Las luces de neón son una forma de iluminación distintiva y llamativa que se ha vuelto icónica

en la cultura popular y el diseño urbano. Estas luces están formadas por tubos de vidrio llenos
de gas noble, como el neón, que emiten luz cuando se excitan eléctricamente.

El neón fue descubierto en 1898 por William Ramsay y Morris Travers, pero no fue hasta la
década de 1910 que los científicos franceses Georges Claude y Jacques-Arsène d'Arsonval
lograron aplicar este descubrimiento a la iluminación comercial. Claude patentó el primer
letrero de neón en 1915, lo que marcó el comienzo de la era de las luces de neón.

Las luces de neón se volvieron populares en las décadas de 1920 y 1930, especialmente en
ciudades como Nueva York y París, donde se convirtieron en un símbolo de la vida nocturna y la
animación urbana. Los letreros de neón iluminaban las calles, anunciando tiendas, teatros,
bares y otros establecimientos comerciales con colores brillantes y llamativos.

Además de su uso comercial, las luces de neón también se han utilizado en el arte y la
expresión visual. Artistas como Keith Haring y Tracey Emin han incorporado luces de neón en
sus obras, utilizando el medio para crear mensajes y formas vibrantes y expresivas.

Aunque las luces de neón perdieron popularidad en la segunda mitad del siglo XX con la
llegada de la iluminación LED más eficiente y económica, han experimentado un renacimiento
en los últimos años. Ahora se utilizan en una variedad de aplicaciones, desde la decoración de
interiores y la señalización hasta el arte urbano y la instalación artística.

Las luces de neón siguen siendo un símbolo de creatividad, energía y vitalidad en la cultura
contemporánea. Su distintivo brillo y su capacidad para transformar el espacio han asegurado
que sigan siendo una característica icónica de la vida urbana y la expresión artística en todo el
mundo.