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Cataplasmas

Otra práctica recomendable para estimular la depuración orgánica a través de la piel, son
las cataplasmas o emplastos. Se recomiendan dos sencillas y económicas: la arcilla y la hoja
de repollo.

CATAPLASMA DE ARCILLA
Es antiquísimo el conocimiento sobre la capacidad de capturar desechos que tiene la arcilla,
demostrado por el uso intuitivo que siempre hicieron animales y seres humanos. Además
de aspirar los desechos superficiales, la arcilla tiene además la capacidad de absorber
desechos más profundos.
Se trata de aplicar sobre la zona afectada (previamente cubierta con una tela de algodón)
una capa de arcilla diluida en agua (hasta formar una pasta espesa). Luego se cubre con otro
paño de algodón y se mantiene entre media y una hora. En inflamaciones se usa a
temperatura ambiente, en cambio cuando falta vitalidad conviene calentar la pasta antes de
aplicar.

CATAPLASMA DE REPOLLO
El repollo suma la característica de aportar principios activos a través de la piel.
Utilizar hojas con buena vitalidad. Remojar un momento en agua caliente para ablandarlas
y luego con un rodillo aplastarla bien para que resulte una superficie suave y uniforme. Se
aplican directamente sobre la piel y en capas, cubriendo luego con un paño. Puede renovarse
la aplicación cada hora.

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