´´El cine documental como forma de interrogación de la memoria.
Cualidades, aportes y límites´´
El texto nos presenta como es que, en el campo profesional de las ciencias
sociales, es habitual recurrir a la autoridad textual. La autoridad textual habilita y divide lo que tiene valor, de lo que no lo tiene. Logra otorgar un orden y coherencia en el discurso y brindando el necesario apoyo sobre desarrollos teóricos ponderables al momento de sugerir análisis acerca de la dinámica y estructura de lo social. Podríamos debatir entonces, que es lo ´´real´´ y que es la ´´realidad´´, pero perderíamos mucho tiempo en un conflicto que más bien le pertenece a la filosofía. Entenderemos al documental desde un conjunto de características y elementos que lo acercan más a una ficción comprometida, que a la de una aproximación de lo real. El mayor interés del texto, es mostrar la contribución e impacto que tiene el cine documental en la construcción de la memoria colectiva y el cómo este nos interroga, acerca del sentido de nuestro pasado. La memoria supone una reconstrucción más que un acto de recordar, y en esto conecta con el documental. El documental se encuentra tan cerca de la memoria como de la verdad histórica. Una, las entiende como disyunción, en tanto la historia tiene un discurso explicativo y crítico, con un afán demostrativo y en cambio, la memoria es selectiva, caprichosa y desordenada. Tenemos que pensar en la memoria e historia como un “a la vez”, y, en este sentido, memoria e historia “no pueden dejar de evocarse, de confundirse, de negarse”. “Hay que tomar la palabra documento en el sentido amplio, documento escrito, ilustrado, transmitido por el sonido, la imagen, o de cualquier otra manera”. El documental no es una ficción cualquiera, sino que tiene una pretensión legítima de representación del mundo, de sus acontecimientos, procesos sociales e históricos, tiene una clase de “pacto con la verdad”. Las narrativas del documental se comprometen con una ética y política de la mirada. El documental presenta problemáticas y conflictos específicos, como género frente a la ficción (o no), en sus modos de representación de la realidad, en las perspectivas y miradas de la realización, en el tratamiento ético de la realidad representada, etc. Aunque en esta búsqueda no admitamos que todas las versiones son posibles y cayendo en un relativismo ingenuo, riesgoso políticamente y poco productivo. En la actualidad el documental puede ser leído como un texto más, es un registro de un tiempo y espacio determinado. El documental es un fragmento de la realidad, atrapada en el tiempo. Como cualquier escrito que este comprometido con la verdad, el documental, por sí mismo es una memoria.