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Análisis nematológico

El muestreo de suelo para detección de nemátodos tiene por objetivo estimar el


número de nemátodos en una parcela con la mayor precisión.
Para realizar un muestreo de suelo se necesitan materiales como pala o barreno,
pala de mano, bolsas de plásticos, cinta adhesiva, balde de15 litros, cuchillo,
etiquetas, marcador permanente y un cooler.
El SAG, utiliza el diseño de muestreo de 8 x 8 (obtención de submuestras cada
ocho pasos u ocho metros). El protocolo considera una hectárea como unidad de
muestreo. El suelo (8 a10 g) se colecta cada 8 m entre y sobre hilera, siguiendo un
patrón de hileras paralelas.
El muestreo debe realizarse a la profundidad del cultivo actual o anterior (25 – 30
cm). Las muestras se homogenizan en un balde y se colocan 500 grs. en una
bolsa plástica la que debe ser debidamente identificada con la Región, Localidad,
Nombre del predio, Nombre del agricultor, Cultivo anterior, Cultivo actual, Fecha
de muestreo y Observaciones. Una vez las muestras listas, deberán permanecer
en un ambiente fresco sin exposición al sol.
El Laboratorio Regional del SAG, de La Región de los Lagos, es quien realiza el
servicio de análisis nematológico para detección de NDP, usando el método de la
jarra Fenwick (Fenwick,1940), aparato que consiste en un embudo, colocado
sobre una especie de jarra. La jarra tiene forma trapezoidal, en su parte superior
presenta los soportes del embudo y una aleta inclinada que bordea la jarra y que
termina en un solo conducto y en su parte inferior tiene un tapón que se retira para
enjuagarla y limpiarla. En el embudo se coloca el tamiz con la muestra de suelo
previamente seca. Con este método, las partículas pesadas del suelo se van
depositando en la parte inferior de la jarra, mientras que la materia orgánica,
partículas pequeñas de suelo y quistes flotan hasta salir a través de la aleta para
llegar a un tamiz, en el cual se logra recuperar el 70% de los quistes (Humphreys,
2006).
Análisis entomológico
La entomología agrícola es la ciencia que se encarga de estudiar los insectos o
artrópodos que tienen relación con todo el sistema agrícola o los frutos y vegetales
que se siembran en el campo, así como pueden afectar a su desarrollo.
En un primer momento, se dice que aquellos insectos que no modifican – positiva
o negativamente – los cultivos agrícolas, no son objetos de estudio. Sin embargo,
resulta muy difícil determinar qué insectos no tienen contacto con estos procesos.

Habría que reseñar también que la entomología agrícola no solo abarca todo lo
vinculado al campo y los cultivos, sino que también estudia los
sistemas agropecuarios, es decir todo lo vinculado a la ganadería, así como la
apicultura.
¿Qué estudia la entomología agrícola?
La entomología es ciencia zoológica que se encarga de estudiar a los insectos. El
origen de su nombre viene de las palabras griegas éntomos, «insecto», y logos,
«ciencia».
En el caso de la entomología agrícola, esta estudia desde la estructura que tiene
cada insecto, así como la relación que pueden generar con cualquier tipo de
vegetal o de fruto que existe en un campo determinado.
En este caso, son de interés aquellos insectos que tengan influencia en todo lo
vinculado a la agricultura, ganadería o apicultura. Ya sea por su importancia para
un desarrollo estable, como es el caso de las abejas al transportar polen, o para
todo lo contrario, siendo causa de plagas o enfermedades que afecten a los
cultivos.
Gracias a la entomología agrícola, surgida a raíz de los métodos científicos
desarrollados en el siglo XVI, poco a poco el hombre dejó atrás las supersticiones
o “maldiciones del más allá” que habían sido los razonamientos implantados hasta
entonces para explicar por ejemplo las plagas.
La entomología y los fitófagos
Ya hemos hablado de lo que representa la entomología, pero ¿qué función puede
cumplir los fitófagos? Estos son los encargados de hacer que algunos frutos o
vegetales que consumimos se vuelvan digeribles para nuestro cuerpo.
Un buen ejemplo de lo positivo que puede llegar a ser el hecho de que los insectos
hagan vida en estos cultivos son las hormigas.
Al ser muchas las que acostumbran a vivir dentro de los árboles y las acacias,
esto provoca que los herbívoros rechacen consumir sus frutos, favoreciendo
entonces la recolecta humana. Algunas de estos árboles que albergan hormigas
son los manzanos, naranjos o perales.
E. O. Wilson (1929), uno de los entomólogos más icónicos, aseguró que por cada
hectárea que se encuentra en la selva amazónica con apenas docenas de pájaros
y mamíferos, cuenta con más de mil millones de invertebrados
Por lo tanto, en cualquier tipo de cultivo y vegetación podemos encontrar distintas
plagas y subespecies viviendo dentro de ellas. Esto significa que algunas
afectarán tanto positiva como negativamente nuestros cultivos.
A su vez, según el microbiólogo, Jona Sal: “En caso de que desaparezcan los
insectos de la tierra, se perderá toda vida en general en unos 50 años. Ahora bien,
si el ser humano desapareciera de la tierra, el resto de especies no solo se
mantendrían, sino que además resurgirían las ya extintas”.

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