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LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Las causas que originan la Revolución Industrial en la Gran Bretaña

Entre las causas más importantes de la Primera Revolución Industrial, nos


encontramos con las siguientes:

Causas políticas

Por una parte, la Revolución burguesa del siglo XVII había triunfado, dándose con
ello la abolición del sistema feudal. El sistema se basaba en una monarquía que
había desechado el absolutismo que se daba en otros países europeos.

Como consecuencia, Inglaterra vivió una época de estabilidad, sin sobresaltos


revolucionarios y con unas mayores libertades civiles.

Causas socioeconómicas

Por otra parte, Inglaterra disfrutaba de una situación de abundancia de capitales,


dada su supremacía comercial. El control del comercio con las colonias, dio lugar
a un proceso de concentración de capitales en manos de algunos empresarios.
Fueron importantes las fortunas que tuvieron su origen en el comercio de
productos como el té, el tabaco o, incluso, los esclavos.

Igual de importante fue la existencia de una abundante mano de obra. Las


innovaciones que se produjeron en el campo permitieron un aumento
de productividad que significó la producción de más alimentos. Este proceso se
conoció como la revolución agrícola, dando como resultado un aumento de la
población.

Este aumento de población supuso, a su vez, un aumento de mano de obra


disponible que no resultaba productiva en el campo. Lo cual terminó provocando
un importante éxodo rural con el trasvase de importantes contingentes de
población desde el campo a las ciudades. Esta población desplazada se
convertiría en una bolsa de mano de obra disponible para realizar los trabajos
industriales.

Causas geográficas
La existencia de determinadas materias primas en el territorio de Inglaterra
también facilitó el proceso. El hierro y carbón fueron fundamentales para permitir
el desarrollo y la generalización de innovaciones como la máquina de vapor.

Además, al tratarse de un territorio insular partía de una situación de ventaja para


comerciar con sus productos en el ámbito internacional gracias al barco de vapor.

Características de la Revolución Industrial

Con base en las causas, las consecuencias y todo el desarrollo de la Primera


Revolución Industrial, podemos establecer diferentes características:

 Gran aumento de la producción mecanizada.


 Cambios en la estructura social.
 Expansión económica e industrial sin precedentes.
 Incremento de la productividad, gracias al avance de la tecnología.
 Importantes mejoras en los medios de transporte.
 Fuerte aumento de la población urbana, en detrimento de la población rural.
 Cambios en el hábito de consumo.
 Transformación de la estructura productiva.
 Transición del sector primario al sector secundario. Sobre todo, textil y
metalúrgico.
 Impulso del carbón como fuente de energía principal.

Transformaciones socioeconómicas en la Gran Bretaña como resultado de


la Revolución Industrial

Con la expansión de grandes centros de producción industrial, se creó una nueva


clase social: el proletariado industrial. Las características de estos trabajadores,
concentrados en estos espacios, rompían con la naturaleza de los trabajadores de
épocas anteriores.

En la aparición de esta clase y de sus peculiares condiciones de trabajo y de vida


podemos situar el origen del sindicalismo y de nuevas ideologías, como
el socialismo.
La revolución de los transportes

Con la Revolución Industrial surgieron grandes remanentes para comercializar.


Las regiones agrícolas comenzaron a producir más de lo que eran capaces de
consumir. Igual pasó en las zonas industriales.
Como los remanentes aumentaron también lo hizo la cantidad de mercancías
canjeadas entre distintas regiones o entre diferentes países. Un intercambio
comercial cada vez mayor obligó a que los medios de transporte se renovasen.
Hacía falta conseguir un tráfico voluminoso, barato y rápido. De no ser así, el
crecimiento económico se habría ahogado, al no poder distribuir los remanentes
en mercados remotos. La creación de mejores vías y canales, el incremento de las
flotas a vela y los clippers hicieron posible un mayor y más barato intercambio
comercial a lo largo de la primera mitad del S.XIX.
Pero lejos de estancarse en este punto, el progreso tecnológico experimentó un
impulso tras 1850, con la generalización del uso de la energía de vapor en
el transporte terrestre y en el transporte marítimo.
Los primeros ensayos de adaptar la energía de vapor al remolque apuntan a
comienzos del siglo XIX. El inventor e ingeniero inglés, Richard Trevithnick,
desarrolló en 1804, la primera locomotora. Esta máquina valió para remolcar, por
raíles de hierro, vagones de los que tradicionalmente tiraban caballos, y se empleó
para transportar hierro dentro de la factoría Penydaren, en Gales.
Siguiendo con éstas pruebas, George Stephenson, ingeniero de minas inglés,
fabricó entre 1814 y 1829 distintos tipos de locomotoras. La mejor fue bautizada
como Rocket y consiguió alcanzar los 24 kmh. La fama que alcanzaron estas
máquinas hizo que se hicieran las primeras líneas de ferrocarril para el transporte
de pasajeros y mercancías. En el año 1825 se emplearon las locomotoras en los
asi 15 kmts de la línea Darlington-Steckson, y cinco años después fue inaugurada
la línea Manchester-Liverpool.
Tras esto se produjo el auge de los ferrocarriles. La fabricación de nuevos
ferrocarriles transformó de manera revolucionaria el modo en que se viajaba y
transportaban mercancías a lo largo de todo el mundo. En EEUU el ferrocarril
comunicó las costas este y oeste en el año 1869. La fabricación de ferrocarriles
precisó de importantes inversiones tanto de empresas como del Estado.
En Inglaterra las compañías privadas fueron las que financiaron los ferrocarriles.
En el resto de países europeos y en los EEUU, fue el Estado el que impulsó la
producción de las infraestructuras ferroviarias, proveyendo a las empresas de
terrenos de forma gratuita y apoyo financiero.

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