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ENSAYO

VANIA EMIRETH DE LA ROSA AVALOS

1101LC
SOLUCION DE PROBLEMAS
Y CREATIVIDAD
AYALA ORDOÑEZ JUAN
ENRIQUE
INTRODUCCIÓN GENERAL

La presencia y el consumo de sustancias psicotrópicas no es


algo nuevo en ninguna sociedad. Por el contrario, su existencia
está documentada en la historia de la mayoría de las culturas,
con variaciones en los tipos de drogas, los patrones de uso, sus
funciones individuales y sociales y las respuestas que las
sociedades han ido desarrollando a través del tiempo. Las
sustancias psicoactivas eran usadas en la antigüedad dentro de
las prácticas sociales integradas a la medicina, la religión y lo
ceremonial.

La ambivalencia social hacia las sustancias adictivas encuentra


su mejor expresión en el antiguo vocablo griego pharmakon, que
significa tanto medicina como veneno, algo que salva o quita la
vida.

El uso de sustancias que alteran los estados de conciencia se ha


ido presentando desde tiempos inmemoriales de manera diversa
y puede ser caracterizado como un consumo ritual/cultural,
médico/terapéutico, social/recreacional u
ocupacional/funcional. Las formas de uso de drogas pueden
fluctuar de acuerdo con numerosos factores individuales y
sociales.Así, los patrones tradicionales de uso fueron
desapareciendo a través del tiempo y el contexto y las formas
de consumo cambiaron. Las transformaciones y conflictos
geopolíticos y económicos, aunados a los intereses y
ramificaciones de la producción y distribución internacional de
sustancias, contribuyeron a que el consumo fuera adquiriendo
un carácter desintegrador. Lo que imprime una especificidad e
importancia al tema de las drogas en la actualidad es la forma
en que se presentan sus patrones de producción y distribución
a nivel mundial, los efectos económicos, sociales y en la salud
vinculados a esas sustancias, así como su carácter ilícito, su
impacto en las instituciones y la relevancia del tema en la agenda
y relación política de los gobiernos. El fenómeno de las drogas
ilícitas no puede ser visto fuera del contexto del desarrollo de
modelos económicos, tecnológicos, sociales y políticos
contemporáneos, de la creciente globalización y sus
consecuencias en la comunicación y en la transformación de
estilos de vida y valores tradicionales.

Se ha señalado que el consumo de drogas y las políticas han ido


cambiando a través del tiempo, en especial en ciertas
sociedades como la de Estados Unidos. Las actitudes hacia las
sustancias y su demanda son cambiantes y se ven influidas por
numerosos factores culturales, económicos y sociales en un
país o región; a esto se agrega la oferta y accesibilidad de las
sustancias y el marco de control legal y social que rodea al
consumo. La percepción del público hacia distintas sustancias y
su mayor o menor rechazo en muchas sociedades, pero no en
todas, condiciona la toma de decisiones políticas hacia su
control: En otros casos, el proceso es inverso y la política de
control tiene como consecuencia el que se busque otras drogas,
incluso más dañinas, o que se produzca un rechazo de la
sociedad hacia la política. Un ejemplo es la reacción de la
sociedad norteamericana a la prohibición del alcohol en este
siglo.

La preferencia hacia ciertas drogas presenta una dinámica, así


como las respuestas gubernamentales a través del tiempo.
Desafortunadamente, éstas han estado guiadas con frecuencia
por pugnas morales y políticas en lugar de basarse en el
conocimiento científico de los efectos en la salud, los impactos
sociales y los riesgos individuales específicos de cada tipo de
sustancia. Este conocimiento, puesto al alcance de la sociedad,
permitirá que se considere franca y directamente el problema y
que se produzcan cambios de conducta duraderos en las
personas y grupos; aunque la historia nos señala que el consumo
de drogas difícilmente va a desaparecer por completo, se podría
así, en el corto plazo, detener su crecimiento y disminuir las
graves consecuencias que estamos testimoniando.
COCAÍNA
La cocaína es un estimulante extremadamente adictivo que
afecta directamente al cerebro. La cocaína ha sido llamada la
droga de los años ochenta y noventa por su gran popularidad y
uso extendido en esas décadas. Sin embargo, no es una droga
nueva. En realidad, la cocaína es una de las drogas que se conoce
desde hace más tiempo.
La cocaína se obtiene de la siguiente manera:
I. El primer proceso que se realiza en esas infraestructuras es
volverla líquida para obtener la cristalización. Se calienta y se
deposita en una caneca en la que se disuelve con gasolina,
hexano y otros materiales Posteriormente, hay otro proceso
que se denomina de Re-oxidación y
Re-purificación.

II. El segundo proceso que se realiza se le conoce como La Re-


oxidación es un proceso similar o igual al de la oxidación de la
base de cocaína. Esta Re-oxidación se hace con
permanganato de potasio.
III. El tercer proceso se denomina disolución de lodos. Después
de que oxidamos se van a producir unos lodos que intervienen
para el proceso de cristalización. Utilizan el metabisulfito de
sodio. Este compuesto disuelve los lodos para que no
interfieran con la cristalización. Seguidamente, le agregan a
la solución carbón. Luego de que tenemos esta solución
pasamos a un filtrado con carbón activado, que es el paso
clave para que el producto sea blanco.
Actualmente una persona adicta a la coca puede consumir,
perfectamente, 10 gramos de cocaína al día.

Existen Quiero ver diferentes efectos de la cocaína ya que, al ser


expuesto repetidamente a la cocaína, el cerebro comienza a
adaptarse a la misma y la vía de gratificación se vuelve menos
sensible a los refuerzos naturales y a la droga en sí. El
consumidor puede desarrollar tolerancia, lo que significa que
necesitará una dosis cada vez mayor de la droga o que deberá
consumirla con más frecuencia para obtener el mismo placer
que cuando recién comenzó a usarla. Al mismo tiempo, los
consumidores también se pueden volver más sensibles a la
ansiedad, las convulsiones u otros efectos tóxicos de la cocaína.
La cocaína es una de las drogas más consumidas del mundo
según los datos procedentes del World Drug Report, elaborado
por Naciones Unidas. Y al igual que ocurre con el consumo de
otras drogas, los mayores consumidores de cocaína se
aglutinan especia Buena onda lmente en países económicamente
desarrollados.
Lo que fue en el año de 1987 A las 2003 hubo tendencias de uso
de cocaína en adolescentes y jóvenes en México entre 15 a 24
años N=9120.

Características de usuarios de cocaína de 15 a 24 años.


N = 293. Porcentaje calculado ajustando las respuestas
omitidas.

Drogas consumidas. Usuarios de cocaína de 15 a 24 años* N**


= 293
Diferencias por sexo en el uso de sustancias.
Usuarios de cocaína de 15 a 24 años*.
También existen otro tipo de drogas, las cuales se dividen en
drogas depresoras, estimulantes y perturbadora, ejemplo.
Depresoras
➢Alcohol
➢Opiáceos: heroína, morfina, metadona
➢Tranquilizantes: pastillas para calmar la ansiedad.
➢Hipnóticos: pastillas para dormir.
Estimulantes
➢Estimulantes mayores: anfetaminas y cocaína.
➢Estimulantes menores: nicotina y cafeína.
Perturbadoras
➢Alucinógenos: LSD, mezcalina, peyote
➢Derivados del cannabis: hachís, marihuana
➢Drogas de síntesis: Éxtasis, Eva, MDA
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN

Los datos presentados señalan que la cocaína no es una droga nueva


y que es una droga peligrosa que compromete la salud individual y
social. En la siguiente década, con el cierre de la ruta del Caribe para
sacar la droga de la región andina hacia Estados Unidos y Europa, la
cocaína encuentra su camino por el corredor América Central-México
y su consumo se extiende en nuestro país, aumentando entre los años
1988 y 2011 casi ocho veces el número de personas que habían
experimentado con ella. Estos datos muestran que la percepción de la
peligrosidad de la droga ha tenido variaciones a lo largo del tiempo,
como también ha variado el consumo, con periodos de crecimiento y
decremento a partir de que se inician los estudios epidemiológicos.
Estas tendencias, producto de variaciones en los mercados externos,
a factores internos y a las políticas públicas, deben ser consideradas
al evaluar programas de prevención para anticipar la demanda de
tratamiento.

La cocaína sigue considerándose como una droga peligrosa, factor


que favorece los programas de prevención que no requieren invertir
recursos para lograr que se le considere como tal, a diferencia del
alcohol, y aplicar los recursos en otras fases del problema. La
observación de que una cuarta parte de los usuarios la consuma
fumada, como crack o «piedra», y que sean sobre todo personas
desempleadas que además usan en mayor proporción otras drogas
que quienes recurren a su forma en polvo, obliga a instaurar
programas de identificación y atención de esta población, que
presenta más carencias y menor rezago en la atención. La asociación
entre esta forma de uso y la violencia en sus tres formas descritas
en el documento es importante, por lo que los programas de atención
deben incluir acciones de desarrollo social, de prevención del delito y
oportunidades de desarrollo emocional y social para estos grupos.
Sus estilos de vida, con frecuente exposición a la violencia, las ponen
en especial riesgo de tener un embarazo no deseado, y su
enfermedad a la exposición de su bebé a la droga in utero y después
del parto.

El hecho de que una tercera parte de los usuarios de cocaína empiece


a consumirla antes de los 18 años y que haber fumado o consumido
alcohol en la adolescencia temprana incremente la probabilidad de
experimentación con cocaína indican los caminos hacia la prevención
con programas integrados que permitan prevenir el uso de tabaco,
retrasar la edad de inicio del consumo de alcohol y reducir la
exposición de los adolescentes a la cocaína, al tiempo que se les dota
de las habilidades para tener un desarrollo alterno al uso de drogas y
con programas de desarrollo social que atienda las necesidades de
los grupos en mayor rezago que consumen las formas más dañinas
de esta droga. La observación de que su uso se extiende después de
la adolescencia obliga a mantener por más tiempo los programas
adaptados a las necesidades de personas que pasan por otros ciclos
de vida. Su asociación con las diferentes formas de violencia
descritas en el documento obliga a poner énfasis en la diferenciación
de estos fenómenos, ya que, a pesar de que pueden tener en común la
manifestación de una conducta violenta o ser víctima de delito o
agresión, tienen una etiología diferente y por tanto también deben de
ser diferentes los programas cuya meta es su control y disminución.
El documento explica los mecanismos mediante los cuales la droga
produce placer, factor que es lo que lleva a los usuarios a buscarla,
pero también señala el proceso de la dependencia, especialmente con
variaciones de corta duración, las razones que subyacen a las
recaídas tan frecuentes en la población de personas con dependencia
grave en tratamiento y de los daños producidos en múltiples órganos
y en la vida social.

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