5 (un pH totalmente neutro
sería de 7). Esto implica que por lo general el agua puede ser ligeramente ácida
o ligeramente básica, pero salvo que se manipule su grado de acidez o se
mezcle con otras sustancias las moléculas de agua puras suelen ser
prácticamente neutras.
13. Participa en múltiples reacciones químicas
Otro aspecto a tener en cuenta del agua es su elevado nivel de interacción con
otros elementos, de tal manera que produce diferentes reacciones químicas y
entra a formar parte de diferentes procesos o sustancias.
Por ejemplo, como ya hemos visto, es capaz de disolver sustancias polares, así
como de reaccionar con óxidos básicos y ácidos para formar compuestos como el
hidróxido de calcio o el ácido sulfúrico. También puede generar diversas
reacciones sobre diversos tipos de metales, y participa en procesos como la
oxidación o la creación de hidratos.
14. Elevada tensión superficial
Esta propiedad hace referencia a la fuerza necesaria para vencer la fuerza de
atracción entre moléculas de agua a nivel de superficie.
Su elevado valor (En el caso del agua tiene un valor de 72,8 dina/cm) hace que
por lo general cuando estamos ante una superficie de agua en calma esta tienda a
permanecer estable, algo que hace difícil romper su forma sino se aplica una
fuerza considerable. Es por ello que las hojas u otros objetos suelen flotar encima
sin generar una alteración excesiva en la forma de la superficie.
15. Regula la temperatura
Otra interesante y conocida propiedad del agua es su capacidad para regular la
temperatura. Y es que el agua es capaz de retener el calor, algo que provoca que
se enfríe más lentamente que otras sustancias. Asimismo, también tarda más en
calentarse. Un ejemplo lo vemos en el efecto que tiene el mar sobre la
temperatura de la costa, por lo general más moderada que en el interior.

CALIDAD DEL AGUA DE RIEGO PARA AGRICULTURA


La Calidad del Agua de Riego para agricultura es muy importante y afecta a la
planificación del riego y sistema de regadío.
Gran parte de los nutrientes para las plantas se encuentran en el suelo en forma
de sales que, disueltas en el agua que éste contiene, pueden ser absorbidas por
las raíces.
Las sales que hay en el suelo tienen diversos orígenes: desde la
descomposición de las rocas, la entrada del agua del mar en zonas costeras
(llamada intrusión marina), la aplicación excesiva de fertilizantes o el uso de un
agua de riego salina.
Cuando la concentración de sales solubles en el suelo es normal no suelen existir
problemas para que el cultivo se desarrolle correctamente, sin embargo cuando es
excesiva el crecimiento puede verse disminuido.
En sistemas de regadío, el uso de aguas de riego salinas supone el riesgo de
salinizar el suelo y en muchos casos puede provocar una disminución en la
producción del cultivo.
Además de estos, otros problemas importantes que pueden ocasionarse son
de toxicidad para las plantas, de infiltración del agua en el suelo y
de obturaciones en sistemas de riego localizado.
Mediante la realización de los análisis oportunos se podrá conocer la calidad del
agua de riego con bastante precisión.
Este es un objetivo fundamental antes de la implantación de un regadío, ya que
existen numerosos aspectos que es preciso determinar en función de la calidad
del agua como aquellos relacionados con la elección del sistema de riego o
el cultivo a establecer, los componentes de la instalación de riego o el tipo
de tratamientos que es preciso realizar al agua para poder regar con ella.
Otros aspectos como el dimensionamiento de la red de drenaje se pueden
conocer una vez que se haya analizado la calidad del agua de riego y se conozcan
las necesidades de lavado. Además de constituir un importante criterio de
elección, la calidad del agua de riego y en particular el contenido de sales, es un
indicador necesario para un manejo del riego y balance de sales en la zona de
raíces adecuados y evitar en lo posible los problemas indicados anteriormente.
La calidad del agua de riego es un factor muy importante a la hora de tomar
decisiones sobre la elección del sistema de riego, determinación de los
componentes de la instalación y del propio manejo del riego y del cultivo con
objeto de evitar problemas de salinidad, infiltración del agua en el suelo, de
toxicidad para las plantas u otros derivados de las obturaciones en sistemas de
riego localizado.
El agua de riego siempre lleva sales disueltas que son aportadas al suelo, lo que
en ocasiones provoca un aumento de la salinidad del suelo y hace que las plantas
encuentren mayor dificultad para absorber el agua.
Es necesario conocer la cantidad de sales disueltas, lo cual puede hacerse
usando un conductivímetro para medir la conductividad eléctrica o bien mediante
un análisis en laboratorio para que, en función del contenido de sales, se
establezcan diversas estrategias de manejo.
El boro, sodio y el cloruro son las sales que pueden dar origen a mayores
problemas de toxicidad en las plantas. Suelen ser más sensibles las plantas
leñosas que las anuales y los síntomas que aparecen en las plantas dependen de
la sal que esté provocando la toxicidad.
Pueden darse problemas de infiltración del agua cuando se superan determinados
niveles de contenido de sodio en el suelo con relación a los de calcio y magnesio,
lo que se conoce como relación de adsorción de sodio.
Para evaluar de forma conjunta la calidad del agua para el riego suelen
establecerse algunos criterios en función del contenido de sales y de la relación de
adsorción de sodio.
El lavado de sales es una práctica muy frecuente para evitar que la concentración
de sales en la zona de raíces sea excesiva. Consiste en aplicar una cantidad extra
de agua con el riego para disolver las sales y permitir que pasen hacia zonas más
profundas del suelo.
EL SUELO
Comúnmente llamamos suelo a la porción más superficial de la corteza
terrestre, constituida en su mayoría por residuos de roca provenientes de
procesos erosivos y otras alteraciones físicas y químicas, así como de materia
orgánica fruto de la actividad biológica que se desarrolla en la superficie.
El suelo es la porción más visible del planeta, en donde sembramos las cosechas,
edificamos nuestras casas y enterramos a nuestros muertos. Se trata de una
superficie sumamente variada y multiforme, sobre la cual se producen los
fenómenos climáticos como la lluvia, el viento, etc.
De igual manera, el suelo es escenario de complejos procesos químicos y físicos,
así como de un ecosistema subterráneo de pequeños animales y abundantes
microorganismos, cuya presencia impacta directamente en la fertilidad del mismo.
Los suelos se forman por la destrucción de la roca y la acumulación de
materiales distintos a lo largo de los siglos, en un proceso que involucra
numerosas variantes físicas, químicas y biológicas, que da como resultado una
disposición en capas bien diferenciadas, como las de un pastel, observables en
los puntos de falla o fractura de la corteza terrestre.
2. Cómo está compuesto el suelo?
El suelo está compuesto por ingredientes sólidos, líquidos y gaseosos, tales como:
 Sólidos. El esqueleto mineral del suelo se compone principalmente de
rocas, como silicatos (micas, cuarzos, feldespatos), óxidos de hierro
(limonita, goetita) y de aluminio (gibbsita, boehmita), carbonatos (calcita,
dolomita), sulfatos (aljez), cloruros, nitratos y sólidos de origen orgánico u
orgánico-mineral, como los distintos tipos de humus.
 Líquidos. Abunda el agua en el suelo, pero no siempre en estado puro
(como en los yacimientos) sino cargada de iones y sales y diversas
sustancias orgánicas. El agua en el suelo se desplaza por capilaridad,
dependiendo de lo permeable del suelo, y trasporta numerosas sustancias
de un nivel a otro.
 Gaseosos. El suelo presenta varios gases atmosféricos como el oxígeno
(O2) y dióxido de carbono (CO2), pero dependiendo de la naturaleza del
suelo puede tener también presencia de hidrocarburos gaseosos como el
metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Los gases del suelo son
tremendamente variados.

CARACTERISTICAS DEL SUELO


Las propiedades y características del suelo son enormemente variadas, de
acuerdo al tipo de suelo y a la historia particular de la región donde se encuentra.
Pero a grandes rasgos podemos identificar las siguientes características:
 Variabilidad. Los suelos presentan por lo general componentes poco
homogéneos en su tamaño y constitución, por lo que a pesar de mostrarse
como una mezcla homogénea, en realidad poseen rocas y elementos de
diverso tamaño y diversa naturaleza.
 Fertilidad. La posibilidad de los suelos de albergar nutrientes derivados del
nitrógeno, azufre y otros elementos de importancia para la vida vegetal, se
llama fertilidad y está relacionada con la presencia de agua y materia
orgánica, y con la porosidad del suelo.
 Mutabilidad. Si bien los procesos de cambio del suelo son a largo plazo y
no podemos constatarlos de manera directa, es verdad que se encuentran
en constante mutación física y química.
 Solidez. Los suelos presentan distintas propiedades físicas, entre ellas la
solidez y la textura: existen algunos más compactos y rígidos, otros más
maleables y blandos, dependiendo de su historia geológica particular.
4. Tipos de suelos
Existen diversos tipos de suelo, cada uno fruto de procesos distintos de formación,
fruto de la sedimentación, la deposición eólica, la meteorización y los residuos
orgánicos. Pueden clasificarse de acuerdo a dos distintos criterios, que son:
Según su estructura. Podemos hablar de:
 Suelos arenosos. Incapaces de retener el agua, son escasos en materia
orgánica y por lo tanto poco fértiles.
 Suelos calizos. Abundan en minerales calcáreos y por lo tanto en sales, lo
cual les confiere dureza, aridez y color blanquecino.
 Suelos humíferos. De tierra negra, en ellos abunda la materia orgánica en
descomposición y retienen muy bien el agua, siendo muy fértiles.
 Suelos arcillosos. Compuestos por finos granos amarillentos que retienen
muy bien el agua, por lo que suelen inundarse con facilidad.
 Suelos pedregosos. Compuestos por rocas de distintos tamaños, son muy
porosos y no retienen en nada el agua.
 Suelos mixtos. Suelos mezclados, por lo general entre arenosos y
arcillosos.
Según sus características físicas. Podemos hablar de:
 Litosoles. Capas delgadas de suelo de hasta 10cm de profundidad, con
vegetación muy baja y también llamado “leptosoles”.
 Cambisoles. Suelos jóvenes con acumulación inicial de arcillas.
 Luvisoles. Suelos arcillosos con una saturación de bases del 50% o
superior.
 Acrisoles. Otro tipo de suelo arcilloso, con saturación de bases inferior al
50%.
 Gleysoles. Suelos de presencia de agua constante o casi constante.
 Fluvisoles. Suelos jóvenes de depósitos fluviales, por lo general ricos en
calcios.
 Rendzina. Suelos ricos en materia orgánica sobre piedra caliza.
 Vertisoles. Suelos arcillosos y negros, ubicados cerca de escurrimientos y
pendientes rocosas.

EL SISTEMA AGUA – SUELO


RELACIÓN SUELO-PLANTA-AGUA
El suelo, compuesto por agua, aire, material inorgánico y materia orgánica es el
principal sustrato para producir nuestros alimentos. Conocer su conformación y
funcionamiento nos permite realizar un manejo más adecuado.
Aproximadamente, los suelos contienen un 25% de agua, un 25% de aire, hasta
un 5% de materia orgánica y el restante 45% son minerales con distintas
características.
Las partículas sólidas del suelo, dejan espacios (porosidad) que son ocupados por
agua y aire en forma variable en el tiempo
Estos sólidos se distinguen y clasifican por sus tamaños. Cada uno de ellos
genera distintas propiedades al suelo de acuerdo a la proporción en la que se
presenta. Esta combinación de proporciones de arena, limo y arcilla se denomina
“textura”.
Existen doce clases texturales que pueden observarse en la Figura 3. Así, por
ejemplo, un suelo con un contenido de 40% de limo, 60% de arena y 50% de
arcilla es de textura arcillosa.

ESTRUCTURA Y PROPIEDADES DEL AGUA


Las propiedades del agua radican en su estructura molecular, que difiere de
compuestos hidruros tales como H2S, H2Se y H2Te, pertenecientes al grupo VI A
de la Tabla Periódica, al que pertenece el oxígeno (Tabla I).

Propiedades periódicas de los hidruros del grupo VI A en


comparación con el agua.
Compuesto Peso Molecular Punto de Punto de Ebullición
Congelación ° °C
C
H2Te 129,63 -51 -4
H2Se 80,98 -64 -42
H2S 34,08 -83 -62
H2O 18,02 0,0 + 100

Debido a sus extraordinarias propiedades, es el solvente universal. Existen muy


pocas sustancias que no sean solubles en agua. La molécula de agua está
formada por dos átomos de hidrógeno (H) unidos a un átomo de oxígeno (O) por
dos enlaces covalentes. Debido a la fuerte atracción del núcleo de oxígeno por el
hidrógeno, los electrones de los átomos de hidrógeno se distorsionan, dejando la
región alrededor de estos con una carga parcial positiva. El ángulo de enlace entre
los hidrógenos es de 105°. El átomo de oxígeno atrae con más fuerza los
electrones de cada enlace, concentrando una carga parcial negativa. El resultado
es que la molécula de agua aunque tiene una carga neutra , presenta una
distribución asimétrica de sus electrones , lo que la convierte en una molécula
polar. Por eso la molécula de agua se comporta como un dipolo, con una fuerte
separación de carga positiva y negativa. Debido a la polarización , el agua
comparte sus hidrógenos con el oxígeno de otras moléculas de agua, lo que
produce una atracción dipolo-dipolo denominada enlace de hidrógeno.

Debido a sus extraordinarias propiedades, es el solvente universal. Existen muy


pocas sustancias que no sean solubles en agua. La molécula de agua está
formada por dos átomos de hidrógeno ( H ) unidos a un átomo de oxígeno ( O )
por dos enlaces covalentes. Debido a la fuerte atracción del núcleo de oxígeno por
el hidrógeno, los electrones de los átomos de hidrógeno se distorsionan, dejando
la región alrededor de estos con una carga parcial positiva. El ángulo de enlace
entre los hidrógenos es de 105° . El átomo de oxígeno atrae con más fuerza los
electrones de cada enlace, concentrando una carga parcial negativa. El resultado
es que la molécula de agua aunque tiene una carga neutra , presenta una
distribución asimétrica de sus electrones , lo que la convierte en una molécula
polar. Por eso la molécula de agua se comporta como un dipolo, con una fuerte
separación de carga positiva y negativa. Debido a la polarización , el agua
comparte sus hidrógenos con el oxígeno de otras moléculas de agua, lo que
produce una atracción dipolo-dipolo denominada enlace de hidrógeno.
La fuerza de un enlace de hidrógeno entre moléculas de agua es
aproximadamente 4 Kcal.mol-1 . Un grupo de moléculas de agua describe un
tetraedro alrededor del oxígeno, en la que la parte positiva de una molécula de
agua se orienta hacia la parte negativa de una molécula de agua vecina.
Las propiedades extraordinarias de la molécula de agua, están dadas por la
formación de enlaces o puentes de hidrógeno. Por ejemplo, el agua tiene una alta
tensión superficial causada por la cohesión de las moléculas de agua, lo que
mantienen las moléculas unidas con mucha fuerza. Así mismo, el agua tiene un
calor específico elevado de 1° C ( el calor específico, es la cantidad de calor
necesaria para elevar un grado centígrado un gramo de agua), tiene un elevado
calor latente de vaporización de 582 calorías x gramo a 25 °C ( calor latente de
vaporización, es la cantidad de calor requerida paras convertir un gramo de agua
en un gramo de vapor) y un calor latente de fusión alto que a 0° C es de 80
calorías( calor latente de fusión, es la cantidad de calor necesaria para convertir
un gramo de sólido, en su punto de congelación en un gramo de líquido a la
misma temperatura).
El agua se hace menos densa cuando se congela. El agua liquida se contrae al
enfriarse, pero cuando alcanza los 4° C se dilata. Esto cae en el ámbito de la
experiencia diaria. Sabemos que los cubitos de hielo flotan en un vaso de agua y
que los témpanos de hielo flotan en los océanos. Si el agua no se dilatara al
congelarse, continuaría congelándose a partir del fondo, impidiendo la vida en el
fondo del mar; sin embargo al comportarse como lo hace el agua más densa a 4°
C se hunde, desplazando el agua más fría hacia la superficie, permitiendo la vida
en el mar.

MOVIMIENTO DEL AGUA


Las moléculas de agua se encuentran en un movimiento continuo al azar. Como
resultado de este movimiento migran las moléculas por difusión. La difusión es un
proceso muy importante para los organismos vivos. La fotosíntesis depende de la
difusión de ;así mismo la de vapor agua por transpiración es un proceso difusivo .
La absorción de los minerales de la solución del suelo por las raíces en parte
depende de la difusión; así mismo todo los proceso químico, incluyendo los
catalizados por enzimas dependen de colisiones producidas por moléculas que
difunden.
Difusión. Es el movimiento de moléculas a lo largo de un gradiente de
concentración, debido a la agitación térmica aleatoria. Es el movimiento de
moléculas de zonas de mayor concentración a zonas de menor
concentración, hasta que se alcanza la condición de equilibrio, se puede
definir también como el movimiento neto de moléculas de regiones de alta
energía libre hacia regiones de energía libre baja.
ÓSMOSIS Y PRESIÓN OSMÓTICA
ÓSMOSIS. Es una forma especial de difusión, en la que el solvente agua se
mueve a través de una membrana de permeabilidad selectiva, de una zona de
potencial hídrico alto a una zona de potencial hídrico bajo. En el caso de
movimiento de agua al interior de una célula vegetal, la ósmosis implica una
combinación de difusión a través de la bicapa de la membrana y flujo de masas a
través de los poros de la membrana. Esos poros están formados
por acuaporinas, proteínas integrales que forman canales selectivos al agua a
través de la membrana. La ósmosis es un proceso pasivo, por lo tanto no
utiliza energía metabólica.
Si tenemos dos disoluciones acuosas de distinta concentración separadas por una
membrana selectivamente permeable (deja pasar el agua pero no el soluto), se
produce el fenómeno de la ósmosis que sería un tipo de difusión pasiva
caracterizada por el paso de agua a través de la membrana semipermeable desde
la solución más diluida (hipotónica) a la más concentrada (hipertónica), la difusión
continuará hasta que las dos soluciones tengan la misma concentración
(isotónicas o isoosmóticas).

Potencial hídrico. Sabiendo que la difusión de agua no ocurre entre sistemas con
el mismo potencial hídrico, el método más simple para su determinación, es hallar
la solución de un potencial hídrico conocido, en la que las células vivas no
muestren ni endósmosis ni exósmosis o sea encontrar la solución en la cual las
células no se contraigan ni se hinchen. Esto se puede lograr midiendo la longitud
de células o tejidos.
Un método rápido de medir el potencial hídrico de pedazos grandes de tejidos,
tales como ramas y hojas es utilizando la cámara de presión de Scholander. La
cámara de presión mide la presión hidrostática negativa (tensión) que existe en el
xilema de muchas plantas. Se asume que el potencial hídrico del xilema es muy
cercano al potencial hídrico promedio de todo el órgano. En ésta técnica, se
separa de la planta el órgano a ser medido, se introduce en una cámara de
presión sellada, se aplica una presión con N2 comprimido, hasta que el agua en el
xilema aparece de nuevo en la superficie cortada. La presión necesaria para
restaurar la columna líquida, se llama presión de balance. La presión de balance
es igual en magnitud pero de signo contrario, a la tensión que existía en el xilema,
antes de cortar el órgano.
TRANSPIRACION
Transpiración en las plantas. Es la pérdida de agua desde los órganos aéreos
en forma de vapor, es una consecuencia natural de las características
anatómicas fundamentales de las plantas. Las células del parénquima o
mesófilo acuoso tienen una superficie húmeda en contacto con los espacios
intercelulares y estos a su vez se comunican con el medio exterior a través
de los estomas, de manera que el agua de las células del mesófilo que se
evapora pasa al aire a través de los espacios intercelulares, y por otra parte
el agua perdida por el parénquima foliar es remplazada por la que llega
procedentes de las raíces a través de los vasos conductores del xilema.

MÉTODOS PARA MEDIR LA TRANSPIRACIÓN


La determinación cuantitativa de la transpiración se ha realizado a través del
tiempo por distintos métodos, cada uno de los cuales han tenido algún
inconveniente o al menos ha estado limitado en condiciones específicas. Entre los
métodos utilizados para medir la transpiración se encuentran:
 Método de pesada de plantas completas.
 Método de pesada de partes separadas de la planta.
 Método del potómetro.
 Método del cloruro de cobalto.
 Método de recolección del vapor de agua de la transpiración.

LA EVAPOTRANSPIRACIÓN?
La circulación del agua entre los océanos, la tierra, la atmósfera y la biosfera es
uno de los ciclos más importantes de la tierra y se denomina ciclo hidrológico. El
agua cae del cielo como precipitación (lluvia, nieve, etc.). La mayor parte cae
sobre los océanos (78%) y el resto cae sobre la tierra, donde parte del agua es
absorbida por las plantas, mientras que el resto forma ríos o se sumerge
profundamente en el suelo hasta los depósitos de agua subterránea. La
evapotranspiración es el proceso que mueve el agua a la atmósfera. La pérdida de
agua de la superficie terrestre por evaporación y las plantas por transpiración son
los dos procesos responsables de la evaporación.
LOS MÉTODOS DE EVAPOTRANSPIRACIÓN
La evaporación denota la conversión de agua líquida en vapor de agua y la
consiguiente pérdida de la primera de la superficie de evaporación. La radiación
directa de la temperatura del sol y del aire hace que el agua cambie a su forma de
vapor. A medida que la temperatura aumenta, se evapora más agua. Sin embargo,
si aumenta la humedad (o la cantidad de vapor de agua presente) en el aire
circundante, la evaporación disminuye. Si hay viento, mueve este aire cargado de
vapor de agua mientras el aire seco toma su lugar. Por lo tanto, a mayor velocidad
del viento, mayor es la tasa de evaporación. La transpiración es el proceso por el
cual el agua contenida en los tejidos vegetales se pierde en la atmósfera por el
proceso de evaporación.

FRECUENCIA DE RIEGO CON FINES DE PLANIFICACIÓN


La zona de raíces del cultivo va a determinar una reserva hídrica subterránea a
partir de la cual la planta extraerá el agua. Al inicio de la temporada, las cosechas
tienen unas raíces poco profundas que requieren pequeños riegos pero
frecuentes. Pero a medida que la planta crece y las raíces se van haciendo más
profundas, sus necesidades de agua aumentan.

Conociendo la tipología del suelo, la capacidad de retención de agua en las raíces,


el uso hídrico diario, la eficiencia de bombeo del sistema y las condiciones
climáticas, se ajustará la cantidad de agua aplicada en función de las necesidades
hídricas del cultivo.

El uso de agua del cultivo debe repartirse según la eficiencia del sistema. Las
necesidades hídricas futuras se pueden conocer mediante las previsiones
meteorológicas. Con temperaturas altas y viento, aumenta la cantidad de agua
necesaria. Mantener el perfil del suelo con agua sin pérdidas excesivas en el
riego, permitirá prevenir el estrés hídrico y la pérdida de rendimientos, evitando
momentos puntuales de alto consumo de agua que superen la capacidad
del sistema de riego. Toda cantidad de agua superior a la capacidad de retención
del suelo no se puede considerar porque no estará disponible para la planta,
debido a la lixiviación.

La cantidad de lluvia puede variar de un lado a otro del campo. Deberían


colocarse pluviómetros en diferentes puntos para medir las precipitaciones y
obtener datos del promedio.
Las precipitaciones futuras deben tenerse en cuenta para evitar un exceso de
riego, especialmente en las áreas donde el riego se utiliza como complemento a
las lluvias. Las agencias meteorológicas estiman las lluvias previsibles en largos
periodos de tiempo. Esto permite plantear cuándo se puede detener el riego sin
afectar al rendimiento del cultivo.

Cultivo Etapa del cultivo en la que puede pararse el riego


Mantener un crecimiento continuo, parando con fuertes
Alfalfa
heladas
Con los granos completamente formados; 95-100 días tras
Maíz
emerger la planta
Con formación completa de la vaina; 70-75 días después de
Guisantes
emerger
Patatas 1 ó 2 semanas antes de cosechar
Con los primeros amarillamientos y caída temprana de la hoja
Soja
90-95 días después de emerger la planta
Remolacha
1 ó 2 semanas antes de cosechar
azucarera
Con el trigo completamente maduro; 75-80 días después de
Trigo de primavera
emerger la planta
Trigo de invierno Con el trigo completamente maduro

Meteorología y su efecto en la programación del riego

El uso diario de agua en el cultivo puede calcularse a partir de datos


meteorológicos. En muchos casos, los cálculos son lo suficientemente precisos
para ayudar en la planificación de riegos. En general, los procedimientos de
cálculo se pueden dividir en tres grupos:

1. Cálculos basados únicamente en la temperatura


2. Cálculos basados en la radiación solar y la temperatura
3. Cálculos basados en la temperatura, la radiación, el viento y la humedad

Cuanto más complejo sea el cálculo, mayor será la precisión, pero también
aumenta la dificultad y el tiempo necesario para obtener y procesar los datos. Las
ecuaciones basadas en la temperatura son bastante útiles en condiciones de
humedad, pero en condiciones áridas, se puede subestimar el uso hídrico del
cultivo. El uso de agua basado en la temperatura y la radiación también puede
subestimar las necesidades de agua en condiciones secas y ventosas.

EL RIEGO en función de la temperatura se puede lograr con mediciones de


campo. Deberían utilizarse termómetros de máximas / mínimas, registrando las
temperaturas más altas y bajas durante un período de 24 horas. La temperatura
media se debe comparar con un promedio de la zona. Estos termómetros son
relativamente baratos, por lo que se puede usar uno en cada zona de la finca. La
colocación correcta de los termómetros es importante. Por ejemplo, en un punto
bajo del campo se puede registrar más frío por la noche que en un punto alto, ya
que el aire frío, al ser más pesado, se mantiene en las zonas más bajas durante la
noche. Por tanto, hay que considerar la topografía del campo para su ubicación.

REQUERIMIENTO DE RIEGO
El agua que se debe suministrar a través del sistema de riego para asegurar que
los cultivos reciban toda el agua que necesitan (sin incluir las pérdidas durante la
aplicación del agua). Varía considerablemente en función de las condiciones
climáticas, las estaciones, los cultivos y los tipos de suelos: IWR=KcxET0-P-ΔS,
donde: Kc es un coeficiente que varía en función del tipo de cultivo y la etapa de
crecimiento; ET0 es la evapotranspiración de referencia, en función de los factores
climáticos; P son las precipitaciones; ΔS es el cambio de la humedad del suelo en
relación con el mes anterior. En el caso concreto del riego del arroz, hace falta
más agua para inundar los campos, facilitar la preparación de la tierra y proteger
las plantas. En ese caso, las necesidades de agua para riego son la suma del
déficit de precipitaciones y el agua necesaria para inundar los campos.

ELABORACIÓN DEL CALENDARIO DE RIEGO

Este calendario nos guiará durante la campaña de riego.


En primer lugar, debemos definir cuáles son los objetivos que persigo con el riego
(cubrir las necesidades de agua del cultivo en épocas de déficit, incremento de la
calidad de la producción, control del vigor, etc. Y a continuación establecer un
calendario (teórico) de riegos, cuantificando las necesidades y distribuyendo los
aportes en función de las necesidades del cultivo y los objetivos perseguidos.

RIEGO EN HORTALIZAS

Y a continuación, debemos estimar las necesidades de agua teóricas del cultivo.


El método más habitual para ello es el método del balance hídrico.

¿Qué necesito?

 Datos de evapotranspiración de referencia (ETo) y Precipitación


efectiva (Pe):
Si no disponemos de una estación propia, podemos acceder a la información
pública de la estación agroclimática más próxima a nuestra finca, a través del
Sistema de Información Agroclimática para el Regadío (SIAR). En el caso de
Catalunya, a través de la Xarxa d’Estacions Meteorològiques Automàtiques
(XEMA) y en el caso de Euskadi, a través de Neiker.
 Coeficiente de Cultivo (Kc), de:
 Fuentes locales y bibliografía de investigación en condiciones locales
 El propio Sistema de Información Agroclimática para el Regadío (SIAR)
(cuyo origen, en algunos casos puede que sea el propio FAO 56)
 Y si localmente no se ha desarrollado una Kc para nuestro cultivo,
siempre podemos tomar como referencia los valores que se presentan
en el boletín FAO 56.
Con estos datos, aplicando la fórmula (1), tendremos las necesidades de riego
netas (NRn, en mm) para nuestro cultivo, en base diaria, semanal o mensual,
según hayamos elegido.

NRn=ETo*Kc-Pe (1)

Para calcular las necesidades de riego brutas o totales (NRb), deberemos también
introducir la eficiencia de aplicación (Ea), que depende del sistema de riego que
utilizamos. FAO establece unos valores de referencia de: Riego localizado
Ea=90%, para aspersión=75% y para riego por superficie=60% (Annex I, Irrigation
Scheduling Manual, FAO).
Así como la fracción de lavado (FL), que está en función de la máxima salinidad
que soporte nuestro cultivo para mantener una productividad del 100% y la
salinidad media de nuestra agua de riego (fertilizantes incluidos, en caso de
fertirrigar).

De este modo:

NRb= NRn*Ea/(1-FL) (2)

Siendo:

FL= CEa/(2*CEmax)

Con CEa, la conductividad del agua de riego (fertilizantes incluidos) y CEmax la


máxima conductividad soportado por el cultivo para mantener un potencial
productivo del 100% (FAO nº56).

Con estas directrices, podemos elaborarnos nosotros mismos el plan. Sin


embargo, vale la pena insistir en que en el Estado Español disponemos también
de servicios regionales especializados de asistencia al regante; los cuales nos
pueden facilitar la información que comentábamos antes y además, la mayoría de
ellos, también nos ofrecen servicios de cálculo de recomendaciones de riego
personalizadas, que nos envían de forma periódica , en base a datos
meteorológicos de la semana anterior, el cultivo y características de éste (sistema
de riego, marco de plantación, edad del cultivos, etc….). Algunos tienen en cuenta
más factores que otros, pero en todo caso, siempre puede servirnos de
orientación.

Realización de Calendarios medios de riego y Programación en tiempo real de


Momento de riego y Cantidad de agua.
Las estrategias de riego son unos criterios generales, que se concretan
elaborando un calendario medio de riegos en el que se precisa el momento del
riego y la cantidad de agua que se aplica en cada uno de ellos.
Contando con datos del cultivo, suelo y clima, se puede establecer un calendario
medio de riegos asumiendo el caso más simple, en el que se supone que la
lluvia es nula durante el ciclo del cultivo y que los valores de evapotranspiración
de referencia son los de la media de los últimos años, lo que suele producirse en
cultivos de primavera–verano en zonas semiáridas.
Para realizar un calendario medio de riego es preciso contar con datos de:
Evapotranspiración de referencia (ETr) en la zona.
Coeficiente de cultivo (Kc) del cultivo a regar en distintas fases de desarrollo de
éste.
Profundidad radicular media en distintas fases del cultivo.
Intervalo de humedad disponible del suelo.
Nivel de agotamiento permisible para el cultivo en cuestión.
Datos diversos del sistema de riego como por ejemplo la eficiencia.
Deberá elegirse una estrategia para determinar el criterio con el cual se calculará
el momento de efectuar el riego.
Usando parte de los datos anteriormente citados se calcularán el Déficit de agua
en el suelo y el Nivel de agotamiento permisible que indicarán el momento de
riego, mientras que la cantidad de agua a aplicar dependerá del criterio elegido
aunque lo más frecuente es que se apliquen las necesidades brutas.
Ejemplo
Término Municipal de Córdoba con los siguientes datos:
Localidad: Córdoba
Cultivo: Maíz
Fecha de siembra: 1 de mayo
Eficiencia de aplicación del sistema de riego: 75%
Suelo: Franco con Intervalo de Humedad Disponible 150 milímetros por metro de
profundidad de suelo
Nivel de Agotamiento Permisible: 0.65
Valores de ETr, Kc y profundidad radicular: ver la tabla adjunta
Se establece el criterio de regar cuando el Déficit de Agua en el Suelo alcance el
Nivel de Agotamiento Permisible y aplicar las necesidades brutas de riego.
a) El primer paso es calcular la evapotranspiración diaria (en milímetros por
día) usando los datos conocidos de evapotranspiración de referencia (ETr) y de
coeficiente de cultivo (Kc).
Ejemplo: Día 2 de mayo, ET = 5.8 x 0.4 = 2.3 (mm/día)
b) El déficit de agua en el suelo se calcula acumulando la evapotranspiración
que se produce cada día.
Normalmente no se utilizan decimales y se indica el valor más próximo en
milímetros.
Ejemplo: Para el día 4 de mayo se han acumulado los 7 milímetros/día que había
el 3 de mayo más los 2.3 milímetros del día 4, 7 + 2.3 = 9.3 y se indican 9
milímetros.
c) Se calcula para cada profundidad radicular, cuál es la cantidad de agua en
el suelo (en milímetros de altura) que supone el nivel de agotamiento permisible.
Ejemplo: Para una profundidad radicular de 0.5 metros, el nivel de agotamiento
permisible será: 0.5 (prof. de raíces) x 0.150 (el IHD) x 0.65 (el NAP) = 0.049
metros = 49 milímetros
d) Para cada día se comprueba si el Déficit de agua en el suelo es mayor o
menor que el Nivel de agotamiento permisible. Si es mayor, será el momento de
regar.
Ejemplo: Para el día 10 de mayo, DAS=23 milímetros y NAP=49 milímetros, por lo
que todavía no se ha llegado a alcanzar el NAP y no es necesario regar, por lo
que las necesidades brutas de riego (Nb) son cero. Sin embargo, el día 20 de
mayo, DAS=72 milímetros mientras que NAP=68, es decir es necesario regar ese
día.
Las necesidades de riego brutas serán las siguientes:
Nb = Nn x 100 / Ea= 68x 100 / 75 = 91 milímetros
A partir del día 20 de mayo, dado que el déficit de agua en el suelo vuelve a ser
cero, se comienza a calcular el nuevo déficit según la ET que se produzca cada
día. El proceso continúa igual hasta el final de la campaña.

Mientras que el calendario medio de riegos se elabora teniendo en cuenta valores


medidos en varios años, si se dispusiera de datos obtenidos en tiempo real, es
decir medidos diariamente o en fechas cercanas al momento actual, el
procedimiento para establecer la fecha de riego y la cantidad de agua a aplicar
sería el mismo, excepto que los valores de evapotranspiración y Déficit de Agua
en el Suelo se irían calculando cada vez que se dispusiera de datos reales.
Es lo que se llama programación en tiempo real. Sin embargo, es muy difícil
encontrar valores de ETr diarios con facilidad, por lo que la programación en
tiempo real como tal no suele aplicarse asiduamente.
A este respecto es preciso indicar que los Servicios de Asesoramiento al
Regante, como entidades de apoyo que prestan orientación y recomendaciones
en materia de riegos, son cada día una ayuda más valiosa para hacer un uso del
agua más eficiente y mejorar las expectativas de los agricultores.
Se impone, por lo tanto, le necesidad de disponer y utilizar tales Servicios para
realizar una programación en tiempo real rigurosa que permita obtener máximas
producciones utilizando la cantidad de agua estrictamente necesaria.
En los climas mediterráneos es frecuente que se produzcan lluvias en primavera y
otoño, y ocasionalmente tormentas en verano. En esta situación, es una práctica
muy sencilla y habitual mantener las fechas de riego obtenidas con un
calendario medio de riego, y restar el agua de lluvia que ha caído desde el último
riego a la cantidad de agua a aplicar en el riego siguiente.
Por ejemplo, para el caso del calendario medio de riegos del ejemplo anterior, si el
día 7 de mayo cayeron 2 mm de lluvia y el día 8 otros 5 mm, hasta el día 20 de
mayo han caído 7 mm de agua de lluvia. Por lo tanto se regará el día prefijado
pero aplicando 91 - 7 = 84 mm en lugar de los 91 mm calculados sin tener en
cuenta la lluvia. En estas zonas también es una opción bastante recomendable no
regar hasta alcanzar el contenido de humedad correspondiente al límite superior,
como es la estrategia más común, sino dejar parte del almacenamiento del
suelo sin rellenar para aprovechar el agua de lluvia durante los días posteriores
al riego.

METODOS DE APLICACIÓN DE AGUA DE RIEGO


Los diferentes Métodos de riego y sistemas de regadíos. Factores para elegir el
sistema de Riego y porcentajes de utilización de cada sistema en España y en el
mundo.
Para un correcto desarrollo de los cultivos de forma que se consiga obtener de
ellos una producción máxima, debe siempre procurarse que tengan satisfechas
sus necesidades de agua.
En los sistemas agrícolas de secano el agua es aportada sólo por la lluvia, que en
climas húmedos puede satisfacer todas las necesidades de agua de los cultivos,
sin embargo en los secos es muy poco frecuente.
Con el riego se trata, por tanto, de completar las necesidades de agua de los
cultivos aportando una cantidad extra a la que cae con la lluvia. Los métodos de
riego engloban las diferentes formas que existen de aplicar el agua al suelo. Han
evolucionado notablemente con el tiempo, desde la ejecución del riego en las
primeras civilizaciones basándose en la observación de las crecidas y bajadas del
nivel del agua en los ríos y el manejo adecuado del agua y el suelo, hasta los
riegos totalmente tecnificados, controlados y automatizados que aprovechan el
conocimiento que existe en la actualidad de ciencias como la agronomía,
hidráulica o la electrónica.
El uso de un método de riego u otro depende de numerosos factores, entre
los que es preciso destacar los siguientes:
La topografía del terreno y la forma de la parcela, es decir la pendiente,
longitud y anchura, si existen caminos, acequias u otro tipo de elemento que
pueda interferir en el riego y la posibilidad de que el agua pueda ser llevada hasta
la parcela sin un coste excesivo.
Las características físicas del suelo, en particular las relativas a su capacidad
para almacenar el agua de riego que debe ser puesta a disposición de las raíces
de las plantas.
Tipo de cultivo, del que es especialmente necesario conocer sus requerimientos
de agua para generar producciones máximas, así como su comportamiento en
situaciones de falta de agua.
La disponibilidad de agua, aspecto muy relevante en cuanto puede ser
necesario programar los riegos no en función de las necesidades de agua del
cultivo sino de la posibilidad de que exista agua suficiente para regar y el precio de
la misma.
La calidad del agua de riego, lo que puede ser determinante en la elección tanto
del método de riego como de ciertos componentes de la instalación.
La disponibilidad de mano de obra, con la que se garantice la ejecución de
todas las labores precisas durante el desarrollo del cultivo, en particular las
referidas al riego.
El coste de la instalación de cada sistema de riego en particular, tanto en lo que
se refiere a inversión inicial como en la ejecución de los riegos y mantenimiento
del sistema.
El efecto en el medio ambiente, especialmente en el uso eficiente del agua, la
calidad de las aguas de escorrentía y la erosión del suelo.
Teniendo en cuenta éstos, además de otros factores, se elige un método de riego.
A su vez, dentro de cada método existen bastantes tipos de sistemas o variantes
cuya elección se realizará teniendo en cuenta aspectos más particulares que
están más relacionados con la forma de manejar el suelo y el cultivo y con
técnicas concretas de aplicación del riego en las que, por ejemplo, cada agricultor
se encuentre más familiarizado.
En la actualidad son tres los métodos de riego utilizados como forma de
aplicar el agua al suelo:
Riego por superficie
Riego por aspersión
Riego localizado
A escala mundial, el 95% de los más de 220 millones de has. de regadío se riegan
por superficie, sin embargo esta cifra disminuye en los países desarrollados
situándose entre el 60 y el 80%. Esto se debe fundamentalmente a que aspersión
y localizado son métodos que necesitan tecnología y material más avanzados que
el riego por superficie.
En España es del 59 %, el porcentaje de riego por superficie, bajando en
Andalucía hasta el 42% como consecuencia de un importante incremento en los
últimos años de la superficie destinada a riego localizado.
Métodos de riego y regadíos - Factores para elegir el sistema de Riego

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