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Miguel Ángel
Equipo editorial:
Aura Guerra-Artola
Gaba Romualdo
Periódico
Poético Copyright: Todos los
derechos del material
artístico y literario
incluído en esta edición
son propiedad del
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Periódico
Poético
1
El gran masturbador. Salvador Dalí
Carta Editorial
Este número especial de Periódico Poético nació con la intención de reavivar las llamas de la pasión y
el deseo encerrados en las letras, a través de numerosos poemas y algún relato de literatura erótica,
obra de los autores que amablemente participaron en el micrófono abierto vía streaming del pasado
10 de febrero de 2024, organizado por la revista. Tuvimos la suerte de contar con la participación de
diez escritores y amantes de la literatura de todas partes del mundo, quienes compartieron con el
público sus más íntimos desvelos, ansias y susurros en formas literarias de muy diversas
características.
Fruto del cariño desbordado de aquel encuentro, en el cual la literatura fundó y refundó nuestro
vínculo comunitario, la familia de Periódico Poético que somos trae el presente número especial que
tiene el lector ante sus ojos, que esperamos no solo recorran las páginas de este número de literatura
erótica, sino que su mirada se lance contra sus antojos y los catapulte hasta límites insospechados; un
más allá postergado es algo que tiene en común tanto la pasión como la escritura, y es donde
anhelamos encontrarles, ya que si bien el amor se dice de muchas maneras, el deseo se expresa a través
y más allá de él. Allí, en ese otro lado, queremos caer.
Gracias a todos los valientes que se han lanzado a su deseo y a las letras de este
encuentro colectivo, del que nació, salvaje, el fruto de esta compilación de textos de
mano de Periódico Poético.
14 de febrero 2024
Comité editorial de Periódico Poético
que se besa y el buceador. Katsusika Hokusai
Arte erótico japonés. El pescador
Aída López
México
7
Pegasus V
No obstante
Andrómeda cada vórtice energético
la reclamó como hija suya de su templo carnal,
y la conservó a su lado, ella, claramente lo gritó
en un sexual instante en sugestivos jadeos
yo vi nacer de un lenguaje
aquella galaxia aún encriptado
de su vulva, —devoremos el universo— dijo
fue en un mágico orgasmo, —alimentémonos de cada astro
millones de estrellas —de cada átomo
en estrepitosa fuga —Al transmutar la energía
excitadas colisionaron juntos
contra mi rostro, implosionamos al infinito.
cada poro de mi ser: Lentamente se transformó en nube
agujero negro del vapor de sus propios jadeos
devoró, y yo, húmedo y radiante,
en líquidas palabras con el rostro maquillado aún
toda su materia con trazas de polvo cósmico
bebí su fuerza de gravedad cual estrella fugaz
y el magnetismo me absorbió proyectada en los años luz
a otra dimensión de su piel
tántrica, como errante juglar la busco
en lapsos paralelos palabra a palabra
un sólido rayo de luz en cada eternidad
alimentaba, ascendente de su interior.
Víctor Hernández
México
8
Maculada, Vírgen del
pecado
Ignorante
vivo y soy
excomulgado por mi deseo
No sé
por mi naturaleza
en verdad no sé
por este depredador instinto
o no entiendo la necedad
sexual -dicen
cuando -evalúan- o pretenden evaluar
tú, impura; yo, maldito.
-la pureza- de una mujer.
Somos.
¿Creen que es, acaso -más pura-
Permíteme
cuando se somete a una costumbre
ofrendarte esta hambre de ti
abusiva?
tragar tus olvidos
¿cuando se petrifica en ese hipócrita silencio
tus abandonos
del abuso
tus reprimidos deseos
o del olvido?
y tus flores
¿lejos de cariños y atrevimientos
consagrarte entre caricias
a distancia de manos y bocas?
a besos
¿O lo es más, cuando madura su deseo
y lamidas
a través de la palabra
succionar tu licor
suave y ardiente
beber
mediante lluvia de caricias y besos
penetrar
tiernos o perversos, día a día
arremeter
noche a noche?
hasta encontrarte
Piedra
benditamente profanada
no puedo lanzarla
llena
estoy maldito -dicen
inundada y vacía.
las sagradas escrituras
Ardo en gozo
de alguna Piedra en putrefacción
cuando, siendo maldito
9
tu jadeo me envuelve
y tus hambrientos labios todos
en líquido fuego me purifican
me gestan
me alumbran
renazco casto
de virginal infierno,
deseo cíclico de ser bautizado
en tu caudaloso Jordán,
fluyente orgasmo consagrante
portal al infinito.
Con su rayo de blanca luz
la Luna corona tu magia,
tomo entonces la rutilante noche
como terso manto
para arropar tu cuerpo
tuyo, completamente tuyo
sabio y contundente
y te presento así,
ante esta orgía que es la vida
como santa
y salvadora
maculada, virgen del pecado.
Víctor Hernández
México
10
Número Áureo
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Falofagia
Hacerte sentir
cuando soy dueña
mar embravecido, tierra erosionada
de tus idas y venidas:
dios omnipotente, volcán activo.
artesano
Hacerte creer
de tu fuente empedrada,
que de rodillas
del cauce de tus ríos
como mortal te ruego,
del templo que
que suplico desde el suelo
para mi ego erijo.
el jugo de tu odre,
Cuando es mi boca
que eriges tu templo
la cueva de Merlín,
para que yo te adore.
y yo controlo
Hacerte venir
si sales o te quedas,
como guerrero ovacionado
si duermes o despiertas,
altivo y orgulloso
aún desde el suelo
como dios miséricorde
y de rodillas,
hacerte pensar
es mi misericordia quien controla
que si vivo o muero
el vino de tu odre
que si respiro o me asfixio
si se llena o se vacía
es por la bondad
si gritas o jadeas
de tu cruento brazo.
y si lloras y por dónde.
Hacerte
sentir, creer, pensar
que vivo por y para
el bocado de tu cuerpo
Cuando soy yo
mar, volcán y tierra
Jajo Crespo
México
12
Lánguida sirena
13
La última noche que
nacías dentro de mí
Él
aquella noche
bebió la última luna
que nacía en medio de mis senos
dejando su nombre y su perfume encendiéndose dentro de mí
con cada caricia sin saber
pequeña noche de luna blanca
en que nacía por última vez
él
dulce y tiernamente se enredaba en medio de mis piernas
sí
con su lengua furiosa
hasta el amanecer
tejiendo redes inconclusas
con sus manos dentro de mi piel
y entre gemidos y sonrisas
él
simplemente
desapareció sin querer
María Liberona
Chile
14
El origen de mi lengua
Comienza
justo
al borde de tu boca
navegando en aquel rio
suave
de tu saliva
El origen de mi lengua
comienza
en medio de tus piernas
en el borde de aquel silencio
palpitante
justo
en aquel sutil gemido
María Liberona
Chile
15
Contacto
Ven
juguemos a quemarnos
A veces hay una necesidad de
a leernos en cada trazo de piel
tocarse
entreabrir los ojos y mirarnos levitar
de mantener y rozar
mortales
cuerpo con cuerpo
deseantes
superficie
Como pez que navega el cielo de su sombra
contacto
me asomo por las rendijas de tu cuerpo
Eso nos pasaba
¡mi vida!
quedémonos con el olor del sexo
Gimes
gemimos
de éste lúbrico cáliz
bebemos cada sorbo
lamemos
chupamos
apretamos
mordemos
Nos reencontramos al otro lado de la muerte
del sueño jardín ingrávida
ese terreno paraíso donde nos volvemos
carne
sudor
oasis
fluidos
Angélica Pineda-Silva
marejadas
16
Al sur de la frontera
Yo confieso en alborada
Se derramaba de sus mieles
los placeres sibaritas
devoré la fruta fresca
el linaje de Pakal
litoral caribe
en su sexo erguido
anidó por dentro
Ya que he amado
Crisálida transmutando
adluna el perdón de mis pecados
el vientre se llenó de néctar
versos infames
floritura en nebulosa
juramento
aquel gesto suspendido
Temí el acecho
Descongelado ahora
novilunio eclipse
extático el instante
vigilante la caricia
convulsiona el tiempo y el espacio
el susurro de su boca
...vuelve a respirar
Yo sí le vi irse
Al sur de la frontera
sentí su adiós sobre mi pecho
resplandece inédito
el decoro mimo
germina amanecer
la estrechez de hielo
Intenté la huida
camuflé mis ropas
me entregué a su cuerpo
Angélica Pineda-Silva
me fundí con él
Colombia
Poema publicado en la Revista Prometeo Número 111-112 Año 37,
Memorias del 29 Festival Internacional de Poesía de Medellín- Angélica Pineda
17
Átame
Átame a tu cuerpo
con la fuerza de tus manos
y olvídame tu inexistencia.
Mi corazón
sólo en él palpita,
a tu lado el pulso
encuentra dos caminos.
18
Te llamo
19
Prosperidad
20
Dibujos de mar
21
Allá te rezo
para Carlos López
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Enredadera húmeda con nenúfares abiertos son mis piernas
Entras con suavidad antes de la esperada tormenta
Avanzas en mi profundidad
una fosa húmeda
semejante a la de las marianas–dices
Toma mi cadera y funde la tuya con la cera que de tu mirada escurre –te pido
Me tomas tuya
Muerdes lo próximo a tu boca
Mis senos
Ahora el grito se abre paso desde mi vulva hasta mi garganta
***********
23
porque sólo se presenta cuando lo invoco diciendo: ay dios mío
y me haces sangrar
y digo que me gusta, aunque no es cierto
Julieta Teresa
México
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Kundalini
Mirar, arriesgarse, brindar con los labios llenos de miel, caer, desprender el alma de la
piel, del latido, ir a gatas, a ciegas, sin guía desde el rictus hasta el cuenco de agua que
forma tu pecho; bucear, hundirse en el mediterráneo, en nombre del lenguaje, de la
guerra, como mexica frente a las huestes españolas; lamer y apostarse el tercer ojo y
vaciar lo que será en lo no dicho; tomar Roma y la carne, tomar el nácar, el néctar, la
historia; salivar por resistir, resistir por salivar; entregar el aullido como ofrenda al lobo,
despertar en tus manglares, en la penumbra que dibuja tu espalda, tus fauces, entre el
vaivén del plexo lunar, ahí entre el zafir y la fruta; cargar todo el peso de tus besos,
sostener la luna llena y abrigar mi tórax con tu pelo; obnubilarse, volver eterna una
cuarentena en los rincones de tu cama, agradecer la primera gota, agradecer el último
pestañeo.
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Jugo de luna
¿Te imaginas lo que puede suceder?, ¿cuando a media luz se encuentran en la misma
habitación, un obsesionado por el cunnilingus y una fanática de recibirlo, mientras de
fondo Cerati ameniza la ocasión?, casi puedo ver el ritual: Una lengua trepando por las
piernas marcando todo a su paso con humedad, la piel se eriza poco a poco, la
respiración se va agitando mientras el ralentiza su paso camino arriba, quiere disfrutar
del momento… Las yemas de los dedos acarician hábiles, apenas rozando con las puntas
las caderas, y el aliento va subiendo lento, pero sin detenerse, hasta vislumbrar una
ingle; Cerati de fondo ahora ordena que el trato sea suave… Ella inmóvil con la cabeza
echada hacia tras como quien se deja por fin caer en una loca fantasía, y la lengua
taladrando la ingle como en busca de un tesoro, mismo que encuentra cuando corrige su
camino apuntando hacia los labios mayores. Los dibuja, ágil, experimentado, sabedor
del elixir que esconden; las manos continúan el camino arriba y una alcanzan un seno, lo
acaricia, lo acuña, lo frota hasta sentirlo estremecer, mientras la lengua ya se abre paso
entre los labios mayores, comenzando a descubrir esa miel de la que habla ahora
Gustavo. Le susurra algo ininteligible justo a la entrada de los labios menores y una
perla brilla húmeda ya, coronando la flor del deseo; mientras tanto, la erección se ha
vuelto insoportable, pero el sabe que un manjar así debe tomarse con calma, por eso
vuelve a lamer de una sola pasada los labios mayores en toda su extensión, “cruza el
amor, yo meteré los dedos...” entonces dos de ellos se abren paso entre los labios,
mientras la punta de la lengua retoma el trazo pendiente sobre su dulce y delicado
lienzo, “al fondo y hacia un lado…
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así es como me más me gusta”, recuerda el, y hacia allá se mueven los dedos, mientras se
chupa, se lame, se succiona y se hace un poco de presión sobre ese clítoris hinchado. Y
ahora son los dedos los que pintan dentro como si de la Capilla Sixtina se tratara,
decorando las paredes con sus propios jugos, mientras la mano libre sigue estrujando ese
par de pechos; la marea va subiendo cada vez mas y con ella la respiración, y entonces le
lame el perineo, ella tiembla sintiendo una eminente eyaculación, y después de un ligero
soplo de aliento el regresa a su acometida, a saborear la miel del deseo, a acariciar esa
rugosidad interna que parece cobrar vida propia con cada nuevo espasmo, a acariciarla
toda, las piernas, las nalgas, los pechos, pero sin dejar de chupar ese clítoris,
concentrado siempre en el como si cuidara un pedacito de cielo, hasta que por fin ella le
explota en la cara, y es como si de sus entrañas naciera otro universo; entonces el se
separa preparado para penetrarla profundo y de un solo golpe antes de que “…pase el
temblor…”
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