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Curso - Vida de Cristo 2

Tarea 3: Mirando el ejemplo de Cristo, da por lo menos 3 ejemplos de cómo él


entrenó a sus discípulos para ser líderes en la iglesia.
Alumno: Brandon Calasanz
Ejemplo de Jesús formando líderes
Jesucristo es considerado por muchos el mejor maestro, el mejor orador,
el mejor profeta, y el mejor rabino que pudo haber habido en la historia del
mundo. Es una figura trascendente en la historia de la humanidad que marcó un
antes y un después exponiendo una enseñanza única y una verdad única de la
vida y de cómo la humanidad puede ser redimida a través de ella. Jesús, fue y
es el mejor maestro por su distinguida manera de instruir a los demás, por su
manera de formar verdaderos discípulos, y de poner su vida misma como un
ejemplo a la predicación de sus palabras.
Dentro del proceso de análisis de ver a Jesús como enseñaba a sus
discípulos, hay varios aspectos de su personalidad que son importantes tomar
en cuenta en su distinguida forma de enseñar. Jesucristo era un hombre que
enseñaba con carácter, poder, autoridad, y seguridad mostrando su buen
conocimiento de lo que hablaba y por sobre todo su fe y confianza en la verdad
que compartía con los demás. Como podemos ver en Mateo 7:28 que dice: “Que
les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas”. También,
podemos ver en otra parte de los evangelios en Lucas 4: 32 – 36 que dice: vers.
32 “Y se admiraban de su doctrina porque su palabra era con autoridad” y en el
vers.36 “Y estaban todos maravillados y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué
palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y
salen?”. Él estaba seguro de lo que profesaba y creía ciegamente en lo que
decía. Esa era la manera en cómo instruía a sus discípulos mostrándoles una
certeza total y transmitiéndoles esa confianza para que de la misma forma
puedan creer ellos y hacer lo mismo. Jesucristo en cada enseñanza que daba
dejaba ver su amor, fe y dependencia de Dios, el Padre, y afirmaba que es Él el
que tiene todo el poder en la tierra y en los cielos.
Otro de los aspectos a tomar en cuenta en la enseñanza de Jesucristo al
momento de preparar a sus discípulos era el método auténtico que tenía al dar
lecciones o instrucciones de vida a través de las parábolas, y también inclusive
de cierta forma ponerlos a prueba de tal manera que puedan ellos mismos asumir
un reto e ir formando su propio camino, ir formando su propia fe. Uno de los
ejemplos en la Biblia donde se puede constatar estos momentos es en Mateo 4:
10 – 13, Jesucristo enseñando la parábola del sembrador dice: “A vosotros os es
dado saber el misterio del reino de Dios; más a los que están fuera, por parábolas
todas las cosas”. De esta manera, se puede entender que las enseñanzas de
Jesucristo no podías ser para todos sino solo para las personas que
verdaderamente lo quieren seguir, es decir sus verdaderos discípulos. Jesús,
demandaba de ellos una entrega verdadera para que ellos puedan entender
realmente el significado de su verdad. Jesucristo muestra también como en
ciertas ocasiones pone a prueba a sus discípulos con el fin de que pueda
impulsar el crecimiento y desenvolvimiento dentro del ministerio. En Mateo 10: 5
– 8 se observa como Jesús delega a sus discípulos nuevas actividades dentro
de su misión diciendo: vers. 8 “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad
muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”, pero ellos,
a pesar de que su Maestro ya les había dado esa potestad de hacer todo aquello
vemos que ellos en cierta ocasión no pudieron hacerlo y tuvieron que llamar a
su mismo Maestro como dice en Marcos 9: 14 – 29 que dice: vers. 16 “Él les
preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo:
Maestro, traje a ti mi hijo que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le
toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije
a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron” Estas palabras son
importantes para entender que les fue difícil de cumplir con lo que ya Jesús les
había dispuesto. Tal vez, se podrá decir que fue por falta de fe o de creer en
realidad en el poder que Jesús les había otorgado. Aquí existe una muestra de
que es necesario las pruebas en el camino de la fe, y que servirán para crecer
nuestra fe y fortalecer la confianza en el poder de Jesucristo y en la validez que
siempre tendrán las promesas de Dios y su Palabra.
Con una observación final, y el punto más importante, la vida de Jesucristo
da el testimonio perfecto de una plena enseñanza de la verdad que profetizaba.
La vida de Jesús y todo lo que pudieron haber visto de él en el tiempo en que
sus discípulos pudieron compartir con él, es la enseñanza más grande e
influyente que pudieron haber tenido. Ver a su Maestro, Rabí y ver primero la
entrega que tenía hacia su Padre, su plena confianza, su incomparable fe, la
dependencia y reverencia que tenía hacia su Padre en todo momento, los
tiempos de oración, los tiempos a solas con el Creador que él tenía y todo lo que
él mostraba con su propia vida que finalmente apuntaban siempre hacia Dios.
Vieron que para Cristo el centro y lo más importante en su vida era su Padre
Celestial. Esa fue la mayor enseñanza e influencia que se pudieron llevar para
ser unos líderes que trascienden y llevar a cabo su misión.
En conclusión, es posible traer nuevamente el esquema de enseñanza
de Jesucristo y sus discípulos y traerlos a la Iglesia de la nueva época. Se los
puede imitar en todos los ministerios de la Iglesia. Es un esquema aplicable para
toda área en general, pero en específico en esta ocasión se puede hacer una
aplicación hacia el ministerio de los jóvenes en la Iglesia. De esta forma, es
importante darles a conocer a los jóvenes la forma en como Jesucristo exponía
el evangelio, con poder, autoridad y confianza en que Dios es real, y sus
promesas son reales. De la misma manera, que los jóvenes acepten a ese Dios
real en sus vidas y puedan creer y confiar en él en todo momento, que tengan la
plena confianza de que Dios los oye, los guarda, y que les puede ayudar con las
situaciones que estén pasando en sus vidas. Y así, puedan ellos, hacer lo mismo
que Jesucristo hizo, proclamar con autoridad y confianza a Dios en el mundo.
También, es posible aplicar retos en la vida de los jóvenes de la iglesia, así como
Jesús hizo con sus discípulos para fortalecer su fe. Darles a los jóvenes la
confianza de poner en práctica sus dones y talentos, tal vez darles asignaciones
mayores cada cierto tiempo para que puedan sentirse confidentes y puedan
confiando en Dios sentir que lo pueden hacer.

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