REVISTA BUENA #005 DICIEMBRE 2022

buena, buenísima,
buenérrima, bonna,
buenaza, rebuena,
buenarda, gut, boa,
buenaaaa, bonne,
goooood.
Entrevista a
Tamara
Tenenbaum
TEATRO
NORA MOSEINCO
CUENTO
SERGIO BIZZIO
ME GUSTA
NACHO ELIZALDE
DISEÑO INDUSTRIAL
FRANCISCO GÓMEZ PAZ
PSICODELIA
DANTE SPINETTA

y más

1
2 BUENA
 MANIFIESTO

buena
Somos Revista BUENA. Reunimos la cultura que nos inspira
para encontrarnos con creadores locales de distintas
disciplinas creativas. Somos una revista para leer o
mirar en cualquier momento: en el subte, en la plaza, en
el sillón o en el ascensor.

Revista BUENA se puede leer de a secciones o de principio

a fin sin parar. Cualquier momento es bueno para conocer,
reconocer o descubrir más acerca de lo que pasa en la
cultura local.

Difundimos cultura contemporánea para crearla.

Proyecto ideado por el ministro de cultura de la Ciudad de

Buenos Aires, Enrique Avogadro, para el que creó un equipo
compuesto por:

Dirección editorial: Melina Ruiz Natali.

Asistencia editorial: Lourdes Calderón.

Mesa de orientación editorial: María Gerzovich, Juan Martín

Méndez, Emiliano Cruz Michelena, Noelia Novosel, Sabrina
Slaucius y Julieta Vegas.

Diseño interno: Alan Wainstein.

Redes Sociales: Agustina Ubieta.

Diseño y desarrollo de identidad visual: Estudio ZkySky.

Traducción: Callie Dolloff.

Revista BUENA es una publicación del Ministerio de Cultura

de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

3
 SEPTIEMBRE 13
índice ME GUSTA
Nacho Elizalde, productor y
conductor de Luzu TV y (por

24
qué no también) de movidas
culturales en Buenos Aires, nos
curó una selección de cosas
que le gustan y recomienda. ARTES VISUALES
Mi Vereda es un proyecto de

14
las artistas Valeria Vilar y Zoe
Di Rienzo. Comenzó en 2020

5 ENTREVISTA
con la pandemia, y hoy se
expandió como un proyecto de
arte público.
A TAMARA TENENBAUM

EDITORIAL
El primer aniversario de
BUENA comienza con Días
perfectos, del escritor y
performer Esteban Feune de
Colombi. La consigna que le
dimos fue: “Verano en Buenos
Aires”.
26
Nota de tapa aniversario de
BUENA. Conversamos con la
filósofa y escritora Tamara
Tenenbaum en el marco del
DISEÑO DE MODA
estreno de la serie basada en
Nous Étudions, es una marca
su libro El fin del amor.
de moda antiespecista.
Conversamos con su creadora,
Romina Cardillo, referente de

6
moda vegana y sostenible.

LO QUE PASÓ EN FOTOS

Cultura argentina en el mundo
mientras acá llegaba el verano
30
18
2022.

8 PATRIMONIO
TEATRO
Nora Moseinco es formadora
de actores a partir de su
método de enseñanza. Tiene
su escuela de actuación que
ya podemos bautizar como
ILUSTRACIÓN
Dani Arias es ilustradora e
historietista y trabaja tanto en
Un hallazgo curioso en el
digital como en acuarela. De
Archivo Histórico de la Ciudad:
ninguna manera se pierdan
un afiche de la epidemia de
la maravillosa ilustración que
la fiebre amarilla en Buenos
hizo para este aniversario
Aires. Por la arquitecta Izaskun
de BUENA bajo la temática
Martínez Castillo.
“Verano en Buenos Aires”.

20
mítica y por eso y más cosas,
conversamos con ella.

10
CUENTO
Una mañana, de Sergio Bizzio.
Cuento inédito del autor de
los maravillosos libros Chicos,
Rabia o Era el cielo.
4 BUENA
DISEÑO INDUSTRIAL
Francisco Gómez Paz recibió
por su silla Eutopia, el
premio más importante del
diseño (el Compasso d’Oro).
Conversamos acerca de
su trayectoria, su relación
con Argentina e Italia, y sus
proyectos más reconocidos.
contratapa.
PSICODELIA
Le pedimos a Dante Spinetta
que arroje su magia rapera
sobre algunos términos, hitos
y costumbres culturales.
Desde el chamuyo hasta las
facturas vigilantes.
 EDITORIAL

Días perfectos
Por Esteban Feune de Colombi
Hace poco una poeta gaditana me dijo suelta de cuerpo que a cierta persona le faltaba un
verano. Sinónimo de que le faltaba un tornillo, un golpe de horno, un jugador. Era la pri-
mera vez que escuchaba esa expresión. Pensé de inmediato: un verano en Buenos Aires.
Capaz de ablandar lo inablandable. Como si una bruja lo recetara así de simple. Te falta un
verano en Buenos Aires, che, para completar los caramelos del tarro.

Anochecer el 21 de diciembre en Carlos Calvo y La Plata entre bocinazos y campanadas,

hacerse humo en la Costanera la madrugada en que debuta el otoño. Oler una sudestada,
oír ese río, tocar un amor que se descongela, dividir la noche y el día con dedos de duende,
buscar la estación Verano en una misteriosa línea de tren. Yo quiero, yo deseo, yo imploro
recetas así.

Perdonen la nostalgia. La nostalgia de lo que por un tiempo no tendré: veranos enteros,

tórridos y oblongos en la ciudad de Buenos Aires. Porque estoy lejos físicamente, pero no
lejos espiritualmente. El porteño Federico Manuel Peralta Ramos vaticinó que quien se va
de Buenos Aires –se evade, ay– “se atrasa”. Justo él, que en un poema fraguado después de
conversar con un mozo de La Rambla escribió que “llegar lejos es bárbaro / porque en lejos
/ todo es mucho más liviano”.

Un verano a tutiplén en Buenos Aires. Sin evasión, dentro de los límites de la Capital, fes-
toneando sus bordes si fuera necesario. Y claro que es necesario. Como una rata oulipiana
que construye el laberinto del que se propone no salir. Noventa días calcinantes de insistir
en veredas, cafetines, gentes, versos y cementerios. Necesito un remedio, señora bruja,
para sanar el desequilibrio del siglo, que disuelve sus inviernos en el sigilo del miedo y de
las guerras.

En Días perfectos, la película que no dirigiré, manejaría a contramano por pasajes que mi
memoria perdió –del medio millar que hay: Roverano, Bollini, Rodrigo Ortiz de Zárate–,
caminaría íntegra la General Paz, fritaría una docena de huevos en el asfalto de la 9 de Ju-
lio, me volvería curvo en la lemniscata de Parque Chas, abriría con escalpelo un cul de sac
(precisamente, el que se infarta en la Plaza Tute, donde los profesores de educación física
del Liceo Francés nos ponían a correr los cien metros llanos), cruzaría como un funámbulo
algún pulmón de manzana, haría un guiso de pétalos con las flores sudadas de los palos
borrachos, conectaría los parques por abajo, subiría finalmente al Obelisco.

Y de ese modo tal vez logre ganar un verano en Buenos Aires, un verano que me sobre en
el recuento de veranos vividos. Vívidos. De brisas estranguladas, ronquidos del cielo y na-
vidades en bermudas. ✷

Esteban Feune de Colombi es escritor, actor, y director, entre más cosas.

Cofundador de la compañía escénica La Soledad, publicó recientemente Dos
hombres que caminan (con Marc Caellas, Ediciones Menguantes, 2022) y Creo
en la historia de mis pasos (Seix Barral, 2021).
5
 LO QUE PASÓ EN FOTOS

mientras llegaba el
verano en Argentina…
1.
SERIGRAFISTAS QUEER EN DOCUMENTA 15
Para la exhibición en Kassel, el “no grupo” presentó el
proyecto multidisciplinar “Rancho Cuis”.

Foto: Serigrafistas queer, dibujo, 2016, ASK. Archivo

Serigrafistas Kuir, cortesía Serigrafistas queer

2.
CEFÉR EN MUSEO ESTUDIO
La marca de carteras participó de
la exhibición Sacred Spaces que se
llevó adelante durante la London
Fashion Week.

Foto: cortesía Cefér

3.
8VA EDICIÓN DE
ARGENTINA GAME SHOW 4.
El evento internacional de esports, ISLA DE CARAS
streaming y música urbana convocó a más DE TOUR EN ESPAÑA
de 100 mil personas. La banda de pop psicodélico, iniciada por
Lautaro Cura, se hizo presente en
Foto: cortesía AGS Barcelona y Madrid.

Foto: cortesía Rock City Agencia

6 BUENA
 6.
5. XAARCHIVE EN LA SEMANA DEL DISEÑO DE
HOLANDA.
”TRENQUE LAUQUEN” EN NEW
El estudio argentino presentó Algorithmic Aided
YORK FILM FESTIVAL
Landscaping, una instalación inmersiva con uso
La película -dividida en dos
de inteligencia artificial.
partes- dirigida por Laura
Citarella se estrenó en la 60va Foto: cortesía XAARCHIVE
edición del festival de cine de
Nueva York.

Afiche: Andrés Mendilaharzu

7. “El abismo” (2020), de Carlos Herrera.

CHEFS ARGENTINOS EN THE BEST
CHEF AWARDS
Agustín Ferrando Balbi de Andō, Paulo
Airaudo de Amelia y Mauro Colagreco de
Mirazur fueron incluidos en el ranking de
los 100 mejores chefs del mundo.

Foto: cortesía Andō

8.
GALERÍAS ARGENTINAS EN ART BASEL
MIAMI
Seis galerías estuvieron presentes en la feria
de arte: Barro, Herlitzka + Faria, Isla Flotante,
Jorge Mara - La Ruche, Rolf Art, Ruth Benzacar.

Foto: Gentileza Ruth Benzacar

Galería de Arte.

7
 TEATRO

“¿Hay algo más incómodo que

la experiencia de estar vivo?”
Una conversación con Nora Moseinco
Nora Moseinco es maestra y directora de actores y directores. Comenzó a dar clases a los diecisiete
años en la escuela de Hugo Midón y en 1995 fundó su escuela de actuación en donde desarrolla
su método basado en el despliegue del potencial individual. En 1996, trabajó en la creación y
dirección de actores del emblemático programa de TV “Magazine For Fai”, y desde aquel entonces
su figura como maestra y formadora se estableció en la escena cultural con un sello único. En esta
conversación desordenada, empezamos por su método de enseñanza, y terminamos por sus inicios
como maestra.

por Melina Ruiz Natali

Si bien tu escuela de teatro está en Buenos
Aires, también has trabajado en otras
partes del mundo y trabajás con actores de
diferentes países. ¿Notás alguna diferencia
en tu método según dónde estés?
En otros lugares, hay un vínculo con la certeza
que crea unas vibraciones diferentes con mi
método. Como yo trabajo con la incertidumbre
como motor, para mí es exquisito hacerlo acá
porque hay una gran apertura a trabajar con
esta matriz incierta. Pasa algo con los cuerpos
y su relación con el devenir de los sucesos.
Después eso, por supuesto, se convierte en
sistema y en método pero está basado en la
incertidumbre.
Fui a tus clases algunos años y tengo un
recuerdo de sentir una gran incomodidad
porque quería ser “buena alumna” pero no
tenía idea de para dónde tenía que ir… en tus
clases hay un trabajo con lo incómodo.
La incomodidad es el territorio del trabajo.
Ese territorio no es una lucha sino que pasa
por nombrar toda la incomodidad que sentís,
porque el acto de nombrarla te va a cambiar,
no la incomodidad en sí, sino la relación con
esa incomodidad. Parece un detalle pero lo es
todo. El miedo va a estar siempre en nosotros.
Todo lo incierto nos trae sentimientos
incómodos. Casi que lo absurdo es que uno
no tenga relación y entrenamiento con eso.
En vez de sentirte mal por estar incómoda
hay que captar la sintaxis dolorosa de la idea
de acertar.
¿Cómo se invita a permanecer en la incomo-
didad?
A los alumnos les deseo tiempo y permanen-
cia. Uno construyó la idea de que estar
perdido es un quilombo. En cambio, es una
experiencia altísima cuando la incomodidad
no quiere resolverse y está acompañada por el
asunto colectivo. Yo fui evolucionando como
maestra en esa dirección, y doy tiempo a ver
esa incomodidad. ¿Hay algo más incómodo
que la experiencia de estar vivo? ¿No es raro
pensar que estar vivo es estar cómodo?
El discurso predominante es “hay que estar
bien”.
Creo que hay un gran problema en la
educación basado en la idea de que uno
puede solo. No hay un pensamiento de
que tu inteligencia, tus mecanismos, tus

8 BUENA
descubrimientos tienen relación con los
demás y que cuanto menos sientas que
tenés que hacerlo solo, más dispositivos de
inteligencia nuevos vas a tener en tu cabeza.
Nos hemos convertido en personas que, si no
nos mostramos, sentimos que no existimos.
Es para tirarse a dormir… Yo entiendo
que haya tantos chicos con miedo. La
enfermedad de esta época es la enfermedad
del miedo: está lleno de diagnósticos de
ansiedad, bipolaridad, depresión… Por eso
amo esta época post pandémica, con lo
dolorosa que es, porque es evidente la caída.
No se puede negar que no hay referencias,
que el mundo no es tan sólido como se
creía. Es un momento precioso para que la
incertidumbre y lo colectivo estén presentes.
¿No pensás que es una época con particular
miedo a manifestar los miedos?
Porque hay cambios de formas de pensamien-
to que no están unidos a las experiencias
humanas. El sentimiento está vedado. Y la
experiencia humana, además de ser una
resonancia -no una verdad-, es lenta, es
artesanal, es misteriosa y se va construyendo
Foto: Victoria Gesualdi /AFV
en comunidad, en lo colectivo. Además, las
cosas se cambian desde adentro, y lleva
tiempo darse cuenta qué te pasa adentro tuyo.
Y es muy valioso cuando empezás a sentir
tu verdad y tener acciones de verdad con
una persona en una situación de dolor. Que
levante la mano ¿quién no tiene relaciones
de poder dolorosas? No existe. Puede ser con
un vecino, con tu hermano, con tu amigo, con
tu pareja. Todo lo que es evidente, se niega
en función del buen ser humano. Yo por
eso, cuando trabajo, nombro todo. Porque al
nombrarlo lo reconocemos y la verdad sin
juicio es una fiesta. Encontramos amor en
situaciones de dolor, dolor en situaciones de
amor, no tenemos la menor idea… Por eso es
importante encontrarnos en espacios para
que esto sea nombrado y no patologizado…
Para mí ahí interviene mucho el arte. El
arte como manera donde lo biográfico y tus
sentimientos no necesitan ser revisados pero
sí incluidos.
Empezaste a dar clases a los 17 años -con
Hugo Midón-. ¿En qué momento te diste
cuenta que lo que hacías podía devenir
método?
Siento que por las devoluciones que fui
recibiendo de mi trabajo fue que se empezó a
convertir en un modo de pensar. Yo no pensé
de antemano: voy a armar algo particular. El
propio trabajo comenzó a tener su eco porque
cuando hice Magazine For Fai (1995) aquello
cobró resonancia. Me acabo de acordar…
Cuando tenía diecinueve años fui a dar
clases a una escuela primaria, un taller para
chicos de primer grado, donde hacíamos
objetos, actuación, una experiencia hermosa
y ridícula. Y el director me dijo: “vos vas a
tener que escribir lo que hacés”. Y como
él, fueron muchas miradas desde afuera
que me mostraron que había una sintaxis
en el movimiento, en lo que ocurría en mi
trabajo. Y retomando el tema del miedo,
en esa primera clase que di en la escuela,
apenas entré al aula, salí y me fui a llorar con
el director. Y me dijo: “volvé a entrar”, así
empecé, con el miedo como aliado. ✷
9
CUENTO

Una mañana
Por Sergio Bizzio
Después de pasearse por todas las salas de la galería del horror de la mente -entre las dos
y las siete de la mañana- se estaba quedando por fin dormido cuando sonó la alarma del
celular. La apagó, miró a su izquierda y le extrañó que Sara no estuviera en la cama. Ense-
guida cayó en la cuenta de que Sara se había ido el día anterior.
Se sentó en el borde, sin fuerzas todavía para pararse, y estuvo un rato mirándose los de-
dos de los pies, que arañaron el suelo como si les molestara ser observados, hasta que dejó
de prestarles atención. Por un instante escuchó el residuo de las voces de la discusión que
habían tenido el día anterior, antes de que ella se fuera. Su voz era más alta, pero no alcan-
zó a entender lo que decía. Se vistió con la ropa que encontró en el suelo y salió al jardín.
En el jardín había dos silloncitos de mimbre que emitían (que seguían emitiendo) el eco de
la armonía en la que habían vivido hasta entonces, tan clara y establecida que el silloncito
de la izquierda era de uno y el de la derecha era del otro y nadie hubiera dicho nunca que
algún día uno de ellos no iría a sentarse allí. Ocupó el suyo, enlazó las manos y miró hacia
adelante.
Se vio caminando con Sara por el jardín. Vivían en el centro comercial de la ciudad, en una
casa rodeada de edificios que parecían combarse sobre ella y envolverla. En esa zona el
jardín era un privilegio, una burbuja en cuyo interior solían dar largos paseos en espiral,
describiendo círculos cada vez más abiertos, hasta rozar los árboles perimetrales, y luego
círculos cada vez más cerrados en dirección al punto de partida, donde volvían a empezar.
Era un ejercicio, y lo habían hecho a conciencia durante años.
El día que ella le dijo que se iba, caminaban callados y más despacio que de costumbre,
cuando Sara, repentinamente animada, se le adelantó unos metros y, estirándose el pan-
talón con los dedos como si fuera una pollera, hizo unos pasitos de baile.
-¿Te acordás de esto? –dijo. Él frunció el ceño y negó con la cabeza-. Me lo hacías vos cuan-
do nos conocimos. ¡Eras tan divertido!
Él lo recordaba perfectamente, pero bajó la vista fingiendo que hacía memoria, como si el
pasado estuviera en el suelo (hay quienes lo encuentran en lo alto), y, al mirarla de nuevo,
la notó distinta, transfigurada por la ansiedad.
-Horacio, tengo algo que decirte…
“Que sea otra cosa, que sea otra cosa, que no me diga que ama a ese imbécil”, rogó él.
Tenía sesenta años, dos más que Sara; no era edad, ni la suya ni la de ella, para negarse a
una aventura, pero mucho menos todavía para tomársela en serio. Eso era justamente lo
que había ocurrido.
Él lo sabía, y ella sabía que él lo sabía, y nunca habían hablado del tema. Pero basta con que
un secreto compartido se ponga en palabras para que el efecto sea irreparable.
Horacio sacudió la cabeza, y el jardín quedó otra vez vacío.
“Todo lo que ocurra a partir de ahora va a ser ni más ni menos que horrible”, se dijo. “Por
empezar, voy a tener que reorganizar mi vida”. La sola idea de dar un paso en esa direc-
ción le resultó agotadora. ¿Con qué fuerzas? ¿Y para qué, con qué sentido? En ese preciso
instante murió, pero tan brevemente que no alcanzó a notarlo, como si hubiera muerto
para siempre.

10 BUENA
Entonces oyó el ruido de una silla y miró para atrás. Había alguien en la casa.
Se levantó. Fue a la cocina.
Sara estaba de pie junto al lavaplatos, con las manos apoyadas en la mesada, de espaldas a
la puerta. El vapor que salía del pico de la pava sobre la hornalla encendida le humedecía
un codo.
¿Qué hacía Sara ahí? Le costó creer en lo que veía. Pensó en salir y entrar de nuevo.
La llamó. Ella no dijo nada, ni siquiera se movió; daba la impresión de estar luchando
mentalmente con algo que se le escapaba.
Hacía menos de veinticuatro horas que se había ido. ¿Estaba arrepentida? ¿O tenía todavía
algo peor que decirle y había vuelto para eso?
Eran dos preguntas que no podía hacer. Preguntarle por qué había vuelto -si es que se
trataba de un regreso, como deseaba en ese momento con todo su corazón- hubiera sido
indigno del dolor que le había causado yéndose.
Se sentó a la mesa cuidando de no hacer ruido. Sara pareció rendirse. Puso el agua de la
pava en un termo, se sentó frente a él, sin mirarlo, y cebó un mate. Lo tomó ella, con sor-
bitos mudos.
-¿Te diste cuenta de que ésta es una mesa de jardín? –dijo él para romper el hielo. Acom-
pañó la pregunta abrazando la mesa y sacudiéndola, como si le reprochara que no se lo
hubiera hecho saber antes.
Sara siguió callada.
¿Por qué no hablaba? ¿Esperaba que él dijera que la perdonaba? ¡Qué orgullo! ¿O lo daba
todo por hecho, y de ahí su parsimonia y su silencio? Estaba igual que una semana atrás,
en un mutismo redondo, como si no hubiera pasado nada. ¿Cómo se hace para perdonar a
alguien que ignora lo que nos hizo?
Sara cebó otro mate y se lo alcanzó.
-Bueno –dijo él. Y al agarrarlo, procurando sin éxito que los meñiques se rozaran, tor-
ció la cara en un gesto de dolor; días atrás se había lastimado un músculo del antebrazo
izquierdo y sentía una puntada cada vez que levantaba algo, por más liviano que fuera-.
Es increíble –comentó- que uno haga tantas cosas con la mano izquierda cuando se es
diestro, como yo. Te juro que lo descubrí hace poco, no lo sabía. Abro la heladera con la
derecha, pero levanto la botella con la izquierda. Prendo el fuego con la derecha, pero
pongo la olla con la izquierda. Te alcanzo la copa con la derecha, pero llevo la bandeja en
la izquierda. ¿Te das cuenta? El trabajo pesado lo hace la izquierda. Podría darte un millón
de ejemplos…
No dijo nada más. Le devolvió el mate.
Sara cebó otro y chupó de la bombilla. Seguía callada.
“Qué bárbaro”, pensó él sin quitarle la vista de encima. “En lugar de agradecerme que esté
acá, diciendo cualquier cosa, dispuesto a darle otra oportunidad, se muestra insoborna-
ble”.
Horacio no podía preguntárselo, pero sí pensarlo: ¿qué había pasado para que volviera,
apenas unas horas después de haberse ido? A lo mejor, sensibilizada por la ruptura del
matrimonio, había captado en su amante un indicio de estupidez, la estela de uno de esos
gestos microscópicos que el paso del tiempo revela enorme, y había salido corriendo. ¿O

11
 había sido un error de cálculo? “Mientras ella y el otro fueron nada más que amantes”, se
dijo, “la relación debió evolucionar, debió tener su apogeo y prometer ya un declive, pero
todo tan mal calibrado que decidió romper su matrimonio conmigo justo sobre el final de
la relación con el otro”. La idea estuvo a punto de hacerlo reir. ¿El mismo salto que había
dado hacia afuera la había traído de vuelta a casa?
Horacio aspiró profundamente, tomando valor, y le hizo dos preguntas, con una pausa lar-
ga entre una y otra: “¿Qué vas a hacer?” y “¿Estás bien?”. A la primera Sara no respondió;
ante la segunda hizo un chasquido con la lengua.
Él apoyó una mano en la mesa, vencido, y se levantó.
Fue al baño. Se dio una ducha. En determinado momento, mientras el agua le golpeaba
la cara, le vino a la mente la imagen de un lagarto que avanzaba hacia el río en el que una
mujer muy hermosa acababa de zambullirse. Él le pisaba la cola con la punta de una bota
y le decía: “Tranquilo, lagarto, no es de tu especie”. Lo había soñado. El sueño probaba que
había dormido -a lo mejor un minuto, a lo mejor mucho menos todavía, quizá un segun-
do-, pero el dato no tenía importancia y lo olvidó enseguida.
Estaba secándose frente al espejo cuando oyó que la puerta se abría. Sara nunca había
entrado al baño sin llamar; el hecho de que lo hiciera ahora, después de haberlo tenido un
buen rato a su disposición en la cocina, prometía una escena de llanto. Para no estimular-
la, evitó darse vuelta. Desempañó el espejo con la mano y vio que no había nadie. La puerta
se había entreabierto sola.
Sara tampoco estaba en la cocina.
La encontró en el cuarto. Dormía vestida, apenas cubierta por el ovillo insomne de sába-
nas que había dejado él al levantarse. Su respiración era débil, como si unos hilitos de aire
le bastaran.
Se acercó despacio, en parte para no despertarla y en parte por la intriga, que lo obliga-
ba a ir paso a paso; acababa de ocurrírsele la peor de las posibilidades: su amante había
muerto. ¿Era eso? ¿Podía haber pasado semejante cosa? Sí ¿por qué no? No sería el primer
hombre que muere al comienzo de una nueva vida.
Sara dormía boca arriba. Había llorado o bostezado y tenía las pestañas húmedas, como
dentadas. Horacio dio un paso más y ella abrió los ojos y lo miró. Enseguida volvió a ce-
rrarlos. Fue apenas un segundo, pero él sintió que se miraban como los que habían sido,
no como los que eran, y que ella había hecho muy bien en cerrarlos de nuevo.
Dio otro paso, y otro, y uno más, sin dejar de mirarla. Conmovido por su indefensión, por
su desamparo, por su agotamiento (aunque a esto habría que decirlo en el orden inverso),
avanzó hasta que sus rodillas chocaron contra la cama, pero no se detuvo; al contrario,
se entregó al impulso. Estiró los brazos con las manos abiertas y cayó a su lado con toda
suavidad. ✷

Sergio Bizzio es escritor. Entre sus libros se encuentran las celebradas

novelas Rabia y Era el cielo, su libro de cuentos Chicos -donde se incluye
el relato Cinismo, que sirvió de base para el film de Lucía Puenzo, XXY-, y
su libro de poemas Te desafío a correr como un idiota por el jardín. También
dirige películas, escribe guiones y hace música.

12 BUENA
 Nacho Elizalde
ME GUSTA

Nacho Elizalde es productor y conductor de los programas

Nadie Dice Nada y Nachito Mercenario en Luzu TV. Es em-
prendedor en las industrias creativas, incluyendo moda,
gastronomía y música. En 2019 creó las fiestas Polenta, que
se extendieron a varias ciudades argentinas y a Uruguay.

Local Support
Taller de actuación LUGAR
de Paula Grinszpan
CLASES «Se come muy rico, tiene eventos muy
buenos, exposiciones de artistas, se vende
«Estudié ahí mucho tiempo, ropa de marcas independientes, hay DJs,
tengo amigos que estudiaron hay cafés riquísimos (con unos profiteroles
ahí, y es ideal si querés ser que recomiendo especialmente) y mucha
actor, también si no querés ser buena onda.»
actor. Es ideal si querés ir a jugar. Sirve
Foto: Local Support
mucho como terapia, se arman grupos
humanos muy buenos. Los profesores
son todos muy capos. Probás una clase y
vas a querer seguir yendo siempre.»
Foto: cortesía Paula Grinszpan - Talleres Yerba
de Actuación MÚSICO

«Un pendejo que hace como un hip hop suavecito

muy piola. La última vez que lo vi la rompió.
Canal de Pauli Echeverría Arrancó hace no mucho, tiene pocos temas pero
YOUTUBE muchísimo por delante.»

«Está muy bueno cómo está editado,

filmado y contado, además de que ella
es muy piola. En sus videos Tour & Tapas
hace entrevistas muy buenas con músicos
como por ejemplo con Zoe Gotusso, con
Bándalos Chinos, No Te va a Gustar…»
Foto: Santiago Sacristán
Cang Tin
RESTAURANTE
«Comida vietnamita espectacular… ya fui más de
diez veces. Toda la carta es buena pero recomiendo
especialmente los langostinos apanados en coco,
el tartar y, de postre un café con una crema de
huevo (como un sambayón) que sin mezclarlo se te
va fusionando en la boca… es buenísimo.»

Polenta Av. Dorrego 2415, CABA, Argentina

FIESTA

«Esto es un poco autobombo pero es que es un fiestón. Si bien está hace

cuatro años, este 2022 está más fuerte que nunca. Se hace en el C (lugar que
también recomiendo mucho). Es una fiesta con pop, reggaetón, electrónica
de los 2000, pero sobre todo, el gran diferencial es la experiencia visual: los
lásers, las pantallas, las luces… (también a las 4:20 se regalan churros y se
tiran remeras con una escopeta).»

En Complejo C Art Media - Av. Corrientes 6271, CABA, Argentina

Foto: cortesía Polenta
13
14
BUENA
ENTREVISTA

Foto: cortesía Euge Kais

Tamara Tenenbaum
“Creo que el feminismo debería salir de la dualidad
entre el polo de la víctima pasiva y el polo de la con-
quistadora empoderada.”
Nota de tapa. Conversamos con la filósofa, periodista y escritora en el marco del estreno de la serie
basada en su libro bestseller "El fin del amor". Feminismos, la exposición, trabajar en una producción
audiovisual y algunas cosas más.
¿En qué momento escuchaste hablar por
primera vez de los feminismos? ¿Con qué
lecturas o personas entraste al feminismo?
No considero que haya pasado por una
puerta de entrada al feminismo porque
no recuerdo un momento de mi vida en
que no haya tenido esa conciencia. Quizás
las primeras cosas que leí oficialmente
feministas deben haber sido Simone de
Beauvoir y Virginia Wolf. Pero a Louisa
May Alcott, Jane Austen, o las hermanas
Brontë ya las leía como si fueran autoras
feministas.
En una conversación con el filósofo
Diego Sztulwark en el canal de YouTube
de la editorial Caja Negra, decís que
constantemente te estás preguntando por
las ontologías que se mueven desde las
consignas de los feminismos. ¿Cuáles son
las preguntas que hoy te hacés en esta
línea?
Pienso mucho en la cuestión de las
subjetividades que el feminismo está
tratando de organizar, y hay cosas
complicadas, como subjetividades que
tienen que ver con la pasividad y la
victimización y las que tienen que ver
con el empoderamiento y la actividad
entendida como la posibilidad de conquista
y de dominio. De esa dualidad, que está
instalada en la conversación pública,
considero que el feminismo no tiene que
tomar una posición sino directamente
salir. En este momento son las posiciones
que están circulando, no solo desde dentro
de la conversación feminista sino en
general dentro de la conversación teórica
e incluso cuando se habla de economía, de
política general: el polo de la víctima pasiva
y el polo de la conquistadora empoderada.
Creo que esas son las formas de entender
la subjetividad que están en este momento
en pugna y que el feminismo debería tener
cuidado de no reforzar.
Dentro de las ideas de las que hablás
públicamente, ¿cuáles te parecen las
más difíciles de transmitir o hacia las que
percibís que hay más impermeabilidad?
Siempre es más difícil hablar de lo que a
la gente no le gusta aceptar. Dentro de las
cosas que a mí me gusta conversar trato
de hablar mucho del egoísmo y de cómo
ciertas reivindicaciones que se supone
que son empoderadoras, finalmente son
egoístas. Las mujeres de clase media,
blancas tenemos que hablar de las cosas
que nos pasan, obvio, pero esas cosas
que nos pasan no siempre son problemas
del feminismo o por lo menos no son los
problemas más importantes. A veces
leo o escucho que dicen: “vos tenés que
15
 ponerte en primer lugar”, y pienso: “ya
nos ponemos bastante en primer lugar las
mujeres jóvenes de clase media porteñas”.
Lo que siento que hace falta justamente
es decir “dejá de ponerte en primer lugar
y poné en primer lugar a otra gente”. Pero
nadie quiere escuchar este tipo de cosas
porque lo que más nos gusta escuchar es
que el feminismo es algo que nos va a hacer
felices, no algo que nos va a hacer mejores
personas. Lo mismo con cosas que tienen
que ver con el modo en el que nosotras
mismas (yo también) contribuimos con
nuestras prácticas a sostener ciertos
estándares de belleza. Me dicen: “cada una
hace lo que quiere y no hay que sentirse
culpable por hacerse un tratamiento
estético”. Yo me siento culpable cuando lo
hago y me parece bien sentirse culpable
cuando una contribuye a un sistema que
está mal. Después voy a ver que hago…
tendré que trabajarlo, pero por lo menos
me parece bien señalar que está mal y
aceptar que la culpa me señala eso, y no
pensar en cambio que es una culpa que no
debería sentir. Pero bueno, todas las ideas
que nos ponen en un lugar de error son
difíciles de aceptar.
¿Qué desafíos tuvo la adaptación de tu
libro El fin del amor a una serie de alcance
masivo?
Como el libro es mío, los desafíos no
estuvieron en la parte de la adaptación.
Hubiera sido distinto si hubiera tenido
que adaptar la obra de otra persona en
donde aparece el desafío de lidiar con las
expectativas o los deseos de esa persona o
el respeto que los lectores pueden tener por
ese libro (yo igual no lo haría. Creo que si
16 BUENA
uno adapta un libro de otro, hay que tirarse
sin ningún tipo de respeto ni por el autor
ni por el libro en el sentido de no respetar
nada más que la belleza de la nueva obra).
En la serie El fin del amor, para mí los
desafíos estuvieron en la parte audiovisual
con toda la gente, la responsabilidad y el
dinero que eso implica y que no tienen
nada que ver con hacer un libro. Un libro
no es un proyecto de millones de dólares
y doscientas personas cobrando sueldos,
poniendo sus cuerpos y sus almas y
sus estéticas… es otra cosa. Por suerte
considero que salió super bien y estoy muy
contenta con cómo quedó.
Con El fin del amor tu nombre empezó a
escucharse más y más. ¿Cómo te llevás con
la exposición?
Mmm… soy escritora. Mucha gente me tiene
de Internet y alguna gente me tiene la cara
pero no me parece una cosa grave al nivel
que lo manejo yo. Pienso en mis amigos
famosos de verdad -ahora sobre todo con
la serie, que hablo mucho con actores-, y
lo cierto es que la gente que no puede salir
a la calle es muy poca. Lali (Espósito) no
puede salir a la calle. De ahí para abajo la
gente hace vidas relativamente normales.
Obvio que ahora, a veces, me cuido más
que antes cuando tuiteo. La verdad es que
no filtro mucho pero cuando me meto
con algo groso sí me cuido más porque
sé que me lee más gente y si me equivoco
me lo cobran muchas personas que ni me
conocen ni me quieren. Fuera de eso, no
pienso mucho en el tema de la exposición.
¿Por qué pensás que El fin del amor es un
bestseller?
 Foto: cortesía Martín Levi

Creo que un bestseller es haber escrito un
libro en un momento en que ese libro fue
recibido de esa manera. Si el libro El fin
del amor salía dos años antes o dos años
después podría no haber sido lo que fue.
Hay una parte que es casualidad. Y luego,
me doy cuenta que soy una persona muy
en contacto con las conversaciones que
suceden y me guste o no, lo quiera o no,
soy permeada por esas conversaciones.
Los temas que a mí me interesan son los
temas que veo que a otros les interesan.
No en todo, por supuesto. Hay temas que
me interesan a mí y solo a mí, y hay temas
de agenda que a mí no me interpelan para
nada. Pero justo en el caso de este libro,
era un tema que me interesaba mucho y
alrededor mío había mucha gente a la que
también le interesaba. Es decir, que algo
sea bestseller no es una cuestión de calidad
de la obra sino una cuestión del momento
en el que sucede.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Un libro que se llama Nothing is true and
everything is possible (‘Nada es verdadero y
todo es posible’) sobre la Rusia postsoviética
que está muy bueno, y también unas cosas
de teatro yiddish para algo que estoy
escribiendo. ✷

Tamara Tenenbaum es escritora, periodista y Lic. en Filosofía por la

Universidad de Buenos Aires. Colaboró como periodista en La Nación, In-
fobae, Anfibia, Vice, entre otros; y actualmente publica con frecuencia
semanal en el periódico elDiario. En 2019 publicó su libro bestseller
El fin del amor. Querer y coger que, en 2022 fue adaptado a una serie
protagonizada por Lali Espósito y estrenada en Amazon Prime Video.

17
 PATRIMONIO

De epidemias… Diálogo entre el pasado y el

presente a través de un singular hallazgo en
el Archivo Histórico de la Ciudad
El Archivo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires reúne más de cinco millones de documentos que
datan desde fines del siglo XVIII hasta fines del siglo XX. Se trata de manuscritos, textos impresos,
planos urbanos y planos arquitectónicos. En esta ocasión, un hallazgo curioso: un afiche impreso de
la epidemia de la fiebre amarilla de fines del siglo XIX en Buenos Aires.

por Izaskun Martínez Castillo

A quienes trabajamos en el Archivo Histórico de la Ciudad, las tareas cotidianas nos dan
el privilegio del contacto directo con documentos. Las labores sistemáticas y seriadas son
compensadas con hallazgos inesperados de gran significancia, ya sea por su valor estético,
por cuestiones de autoría, por su excepcionalidad o por ser registros de sucesos o espacios
muy representativos. Es el caso de “La epidemia del año 1891”, un afiche impreso que
relata en una infografía el desarrollo de la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires.
Su autor es Mardoqueo Navarro, un empresario devenido en célebre cronista, que llevó un
registro diario y minucioso de la peste.

Esta pieza gráfica excepcional, que actualmente se encuentra en proceso de restauración,

se estructura a partir de la ilustración de lo que pareciera ser un monumento funerario
devenido “obelisco estadístico”. En su cuerpo principal se exponen la cantidad de vícti-
mas por nacionalidades que fallecieron desde el comienzo hasta el final del flagelo. A los
lados del gráfico se agrupan las anotaciones más subjetivas del autor que incluyen desde
denuncias de la desidia de las autoridades nacionales hasta registro de polémicas en los
periódicos y opiniones de especialistas médicos. En conjunto compone una mirada sensi-
ble y contradictoria que por un lado da cuenta de la incertidumbre y el caos generado por
una situación grave e imprevista y por otro pone en evidencia el rigor con el que la crisis se
registró y la celeridad con la que se actuó para dar soluciones a la emergencia. Los parale-
lismos de los apuntes de Navarro con nuestro presente reciente refuerzan la idea del valor
de los documentos históricos en la construcción de un diálogo con nuestro pasado como
un espejo donde comprendernos. ✷

Izaskun Martínez Castillo es arquitecta y Maestranda en Historia y Crítica

de la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo. Además, se desempeña como
subgerente de Gestión Patrimonial y Arqueológica, de la Gerencia Operativa de
Patrimonio - Dirección General de Patrimonio, Monumentos y Casco Histórico.

18 BUENA
19
 DISEÑO INDUSTRIAL

Silla Eutopia

Francisco Gómez Paz:

“Estudié diseño industrial
porque quería ser inventor”.
Francisco Gómez Paz es diseñador industrial por la Universidad Nacional de Córdoba y Máster en
Diseño de la Domus Academy de Milán. En 2004 abrió su estudio en Milán y en 2014 un taller en
su ciudad natal, Salta. Ha recibido reconocimientos internacionales como el Compasso d’Oro por
su silla “Eutopia”, el Red Dot, el Index y el Good Design. Conversamos con él acerca de la cuarta
revolución industrial, aislarse del contexto para crear, y algunos de sus diseños más reconocidos.

por Melina Ruiz Natali

20 BUENA
Vivís entre Argentina (Salta) e Italia (Milán) ¿cuál es tu relación con cada lugar?

Son dos lugares donde obtengo cosas diferentes. En Italia tengo una relación con el medio
muy fuerte: ahí realicé casi toda mi carrera, y mis trabajos y proyectos son todos para
empresas europeas e internacionales. Viví muchos años allá, y parte de lo que no me ter-
minaba de convencer era la dificultad de ponerme a proyectar porque siempre hay mucho
input, influencias, actividades que complican la relación con el proyecto que es muy ínti-
ma y que demanda tiempo y energía. Mi relación con Argentina y en particular con Salta
es desde un lugar introspectivo donde tengo mi taller, mi templo en el que hago lo que más
me gusta que es proyectar aislado del contexto.

Acá prácticamente no tenés relación con el medio entonces.

Casi nada. Sí, he realizado de manera autónoma, cosas en Argentina. Al inicio de mi carre-
ra hice con artesanos locales, una chaise longue que se llama Apero; y luego la silla Eutopia
que la fabriqué en modo íntegro y de manera íntima en mi taller.

¿Cómo surgió la idea de crear Eutopia?

Por un lado, estaba haciendo taller experimental en Salta con las máquinas con las que
hacía los prototipos para mis idea, y me vino natural la idea de hacer un proyecto con ma-
triz Argentina. Por otro lado, tenía una tesis que consistía en que las máquinas de la cuarta
revolución industrial iban a permitirle al individuo tener la capacidad de producir cosas
de calidad. En mis conferencias en univer-
sidades, exponía mi tesis y siempre cerraba
diciendo: “es una época maravillosa donde
las tecnologías permiten a los diseñadores
industriales ser más autónomos y producir
cosas de calidad en contextos no industria-
les”. Pero yo mismo siempre había trabaja-
do con grandes empresas europeas, enton-
ces querer probar mi tesis fue el punto de
inicio. Decidí hacer una silla porque nunca
había hecho una, y me puse a investigar.
Después de dos años llegué a un prototipo
muy bueno y luego llevó un año y medio
más ponerla en producción. Fue un gran
trabajo y esfuerzo. Luego la presentamos al
Salón Internacional del Mueble de Milán, la
empezó a vender la galería de Rossana Or-
landi, el Museo Vitra pidió una, ganamos el
Compasso d'Oro… pasaron muchas cosas
interesantes. Esa tesis entonces, es verda-
dera y es la prueba de que estas tecnologías
permiten a las mentes creativas transfor-
mar cosas en realidad por más de que no
tengan un contexto industrial. Después es
difícil fabricar con calidad en el tiempo,
que las cosas continúen, comunicarlo, co-
mercializarlo, pero bueno… todo es difícil.

21
 Estas tecnologías de las que hablás, ¿qué son?

Es la cuarta revolución industrial. Tecnologías que hay en cualquier laboratorio: control

numérico, corte láser e impresión 3d. Las mías de aquella época tenían ciertas limita-
ciones de tamaño, por eso la connotación de Eutopia de ser tantas piezas. Eso era por el
tamaño en el que podía fabricar. Todos los límites tecnológicos que tenía en mi taller pro-
dujeron un lenguaje muy fructífero que fue parte del éxito del producto.

Estudiaste diseño industrial en Córdoba, luego en los noventa te fuiste a Milán a hacer un
Máster y en 2014 abriste tu taller en Salta. Primero te pregunto, ¿por qué elegiste Milán?

Cuando decidí emigrar era muy joven y creía que era fundamental seguir formándome. En
ese momento Internet no era lo que es hoy, y buscando por todos lados el lugar más ade-
cuado cayó en mis manos un libro que me había gustado mucho: La materia de la inven-
ción de Ezio Manzini. Él era el director de la Domus Academy y es por eso me fui allí. Fue
una experiencia maravillosa en donde me encontré con gente de todas partes del mundo
con modos de pensar el proyecto de maneras muy diferentes. Analizar lo que yo creía fue
muy importante para mi carrera y para mí. Luego gané un concurso muy importante de
BMW y así empecé mi carrera y me quedé en Italia. Entré en el estudio de Paolo Rizzato y e
hice proyectos con Alberto Meda que ambos son grandes maestros para mí. Y más adelan-
te, apenas sentí que era el momento, empecé a hacer cosas por mi cuenta para empresas.

Y ¿por qué en 2014 abrís tu taller en Argentina?

La idea de libertad para mí es muy importante y siempre quise ser libre del contexto. En
esta línea, mientras desarrollaba mi carrera, un poco mi horizonte era tener mi estudio,

22 BUENA
mi libertad. Y cuando se dio la posibilidad, surgió probar en Salta. Poner acá mi estudio
donde aislarme y hacer mis cosas. Luego voy y vengo todo el rato entre Italia y Salta.

¿Cómo surgió el proyecto de la botella solar que tiene una voluntad muy fuerte de inciden-
cia social?

Surgió con Alberto Meda. Lo habían invitado a hacer un proyecto con el tema del agua en
África y desarrollamos la Solar Bottle. Empezamos a trabajar con un método de purifica-
ción de agua con rayos ultravioletas, pero ese fue un caso imposible de implementar en
la realidad. Ganamos el premio Index y estuvo en el MoMA, pero luego todo el sistema
industrial necesario para llevar esa botella al contexto, enseñar a usarla y demás no logra-
mos conseguirlo.

¿Por qué?

No sabría decirte. Quizás hay errores proyectuales pero no había un sistema económico
que quisiera hacer el proceso de integrar el producto en la sociedad, hacerlo realidad. Es
un ejemplo de cuando querés integrar algo con valor e innovación pero al mismo tiempo
no lo llegás a integrar a la sociedad porque para eso necesitás tocar muchas lógicas. Ne-
cesitás que el proyecto tenga una realidad económica que lo sustente: que logre vivir con
sus propios pies.

¿Qué caso de éxito de cierre innovación e inserción del producto en la sociedad podrías
mencionar?

Cuando apareció el LED como iluminación, para mí fue la oportunidad de tomar una lám-
para que gasta 300 watts y que pase a gastar 30. Al principio el LED no lo conocía nadie y
lo cierto es que los primeros que nos pusimos a trabajar con ello y empezamos a trabajar
con nuevas formas y utilizaciones, hicimos que el LED se integre a la sociedad. Mesh, Sy-
napse, o Nothing son lámparas, son objetos que exploran lenguajes nuevos, y justamente
eso es parte del diseño: traer al mundo nuevos modos estéticos. Si no, seguiríamos usando
carrozas.

Leí que de chico te gustaba desarmar juguetes y de ahí un poco viene tu inclinación por
estudiar diseño industrial.

De grande descubrí que de chico tenía dislexia -y sigo teniendo-. Eso condicionó mucho
mi infancia, porque en la escuela yo parecía errado, pero al mismo tiempo me fascinaba
fabricar, hacer y desarmar juguetes o cualquier cosa. Había algo de mucha curiosidad y
satisfacción en el hacer, entonces fue casi natural hacer diseño industrial. Me habían di-
cho que era una carrera para inventores y fui ahí porque era lo que quería ser: un inventor.

¿Qué desafíos le ves al diseño argentino?

Hacerse internacional, contar una historia en el mundo. Argentina tiende a mirarse el

ombligo y en el diseño argentino deviene en algo muy autorreferido. Veo cosas de calidad,
interesantes, pero el día que empiece a ser parte de plazas internacionales importantes va
a ser otra cosa. Hay que ponerse a prueba en el mundo porque el mundo es gigante, está
lleno de posibilidades y cuando se está en escenarios internacionales uno sale de su zona
de confort y cambia sus límites. ✷

23
 ARTES VISUALES

Mi Vereda: sacar el arte

a la calle.
Valeria Vilar y Zoe di Rienzo, las artistas creadoras de “Mi Vereda”, cuentan los orígenes, evolución
y presente del proyecto de arte en la calle que surgió a inicios de la pandemia.

¿Cómo surgió Mi Vereda? de la escena local, y la vereda fue el punto

Espontáneamente por la necesidad que
tuvo Valeria de exhibir obras en tiempos
de restricciones totales por la pandemia.
Al lado de su casa hay un lavadero de
autos que, como no podía abrir, tenía las
persianas bajas. Aquella enorme pared
metálica sumada a una valla de una obra
en construcción pasaron a ser los soportes
de distintas manifestaciones artísticas que
tenían como objetivo recobrar la capacidad
de asombro de las personas que pasaban
por la calle.
¿Cómo fue mutando el proyecto?
El primer Mi Vereda, fue un domingo que
Valeria sacó sus pinturas a la calle y armó
una muestra colgando en la fachada de su
vereda todas sus obras realizadas durante
el aislamiento. Como la experiencia de
la gente que pasaba fue tan gratificante
decidió repetirlo invitando a amigas
artistas a sumarse. En el segunda Mi
Vereda participaron Diana Aisenberg,
Celina Eceiza, Sofía Bohtlingk y Fernanda
Laguna con quienes, además de amistad,
hay puntos en común entre sus obras.
La tercera vez ya tomó otra envergadura
porque hubo artistas invitadxs que
pensaron obras específicamente para el
evento: Alfredo Dufour, Cristina Schiavi,
Elisa Strada y Nina Kovensky. Durante
todo este tiempo el apoyo de Zoe Di Rienzo
- quien curó algunas de las veredas - y de
Gustavo Bruzzone, fue clave para pensar e
incentivar el proyecto. Y así sucesivamente,
mostraron obras más de ochenta artistas
de encuentro de una forma de mantener
una llama encendida.
¿Qué consideran que tiene de interesante
el arte en el espacio público?
Para los artistas aparece el desafío de
pensar su obra eligiendo su ubicación,
que puede ser sobre una persiana de
chapa, un ventanal, un muro de ladrillos,
un árbol o apoyado en unas baldosas.
Esto genera un pensamiento site-specific
que lleva a resultados increíbles: obras que
se mimetizan con el espacio, performances
que interactúan con los transeúntes…
Nosotras acompañamos este proceso
incentivando a los artistas a que apro-
vechen el espacio para comunicar y jugar
libremente. Además, la potencia de la calle
misma hace que todo lo que respecta a
la presentación de las obras -el cuidado,
la presentación y la materialidad- cobre
otro significado y tenga otra potencia. El
espectador desprevenido se encuentra con
trabajos de artistas que, dado el espacio y la
propuesta, son como sorpresas callejeras.
¿Cómo llega Mi Vereda a El Moderno?
Desde la primera vereda el proyecto
creció y convocó cada vez a más gente.
A fines del 2020 se cerró el ciclo, (dado
que todo comenzaba a abrirse), pero, a
partir de estas evoluciones naturales del
proyecto, se invitó a Mi Vereda a hacer
una cápsula especial para el Museo de
Arte Moderno de Buenos Aires el último
domingo de cada mes. En estas ediciones,

24 BUENA
las dos seleccionamos e invitamos a
artistas a participar y convocamos al
sello discográfico Otras Formas a cargo
de Florencia Ciliberti (sello que edita
música realizada por artistas visuales)
a musicalizar. De esta forma se sumó
también el baile a Mi Vereda: un espacio de
reunión, encuentro y de baile en la acera de
El Moderno.

¿En qué se basan para elegir a lxs artistas y

cómo es el proceso de trabajo?
Tratamos de mantener una idea general
sobre cada una de las veredas. Lxs artistas
muchas veces se eligen por afinidades
o técnicas. Nosotras nos involucramos
bastante en la obra de cada uno e inten-
tamos que reformulen y aprovechen ese
espacio de la calle que es distinto y que
tiene mucha interferencia visual y sonora.
Trabajamos para potenciar que generen es que es un lugar social de encuentro
algo específico, ya sea con obra previa que amoroso entre artistas, amigos, y entre
deberán reestructurar o con algo nuevo. nuevos espectadores que se suman para
Este último año reforzamos la idea de la ver nuevas propuestas.
interacción con el público aprovechando
la participación de varixs artistas que ¿Próximas acciones?
presentaron performances.
Nos interesaría que Mi Vereda fuera
itinerante, que fuera móvil y que llegue a
¿Alguna situación memorable?
diferentes lugares más allá de la ciudad.
Cada vereda es memorable. Nos sucede que Es algo en lo que estamos trabajando para
cuando termina pensamos: “¡¡¡Esta fue la poder incluir artistas de otras provincias y
mejor!!!”. Lo que prevalece es su vitalidad: países. ✷

Obra de Carrie Bencardino Valeria Vilar es artista visual, ilustra-

dora y arquitecta representada por Artemisa
Gallery en Nueva York.

Zoe Di Rienzo es Lic. en pintura de la Uni-

versidad Nacional de Córdoba. Varios de sus
trabajos están atravesados por la narrativa
y aquellas formas que adoptan la palabra, la
oralidad y la escritura, y con una práctica
muy marcada por la performance. Ha parti-
cipado en numerosas muestras en galerías,
museos y otras instituciones.

25
 DISEÑO DE MODA

Nous
Étudions

26 BUENA
Desde sus inicios, Nous Étudions es una marca de moda antiespecista. Su creadora, Romina Cardillo,
es referente argentina en moda vegana -sin explotación de animales- y sostenible -forma ética de
hacer moda-.

En el mundo de la moda, hoy no es novedad hablar de “slow fashion”, moda consciente

y demás. Vos desde tu primera marca, Grupo 134, en 2007, ya te presentaste como una
marca sostenible. ¿Cómo era ser una marca así hace quince años?

Grupo 134 nació como una marca en búsqueda de un camino sostenible en un momento
en que no existía el concepto de “moda sostenible” (apenas se hablaba algo de moda sus-
tentable y moda vegana). Nosotros no usábamos pieles de animales -tampoco cuero-, y el
mensaje de la marca estaba vinculado a lo consciente, que en ese momento era el reciclaje:
teníamos un sistema en donde todo nuestro packaging se reutilizaba. Obviamente a medi-
da que me fui informando más pude evolucionar a un camino más real y sostenible.

“En los noventa me hubiese gustado vestir a

Björk y a Courtney Love.”
¿Qué marcas/personas te parecen pioneras en la moda sustentable?

Stella McCartney. No había y no conozco hasta hoy alguien que haya llevado tanto su filosofía
a su marca, porque además de ser una marca sostenible es vegana. Otros tal vez tienen
productos sostenibles pero no van por los derechos de los animales.

La construcción de una industria de la moda sana en el mundo de la moda local,

¿qué terreno ha ganado y cuáles son los desafíos más cercanos/próximos que tiene?

Queda mucho camino por recorrer en Latinoamérica en general. En Argentina no hay aún
una industria de investigación de biomateriales o inversiones. Creo que se ha avanzado
en cuanto a proyectos autogestionados que
buscan diferentes soluciones a lo sintético y
también hay algo de la valoración de lo au-
tóctono. En Nous Étudions por ejemplo, tra-
bajamos con la comunidad wichi, tratando
de revalorizar lo propio como latinoameri-
canos.

Tu madre fundó la empresa familiar y marca

María Vázquez en la que vos también traba-
jaste y has comentado que ella es tu fuente
de inspiración. ¿De qué formas te inspiró?

María Vázquez fue fundada por mi madre y

tres hermanas más, pero más que la marca,
mi inspiración fue siempre mi mamá. Cuan-
do comenzó, no se hablaba ni de marcas, ni

27
 de lifestyle y no había redes sociales.
Entonces, había una relación con el
hacer, con el oficio, con los artesanos,
con la valoración de la calidad, con el
producto duradero, que siempre me
inspiró mucho.

Nous Étudions es vestida por artistas

de diferentes partes del mundo. ¿Al-
guna celebridad -de cualquier mo-
mento histórico- que te gustaría que
lleve un NE?

En los noventa me hubiese gustado

vestir a Björk y a Courtney Love y a
todo el movimiento de mujeres de ese
momento: Fiona Apple, a las L7…

No hacés colecciones sino que traba-

jás por cápsulas.

Hace ya cinco años que trabajamos

con stock cero al mismo tiempo que
generamos, ya no tanto cápsulas,
sino colaboraciones. En Nous cree-
mos que las colaboraciones son el
nuevo camino de la moda sostenible
y es en función de eso que formamos
nuestras alianzas. Esto no tiene que
ver con vincularnos solo con otras marcas de indumentaria sino también con otra industria como
la textil. Un ejemplo reciente es nuestra colaboración con Desserto, una empresa mexicana que
trabaja en nopal: un biomaterial a base de cactus de nopal que se biodegrada.

¿Cuál fue un momento desafiante de tu carrera?

Haber sido seleccionada para el LVMH prize. Fue desafiante por dos razones: por un lado es un
premio de magnitud mundial, y por otro, porque fui la primera persona de Latinoamérica selec-
cionada. Esto evidentemente me dio mucho orgullo pero también trae la pregunta sobre por qué
sucede recién después de varias ediciones del premio. ✷

Romina Cardillo es pionera del diseño slow fashion y sustentable.

En 2007 creó la primera marca de ropa vegana de Argentina y en 2014
fundó Nous Étudions. Fue semifinalista del LVMH Prize y colaboró en
una colección con Nike. Su trabajo estuvo en London Fashion Week,
080 Barcelona Fashion y el Museo Salvatore Ferragamo, entre otros.

28 BUENA
 MUNDO GRÁFICO

El niño progre en
democracia leía
revistas
Por Lisandro Varela
Una viñeta de la revista Humor mostraba a Alfonsín arriba de un caballo, al lado del
palenque, en una jineteada. El caballo saltaba y Alfonsín decía “cómo se mueve”,
los paisanos que ayudan en la jineteada le avisaban que todavía no se lo habían
soltado.
Cuando me quejo del dolor de espaldas de tener 47 pienso en lo genial de haber
sido un niño en los primeros ochenta, cuando el país estaba efervescente empu-
jando la democracia para adelante. Leer revistas era una manera de estar compro-
metido, de ser parte de algo colectivo.
A mi casa llegaba la revista Humor desde la guerra de Malvinas, cuando los mili-
tares ya no tenían la fuerza necesaria para censurar y, me imagino, los de Humor
eran valientes. Galtieri aparecía con un vaso de whisky, con los ojos perdidos y una
sonrisa entre lasciva e idiota. Tatcher tenía cara de pirata pero al mismo tiempo la
lozanía de quien trae algo nuevo.
En esa época también leí como si fuera una revista el Nunca Más, sobre todo los
testimonios de torturas horribles. Me parecía que era el deber de niño argentino
leerlo, pienso que hubiera sido mejor que no lo hiciera, me siguen recuerdos feos.
A casa también llegaba Fierro, ahí vi las primeras tetas. Era un poco sórdida y tenía
historias que pasaban en el espacio. Con Sex Humor, Fierro era la oportunidad de
militar del destape. Hasta el año 85 u 86 todo estaba construido por oposición a la
dictadura y una forma de escapar hacia adelante era leyendo, aunque fueran cosas
inconvenientes para la edad de un niño. ✷

«Leer revistas era una manera de estar

comprometido, de ser parte de algo colectivo»

Lisandro Varela es Lic. en Comunicación, especializado en análisis

político y discurso. Creó “50 argentinos dicen”, y escribe para
diferentes medios como Revista Seúl o elDiarioAR.

29
 Dani Arias es ilustradora e historietista. Trabaja en digital y acuarela. Es autora de Debajo, la corteza (Ed. La Pinta) y
editora en In Bocca al Lupo.
ILUSTRACIÓN

BUENA
30
PSICODELIA

por

Dante Spinetta
RAP
«Ritmo y poesía. Rythm and poetry. Fue el primer canal de expresión con el que
me animé a mostrar algo. El rap es una manera de ordenar miles de ideas que uno
tiene en la cabeza. Se adaptaba también muy bien a una generación que empe-
zaba a crecer con la televisión, con excesos de información: el rap te da la posibi-
lidad de ordenar muchas ideas. Para mí, su pico fueron los noventa, donde están
los proyectos de rap que más me gustan.»

TIKTOKER
«Es un nuevo canal de expresión y de promoción. Así como existen otras redes
sociales tiene sus propios códigos. Y el Tiktoker de alguna manera es alguien que
se dedica a full ahí y hay gente que encontró una forma de vivir de eso y generar
un montón de guita y salir adelante con sus proyectos, así que está muy bien.»

CHAMUYO
«El chamuyo existe creo que en todas las culturas con distintos nombres. En Es-
tados Unidos puede ser el hustle. Acá el chamuyar es como de alguna manera
mandar fruta con onda. Yo prefiero ser un poco más realista. Nunca fui chamuyero
con una chica, de decirle cualquier cosa para lograr algo. El chamuyo es parte de
la cultura argentina… la palabra chamuyar. Chamuyo es un deporte. Un deporte
prohibido.»

FIGURITAS
«Recuerdo cuando era chico volverme loco cuando veía el sobre ahí pegado en
el vidrio del kiosko. Eso tan argentino de comprar los sobrecitos a la salida del
colegio o antes de llegar al colegio y después jugar al Chupi para cambiar figuri-
tas. Había figuritas que tenían olor, también que las raspabas y tiraban olor, otras
figuritas que eran fluo o tenían brillantes, otras que no eran ni autoadhesivas y las
tenías que pegar con boligoma, jaja. Una parte re linda de la infancia. Me parece
que acá en Argentina se vive el concepto de figurita de una manera muy grosa:
gente de todas las edades las colecciona porque ha pasado de generación en
generación esa pasión por ver el sobrecito pegado en el vidrio del kiosko cual
estampita de santo del momento.»

VIGILANTE (LA FACTURA)

«El vigilante es una de mis facturas favoritas, pero el que es todo de crema paste-
lera. No me copa mucho el de dulce de membrillo… eso no me ceba. El vigilante
todo de pastelera es una pasión argentina. Es como una especie de canoa de
sabor, donde podrían cruzar el río los dioses. Creo que debería haber una especie
de vigilante gigante de cerámica en las sierras e ir a visitarlo como turistas.»

Seguinos en Instagram / TikTok

@buenarevista

31
 buena, buenísima,
buenérrima, bonna,
buenaza, rebuena,
buenarda, gut, boa,
buenaaaa, bonne,
goooood.

Revista BUENA is a publication of the

Ministry of Culture of Buenos Aires.

32 BUENA
EDITORIAL
BUENA’s first anniversary kicks off with
Días perfectos (‘Perfect Days’), by the
writer and performer Esteban Feune de
Colombi. The prompt we gave him was
“Summer in Buenos Aires”.
WHAT HAPPENED IN PHOTOS
Argentinian culture around the world as
summer 2022 was arriving here.
THEATER
Nora Moseinco is an acting trainer who
works with her own teaching method.
She directs her own acting school that we
can already call mythical; For that reason
and many more, we spoke with her.
SHORT STORY
Una mañana (‘One Morning’)’, by Sergio
Bizzio. The unpublished short story writ-
ten by the author of the wonderful books,
Chicos, Rabia and Era el cielo.
LIKES
Nacho Elizalde, producer and host of
Luzu TV and (because why not?) cultural
events in Buenos Aires, has curated a
selection of things he likes and recom-
mends.
TAMARA TENENBAUM INTERVIEW
The BUENA anniversary cover story.
We chatted with philosopher and writer
Tamara Tenenbaum about the premiere
of the series based on her book El fin del
amor.
HERITAGE
A curious discovery in the Historical
Archive of the City of Buenos Aires: a
poster about the yellow fever epidemic
in Buenos Aires. By architect Izaskun
Martínez Castillo.
INDUSTRIAL DESIGN
In 2020, Francisco Gómez Paz won the
most important international design
award (the Compasso d’Oro) for his chair
Eutopia. We spoke with him about his
career, his relationship with Argentina
and Italy, and some of his most renowned
projects.
VISUAL ARTS
My Sidewalk is a project by artists Valeria
Vilar and Zoe Di Rienzo. It started in 2020
with the pandemic and has burgeoned
into a public art project.
STYLE DESIGN
Nous Étudions is an antispeciesist clothing
brand. We spoke with creator Romina
Cardillo, an icon for sustainable vegan
fashion.
ILLUSTRATION
Dani Arias is an illustrator and cartoonist
that works in digital and watercolor for-
mats. You can’t miss out on the wonderful
illustration she created for this BUENA
anniversary with the prompt “Summer in
Buenos Aires”.
PSYCHODELIA
We asked Dante Spinetta to sprinkle his
rapper magic on some terms, milestones,
and cultural traditions. From smoo-
th-talking chamuyo to vigilante pastries.
Spoiler: “Pastry cream vigilantes are like
a kind of canoe of flavor the gods could
cross a river in”.
33
 EDITORIAL
Días perfectos (‘Perfect
days’)
by Esteban Feune de Colombi
A little while ago, a poet from Cadiz non-
chalantly told me that a certain somebody
was missing some summer. Meaning that
they had a screw loose, they were off their
rocker, they were out to lunch. It was the
first time I’d heard that expression. I imme-
diately thought: some summer in Buenos
Aires. Capable of softening the unsoftena-
ble. As if a witch had prescribed it, simple
as that. You’re missing some summer in
Buenos Aires, dude, to get some of your
marbles back.
Nightfall, December 21 on the corner of
Carlos Calvo and La Plata among honking
horns and chiming bells, disappearing at
sunrise on the riverside where fall makes
its debut. Smelling a southeasterly wind,
hearing that river, grazing a thawing love,
separating night and day with spritely fin-
gers, searching for the Summer station on
a mysterious train line. I want, I wish, I beg
for prescriptions like this.
Forgive the nostalgia. Nostalgia for what I
won’t have for a while: entire summers, to-
rrid and oblong in the city of Buenos Aires.
Because I’m far away physically, but not
spiritually. The porteño Federico Manuel
Peralta Ramos foretold that whoever leaves
Buenos Aires –evades themselves, alas–
"falls behind". He was the one who wrote–
in a poem forged after a conversation with
a waiter from La Rambla–that "to go far is
barbaric / because far away / everything is
much lighter".
34 BUENA
A summer of excess in Buenos Aires. No
avoidance within the city limits, ador-
ning its edges if necessary. And of course
it’s necessary. Like an Oulipian rat who
constructs the labyrinth from which it
plans not to escape. Ninety scorching days
of insisting on sidewalks, cafes, people,
verses and cemeteries. I need a remedy,
Madam Witch, to heal this imbalance of the
century, which dissolves its winters in the
stealth of fear and wars.
In “Perfect days”, the movie that I will not
direct, I would drive the wrong way through
passages that my memory has lost –out of
the half a thousand that exist: Roverano,
Bollini, Rodrigo Ortiz de Zárate–; I would
walk the entire General Paz highway; I’d fry
a dozen eggs on the asphalt of 9 de Julio
Avenue; I’d become curved in the ribboning
figure eights of Parque Chas; I’d cut open a
cul-de-sac (the one that perishes in Plaza
Tute, where the PE teachers of the French
Lycée School would make us run the
hundred meters, to be precise); I’d cross
some city block courtyard like a tight-rope
walker; I’d make a stew of petals from the
flowers that dripped like sweat from the
white silk floss trees; I’d connect the parks
from underground; I’d finally go up to the
top the Obelisk.
So perhaps that way I might be able to
get a summer in Buenos Aires, an extra
summer in the tally of summers I have
lived. Vivid. Filled with strangled breezes,
skies snoring and Christmases in Bermuda
shorts. ✷
Esteban Feune de Colombi is a writer,
actor, and director, among other things. He
is the cofounder of the stage company La
Soledad, and has recently published Dos
hombres que caminan (with Marc Caellas,
Ediciones Menguantes, 2022) and Creo en
la historia de mis pasos (Seix Barral, 2021).
 WHAT HAPPENED IN PHOTOS
AS SUMMER WAS ARRIVING IN
ARGENTINA…
SERIGRAFISTAS QUEER (QUEER SILK
SCREEN PRINTERS) IN DOCUMENTA
FIFTEEN
For the exhibition in Kassel, the “non-
group” displayed their multidisciplinary
project “Rancho Cuis”.
CEFÉR IN LONDON FASHION WEEK
Their handcrafted handbags were part of
the “Sacred Spaces” exhibition by Estudio
Museo.
8TH EDITION OF ARGENTINA GAME
SHOW
More than 100 thousand people attended
the gaming, esports, streaming and urban
music event.
ISLA DE CARAS ON TOUR IN SPAIN
The psychedelic pop band started by Lau-
taro Cura was in Barcelona and Madrid.
“TRENQUE LAUQUEN” IN NEW YORK
FILM FESTIVAL
The film directed by Laura Citarella pre-
miered in the United States, in the festival
organized by Film at Lincoln Center.
“ALGORITHMIC AIDED LANDSCAPING”
BY XAARCHIVE
Research on urbanization from the use of
artificial intelligence, exhibited at Dutch
Design week.
MICHELIN STAR FOR ANDŌ
Hong Kong-based restaurant of chef and
founder Agustín Ferrando Balbi was awar-
ded its first star.
RUTH BENZACAR IN ART BASEL MIAMI
In the “Positions” section, with the indi-
vidual presence of contemporary artist
Carlos Herrera.
THEATER
Nora Moseinco
“Is there anything more uncomfortable
than the experience of being alive?”
by Melina Ruiz Natali
Although your theater school is in Buenos
Aires, you have worked in other parts of
the world, and you work with actors from
different countries. Do you notice any
difference in your method according to
where you are?
In other places, there is a relationship with
certainty that creates different vibrations
with my method. I work with uncertainty
as a fuel, so for me it is exquisite to do it
here, because there is great openness to
working with this uncertain matrix. There
is something that happens with bodies and
their relationship with the development of
events. After that, of course, it becomes
a system and a method, but it is based on
uncertainty.
I went to your lessons for a couple years,
and I have memories of great discomfort
because I wanted to be “a good student”,
but I had no idea which way to go. In your
classes there is work with discomfort.
Discomfort is where the work is done. That
space is not a struggle, but it happens
because you put all the discomfort you
feel into words, because the act of putting
it into words is going to change you; not
discomfort itself, but your relationship
with that discomfort. It seems like a detail,
35
 but it’s everything. Fear is always going to
be within us. All that is uncertain brings
about uncomfortable feelings. It is almost
as if what is absurd is that we don’t have
a relationship with that and don’t exercise
it. Instead of feeling bad because you are
feeling uncomfortable, you have to grasp
the painful syntaxis of the idea of getting
it right.
How do you invite people to remain in
discomfort?
I wish my students time and permanence.
We have built the idea that being lost is
messy. Instead, it is a great experience
when discomfort does not want to be
resolved and is followed by the collective
matter. I evolved over the years in that
direction, as a teacher, and I take time to
see that discomfort. Is there anything more
uncomfortable than the experience of be-
ing alive? Isn’t it strange to think that being
alive is being comfortable?
The predominant discourse is that “you
have to be alright”.
I think there is a great problem in educa-
tion, based on the idea that you can do
anything on your own. No thought is given
to the fact that your intelligence, your
mechanisms, your discoveries are related
to other people, and the less you feel you
have to do it alone, the more intelligence
devices you’re going to have in your brain.
We have become people who think if we
don’t show ourselves, we don’t exist. It’s
terribly boring… I understand now why
there are so many kids who are scared.
This era’s disease is fear: it’s full of anxiety,
bipolar disorder, or depression diagnoses…
That is why I love this post-pandemic
time, as painful as it is, because the fall is
evident. It can’t be denied that there are
no references, that the world is not as solid
36 BUENA
as it was thought to be. It is a precious
moment for uncertainty and collectiveness
to be present.
Don’t you think that this is a time with a
particular fear to manifest our fears?
Because there are changes in ways of
thinking that are not linked to human expe-
riences. Feeling is forbidden. And human
experience, besides being a resonance
–not a truth–, is slow, hand-crafted, myste-
rious, and built in a community, in collecti-
veness. Besides, things are changed from
within, and it takes time to notice what is
happening inside you. And it is very valua-
ble when you start feeling your truth and
having real actions with a person in a pain-
ful situation. Raise your hand if you have
never been in a painful power relationship.
All of us have been in one. It may be with
your neighbor, your brother, your friend,
your partner. All that is evident is denied
in order to be a good human being. That’s
why when I work, I put everything into
words. Because when you put it into words,
you acknowledge it, and the truth without
judgment is a party. We find love in painful
situations, pain in love situations, we have
no clue… That is why it is important to meet
each other in spaces where all of this can
be put into words and not pathologized…
To me, art intervenes a lot there. Art as a
way where your biography and feelings do
not need to be checked, but included.
You started teaching at 17 years old –
with Hugo Midón–. When did you realize
that what you were doing could develop
into a method?
I feel like my work started becoming a way
of thinking from all the feedback I recei-
ved over time. I did not think “I’m going
to create something specific” beforehand.
The work itself began to have its echoes
because when I made Magazine For Fai
(1995) that gained popularity. I’ve just
recalled… When I was 19 years old, I
went to an elementary school to teach a
workshop for first graders, where we made
objects, we acted; it was a beautiful and
ridiculous experience. And the principal
said to me: “You’re going to have to write
about what you do”. And just like him, lots
of outsiders’ opinions showed me there
was some kind of syntax in the movement,
in what happened in my work. And going
back to the topic of fear, in that first class
I taught at the school, as soon as I walked
into the classroom, I walked out and went
to the principal’s office, crying. And he told
me “Go back in”. That is how I started, with
fear as an ally. ✷
Nora Moseinco is the founder of her epon-
ymous acting school, where she also is a
teacher. She gives seminars on training
and directing actors. She worked on the TV
shows Magazine For Fai and Costumbres
Argentinas. She directed the play Glorias
Porteñas, which she received the ACE
award for.
SHORT STORY
Una mañana
(‘One Morning’)
by Sergio Bizzio
After going through all of the rooms of the
hall of horrors in my mind –somewhere
between two and seven in the morning– he
was finally drifting off to sleep when the
alarm went off on his cell phone. He turned
it off, looked to his left and was surprised
not to see Sara in bed. He immediately rea-
lized that Sara had left the day before.
He sat on the edge of the bed, sti-
ll lacking the energy to stand, and sat there
for a bit looking at his toes that scratched
the floor as if they were bothered by being
watched until he stopped paying attention
to them. For a second he heard the rem-
nants of voices from the argument they had
had the previous day before she left. Her
voice was louder but he didn’t quite make
out what she was saying. He put on clothes
that he found on the floor and went out to
the back yard.
There were two little wicker armchairs in
the yard that emitted (and continued emi-
tting) the echo of harmony that they had
lived in up till then; so clear and establi-
shed that the armchair on the left belonged
to one and the one on the right belonged to
the other and no one would have ever said
that one day one of them wouldn’t go out
to sit there. He sat in his, clasped his hands
together and looked forward.
He saw himself walking with Sara in the
yard. They lived downtown in a house
surrounded by buildings that seemed to sag
over it and envelop it. In that area, the yard
was a privilege, a bubble within which they
would take long, spiraling walks, tracing
ever more open circles until they brushed
the perimeter trees, and then increasingly
closed circles towards the starting point,
where they started again. It was an exerci-
se that they had done diligently for years.
The day she told him that she was leaving
they had been walking quietly and more
slowly than usual when Sara, suddenly
animated, walked a few steps ahead of him
and stretching her pants with her fingers as
if they were a skirt, did a few dance steps.
“Do you remember this?” she asked. He
frowned and shook his head. “You did this
37
 to me when we met. You were so fun!”
He remembered it perfectly, but lowered
his gaze, pretending to try and remember,
as if the past was laying on the ground (the-
re are some who find it up high), and when
he looked at her again he noted a change in
her, transfigured by anxiety.
“Horacio, there’s something I have to tell
you…”
Let it be something else, let it be something
else. Don’t let her tell me that she loves
that asshole, he begged.
He was sixty, two years older than Sara;
neither of them were at the age to refu-
se themselves an affair, let alone to take
it seriously. That was exactly what had
happened.
He knew it and she knew that he knew and
they had never talked about it. But all it
takes is for a shared secret to be put into
words for there to be an irreparable effect.
Horacio shook his head and the yard was
empty once again.
Everything that happens from this point
on is going to be no less than horrible, he
thought. For starters, I’m going to have to
reorganize my life. Just the idea of heading
an inch in that direction felt exhausting.
With what strength? And for what? What’s
the point? In that precise moment he died
ever so briefly such that he didn’t quite
notice it; as if he had died forever.
He then heard the scraping of a chair being
moved and turned to look behind him.
There was someone in the house.
He stood up. He went to the
kitchen.
38 BUENA
Sara was standing in front of the dishwas-
her, with her hands resting on the counter,
her back facing the door. Steam billowing
out of the spout of the kettle sitting on a lit
burner left a wet stain on her elbow.
What was Sara doing there? It was hard
for him to believe what he was seeing. He
thought about going out and coming back
in.
He called her name. She didn’t respond or
even move; she gave the impression that
she was wrestling with something in her
head that had escaped her.
It had been less than twenty-four hours
since she had left. Had she changed her
mind? Or was there something even worse
she had come back to tell him?
They were two questions that he couldn’t
ask. Asking her why she had left (if it in-
deed was a return, as he hoped for with all
his heart at that moment) would have been
unworthy of the pain she had caused him
by leaving.
He sat down at the table carefully, trying
not to make a sound. Sara seemed to
give up. She poured water from the kettle
into a thermos, sat opposite him, without
looking up, and served a mate. She sipped
it silently.
“Did you notice that this is an outdoor patio
table?” he commented to break the ice. He
coupled the question by hugging the table
and shaking it as if scolding it for not letting
him know sooner.
Sara remained silent.
Why wasn’t she saying anything? Did she
expect him to forgive her? Such arrogance!
Or did she take it all for granted, hence
her calmness and her silence? She was
acting the same as a week ago, in a rotund
muteness, as if nothing had happened. How
are you supposed to forgive someone who
ignores what they did to you?
Sara served another mate and passed it to
him.
“Well”, he said. And as he grabbed it,
trying unsuccessfully to get their pinkies to
brush, his face twisted into a wince. A few
days ago he had pulled a muscle in his left
forearm and felt a pang every time he lifted
something, no matter how light. “It’s ama-
zing”, he continued, “how you do so many
things with your left hand when you’re a ri-
ght handed, like me. I swear I only realized
it recently. I didn't know about it. I open
the fridge with my right hand, but pick up a
bottle with my left. I light the burner with
my right, but I set the pot on it with my left
hand. DO you see? The heavy lifting is done
by my left hand. I could give you a million
examples…”
He said nothing else. He passed
the mate back to her.
Sara served another mate and sipped from
the straw. She kept quiet.
Just fantastic, he thought without taking
his gaze off of her. Instead of thanking me
for being here, telling her anything, ready to
give it another go, she’s acting stoic.
Horacio couldn't ask her but he could think
it: What had happened for her to come
back, just hours after leaving? Perhaps,
feeling sensitive from the breakup of the
marriage, she had caught a hint of stupi-
dity in her lover, the trace of one of those
microscopic gestures that the passage of
time reveals to be enormous, and had run
out. Or had it been a miscalculation? As
long as she and the other man were nothing
more than lovers, he thought, the relations-
hip must have evolved, had its heyday and
already promised a deterioration, but it was
all so badly calibrated that she decided to
break off her marriage to me just as the
relationship with the other was ending. The
idea just about made him laugh. Had the
same leap she had taken outward brought
her back home?
Horacio sighed deeply, worked up the nerve
and asked her two questions with a long
pause between them: “What are you going
to do?” and “Are you okay?” Sara didn’t
respond to the first one; she tsk-tsked at
the second one.
Defeated, he placed his hands on the table
and stood up.
He went to the bathroom. He took a
shower. At some point when the water was
hitting his face, what came to mind was
the image of a lizard moving toward a river
where a beautiful woman had just dived in.
He stepped on its tail with a boot tip and
said, “Don’t bother, lizard. She’s not from
your species”. He had dreamt it. The dream
proved that he had slept (perhaps for a
minute or even less, maybe a second), but
that fact wasn’t important and he forgot
about it immediately.
He was drying off in front of the mirror
when he heard the door opening. Sara had
never come into the bathroom without
knocking; the fact that she did it now, after
having had him at her disposal in the kit-
chen for a while, promised a scene of tears.
He avoided turning around so as not to en-
courage her. He wiped down the mirror with
his hand and saw that nobody was there.
The door had opened on its own.
39
 Sara wasn’t in the kitchen either. LIKES

He found her in the bedroom. She was

sleeping in her clothes, barely covered
by the sleepless tangle of sheets he had
left behind when he got up. Her breathing
was faint, as if a few tiny gasps of air were
enough.
He approached her slowly, in part so as not
to wake her and in part out of intrigue that
forced him to take it one step at a time; the
worst-case scenario had just popped into
his mind: her lover had died. Was that it?
Could such a thing have happened? Sure,
why not? He wouldn't be the first man to
die at the start of a new life.
Sara was sleeping on her back. She had
cried or yawned, leaving her eyelashes
wet, looking clumpy like teeth. Horacio
took another step and she opened her
eyes, looking at him. They snapped shut. It
was barely a second, but he felt that they
looked at each other like who they had
been, not who they were, and that she had
done very well to close them again.
He took another step, and another, and
one more without taking his eyes off of
her. Moved by her defenselessness, by her
helplessness, by her exhaustion (although
this should be said in reverse order), he
advanced until his knees hit the bed, but he
didn’t stop; on the contrary, he gave in to
the impulse. He stretched out his arms with
open hands and fell gently beside her. ✷
Sergio Bizzio is a writer, director,
and producer. Some of his books inclu-
de Rabia (interZona, 2004) and Chicos
(interZona, 2012), which have been the
basis for film adaptations in Argen-
tina, Brazil, Spain and France. He
directed the movie Animalada (2001),
which won Best Foreign Film in the New
York Latino Film Festival.
Me Gusta
by Nacho Elizalde
ACTING WORKSHOP BY PAULA
GRINSZPAN
Classes
“I studied there for a long time, I have
friends that studied there and it’s a great
place if you want to be an actor. It’s ideal if
you want to play. It works a lot like therapy;
groups of really great humans are created.
The teachers are all geniuses. Try a class
and you’ll just want to keep going”.
LOCAL SUPPORT
Place
“You can eat good there, there’s lots of
great events, artist exhibitions, indepen-
dent brands with clothes for sale, there’s
DJs, amazing coffee (served with some
highly-recommended profiteroles) and lots
of great vibes.
YERBA
Musician
“A kid that makes really cool smooth hip
hop. The last time I saw him he absolutely
crushed it. He didn’t start all that long ago;
he’s got just a few songs but a lot to look
forward to.
CANG TIN
Restaurant
“Spectacular Vietnamese food… I’ve alre-

40
40 BUENA
BUENA
ady been more than ten times. The entire
menu is good, but I particularly recommend
the coconut crusted shrimp, the tartar, and
for dessert, the egg coffee (like zabaglione)
that, without even mixing, just melts in your
mouth… it's to die for”.
PAULI ECHEVERRÍA’S CHANNEL
YouTube
“How it’s edited, filmed and narrated is
really good, in addition to her being really
dope. In her Tour & Tapas videos she has
great interviews with musicians like Zoe
Gotusso, Bándalos Chinos, No Te va a
Gustar…”.
POLENTA
Party
“This is a bit of tooting my own horn, but
it’s just such an epic party. Even though
it’s been around for 4 years, this year it’s
been bigger than ever. It takes place in the
C (which, I also highly recommend). It’s a
party with pop, reggaeton, 2000s electronic
music, but above all, the huge difference
is in the visual experience: lasers, screens,
lights… (also, at 4:20 churros are handed
out and a t-shirt gun fires out freebies)”.
In Complejo C Art Media.
Nacho Elizalde is a producer and host of the
shows Nadie Dice Nada and Nachito Merce-
nario on Luzu TV. He is a creative industry
entrepreneur, with projects in fashion,
gastronomy and music. In 2019 Elizalde
created the Polenta parties, which have
expanded to several cities in Argentina and
to Uruguay.
INTERVIEW
Tamara Tenenbaum
“I think feminism should get out of the
duality between the side of the passive
victim and the side of the empowered
conqueror”.
When did you first hear about the femi-
nist movements? Which books or people
led you into feminism?
I don’t think I’ve ever walked through an
entrance door to feminism, because I can’t
remember a moment in my life in which I
did not have feminist awareness”. Maybe
the first officially feminist things I read
must have been Simone de Beauvoir and
Virginia Woolf. But I was already reading
Louisa May Alcott, Jane Austen and the
Brontë sisters as feminist writers.
In a conversation with philosopher
Diego Sztulwark on publishing house
Caja Negra’s YouTube channel, you said
that you’re constantly wondering about
the ontologies that the feminist slogans
move. What questions are you thinking
about regarding this topic?
I think a lot about the subjectivities that
feminism is trying to organize, and there
are complicated things, such as subjectivi-
ties that have to do with passiveness and
victimization, and those which are related
to empowerment and activity seen as the
possibility of conquer and dominance.
From that duality, which is installed in the
public conversation, I believe feminism
should not choose a side, but head straight
out. At the moment, those are the positions
that are circling, not only from within the
feminist conversation, but in general within
the academic conversation, and even when
we talk about economics or politics in
41
41
 general: the side of the passive victim and
the side of the empowered conqueror. I
think those are the ways of understanding
subjectivity that are currently pitted against
each other and feminism should be careful
not to reinforce.
Which of the ideas you speak about pu-
blicly do you think are harder to convey
or are less openly received?
It’s always harder to talk about things peo-
ple don’t like to accept. Among the things
I like to talk about, I try to talk a lot about
42 BUENA
selfishness and how certain claims that are
supposed to be empowering are ultimately
selfish. Middle-class white women have to
talk about the things we go through, ob-
viously, but those things are not always fe-
minism problems, or at least, not the most
important problems. Sometimes I read or
hear people say “you have to put yourself
first”, and I think “us middle-class, young,
women from Buenos Aires are already pu-
tting ourselves first very often”. What I feel
is necessary is to say “stop putting yourself
first and put other people first”. But no one
wants to hear this kind of things because
what we love to hear most is that feminism
is something that will make us happier, not
something that will make us better people.
The same thing happens with things that
have to do with the way in which with our
actions we (myself included) contribute to
sustaining certain beauty standards. They
tell me “Each one of us can do what we
want and we don’t have to feel guilty for
undergoing an aesthetic treatment”. I feel
guilty when I do it, and I think it’s okay to
feel guilty when you’re contributing to a
system that is wrong. I’ll see how I’ll hand-
le it later… I’ll probably have to work on it,
but I think that at the very least it’s okay to
point at what is wrong and accept that my
guilt is a sign of that, instead of thinking I
shouldn’t be feeling that guilt. But, well, all
ideas that put us in a position where we are
mistaken are hard to accept.
What were the challenges that the
adaptation of your book El Fin del Amor
(The End of Love) into a massive reach TV
series presented?
Since the book is mine, there were no
challenges on the adaptation side. It
would have been different to have to adapt
someone else’s work because, in that case,
there’s the challenge of having to deal with
that person’s expectations or wishes, or
the respect that readers may have for that
book (anyway, I wouldn’t do it. I think if
someone edits someone else’s book, they
should go into it without any respect for
the author or the book, in the sense that
they should not have respect for anything
other than the beauty of the new work). In
the series El Fin del Amor, the challenges
appeared for me on the audiovisual side,
with all the people, responsibility, and
money that implies and that has nothing
to do with making a book. A book is not a
million-dollar project with two hundred
people earning their salaries, putting their
bodies, their souls, and their aesthetic into
it… it’s something else. Luckily, I think it
went super well, and I’m very happy with
the results.
With El Fin del Amor your name was
heard more and more. What’s your rela-
tionship with public exposure?
Mmm… I’m a writer. Many people know
me from the internet, and others know my
face, but I don’t think it’s a serious thing at
my level. I think about my friends who are
truly famous –especially now, with the TV
show, I’ve been talking to actors a lot–, and
the truth is that there are few people who
can’t go out on the street. Lali (Espósito)
can’t go out. People without that level of
fame lead relatively normal lives. Obvious-
ly, now, sometimes, I’m more careful than
I used to be when I tweet. Actually, I don’t
filter it too much, but when I deal with
something important I am more careful,
because I know more people are reading
me and if I make a mistake, people who
don’t know or love me will make me pay for
it. But aside from that, I don’t think much
about exposure
Why do you think El Fin del Amor is a
bestseller?
I think a bestseller means having written a
book at a moment in which that book was
received in that way. If the book El Fin del
Amor had come out two years earlier or two
years later, it may not have been what it
was. There is a part to it that is a coinci-
dence. And then, I realize I’m a person
who is in contact with the conversations
that happen around me and, like it or not,
I am influenced by those conversations.
The topics I’m interested in are the topics
that I see others are interested in. Not in
everything, of course. There are topics that
I and only I am interested in, and there are
agenda items that don’t appeal to me at all.
But with this book’s topic, it was one that I
was really interested in and people around
me were too. That is to say, the fact that
something is a bestseller is not a matter
of the quality of the work, but rather the
moment in which it happens.
43
 What are you currently reading?
A book called Nothing is true and everything
is possible about post-Soviet Russia, which
is really good, and also some Yiddish thea-
ter stuff for something I’m writing. ✷
Tamara Tenenbaum has a degree in
Philosophy from the University of
Buenos Aires. She collaborated as a
journalist in La Nación, Infobae,
Anfibia and Vice. Todas Nuestras Mal-
diciones se Cumplieron (2021) (All of
Our Curses Became True) was her first
novel. In 2022, her bestseller El Fin
del Amor was adapted into a streaming
TV series.
HERITAGE
On epidemics…
Dialogue between the past and present
through a unique discovery in the Histori-
cal Archive of the City of Buenos Aires
The Historical Archive of the City of Buenos
Aires compiles over five million documents
that date from the late 18th century to the late
20th century. It includes manuscripts, prin-
ted texts, urban and architectural drawings,
and in this case, a curious discovery: a poster
about the yellow fever epidemic in Buenos
Aires at the end of the 19th century.
by Melina Ruiz Natali
To those of us who work in the Historical
Archive of the City of Buenos Aires, daily
tasks offer us the privilege of direct contact
with documents. Systematic and serial
work is rewarded with hugely important
and unexpected findings, be it for their
aesthetic value, for questions of authors-
hip, for their exceptional nature or for being
records of highly representative events or
44 BUENA
spaces. Such is the case with “Epidemic
from the year 1891”, a printed poster of
an infographic relaying the development of
yellow fever in Buenos Aires. Its creator is
Mardoqueo Navarro, a businessman turned
famous chronicler, who kept a meticulous
daily record of the outbreak.
This exceptional graphic piece, currently
being restored, is structured around the
illustration of what seems to be a funerary
monument turned into a "statistical obe-
lisk". The main body displays the number
of victims by nationality that died from
the beginning to the end of the scourge.
Subjective annotations by the author on the
sides of the graphic cover an array of topics
ranging from allegations of negligence by
national authorities to newspaper reports
of controversies and the opinions of medi-
cal specialists. Together, they compose a
sensitive and contradictory view that, on
the one hand, accounts for the uncertain-
ty and chaos created by the serious and
unexpected situation. On the other hand,
it highlights the rigor with which the crisis
was recorded and the speed with which
solutions to the emergency were found.
The parallels between Navarro’s notes
and our recent present reinforce the value
of historical documents in constructing a
dialogue with our past as a mirror in which
to understand ourselves. ✷
Izaskun Martínez Castillo is an archi-
tect and is currently earning her Mas-
ter’s degree in History and Critique
of Architecture, Design and Urbanism.
In addition, she serves as the deputy
manager of Heritage and Archaeologi-
cal Management, Heritage Operational
Management - General Directorate of
Heritage, Monuments and Historic Dis-
trict.
 INDUSTRIAL DESIGN
Francisco Gómez Paz
“I studied industrial design because I wan-
ted to be an inventor”.
by Melina Ruiz Natali
You live between Argentina (Salta) and
Italy (Milan). What’s your relationship
with each place?
They’re two places where I obtain different
things. In Italy I have a very strong rela-
tionship with the medium: that’s where I’ve
developed my whole career, and my works
and projects are all for European and inter-
national companies. I lived there for many
years, and part of the reason why I wasn’t
fully convinced about living there was the
difficulty in developing a project, because
there is always a lot of input, influence,
activities that complicate my relationship
with the project which is very intimate and
demands time and energy. My relationship
with Argentina, and particularly Salta, is
more introspective. That is where I have
my workshop, my temple, in which I do
what I like the most, developing projects in
isolation from the world around me.
So then you practically do not have a
relationship with the medium here.
Barely. Yes, I have made some things au-
tonomously in Argentina. At the beginning
of my career I made a chaise lounge called
Apero with local artisans; then, the Eutopia
chair, which I made entirely and intimately
in my workshop.
How did you come up with the idea of
creating Eutopia?
On the one hand, I was doing an experi-
mental workshop in Salta with the machi-
nes with which I made prototypes for my
ideas, and I naturally came up with the idea
of making a project with an Argentinian
matrix. On the other hand, I had a thesis
that stated that the fourth industrial revo-
lution machines would allow individuals
to produce quality things. At my university
conferences, I presented my thesis, and
always closed saying: “It is a wonderful
time, in which technology allows industrial
designers to be more autonomous and
produce quality things in non-industrial
contexts”. But I myself had always worked
with big European companies, so wanting
to prove my thesis was the starting point.
I decided to make a chair because I’d
never made one, and I started doing some
research. After two years, I got a very
good prototype, and then it took another
year and a half to start production. It was
hard work and a lot of effort. After that, we
presented it at Milan’s International Hall of
Furniture, Rossana Orland’s gallery started
selling it, the Vitra Museum asked us for
one, we won the Compasso d’Oro… a lot of
interesting stuff happened. So that thesis is
true, and it is proof that these technologies
allow creative minds to transform things
into reality, even if they don’t have an in-
dustrial background. It is also hard to make
quality things over time, keep on working,
communicating your work, commercializing
it, but well… everything is hard.
That technology you talk about… what
is it?
It’s the fourth industrial revolution. Te-
chnology you can find in any laboratory:
computer numerical control, laser cut, and
3D printing. My technology at that time
had certain size limitations and that’s the
reason why Eutopia has so many pieces.
45
 That was the size I could make. All of the
technological limitations I had in my works-
hop produced a very fruitful language that
became part of the product’s success.
You studied industrial design in Córdoba,
then in the 90s you went to Milan to do a
Master’s degree, and in 2014 you opened
your workshop in Salta. My first question
is: why did you choose Milan?
When I decided to emigrate I was very
young and thought it was necessary to con-
tinue my professional training. At the time,
the Internet wasn’t what it is today, and as
I was looking everywhere for the right pla-
ce to go to, a book that I had liked a lot fell
into my hands: The Material of Invention by
Ezio Manzini. He was the headmaster of the
Domus Academy, that’s why I went there.
It was a wonderful experience in which I
met people from all over the world, with
very different ways of thinking about their
projects. Analyzing what I believed in was
very important for my career and for me.
Then, I won a very important BMW contest
and that’s how I started my career and
stayed in Italy. I got into Paolo Rizzato’s
studio and worked on projects with Alberto
Meda. They’re both great mentors for me.
Later on, as soon as I felt it was the right
moment, I started making things on my
own for companies.
And why did you open your workshop in
Argentina in 2014?
The idea of freedom is very important for
me, and I always wanted to be free from
the context. In that sense, as I developed
my career, my aim was to have my studio,
my freedom. And then I got the chance to
try it out in Salta, to set up my studio where
I could make my own things in isolation,
here. But now I come and go all the time
between Salta and Italy.
46 BUENA
How did you come up with the solar bott-
le project, which has a very strong social
influence aim?
It came up with Alberto Meda. He had
been invited to work on a project related
to water in Africa, and we developed the
Solar Bottle. We started working on a water
purification method involving UV rays, but
it was an impossible case to implement in
reality. We won the Index award and it was
at the MoMA, but with the industrial system
that would have been necessary to take
that bottle to the context and teach people
how to use it, we couldn’t manage to do it.
How did you come up with the solar bott-
le project, which has a very strong social
influence aim?
It came up with Alberto Meda. He had
been invited to work on a project related
to water in Africa, and we developed the
Solar Bottle. We started working on a water
purification method involving UV rays, but
it was an impossible case to implement in
reality. We won the Index award and it was
at the MoMA, but with the industrial system
that would have been necessary to take
that bottle to the context and teach people
how to use it, we couldn’t manage to do it.
Why?
I can’t really say. Maybe there were project
mistakes, but there wasn’t an economic
system that was willing to integrate the
product into society, to make it a reality.
It is an example of when you want to inte-
grate something with value and innovation
but, at the same time, you can’t manage to
integrate it into society because you need
to change common sense. You need the
project to have an economic reality capable
of sustaining it: you need it to be able to
stand on its own feet.
Can you mention any case of innova-
tion and integration of the product into
society?
When LED appeared as a form of lighting,
I think that was the chance to take a lamp
that uses 300 watts and make it use only
30. At the beginning, nobody knew what
LED was, and the truth is that the first of
us who started working with it and started
working with new ways to use it, integrated
LED into society. Mesh, Synapse, or Nothing
are lamps, they’re objects which explore
new languages, and that precisely is part of
design: bringing new aesthetic modes into
the world. Otherwise, we’d still be using
carriages.
I read that as a child you liked to take
your toys apart, and that’s part of where
your inclination for studying industrial
design comes from.
As an adult I discovered that when I was a
child I had dyslexia –and I still have it. That
conditioned my childhood a lot, because at
school, I looked like I was a failure, but at
the same time, I had a passion for making,
building or taking apart toys or anything.
There was a lot of curiosity and satisfaction
in the creating, so it was almost natural to
choose industrial design. They had told me
it was a course made for inventors, and I
went that way because that’s what I wan-
ted to be: an inventor.
What challenges do you think Argentinian
design has to face?
Going international, telling a story in the
world. Argentina tends to only look at itself,
and Argentinian design becomes very
self-referential. I see interesting, quality
stuff, but the day it starts being a part of
international stages, it will be something
else. It is necessary to be challenged by
the world, because it is huge, it’s full of
possibilities, and when you’re in interna-
tional spaces, you get out of your comfort
zone and change your limitations. ✷
Francisco Gómez Paz is an industrial
designer with a degree from the Na-
tional University of Córdoba, and a
Master’s degree in Design from Domus
Academy (Milan). In 2004, he opened
his studio in Milan and in 2014, a
workshop in his hometown, Salta. He
has received international awards
including the Compasso d’Oro for his
Eutopia chair, the Red Dot, Index and
the Good Design.
VISUAL ARTS
Zoe di Rienzo and
Valeria Villar’s sidewalk
“The works can be displayed over
metal shutters, a window, a brick
wall, a tree, or on tiles.”
The artists who created My Sidewalk tell us
about the origins, evolution, and present of
this sidewalk art project that came to life
during the pandemic.
How did My Sidewalk come to life?
Spontaneously, from Valeria’s need to
exhibit her work at the time of total res-
trictions due to the pandemic. There’s a
carwash next door to her house which was
shuttered because it could not be open for
business. That huge metallic wall and a
fence from a construction site became the
stands for the different artistic expressions
47
 whose aim was to recover the passersby's
capacity for amazement.
What changes did the project undergo?
The first My Sidewalk was on a Sunday
when Valeria took her paintings out to the
street and built an exhibition hanging all
the works she’d done during the lockdown
on the front of her house. Since the expe-
rience passersby had was so gratifying, she
decided to do it again, inviting artists she
was friends with to join. Diana Aisenberg,
Celina Eceiza, Sofía Bohtlingk, and Fer-
nanda Laguna participated in the second
edition of My Sidewalk. These artists are
not only friends, but their works also share
lots of common points. The third edition
had a different magnitude because there
were guest artists who presented artworks
specifically created for the event: Alfredo
Dufour, Cristina Schiavi, Elisa Strada, and
Nina Kovensky. During this time, support
from Zoe Di Rienzo, who curated some of
the “sidewalks”, and Gustavo Bruzzone was
key to create and develop the project. And
so on and so forth, more than 80 artists
from the local scene exhibited their works,
and the sidewalk was the meeting point for
a way to keep a fire lit.
Why do you find art in public space inte-
resting?
Artists have a challenge: to create their
work by choosing its location, which may
be some metal shutters, a big window, a
brick wall, a tree, or leaning on some tiles.
This creates a site-specific type of thinking
which leads to amazing results: works that
are camouflaged within the space, perfor-
mances which interact with bypassers… We
collaborate in this project by encouraging
artists to make use of the space to play and
communicate freely. Besides, the potential
of the streets themselves makes everything
48 BUENA
regarding the presentation of the works
(care, exhibition, outward appearance)
get a different meaning and become more
powerful. The spectator is caught off guard
by works of artists that, because of the
space and the idea, are like street surpri-
ses.
How did My Sidewalk get to Buenos Aires
Museum of Modern Art?
Since the first “sidewalk” the project has
grown and brought together more and
more people. In late-2020 the cycle was
closed (since restrictions were ending),
but because of the natural evolution of the
project, My Sidewalk was invited to make a
special capsule exhibition for the Museum
of Modern Arts of Buenos Aires on the last
Sunday of every month. In these editions,
both of us selected and invited artists to
participate, and called on Otras Formas,
the record label managed by Florencia Cili-
berti, which produces music made by visual
artists, to set music to it. This way, we also
added dancing to My Sidewalk: a space for
reunion and dance on Museo Moderno’s
sidewalk.
What do you take into account to choose
the artists, and what’s the work process
like?
We try to keep a general idea about each
one of the “sidewalks”. The artists are
chosen because of affinity or techniques
most times. We get quite involved in each
artist’s work and try to help them reshape
and make use of that street space, which is
different and has lots of visual and sound
interference. We work to help them create
something specific, either with previous
artworks that they’ll have to restructure
or with something new. This past year we
have been reinforcing the idea of interac-
tion with the audience, since many partici-
pating artists presented performances.
Any memorable situations?
Every sidewalk is memorable. When it’s
over, we always think “This one was the
best one!!!” What prevails is its vitality:
it’s a loving and social meeting place for
artists, friends, and new spectators who
join in to see new ideas.
Next actions?
We would love My Sidewalk to be nomadic
and reach different places beyond the city.
That is something we are working on to be
able to include artists from other provinces
and countries. ✷
Valeria Vilar is a visual artist,
illustrator, and architect. She is
represented by Artemisa Gallery in
New York. Her artwork is part of
several private collections.
Zoe Di Rienzo majored in Painting
at Córdoba National University.
Much of her artwork is influenced
by narrative and all forms which
adopt words, storytelling, and
spoken and written communication,
with a very performance-influenced
practice. She has participated in
numerous exhibitions in galleries,
museums, and other institutions.
Her artwork is part of several pri-
vate collections.
STYLE DESIGN
Nous Étudions
“In the nineties, I would’ve liked to
dress Björk and Courtney Love.”
An Argentine icon of vegan (free of animal
exploitation) and sustainable (ethically
created) fashion, Romina Cardillo is the
creator of Nous Étudions, an antispeciesist
fashion brand.
In the fashion world, “slow fashion” and
conscious fashion are not new concepts.
Since your first brand, Grupo 134, in
2007, you have been presented as a sus-
tainable brand. What was it like being a
brand like that fifteen years ago?
Grupo 134 was born as a brand in search
of a sustainable path in a moment in which
the concept of “sustainable fashion” didn’t
exist (sustainable and vegan fashion was
hardly ever talked about). We did not use
animal skin –or leather–, and the message
of the brand was related to environmen-
tal awareness, which at that time was
recycling: we had a system in which all of
our packaging was reused. Obviously, as I
became more informed, I could evolve into
a more real and sustainable path.
What brands/people do you think are pio-
neers in sustainable fashion?
Stella McCartney. There wasn’t and hasn’t
been anyone else that I’ve heard of who
has brought so much of their philosophy
into their brand, because besides being a
sustainable brand, it is vegan. Others may
have sustainable products, but they do not
go for animal rights.
49
 How much has the creation of a healthy
fashion industry in the world of local fas-
hion advanced, and what are the closest
future challenges it will have to face?
There’s a long way to go in Latin America
in general. In Argentina, there still isn’t a
research industry on biomaterials or in-
vestments. I think some progress has been
made regarding self-managed projects
which look for solutions to synthetics and
there’s also more value being given to what
is autochthonous. At Nous Étudions, for
example, we work with the Wichi commu-
nity, trying to revalue what is ours as Latin
Americans.
Your mother founded the family company
and brand María Vázquez, where you
have also worked, and you’ve commen-
ted that she's your source of inspiration.
How did she inspire you?
María Vázquez was founded by my mother
and three of her sisters, but beyond the
brand, my inspiration was always my mom.
When she started, no one was talking about
brands or lifestyle, and there was no social
media. So there was a relationship with the
making, the craft, the artisans, the value of
quality, the lasting product, that has always
inspired me.
Nous Étudions is worn by artists from
different parts of the world. Is there any
celebrity –from any historical period– you
would like to wear a NE?
In the nineties, I would have liked to
dress Björk and Courtney Love, and all the
women’s movement from that time: Fiona
Apple, the L7…
50 BUENA
You don’t make collections, you work
with capsules.
We have been working with zero stock for
five years while generating not so many
capsules anymore, but collaborations.
At Nous, we believe that collaborations
are the new path for sustainable fashion,
and we form our partnerships with that in
mind. This has to do not only with getting
involved with other fashion brands, but also
with other industries like the textile indus-
try. A recent example is our collaboration
with Desserto, a Mexican company which
works with nopal: a biomaterial made from
prickly pear cactus which is biodegradable.
What was a challenging moment in your
career?
Being selected for the LVMH prize. It was
challenging for two reasons: on the one
hand, it’s an international prize and, on the
other hand, I was the first Latin American
to be selected. That obviously made me
very proud, but it also brings about the
question of why this is happening only after
several editions of the prize. ✷
Romina Cardillo is a pioneer of
slow and sustainable fashion
design. In 2007, she created
the first vegan clothes brand
in Argentina and in 2014, she
founded Nous Étudions. She was
a runner-up for the LVMH Prize
and collaborated on a collection
with Nike. Her work was in London
Fashion Week, 080 Barcelona Fas-
hion and the Salvatore Ferragamo
Museum, among others.
 ILUSTRATION

Tarde de pastito

Dani Arias is an illustrator and cartoonist who works in watercolor and digital media.
She is the author of Debajo, la corteza (La Pinta) and an editor at In Bocca al Lupo.

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 PSYCHODELIA

By Dante Spinetta
RAP
Ritmo y poesía. Rhythm and poetry. It was my first channel of expression where I
had the courage to show something. Rap is a good way of organizing thousands of
ideas that are rolling around in your head. It was also well adapted to a generation
that started growing up with TV and an excess of information: rap gives you the
chance to organize a lot of ideas. For me, its peak was in the 90s, where all of the
rap projects I like come from.

TIKTOKER
It’s the new mode of expression and promotion. Just like other social media plat-
forms, it has its own codes. And in a way, TikTokers are dedicated full time to that
and there’s people who have found a way to make a living from it and earn a ton of
money and get ahead on their projects, so it’s a great thing.

CHAMUYO
It’s in every culture under different names: chamuyo, smooth talking, bullshitting.
In the US it could be “hustle”. Here, chamuyar is some way of talking nonsense but
with style. I prefer being a bit more realistic. I was never a smooth talker with girls,
throwing out some lines to them for something in return. Chamuyo is part of the
Argentinian way… the word chamuyar itself even. It’s a sport. A forbidden sport.

TRADING CARDS
As a kid I remember going crazy when I saw the envelope taped up in the conve-
nience store window. It’s such an Argentinian thing, buying little envelopes when
you get out of school or before you get to school and then playing to trade cards.
There were scratch and sniff trading cards, others that were neon or had sparkles,
others that weren’t even self-adhesive and had to be glued using a glue stick, haha.
A really nice part of childhood. It seems that here in Argentina we live with the
concept of trading cards in a fantastic way: people of all ages collect them, passing
down, from generation to generation, that passion for spotting that little envelope
posted on the corner store window as if it was a modern prayer card.

VIGILANTE (THE PASTRY)

The vigilante is one of my favorite pastries, but it has to be the one that’s all pastry
cream. I’m not keen on the quince one… it doesn’t do it for me. Pastry cream
vigilantes are an Argentinian passion. It’s like a kind of canoe of flavor the gods
could cross a river in. I think there should be some kind of giant, ceramic vigilante
in the mountains for us to visit like tourists.

52 BUENA
Follow us on Instagram &
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of Buenos Aires City's
culture: @buenarevista

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