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En el aspecto político se eclipsaron los viejos partidos y surgieron los primeros partidos

modernos que aglutinaron a los sectores medios y populares de tendencias reformistas o


revolucionarias: el Partido Aprista, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido
Socialista Peruano, fundado por José Carlos Mariátegui.

José Carlos Mariátegui, fundador del Partido Socialista Peruano en 1928.


En el aspecto económico, se incrementó notablemente la dependencia hacia los Estados Unidos
debido a los fuertes empréstitos contraídos a los bancos norteamericanos para realizar obras
públicas; la deuda llegó a los 150 millones de dólares en 1930. Ello provocó una aparente
bonanza, que finalizó al estallar la crisis mundial de 1929 afectando directamente a la población,
siendo el factor que aceleró la caída de Leguía, sumado al descontento por la evidente
corrupción administrativa y por la firma de los tratados con Colombia y Chile.

El 22 de agosto de 1930 el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro, al mando de la guarnición


de Arequipa, se pronunció contra Leguía. El movimiento revolucionario se propagó rápidamente
por el sur del país. En las primeras horas de la madrugada del 25 de agosto la guarnición de
Lima, obligó a renunciar a Leguía. El poder quedó en manos de una Junta Militar de Gobierno
presidida por el general Manuel María Ponce Brousset. Dos días después este entregaría el
poder a Sánchez Cerro, quien arribó a la capital en avión. Así finalizó el Oncenio.

Convulsiones nacionales y el tercer militarismo (1930-1939)


El fin del Oncenio trajo consigo la irrupción de los militares en la vida política, fenómeno que el
historiador Jorge Basadre ha denominado el Tercer Militarismo, el cual surgió a consecuencia del
vacío político (al estar los partidos tradicionales debilitados o en trance de extinción) y ante los
peligros que aparentemente, acechaban al Estado y a la nación como consecuencia de la crisis
mundial.133

Tras la caída de Leguía, el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro constituyó una Junta Militar
de Gobierno bajo su presidencia. La situación del país era crítica; se produjeron disturbios
obreros, universitarios y militares. Para remediar la crisis económica, Sánchez Cerro contrató
una misión de expertos financistas estadounidenses, encabezado por el profesor Edwin W.
Kemmerer, que sugirieron la aplicación de una serie de medidas, de las que solo se acogerían
parcialmente unas cuantas.134

Luis Sánchez Cerro, presidente de la Junta de Gobierno de 1930-1931 y presidente


constitucional de 1931 a 1933.

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