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Director general Carta del Editor

DIRECTORIO
Karl Gerstner
karl@elcuentorevistadeimaginacion.
com El Cuento. Revista de Imaginación se publicó durante
seis décadas, de 1939 a 1999. Sus 150 números com-
Director editorial
Peter Mendelsund pendian un acervo invaluable de narraciones breves y
peter@elcuentorevistadeimaginacion. agrupan a los autores ejemplares del género, que hoy
com
forman parte del canon cuentístico latinoamericano y
Director creativo universal.
Alexey Brodovitch
alexey@elcuentorevistadeimagina- La visión de Edmundo Valadés —fundador y promo-
cion.com tor de la publicación— permitió durante dos épocas
Jefe de redacción
de la revista mostrar las ficciones y minificciones que
Juan Villoro evidencian los temas fundamentales de la literatura
juan@elcuentorevistadeimaginacion.
com
breve como el amor, la infancia, el humor, la fantasía y
el terror.
Redacción
Horacio Quiroga
La propuesta que hoy se presenta es un homenaje y
horacio@elcuentorevistadeimagina- una renovación del género editorial. En especial en el
cion.com diseño y presentación de la ficción breve para públicos
Editor gráfico nuevos, dirigida a jóvenes lectores que van más allá
Jessica Hische de las lecturas escolares y que buscan estremecer su
jessica@elcuentorevistadeimagina-
cion.com imaginación.
Como en su época anterior, las imágenes son un
Coordinador editorial
Robert Bringhurst complemento de los textos, pero en esta nueva edición
robert@elcuentorevistadeimagina- cumplen a demás una función estética y comunicativa
cion.com
más evidente, acorde con los nuevos tiempos audiovi-
Diseñador editorial suales y con las aspiraciones de un público más exi-
Jessica Hische
jessica@elcuentorevistadeimagina-
gente y culto.
cion.com Deseamos que esta nueva época renueve en los lecto-
Coordinador web
res el gusto por la ficción breve y se emocione con la
José Joaquín Blanco narrativa latinoamericana del siglo XXI.
jose@elcuentorevistadeimaginacion.
com

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Felipe Ehrenberg El Cuento, revista de imaginación (no. 11, abril 2016) es una publicación mensual edi-
felipe@elcuentorevistadeimaginacion. tada por ELCUENTO ediciones C.P. 06820, del. Cuauhtémoc, México, D.F. tel: 8647
com 5870. Editor responsable Julia Herlo, julia_herlo@elcuentorevistadeimaginacion.com.
Número de certificado de licitud de contenido: 11660. Número de certificado de lici-
Administración tud de título: 14087. Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo
Fernando Guitierréz del título: 04-2012-042713243600-102. Número de registro ISSN: 1405-6895. Distri-
fernando@elcuentorevistadeimagina- buida por Pernas y Cia. Poniente 134, no. 650, col. Industrial Vallejo, del. Azcapotzal-
cion.com co. México, D.F. tel: 55 87 44 55. Circulación auditada por DLV y Asociados 2015.

Distribución Portada: copyright ANDREA YVETTE MARTÍNEZ PÉREZ


Eva Heller
eva@elcuentorevistadeimaginacion. Los textos aquí publicados son en su totalidad responsabilidad de su autor.
com Prohibida la reproducción total o parcial. Copyright El cuento, revista de imaginación
2020.
Suscripciones
Jorge de Buen www.elcuentorevistadeimaginacion.com
jorge@elcuentorevistadeimaginacion. fb y twitter el cuento
com
SUMARIO
6 El cuento y sus
notas breves 10 El Guardagu-
jas de Juan 22 Viajes de Ju-
lio Cortázar
José Arreola
Música y Literatura
Historia de Crono-
10 películas basa-
das en cuentos de
21 El autor Juan
José Arreola
pios y famas

Cortázar

Cuentos de Chéjov

Mejores cuentos de
2019
EL CUENTO
Y SUS
NOTAS BREVES
Música y literatura tes amigos, que las han
ido incorporando a sus re-
pertorios y a sus discos.
La relación entre la mú- Joaquín Sabina, entre
Un debate que en los últi-
sica y la literatura ha sido otros, que trabajan en pro-
mos años se ha incentiva-
de las más antiguas y pro- yectos que aúnan música
do gracias a las repetidas
vechosas colaboraciones y literatura.
nominaciones al premio
que se han producido en- El escritor Mario Benedet-
Nobel de literatura a Bob
tre las distintas manifesta- ti, que en su obra tiene
Dylan, es que si la música
ciones del arte. La poesía
puede llegar a conside-
nació unida con la músi-
rarse un género literario
ca, canciones y rimas se
como tal.
emplearon primeramente
para que se recordaran
La lírica de Dylan es una
los comportamientos de
la sociedad. La música y
la literatura han estado li-
gadas desde la época de
los trovadores los cuales
ligaban la poesía con la
música.
Los cantantes y músicos poesía que podríamos de-
optan por recurrir a la cir es bastante accesible al
poesía y a la literatura para público, encuentra atracti-
cantar, tocar o tomar ver- vo para cantantes de todo
sos de sus poemas favori- tipo, desde comienzos de
tos. Se encuentran casos los años setenta, ha es- poesía avasallante que se
como el de Joan Manuel crito numerosas letras de ha ganada la admiración y
Serrat, Silvio Rodríguez, canciones, muchas de las respeto de muchos escri-
Joaquín Sabia cuales le fueron solicita- tores y críticos de literatu-
das por músicos y cantan- ra.

6
Serrat apunta que “Dylan ”Poniendo esto como refe- tremendamente prove-
es un hombre que entien- rencia vemos que cuando chosa a la cual el público
de las cosas de una forma el músico implementa más siempre responde..
lúcida y que aglutina todo factores literarios y nutre
el pensamiento de progre- su lírica leyendo y anali-
so, sin el cual no se enten- zando grandes obras lite-
dería ni la música, ni los rarias, está alimentando
últimos cincuenta años”. su música de una forma

10 películas basadas en cuentos de


Cortázar
briel García Márquez o
Mario Benedetti.
Cortázar no sólo contri-
buyó al quehacer cine-
matográfico a través de
sus cuentos, su carrera
también se vio reflejada
en la pantalla grande a
El cine, en la mayoría de juicio, son autores que, través de un documental
las ocasiones, se basa en además de tener algunos de su vida titulado Cortá-
grandes relatos literarios. de los libros más popula- zar y realizado por Tristan
Aquellos que logran im- res y vendidos, han colo- Bauer.
pactar en nuestra mente, cado su trabajo en la lista
y se cree, pueden funcio- de las cintas más taquille- Presentamos los cuentos
nar muy bien al adaptarse ras. que han logrado inspirar a
a la pantalla grande, son Julio Cortázar es uno de los cineastas a crear mag-
seleccionados por gran- los escritores más impor- níficas obras.
des productores para lo- tantes de toda Latinoamé- INTIMIDAD DE LOS
grar transformar las letras rica. Sus obras han sido PARQUES Emanuel
en imágenes. Muchos es- traducidas a decenas de Antín
critores son conocidos a idiomas y se ha colocado
través de los relatos que al lado de grandes cuen-
se llevaron a la pantalla tistas como Edgar Allan
grande. Ejemplo de esto Poe o Maupassant. Él con-
son los éxitos en pantalla tinúa a la cabeza de auto-
El resplandor, Eso y Carrie, res latinoamericanos que
escritos de Stephen King. han sido retomados para
Otros escritores como Na- transformar sus obras en
bokov con Lolita o Jane producciones cinemato-
Austen con Orgullo y pre- gráficas, sin olvidar a Ga-

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FURIA Alexandre Aja MENTIRAS PIADOSAS DIARIO PARA UN CUENTO
Diego Sabanés Jana Bokova

JUEGO SUBTERRÁNEO EL GRAN EMBOTELLA- WEEKEND Jean-Luc Go-


Roberto Gervitz MIENTO Luigi Comencini dard

Cuentos de Mejores cuentos de


Chéjov 2019
El pasado fin de semana Según los resultados una votación llevada a cabo entre
la editorial Colofón Libros los lectores del diario El País, el mejor libro de cuentos
presentó, en el marco de la de 2019 fue Mala índole. Cuentos aceptados y acepta-
Feria Internacional del Pa- bles de Javier Marías. En este volumen se compilan los
lacio de Minería, Cuentos cuentos que el escritor español publicó desde 1975 tanto
completos, 1880-1885, de en libros como Cuando fui mortal y Mientras ellas duer-
Antón Chéjov. El libro, en men, como los que aparecieron aisladamente y que eran
el que fungió como editor ya muy difíciles de encontrar. Consolidado tal vez como
Paul Viejo, es la primera el escritor español más importante hoy en día, Marías
parte de cuatro volúmenes presenta en esta antología una parte medular de su obra
que recopilan las historias que es, sobre todo, reconocida por las novelas. Sin em-
cortas del autor ruso. “La bargo, los cuentos son fundamentales para entender su
muerte de un funciona- universo literario, ya que, según lo que Ana Rodríguez
rio” y “La dama del perri- Fischer escribió para El País, “constituyen una amplia y
to” son algunos de los 239 diversa puerta de entrada al singular mundo de Javier
cuentos que incluye esta Marías, en temas y conflictos o motivos (incluida la pre-
primera entrega. Chéjov, sencia de varios personajes), así como en rasgos estric-
que nació el 17 de enero tamente formales como los modos narrativos y la polifo-
de 1860. nía discursiva que el autor ha ido modulando

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9
EL GUARDUJAS
JUAN JOSÉ ARREOLA

El forastero llegó sin


aliento a la estación
desierta. Su gran va-
lija, que nadie quiso
conducir, le había fa-
tigado en extremo. Se
enjugó el rostro con
un pañuelo, y con la
mano en visera miró
los rieles que se per-
dían en el horizonte.
Desalentado y pensa-
tivo consultó su reloj:
la hora justa en que el
tren debía partir.
Alguien, salido de
quién sabe dónde, le
dio una palmada muy
suave. Al moverse, el
forastero se halló ante
un viejecillo de vago
aspecto ferrocarrilero. ¿ha salido ya el tren? buscar alojamiento en
Llevaba en la mano –¿Lleva usted poco la fonda para viajeros,
una linterna roja, tiempo en este país? –y señaló un extraño
pero tan pequeña, que –Necesito salir inme- edificio ceniciento que
parecía de juguete. diatamente. Debo ha- más bien parecía un
Miró sonriendo al via- llarme en T. mañana presidio.
jero, y éste le dijo an- mismo. –Pero yo no quiero
sioso su pregunta: –Se ve que usted igno- alojarme, sino salir en
ra por completo lo que el tren.
–Usted perdone, ocurre. Lo que debe –Alquile usted un
hacer ahora mismo es cuarto

10
El Guardujas
inmediatamente, si es que los convoyes en mi vida y conocí
que lo hay. En caso de cumplan las indica- algunos viajeros que
que pueda conseguir- ciones contenidas en pudieron abordarlos.
lo, contrátelo por mes, las guías y que pasen Si usted espera con-
le resultará más ba- efectivamente por las venientemente, tal
rato y recibirá mejor estaciones. Los ha- vez yo mismo tenga
atención. bitantes del país así el honor de ayudarle a
–¿Está usted loco? Yo lo esperan; mientras subir a un hermoso y
debo llegar a T. maña- tanto, aceptan las irre- confortable vagón.
na mismo. gularidades del servi- –¿Me llevará ese tren
–Francamente, debe- cio y su patriotismo a T.?
ría abandonarlo a su les impide cualquier –¿Y por qué se em-
suerte. Sin embargo, manifestación de des- peña usted en que ha
le daré unos informes. agrado. de ser precisamente a
–Por favor –Pero ¿hay un tren T.? Debería darse por
–Este país es famo- que pase por esta ciu- satisfecho si pudiera
so por sus ferrocarri- dad? abordarlo. Una vez en
les, como usted sabe. –Afirmarlo equivaldría el tren, su vida tomará
Hasta ahora no ha a cometer una inexac- efectivamente algún
sido posible organi- titud. Como usted pue- rumbo. ¿Qué importa
zarlos debidamente, de darse cuenta, los si ese rumbo no es el
pero se han hecho ya rieles existen, aunque de T.?
grandes cosas en lo un tanto averiados. En
que se refiere a la pu- algunas poblaciones –Es que yo tengo un
blicación de itinera- están sencillamente boleto en regla para
rios y a la expedición indicados en el sue- ir a T. Lógicamente,
de boletos. Las guías lo, mediante dos ra- debo ser conducido a
ferroviarias compren- yas de gis. Dadas las ese lugar, ¿no es así?
den y enlazan todas condiciones actuales, –Cualquiera diría que
las poblaciones de la ningún tren tiene la usted tiene razón. En
nación; se expenden obligación de pasar la fonda para viajeros
boletos hasta para las por aquí, pero nada podrá usted hablar
aldeas más pequeñas impide que eso pueda con personas que han
y remotas. Falta sola- suceder. Yo he visto tomado sus precau-
mente que las pasar muchos trenes ciones, adquiriendo

11
El Guardujas

grandes cantidades realidad, hay muchí- esos trenes un vagón


de boletos. Por regla simos trenes en la capilla ardiente y un
general, las gentes nación y los viajeros vagón cementerio. Es
previsoras compran pueden utilizarlos razón de orgullo para
pasajes para todos los con relativa frecuen- los conductores depo-
puntos del país. Hay cia, pero tomando en sitar el cadáver de un
quien ha gastado en cuenta que no se trata viajero –lujosamente
boletos una verdadera de un servicio formal embalsamado– en los
fortuna... y definitivo. En otras andenes de la esta-
–Yo creí que para ir a T. palabras, al subir a un ción que prescribe su
me bastaba un boleto. tren, nadie espera ser boleto. En ocasiones,
Mírelo usted conducido al sitio que estos trenes forzados
desea. recorren trayectos en
–El próximo tramo de que falta uno de los
los ferrocarriles nacio- –¿Cómo es eso? rieles.
nales va a ser cons- –En su afán de servir a
truido con el dinero los ciudadanos, la em- Todo un lado de los
de una sola persona presa se ve en el caso vagones se estremece
que acaba de gastar de lo tomar medidas lamentablemente con
su inmenso capital en desesperadas. Hace los golpes que dan las
pasajes de ida y vuel- circular trenes por lu- ruedas sobre los dur-
ta para un trayecto fe- gares intransitables. mientes. Los viajeros
rroviario cuyos planos, Esos convoyes expe- de primera –es otra de
que incluyen exten- dicionarios emplean a las previsiones de la
sos túneles y puentes, veces varios años en empresa– se colocan
ni siquiera han sido su trayecto, y la vida del lado en que hay
aprobados por los in- de los viajeros sufre riel. Los de segunda
genieros de la empre- algunas transforma- padecen los golpes
sa. ciones importantes. con resignación. Pero
Los fallecimientos no hay otros tramos en
–Pero el tren que pasa son raros en tales ca- que faltan ambos rie-
por T. ¿ya se encuen- sos, pero la empresa, les; allí los viajeros su-
tra en servicio? que todo lo ha previs- fren por igual, hasta
–Y no sólo ése. En to, añade a que el tren quede

12
El Guardujas

totalmente destruido. faltan ocasiones para hacia atrás, arengó a


–¡Santo Dios! que los viajeros de- los pasajeros y obtu-
–Mire usted: la aldea muestren su valor y vo de ellos el esfuer-
de F. surgió a causa sus capacidades de zo necesario para se-
de uno de esos acci- sacrificio. En una oca- guir adelante. Bajo su
dentes. El tren fue a sión, doscientos pa- enérgica dirección, el
dar en un terreno im- sajeros anónimos es- tren fue desarmado
practicable. Lijadas cribieron una de las pieza por
por la arena, las rue- páginas más gloriosas
das se gastaron hasta en nuestros anales fe- –Afirmarlo equivaldría
los ejes. Los viajeros rroviarios. Sucede que a cometer una inexac-
pasaron tanto tiempo en un viaje de prueba, titud. Como usted pue-
juntos, que de las obli- el maquinista advirtió de darse cuenta, los
gadas conversacio- a tiempo una grave rieles existen, aunque
nes triviales surgieron omisión de los cons- un tanto averiados. En
amistades estrechas. tructores de la línea. algunas poblaciones
Algunas de esas amis- En la ruta faltaba un están sencillamente
tades se transforma- puente que debía sal- indicados en el suelo,
ron pronto en idilios y var un abismo. Pues mediante dos rayas de
el resultado ha sido F., bien, el maquinista, en gis. Dadas las condi-
una aldea progresista vez de poner marcha ciones actuales,
llena de niños travie-
sos que juegan con
los vestigios enmohe-
cidos del tren.

–¡Dios mío, yo no es-


toy hecho para tales
aventuras!
–Necesita usted ir
templando su ánimo;
tal vez llegue usted a
convertirse en un hé-
roe. No crea que

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El Guardujas

ningún tren tiene la usted tiene razón. En ingenieros de la em-


obligación de pasar la fonda para viajeros presa.
por aquí, pero nada podrá usted hablar
impide que eso pueda con personas que han –Pero el tren que pasa
suceder. Yo he visto tomado sus precau- por T. ¿ya se encuen-
pasar muchos trenes ciones, adquiriendo tra en servicio?
en mi vida y conocí grandes cantidades –Y no sólo ése. En rea-
algunos viajeros que de boletos. Por regla lidad, hay muchísimos
pudieron abordarlos. general, las gentes trenes en la nación y
Si usted espera con- previsoras compran los viajeros pueden
venientemente, tal pasajes para todos los utilizarlos con relativa
vez yo mismo tenga puntos del país. Hay frecuencia, pero to-
el honor de ayudarle a quien ha gastado en mando en cuenta que
subir a un hermoso y boletos una verdadera no se trata de un servi-
confortable vagón. fortuna... cio formal y definitivo.
–¿Me llevará ese tren En otras palabras, al
a T.? –Yo creí que para ir a T. subir a un tren, nadie
–¿Y por qué se em- me bastaba un boleto. espera ser conducido
peña usted en que ha Mírelo usted al sitio que desea.
de ser precisamente a –¿Cómo es eso?
T.? Debería darse por –El próximo tramo de
satisfecho si pudiera los ferrocarriles nacio- –En su afán de servir a
abordarlo. Una vez en nales va a ser cons- los ciudadanos, la em-
el tren, su vida tomará truido con el dinero presa se ve en el caso
efectivamente algún de una sola persona de lo tomar medidas
rumbo. ¿Qué importa que acaba de gastar desesperadas. Hace
si ese rumbo no es el su inmenso capital en circular trenes por lu-
de T.? pasajes de ida y vuel- gares intransitables.
–Es que yo tengo un ta para un trayecto fe- Esos convoyes expe-
boleto en regla para rroviario cuyos planos, dicionarios emplean a
ir a T. Lógicamente, que incluyen exten- veces varios años en
debo ser conducido a sos túneles y puentes, su trayecto, y la vida
ese lugar, ¿no es así? ni siquiera han sido de los viajeros sufre
–Cualquiera diría que aprobados por los algunas

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El Guardujas

transformaciones im- Pero hay otros tramos –Necesita usted ir


portantes. en que faltan ambos templando su ánimo;
. Los fallecimientos no rieles; allí los viajeros tal vez llegue usted a
son raros en tales ca- sufren por igual, hasta convertirse en un hé-
sos, pero la empresa, que el tren quede to- roe. No crea que faltan
que todo lo ha previs- talmente destruido. ocasiones para que
to, añade a esos trenes los viajeros demues-
un vagón capilla ar- –¡Santo Dios! tren su valor y sus ca-
diente y un vagón ce- –Mire usted: la aldea pacidades de sacrifi-
menterio. Es razón de de F. surgió a causa cio. En una ocasión,
orgullo para los con- de uno de esos acci- doscientos pasajeros
ductores depositar el dentes. El tren fue a anónimos escribie-
cadáver de un viajero dar en un terreno im- ron una de las pági-
–lujosamente embal- practicable. Lijadas nas más gloriosas en
samado– en los ande- por la arena, las rue- nuestros anales ferro-
nes de la estación que das se gastaron hasta viarios. Sucede que en
prescribe su boleto. los ejes. Los viajeros un viaje de prueba, el
En ocasiones, estos pasaron tanto tiempo maquinista advirtió a
trenes forzados reco- juntos, que de las obli- tiempo una grave omi-
rren trayectos en que gadas conversacio- sión de los construc-
falta uno de los rieles. nes triviales surgieron tores de la línea. En la
Todo un lado de los amistades estrechas. ruta faltaba un puente
vagones se estremece Algunas de esas amis- que debía salvar un
lamentablemente con tades se transforma- abismo. Pues bien,
los golpes que dan las ron pronto en idilios y el maquinista, en vez
ruedas sobre los dur- el resultado ha sido F., de poner marcha ha-
mientes. Los viajeros una aldea progresista cia atrás, arengó a los
de primera –es otra de llena de niños travie- pasajeros y obtuvo de
las previsiones de la sos que juegan con ellos el esfuerzo nece-
empresa– se colocan los vestigios enmohe- sario para seguir ade-
del lado en que hay cidos del tren. lante. Bajo su enérgica
riel. Los de segunda –¡Dios mío, yo no es- dirección, el tren fue
padecen los golpes toy hecho para tales desarmado pieza por
con resignación. aventuras! pieza y conducido en

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El Guardujas

demasiado larga, sa-


len de la fonda en
tumulto para invadir
ruidosamente la esta-
ción. Frecuentemente
provocan accidentes
con su increíble falta
de cortesía y de pru-
dencia. En vez de su-
bir ordenadamente se
dedican a aplastarse
unos a otros; por lo
menos, se impiden
mutuamente el abor-
daje, y el tren se va
hombros al otro lado –¡Pero yo debo llegar dejándolos amotina-
del abismo, que to- a T. mañana mismo! dos en los andenes de
davía reservaba la la estación. Los viaje-
sorpresa de contener –¡Muy bien! Me gusta ros, agotados y furio-
en su fondo un río que no abandone us- sos, maldicen su falta
caudaloso. El resul- ted su proyecto. Se ve de educación, y pasan
tado de la hazaña fue que es usted un hom- mucho tiempo insul-
tan satisfactorio que bre de convicciones. tándose y dándose de
la empresa renun- Alójese por de pronto golpes.
ció definitivamente en la fonda y tome el
a la construcción del primer tren que pase. –¿Y la policía no inter-
puente, conformándo- Trate de hacerlo cuan- viene?
se con hacer un atrac- do menos; mil perso- –Se ha intentado orga-
tivo descuento en las nas estarán para im- nizar un cuerpo de po-
tarifas de los pasaje- pedírselo. licía en cada estación,
ros que se atrevan a Al llegar un convoy, pero la imprevisible
afrontar esa molestia los viajeros, exaspera- llegada de los trenes
suplementaria. dos por una espera hacia tal servicio inútil
y sumamente costoso.

16
El Guardujas

Además, los miembros cubierto de nuevas di- perfecta imagen de la


de ese cuerpo demos- ficultades? realidad: llevan en el
traron muy pronto su –Relativamente. Sólo rostro las señales de
venalidad, dedicándo- le recomiendo que se un cansancio infinito.
se a proteger la salida fije muy bien en las es-
exclusiva de pasajeros taciones. Podría darse –Por fortuna, T. no
adinerados que les el caso de que usted se halla muy lejos de
daban a cambio de creyera haber llegado aquí.
ese servicio todo lo a T., y sólo fuese una –Pero carecemos por
que llevaban encima. ilusión. Para regular el momento de trenes
Se resolvió entonces la vida a bordo de los directos. Sin embargo,
el establecimiento de vagones demasiado bien podría darse el
un tipo especial de repletos, la empresa caso de que usted lle-
escuela, donde los fu- se ve obligada a echar gara a T. mañana mis-
turos viajeros reciben mano de ciertos ex- mo, tal como desea.
lecciones de urba- pedientes. Hay esta- La organización de los
nidad y un entrena- ciones que son pura ferrocarriles, aunque
miento adecuado, que apariencia: han sido deficiente, no excluye
los capacita para que construidas en plena la posibilidad de un
puedan pasar su vida selva y llevan el nom- viaje sin escalas. Vea
en los trenes. Allí se bre de alguna ciudad usted, hay personas
les enseña la manera importante. Pero bas- que ni siquiera se han
correcta de abordar ta poner un poco de dado cuenta de lo que
un convoy, aunque atención para descu- pasa. Compran un bo-
esté en movimien- brir el engaño. Son leto para ir a T. Pasa
to y a gran velocidad. como las decoracio- un tren, suben, y al día
También se les pro- nes del teatro, y las siguiente oyen que el
porciona una especie personas que figuran conductor anuncia:
de armadura para evi- en ellas están relle- «Hemos llegado a T.».
tar que los demás pa- nas de aserrín. Esos Sin tomar precaución
sajeros les rompan las muñecos revelan fá- alguna, los viajeros
costillas. cilmente los estragos descienden y se ha-
–Pero una vez en el de la intemperie, pero llan efectivamente en
tren, ¿está uno a son a veces una T.

17
–¿Podría yo hacer al-
guna cosa para facili-
El Guardujas

–¿Podría yo hacer al- sentidos que puede trampa de un espe-


guna cosa para facili- tener una frase, por jismo. Las ventanillas
tar ese resultado? sencilla que sea. Del están provistas de in-
–Claro que puede us- comentario más ino- geniosos dispositivos
ted. Lo que no se sabe cente saben sacar que crean toda clase
es si le servirá de algo. una opinión culpable. de ilusiones en el áni-
Inténtelo de todas ma- Si usted llegara a co- mo de los pasajeros.
neras. Suba usted al meter la menor impru- No hace falta ser dé-
tren con la idea fija de dencia, sería aprehen- bil para caer en ellas.
que va a llegar a T. No dido sin más; pasaría Ciertos aparatos, ope-
converse con ninguno el resto de su vida en rados desde la loco-
de los pasajeros. Po- un vagón cárcel, en motora, hacen creer,
drían desilusionarlo caso de que no le obli- por el ruido y los mo-
con sus historias de garan a descender vimientos, que el tren
viaje, y hasta se daría en una falsa estación, está en marcha. Sin
el caso de que lo de- perdida en la selva. embargo, el tren per-
nunciaran. Viaje usted lleno de manece detenido se-
fe, consuma la menor manas enteras, mien-
–¿Qué está usted di- cantidad posible de tras los viajeros ven
ciendo? alimentos y no ponga pasar cautivadores
–En virtud del estado los pies en el andén paisajes a través de
actual de las cosas los antes de que vea en T. los cristales.
trenes viajan llenos de alguna cara conocida.
espías. Estos espías, –Pero yo no conozco –¿Y eso qué objeto tie-
voluntarios en su ma- en T. a ninguna perso- ne?
yor parte, dedican su na. –Todo esto lo hace la
vida a fomentar el es- –En ese caso redoble empresa con el sano
píritu constructivo de usted sus precaucio- propósito de dismi-
la empresa. A veces nes. Tendrá, se lo ase- nuir la ansiedad de los
uno no sabe lo que guro, muchas tenta- viajeros y de anular
dice y habla sólo por ciones en el camino. en todo lo posible las
hablar. Pero ellos se Si mira usted por las sensaciones de trasla-
dan cuenta en segui- ventanillas, está ex- do. Se aspira a que un
da de todos los puesto a caer en la día se entreguen

18
El Guardujas

plenamente al azar, en
manos de una empre-
sa omnipotente, y que
ya no les importe sa-
ber a dónde van ni de
dónde vienen.
–Y usted, ¿ha viajado
mucho en los trenes?
–Yo, señor, sólo soy
guardagujas. A decir
verdad, soy un guar-
dagujas jubilado, y
sólo aparezco aquí de
vez en cuando para
recordar los buenos
tiempos. No he viaja-
do nunca, ni tengo ga- determinado lugar. Se po, pero acaban por
nas de hacerlo. Pero les habla de grutas, congregarse y se es-
los viajeros me cuen- de cataratas o de rui- tablecen en colonia.
tan historias. Sé que nas célebres: «Quin- Estas paradas intem-
los trenes han creado ce minutos para que pestivas se hacen en
muchas poblaciones admiren ustedes la lugares adecuados,
además de la aldea de gruta tal o cual», dice muy lejos de toda civi-
F., cuyo origen le he amablemente el con- lización y con riquezas
referido. Ocurre a ve- ductor. Una vez que naturales suficientes.
ces que los tripulantes los viajeros se hallan a Allí se abandonan lo-
de un tren reciben ór- cierta distancia, el tren tes selectos, de gen-
denes misteriosos. In- escapa a todo vapor. te joven, y sobre todo
vitan a los pasajeros a con mujeres abun-
que desciendan de los –¿Y los viajeros? dantes. ¿No le gusta-
vagones, generalmen- ría a usted acabar sus
te con el pretexto de –Vagan desconcerta- días en un pintoresco
que admiren las belle- dos de un sitio a otro lugar desconocido, en
zas de un durante algún tiem- compañía de una

19
El Guardujas

chachita? rieles, imprudente-


El viejecillo hizo un mente, al encuentro
guiño, y se quedó mi- del tren. Al fondo del
rando al viajero con pi- paisaje, la locomotora
cardía, sonriente y lle- se acercaba como un
no de bondad. En ese ruidoso advenimiento.
momento se oyó un
silbido lejano. El guar-
dagujas dio un brinco,
lleno de inquietud, y se
puso a hacer señales
ridículas y desordena-
das con su linterna.
–¿Es el tren? –pregun-
tó el forastero.
El anciano echó a co-
rrer por la vía, desa-
foradamente. Cuando
estuvo a cierta distan-
cia, se volvió para gri-
tar:
–¡Tiene usted suer-
te! Mañana llegará a
su famosa estación.
¿Cómo dice usted que
se llama?
–¡X! –contestó el via-
jero. –
En ese momento el
viejecillo se disolvió en
la clara mañana. Pero
el punto rojo de la lin-
terna siguió corriendo
y saltando entre los

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JUAN JOSÉ ARREOLA

Autodidacta de poderosa imaginación. Juan José Arreola ha ejercido los más


disímiles oficios: vendedor ambulante, periodista, maestro y sobre todo char-
lista de palabra deslumbrante y ademanes categóricos. Inquietador profesional
de vidas y sensibilidades, buena parte de la joven narrativa mexicana le debe
enseñanzas definitivas. Su primer libro. Varia invención, lo situó como uno de
los mejores cuentistas actuales. Confabularlo le da sitio aparte en nuestras
letras.
Su evolución literaria podría resumirse así: la ingenuidad que deviene sapien-
cia; la alusión que se convierte en elusión, el plano vertical que se trueca plano
oblicuo. El tema del amor es capital en su obra: va del idealismo adolescente
a una visión aterradora y caricaturesca de la mujer, cifra y símbolo de la ena-
jenación, del dolor y de la muerte. Autor de textos redondos por lo que toca a
los personajes, la estructura y el estilo, me parece el más perfecto, porque los
lastres que venía padeciendo la literatura mexicana desaparecen en él sin dejar
huella.

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VIAJES
HISTORIAS DE CRONOPIOS Y DE
FAMAS
JULIO CORTÁZAR

Cuando las famas via- “La hermosa ciudad, la


jan, sus costumbres en hermosísima ciudad”. Y
una ciudad son las si- sueñan toda la noche
guientes: La fama va a que ellos están invita-
un hotel y averígualos dos a grandes fiestas.
precios, la calidad de Al otro día se despier-
las sábanas y el color tan contentísimos, y así
de las alfombras. El se- es como viajan los cro-
gundo va a la comisaría nopios.
y declara los muebles e Las esperanzas, seden-
inmuebles de los tres, y tarias, se dejan viajar
también hace el inven- por las cosas y los hom-
tario del contenido de bres, y son como las es-
sus maletas. La tercera tatuas que hay que ir a
fama va al hospital y co- verlas porque ellas ni se
pia las listas de los mé- “Alegría de las famas”. mueven.”
dicos de guardia y sus Cuando los cronopios
especialidades. van de viaje, los hoteles
están llenos, los trenes
Terminadas estos trámi- ya se han ido, llueve a
tes, los viajeros van a la cántaros, y los taxis no
plaza mayor del pueblo, quieren llevarlos o les
se comentan sus obser- cobran precios altísi-
vaciones, y entran en el mos. Los cronopios no
café a tomar un aperiti- se desaniman porque
vo. creen que estas cosas
le pasan a todo el mun-
Pero antes se toman de do, y a la hora de dormir
las manos y bailan en se dicen unos a otros:

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AUTOR

Se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo,


maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, y
creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer
literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos mediante na-
rraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos
de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto
en relación con el realismo mágico e incluso con el surrealismo.ados a grandes
fiestas. Al otro día se despiertan contentísimos, y así es como viajan los crono-
pios.
Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son
como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se mueven.”

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