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«LA CADENA,>
«La cadena» 39

Podéis imaginar que, cuando haya terminado esta guerra, comen-


zará la otra, la guerra económica (...). En esta guerra seréis los
soldados de primera fila. Por eso es interesante que conozcáis los
métodos de combate de vuestros aliados 1 (p. 2).

Tal vez se dirá que después de Verdún -cuántos obreros de las


«fábricas Renault» no volvieron de allí-, cuando todavía no se
ha firmado el armisticio (estamos en agosto de 1918), P. L. Re-
nault no brilla ni por su gusto ni por sus modales. La guerra
le ha permitido llevar a cabo una racionalización a marchas
Resulta, pues, sumamente ventajoso hacer que los me- forzadas. La marcha hacia el frente y las necesidades de la
canismos funcionen infatigablemente, reduciendo· al mí- «unión sagrada» han dejado la fábrica vacía de su fuerza y de
nimo posible los intervalos de reposo: la perfección en
su _alma, haciendo posibles unas «racionalizaciones» que en
la materia sería trabajar siempre (... ). Se ha introdu-
cido en el mismo taller a los dos sexos y. a las tres 1912-1913 habían movilizado en una lucha ejemplar- a todos
edades explotados en rivalidades, de frente -y, si pqde- los mecánicos 2. Además, desde el punto de vista de los fabrt-
mos hablar en estos términos, arrástrados sin distin- cantes, la guerra -tanto en Francia como en América- había
ción por el motor mecánico hacia el trabajo prolongado, tenido la virtud de asegurar un mercado continuo para unos
hacia el trabajo de día y de noche, para acercarse cada productos fabricados en serie (obuses, balas, armas de todas
vez más al movimiento perpetuo. clases, uniformes, gas y pólvora). En más de un sentido, la gue-
Barón DUPON,
Informe a la Cámara de París, 1847. rra rompe las barreras que todavía se levantaban. Además del
desarrollo del sector pesado y de la química (ocasionado por
el gas, ese «descubrimiento» de la guerra), la carnicería impe-
rialista de 1914, a través' de sus formidables destrucciones, deja
A) EL NACIMIENTO DE LA CADENA libre el camino para la «racionalización» capitalista del proce-
so de trabajo. Y P. L. Renault sabe de qué habla cuando dirige, ,
En el origen de la cadena, violencia calculada, sistemáticamente
el 30 de agosto de 1918, una circular a sus ingenieros donde
aplicada contra el trabajo de los hombres, ese sueño original
afirma:
del capital en busca del «movimiento perpetuo» de la fábrica.
La producción de flujo continuo, «piedra angular» de todos los
No hay duda... de que existen ya todos los elementos necesarios
sistemas de organización del trabajo, como dirá cincuenta años para una organización completa.
después el sociólogo Emery, nace en América, como era de es- (...) Desde el estudio de los diversos métodos, la estandarización
perar. de los elementos que deben entrar en estos estudios, la estandariza-
ción de las dimensiones de las piezas, desde los estudios de maqui-
naria y la gente que debe hacerlos, con miras al mejor rendimiento
en una fabricación en serie, (... ) desde los tiempos de montaje y
1. LAS VIRTUDES DE LA ·GUERRA
desmontaje, que han sido cuidadosamente estudiados, los tiempos
de avance y retroceso de los carros, de las maniobras de las contra-·
Pero cambiemos la perspectiva. He aquí la «cadena» vista des- puntas, de las maniobras de las torretas, desde las experiencias rela-
de Francia, tal como la presenta en sus comienzos -julio de tivas a las demostraciones y al cronometraje en los-talleres, (. ..) des-
1918- P. L. Renault, en el Boletín de las fábricas Renault, desti- de los informes que debería suministrar la oficina de cronometraje
nado a sus directivos. La «fabricación automovilística en Amé-
rica» es objeto ya de análisis sistemático. Singular crónica en la 1 Bulletin des usines Renault , archivos Renault, agosto de 1918,núm. 2.
2 Lucha ejemplar en muchos aspectos, pues los obreros manifestaron
que, de número en número, se desgranan las técnicas. «america- una conciencia perfectamente clara, no sólo de los objetivos inmediatos del
nas»de control sobre el trabajo obrero. Se da el tono de entrada, «cronometraje», sino también de sus objetivos estratégicos. Un intento
en forma de llamamiento a la prosecución de la guerra: de análisis de esta lucha es el de P. Fr idenson, Histoire des usines Re-
nault, Ed, du Seuil, París, 1972.
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«Progreso», pues, ya que las piezas se almacenan delante de cada
para indicar la velocidad adecuada a que debe emplearse la má-
quina en cada trabajo, así como las herramientas que deban pre- obrera -señalemos de paso que incluso aquí, en su grado cero,

cornzarse ....3 la «cadena» permite en adelante el acceso a la mujer-, pero
queda en manos de las obreras cierto poder d.e regular la c~den-
Por lo demás, esta fecundidad recíproca de la guerra y la in-
cia del trabajo, ya que cada una «~as~el CO~Junto a s~ ,,:e,?lll~»., I
Ford aplica cada una de estas tecmcas allI don~e la ImCIatlv~ \~
dustria no es nueva; sólo la inscripción de-una y otra en el re-
obrera -y por lo tanto el control obrero de, los tlempos- e~ta
"

gistro del capital provoca el cambio de escala.


Pero he aquí, paso a paso, la elaboración de la línea de
reducida al máximo. Como señala el Boletin, Ford ha sabido j
aportar a lo que encuentra en la industria de los relojes y de las
montaje, tal como se presenta a los ingenieros franceses.
cer.raduras «perfeccionamientos interesantes», de los cuales uno
de los más importantes es la asociación de un. ~ransportador d~
cadena para que el órgano pase de una ope'racion a otra. De ahí
11. TRANSPORTADORES DE CADENA, TRANSPORTADORES DE CINTA Y
la nueva afirmación -de validez general- referente al mon-
LINEA DE M ONTAJE
taje:
En el Boletín de las fábricas Renault, la lección americana 'está El principio es fijar la pieza principal al transporta.dor y hacerlo
centrada en torno a ese principio central de la nueva fábrica: el pasar delante de cada hombre, que fija en él otra pieza, d~ suerte
transportador de cinta. Ante todo, se le presenta en dos de sus que el órgano se encuentra completamente montado al final del
posibilidades de utilización. transportador 6.
La primera consiste en asegurar la circulación de un conjun-
to de piezas ante los obreros quietos en sus puestos de trabajo: Aquí se ve en qué consiste el «inte~esante p~rf~ccionamie~to»:
se conserva el principio del montaje por añadidura de prezas
En América, el montaje de las cerraduras se hace de la manera sucesivas -especialmente almacenadas del,an~e de cada obr~-
siguiente: se colocan en una caja todas las piezas que componen ra-, pero se añade un- pequeño detalle «tecmco»: la cadencia
la cerradura, la caja pasa ante una serie de obreras que montan una del trabajo está regulada mecánicamente, de manera totalmen-
pieza cada una y, al final de la serie, el montaje está terminado 4. te exterior al obrero, por la velocidad dada al transportador q~e
«pasa» delante de cada obrero. Ha nacido la línea de montaje;
Una doble ventaja resulta de aquí: economía de mano de obra su principio es enunciado de forma general ya en 1918. y los
de manutención y regulación autoritaria (mecánica) de la caden- «métodos americanos» de fabricación van a dar la vuelta al
í cia del trabajo, del ritmo de la caja que «pasa». Pero este ritmo mundo. , . d .,
tiene que ser limitado,pues cada obrera debe buscar la pieza Las verdaderas dificultades, que retrasarqn la írrtro UCClOn
cuyo montaje le está encomendado. Esta dificultad se soslaya de la cadena, no se presentan en el montaje, si:r:? en el mecani-
en el montaje de los «relojes o despertadores». zado. Pues para que las «piezas» puedan ser «fijadas> una .tr:=ts
otra al transportador era preciso que fuesen ngurosan:ente idén-
Para el montaje de los relojes o despertadores, se procede de otra ticas, intercambiables. En pocas palabras, era preCISO que. la
manera. Cada obrera tiene delante una caja que contiene las piezas producción de piezas -el «me~aniza~o»- fues~ «estandariza-
que debe montar. La primera obrera ensambla una pieza sobre la do» para hacer posible el montaje en Iínea a par trr de un trans-
pieza principal, pasa el conjunto a su vecina, que monta una segunda portador central automotor. -
pieza, y así sucesivamente hasta llegar a la última, donde el reloj A propósito del mecanizado, Fo~d ~s menos prolij?: ya que,
queda terminado s. como se verá, el que controla las tecmcas de producción de las
piezas estandarizadas es el dueño del montaje en «flujo con-
3 P. Fridenson presenta esta circular (op. cit., pp. 316-318),bajo el título tinuo». No obstante, en el Boletín de las fábricas Renault se
Les progrés de l'organization du t ravail pendant la guerreo Sólo hemos descubren algunas indicaciones:
recogido aquí los extractos más significativos.
4 Bulletin des usines Renault, núm. 2, p. 4. 6 Bulletin des usines Renault ; núm. 2, p. 4.
s [bid.
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Para los trabajadores, la línea de montaje significa confusión,
El p.rtncipio de trabajo en la fábrica Ford es hacer un taller o una
sección de taller por pieza; las máquinas están agrupadas por ope- fatiga suplementaria, desorden:
raciones y entre cada máquina hay instalados transportadores 7.
El tiempo que se ganaba y se perdía esperando la ~ue!?-, la tala-
dradora o la grúa de puente. Estos fallos en la .0rgamzacIOn de una
Si el transportador está presente siempre (la cuestión del con- fábrica que pasaba por funcionar a la arner'icana para nosotros
trol de los tiempos se resuelve en todas partes por idéntico
suponían fatiga 10.
procedimiento), aquí se pone el acento en otróprincipio: el de
la especialización (<<untaller por pieza»; «agrupación de las má-
Pero este desorden es sólo superficial. O quizá no es más que
f quinas por tipo de operación») en el seno del taller. Para dar una
visión completa, hay que añadir que la idea de una agrupación
la apariencia necesaria en que-se:,expresan las nuevas leyes
de bronce del capital, ya que" también:
de máquinas por «operaciones» encierra otra que 'será plenamen-
te desarrollada por Ford: la puesta a punto de máquinas espe- Era como en las películas donde las imágenes se ~uceden a una
cializadas en una sola operación 8. Aquí tendrá lugar el paso de velocidad sorprendente (... ). Se llegaba a una velocidad de gestos
la «máquina universal» (que sólo puede manejar un obrero que asombrosa 11.
posea una gama variada de modos operatorios) a la «máquina
especializada» (que lo más a menudo no requerirá más que «Velocidad sorprendente», «velocidad de gestos as~mbrosa»; ni \1:,'
manos de obreros especializados). . siquiera el prodigioso escritor que es Navel se Iibra de est~ ~ ,1
. Del mecanizado al montaje se suceden los «perfeccionamien- palab ra para describir el trabajo del nuevo taller: la «velocI- ~

I
tos»: transportadores de cinta y de cadena, grúas de puente' y dad». se repite en cada frase. . ., .
máquinas especializadas lanzadas cada una a su propia carrera, y finalmente, ahí reside la terrible ef'icacía del ford ismo,
toda la infraestructura del suelo va acompañada de una red pues, al -inaugurar el despotismo tra~qui~o y absoluto d~ los
aérea que asegura la circulación mecánica de las piezas de los tiempos y los movimientos, va au~ ~as leJOS ~ue el taylorIsmo -
ór-ganos a montar a lo largo de una línea de producción o de y, desde el punto de vista economIco: contribuye de manera
una línea a otra; las herramientas manuales están colgadas en- propia y específica a acelerar las mutaciones en curso.
cima de los puestos de trabajo. Ha nacido la fábrica «raciona-
[
lizada». Como se recordará, Navel exponía el resultado de una
forma impresionante: -B). NUEVAS NORMAS DE PRODUCTIVIDAD
Y DE PRODUCCION
Todo el espacio, del suelo a la techumbre de la nave, estaba roto,
cortado, surcado por el movimiento de las máquinas. Grúas de puente «Ford la hizo. Hizo una brecha en la producción en masa de '
corrían por encima - de los:t\ancos~ En el suelo, unas carretillas automóviles» 12. Esta exclamación, en la que Beynon ~poco sos-
eléctricas se esforzaban por circular. Xa no había sitio para el humo. pechoso sin embargo de benevol~nc:i~- d~j~ t:a~lucir una ~s-
En el fondo de la nave, unas prensas colosales cortaban travesaños, pecie de fascinación, resume el significado hlStOrICO del for dis-
capós y aletas, con un ruido parecido al de explosiones. Entretanto, mo. Pues es ahí precisamente, conSIderando las cosas de~de el
el metrallazo de los martillos automáticos de la calderería se im- punto de vista de la economía en su conjunto, donde reside la
ponía al estrépito de las máquinas 9.
pero el principio general es que nada es llevado ni acarreado en el taller
7 Lbid. aparte de las piezas. Los materiales se transportan e~ :ragonctaso r~Ifo101-
8 Por supuesto esto acarreará muchas modificacionesen la composición ques accionados por chasis Ford lisos, que son 1.0sufICientementemóviles
técnica del capital invertido y también, por consiguiente, en su composi- y rápidos como para circular en caso de necesidad por todo~ los pasos.
ción de valor y' orgánica. Ningún obrero tiene nunca que transportar ni levantar n::d~,SIendotodas
9 Esta presentación corresponde a una visión obrera de la configuración estas operaciones objeto de un servicio distinto. el serVICIO de transpor-
del nuevo taller: la de Nave! en T'ravaux, op, cit. Comparémosla con la tes.» H. Ford, Ma vie, mort oeuvre, Payot, p. 84.
dada por el propio Ford: «No hay en los talleres una sola pieza que no 10 Navel, op, cit., p. 111.
esté en movimiento. Unas, suspendidas en el aire por ganchos de cadenas 11 Id., p. 11. k 1973 17
que se dirigen al montaje en el orden exacto que les ha sido asignado. 12 H. Beynon, Working for Ford, Penguin Boo s, . p. .
Otras; se deslizan sobre una plataforma móvil; otra, por su propio peso;
1
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iendo a menudo un «first-clas man»
tion stu d·y SIgue SI .
especificidad del fordismo: en haber asegurado el paso a la an d mo l. ' ) _ d bidamente seleccíonado Y «en-
producción en serie y haber abierto con ello una «brecha» para (obrero de prrmera c~tse:::::l 'co~siste en la separación de los
"la producción en masa. Y, entendámonos bien, no solamente del trenado», ya que lo., . ., Ford desarrolla a Taylor y,
automóvil; pues si el automóvil, producto complejo por exce- trabajos de concepclOn y eJ~cucIo~división» del propio trabajo
lencia, puede fabricarse en serie, lo mismo pasará con cantidad a diferencia de él, asegu~~ aS<~su dice Emery la máxima
. ., 1 parcelaclon 1, como '
de productos más simples. de eJ:cucIOn, a ~ la división del trabajo se confunde
Para dejar las cosas claras y siguiendo un método rigurosa- ventaja que pu~~e sa~~r~e.~n del trabajo ello se debe a la par-
mente análogo al utilizado para describir las mutaciones introdu- aquí con la maXIma IVISIO 'y For'd entusiasta de-
cidas por el taylorismo, diremos brevemente que el fordismo ticular composición de la. clase ob~~:~iencia' ta.'n clara de este
asegura la aparición y la hegemonía de nuevas normas de pro- f'ensor del «open dsho!'l»'untl:np\~pn~sicióngeneral referente a la
hecho que saca e e
ductividad y de producción.
fuerza de trabajo:
uprimir la necesidad de la destreza en
III. NUEVAS NORMAS DE PRODUCTIVIDAD Todo el mundo trata de S
todos los empleos de la mano de obra 14.
, .Por- «nuevas normas de productividad» intentamos designar los en 1926 los «tiempos de
«progresos» que asegura la línea de montaje en lo que concierne El lo conseguirá hasta tal punto que" de 'obreros de Ford
t
/,1

a las técnicas de extorsión del plus trabajo. formación» para las diversas categonas
Ford es aquí ciertamente heredero y tributario del «scientific son los siguientes 15:
management» -de su protocolo central: el Time and motion
study-, pero la instauración de la línea de montaje lleva lª§__
. Total Total parcial
cosas a unos grados cualitativamente nuevos. --
Tiempo de formación
43%
Menos de 1 día 79 %
1. Ante todo gracias al «transportador», por dos razones. 36%
Por un lado, y ahí está el principio de su «economía» general, el De 1 día a 1 semana 85 O/o
6%
transportador permite suprimir gran parte de la mano de obra De 1 semana a 1 mes 99%
I 14%
de mantenimiento 13. Por otra, permite reintegrar al taller parte . De 1 mes a 1 año 100%
de. ese tiempo suprimido en forma de tiempo de trabajo pro- 1%
De 1 año a 6 años
ductivo, y ello a una «velocidad regulada» de manera autoritaria.
JI En resumen, el transportador elimina los «tiempos muertos» ., del trabajo complejo sólo pudo
!¡ del taller y los convierte en tiempo de trabajo productivo. En realidad, _tal «reduccIon» 11 in precedentes del maquinis-
«Andar no es una actividad remuneradora», gustaba derepetir . s a un desarro o SI , -.
obtenerse gracia 1 ., sólo pudo resultar de un gi-
Ford. Contrapartida de la eliminación de los desplazamientos en mo. La tan bb~scaddaa:tt~~~~~o:na especialización cada vez más
el taller y la fábrica, los «tiempos muertos» en el trabajo, «po- gantesco tra aj o e -
ros» por los que «respira» el trabajador, son reducidos al má-
ximo. El resultado de esto es una brutal prolongación de la . '1 ue da el mismo Ford: "En la
14 Un ejemplo escogIdo entre los mi hqaCIoa todo el trabajo a mano Y
duración efectiva de la jornada de trabajo. . .o . lo donde antes se
fundICIOn, por ejernpio. .' d
. l'
hay ya desde la raciona 1zaCIOn,
.o
donde había obreros espeCIalIza os, fno dídores 'realmente 'especializados'.
2. Después, la línea de montaje lleva hasta sus límites la más que un 5 % de modelado~es Y .uftz~dos' en una sola operación que
parcelación del trabajo. Con Taylor, el obrero sometido al Time El 95 % restante son obreros es pecaa ondiciones de ejecutar en dos
el individuo más estúpido puede estar en '; 'na » Ma vie mon ceuvre.
. h e enteraffiPnte a maqw ... , ' it d
días. El montaje se ac '; de l~ rationalisation, 1931; CI a o
13 Así, en el Bulletin des usines Renault, núm. 6, se expone: «Al prin- 15Fuente: Hirsce, Aspects soc~aux II du travail. Doctorado de tercer
por F. Courtel, L'Organ~satwn rationne e
cipio, los transportadores sólo fueron instalados en aras de la economía ciclo, Université de París VIII, 1974.
para reducir el número de peones» (p. 2).
i¡¡
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llan a un mismo tiempo y acumulan sus efectos, al i~al qu~
avanzada del maqumismo. Lo que acarreará transformaciones
se mezclan las ganancias de tiempo que resul~an de la int enst-
en la composición orgánica del capital invertido 16.
ficación del trabajo y ~as que r~sultan del incremento de la
3. Por últi~o, la organizacióndeltrabajo~~!L;~1!!1~.~s» -in- productividad del trab ajo. Al designar las con un concepto pro-
cluso-er-~i11ecamzadosallí . d'6ñdé - él' tráñspórtador no puede
pio -nuevas normas de pro~~ctividad- s~ intenta ~olamente
cumplir su plena función de «convertidor de tiempo»7.~ia.ori-
precisar tres- caracteres especIhco~ del for di smo relatIvos. a la:
gen a otr() .t,ipgcd~~<;.Qmp4ic;l.~g;~.sººreañade al ..despótisiñ0'-de
técnicas de extorsión del plustrabaJo, que se pueden resumI~, en.
-Ia máquina un principio «panóptico» de Vigrránéía:~~s:r"éIB01~-
Un"'aé"'lás7dbl:réa!ioRefia:utnnformao:~--",-~~~.
... "0 ..'. ,
_ economía «general» de mano de obra de n;-anutenclOn y
conversión del tiempo eliminado en tiempo efectIvamente pro-
Antes de la introducción de los transportadores, el taller de volantes ductivo; .
_ fijación autoritaria de la cadencia que. lleva consigo una
estaba tan atestado que era inabordable y al capataz le era imposible
vigilar el trabajo. «socialización» del ritmo de trabajo de los hombres sometidos
a la velocidad de un mismo transportador 17;
A la estrategia obrera de ocupacion del espacio, el capital opo- _ recurso sistemático al maquinismo: la extorsión de plus-
ne su propio pensamiento: el desarrollo de la producción «en valor relativo se hace aquí sobre una base mucho más amplia
líneas». En ese mismo taller de «volantes» que por medio del scientific management 18.» ••
En total e...incluso si tienen en común el hecho de p¡lrtICI~ar
la duración de las operaciones era de treinta y un minutos y se ha en el establecimiento de un nuevo modo de consumo productivo
reducido a veinte minutos. . de la fuerza de trabajo, ~~"E.~Em~·~'?~t}?E"?5!~S"!i~~~;sIñ~~~"r:~:i~tsS
al fordismo) pos<:!en..• ,=~~.,...=
~n.<;t.LSeX~~j~..rl~.~Gª~""P+Q];?J.~
•..... . ..~,~~:,
El.texto no precisa en esta ganancia de once minutos lo que tinguen de las ~íigJ;m.iij.::ª~~J;raJ2ajo,~
(atnbUIdas al ~~ylonsmo},,,,<de
las '1,ue·.s<;.~tiJ1!Y~~JJp.~4.e;¡ªrm.ll2,cJ?,,~~,<3,hL~e;IJ:l,2}~!!.,.S-.~t;!,~Sg.n.

I
es Imputable al progreso «técnico» surgido de la racionalización ,~~,o_
y lo. que resulta de la posibilidad abierta de una mejor «vigi- Ió'í"'dIsmo. s~,C9nstltuya ..algo .;¡;:u,I~Y.Q=y,~sP.ec,lbco .eRJQ_ql,lY}·~s.
~ancla». Pero, desde el punto de vista práctico, ¿es tan grande la 2§~1;'f~rrn.<l.ci9g.9~~JQS,.y¡l10rs:s" cl.t;.c~aml:>io.
Y alas.condIcIO-
Importancia de esta distinción como para que merezca la pena nes cle-ra:-Ji9'du~ción.d~m~rSf!:!!c:las. ,
hacerse? "'..-.~~~"

En este ejemplo, como por lo demás en todo lo que concier-


ne al taller «técnico», los materiales de producción y los modos IV. NUEVAS NORMAS DE PRODUCCION
de' control y de vigilancia de las formas de trabajo se desarro-
.•.,~,é~19"~~~-
Con la entrada de la lín,.ea~~ J1i~0.E!~I~."~!l.(!1"""~~!I~E:,,,,,n.2
, modifican las. relaciones <le: tra1::>.ª:iR;.AIasegurar su negemoma
Ateniéndose a los primeros momentos de la racionalización (1905-
16
1914), las cifras dadas por Fridenson son significativas:
én las dIstmtaSraiñ~s' =--:Cíebido' eficacia- -a-su~
_iÜa..,ec;,Q.Qqm.i~~~;.:.
industrial sufre. fiI1a!m~uJ~"J#2e_mJltec;:J2"P.~Q-.Sg,C;SqDillJJ"t9ier: ,su
Evolución del número de máquinas-herramientas utilizadas principio mismo. 'Semodifican a la vez l~ ~scala de prOdUCCI?~,
en las fábricas Renault la naturaleza de los proaúCLos y las condiciones de la formaclOn
de los costos de producción. Estos fenómenos serán designados
Años 1905 1911 1912 1913 1914
. por el concepto de normas d~ PE?c1tJ.cción.El enunciado más
Número :';..:
- -:,!:.~~,~".,,~
de máquinas 400 1496 1608 2026 2250
17 Esta «socialización» forzosa, obtenida del ritmo de trabajo, se, dis-
tingue de la norma tayloriana, que se basa en principio en el rendimiento
~esde el ?~to de vista teórico, estas mutaciones en Ia.dmportancia rela-
tiva adquírída por el capital constante a expensas del capital variable se individual. . .
18 Este solo hecho bastaría para distinguir las normas taylonan:as. de
expresan en. e! concepto de composición orgánica del capital. «Denomino trabajo de las normas fordianas de «productividad», aunque en este últtrno
a l~ composición de v~lor del capital, en tanto se determina por la com- caso se busquen Y se obtengan, como hemos dicho, aumentos de la
pos~cI~mtecmca .del mismo y refleja las variaciones de ésta, composición
orgamca del capit.al» [El capital, op, cit., libro 1, vol. 3, p. 760]. intensificación del trabajo.
49
48 Benjamin Coriat «La cadena»
De forma más precisa, hoy día se admite que la «normalización»
preciso de su contenido exige que sean examinadas dos series
de hecho.s: los prim~ros. ~e desprenden del análisis del proceso reviste tres aspectos 21: .' .• ,
_ la especificación de [as normas de cal.ldad o d~fImcIOn ¡j~
de trabajo o de f'abrtcación propiamente dicho y, por tanto, del Ú\S característicasde un producto o materia con VIstas a defi-
valor de uso de las mercancías; los segundos pretenden dar nir, sus resultadosmínimos en condiciones normales de empleo;
c~er:ta de un análisis en términos de trabajo abstracto y por con- _ Unificación de las dimensiones Y la: tolerancias a fin de
siguiente del valor de cambio. garantizar la intercambiabilidad de las piezas y los productos
(este aspecto de la normalización es sin duda, desde e~ punto
de vista que aquí nos ocupa, el más importante; constituye la
a) Estandarización y transformación de las «normas
condición de la producción en serie);
de escalas» , _ simplificación de la cantidad por eliminación de las varie-
Desd~ el punto de vista del valor de uso, se puede decir que lo dades inútiles.
La.' sustitución del «ajustado» por el «montaje» que se lleva
pr opro de la línea de montaje es haber asegurado las condicio- . a cabo -revolución «técnica» interna en el taller- tendrá como
nes del paso a la producción en serie de mercancías estandari- sanción una transformación de la norma correspondiente a la
zc:das. Por lo demás, «estandarización» y «producción en sec escala de la producción: la fabricación en serie de meryancías
rie» son dos especificaciones complementarias, expresando la estandarizadas toma impulso y se impone como nueva regla de
una en el orden de la calidad lo que expresa la otra en el orden
la «economía' industria!».
de la cant!dad. Lo importante es señalar que, para asegurar el
paso ~ se.nes prolongadas, l~, dificultad no consiste en el aspecto
c~~ntltatlvo de la. :produccIOn en serie». Aplicando ciertos prin- b) Capital fijo, capüal circulante Y Ciclo del capital productivo
CIpIOSde producción, se pueden producir «en serie» los diferen-
tes elementos que componen un producto dado. Los problemas ri~~de el punto de vista del trabajo abstra~to Y .del valor de
nacen cuando se trata de montar y articular unos elementos to- cambio el cambio no es menor. Es que al rmsrno t íernpo que la
mados «al azar» entre las series disponibles. Para que sea posi- línea de montaje permite un incremento del, rendimiento del
ble el «montaje» hace falta que los elementos tomados «al azar» trabajo 22, hace también posible, a través d~, una «g~stión» par-
sean rigurosamente -ídénticos e intercambiables. De ahí el as- ticular del capital circulante, una aceleraclOn del ciclo del ca-
pecto «cualitativo» indicado. Ya que la «estandarización» del pital; productivo.
prod~cto 19 s.~pone un considerable trabajo previo de selección - Nevins, biógrafo minucioso de la «Ford Motor Company».
y unIf?rmacIOn de los modos operatorios, las herramientas, los describe las cosas en pocas palabras diciendo que Ford lleva a
cabo la «producción sin depósitos». Además, y este ~s ~n punto
matenales y las figuras elementales que entran en la formación
que merece la pena señalar, Nevins ve en ello la prmcípal con-
de cualquier producto-mercancía. Esta actividad llamada de
tribución de Ford, al haber sabido «reducir» éste «la holganza
({n~rmalización», es definida así, al acabar la guer:a,.por J. Che-
de los materiales» como Taylor había sabido reducir «la hol-
valíer 20:
ganza de los hombres».
La J?-0~malizaciónes la definición de tipos unificados que deben 21 Las tres definiciones siguientes están sacadas, con peq~eñas modifi-
sus trtutr a los elementos dispares creados al azar de las fabricaciones. caciones, de la obra de G. Luber t, La préparation du travail, Chotard et
Associés Editeurs, 1972. (G. Lubert es actualmente delegado general del
Bureau des Ternps Elementaires [BTE].)
d 1~ C<:'X: Taylor I;abía comenzado un importante movimiento de estan- 22 El hecho de tomar en cuenta la línea de montaje como técnica de
arrzacion, pero aun no. afectaba efl:10 esencial más que a ,la maquinaria; extorsión del plustrabajo forma, por supuesto, parte integrante ~el aná-
sob~e este punto, cf., SClenc:e, technique el capital, op. cit., pp. 121-133. lisis en términos de trabajo abstracto de las rrrutactories IntrodUCIdas por
C J '. Chevalier, L Organisation du travail, París, Flammarion, 1946. J. el fordismo. Aquí es algo que se da por hecho. En este párrafo s~ hace
heval~er es,,:1 ac:~bar la guerra, uno de los pioneros en todo lo referente hincapié en otro aspecto de la revolución fordiana, complementarlo del
?- la sIst:x:nahzaclOn de los «métodos americanos» de producción y su
intr'oducclón en Francia. primero.
50 Benjamin Coriat «La cadena»
. TO<toyroviene aquí de que la circulación constante, asegura- que con el método antiguo ocurre a menud? que cierta.s
da poi' et;transporte de las piezas y materiales necesarios, permi- estén avanzadas en centenares y hasta mIllares de pieza
te un aprovisionamiento «continuo y regulado» a los obreros pecto a otras sin que se note 24.
quietos en sus puestos de trabajo. En los escritos de Ford hay
una imagen incesantemente evocada cada vez que se trata de Estcis desajustes en el flujo de los diferent~s el~ment?~ q~e in-
presentar sus talleres. Es la imagen del rfo y sus afluentes.
i
tervienen en un montaje dado traen consigo InmC:>;IhzaclOnes
Afirma que hay que imaginarse el taller de montaje (final) de capital y «retrasos» en el ciclo de la pro~uccIOn. Ya s~a
como un río en el que vienen a converger, de manera ordenada, porque se produce una situación de «ruptura Interna ?e eXIS-
unos afluentes, procedentes de los diferentes talleres donde tencias», ya sea porque ciertos compo?entes se fa,?ncan en
han sido fabricadas las piezas, que las conducen al lugar exacto cantidades mucho mayores de lo necesano, Y por ~~o trenen que
donde ocupan su sitio en el esquema de montaje preestableci- ser- almacenadas hasta que sea posible su utl~IZaclOn. "
do. Los sistemas de transporte son así los simples soportes de Técnicas nuevas de extorsión del plustrabaJ? Y b~nef¡cIOs ob-
una «fluidez» ordenada. . tenidos gracias a una nueva «gestión» del caprtal CIrculante: la
Las ventajas económicas que de esto resultan son múltiples: línea de montaje trae consigo un doble progreso,. cuyos efectos
se. acumulan. Si estos datos ref~rentes a. las corrdiciories de for-
en primer lugar, se reduce al. máximo la tnmasilizaaion mación de los valores de cambio se relaCIOnan con los referente~
improductiva de capital (aquí circulante) que se analiza a las mutaciones en la producción de valores de uso (estandarí-
(en términos contables) como un costo suplementario de zación y fabricación en serie), el contenido de l:a~,nuevas nor;nas
almacenaje 23; de producción puede ser definido con preCISI?~. Se desígna .),.
además se reducen los «tiempos muertos» de la fabrica- como nuevas normas de producción la prodr:cc~on en se~te de .
ción, antes necesarios entre cada aprovisionamiento; . mercancías estandarizadas cuyo valor en t errninos de tlempo
por último y sobre todo podría decirse que se han elimi- detrabajo necesario há sido rebajado.
nado todas las detenciones del proceso de transformación , Por su misma eficacia, estas «normas» van a extender~~ por
que podían resultar de un defecto de ajuste, en calidad o todas las ramas, alterando las condiciones de la producclOn de
en cantidad, en la producción de los distintos componentes mercancías. Pues el taller va a llenarse de ahora en adel,ant~ de
elementales; sobre este punto, el Boletín es muy claro: sistemas cada vez más complejos e integrados de maqu~n~,s,
acarreando progresivamente una modificación e~ la com posictori
El hecho de tener todas las piezas en curso de fabricación en los orgánica del capital. En efecto, éste es el I?reclo de los nuevos
tra?sporta~<?res pe:mite al jefe de taller ver de una simple ojeada progresos, que se acusará diciendo que al Igual que las ~~evas
que operación no SIgue a las otras por el amontonamiento de piezas normas de trabajo remitían principalmente a nuevas condlclo~~S
en esa operación, yeso le permite remediarlo en seguida, mientras de trabajo en el establecimiento de la tasa de explotaciort
(PLjV), las nuevas normas de prod~cc~ón conciernen, por su
23 Por lo que concierne a la reducción de las existencias de productos
parte, a los mecanismos de estableclmzento de la tasa de ga-
aoabados o en curso de fabricación, hay «tablas» que permiten establecer
senes en las .que s::len a relucir la rentabilidad comparada en un año, por . PL
c:;tdafranco inver-tido, para un margen bruto del 15 % (por ejemplo) con nancia (----).
dlferentes· velocidades de rotación del capital. Se obtiene: C+V .'
Desde el taller, donde apareció en un p~m~lpIO, 1:: raCIOna-
Existencias medias Tasa de rotación Margen bruto lización extenderá-sus efectos a la «economla Indust.rial» en su
(en semanas) anual (en francos)
conjunto. Con Ford, la producción en masa encuentra el tipo de
1 52 9,18 "proceso de trabajo adecuado a ella. '
1,5 34,7 6,12
2 26 4,59
3 17,3 3,06

Este cuadro pone claramente de relieve cómo la reducción de las exis-


tencias (en curso de fabricación) hace crecer el margen bruto. 24 Bulletin des usines Renault, núm. 6, p. 2.

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