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El viajero
Está en la sala familiar, sombría,
y entre nosotros, el querido hermano ¿Sonríe el sol de oro
que en el sueño infantil de un claro día de la tierra de un sueño no encontrada;
vimos partir hacia un país lejano. y ve su nave hender el mar sonoro,
Hoy tiene ya las sienes plateadas, de viento y luz la blanca vela hinchada?
un gris mechón sobre la angosta frente, Él ha visto las hojas otoñales,
y la fría inquietud de sus miradas amarillas, rodar, las olorosas
revela un alma casi toda ausente. ramas del eucalipto, los rosales
Deshójanse las copas otoñales que enseñan otra vez sus blancas rosas.
del parque mustio y viejo. Y este dolor que añora o desconfía
La tarde, tras los húmedos cristales, el temblor de una lágrima reprime,
se pinta, y en el fondo del espejo. y un resto de viril hipocresía
El rostro del hermano se ilumina en el semblante pálido se imprime.
suavemente. ¿Floridos desengaños Serio retrato en la pared clarea
dorados por la tarde que declina? todavía. Nosotros divagamos.
¿Ansias de vida nueva en nuevos años? En la tristeza del hogar golpea
¿Lamentará la juventud perdida? el tictac del reloj. Todos callamos.
Lejos quedó -la pobre loba- muerta.
¿La blanca juventud nunca vivida
teme, que ha de cantar ante su puerta?
II
He andado muchos caminos, Y en todas partes he visto
he abierto muchas veredas; gentes que danzan o juegan,
he navegado en cien mares, cuando pueden, y laboran
y atracado en cien riberas. sus cuatro palmos de tierra.
En todas partes he visto Nunca, si llegan a un sitio,
caravanas de tristeza, preguntan a dónde llegan.
soberbios y melancólicos Cuando caminan, cabalgan
borrachos de sombra negra, a lomos de mula vieja,
y pedantones al paño y no conocen la prisa
que miran, callan, y piensan ni aun en los días de fiesta.
que saben, porque no beben Donde hay vino, beben vino;
el vino de las tabernas. donde no hay vino, agua fresca.
Mala gente que camina Son buenas gentes que viven,
y va apestando la tierra... laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
Lengua Castellana y Literatura IES Princesa Galiana
En el entierro de un amigo
Tierra le dieron una tarde horrible
del mes de julio, bajo el sol de fuego.
A un paso de la abierta sepultura, Elegía de un madrigal
había rosas de podridos pétalos,
entre geranios de áspera fragancia Recuerdo que una tarde de soledad y hastío,
y roja flor. El cielo ¡oh tarde como tantas!, el alma mía era,
puro y azul. Corría bajo el azul monótono, un ancho y terso río
un aire fuerte y seco. que ni tenía un pobre juncal en su ribera.
De los gruesos cordeles suspendido, ¡Oh mundo sin encanto, sentimental inopia
pesadamente, descender hicieron que borra el misterioso azogue del cristal!
el ataúd al fondo de la fosa ¡Oh el alma sin amores que el Universo copia
los dos sepultureros... con un irremediable bostezo universal!
Y al reposar sonó con recio golpe,
solemne, en el silencio. Quiso el poeta recordar a solas,
Un golpe de ataúd en tierra es algo las ondas bien amadas, la luz de los cabellos
perfectamente serio. que él llamaba en sus rimas rubias olas.
Sobre la negra caja se rompían Leyó... La letra mata: no se acordaba de ellos...
los pesados terrones polvorientos... Y un día —como tantos—, al aspirar un día
El aire se llevaba aromas de una rosa que en el rosal se abría,
de la honda fosa el blanquecino aliento. brotó como una llama la luz de los cabellos
—Y tú, sin sombra ya, duerme y reposa, que él en sus madrigales llamaba rubias olas,
larga paz a tus huesos... brotó, porque un aroma igual tuvieron ellos...
Definitivamente, Y se alejó en silencio para llorar a solas.
duerme un sueño tranquilo y verdadero.
Pesadilla
En medio de la plaza y sobre tosca piedra,
el agua brota y brota. En el cercano huerto
eleva, tras el muro ceñido por la hiedra,
alto ciprés, la mancha de su ramaje yerto.
La tarde está cayendo frente a los caserones
de la ancha plaza en sueños. Relucen las vidrieras
con ecos mortecinos de sol. En los balcones
hay formas que parecen confusas calaveras.
La calma es infinita en la desierta plaza,
donde pasea el alma su traza de alma en pena.
El agua brota y brota en la marmórea taza.
En todo el aire en sombra no más que el agua suena.
XIII
LXII
Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.
Desperté. ¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso.
... ¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris...!
¡el agua en tus cabellos!...
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento.
Lengua Castellana y Literatura IES Princesa Galiana
VII VIII
¡Colinas plateadas, He vuelto a ver los álamos dorados,
grises alcores, cárdenas roquedas álamos del camino en la ribera
por donde traza el Duero su curva de ballesta del Duero, entre San Polo y San Saturio,
en torno a Soria, obscuros encinares, tras las murallas viejas
ariscos pedregales, calvas sierras, de Soria —barbacana
caminos blancos y álamos del río, hacia Aragón, en castellana tierra—.
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo Estos chopos del río, que acompañan
del corazón, tristeza, con el sonido de sus hojas secas
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria el son del agua, cuando el viento sopla,
donde parece que las rocas sueñan, tienen en sus cortezas
conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grabadas iniciales que son nombres
grises alcores, cárdenas roquedas!... de enamorados, cifras que son fechas.
A UN OLMO SECO
Etapa sensitiva
Arias tristes (1903), La soledad sonora (1907), Poemas májicos y dolientes (1909)
y Sonetos espirituales (1915)
Yo me moriré, y la noche
triste, serena y callada, Entre el velo de la Lluvia
dormirá el mundo a los rayos que pone gris el paisaje,
de su luna solitaria. pasan las vacas, volviendo
Mi cuerpo estará amarillo, de la dulzura del valle.
y por la abierta ventana Las tristes esquilas sueñan
entrará una brisa fresca alejadas, y la tarde
preguntando por mi alma. va cayendo tristemente
No sé si habrá quien solloce sin estrellas ni cantares.
cerca de mi negra caja, La campiña se ha quedado
o quien me dé un largo beso fría y sola con sus árboles;
entre caricias y lágrimas. por las perdidas veredas
Pero habrá estrellas y flores hoy no volverá ya nadie.
y suspiros y fragancias, Voy a cerrar mi ventana
y amor en las avenidas porque si pierdo en el valle
a la sombra de las ramas. mi corazón, quizás quiera
Y sonará ese piano morirse con el paisaje.
como en esta noche plácida, (Arias tristes)
y no tendrá quien lo escuche
sollozando en la ventana.
(Arias tristes)
Lengua Castellana y Literatura IES Princesa Galiana
Soledad Todo
En ti estás todo, mar, y sin embargo, El mundo me ha mostrado, abierta
¡qué sin ti estás, qué solo, y blanca, con vosotros,
qué lejos, siempre, de ti mismo! la palma de su mano, que escondiera
Abierto en mil heridas, cada instante, tanto, antes, a mis ojos
cual mi frente, abiertos, ¡tan abiertos
tus olas van, como mis pensamientos, que estaban ciegos!
y vienen, van y vienen, Tú, mar, y tú, amor, míos,
besándose, apartándose, cual la tierra y el cielo fueron antes!
con un eterno conocerse, ¡Todo es ya mío, todo, digo, nada
mar, y desconocerse. es ya mío, nada!
Eres tú, y no lo sabes, (Diario de un poeta recién casado)
tu corazón te late y no lo sientes...
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!
(Diario de un poeta recién casado) “Amor, rosa encendida,
¡bien tardaste en abrirte!
La lucha te sanó,
y ya eres invencible.
Mar Sol y agua anduvieron
luchando en ti, en un triste
¡Solo un punto!
trastorno de colores…
Sí, mar, ¡quién fuera,
¡Oh días imposibles!
cual tú, diverso cada instante,
Nada era, más que instantes,
coronado de cielos en su olvido;
lo que era siempre. Libre,
mar fuerte -¡sin caídas!-,
estaba presa el alma.
mar sereno
—A veces, el arco iris
-de frío corazón con alma eterna-
lucía brevemente
¡mar, obstinada imajen del presente!
cual un preludio insigne…—
(Diario de un poeta recién casado)
Mas tu capullo, rosa,
dudaba más. Tuviste
como convalecencias
No sé si el mar es, hoy
de males infantiles.
–adornado su azul de innumerables
Pétalos amarillos
espumas–,
dabas en tu difícil
mi corazón; si mi corazón, hoy
florecer…¡Río inútil,
–adornada su grana de incontables
dolor, cómo corriste!
espumas–,
Hoy, amor, frente a frente
es el mar.
del sol, con él compites,
Entran, salen
y no hay fulgor que copie
uno de otro, plenos e infinitos,
tu lucimiento virgen.
como dos todos únicos.
¡Amor, juventud sola!
A veces, me ahoga el mar el corazón,
¡Amor, fuerza en su origen!
hasta los cielos mismos.
¡Amor, mano dispuesta
Mi corazón ahoga el mar, a veces,
a todo alzar difícil!
hasta los mismos cielos.
¡Amor, mirar abierto,
(Diario de un poeta recién casado)
voluntad indecible!”
(Diario de un poeta recién casado)
Lengua Castellana y Literatura IES Princesa Galiana
¡No estás en ti, belleza innúmera,
Intelijencia, dame que con tu fin me tientas, infinita,
el nombre esacto de las cosas! a un sinfín de deleites!
Que mi palabra sea ¡Estás en mí, que te penetro
la cosa misma, hasta el fondo, anhelando, cada instante,
creada por mi alma nuevamente. traspasar los nadires más ocultos!
Que por mí vayan todos ¡Estás en mí, que tengo
los que no las conocen, a las cosas; en mi pecho la aurora
que por mí vayan todos y en mi espalda el poniente
los que ya las olvidan, a las cosas; —quemándome, transparentándome
que por mí vayan todos en una sola llama—; estás en mí, que te entro
los mismos que las aman, a las cosas... en tu cuerpo mi alma
¡Intelijencia, dame insaciable y eterna!
el nombre exacto, y tuyo, (Piedra y cielo)
y suyo, y mío, de las cosas!
(Eternidades)
Yo no seré yo, muerte,
hasta que tú te unas con mi vida
Soy este y me completes así todo;
que va a mi lado sin yo verlo; hasta que mi mitad de luz se cierre
que, a veces, voy a ver, con mi mitad de sombra
y que, a veces, olvido. —y sea yo equilibrio eterno
El que calla, sereno, cuando hablo, en la mente del mundo:
el que perdona, dulce, cuando odio, unas veces, mi medio yo, radiante;
el que pasea por donde no estoy, otras, mi otro medio yo, en olvido—.
el que quedará en pie cuando yo muera.
(Eternidades) Yo no seré yo, muerte,
hasta que tú, en tu turno, vistas
de huesos pálidos mi alma.
Está tan puro ya mi corazón, (Belleza)
que lo mismo es que muera
o que cante. Estoy completo de naturaleza
Puede llenar el libro de la vida, en plena tarde de áurea madurez
o el libro de la muerte, alto viento en lo verde traspasado.
los dos en blanco para él, Rico fruto recóndito, contengo
que piensa y sueña. lo grande elemental en mí (la tierra,
Igual eternidad hallara en ambos. el fuego, el agua, el aire), el infinito.
Corazón, da lo mismo: muere o canta. Chorreo luz: doro el lugar oscuro,
(Eternidades) trasmino olor: la sombra huele a dios,
emano son: lo amplio es honda música,
filtro sabor: la mole bebe mi alma,
deleito el tacto de la soledad.
Soy tesoro supremo, desasido,
con densa redondez de limpio iris,
del seno de la acción. Y lo soy todo.
Lo todo que es el colmo de la nada,
el todo que se basta y que es servido
de lo que todavía es ambición.
(La estación total)