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(1) «Este concepto del sacerdocio y de la santidad del pueblo está «stre
chámente ligado con el de ser Israel el pueblo primogénito de Dioe (Ex· ^
2). Según el derecho primitivo, el sacerdocio estaba vinculado a la Pr^m0j\e
nitura y, por tanto, Israel, el primogénito de los pueblos, es el Pu
sacerdote que, por consiguiente, ha de ser santo». (Näcar-Colunga, h. 1*)
LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL EN LOS PROFETAS 159
de Israel.
i. Diversas soluciones.
d^l Mesías». Israel será recogido desde los cuatro ángulos del mundo
y congregado en su patria, en torno a Jerusalén. (p. 9.)
La lengua hebrea volverá a florecer. El reino de la casa de David
será realzado, (p 13.)
El Mesías gobernará no solamente a Israel, sino, en cierto senti־
do, a todos los pueblos, (p. 105.)
La restauración de Israel arrastrará, en efecto, en pos de sí la
del mundo entero. Será el fin de la idolatría y de todos los males que
ésta engendra No se reconocerá en la tierra ni pobreza ni dolores
ni guerras. La paz reinará entre los hombres y entre los pueblos, (p. 8.)
La misma naturaleza exterior será rescatada. El lobo pastará con
la oveja; ya no habrá serpientes venenosas ni bestias salvajes; orne*
jor, dejarán de dañar al hombre. La tierra se recubrirá de mieses y
de recolecciones. La edad de oro, que el helenismo colocaba en el
atrio de la historia, será finalmente establecida sobre la tierra,
(pp. 9 y 13.)
Pero el rasgo esencial de todo este cuadro, aquél con el que mu־
chos parecen contentarse por necesidad, y con el cual termina Klaus-
ner su obra, es que por fin Israel será librado de la opresión, («ha
sola diferencia que separa este mundo de los días del Mesías, es la
tiranía de las naciones».) (p. 22.)
Termina diciendo : «La fe mesiánica es la semilla del progreso,
dispensada por el judaismo y proyectada al mundo entero», (p. 22.)
(4) «The predictions of the prophets were conditional. They were made
t0 enforce the appeal for righteousness in *the present. They foretold the
conseauences of sin on the one hand, and of righteousness ׳on the other.
Ju gments might be averted by repentance. Blessings might be forfeited by
^sobedience. This principle is clearly laid down in Jer. 18, 7-10, and is
universal application. The «if» is implied even when it is not expressed.
notUS ^0113b^ prediction that Nineveh would be desfroyed in fortv davs was
onl yet Jonah was not a false prophet, because the threat was
low ma<*e 0n *ke supposition that Nineveh remained impendent.» Duwtme-
׳J· R. : A commentary on the Holy Bible. New York, 1920; p. XLIV.
164 estudios bíblicos.—José M.ft González Ruiz
(9) ¡bid.
166 estudios bíblicos.—José M* González Ruiz
(10) ... por aue cette espérance (réligieuse et metsianinue du peuple juif)
fût toujours vivante et toujours agissante, il fallait ou’eîîe entrât, pour
ai”-si dire, dans la trame de leur histoire, quelle embrassât ou consa-
crât tous leurs désirs légitimes, qu’elle fût toujours à !,horizon de la Pa-
lestine et de Jérusalem. Ce n^st pas un élément factice, introduit par Dieu
comme à dessein pour les tromper, c’est le cours naturel des chesses ou’il
n’a pas voulu troubler tout en l’ordonnant à une fin plus haute. Lui seul
pouvait permettre le salut et le donner, et le don, accompli selon sa pro-
messe, est une preuve non équivoque de son intervention pensoncelle dans
l’histoire ; mais, parce aue la promesse était, énoncée nar des hommes, aue
ces homnres appartenaient à una certaine race, et vivaient dans un certain
pave, elle dévait réflé^er leurs préoccupations, leurs angoisses, leur attente
et presaue jusau’à leurs passions, comme la loi se conformait aux faiblesses
du peuple d’Israël et a la dureté de leur coeur.» Pascal et les frofkètM
messianiques, p. ςςό.
(11) «... prises en leur réalité brutale et autrement que comme enveloppe
caduque des promesses d’ordre moral et réligieux, certaines propréties ne
6e soient accomplies a la lettre.» Comment utiliser Vargument frofhèti^)
Paris, 1911 ; p. 46.
(12) «Man wird gestehen müssen, dass diese Prophezeiung der Grosor-
tigeit nicht entbehrt und durch weltweite Heilsverheissung Is. 2, 2-4 und
andere ähnliche Perikopen würdig an die Seite tritt. Wortwörtlich hat sie
sich nicht erfüllt ־und wird eich auch kaum je erfüllen. Allein wir dürfen
auch nicht immer wortwörtliche Erfüllung verlangen, und nicht selten woll
ten die Propheten auch gar nicht behaupten, dass es ganz genau so k0Iß'
men, sondern nur, dass es im wesentlichen so kommen wird.» Das
Isaías, I Teil, p. 146, en Die heilige Schrift des alten Testaments überstM
und erklärt ; Bonn, 1937.
LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL EN LOS PROFETAS 167
2. Principios de solución :
TEMPORAL DE ISRAEL.
A) San Pabla :
«Digo, pues : ¿ acaso tropezaron para caer ? ןNi hablar ! Mas Por
su caída ha venido la salud a los gentiles. Pues ya si su caída es
riqueza del mundo, y su mengua, riqueza de los gentiles, ¿^ua^
más lo será su plenitud?... Porque si su repudio es reconciliación de
mundo, ¿qué será su acogimiento sino un retornar de muerte a vida ·יי
(Rom. i!, 11-Ï2, 15·)
Como quiera que se expliquen estos versículos, es un hecho iud15
entibie que San Pablo considera la conversión cristiana de l$r
como un suceso cuya influencia rebasará los límites del pueblo
breo y trascenderá a toda la Iglesia.
Israel bautizado entrará en la Iglesia, no ya como un num#
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B) La historia :
dt un cristiano, que recuerda que las promesas de Dios son sin arre־
pentimiento, Israel continúa su misión sagrada : pero en la noche
del mundo, que él mismo ha preferido a la de Dios. Con sus ojos
vendados, la Sinagoga avanza en el mundo por el sendero ignoto de
los designios de Dios. Este camino, que ella emprende a través de la
historia, ni ella misma acierta apenas a vislumbrarlo» (17).
mo desde sus propios orígenes bíblicos hasta nuestros mismos días (20).
Pero de este hecho singular se deduce que un misterioso designio
de la Providencia pesa sobre los lomos acardenalados del viejo pue-
blo israelita. ¿Cómo !se explica que una tormenta tan fuerte y tan
continuada no haya deshecho y pulverizado la unidad orgánica del
pueblo hebreo, siendo así que causas infinitamente menos eficaces
disiparon colectividades étnicas más fuertes y poderosas de la anti־
güedad ?
3° La nostalgia del retorno.—Contra un sionismo demasiado po-
lítico y prosaico, que él mismo estima ilusorio, Ahad-ha-am levanta
su sionismo espiritual : Palestina, claro está, no podrá nunca ser un
refugio temporal suficiente para Israel ; y si es verdad, no obstante,
que Israel la reclama, es por una más alta exigencia; es su refugio
espiritual, es la única capaz de curar su psicosis milenaria, es lá sola
fuente «visible e inagotable, que pueda desalterar su alma popular,
repartir el calor y la vida entre los miembros dispersos de la nación,
purificarla de las manchas que la devoran» (21).
Israel siempre ha sido más próspero y feliz en las tierras de la
Dispersión que dentro de las fronteras reducidas de la Tierra de Ca-
naán. Todos los judíos de Babilonia en el siglo vi a. C., o los de
Elefantina en el siglo v a. C., como los sefarditas medievaleis que
tanto influyeron en los reinos de Castilla y de Aragón, o los moder-
nos financieros multimillonarios de Nueva York o Chicago, no han
podido soñar en Palestina como en un país de promisión desde un
punto de vista exclusivamente crematístico. La sola propuelsta de re־
torno es un sarcasmo evidente.
Y? sin embargo, en el alma israelita de todos los tiempos y bajo
todos los cielos ha vibrado siempre poderosa la nostalgia del retorno.
El israelita- por muy bien instalado que sel halle en el país de adop-
c10n, es un extranjero y sus suspiros se clavan como flechas en los
111uros derruidos de Jerusalén.
«Donde quiera que hav judíos —escribe Ortega y Gasset (22) ׳,
3Y· יsobre todo melancolía. Tienen en los sótanos del alma recocida
31largura bastante para anegar el planeta : son profesores de rneLn-
c^!1a. Lloran sus sabios como trenan los poetas, y el sol llega sin jo-
Calidad a sus bancas de París. Como dice Heine :
IV. Conclusión.
«Eos judíos —termino con Eeón Eloy— son los padres del co-
tttercio como fueron los padres de este Hijo del Hombre, que es su
tttás pura Sangre, y que por un decreto divino ellos deberían comprar
y vender un cierto día... Cuando ellos se conviertan, como está anun-
Clado, su poder comercial se convertirá también. En lugar de vender
5ar0 1° que les haya costado poco, darán a manos llenas lo que les
*tbrá costado toda su fortuna. Sus treinta dineros, empapados en la
ngre del Salvador, se convertirán en treinta siglos de humildad y
e 6*peranza, y esto será inimaginablemente bello» (24).
José M* González Ruiz,.