Está en la página 1de 32

Factores de Riesgo

en Enfermedades Respiratorias
Factores de riesgo en la apnea del sueño
Factores de riesgo en el trombo­embolismo pulmonar
Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar
Índice
Factores de riesgo en la apnea del sueño 1
Ana Ampuero López, Sofía Romero-Peralta y Olga Mediano

Factores de riesgo en el trombo­embolismo


pulmonar 10
Remedios Otero

Factores de riesgo en la hipertensión


pulmonar 21
Amaya Martínez Meñaca
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

Factores de riesgo en la apnea


del sueño
Ana Ampuero Lópeza, Sofía Romero-Peraltaa y Olga Medianoa,b
a
Unidad de Sueño, Servicio de Neumología, Hospital Universitario de Guadalajara,
Guadalajara
b
Departamento de Medicina, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, Madrid

1. Introducción Los mecanismos fisiopatológicos que favorecen


esta colapsabilidad, y como consecuencia la apa­
La apnea obstructiva del sueño (AOS) se pro­ rición de la AOS, tienen un origen multifacto­
duce por un aumento de la colapsabilidad de la rial, pudiendo ser factores de origen anatómico,
vía aérea superior (VAS), que puede ser total funcionales y como consecuencia de la altera­
(apneas) o parcial (hipopneas), en cuyo caso se ción de una serie de reflejos que intervienen en
dan los llamados eventos respiratorios. El cese de la permeabilidad de la vía aérea (en los centros
la respiración ocurre hasta que se produce un respiratorios o en la propia musculatura de la
microdespertar, que reactiva de nuevo la muscu­ VAS)3. El colapso de la VAS se produciría como
latura con la apertura de la VAS. Además de consecuencia de un desequilibrio de fuerzas en­
los mencionados eventos respiratorios, en la tre los factores que tienden a mantenerla abierta
AOS puede tener lugar la aparición de hipoxia y aquellos que favorecerían el cierre de su luz.
intermitente, aumento de la actividad neuro­ Cuando se produce un desequilibrio a favor de
vegetativa, e incremento de la presión negativa los segundos, acontecen los eventos respirato­
intratorácica y de la fragmentación del sue­ rios (fig. 1).
ño (cambios fisiológicos), lo que produce además
cambios biológicos (inflamación y estrés oxi­ Figura 1.
Esquema de los factores que determinan
dativo, entre otros)1. Todos estos procesos pue­ el colapso de la vía aérea superior (VAS).
den causar enfermedades de índole cardiovas­ Se representa el desequilibrio entre los
cular, neurocognitivo y metabólico2. factores que tienden a mantener abierta
la VAS y aquellos que favorecerían
el cierre de su luz, lo que da como
En condiciones normales, incluso con grandes resultado el evento respiratorio.
presiones negativas ejercidas entre –2 y –4 sobre Anatomía musculatura VAS
la VAS (inspiración cmH2O), no se produce el Actividad de los
Luz de centros respiratorios
cierre de la misma. Sin embargo, en los pacien­ la VAS
tes con AOS se ha objetivado que, hasta en
­situación de reposo de la VAS, esta tiende a ce­
rrarse con ­mínimas presiones negativas o quizá
ya esté cerrada en situación basal. Se estima que, APERTURA

en los pacientes con AOS, la presión de cierre


de la VAS se encuentra alrededor de ±1 cmH2O. CIERRE

A esta presión se le denomina presión crítica Anatomía VAS


(Pcrit)2. EVENTO RESPIRATORIO

| 1 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Por tanto, existen diversos factores que favore­ su implicación en la aparición de la AOS3. Otras
cen la apertura de la VAS, como son los múscu­ variables relevantes que influyen en esta enfer­
los dilatadores de la faringe (por ejemplo, el medad, o en el empeoramiento de la misma, son
­geniogloso [GG])2,4, y factores que incrementan el tabaco, la toma de alcohol y la postura del
la colapsabilidad favoreciendo el cierre de la paciente durante el sueño, dado que en posición
misma. Entre estos últimos destacan los facto­ supina favorece el cierre de la VAS. Todos estos
res de origen anatómico, tales como estructuras factores de riesgo se resumen, junto con las me­
estrechas (por ejemplo, taponamiento nasal con didas que hay que tomar para la prevención de
aumento de resistencias), cambios en la estruc­ la AOS, en la tabla 1.
tura craneofacial (por ejemplo, retrognatia y mi­
crognatia), de la cavidad oral (paladar ojival y Por tanto, en la actualidad se ha reconocido que
macroglosia), y de la faringe (hipertrofia amig­ el mecanismo de colapsabilidad de la VAS es
dalar e hipertrofia de la base de la lengua), y al­ complejo, dado que en este intervienen diferen­
teraciones en la laringe (parálisis de cuerdas y tes causas de origen multifactorial. La identifi­
edema de glotis). Además, la obesidad y la dis­ cación de aquellos factores responsables de la
posición de la grasa a nivel cervical son dos de AOS en cada paciente es muy importante para
los principales responsables del estrechamiento proporcionar las estrategias terapéuticas más
de la VAS. Todos estos elementos, por la alte­ adecuadas en cada uno de los casos8,9.
ración de la disposición anatómica, tienden a
­favorecer la colapsabilidad (anomalías del conti­ A lo largo de este capítulo se describirán las dis­
nente/contenido)5,6. tintas causas anatómicas y no anatómicas de la
AOS.
Por otro lado, hay que considerar los factores no
anatómicos, como aquellos fenómenos funcio­ 2. Factores anatómicos
nales que también influyen en la patogenia de la
obstrucción de la VAS7. En esta categoría, se Tal y como se ha comentado previamente en la
diferencian: anomalía en los reflejos de la VAS fisiopatología de la AOS, se debe tener en cuen­
con alteración en su respuesta muscular, grado ta aquellos factores anatómicos que reducen el
de sensibilidad para despertarse frente a los calibre de la VAS y provocan así un aumento de
eventos (conocido como arousal threshold, sien­ la resistencia, y con ello de la presión negativa
do sus siglas en inglés AT) y sensibilidad de los generada en la faringe durante la inspiración,
centros respiratorios (conocido como loop gain, con lo que se predispone al colapso de la misma.
siendo sus siglas en inglés LG). Por ello, ante la presencia de una AOS, hay que
considerar las características anatómicas del pa­
En cuanto a otros factores de riesgo de apari­ ciente, destacando entre ellas las craneofaciales
ción de la AOS, se han descrito varios. La edad, (por ejemplo, retrognatia), nasales (por ejemplo,
el sexo y determinados hábitos tóxicos o farma­ taponamiento nasal), orales (por ejemplo, ma­
cológicos son los más importantes. Con la edad croglosia), faríngeas (por ejemplo, hipertrofia
la prevalencia aumenta de forma muy impor­ amigdalar) y del paladar blando, y considerando
tante, pudiendo llegar a triplicarse en ancianos. tanto su disposición anatómica como su funcio­
Con respecto al sexo, se ha demostrado la exis­ nalidad muscular, dado que la alteración de las
tencia de una relación hombre/mujer 2-3/1 mismas comportará una mayor dificultad para
(hasta la menopausia)3. La raza, y los factores mantener una apertura de la VAS6,10,11. En la ta-
genéticos y familiares también han demostrado bla 2 se muestra un resumen de los factores ana­

| 2 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

Tabla 1.
Factores de riesgo más importantes implicados en el desarrollo de la apnea obstructiva
del sueño (AOS) y recomendaciones para evitarlos
Factor de riesgo Mecanismo de acción Evidencia científica Actitud preventiva

Tabaco Incrementa la inflamación de Wetter DW, et al. Abandono del


la VAS con un mayor riesgo Archives of Internal hábito tabáquico
de roncopatía y AOS Medicina. 1994
Alcohol Favorece el edema de Scrima L, et al. Abstinencia
la VAS y la hipotonía de SLEEP. 1982 al alcohol
los músculos dilatadores
faríngeos
Fármacos Aumentan la colapsabilidad Dolly FR, et al. The No se recomienda
(sedantes, de la VAS, y deprimen la American Journal la toma de estos
barbitúricos respuesta ventilatoria a la of Medicine. 1982 fármacos en
e hipnóticos) hipoxia y la hipercapnia pacientes con
AOS, salvo que
sea estrictamente
necesario
Reflujo gastro­ Incrementa la inflamación de Lloberes P, et Cenas ligeras y 2 h
esofágico la VAS con un mayor riesgo al. Archivos de antes de la hora de
de AOS Bronconeumologia. irse a dormir. Elevar
2011 el cabecero de la
cama. Tratamiento
del reflujo
gastroesofágico
Obesidad Aumento de grasa cervical Smith PL, et al. Se recomienda
e incremento graso en Annals of Internal dieta hipocalórica
músculos faríngeos, lo que Medicine - ACP y práctica regular
eleva la colapsabilidad de la Journals. 1985 de ejercicio
VAS (IMC 18,5-24,9)
Posición El hecho de dormir en Lloberes P, et Hay que evitar la
posición supina favorece una al. Archivos de posición supina
mala disposición de la lengua Bronconeumologia. al dormir. De lado
hacia atrás e incrementa 2011 es la posición más
el riesgo de colapsabilidad protectora
debido al efecto de la grasa;
todo ello contribuye a una
reducción de la luz de la VAS
IMC: índice de masa muscular; VAS: vía aérea superior.

tómicos y las enfermedades derivadas de los 2.1. Sobrepeso y obesidad


mismos que favorecen la aparición de la AOS.
La obesidad es uno de los factores de riesgo más
A continuación, se describen algunos de los fac­ relevantes en el desarrollo de la AOS. Esto es
tores anatómicos más relevantes en el origen de debido al acúmulo graso a nivel cervical que da
la AOS. lugar al estrecho de la VAS por efecto mecánico

| 3 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Tabla 2.
Resumen de los factores anatómicos y enfermedades derivadas de los mismos que
favorecen la aparición de apnea obstructiva del sueño (AOS)
Elementos anatómicos Enfermedades derivadas predisponentes de AOS
Rasgos craneofaciales Micrognatia y retrognatia
Nariz Desviación del tabique nasal, hipertrofia de cornetes, estenosis y quistes
de la rinofaringe
Cavidad oral Macroglosia, hipertrofia amigdalar, configuración anormal del paladar duro
o paladar ojival
Faringe Hipertrofia adenoidea, hipertrofia de úvula, hipertrofia de las amígdalas
palatinas, paladar blando flácido, hipertrofia de la base de la lengua,
hipertrofia de las amígdalas linguales, quistes y tumores de valleculas,
y colapso de las paredes faríngeas
Laringe Epiglotis flácida, repliegues o edemas ariteno-epiglóticos, edema de glotis
y parálisis de cuerdas vocales

sobre la misma. Debido al depósito de grasa en tencia de la apertura de la VAS durante el sueño.
las paredes faríngeas y a nivel superficial en el Estas características de distribución anatómica
área cervical se produce el estrechamiento de la de la grasa cervical hacen, además, que el impac­
luz de la VAS, por lo que, dentro del estudio de to en el varón sea mayor, debido a la distribución
la AOS, se deben tener en cuenta las caracterís­ de la grasa asociada al género.
ticas antropométricas del paciente. Cuando se
presentan de forma conjunta en un individuo 2.2. Características craneofaciales
obesidad y cuello corto, hay que descartar la
existencia de AOS ante una clínica compatible, La disposición anómala de las estructuras cra­
siendo el perímetro cervical uno de los paráme­ neofaciales del individuo puede favorecer la
tros antropométricos utilizados en el diagnósti­ aparición de la AOS. Cuando la mandíbula y el
co de la AOS; se ha demostrado que presenta maxilar superior se encuentran en una correcta
mayor correlación con el índice de apneas-­ disposición anatómica, se denomina ortognata.
hipopneas (IAH) que con el índice de masa cor­ Cuando existe una disimilitud de posición entre
poral (IMC). Por tanto, puede ser responsable la mandíbula y el maxilar superior, se puede fa­
directo de la causa de la AOS, pero además es un vorecer un estrechamiento de la luz de la VAS.
factor agravante de este cuando existen otras La retrognatia es una deformidad dentofacial
causas. Como se ha comentado, la obesidad es en la que existe una discrepancia anteroposte­
uno de los motivos de AOS que más se debe te­ rior entre la mandíbula y el maxilar; el primer
ner en cuenta en el estudio de esta patología: por molar inferior se encuentra más posterior que el
un lado, por su alta prevalencia en la población, y primer molar superior (está más hacia la parte
por otro, porque se trata de un factor de riesgo posterior de la boca).
potencialmente tratable y prevenible. Además
de la grasa cervical acumulada en la obesidad, La presencia de una mandíbula estrecha (mi­
también se produce una disminución de los vo­ crognatia) y un paladar ojival son características
lúmenes pulmonares de estos pacientes, sobre anatómicas que deben hacer sospechar la enfer­
todo en supino, lo que dificulta a su vez la persis­ medad (fig. 2). Aunque los hallazgos patológi­

| 4 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

cos craneofaciales de un individuo por sí mis­ Figura 2.


mos no pueden confirmar la presencia de AOS, Paciente con rasgos craneofaciales,
si estos se presentan conjuntamente con obesi­ como micrognatia, retrognatia y paladar
ojival, que pueden hacer sospechar
dad y aumento del perímetro cervical es proba­ una alta probabilidad de padecer apnea
ble que favorezcan su aparición y por ello se obstructiva del sueño.
deben de tener siempre en cuenta.

2.3. Características nasales

La obstrucción nasal conduce a un aumento de


la resistencia de la VAS, siendo la presión nega­
tiva generada en la inspiración responsable de
su colapso. El taponamiento nasal (por ejemplo,
hipertrofia de cornetes y desviación del tabique
nasal) es una afección relativamente frecuente aparición de la AOS, y que podrían estar entre
en la población general, y es responsable de un las causas reversibles de la misma con procedi­
alto número de apneas e hipopneas que aconte­ mientos quirúrgicos u ortodónticos.
cen en la AOS, por lo que ante una sospecha de
AOS siempre se deberá tener en cuenta las ca­ 2.5. Características faríngeas
racterísticas de este elemento anatómico y valo­
rar las opciones terapéuticas disponibles en cada Es uno de los elementos anatómicos que más
caso. Además, se pueden encontrar otras altera­ condicionan la aparición de la AOS, sobre todo
ciones a nivel de la rinofaringe, como es la hi­ a costa de las amígdalas (hipertrofia amigdalar) y
pertrofia de adenoides, de mayor relevancia en el paladar blando (paladar blando flácido y elon­
el paciente pediátrico. El hecho de asegurar una gado), situados en la orofaringe. Otra de las alte­
cavidad nasal libre es una de las herramientas raciones frecuentes que se pueden encontrar en
para favorecer una correcta apertura de la VAS. la orofaringe es la hipertrofia de úvula. Es im­
portante la exploración de la misma, dado que,
2.4. Características orales además de ser una causa habitual, existe un po­
tencial tratamiento quirúrgico (uvuloplastia)
La cavidad oral se encuentra limitada en la par­ que podría estar indicado en determinados c­ asos.
te inferior por la base de la boca; en la superior,
por el paladar duro; en la posterior, por el pala­ Dada su importancia en el estudio de la AOS,
dar blando, y en la anterior, por la arcada denta­ siempre que se sospeche esta enfermedad es re­
ria, lo que se conoce como continente. Cuando comendable la adecuada exploración física de
existe una alteración en la disposición anatómi­ estas estructuras anatómicas. Para ello se dispo­
ca entre este continente y los elementos que lo ne de dos escalas de evaluación de la VAS: la
componen, llamados contenido (por ejemplo, escala de Mallampati12 y la escala de Friedman13.
lengua y amígdalas), se favorece el estrecha­ La escala de Mallampati analiza la anatomía de
miento de la VAS. Por tanto, a este nivel las cau­ la cavidad oral con la boca abierta y la lengua
sas más frecuentes que se pueden encontrar son fuera, y se relaciona de forma directa con el nivel
la macroglosia, la hipertrofia amigdalar, el pala­ de dificultad para la intubación oral y con el nú­
dar blando flácido y la presencia de paladar oji­ mero de apneas. En la actualidad, la escala de
val. Todas estas son afecciones que favorecen la Friedman, que se realiza con la boca abierta,

| 5 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

pero con la lengua en el interior de la cavidad dad de la VAS. Dentro de los factores no anató­
oral, es la que ha cobrado mayor relevancia. micos implicados en la patogénesis de la AOS,
destaca el muscular, un bajo umbral de desper­
Además, se pueden encontrar otras alteraciones tar y la inestabilidad del control respiratorio14.
a nivel de la hipofaringe, como la hipertrofia de
la base de la lengua. La exploración de la base 3.1. Factor muscular
de la lengua y de la hipofaringe se realiza me­
diante una fibroendoscopia flexible con el pa­ Los principales músculos responsables de man­
ciente en posición supina. Se le indica al pacien­ tener la permeabilidad de la VAS durante el
te que realice una inspiración forzada (conocida sueño son los dilatadores de la faringe. Dentro
como maniobra de Muller) o que simule un ron­ de estos, destaca la actividad del músculo genio­
quido, para determinar dónde se encuentra el gloso15. Las anomalías anatómico-funcionales
origen de la obstrucción y la colapsabilidad de la de la VAS en pacientes con AOS pueden ocurrir
VAS. Pero, debido a lo difícil que es establecer a nivel del control neural, de la respuesta mus­
cuál es la zona anatómica del colapso de la VAS cular o de la eficacia muscular, lo que determi­
en el paciente despierto, en pro de mejorar este nará una mayor tendencia al colapso ante simi­
aspecto, se desarrolló otro método diagnóstico lares impulsos ventilatorios. La activación de los
que en la actualidad se encuentra cada vez más músculos dilatadores está regulada por los dife­
en auge, la somnoscopia o DISE (de sus siglas rentes impulsos que llegan desde el centro res­
en inglés Drug Induced Sleep Endoscopy), que piratorio situado en el tronco cerebral, los me­
consiste en realizar la endoscopia con el pacien­ canorreceptores de la VAS y los cambios a nivel
te dormido (unos 10-15 minutos) hasta que de los gases sanguíneos (hipoxia y niveles de la
ronque, lo que permite el estudio dinámico de la presión parcial arterial del dióxido de carbono
vía aérea en sujetos con diagnóstico de AOS. [PaCO2]). Asimismo, la mayoría de los múscu­
Con los hallazgos observados mediante la som­ los dilatadores faríngeos se activan ante fenó­
noscopia se determinan las distintas opciones menos que tienden a colapsar la VAS, como las
terapéuticas del paciente en función del origen presiones negativas intraluminales que tienen
del AOS en cada caso. lugar durante la inspiración. La respuesta de los
músculos a estos estímulos es mucho más lenta
2.6. Características laríngeas y menos intensa durante la noche. Al inicio del
sueño, la actividad del GG cae más rápidamente
La anomalía de la laringe más frecuentemente en pacientes con AOS que en sujetos sanos, con
presentada en pacientes con AOS es la epiglotis lo que disminuye la eficacia muscular, desciende
flácida. Además, existen otras alteraciones, el tono muscular y se estrecha la luz faríngea;
como el edema ariteno-epiglótico, el edema de consecuentemente, se incrementa la resistencia
la glotis y la parálisis de las cuerdas vocales. y la obstrucción de la VAS15.

3. Factores no anatómicos Además, esta respuesta se ve modulada según la


fase del sueño en la que uno se encuentre. En las
Aunque los factores anatómicos juegan un pa­ iniciales (N1 y N2), el tono muscular va descen­
pel importante en la patogénesis de la AOS, en diendo de manera progresiva, lo que ocasiona
todos los pacientes con esta enfermedad se debe más eventos respiratorios, que se incrementan
considerar la presencia de fenómenos funciona­ durante el sueño REM (movimientos oculares
les (no anatómicos) que modulan la colapsabili­ rápidos), cuando el tono muscular alcanza los

| 6 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

límites más bajos. En cambio, en el sueño pro­ (pO2) (hipoxia) y un aumento de la PaCO2 (hi­
fundo (N3), se puede producir una reducción percapnia), que desencadena un incremento de
del número de apneas/hipopneas, debido a un la ventilación (hiperventilación postapnea). En
ligero aumento del tono muscular de los dilata­ pacientes con AOS moderada-grave, frecuente­
dores faríngeos. No solo la eficacia muscular mente esta respuesta a la hipoxia y a la hiper­
desciende durante la noche, sino que también es capnia es excesiva debido a una hipersensibili­
conocido que los pacientes con AOS presentan dad de los quimiorreceptores, lo que provoca
un umbral de activación de los músculos de la una inestabilidad del control respiratorio, en pro
VAS (respuesta muscular) alto en comparación de un aumento de la colapsabilidad de la VAS,
con sujetos sanos16, respondiendo más lenta­ lo que favorece la aparición de nuevos eventos
mente ante los impulsos ventilatorios. respiratorios de tipo obstructivo, así como un
descenso de la PaCO2, que, si alcanza el valor
3.2. Bajo umbral de despertar conocido como umbral de apnea, conducirá a ap­
neas centrales. Este mecanismo elevado, cono­
Uno de los factores funcionales implicados en la cido como LG (Loop gain), está presente en un
patogénesis de la AOS es la presencia de un tercio de los pacientes con AOS18.
bajo umbral de despertar. El cese de la respira­
ción durante el sueño produce un microdesper­ 4. Implicaciones de los factores
tar transitorio (arousal), que provoca la activa­ de riesgo en el manejo de
ción de los músculos dilatadores de la faringe, los pacientes con apnea
con la consiguiente apertura de la VAS y frag­ obstructiva del sueño
mentación del sueño. El umbral de despertar
varía en cada individuo y en cada fase de sueño. Similar a la heterogeneidad clínica, la patogéne­
Durante la fase de sueño profundo (N3), el um­ sis de la AOS también es multifactorial. Han
bral de despertar es alto, lo que implica poca sido muchos los avances en la última década en
variabilidad respiratoria, y como se ha comenta­ relación con los factores implicados en la apari­
do anteriormente, una mayor activación muscu­ ción de eventos respiratorios. La definición del
lar, con una menor probabilidad de aparición de papel de cada uno de los factores anatómicos y
eventos respiratorios durante esa fase. no anatómicos responsables de la AOS en cada
paciente es muy importante, pues de ahí pueden
Los pacientes con AOS presentan un bajo gra­ derivar estrategias terapéuticas diferentes a la
do de sensibilidad o umbral para despertarse presión positiva continua (CPAP), que tendrían
frente a los eventos (conocido como AT, Arousal implicaciones futuras en el manejo como dianas
Threshold), lo que conlleva un aumento de los terapéuticas dirigidas hacia el tratamiento per­
despertares a lo l­argo de la noche. Estos desen­ sonalizado19.
cadenan una hiperventilación que puede favore­
cer la inestabi­lidad ventilatoria y con ello el au­ De esta manera, pacientes en los que predomina
mento de la colapsabilidad en la VAS17. el factor anatómico en la patogénesis de la AOS
pueden beneficiarse de pérdida de peso, trata­
3.3. Inestabilidad del control miento con CPAP o dispositivos de avance
respiratorio mandibular, o cirugía de la VAS, en función de
la alteración anatómica presentada. En aquellos
Tras un evento respiratorio nocturno se produce con predominio de una alteración funcional,
un descenso de la presión parcial de oxígeno como la ineficacia de la contracción muscular

| 7 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

durante la noche, tratamientos centrados en fa­ Puntos clave


vorecer la activación muscular del GG, como
son la terapia miofuncional y la estimulación del 1. La etiología de la AOS es
multifactorial.
nervio hipogloso, podrían tener una mayor in­
dicación15. Fármacos como trazodona aumen­ 2. Los factores de riesgo de la AOS
tan el umbral de la arousabilidad, por lo que pueden dividirse en anatómicos y no
podrían estar indicados en aquellos pacientes anatómicos.
con un AOS y un bajo umbral de despertar20.
Asimismo, se ha postulado que la terapia con 3. El depósito de tejido graso alrededor
de la VAS como consecuencia de
oxígeno21 o acetazolamida22 podría ser apropia­
la obesidad es el principal factor de
da para pacientes con AOS y loop gain elevado,
riesgo anatómico que condiciona la
inhibiendo la hipersensibilidad de los quimio­ colapsabilidad de la VAS.
rreceptores (fig. 3).
4. La identificación de aquellos factores
Es por este origen multifactorial por lo que el responsables de la AOS en cada
actual Documento internacional de consenso sobre paciente es muy importante para poder
apnea obstructiva del sueño14 defiende que, en el proporcionar las estrategias terapéuticas
tratamiento de la AOS, siempre deben explo­ más adecuadas en cada uno de los casos.
rarse de inicio las posibles causas reversibles y 5. Se deben identificar inicialmente
que las distintas opciones terapéuticas no son aquellos factores que actúan como
excluyentes entre sí, sino complementarias. causas reversibles y considerar que los
distintos tratamientos de la AOS no son
excluyentes, sino complementarios.

Figura 3.
Factores anatómicos y no anatómicos implicados en la fisiopatología de la apnea
obstructiva del sueño (AOS). Estos factores pueden variar sustancialmente entre los
pacientes o en un mismo sujeto. Se muestran las diferentes estrategias terapéuticas
posibles en función de los hallazgos.

+/–

Factores Factores
anatómicos AOS no anatómicos
Obesidad
Patología nasal Factor muscular
Hipertrofia de amígdalas Bajo umbral de despertar
Hipertrofia de úvula
+/–
Loop gain elevado
Malformaciones del paladar
Anomalías craneofaciales
Alteraciones dentofaciales

Pérdida de peso Terapia miofuncional


Posibles tratamientos Cirugía VAS Posibles tratamientos Estimulación hipogloso
CPAP
en función de los hallazgos Cirugía ortognática
en función de los hallazgos Trazodona
Acetazolamida u O2
DAM

CPAP: presión positiva continua; DAM: dispositivo de avance mandibular: O2: oxígeno; VAS: vía aérea superior.

| 8 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

Bibliografía 12. Mallampati SR, Gatt SP, Gugino LD, Desai SP, Waraksa
B, Freiberger D, Liu PL. A clinical sign to predict difficult
1. Lévy P, Kohler M, McNicholas WT, Barbé F, McEvoy tracheal intubation: a prospective study. Can Anaesth Soc
RD, Somers V, et al. Obstructive sleep apnoea syndrome. J 1985;32:429-34.
Nat Rev Dis Primers. 2015;1:15015.
13. Friedman M, Tanyeri H, La Rosa M, Landsberg R, Vaid­
2. Dempsey JA, Veasey SC, Morgan BJ, O’Donnell CP. yanathan K, Pieri S, et al. Clinical predictors of obstructive
Pathophysiology of sleep apnea. Physiol Rev. 2010;90:47- sleep apnea. Laryngoscope. 1999;109:1901-7.
112.
14. Mediano O, González Mangado N, Montserrat JM,
3. Lloberes P, Durán-Cantolla J, Martínez-García MA, Alonso-Álvarez ML, Almendros I, Alonso-Fernández A,
Marín JM, Ferrer A, Corra Jl, et al. Diagnosis and treat­ et al. Documento internacional de consenso sobre apnea
ment of sleep apnea-hypopnea syndrome. Spanish Society obstructiva del sueño. International Consensus Document
of Pulmonology and Thoracic Surgery. Arch Bronconeu­ on Obstructive Sleep Apnea. Arch Bronconeumol (Engl
mol. 2011;47(3):143-56.
Ed). 2021:S0300-2896(21)00115-0. English, Spanish.
4. Eckert DJ, Malhotra A. Pathophysiology of adult obstruc­
15. Mediano O, Romero- Peralta S, Resano P, Cano-Puma­
tive sleep apnea. Proc Am Thorac Soc. 2008;5:144-53.
rega I, Sánchez de la Torre M, Castillo-García M, et al.
5. Jordan AS, McSharry DG, Malhotra A. Adult obstructive Obstructive Sleep Apnea: Emerging Treatments Targe­
sleep apnoea. Lancet. 2014;383(9918):736-47. ting the Genioglossus Muscle J. Clin Med. 2019;8:1754.
6. Schwab RJ, Pasirstein M, Pierson R, Mackley A, Hacha­ 16. Eckert DJ. Phenotypic approaches to obstructive sleep
doorian R, Arens R, et al. Identification of upper airway apnoea – new pathways for targeted therapy. Sleep Med
anatomic risk factors for obstructive sleep apnea with vo­ Rev. 2018;37:45-59.
lumetric magnetic resonance imaging. Am J Respir Crit
Care Med. 2003;168:522-30. 17. Eckert DJ, Younes MK. Arousal from sleep: implications
for obstructive sleep apnea pathogenesis and treatment.
7. Eckert DJ, White DP, Jordan AS, Malhotra A, Wellman J Appl Physiol. 2014;116:302e13.
A. Defining phenotypic causes of obstructive sleep apnea.
Identification of novel therapeutic targets. Am J Respir 18. Bosi M, De Vito A, Eckert DJ, Steier J, Kotecha B, Vici­
Crit Care Med. 2013;188:996-1004. ni C, et al. Qualitative Phenotyping of Obstructive Sleep
Apnea and Its Clinical Usefulness for the Sleep Specialist.
8. Owens RL, Edwards BA, Eckert DJ, Jordan AS, Sands J Environ Res Public Health. 2020;17:2058.
SA, Malhotra A, et al. Use an Integrative Model of Phy­
siological Traits Can to predict Obstructive Sleep Apnea 19. Carberry JC, Amatoury J, Eckert DJ. Personalized Mana­
and Response to Non Positive Airway Pressure Therapy. gement Approach for OSA. Chest. 2018;153(3):744-55.
Sleep. 2015;38:961-70. 20. Gray EL, McKenzie DK, Eckert DJ. Obstructive sleep
9. Shin W, Jen R, Li Y, Malhotra A. Tailored treatment apnea without obesity is common and difficult to treat:
strategies for obstructive sleep apnea. Respir Investing. evidence for a distinct pathophysiological phenotype.
2016;54:2-7 J Clin Sleep Med. 2017;13(1): 81-8.
10. Lehrer E, Langdon C, Vilaseca C. Anatomía de la vía 21. Wellman A, Malhotra A, Jordan AS, Stevenson KE,
aérea superior. Diagnóstico por imagen y técnicas com­ Gautam S, White DP. Effect of oxygen in obstructive
plementarias. Cap. 39. En: Sociedad Española del Sueño sleep apnea: role of loop gain. Respir Physiol Neurobiol.
(SES); De Andrés de la Calle I, Bové Ribé A, Cañellas 2008;162(2):144-51.
Dols F, Durán Cantolla J, Estivill Sancho E, et al. Tratado 22. Edwards BA, Sands SA, Eckert DJ, White DP, Butler JP,
de Medicina del Sueño. Médica Panamericana; 2015. Owens RL, et al. Acetazolamide improves loop gain but
11. Stuck BA, Maurer JT. Airway evaluation in obstructive not the other physiological traits causing obstructive sleep
sleep apnea. Sleep Med Rev. 2008;12:411-36. apnoea. J Physiol. 2012;590(pt 5):1199-211.

| 9 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Factores de riesgo en el
­tromboembolismo pulmonar
Remedios Otero
Servicio de Neumología, Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla

El tromboembolismo o embolia pulmonar (EP) lidad sanguínea. A pesar de los años transcurri­
comparte mecanismos etiopatogénicos y facto­ dos desde la formulación de la triada de ­Virchow,
res de riesgo con las trombosis venosas profun­ las investigaciones más contemporáneas demues­
das (TVP); ambos forman parte de la denomi­ tran que muchos pacientes con ETV completan
nada enfermedad tromboembólica venosa (ETV). los factores descritos. Los elementos de la triada
Generalmente, la trombosis se inicia en los vasos se representan gráficamente como los vértices de
lesionados del sistema venoso de miembros in­ un triángulo equilátero, en los cuales inciden di­
feriores; algunas pequeñas trombosis son lisadas versos factores de riesgo (fig. 1).
mediante mecanismos fibrinolíticos endógenos,
pero otras se extienden hacia territorios más La visión clásica de la triada de Virchow es aún la
proximales, y algunas se fragmentan y e­ mbolizan explicación más didáctica que se puede encontrar
hasta las arterias pulmonares. La trombosis ocu­ de la etiopatogenia de las trombosis venosas. Sin
rre cuando existe un desequilibrio a favor de fac­ embargo, la clasificación más actual es de gran
tores procoagulantes sanguíneos frente a otros utilidad para valorar el riesgo de recurrencia de la
anticoagulantes y fibrinolíticos naturales. trombosis, y en este sentido es una aproximación
a los factores de riesgo eminentemente práctica,
El trombo venoso está compuesto de fibrina, cuyo análisis tendrá una repercusión al decidir la
hematíes y plaquetas, pero también se ha descri­ duración del tratamiento anticoagulante y tam­
to la participación de ácido desoxirribonucleico bién para la adopción de medidas profilácticas.
(ADN) procedente de leucocitos en su configu­
ración, en forma de redes extracelulares1, que Existe un amplio número de factores de riesgo
conforman una especie de andamiaje en la para la EP, que son los mismos que para la
constitución del coágulo y da idea de la relación ETV, como se muestra en la tabla 1, aunque no
existente entre inflamación y trombosis. todos tienen la misma capacidad generadora de
eventos de tromboembolismo venoso. Trau­
1. Factores de riesgo: desde matismos graves, cirugía, fracturas de miem­
la triada de Virchow al riesgo bros inferiores, reemplazamientos articulares y
de recurrencia daño medular agudo son fuertes factores pro­
vocadores de ETV2,3. El cáncer es un factor
En 1856, Rudolf Virchow postuló la triada que de riesgo muy bien conocido para la ETV;
llevaría su nombre. Según este célebre médico además, es un factor de mortalidad por todas
alemán, la consecución de la trombosis bastaría las causas tras un episodio de ETV4.
con la alteración de uno de estos tres factores:
lesión del endotelio vascular, aumento de la La ETV podría verse como parte de la enfer­
­estasis venosa o incremento en la hipercoagulabi­ medad cardiovascular, compartiendo factores de

| 10 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

Figura 1.
Triada de Virchow.

TRIADA DE
Venas centrales
VIRCHOW TVP/EP previas
Venas varicosas
LESIÓN ENDOTELIAL

FLUJO SANGUÍNEO ANORMAL HIPERCOAGULABILIDAD

Inmovilidad postoperatoria Tratamiento hormonal


Inmovilidad debido a enfermedad Quimioterapia
Inmovilidad circunstancial Neoplasia
Embarazo
Posparto
Trombofilia heredada
Trombofilia adquirida

EP: embolia pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda.

riesgo comunes, como el tabaquismo, la obesi­ versibles, como cirugía, traumatismo, inmoviliza­
dad, la hipercolesterolemia, la hipertensión y la ción transitoria, embarazo, uso de anticonceptivos
diabetes mellitus5-7. Sin embargo, esto puede ser orales o tratamiento de reemplazo hormonal. Un
una asociación indirecta. Por ejemplo, es el cán­ evento trombótico en la ETV es no provocado
cer el factor que se asocia a la ETV y no el taba­ cuando no se identifica ningún precipitante claro.
quismo lo que produce cáncer8,9; por lo tanto,
estos factores de riesgo están encuadrados entre En este paradigma de la nueva visión sobre los
los más débiles (tabla 1). factores de riesgo, el cáncer merece una consi­
deración especial. Los eventos de una ETV aso­
Se considera que, cuando se genera un episodio ciada al cáncer son provocados por el cáncer
trombótico en la ETV, es debido a la interacción mismo o por la comorbilidad asociada, pero en
entre factores de riesgo intrínsecos del paciente, muchos casos no se tratará de un factor tempo­
y por tanto generalmente permanentes, y otros ral o reversible. Por esto último y por la elevada
factores transitorios. A partir de esta categoriza­ tasa de recurrencia, aproximadamente un 20%
ción entre factores permanentes y transitorios, se durante los primeros 12 meses tras un evento
desarrolla el algoritmo de decisión ­sobre la dura­ trombótico11, los pacientes con cáncer son can­
ción de la anticoagulación; la tasa de recurrencias didatos para un tratamiento anticoagulante in­
después de la interrupción del tratamiento fue de definido tras un episodio de ETV, siempre que
aproximadamente 2,5% en EP asociadas a facto­ el cáncer se considere activo12.
res de riesgo transitorios, también llamados re-
versibles, frente al 4,5% en EP no provocadas10. Otra clasificación ha dividido los factores de
riesgo entre hereditarios y adquiridos. A conti­
Un evento trombótico en la ETV es provocado nuación, se ofrecen detalles más pormenoriza­
cuando existen factores de riesgo temporales o re­ dos de los factores de riesgo.

| 11 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Tabla 1.
Factores de riesgo de la embolia pulmonar
Factores hereditarios Factores adquiridos
Estados de hipercoagulabilidad frecuentes Cirugía
Mutación FVL Traumatismos
Mutación 20210-A del gen de la protrombina Cáncer activo
Déficit de la antitrombina iii Inmovilización
Déficit de la proteína C Infecciones
Déficit de la proteína S ETV previa
Uso de anticonceptivos orales
Otras supuestas trombofilias Embarazo
Déficit del cofactor II de la heparina Uso de catéteres intravasculares
Déficit del plasminógeno Edad avanzada
Déficit del PAI-1 Insuficiencia venosa
Disfibrinogenemias Obesidad
Déficit del FXII Viajes prolongados
Enfermedades cardiovasculares
Otras variantes genéticas Tabaquismo
Mutación de la MTHFR Anticuerpos antifosfolípidos
Elevación del FVIII Enfermedades inmunoinflamatorias
Grupos sanguíneos A y B Fármacos
Variantes en el gen STAB2
ETV: enfermedad tromboembólica venosa; FVIII: factor viii; FXII: factor xii; FVL: factor v de Leiden; MTHFR:
metiltetra­hidrofolato reductasa; PAI-1: inhibidor del activador del plasminógeno 1.

2. Factores de riesgo hereditarios del FVL y el gen de la protrombina presentan


una prevalencia estimada del 4-5%13 y del
2.1. Estados de hipercoagulabilidad 2-4%14, respectivamente. El riesgo trombótico
o trombofilias heredadas frecuentes asociado a estos estados de hipercoagulabilidad
ha sido valorado por estudios de pacientes con
Se conocen varios factores genéticos que incre­ tromboembolismo venoso o analizando el ries­
mentan el riesgo de ETV y típicamente afectan go trombótico en portadores de estos defectos.
en la producción del coágulo o su actividad. Es­ La prevalencia de una trombofilia heredada en
tos incluyen el factor v de Leiden (FVL) y la pacientes con trombosis es del 24-37% compa­
mutación 20210-A del gen de la protrombina, rado con el 10% de los sujetos control.
los cuales juntos representan el 50-60% de los
casos, y los déficits de antitrombina iii, de la Los sujetos homocigotos para el FVL están in­
proteína C y de la proteína S. Las mutaciones cluso más predispuestos a la ETV, con cerca de

| 12 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

40 veces más riesgo comparado con el incre­ trombosis arterial y venosa, puede estar motiva­
mento de 2 a 7 veces que presentan los sujetos da por un defecto genético, además de por cau­
heterocigotos13,14. Los defectos de la antitrombi­ sas adquiridas de deficiencia en vitaminas B6 y
na iii, la proteína C y la proteína S, aunque son B12, y ácido fólico; el defecto más frecuente es la
menos frecuentes que las mutaciones protrom­ homocigosis en la enzima metiltetrahidrofolato
bóticas en la población general, representan una reductasa (MTHFR). La elevación del factor
probabilidad de desarrollar trombosis elevada en viii (FVIII) está aceptada como un marcador
sujetos portadores. Se ha determinado que la independiente de riesgo trombótico17 y puede
probabilidad de desarrollar trombosis es de asociarse una condición heredada18, aunque los
8,5 veces más altas en los portadores del déficit determinantes genéticos responsables de la ele­
de la proteína S, 8,1 veces más altas en portado­ vación del FVIII no han sido identificados19.
res de déficit de la antitrombina iii, 7,3 para el Los grupos sanguíneos A y B son más proclives
déficit de la proteína C y 2,2 para el FVL. a la aparición de trombosis; por el contrario, en
las personas del grupo 0 el riesgo es menor20. En
Puede haber una coexistencia de varios defec­ concreto, para la EP los grupos no-0 presenta­
tos de hipercoagulabilidad, situación conocida ron una hazard ratio (HR) de 1,47 (intervalo de
como trombofilia múltiple; por ejemplo, muta­ confianza del 95% [IC95%] 1,39-1,55) con res­
ciones en el FVL con déficit de la proteína C o pecto al grupo sanguíneo 0. Se han identificado
S. Por otro lado, la existencia de una trombofilia variantes raras en el gen STAB2 que aumentan el
heredada interaccionaría incrementando el ries­ riesgo de ETV. STAB2 codifica Stabilin-2, una
go trombótico en condiciones adquiridas, como proteína receptora transmembrana de las células
en el uso de anticonceptivos orales o embarazo15. endoteliales. Las variantes de Stablin-2 asocia­
das a la ETV exhibieron una menor expresión
2.2. Otras supuestas trombofilias en la superficie celular y también niveles más al­
hereditarias tos del factor de von Willebrand en la sangre21.
Posteriormente se han publicado los datos de un
A pesar de que se han descrito varios modelos estudio poblacional que también relaciona esta
genotípicos de polimorfismos y de mutacio­ variante genética con mayor riesgo de ETV; sin
nes genéticas asociados al riesgo de ETV, la re­ embargo, no están clarificadas qué variantes son
levancia clínica y los mecanismos fisiopatológi­ las causantes de los episodios trombóticos22.
cos no han sido totalmente aclarados16. Aunque
con suficiente potencial teórico, no está clarifi­ Las nuevas técnicas ómicas han posibilitado un
cada la asociación real de un incremento de la nuevo conocimiento en torno a la genómica y la
ETV en el déficit del cofactor ii de la hepari­ transcritómica de la ETV. Se están desarrollan­
na, el déficit del plasminógeno y del inhibidor do estudios cooperativos internacionales para
del activador del plasminógeno 1 (PAI-1), las identificar nuevos genes en la ETV; en concreto
disfibrinogenemias o el déficit del factor xii. se han identificado 16 emergentes loci para la
ETV23. La repercusión clínica de estos resulta­
2.3. Otras variantes genéticas dos debe ser contrastada con otros estudios.

Polimorfismos y otras variantes genéticas se es­ 3. Factores de riesgo adquiridos


tán investigando como factores que incremen­
tan el riesgo trombótico en ciertos contextos Estos incluyen factores asociados al estilo de
clínicos. La hiperhomocisteinemia, asociada a vida, comorbilidades y procedimientos médicos.

| 13 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Algunos de estos factores provocan ETV de denantes dan lugar a un mayor incremento del
forma directa, denominados factores desencade- riesgo de ETV que el correspondiente a cada
nantes. Es importante reconocerlos, pero en factor por separado26.
ciertas circunstancias es difícil distinguir entre
episodios provocados y no provocados. Hay que 3.1. Cirugía y traumatismos
tener en cuenta que los pacientes con ETV
­pueden tener múltiples factores de riesgo: múl­ La cirugía puede causar directamente lesión del
tiples defectos genéticos o múltiples factores endotelio, y contribuye a la inmovilización, a la
adquiridos, o una combinación de factores ad­ estasis venosa y a la liberación de factores infla­
quiridos y genéticos. matorios. El trauma de tejidos vasculares tam­
bién ocurre en quemaduras importantes, o en
Esta compleja realidad se reflejó en los resulta­ los traumatismos de miembros superiores o in­
dos del estudio MEGA, en el cual se investigó a feriores. El daño de la cirugía o traumatismo
4.311 pacientes consecutivos con un primer conllevaría una liberación de citoquinas infla­
episodio de ETV frente a 5.768 controles24, en matorias que alteran la fibrinólisis y afectan a
el cual el riesgo trombótico se incrementó (OR los anticoagulantes endógenos, incrementando
1,5-4,9) cuando el paciente refería antecedentes el riesgo de ETV. Entre todos los procedimien­
personales de alguna enfermedad médica cróni­ tos quirúrgicos, la cirugía ortopédica y la onco­
ca. Además, la combinación de una patología lógica tienen un particular alto riesgo de ETV27.
médica con inmovilización aumentaba el riesgo
hasta 10,9 (IC95% 4,2-28). La combinación de 3.2. Cáncer
enfermedad médica previa más inmovilización
más defecto trombofílico heredado incrementa­ El cáncer activo es el mayor factor de riesgo de
ba el riesgo a una OR de 89, 35, 88, 84 y 53 si ETV, sobre todo en un estadio metástasico. La
existía un incremento en el FVIII, en el fac­ mayor incidencia de ETV se observa durante el
tor ix (FIX), en el factor von Willebrand, muta­ primer año tras el diagnóstico de neoplasia y
ciones del FVL o presencia de grupos sanguí­ después del inicio del tratamiento quimioterá­
neos no-0, respectivamente. pico28. El tipo histológico de adenocarcinoma
guarda más relación con un mayor riesgo de
De forma independiente, si un paciente tiene ETV29. Se debería mantener un bajo umbral
factores de riesgo adquiridos o genéticos y ade­ de sospecha de ETV ante cualquier signo o sín­
más antecedentes familiares de ETV, el riesgo toma que apareciera en un paciente con cáncer
de esta se incrementará considerablemente25. activo, aunque los tumores malignos localizados
Los factores desencadenantes o provocadores en páncreas, neoplasias hematológicas, pulmón,
de ETV más frecuentes son cirugía, traumatis­ estómago y cerebro tienen más riesgo30,31.
mos, cáncer activo, inmovilización, infecciones,
ETV previa, uso de anticonceptivos orales, em­ 3.3. Inmovilización prolongada
barazo y uso de catéteres intravasculares. Otros
factores adquiridos son edad avanzada, insufi­ Dentro de este contexto se agrupan pacientes
ciencia venosa, obesidad, viajes prolongados, que se han sometido a algún tratamiento de
enfermedades cardiovasculares y reumatológi­ ­inmovilización articular, además de sujetos hos­
cas, anticuerpos antifosfolípidos, tabaquismo y pitalizados por cualquier causa y los que realiza­
ETV previa. Además, cuando los factores des­ ron viajes prolongados. Entre los pacientes con
encadenantes se combinan con los no desenca­ fijación articular, se ha observado que la inci­

| 14 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

dencia de ETV se incrementa hasta el doble (UCI) y de ventilación mecánica, y unas cifras
tras tres días de inmovilización32. Un estudio elevadas de dímero D y de leucocitos en el mo­
investigó los factores provocadores de ETV ad­ mento del ingreso fueron factores de riesgo para
quirida en la comunidad: el 36% de los pacien­ ser diagnosticados de EP en pacientes con
tes habían sido previamente hospitalizados, y el ­COVID-19.
23%, sometidos a cirugía en los tres meses pre­
vios al diagnóstico. Además, la mayoría de las 3.5. Enfermedad tromboembólica
ETV aparecieron durante el primes mes tras la venosa previa
hospitalización33.
Uno de los factores de riesgo más fuertes de la
3.4. Infecciones ETV es el antecedente de haber sufrido un epi­
sodio previo, incluso en pacientes que fueron
Las infecciones por sí mismas son agentes des­ correctamente tratados con anticoagulantes40.
encadenantes de ETV, a pesar de que puedan El riesgo no disminuye a través del tiempo des­
condicionar periodos de inmovilización2,34,35. de el evento inicial. Un estudio encontró que,
Mención especial merece la infección por el vi­ tras 2 años de haber sufrido una ETV, hubo un
rus SARS-CoV-2 (coronavirus del síndrome 17,5% de las posibilidades de padecer un episo­
respiratorio agudo grave de tipo 2), que ha oca­ dio recurrente; tras 5 años, del 24,6%, y tras
sionado más de 500 millones de casos confirma­ 8 años, del 30,3%40.
dos y más de 6 millones de muertes en todo el
mundo (www.covid19.who.int). Diferentes es­ 3.6. Uso de anticonceptivos orales
tudios han demostrado la alta incidencia de EP
(5-19%) y mortalidad (8,7-45%) más elevada en Los agentes contraceptivos que contienen es­
pacientes con COVID con respecto a los pa­ trógenos están asociados a un riesgo elevado de
cientes sin COVID-19 (coronavirosis de 2019): ETV; es el factor de riesgo más frecuente en las
incidencia de EP del 1,7-7,5% y mortalidad del mujeres de edad fértil41-43. En concreto, los con­
6,8%36-38. Los pacientes con EP en el contexto traceptivos orales combinados, que contienen
de la infección por COVID parecían tener ca­ estrógenos y progestágenos, están relacionados
racterísticas demográficas, clínicas y de paráme­ con aproximadamente de 2 a 6 veces más riesgo
tros de laboratorios diferentes a los que son de ETV con respecto a mujeres de la misma
diagnosticados de EP y sin COVID. De hecho, edad que no usan contracepción oral44.
se ha llegado a proponer hipótesis nuevas, aun
no contrastadas, por las cuales el papel de la mi­ Aunque el riesgo absoluto de ETV permanece
croangiopatía y la trombosis en pequeños vasos bajo, este se incrementa cuando coincide con
y capilares sería más importante en la etiopato­ factores de riesgo hereditarios o trombofilia.
genia que la clásica, por la cual una TVP frag­ Los contraceptivos de tercera generación, que
mentada, generalmente de miembros inferiores, contienen progestágenos, como desogestrel o
viajaría por la circulación pulmonar e impactaría gestodeno, están asociados a un mayor riesgo
en el lecho vascular arterial pulmonar. que los de segunda, que tienen levonorgestrel o
norgestrel45,46.
Un metaanálisis39 reveló que el sexo masculino,
la obesidad, la gravedad de la afectación pulmo­ Por otro lado, los dispositivos intrauterinos
nar en la radiografía de tórax, la necesidad de de liberación hormonal y las píldoras solo de
ingreso en la unidad de cuidados intensivos progestágenos, a dosis de anticoncepción, no es­

| 15 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

tán asociados con un riesgo incrementado de de ETV51. La dilatación venosa conlleva al esta­
ETV43,47; por lo que estas son las opciones fre­ sis y estancamiento del flujo sanguíneo que in­
cuentemente propuestas para mujeres con ante­ crementa el riesgo de formación de coágulos.
cedentes familiares o personales de ETV.
3.10. Obesidad
En las mujeres posmenopáusicas que reciben
reemplazamiento hormonal, el riesgo de ETV Se le identificó como factor de riesgo para ETV,
varía ampliamente dependiendo de la formula­ y recientemente se demostró una relación lineal
ción usada48. entre el índice de masa corporal (IMC) y la
ETV, de forma que una obesidad grave, defini­
3.7. Uso de catéteres intravasculares da por un IMC > 35, predispone seis veces más
permanentes a padecer ETV que un peso normal52.

El daño vascular es uno de los más importantes 3.11. Viajes prolongados


determinantes para ETV. In vivo, un cuerpo ex­
traño podría facilitar rápidamente la unión de la Los viajes prolongados incrementan el riesgo de
fibrina y otros factores de coagulación a la pared ETV hasta 3 veces; sin embargo, el riesgo abso­
del vaso. A pesar de que el uso de catéteres vas­ luto de un viajero dado es relativamente bajo,
culares permanentes está asociado a un riesgo solo 4,8 casos por 1 millón entre pasajeros que
incrementado de EP, la mayoría de los pacientes viajaron más de 10.000 km47.
que requieren el uso de estos catéteres a menu­
do ya tienen un riesgo elevado de ETV, puesto 3.12. Enfermedades
que son sujetos con cáncer o que precisan hos­ cardiovasculares
pitalización en UCI49.
Al menos desde un punto de vista teórico, po­
3.8. Edad drían existir algunos aspectos fisiopatológicos
compartidos entre el desarrollo de la enferme­
Con la edad, la producción de anticoagulantes dad trombótica arterial y la ETV. Factores de
circulantes, como la proteína C y la S, disminu­ riesgo conocidos de enfermedad arterial trom­
ye más rápido que los factores procoagulantes, bótica, como la hipertensión arterial, el taba­
lo que conduce a un estado de hipercoagulabili­ quismo y la obesidad, incrementan también el
dad en las personas mayores, aunque hay pocos riesgo de ETV52. Los pacientes con infarto de
estudios que analicen las variables confundentes miocardio e insuficiencia cardiaca tienen riesgo
asociadas a la edad. Entre los 40-49 años, la in­ incrementado de EP53,54. Por otra parte, hay evi­
cidencia de TVP es de 17 por 100.000 perso­ dencias sobre que el riesgo de sufrir infarto agu­
nas/año; sin embargo, la incidencia sube a 232 do de miocardio se incrementaba 4 veces en los
por 100.000 personas/año entre los individuos 10 años posteriores a un episodio de ETV no
de 70-79 años50. provocado o idiopático55. Se ha demostrado una
reducción significativa de la incidencia de trom­
3.9. Insuficiencia venosa boembolismo venoso con el uso de inhibidores
de PCSK9 (protein convertase subtilisin/kexin
Se debe a la dilatación y a la disfunción valvular, type 9), fármacos que han revolucionado el tra­
frecuentemente encontradas en las personas an­ tamiento de la dislipemia. La reducción en inci­
cianas y asociadas con un incremento del riesgo dencia de la ETV fue asociada a una reducción

| 16 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

de la lipoproteína A, no con otros tipos de lipo­ En enfermedades crónicas renales68, el síndrome


proteínas, lo que sugiere una vía patogénica des­ nefrótico69 y el trasplante renal70, se ha observa­
conocida en la ETV56. do una incidencia incrementada de ETV, parece
ser que en relación con diversas alteraciones de
A pesar de que la relación causal entre enferme­ la hipercoagulabilidad, como niveles elevados
dad trombótica arterial y ETV no está aún esta­ del FVIII y del factor von Willebrand, hipera­
blecida claramente, hay una creciente evidencia gregación plaquetaria y aumento de viscosidad
que sugiere que estas dos categorías de enfer­ sanguínea. Se ha tenido la falsa noción de que,
medad vascular están interconectadas. en las enfermedades hepáticas, había un estado
anticoagulante natural debido al déficit de la
3.13. Anticuerpos antifosfolípidos producción hepática de factores de la coagu­
lación, que aumentaba el cociente internacional
Los pacientes con anticuerpos anticoagulante normalizado. Existen datos suficientes para
lúpico o anti-β2 glucoproteínas i presentan un afirmar que las pruebas de coagulación estándar
estado de hipercoagulabilidad, incrementándo­ no evalúan con precisión el sangrado o el riesgo
se claramente el riesgo de ETV entre 5 a 8 veces de coagulación en pacientes con cirrosis. La dis­
con respecto a pacientes no portadores57. Estos minución en la síntesis de los inhibidores natu­
anticuerpos pueden estar asociados a otras en­ rales de la coagulación, de la proteína S y C, de
fermedades, como cáncer, o patologías inflama­ la antitrombina y de los factores fibrinolíticos71
torias (enfermedades inflamatorias intestinales) contribuye al aumento observado de ETV en
o reumatológicas (lupus eritematoso sistémico), o pacientes con enfermedades hepáticas72. Tam­
no tener relación a ninguna de ellas, situación bién se ha identificado que un paciente grave­
conocida como síndrome antifosfolípido primario. mente enfermo que ingresa en la UCI tiene más
riesgo de tromboembolismo venoso antes y
3.14. Otras circunstancias después de haber sido dado de alta de dicha
o comorbilidades unidad73.

El tratamiento con agentes estimuladores de la Existen múltiples observaciones que demues­


eritropoyesis o las transfusiones sanguíneas2,58 tran una asociación entre las partículas finas de
se ha asociado a mayor riesgo de ETV. Se ha la polución del aire y el riesgo de mortalidad por
descrito mayor riesgo de ETV con el uso de los enfermedades cardiovasculares o cardiopul­
siguientes agentes farmacológicos: reempla­ monares74, aunque no se ha podido establecer
zamiento hormonal59, tamoxifeno60, bevacizu­ una clara causalidad75.
mab61, glucocorticoides62, antidepresivos y ácido
tranexámico. Según la Food and Drug Adminis- Se han detectado casos de ETV asociados a
tration (FDA) el consumo de testosterona debe ­dietas alimenticias veganas, lo que conduce a
tenerse en cuenta en el riesgo de ETV64. deficiencias de vitamina B e hiperhomocistein­
emia no relacionada con factores genéticos76.
También se ha descrito un mayor riesgo de
ETV entre las enfermedades inmunoinflamato­ Puntos clave
rias sistémicas, las reumatológicas65 y las in­
flamatorias intestinales66, incluso en patologías 1. La actual clasificación de factores
que no suelen considerarse factores de riesgo, de riesgo va enfocada a la valoración
tales como la psoriasis67. del riesgo de recurrencias.

| 17 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

2. La valoración de los factores de 7. Ageno W, Becattini C, Brighton T, Selby R, Kamphuisen


PW. Cardiovascular risk factors and venous thromboem­
riesgo tiene importancia en la duración bolism: a meta-analysis. Circulation. 2008;117(1):93-102.
del tratamiento anticoagulante. 8. Enga KF, Braekkan SK, Hansen‐Krone IJ, Le Cessie S,
Rosendaal FR, Hansen J. Cigarette smoking and the risk
of venous thromboembolism: the Tromsø Study. J Thromb
3. El conocimiento y la ponderación de Haemost. 2012;10(10):2068-74.
los factores de riesgo permiten adoptar 9. Wattanakit K, Lutsey PL, Bell EJ, Gornik H, Cushman
medidas profilácticas. M, Heckbert SR, et al. Association between cardiovascu­
lar disease risk factors and occurrence of venous throm­
boembolism. Thromb Haemost. 2012;108(09):508-15.
4. En la EP no provocada, no se 10. Agnelli G, Prandoni P, Becattini C, Silingardi M, Taliani
identifica ningún precipitante claro. La MR, Miccio M, et al. Extended oral anticoagulant therapy
after a first episode of pulmonary embolism. Ann Intern
EP provocada corresponde a factores Med. 2003;139(1):19-25.
de riesgo temporales o reversibles; 11. Hutten BA, Prins MH, Gent M, Ginsberg J, Tijssen
por ejemplo, cirugía, traumatismo, JG, Büller HR. Incidence of recurrent thromboembolic
and bleeding complications among patients with venous
inmovilización transitoria, embarazo, uso thromboembolism in relation to both malignancy and
de anticonceptivos orales o tratamiento achieved international normalized ratio: a retrospective
de reemplazo hormonal. analysis. J Clin Oncol. 2000;18(17):3078-83.
12. Kearon C, Akl EA, Comerota AJ, Prandoni P, Bouna­
meaux H, Goldhaber SZ, et al. Antithrombotic therapy
5. La EP asociada al cáncer es for VTE disease: Antithrombotic therapy and prevention
provocada por el cáncer mismo, por of thrombosis, 9th ed: American College of Chest Phy­
sicians evidence-based clinical practice guidelines. Chest
tratamientos oncológicos o por otras [Internet]. 2012;141(2 Suppl.):e419-6S.
comorbilidades asociadas. En muchos 13. Heit JA, Sobell JL, Li H, Sommer SS. The incidence of ve­
casos no es factor temporal o reversible. nous thromboembolism among Factor V Leiden carriers:
a community-based cohort study. J Thromb Haemost.
2005;3(2):305-11.
6. La existencia de una trombofilia 14. Poort SR, Rosendaal FR, Reitsma PH, Bertina RM.
heredada incrementa el riesgo A common genetic variation in the 3’-untranslated region
of the prothrombin gene is associated with elevated plas­
trombótico en condiciones adquiridas. ma prothrombin levels and an increase in venous throm­
bosis. Blood. 1996;88(10):3698-703.
Bibliografía 15. van Vlijmen EFW, Brouwer J-LP, Veeger NJGM, Eskes
TKAB, de Graeff PA, van der Meer J. Oral Contracepti­
1. Fuchs TA, Brill A, Duerschmied D, Schatzberg D, ves and the Absolute Risk of Venous Thromboembolism
Monestier M, Myers DD, et al. Extracellular DNA in Women With Single or Multiple Thrombophilic De­
traps promote thrombosis. Proc Natl Acad Sci U S A. fects: Results From a Retrospective Family Cohort Study.
2010;107(36):15880-5. Arch Intern Med. 2007;167(3):282-9.
2. Rogers MAM, Levine DA, Blumberg N, Flan­ 16. Douketis JD, Foster GA, Crowther MA, Prins MH, Gins­
ders SA, Chopra V, Langa KM. Triggers of hospita­ berg JS. Clinical risk factors and timing of recurrent venous
lization for ­ venous thromboembolism. Circulation. thromboembolism during the initial 3 months of anticoa­
2012;125(17):2092-9. gulant therapy. Arch Intern Med. 2000;160(22):3431-6.
3. Anderson Jr FA, Spencer FA. Risk factors for venous 17. Hari P, Prasad Chemiti GK, Lankipalli RS. High plas­
thromboembolism. Circulation. 2003;107(23_suppl_1): ma levels of factor VIII and the risk of recurrent venous
I-9. thromboembolism. N Engl J Med. 2000;343(26):1968-9.
4. Gussoni G, Frasson S, La Regina M, Di Micco P, Mon­ 18. Smith NL, Chen M-H, Dehghan A, Strachan DP, Basu
real M, RIETE Investigators. Three-month mortality rate S, Soranzo N, et al. Novel Associations of multiple genetic
and clinical predictors in patients with venous throm­ loci with plasma levels of factor VII, factor VIII, and von
boembolism and cancer. Findings from the RIETE regis­ Willebrand Factor: The CHARGE (Cohorts for Heart
try. Thromb Res. 2013;131(1):24-30. and Aging Research in Genome Epidemiology) Consor­
5. Piazza G, Goldhaber SZ. Venous thromboembolism and tium. Circulation. 2010;121(12):1382-92. Disponible en:
atherothrombosis an integrated approach. Circulation. http://circ.ahajournals.org
2010;121(19):2146-50. 19. Viel KR, Machiah DK, Warren DM, Khachidze M, Buil
6. Steffen LM, Cushman M, Peacock JM, Heckbert SR, A, Fernstrom K, et al. A sequence variation scan of the
Jacobs Jr DR, Rosamond WD, et al. Metabolic syndro­ coagulation factor VIII (FVIII) structural gene and as­
me and risk of venous thromboembolism: Longitudinal sociations with plasma FVIII activity levels. Blood [In­
Investigation of Thromboembolism Etiology. J Thromb ternet]. 2007;109:3713-24. Disponible en: http://www.
Haemost. 2009;7(5):746-51. sfbr.org/solar/

| 18 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

20. Groot HE, Sierra LEV, Said MA, Lipsic E, Karper JC, 35. Smeeth L, Cook C, Thomas S, Hall AJ, Hubbard R, Va­
van der Harst P. Genetically Determined ABO Blood llance P. Risk of deep vein thrombosis and pulmonary
Group and its Associations With Health and Disease. embolism after acute infection in a community setting.
Arterioscler Thromb Vasc Biol. 2020;40(3):830-8. Lancet. 2006;367(9516):1075-9.
21. Desch KC, Ozel AB, Halvorsen M, Jacobi PM, Golden K, 36. Benito N, Filella D, Mateo J, Fortuna AM, Gutierrez-Al­
Underwood M, et al. Whole-exome sequencing identifies liende JE, Hernandez N, et al. Pulmonary Thrombosis or
rare variants in STAB2 associated with venous throm­ Embolism in a Large Cohort of Hospitalized Patients
boembolic disease. Blood. 2020;136(5):533-41. With Covid-19. Frontiers in Medicine [Internet]. 2020;7.
22. Manderstedt E, Halldén C, Lind-Halldén C, Elf J, Svens­ Disponible en: https://www.frontiersin.org/arti­
son PJ, Engström G, et al. Thrombotic Risk Determined cle/10.3389/fmed.2020.00557
by STAB 2 Variants in a Population-Based Cohort Study. 37. Bilaloglu S, Aphinyanaphongs Y, Jones S, Iturrate E,
Circ Genom Precis Med. 2021;14(5):e003449. Hochman J, Berger JS. Thrombosis in Hospitalized Pa­
23. Lindström S, Wang L, Smith EN, Gordon W, Van tients With COVID-19 in a New York City Health Sys­
Hylckama Vlieg A, De Andrade M, et al. Genomic and tem. JAMA. 2020;324(8):799-801.
transcriptomic association studies identify 16 novel sus­ 38. Bompard F, Monnier H, Saab I, Tordjman M, Abdoul
ceptibility loci for venous thromboembolism. Blood. H, Fournier L, et al. Pulmonary embolism in patients
2019;134(19):1645-57. with COVID-19 pneumonia. Eur Respir J [Inter­
24. Ocak G, Vossen CY, Verduijn M, Dekker FW, Rosenda­ net]. 2020;56(1):2001365. Disponible en: http://erj.
al FR, Cannegieter SC, et al. Risk of venous thrombosis ersjournals.­com/content/56/1/2001365.abstract
in patients with major illnesses: results from the MEGA 39. Cui LY, Cheng WW, Mou ZW, Xiao D, Li YY, Li YJ, et
study. J Thromb Haemost. 2013;11(1):116-23. al. Risk factors for pulmonary embolism in patients with
25. Bezemer ID, van der Meer FJM, Eikenboom JCJ, Rosen­ COVID-19: a systemic review and meta-analysis. Int J
daal FR, Doggen CJM. The Value of Family History as a Infect Dis. 2021;111(2021):154-63.
Risk Indicator for Venous Thrombosis. Arch Intern Med. 40. Prandoni P, Lensing AW, Cogo A, Cuppini S, Villalta S,
2009;169(6):610-5. Carta M, et al. The long-term clinical course of acute deep
26. Laporte S, Mismetti P, Décousus H, Uresandi F, Otero venous thrombosis. Ann Intern Med. 1996;125(1):1-7.
R, Lobo JL, et al. Clinical predictors for fatal pulmonary 41. Blanco-Molina Á, Rota L, Di Micco P, Brenner B,
embolism in 15,520 patients with venous thromboem­ Trujillo-Santos J, Ruiz-Gamietea A, et al. Venous
bolism: findings from the Registro Informatizado de la thromboembolism during pregnancy, postpartum or
Enfermedad TromboEmbolica venosa (RIETE) Registry. during contraceptive use. Thrombosis and haemostasis.
Circulation. 2008;117(13):1711-6. 2010;103(02):306-11.
27. Kim HJ, Walcott-Sapp S, Adler RS, Pavlov H, Boa­ 42. Blanco-Molina A, Trujillo-Santos J, Tirado R, Cañas I,
chie-Adjei O, Westrich GH. Thromboembolic Compli­ Riera A, Valdés M, et al. Venous thromboembolism in
cations Following Spine Surgery Assessed with Spiral women using hormonal contraceptives. Thromb Haemost.
CT Scans: DVT/PE Following Spine Surgery. HSS J. 2009;101:478-82.
2011;7(1):37-40. 43. van Hylckama Vlieg A, Middeldorp S. Hormone thera­
28. Stein PD, Beemath A, Meyers FA, Skaf E, Sanchez J, Ol­ pies and venous thromboembolism: where are we now?
son RE. Incidence of venous thromboembolism in patients J Thromb Haemost. 2011;9(2):257-66.
hospitalized with cancer. Am J Med. 2006;119(1):60-8. 44. Lidegaard Ø, Nielsen LH, Skovlund CW, Skjeldestad FE,
29. Chew HK, Wun T, Harvey D, Zhou H, White RH. Inci­ Løkkegaard E. Risk of venous thromboembolism from
dence of venous thromboembolism and its effect on sur­ use of oral contraceptives containing different progesto­
vival among patients with common cancers. Arch Intern gens and oestrogen doses: Danish cohort study, 2001-9.
Med. 2006;166(4):458-64. BMJ. 2011;343:d6423.
30. Timp JF, Braekkan SK, Versteeg HH, Cannegieter SC. 45. Tricotel A, Collin C, Zureik M. Impact of the sharp
Epidemiology of cancer-associated venous thrombosis. changes in the use of contraception in 2013 on the risk
Blood. 2013;122(10):1712-23. of pulmonary embolism in France. J Thromb Haemost.
31. Blom JW, Doggen CJM, Osanto S, Rosendaal FR. Malig­ 2015;13(9):1576-80.
nancies, prothrombotic mutations, and the risk of venous 46. Kemmeren JM, Algra A, Grobbee DE. Third genera­
thrombosis. JAMA. 2005;293(6):715-22. tion oral contraceptives and risk of venous thrombosis:
32. Beam DM, Courtney DM, Kabrhel C, Moore CL, Ri­ ­meta-analysis. BMJ. 2001;323(7305):131.
chman PB, Kline JA. Risk of thromboembolism varies, 47. van Hylckama Vlieg A, Helmerhorst FM, Rosendaal FR.
depending on category of immobility in outpatients. Ann The risk of deep venous thrombosis associated with in­
Emerg Med. 2009;54(2):147-52. jectable depot–medroxyprogesterone acetate contracep­
33. Spencer FA, Gore JM, Lessard D, Douketis JD, Emery C, tives or a levonorgestrel intrauterine device. Arterioscler
Goldberg RJ. Patient outcomes after deep vein thrombosis Thromb Vasc Biol. 2010;30(11):2297-300.
and pulmonary embolism: the Worcester Venous Throm­ 48. Sweetland S, Beral V, Balkwill A, Liu B, Benson VS, Ca­
boembolism Study. Arch Intern Med. 2008;168(4):425- nonico M, et al. Venous thromboembolism risk in rela­
30. tion to use of different types of postmenopausal hormone
34. Clayton TC, Gaskin M, Meade TW. Recent respiratory therapy in a large prospective study. J Thromb Haemost.
infection and risk of venous thromboembolism: case–­ 2012;10(11):2277-86.
control study through a general practice database. Int J 49. Chopra V, Anand S, Hickner A, Buist M, Rogers MA,
Epidemiol. 2011;40(3):819-27. Saint S, et al. Risk of venous thromboembolism associated

| 19 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

with peripherally inserted central catheters: a systematic glucocorticoids and risk of venous thromboembolism: a
review and meta-analysis. Lancet. 2013;382(9889):311- nationwide population-based case-control study. JAMA
25. Intern Med. 2013;173(9):743-52.
50. Anderson FAJ, Wheeler HB, Goldberg RJ, Hosmer DW, 63. Myers SP, Kutcher ME, Rosengart MR, Sperry JL, Peitz­
Patwardhan NA, Jovanovic B, et al. A population-based man AB, Brown JB, et al. Tranexamic acid administra­
perspective of the hospital incidence and case-­ fatality tion is associated with an increased risk of posttraumatic
rates of deep vein thrombosis and pulmonary embo­ venous thromboembolism. J Trauma Acute Care Surg.
lism. The Worcester DVT Study. Arch Intern Med. 2019;86(1):20-7.
1991;151(5):933-8. 64. Bauer KA, Lip GYH. Overview of the causes of venous
51. Eberhardt RT, Raffetto JD. Chronic venous insufficiency. thrombosis. UpToDate Waltham. 2017. Disponible en:
Circulation. 2005;111(18):2398-409. https://www.medilib.ir/uptodate/show/1361
52. Goldhaber SZ, Grodstein F, Stampfer MJ, Manson JE, 65. Kim SC, Schneeweiss S, Liu J, Solomon DH. Risk of
Colditz GA, Speizer FE, et al. A prospective study of venous thromboembolism in patients with rheumatoid
risk factors for pulmonary embolism in women. JAMA. arthritis. Arthritis Care Res (Hoboken). 2013;65(10):
1997;277(8):642-5. 1600-7.
53. Sørensen HT, Horvath-Puho E, Lash TL, Christiansen 66. Grainge MJ, West J, Card TR. Venous thromboembolism
CF, Pesavento R, Pedersen L, et al. Heart disease may be during active disease and remission in inflammatory bow­
a risk factor for pulmonary embolism without peripheral el disease: a cohort study. Lancet. 2010;375(9715):657-63.
deep venous thrombosis. Circulation. 2011;124(13):1435-
67. Chung W-S, Lin C-L. Increased risks of venous throm­
41.
boembolism in patients with psoriasis. Thrombosis and
54. Prandoni P, Pesavento R, Sørensen HT, Gennaro N, Dal­ Haemostasis. 2017;117(08):1637-43.
la Valle F, Minotto I, et al. Prevalence of heart diseases
in patients with pulmonary embolism with and without 68. Ocak G, Verduijn M, Vossen CY, Lijfering WM, Dekker
peripheral venous thrombosis: findings from a cross-­ FW, Rosendaal FR, et al. Chronic kidney disease stages
sectional survey. Eur J Intern Med. 2009;20(5):470-3. 1-3 increase the risk of venous thrombosis. J Thromb Hae­
most. 2010;8(11):2428-35.
55. Fox EA, Kahn SR. The relationship between inflamma­
tion and venous thrombosis. A systematic review of clini­ 69. Chen T, Huang C, Tsao C. Hemostatic molecular markers
cal studies. Thromb Haemost. 2005;94(2):362-5. in nephrotic syndrome. Am J Hematol. 1993;44(4):276-9.
56. Marston NA, Gurmu Y, Melloni GEM, Bonaca M, 70. Poli D, Zanazzi M, Antonucci E, Marcucci R, Rosati A,
Gencer B, Sever PS, et al. The Effect of PCSK9 (Pro­ Bertoni E, et al. High rate of recurrence in renal transplant
protein Convertase Subtilisin/Kexin Type 9) Inhibition recipients after a first episode of venous thromboembo­
on the Risk of Venous Thromboembolism. Circulation. lism. Transplantation. 2005;80(6):789-93.
2020;9:1600-7. 71. Lisman T, Bos S, Intagliata NM. Mechanisms of enhan­
57. Schved JF, Dupuy-Fons C, Biron C, Quére I, Janbon C. ced thrombin-generating capacity in patients with cirrho­
A prospective epidemiological study on the occurrence of sis. J Thromb Haemost. 2018;16(06):1128-31.
antiphospholipid antibody: the Montpellier Antiphos­ 72. Dabbagh O, Oza A, Prakash S, Sunna R, Saettele TM.
pholipid (MAP) Study. Haemostasis. 1994;24(3):175-82. Coagulopathy does not protect against venous throm­
58. Khorana AA, Kuderer NM, Culakova E, Lyman GH, boembolism in hospitalized patients with chronic liver
Francis CW. Development and validation of a predictive disease. Chest. 2010;137(5):1145-9.
model for chemotherapy-associated thrombosis. Blood. 73. Eck RJ, Hulshof L, Wiersema R, Thio CHL, Hiemstra B,
2008;111(10):4902-7. van den Oever NCG, et al. Incidence, prognostic factors,
59. Miller J, Chan BKS, Nelson HD. Postmenopausal and outcomes of venous thromboembolism in critically ill
estro­­gen replacement and risk for venous thromboem­ patients: data from two prospective cohort studies. Crit
bolism: a systematic review and meta-analysis for the Care. 2021;25(1):1-9.
US Preventive Services Task Force. Ann Intern Med. 74. Mannucci PM, Harari S, Franchini M. Novel evidence for
2002;136(9):680-90. a greater burden of ambient air pollution on cardiovascu­
60. Fogarty PF, Rick ME, Swain SM. Tamoxifen and throm­ lar disease. haematologica. 2019;104(12):2349.
bosis: Current clinical observations and guidelines. Prin­ 75. Kan H, Folsom AR, Cushman M, Rose KM, Rosa­
ciples and Practice of Oncology Updates. 2002;16(2):1. mond WD, Liao D, et al. Traffic exposure and incident
61. Zangari M, Fink LM, Elice F, Zhan F, Adcock DM, Tricot venous thromboembolism in the Atherosclerosis Risk
GJ. Thrombotic events in patients with cancer receiving in Communities (ARIC) Study. J Thromb Haemost.
antiangiogenesis agents. J Clin Oncol. 2009;27(29):4865- 2011;9(4):672-8.
73. 76. Chatzivasiloglou F, Gaitanakis S, Passalidou E, Bouratzis
62. Johannesdottir SA, Horváth-Puhó E, Dekkers OM, Can­ E, Tsiafaki X. Vegan Diet As an Indirect Risk Factor for
negieter SC, Jørgensen JOL, Ehrenstein V, et al. Use of Pulmonary Embolism. Chest. 2019;155(6):A380.

| 20 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

Factores de riesgo en la hipertensión


pulmonar
Amaya Martínez Meñaca
Servicio de Neumología, Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander

La hipertensión pulmonar (HP) es un trastorno se define hemodinámicamente como HP preca­


fisiopatológico que puede encontrarse en nu­ pilar: PAPm > 20 + PCP ≤ 15 mmHg + RVP
merosas entidades clínicas, y complicar la ma­ ≥ 3 UW, habiendo descartado otras causas de
yoría de las enfermedades cardiovasculares y HP precapilar (como los grupos 3, 4 y 5)2.
respiratorias1.
La base del diagnóstico de HP es la sospecha
En el último simposio de HP celebrado en 2018 clínica asociada a diferentes pruebas comple­
en Niza, se modificó la definición de dicho tras­ mentarias que confirmarán el diagnóstico, ade­
torno, cambiando el punto de corte de la ­presión más de filiar su etiología y evaluar su gravedad.
arterial pulmonar media (PAPm) previamente
utilizado de ≥ 25 mmHg por > 20 mmHg. La Una vez confirmado el diagnóstico de HP y fi­
HP puede clasificarse a nivel hemodinámico en liado el origen, se debe valorar cuál es el trata­
3 grupos2: miento más adecuado. Solo el grupo 1 (HAP),
el grupo 4 (hipertensión pulmonar tromboem­
● HP precapilar: PAPm > 20 mmHg aso­ bólica crónica [HPTEC]) y algunas entidades
ciando una presión capilar pulmonar (PCP) dentro del grupo 5 se benefician de tratamiento
≤ 15 mmHg y una resistencia vascular pulmo­ específico.
nar (RVP) ≥ 3 unidades Wood (UW).
El objetivo de este tema es revisar los principa­
● HP poscapilar: PAPm > 20 mmHg asocian­ les factores de riesgo de la HP.
do una PCP > 15 mmHg y una RVP < 3 UW.
1. Sexo
● HP combinada (precapilar + poscapilar):
PAPm > 20 mmHg asociando una PCP La incidencia de HAP es significativamente
> 15 mmHg y una RVP > 3 UW. más alta en mujeres que en hombres. En el año
2012, se publicaron datos del registro america­
Además de la clasificación hemodinámica, la no REVEAL (The US Registry to Evaluate E ­ arly
HP se clasifica en función de las características and Long-Term PAH Disease Management),
clínicas, hemodinámicas o de respuesta al trata­ donde el 80% de los nuevos diagnósticos eran
miento en 5 grupos (tabla 1). Por lo tanto, la mujeres3. Tendencias similares se han observado
HP es un concepto hemodinámico que engloba en otros grandes registros, como el REHAP
todas las entidades recogidas en la tabla 1 y que (Registro Español de Hipertensión Arterial
no debe confundirse con la hipertensión arterial Pulmonar) o el COMPERA (Comparative
pulmonar (HAP), concepto que hace referencia Prospective Registry of Newly Initiated Therapies
solo a las entidades incluidas en el grupo 1 y que for Pulmonary Hypertension)4,5. Pese a la alta in­

| 21 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Tabla 1.
Clasificación de la hipertensión pulmonar (HP)
Grupo 1 1.1. Idiopática
HAP 1.2. Hereditaria
1.3. HAP inducida por drogas o toxinas
1.4. HAP asociada a:
1.4.1. Enfermedad del tejido conectivo
1.4.2. Infección por VIH
1.4.3. Hipertensión portal
1.4.4. Cardiopatía congénita
1.4.5. Esquistosomiasis
1.5. HAP en respondedores a largo plazo a antagonistas del calcio
1.6. HAP con datos de enfermedad venooclusiva/hemangiomatosis capilar
pulmonar
1.7. HP persistente del recién nacido
Grupo 2 2.1. HP por insuficiencia cardiaca con FEVI preservada
HP secundaria a 2.2. HP por insuficiencia cardiaca con FEVI reducida
cardiopatía izquierda 2.3. HP por valvulopatía
2.4. Enfermedad congénita/adquirida que conlleve HP poscapilar
Grupo 3 3.1. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
HP secundaria 3.2. Enfermedad pulmonar restrictiva
a enfermedades 3.3. Otras enfermedades pulmonares con patrón mixto restrictivo y obstructivo
pulmonares 3.4. Hipoxia sin enfermedad pulmonar
o hipoxia 3.5. Enfermedades pulmonares del desarrollo
Grupo 4 4.1. HP tromboembólica crónica
HP tromboembólica 4.2. Otras obstrucciones arteriales pulmonares
crónica y otras
obstrucciones de
arterias pulmonares
Grupo 5 5.1. Enfermedades hematológicas
HP de mecanismo 5.2. Enfermedades metabólicas y sistémicas
incierto o 5.3. Otras
multifactorial 5.4. Cardiopatías congénitas complejas
FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo; HAP: hipertensión arterial pulmonar; HP: hipertensión
pulmonar; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.

cidencia de HAP en mujeres, parece ser menos ción de metabolismo estrogénico en los pacien­
agresiva cuando se compara con los casos de tes con HAP que conlleva un aumento de los
HAP en varones. Estas diferencias tanto en la niveles de 16-α-hidroxiestrona que tiene efec­
incidencia como en la gravedad se hacen menos tos patológicos en el endotelio pulmonar. Ade­
notorias a partir de la quinta década de la vida, más, el metabolismo estrogénico puede actuar
coincidiendo con el inicio de la menopausia en en los mecanismos de señalización de la seroto­
la mujer. Son datos que han hecho que haya un nina, que a su vez contribuye en la patogénesis
interés creciente en el estudio de las hormonas de la HAP6.
sexuales en la HAP.
2. Genética
Aunque son necesarios más estudios para con­
firmar estas hipótesis, parece existir una disfun­ Desde la identificación en el año 2000 de la

| 22 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

mutación en el gen BMPR2 como uno de los jóvenes cursando con mayor gravedad hemodi­
responsables de la HAP, se han descrito múlti­ námica que otros tipos de HAP.
ples variantes en otros genes relacionados con
la enfermedad y con fenotipos concretos de la En 2014, se describió por primera vez la muta­
misma. En el 6.º Simposio de Niza, se clasifica­ ción bialélica en el gen EIF2AK4 como causa de
ron los genes asociados a HAP en función de su enfermedad venooclusiva pulmonar (EVOP) y
relación causal con la enfermedad (tabla 2)7. hemangiomatosis capilar pulmonar hereditaria
(HCP)9. A diferencia de otras formas de HAP
Las mutaciones de BMPR2 son responsables hereditaria, la EVOP y la HCP tienen una he­
del 70-80% de las formas familiares y de un 10- rencia autosómica recesiva y penetrancia casi
20% de la HAP idiopática7. BMPR2 codifica un completa. Hasta un 25% de los casos de EVOP
receptor de tipo 2 para proteínas morfogené­ o HCP esporádicos son portadores de la muta­
ticas óseas que participan en el control de la ción EIF2AK4 10. Los pacientes que presentan la
proliferación celular vascular. La herencia es
­ forma hereditaria de esta entidad suelen ser más
­autosómica dominante y tiene una penetración jóvenes que aquellos que tienen EVOP sin mu­
variable. Se estima que la penetrancia en porta­ tación, pero no suele existir diferencias significa­
dores varones es de alrededor del 14%, mientras tivas en la supervivencia ni en el tiempo libre de
que en mujeres este porcentaje aumenta llegan­ eventos de morbimortalidad. El descubrimiento
do al 42%8. Existen otros factores adicionales de esta mutación ha permitido hacer un diag­
que pueden influir en la variabilidad de la pene­ nóstico preciso y exacto de EVOP y HCP sin
trancia, como son factores genéticos, epigenéti­ necesidad de biopsia pulmonar y con implica­
cos y ambientales. La HAP asociada a mutación ciones pronósticas y terapéuticas7,11. A nivel na­
en BMPR2 suele presentarse en pacientes más cional, se ha descrito en pacientes de ­etnia gitana

Tabla 2.
Clasificación de los genes implicados en el desarrollo de la hipertensión arterial pulmonar
según nivel de evidencia
Alto nivel de evidencia Bajo nivel de evidencia
BMPR2 SMAD4
EIF2AK4 SMAD1
TBX4 KLF2
ATP13A3 BMPR1B
GDF2 KCNA5
SOX17
AQP1
ACVRL1
SMAD9
ENG
KCNK3
CAV1

| 23 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

una ­mutación fundadora del gen EIF2AK4: con Rendu-Osler-Weber. Esta entidad cursa con
c. 3344C>T (p.P1115L), que se asocia con un telangiectasias y malformaciones arterioveno­
fenotipo más grave de la enfermedad12,13. sas asociando diátesis hemorrágica7.

En los últimos años, se han descrito deleciones ● Mutaciones en CAV1, KCKN3, SMAD9,
y mutaciones de pérdida de función en el gen SOX17, ATP13A3, AQP1 o ABCC8 presentan,
TBX4. Esta mutación se relaciona con el al igual que BMPR2 y TBX4, herencia autosó­
­síndrome small patella, que cursa con aplasia de mica dominante con penetrancia variable7.
rótula y otras anomalías a nivel óseo, siendo una
de las causas genéticas más comunes de HAP en Pese a la relevancia que está tomando la genética
niños14. Lo especial de esta mutación es que se dentro del desarrollo de la HP, no está in­dicado
relaciona con otras alteraciones a nivel del pa­ realizar estudio genético en todos los ­grupos de
rénquima pulmonar o la displasia broncopulmo­ dicha enfermedad; únicamente se ­recomienda el
nar. La herencia es autosómica dominante con estudio genético en aquellos pacientes con HAP
penetrancia variable, al igual que la gran mayoría idiopática, hereditaria o asociada a tóxicos de
de las mutaciones en la HAP15. nuevo diagnóstico. Además, dado que la identifi­
cación de la variante bialélica en EIF2AK4 con­
Otras mutaciones descritas como causa de HAP firma el diagnóstico de enfermedad venooclusiva
son: pulmonar, se debe hacer un estudio genético en
aquellos casos de HAP con rasgos fenotípicos de
● Mutaciones en el gen ENG, ACVRL1 o EVOP: difusión ­pulmonar del monóxido de car­
GDF2, que presentan herencia autosómica do­ bono < 50%, hipoxemia marcada o hallazgos
minante y también son responsables del desa­ ­sugestivos en ­tomografía computarizada (engro­
rrollo de la telangiectasia hemorrágica here­ samiento de septos, adenopatías mediastínicas o
ditaria, enfermedad previamente conocida nódulos centrolobulares-vidrio deslustrado)16.
Tabla 3.
Clasificación de los fármacos y toxinas asociadas a hipertensión arterial pulmonar
Definitiva Posible
Aminorex Cocaína
Fenfluramina Fenilpropanolamina
Dexfenfluramina L-triptófano
Benfluorex Hierba de San Juan
Metanfetaminas Anfetaminas
Dasatinib Interferón α y β
Aceite de colza desnaturalizado Agentes alquilables
Bosutinib
Antivirales de acción directa contra VHC
Leflunomida
Indirubina
VHC: virus de la hepatitis C.

| 24 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

3. Fármacos o toxinas su comercialización, se observó un aumento sig­


nificativo de los casos de HP en estos países.
Se han identificado fármacos y toxinas relaciona­ Sus síntomas aparecían en los primeros seis me­
das con el desarrollo de la HAP. En el 6.º Simpo­ ses de iniciar el tratamiento. Las series de casos
sio de Niza, se reevaluó el grupo de HAP induci­ publicadas provocaron la retirada del fármaco
da por fármacos y toxinas en función de las en 1972. Esta sustancia tiene un efecto en el
nuevas evidencias, reclasificando estos agentes en organismo similar a las anfetaminas, aumen­
dos grupos según su grado de asociación: defini­ tando la tasa metabólica basal y el gasto de
tiva o posible (tabla 3). El objetivo de esta nueva energía, lo que conlleva una pérdida de peso.
clasificación es facilitar al clínico la identificación El desarrollo de la HP se asocia a alteraciones
de fármacos o toxinas que requieren vigilancia. en la vía de la serotonina o alteraciones a nivel
Se habla de asociación definitiva cuando dicha de los canales de potasio, lo que produce vaso­
­relación se ha descrito a través de estudios epide­ constricción a nivel de la arteria pulmonar.
miológicos de casos y controles o de grandes se­ Aunque solo un porcentaje pequeño de los
ries multicéntricas. Por otro lado, en la asociación consumidores (2%) acabó desarrollando la en­
posible, esta relación se basa en series de casos con fermedad, dentro de los casos hubo una im­
el mismo fármaco/toxina o con distintos agentes portante mortalidad, llegando en algunas se­
con mecanismos de acción similares2. ries hasta un 50%17.
Hay que tener en cuenta que el diagnóstico de
3.1.2. Fenfluramina
HAP inducida por fármacos o toxinas requiere
y dexfenfluramina
una exposición relevante y la exclusión de otras
causas de HP. Una vez identificado el agen­
Ambas sustancias tienen propiedades similares
te causal, se recomienda suspender la exposición
a las anfetaminas. Actúan favoreciendo la libe­
lo antes posible. En los pacientes en situación
ración de serotonina a nivel del sistema nervio­
de bajo riesgo al diagnóstico, se recomienda ree­
so central (SNC), lo que provoca saciedad; por
valuación a los tres meses tras suspender la
ello se comercializaron en los años setenta como
­exposición. En caso de persistir HP, se iniciará
tratamiento para la obesidad. En los años
tratamiento específico. En el resto de los casos,
ochenta, se describen los primeros casos que re­
se aconseja tratamiento desde el diagnóstico
lacionan su consumo con el desarrollo de
con reevaluación a los tres meses.
HAP17. Brenot et al. publicaron en 1993 un es­
Entre las sustancias con asociación definitiva, tudio retrospectivo en el que se analizó la expo­
existen las siguientes. sición a fenfluramina de pacientes remitidos a
una unidad especializada de HP. De los 73 pa­
3.1. Anorexígenos cientes incluidos, 15 (20%) habían consumido
dicha sustancia, presentando un 67% de ellos
Esta familia de fármacos se utiliza como supre­ una relación temporal estrecha. El cateterismo
sores del apetito, comercializados como trata­ cardiaco derecho realizado al diagnóstico mos­
miento para la obesidad. Dentro de este grupo tró datos compatibles con HP grave. De los
se encuentra: 15 pacientes, 3 tuvieron una mejoría clínica y
3.1.1. Aminorex hemodinámica tras la retirada del fármaco. El
examen histológico obtenido en 5 de los casos
Es una sustancia utilizada en los años sesenta en mostró hallazgos similares a los obtenidos en
Austria, Alemania y Suiza. Dos años después de los casos de HAP idiopática18.

| 25 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Posteriormente, en un estudio publicado por el 3.3. Inhibidores de la tirosina


grupo francés en 2002, se observó que un 11% quinasa
de los pacientes analizados en los que se había
registrado consumo de fenfluramina o sus Los inhibidores de la tirosina quinasa son un
derivados presentaban mutaciones en el gen
­ grupo de fármacos utilizados en el tratamiento
BMPR2 19. Esto hace pensar que existe una sus­ de la leucemia mieloide crónica y otras neopla­
ceptibilidad genética asociada a la exposición a sias. A esta familia pertenecen imatinib, dasati­
la hora de desarrollar HAP. nib, nilotinib, bosutinib y pronatinib.

3.1.3. Benfluorex 3.3.1. Dasatinib

Es un anorexígeno muy similar a fenfluramina. Es una tirosina quinasa de segunda generación.


Al igual que los agentes previamente comenta­ La primera asociación a HAP se produce en
dos, tiene una estructura química muy parecida 2012 con la publicación de una serie de 9 casos
a las anfetaminas. Se comercializó en Francia en de HAP que habían recibido tratamiento con di­
1976 como antidiabético e hipolipemiante. En ­cho fármaco24. Tras la retirada del fármaco, 8 de
1997, se vuelve a comercializar como tratamien­ los 9 pacientes presentaron mejoría. En 2012,
to para la diabetes y el síndrome metabólico. Shah et al. publicaron una serie de casos que
Poco después de su comercialización, se descri­ incluía 41 pacientes que habían recibido trata­
bieron cinco casos de HAP y uno de valvulopa­ miento con dasatinib y que habían desarrollado
tía en relación con su exposición17. En 2012, HAP. De los 36 pacientes que disponían de
Savale et al. describieron una serie de pacientes ­seguimiento, 34 mejoraron tras el cese del fár­
con HAP asociada al consumo de benfluorex. maco; se observó a nivel de clase funcional, eco­
De ellos, el 33% además habían presentado ex­ cardiograma y cateterismo cardiaco derecho25.
posición previa a fenfluramina o dexfenflurami­
na, y en un 30% de los casos se identificó otro 3.3.2. Otros
factor de riesgo para HP20.
Aunque el mayor número de casos descritos de
3.2. Metanfetaminas HAP asociada a inhibidores de la tirosina qui­
nasa están descritos con dasatinib, existen otros
Son sustancias psicoestimulantes altamente publicados en relación con lapatinib, ponatinib
adictivas que actúan liberando serotonina, nore­ y bosutinib.
pinefrina y dopamina en el SNC. En los últi­
mos años, su consumo se ha extendido y se ha Es curioso que, pese a la asociación descrita en­
convertido en un problema de salud. Se han tre los inhibidores de la tirosina quinasa y el de­
descrito complicaciones en relación con su con­ sarrollo de HAP, se ha evaluado la eficacia de
sumo a nivel cardiaco, SNC, hígado o riñón. En imatinib en el tratamiento de esta enfermedad.
1993, se describió por primera vez la asociación El estudio IMPRES, aleatorizado controlado,
entre este agente y el padecer HAP21. En publi­ demostró una mejoría en los pacientes con
caciones recientes, se ha descrito una mayor HAP que habían recibido tratamiento con ima­
gravedad hemodinámica en los pacientes con tinib en la prueba de marcha 6 minutos y en
HAP relacionada con metanfetaminas en rela­ variables hemodinámicas. Este estudio finalizó
ción con aquellos con HAP idiopática, asocian­ por la alta tasa de discontinuación y la presencia
do una peor supervivencia22,23. de efectos adversos26.

| 26 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

3.4. Aceite de colza desnaturalizado to a nivel cardiorrespiratorio como a otros nive­


les, siendo la responsable de cardiomiopatías,
El síndrome de aceite tóxico o también conoci­ infarto de miocardio, hemorragia alveolar o acci­
do como síndrome tóxico de la colza fue una dentes cerebrovasculares, entre otros.
intoxicación masiva sufrida en España en el
­
año 1981. La enfermedad afectó a más de 20.000 Se han descrito series de casos de pacientes con
personas y causó la muerte de aproximadamente HAP relacionadas con el consumo de cocaína
330 sujetos. Los síntomas o signos observados en tanto a través de la vía endovenosa como inha­
la fase aguda fueron: mialgias, fiebre, diarrea, náu­ lada. Se ha llegado a pensar que el desarrollo de
seas, vómitos, disnea, presencia de infiltrados pul­ HAP podría estar en relación con sustancias
monares y eosinofilia. Se puede diferenciar una utilizadas para adulterar la cocaína más que con
segunda fase subaguda/crónica, donde los hallaz­ la propia cocaína, por el posible efecto inflama­
gos destacables fueron presencia de mialgias, torio a nivel de la circulación pulmonar. Esta
afectación cutánea muy similar a la observada en hipótesis no se ha confirmado, ya que se han
el paciente con esclerosis sistémica, neuropatía, visto casos de HAP relacionados con el consu­
HP y otras lesiones a nivel cardiaco/pulmonar. mo de cocaína pura17.

Aproximadamente un 8% de los afectados desa­ 4. Enfermedad tromboembólica


rrollaron HP posteriormente. Lo llamativo de venosa
esta exposición es que, incluso años después
de haber finalizado la exposición, se han identi­ Se habla de HPTEC cuando, después de tres
ficados casos de HP. En los estudios histopato­ meses de correcta anticoagulación, existe hi­
lógicos los hallazgos son indiferenciables con pertensión pulmonar precapilar, asociando al
HAP idiopática17. menos un defecto segmentario de perfusión
­
pulmonar confirmado por técnicas de imagen:
Gracias a los informes epidemiológicos, y los gammagrafía V/P pulmonar, angiotomografía
estudios de casos y controles, se pudo establecer computarizada de arterias pulmonares o angio­
la asociación entre el consumo de aceite de ­colza grafía pulmonar. La incidencia de HPTEC es
y la HAP. variable en función de las series, pero se ha es­
timado que puede ser de un 0,1-9,1% en los
Entre las sustancias con asociación posible des­ ­primeros dos años tras el diagnóstico de trom­
tacan las siguientes. boembolismo pulmonar (TEP) sintomático27,28.

3.5. Cocaína Pese a tratarse de una complicación grave tras


un episodio de TEP sintomático, no están indi­
Aunque la asociación entre cocaína y HAP no es cadas las pruebas de cribado para su detección.
definitiva, pero sí posible, se ha querido destacar Hay que pensar en esta entidad en aquellos pa­
dentro de este capítulo, ya que es una de las sus­ cientes que, tras tres meses de correcta anticoa­
tancias ilegales más frecuentemente consumida gulación, presenten síntomas, el más frecuente
en la actualidad. La cocaína actúa inhibiendo la la disnea. En la última guía de la Sociedad
recaptación de la dopamina, la noradrenalina y ­Europea de Cardiología (ESC) publicada en
la serotonina, y produce un efecto euforizante. 2019 para el diagnóstico y el tratamiento de la
Durante estos años se ha conocido la variedad embolia pulmonar aguda, se propone una estra­
de complicaciones que su consumo produce tan­ tegia de seguimiento para el diagnóstico de las

| 27 |
Factores de riesgo en la apnea del sueño | Factores de riesgo en el
tromboembolismo pulmonar | Factores de riesgo en la hipertensión pulmonar

Tabla 4.
Factores de riesgo para la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica (HPTEC)
Factores de riesgo relacionados con el evento Factores concomitantes y condiciones
agudo predisponentes a HPTEC
Episodios previos de TEP o TVP Cortocircuito ventrículo-auricular
Alta carga trombótica visible en la imagen Infección crónica de catéter/portador
diagnóstica de marcapasos
Disfunción del VD o signos de HP Esplenectomía
en ecocardiograma en fase aguda
Hallazgos en angio-TC sugestivos de enfermedad Estados de hipercoagulabilidad, sobre todo SAF
tromboembólica crónica
Grupo sanguíneo distinto al O Rh–
Hipotiroidismo tratado con hormonas tiroideas
Antecedentes de cáncer
Síndromes mieloproliferativos
Enfermedad inflamatoria intestinal
Osteomielitis crónica
Angio-TC: angiotomografía computarizada; HP: hipertensión pulmonar; SAF: síndrome antifosfolípido; TEP:
tromboembolismo pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda; VD: ventrículo derecho.

secuelas a largo plazo de la embolia pulmonar, encontrarse en numerosas entidades clínicas, y


donde se incluyen las pruebas complementarias complicar la mayoría de las enfermedades car­
necesarias para realizar un correcto diagnósti­ diovasculares y respiratorias. Existe una alta
co de HPTEC. En esta guía, además, se descri­ prevalencia de HP en las siguientes entida­
ben de forma detallada los factores de riesgo des, pu­diéndolas considerar como factores de
que se han asociado con mayor frecuencia con la riesgo para desarrollar esta enfermedad1,2:
HPTEC (tabla 4)29. Dentro de estos factores de
riesgo, se pueden diferenciar aquellos relaciona­ ● Enfermedades del tejido conectivo
dos con el episodio de TEP agudo visibles en el
momento del diagnóstico de aquellos asociados ● Infección por el virus de la inmunodeficien­
con enfermedades crónicas concomitantes y cia humana
otras entidades predisponentes propias del pa­
ciente, como son la presencia de cortocircuito
● Cardiopatías congénitas
ventrículo-auricular, y ser portador de vías in­
● Esquistosomiasis
travenosas o marcapasos, entre otras.
● Enfermedades del corazón izquierdo
5. Enfermedades que se relacionan
con una alta prevalencia de ● Enfermedades respiratorias
hipertensión pulmonar
● Enfermedades hematológicas
La HP, como se ha comentado al inicio del ca­
pítulo, es un trastorno fisiopatológico que puede ● Enfermedades metabólicas o sistémicas

| 28 |
Factores de Riesgo en Enfermedades Respiratorias

Bibliografía 15. Hernandez-Gonzalez I, Tenorio J, Palomino-Doza J, Me­


ñaca AM, Ruiz RM, Lago-Docampo M, et al. Clinical
1. Galiè N, Humbert M, Vachiery JL, Gibbs S, Lang I, Tor­ heterogeneity of Pulmonary Arterial Hypertension asso­
bicki A, et al. 2015 ESC/ERS Guidelines for the diagno­ ciated with variants in TBX4. PLoS One. 2020;15(4):1-
sis and treatment of pulmonary hypertension. Eur Heart 23.
J. 2016;37(1):67-119. 16. Frost A, Badesch D, Gibbs JS, Gopalan D, Khanna D,
2. Simonneau G, Montani D, Celermajer DS, Denton CP, Manes A, et al. Diagnosis of pulmonary hypertension. Eur
Gatzoulis MA, Krowka M, et al. Haemodynamic defi­ Respir J. 2019;53(1):1801904.
nitions and updated clinical classification of pulmonary 17. Ramirez RL, Pienkos SM, de Jesus Perez V, Zamanian
hypertension. Eur Respir J. 2019;53(1):1801913. RT. Pulmonary Arterial Hypertension Secondary to
3. McGoon MD, Miller DP. REVEAL: A contemporary Drugs and Toxins. Clin Chest Med. 2021;42(1):19-38.
US pulmonary arterial hypertension registry. Eur Respir 18. Brenot F, Herve P, Petitpretz P, Parent F, Duroux P, Si­
Rev. 2012;21(123):8-18. monneau G. Primary pulmonary hypertension and fenflu­
4. Escribano-Subias P, Blanco I, López-Meseguer M, ramine use. Br Heart J. 1993;70(6):537-41.
­Lopez-Guarch CJ, Roman A, Morales P, et al. Survival in 19. Humbert M, Deng Z, Simonneau G, Barst RJ, Sitbon O,
pulmonary hypertension in Spain: Insights from the Spa­ Wolf M, et al. BMPR2 germline mutations in pulmonary
nish registry. Eur Respir J. 2012;40(3):596-603. hypertension associated with fenfluramine derivatives.
5. Hoeper MM, Huscher D, Ghofrani HA, Delcroix M, Eur Respir J. 2002;20(3):518-23.
Distler O, Schweiger C, et al. Elderly patients diagno­ 20. Savale L, Chaumais M-C, Cottin V, Bergot E, Frachon
sed with idiopathic pulmonary arterial hypertension: I, Prevot G, et al. Pulmonary hypertension associated
results from the COMPERA registry. Int J Cardiol. with benfluorex exposure. Eur Respir J. 2012;40(5):1164-
2013;168(2):871-80. 72.
6. Morris H, Denver N, Gaw R, Labazi H, Mair K, Ma­ 21. Schaiberger PH, Kennedy TC, Miller FC, Gal J, Pet­
cLean MR. Sex Differences in Pulmonary Hypertension. ty TL. Pulmonary hypertension associated with long-
Clin Chest Med. 2021;42(1):217-28. term inhalation of “crank” methamphetamine. Chest.
7. Morrell NW, Aldred MA, Chung WK, Elliott CG, 1993;104(2):614-6.
Nichols WC, Soubrier F, et al. Genetics and geno­ 22. Zamanian RT, Hedlin H, Greuenwald P, Wilson
mics of pulmonary arterial hypertension. Eur Respir J. DM, Segal JI, Jorden M, et al. Features and Outco­
2019;53(1):1801899. mes of M ­ ethamphetamine-associated Pulmonary Ar­
8. Larkin EK, Newman JH, Austin ED, Hemnes AR, Whe­ terial Hypertension. Am J Respir Crit Care Med.
eler L, Robbins IM, et al. Longitudinal analysis casts 2018;197(6):788-800.
doubt on the presence of genetic anticipation in heritable 23. Zhao SX, Kwong C, Swaminathan A, Gohil A, Craw­
pulmonary arterial hypertension. Am J Respir Crit Care ford MH. Clinical Characteristics and Outcome of
Med. 2012;186(9):892-6. Methamphetamine-Associated Pulmonary Arterial
­
9. Best DH, Sumner KL, Austin ED, Chung WK, Brown Hypertension and Dilated Cardiomyopathy. JACC Heart
LM, Borczuk AC, et al. EIF2AK4 Mutations in pulmonary Fail. 2018;6(3):209-18.
capillary hemangiomatosis. Chest. 2014;145(2):231-6. 24. Montani D, Bergot E, Günther S, Savale L, Berge­
10. Eyries M, Montani D, Girerd B, Perret C, Leroy A, ron A, Bourdin A, et al. Pulmonary arterial hyper­
Lonjou C, et al. EIF2AK4 mutations cause pulmonary tension in patients treated by dasatinib. Circulation.
veno-occlusive disease, a recessive form of pulmonary 2012;125(17):2128-37.
hypertension. Nat Genet. 2014;46(1):65-9. 25. Shah NP, Wallis N, Farber HW, Mauro MJ, Wolf RA,
11. Montani D, Girerd B, Jaïs X, Levy M, Amar D, Savale Mattei D, et al. Clinical features of pulmonary arterial
L, et al. Clinical phenotypes and outcomes of heritable hypertension in patients receiving dasatinib. Am J Hema­
and sporadic pulmonary veno-occlusive disease: a popu­ tol. 2015;90(11):1060-4.
lation-based study. Lancet Respir Med. 2017;5(2):125-34. 26. Hoeper MM, Barst RJ, Bourge RC, Feldman J, Frost
12. Navas Tejedor P, Palomino Doza J, Tenorio Castaño JA, AE, Galié N, et al. Imatinib mesylate as add-on therapy
Enguita Valls AB, Rodríguez Reguero JJ, Martínez Me­ for pulmonary arterial hypertension: results of the rando­
ñaca A, et al. Variable Expressivity of a Founder Muta­ mized IMPRES study. Circulation. 2013;127(10):1128-
tion in the EIF2AK4 Gene in Hereditary Pulmonary 38.
Veno-occlusive Disease and Its Impact on Survival. Rev 27. Delcroix M, Torbicki A, Gopalan D, Sitbon O, Klok FA,
Esp Cardiol. 2018;71(2):117-8. Lang I, et al. ERS statement on chronic thromboembolic
13. Tenorio J, Navas P, Barrios E, Fernández L, Nevado J, pulmonary hypertension. Eur Respir J. 2021;57(6):1-37.
Quezada CA, et al. A founder EIF2AK4 mutation causes 28. Kim NH, Delcroix M, Jais X, Madani MM, Matsubara
an aggressive form of pulmonary arterial hypertension in H, Mayer E, et al. Chronic thromboembolic pulmonary
Iberian Gypsies. Clin Genet. 2015;88(6):579-83. hypertension. Eur Respir J. 2019;53(1):1801915.
14. Kerstjens-Frederikse WS, Bongers EMHF, Roofthooft 29. Konstantinides S V., Meyer G, Bueno H, Galié N, Gi­
MTR, Leter EM, Douwes MJ, Dijk A Van, et al. TBX4 bbs JSR, Ageno W, et al. 2019 ESC Guidelines for the
mutations (small patella syndrome) are associated with diagnosis and management of acute pulmonary embolism
childhood-onset pulmonary arterial hypertension. J Med developed in collaboration with the European respiratory
Genet. 2013;50(8):500-6. society (ERS). Eur Heart J. 2020;41:543-603.

| 29 |
Con el patrocinio de
0500010985 Abril 2023

También podría gustarte