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Augusto B.

Leguía gobernó el Perú durante el periodo de 1919 - 1930 con un golpe de


estado, con el fin de acabar con la Republica aristocrática. El oncenio de Leguía, fue un
gobierno que dejó profunda huella en nuestra historia del siglo XX. Este gobierno se
resume en entreguismo total al capital extranjero y con los países vecinos, corrupción a
niveles extremos, atropello de las instituciones del Estado y autoritarismo. Con este
gobierno el Perú se convirtió en satélite del capital de EE.UU., ante la crisis del
capitalismo inglés después de la Primera Guerra Mundial. Esta condición de
dependencia de EE.UU. que se mantiene hasta este siglo XXI
Augusto B. Leguía gobernó el Perú durante el periodo de 1919 - 1930 con un golpe de
estado, con el fin de acabar con la Republica aristocrática. El oncenio de Leguía, fue un
gobierno que dejó profunda huella en nuestra historia del siglo XX. Este gobierno se
resume en entreguismo total al capital extranjero y con los países vecinos, corrupción a
niveles extremos, atropello de las instituciones del Estado y autoritarismo. Con este
gobierno el Perú se convirtió en satélite del capital de EE.UU., ante la crisis del
capitalismo inglés después de la Primera Guerra Mundial. Esta condición de
dependencia de EE.UU. que se mantiene hasta este siglo XXI
Augusto B. Leguía gobernó el Perú durante el periodo de 1919 - 1930 con un golpe de
estado, con el fin de acabar con la Republica aristocrática. El oncenio de Leguía, fue un
gobierno que dejó profunda huella en nuestra historia del siglo XX. Este gobierno se
resume en entreguismo total al capital extranjero y con los países vecinos, corrupción a
niveles extremos, atropello de las instituciones del Estado y autoritarismo. Con este
gobierno el Perú se convirtió en satélite del capital de EE.UU., ante la crisis del
capitalismo inglés después de la Primera Guerra Mundial. Esta condición de
dependencia de EE.UU. que se mantiene hasta este siglo XXI
Augusto B. Leguía gobernó el Perú durante el periodo de 1919 - 1930 con un golpe de
estado, con el fin de acabar con la Republica aristocrática. El oncenio de Leguía, fue un
gobierno que dejó profunda huella en nuestra historia del siglo XX. Este gobierno se
resume en entreguismo total al capital extranjero y con los países vecinos, corrupción a
niveles extremos, atropello de las instituciones del Estado y autoritarismo. Con este
gobierno el Perú se convirtió en satélite del capital de EE.UU., ante la crisis del
capitalismo inglés después de la Primera Guerra Mundial. Esta condición de
dependencia de EE.UU. que se mantiene hasta este siglo XXI
El oncenio de Leguía y sus aspectos más relevantes
Augusto B. Leguía gobernó el Perú durante el periodo de 1919 - 1930 con un golpe de estado,
con el fin de acabar con la República aristocrática, dado que ya no se veía con buenos ojos las
políticas del civilismo. La clase media y los sectores populares empezaban a desear una parte del
poder y fue Leguía fue, al comienzo, el favorito de las clases populares. Sin embargo, este
gobierno dejó una profunda marca en nuestra historia, ya que resume el entreguismo total al
capital extranjero y con países vecinos, corrupción, autoritarismo y abuso hacia instituciones del
Estado.
En primer lugar, el carácter de Leguía en sus once años de gobierno fue autoritario, debido a la
persecución a sus opositores, la censura y diversos aspectos que mancharon su imagen. En ese
sentido, el oncenio fue una dictadura disfrazada de democracia, de modo que tuvo como
característica la persecución y hostilización a los opositores al régimen, principalmente líderes
del Partido Civil, a quienes se les aplicaba duras sanciones que iban desde la deportación hasta
los encarcelamientos e inclusive, en algunos casos se había llegado hasta los asesinatos
extrajudiciales. Dentro de esta actitud de falta de respeto a las libertades democráticas, la censura
a los diarios de oposición al régimen destacó nítidamente, por ejemplo, el caso del diario "El
Comercio" de marcada inclinación civilista, el cual fue saqueado e incendiado por los
simpatizantes del gobierno sin que las fuerzas del orden hiciesen algo para evitarlo. Pero todo
este acto represivo estuvo coordinado por la policía secreta, la cual estuvo dirigida por el primo
del dictador, Germán Leguía. Asimismo, los movimientos obreros también sufrieron los embates
de represión con lo cual terminaron sumamente debilitados, ocasionando que el anarquismo
perdiese fuerza dentro de las organizaciones obreras.
En segundo lugar, las acciones políticas de Leguía con los sectores populares y clases medias
fueron solo de palabras y de papel, debido a que no se llevaron a su aplicación. En este contexto,
el gobierno de Leguía trató de reivindicar la situación de la población indígena con una serie de
medidas como fueron la creación del Patronato de la Raza Indígena, el reconocimiento a las
comunidades indígenas, la instauración del Día del Indio, la creación de la Dirección de Asuntos
Indígenas en el Ministerio de Fomento, etc. Sin embargo, todo esto fue solo letra muerta pues en
la práctica, el régimen sometió a la población indígena a mayores maltratos a través de la
llamada ley de Conscripción Vial. Con dicha ley, el gobierno obligaba a todos los varones entre
18 y 60 años, que vivieran en pueblos por donde se estaban construyendo carreteras, a trabajar
gratuitamente por doce días al año en su ejecución. Aquellos que no quisieran realizar semejante
trabajo debían dar al Estado un impuesto exoneratorio. Obviamente los indios, que no contaban
con los recursos para exonerarse, debieron acudir a este tipo de trabajo forzoso; por esta razón a
la conscripción vial se le ha llamado también la "mita republicana"
Por último, el capital norteamericano cumplió un papel significativo en el régimen de Leguía,
debido a su gran participación que tuvo en el Perú. En esa perspectiva, el Estado levantó enormes
empréstitos con los Estados Unidos, los cuales hicieron que la deuda externa con el país
norteamericano se elevase en solo diez años de diez milones de dólares a más de cien millones
con el fin de modernizar Lima, ya que Leguía pensaba que el desarrollo de la infraestructura era
más importante que la responsabilidad fiscal, pues el país se beneficiaría económicamente de
este desarrollo en el largo plazo.
La penetración de inversiones norteamericanas se dio principalmente en el sector minero: Cerro
de Pasco Mining Co., Mininig and Smelting Co; Petróleo: Internacional Petroleum Company; y
textiles: W.R. Grace and Co. y Duncan Fox. Asimismo, hubo presencia de capitales
norteamericanos en actividades de comercio y comunicaciones. Para 1921, las importaciones
norteamericanas significaban el 45% del consumo interno. Como ya se mencionó líneas arriba,
este gran importe fue destinado a la realización de obras públicas tanto en Lima como en
provincias. A su vez, se crean bancos estatales como el Banco de Crédito Agrario y el Banco
Central Hipotecario, como también el Banco Central de Reserva, etc.
En conclusión, si bien es cierto que infraestructuramente hablando, el Perú tuvo mucho
crecimiento, pero en el aspecto social y económico no hubo medidas eficientes, pues con la clase
popular debió cumplirse con lo predicado, brindándoles lo que se les había prometido y en el
sector económico debió cuidarse del inmenso endeudamiento en el cual fue envuelto. Sin lugar a
dudas, este periodo nos enseña mucho, y es relevante conocer nuestro pasado para no volver a
cometer los mismos errores.

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