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Resumen de: Weber, M. (1958). Los tres tipos puros de dominación legítima.

Revista de
ciencias sociales II (3), 301-316.
Por: Pedro Alejandro Clavijo Miranda
Los tres tipos puros de dominación legítima es un texto cuya producción literaria fue
realizada por el autor alemán, Maximilian Karl Weber, quien “fue un sociólogo y
economista político de origen alemán, quien es mayormente conocido por su tesis acerca de
lo que él denominó “Ética protestante” en la que relacionó protestantismo con capitalismo
y por sus reflexiones en torno a la burocracia’’ (Árbol de la democracia, 2020). El tema
principal de este texto consiste en el análisis y evolución de los patrones de dominación
legítima desde una óptica sociológica e histórica. Con este texto, Weber pretende realizar
una observación acerca de las diversas formas de autoridad y la influencia que estas
presentan en las estructuras de poder en la sociedad. La idea principal del texto es proponer
una comprensión profunda de los patrones de dominación social desde un panorama
sociológico y del concepto de legitimación, a partir de la aplicación de la teoría de los tipos
puros de dominación.
Weber estableció el concepto de los “tipos puros o ideales”, este fue interpretado por el
autor como aquella estructura idealizada que pretende analizar y comprender distintos
relacionamientos sociales y acontecimientos históricos, mediante la interpretación de
patrones, y la eliminación de factores que resulten inconsistentes o contradictorios. El
siguiente concepto a definir es el de dominación, la cual se explica como la posibilidad de
obtener obediencia en función del acatamiento de una orden instituida, es decir, la
capacidad que se tiene de influir en un grupo de personas, para que estas cumplan con
alguna norma. El autor establece la existencia de diversos motivos por los cuales los
integrantes que conforman una sociedad deciden demostrar cierta sumisión u obediencia.
Sin embargo, un concepto de dominación que se reduce a la consecución de obediencia
edificada por múltiples variables, resulta relativamente inestable. Por ello, se considera
pertinente la aplicación de una autoridad que se encuentre apoyada en principios de
legitimidad. Para lograr esto, Weber establece tres tipos puros que legitiman la autoridad,
estos son: la dominación legal, la dominación tradicional y la dominación carismática.

En primer lugar, se considera el ideal de la dominación legal, principio que se basa en la


obediencia de normas que han sido establecidas, en función de determinar un orden. Weber
considera que el tipo más puro de dominación legal es el de la dominación burocrática. Para
expresar este concepto, es utilizado el término de empresa, basándose en el acatamiento de
normas impuestas por terceros o por igualdad. En ella, la asociación de dominación o
autoridad es nombrada y, tanto ella como las partes que la conforman, son consideradas
como servidores. El sistema de administración de la dominación legal se encuentra
compuesta por funcionarios que son nombrados por el jefe; este último, es obedecido con
relación a una norma estatuida que regula esta autoridad, no porque se considere que tenga
un derecho propio. De hecho, se plantea que quien ordena, también obedece a una regla que
ha sido estatuida. La estructura del Estado moderno es partícipe de esta forma de
dominación, al igual que la de la empresa privada capitalista.
En segundo lugar, es expuesto el ideal de la dominación tradicional, basada
primordialmente en virtud de la fe de la autoridad basada en la tradición. Weber considera
que su tipo más puro es el de la dominación patriarcal, cuya autoridad está determinada por
la imagen de el “señor” y su componente administrativo, que es el que obedece, por sus
“servidores”. La obediencia está determinada en virtud de la dignidad propia, que es
santificada por la costumbre. Podría incurrirse en una violación de la legitimidad de su
autoridad, únicamente si el “señor” ignora la tradición o viola la tradición. Su parte
administrativa consiste en un conjunto formado por individuos caracterizados como
personalmente dependientes (familiares y empleados domésticos) favoritos (parientes de
amigos personales) o individuos, se encuentran relacionados mediante lazos de fidelidad.
Se plantean dos tipos de dominación tradicional, ligados a la estructura administrativa de
esta. El autor se refiere a la dominación patriarcal y a la dominación estamental. Cabe
mencionar que el relacionamiento propuesto al interior del componente administrativo de la
dominación tradicional, no está regulado por la disciplina del cargo, por el contrario, lo
determina el factor de la fidelidad personal. La dominación patriarcal consiste en la
dependencia completamente personal de los servidores con la imagen de el “señor”.
Existen dos criterios que determinan la manera en la que son reclutados dichos servidores.
El primero de ellos, radica en un criterio puramente patrimonial, a este pertenecen los
siguientes: esclavos, pertenecientes al linaje o eunucos. Mientras que el segundo, se
encuentra regulado por un criterio expatrimonial, es decir, por la contemplación de
derechos que no se encuentran estrechamente relacionados con el concepto de propiedad.
En este, se encontrarán sujetos que a pesar de carecer parcialmente de derechos no, no lo
hacen de manera completa. Entre ellos, se encontrarán favoritos y plebeyos. En cuanto a su
administración, esta se caracteriza por ser heterónoma y heterocéfala. El administrador no
cuenta con ningún derecho para pertenecer al cargo, debido a que todos los medios reales
de la administración, serán manejados en función de la obtención de beneficio del “señor”
la cual girará en torno a su propia dirección. Por otra parte, se encuentra la estructura
estamental, en la que no se considera la dependencia del servidor en la figura de el “señor”
sino, como independientes que, poseen una prominencia social. En esta estructura, se le es
otorgado un cargo por parte de la figura de el “señor”, dicha otorgación, puede presentarse
de manera completamente real o ficticia de legitimidad. Una segunda manera de adquirir
este cargo, es mediante algún negocio jurídico, es decir, por medio de compra, prenda o
arriendo. Por último, puede adquirirse por medio de un derecho propio al cargo, que impide
que este se le sea destituido de manera arbitraria. En la estructura estamental existe un
conflicto entre aquellos que son poseedores de cargos frente a los ingresos que estos tienen
en el ámbito del poder, lo que conlleva a la delimitación de esferas administrativas y a su
vez en una competencia.
Finalmente, se expone el tercer y último ideal, el de la dominación carismática, el cual
consiste en una relación de entrega afectiva por parte del adepto o el seguidor, hacia la
figura del ‘’señor’’, también reconocido como ‘’caudillo’’, debido al reconocimiento de sus
dotes carismáticos o cualidades excepcionales. La figura del ‘’caudillo’’ es obedecida en
función de sus cualidades personales, y no de acuerdo con la posición que este ocupe. El
señor puede perder todo principio de autoridad o dominación; por ejemplo, cuando es
abandonado por su dios, le falta alguno de sus dotes carismáticos o se pierde la fe en su
caudillaje. El cuadro administrativo de este último ideal de dominación legítima, es
designado mediante un criterio carismático y de entrega personal, omitiendo de esta manera
los criterios de especialización y de estamento, los cuales fueron previamente abordados.
Este tipo puro carece completamente de normas tradicionales o estatuidas. Algunas de sus
principales características son las siguientes: la revelación y la creación actual, la hazaña y
el ejemplo, y la decisión tomada a partir de cada caso en particular. Tanto la fe como el
reconocimiento son considerados como deberes que exigen la legitimidad. El éxito que
tenga el caudillo con relación a la autoridad, dependerá de su capacidad de actuar en
función de la gracia de Dios, hecho que relaciona el principio de legitimidad con la fe.
El proceso de establecimiento de una dominación carismática puede variar. En primer
lugar, se considera una tradicionalización de las órdenes, regulada bajo una "autoridad de
prejuicios" y de la evaluación de los precedentes que estos defienden o que le son
atribuidos. En segundo lugar, mediante una transformación del cuadro administrativo, que
se encuentra determinado mediante la posesión de derechos y de dominios internos por
parte de los adeptos y seguidores. En tercer lugar, por medio de la transformación del
sentido del carisma, que está ligada dependiendo de la sucesión del líder. Esta sucesión
estará determinada de acuerdo a tres factores: La búsqueda de la cualidad carismática a
través de las señales, mediante un sorteo u otras técnicas de elección; la fe que se tenga a un
líder dependerá en gran mesura de la técnica que utilice, por último, a través de la
designación carismática del calificado.
La designación carismática del calificado, depende a su vez de al menos cinco puntos: A
partir de quién haya sido el último poseedor del carisma, realizada gracias a la agrupación
de seguidores carismáticamente calificados que es regulada por medio del reconocimiento
de una comunidad religiosa o militar. Por medio del carisma hereditario, en el que se
justifica la presencia del carisma en la sangre. A través de la objetivación ritual del carisma,
en la que el carisma puede ser concedido gracias a la realización de actos sacramentales.
Finalmente se encuentra el principio carismático de legitimidad. Este último se basa en el
reconocimiento que le otorgan los sometidos a una figura carismática personal que se
encuentra carismáticamente cualificada. Weber considera que tanto la designación realizada
a partir de la agrupación de seguidores como aquella bajo la aclamación de la comunidad,
es decir, por parte de una entidad militar o religiosa, han utilizado históricamente el
principio de votación, de tal manera que se decide un funcionario a voluntad de los
dominados, y estos le eligen de acuerdo a las pretensiones carismáticas que este presente.

En conclusión, el análisis de los patrones de dominación social demuestra que los tipos
puros de dominación pueden ser interpretados como momentos o escenarios inmersos en la
constante evolución de las realidades sociales. Como explicación de lo anterior, Weber cita
como ejemplo la evolución del carácter autoritario de la dominación en una dominación
antiautoritaria. La comunidad parte reconociendo el don de gracia que su líder tiene, no
obstante, este puede desarrollar hasta ser concebido como una elección popular. De esta
manera, se explica cómo la legitimidad puede alcanzar un significado democrático.

Referencias:
Árbol de la democracia. (2020). Max Weber. Universidad Nacional Autónoma de México.
Recuperado de: https://arboldelademocracia.cuaieed.unam.mx/autor/Max_Weber

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