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“Historias al Pie de la Montaña:

Un Relato de Yungay”

Había una vez un pequeño pueblo en las montañas de Áncash, llamado Yungay.
En este pueblo, la vida era tranquila y los días pasaban lentamente, marcados
por el ritmo de la naturaleza y las estaciones.

En el corazón del pueblo vivía un anciano llamado Don José. Era conocido por
todos como un hombre sabio y amable, siempre dispuesto a compartir sus
historias y conocimientos con quien quisiera escuchar.

Una tarde, mientras Don José estaba sentado en su mecedora, mirando las
montañas, un joven del pueblo se acercó a él. El joven, llamado Carlos, era
conocido por su curiosidad y su deseo de aprender.

- Don José, ¿puede contarme una historia? - preguntó Carlos, con los ojos
brillantes de emoción.

Don José sonrió y asintió. Comenzó a contarle a Carlos la historia de cómo las
montañas que rodeaban su pueblo habían sido formadas por gigantes que una
vez caminaron por la tierra. Habló de las batallas épicas que se libraron, de los
amores perdidos y encontrados, y de cómo la naturaleza finalmente reclamó su
lugar.

Carlos escuchó atentamente, absorto en la historia. Cuando Don José terminó, el


sol se estaba poniendo, bañando el pueblo en un resplandor dorado.

- Gracias, Don José - dijo Carlos, su mente llena de imágenes de gigantes y


montañas.

Don José simplemente sonrió y asintió. Sabía que había plantado una semilla en
la mente del joven, una semilla que algún día crecería y florecería en su propio
camino de sabiduría.

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