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Nombre:

Argelia Jiménez Gutiérrez.

Matricula:

2022-0945.

Asignatura:

Teología II.

Tema:

La fe comienza donde el orgullo termina.

Profesor:

José Mora Encarnación.

Fecha:

28/3/2023.
Introducción.

La fe y el orgullo están estrechamente relacionados entre sí, ya que, si tenemos fe, de


la misma viene la humildad y la creencia que nadie es mejor que nadie y ahí radica que
el orgullo no es bien visto, es por esto que en el siguiente reporte se estará haciendo
una breve recopilación sobre el documento que nos dice “la fe comienza donde el
orgullo termina”.

Esperando adquirir nuevos conocimientos y reforzar los que teníamos anteriormente.


La fe comienza donde el orgullo termina:

- ¿Qué es la fe?

Es un acto de entendimiento porque supone aceptar que el conocimiento es verdadero.


Se relaciona con la decisión de la voluntad, pues necesita un asentimiento del sujeto.

Esta se fortalece por repetición de actos (cuanto más acepto lo que me dice quien
merece mi confianza, más sencillo me resulta seguirlo).

La fe trata de comprender: el hombre de fe no renuncia al conocimiento racional. La fe


no huye del mismo, lo aprueban el nacimiento de la Teología.

El anhelo de Dios está en todo ser humano, pese a que una persona se aleje del o lo
rechace. Tenemos la posibilidad de conseguir, debido a el motivo, la vida de Dios,
aunque sea un Dios que aún no es el de la fe cristiana, este excede las fuerzas
naturales del entendimiento humano. Si nos fijamos en nuestra vida, descubrimos que,
en lo diario, vivimos de fe.

La fe es una aceptación segura: la fe no es algo personal ni fruto de una situación


emotiva o de un sentimiento pasajero. La fe es razonable: la Revelación cristiana no
puede repudiar a el motivo ni a la moral. Otra cosa es que la fe integre misterios que
implica la comprensión del motivo humano.

La fe y la ciencia no tienen la posibilidad de contradecirse: el cristiano no posee temor a


la ciencia, puesto que tanto la fe como el motivo vienen de Dios.

Se estima que todos los hombres cultivamos la interacción con la naturaleza, con la
sociedad, con nosotros como forma de comprender la vida. La cultura se nos muestra
como una realidad de carácter personal y social a la vez. Por ser interpretación de la
verdad, la cultura ha de estar abierta a todos los recursos que poseen pretensión
aclarativa y uno de ellos es la fe.

El orgullo justifica los errores y equivocaciones para defender el Yo. Una señal de
fuerza y nobleza es reconocer que somos humanos y que cometemos errores, empero
una persona orgullosa es débil y requiere vindicarse a sí misma y desea tener
constantemente la última palabra.
La fe es una elección por la que el creyente confirma que, en lo íntimo de la realidad
humana, hay un punto clave que no se apoya en lo cual se comprende. Una vez que
Jesús resucitado se surge frente al apóstol Tomás, deja claro este comienzo. Tomás
confiaba todo a poder ver y tocar. La fe exige más: una apuesta intensa, un salto, una
elección autentica por admitir el término de Dios y fiarse de ella.

Los límites de la fe:

Creemos que los contenidos de nuestra fe son verdaderos, pues ella supone confiar en
quien revela.

Si se demuestra la existencia de Dios por vías estrictamente racionales, no es


necesario creer que Dios exista: sabemos que existe. En cambio, si es objeto de la fe la
Encarnación de la segunda Persona de la Santísima Trinidad.

La relación fe-cultura tiene gran importancia hoy, pero siempre ha sido una cuestión
fundamental para el cristianismo.

Se considera que todos los hombres cultivamos la relación con la naturaleza, con la
sociedad, con nosotros mismos como forma de entender la vida. La cultura se nos
muestra como una realidad de carácter personal y social a la vez. Por ser interpretación
de la realidad, la cultura ha de estar abierta a todos los elementos que tienen
pretensión aclarativa y uno de ellos es la fe.

El orgullo es uno de los factores que más contribuyen a los desórdenes mentales y
emocionales. El orgullo atormenta y destroza al hombre, consume y vacía su alma y
cuerpo de toda energía. El orgulloso está distorsionado mental y emocionalmente.

El orgullo se resiente ante la corrección o la sugerencia con la actitud de: Yo sé lo que


estoy haciendo, nadie me tiene que decir lo que debo hacer, dese cuenta con quién
está hablando. Pero Proverbios 1:5 dice: "El entendido adquiría consejo".

La fe es una decisión por la que el creyente afirma que, en lo íntimo de la existencia


humana, hay un punto clave que no se fundamenta en lo que se comprende.
Conclusión.

En el reporte anteriormente leído, pudimos comprender que la fe no es mas la fuerte


convicción de creer fuertemente que algo es real o que algo va a suceder y que el
orgullo es un sentimiento horrendo que nadie debería tener y que nos lleva por el
camino de la perdición,

Me gusto bastante el tema, ya que nos habla de una problemática que vivimos a diario.

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