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David.

Miguel Ángel
Equipo editorial:

Lorena Acosta Iglesias


Kama erotico. Esculturas del templo indú. Kandariya Mahadeva

Aura Guerra-Artola
Gaba Romualdo

Periódico
Poético Copyright: Todos los
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Periódico
Poético

1
El gran masturbador. Salvador Dalí
Carta Editorial

Este número especial de Periódico Poético nació con la intención de reavivar las llamas de la pasión y
el deseo encerrados en las letras, a través de numerosos poemas y algún relato de literatura erótica,
obra de los autores que amablemente participaron en el micrófono abierto vía streaming del pasado
10 de febrero de 2024, organizado por la revista. Tuvimos la suerte de contar con la participación de
diez escritores y amantes de la literatura de todas partes del mundo, quienes compartieron con el
público sus más íntimos desvelos, ansias y susurros en formas literarias de muy diversas
características.

Fruto del cariño desbordado de aquel encuentro, en el cual la literatura fundó y refundó nuestro
vínculo comunitario, la familia de Periódico Poético que somos trae el presente número especial que
tiene el lector ante sus ojos, que esperamos no solo recorran las páginas de este número de literatura
erótica, sino que su mirada se lance contra sus antojos y los catapulte hasta límites insospechados; un
más allá postergado es algo que tiene en común tanto la pasión como la escritura, y es donde
anhelamos encontrarles, ya que si bien el amor se dice de muchas maneras, el deseo se expresa a través
y más allá de él. Allí, en ese otro lado, queremos caer.

Gracias a todos los valientes que se han lanzado a su deseo y a las letras de este
encuentro colectivo, del que nació, salvaje, el fruto de esta compilación de textos de
mano de Periódico Poético.

14 de febrero 2024
Comité editorial de Periódico Poético
que se besa y el buceador. Katsusika Hokusai
Arte erótico japonés. El pescador

El orígen del mundo. Gustave Courbet

A la memoria de la poeta mexicana


Minerva Margarita Villareal (1957-2019)
Esa otra vida

Ladeándose….vadeando….yendo sin rumbo


desde la almohada ardiendo Mamá volátil y encerrada
densa fiebre habría de bendecir el mundo se me ha ido
para todo transformar ¿Acaso dudas que vengo de la
Ir de la lava de la ira a la armonía de la flor resurrección?
del hastío a la alegría
de la indignación al llano
previamente alzado por Dios
cuando me eleva
mi llanto adereza su mano
y cuelgan los frutos
llagan:
El rosal donde Cristo abre el ojo
de mi dolencia
La pócima de ingredientes amargos
Con grandísimo desatino
todo me daba vueltas
Muy en lo alto
me observaba
postrada
dándome todo vueltas
Ya el mundo nada dice
pues allá donde nadie ha pisado la luz
con ella doy vueltas
y resuenan en mí
las letras escondidas de su alfabeto
Minerva Margarita Villareal
Las maneras del agua (2017)
Índice
Complacencia........................................................7
Pegasus V..............................................................8
Maculada, vírgen del pecado..............................9
Número Áureo......................................................11
Falofagia...............................................................12
Lánguida sirena..................................................13
La última noche que nacías dentro de mí......14
El orígen de mi lengua.......................................15
Contacto................................................................16
Al sur de la frontera............................................17
Átame.....................................................................18
Te llamo.................................................................19
Prosperidad.........................................................20
Dibujos de mar.....................................................21
Allá te rezo............................................................22
Kundalini..............................................................25
Jugo de luna..........................................................26
Complacencia

Tendida en la cama desnudas prejuicios


frotas tu sexo La mano insiste
lubricas ausencias tus piernas la apresan
El dildo presto recorre oquedades espasmos estallan
funesto juego en estuosa soledad. liberan el néctar en memoria
Oleajes púrpuras agolpan tu vientre de amores rendidos
el beso de aquel al cristalino
la caricia del otro fluido de tu fuente.
cosquillean tus pechos
entusiasman los muslos.
Aromas
visiones
penetran los sentidos
silbidos arrebolan
ebúrnea piel de cera
labios escarchados enjuga la lengua
lúbrico elixir de viriles fantasmas.
En rituales oníricos cabalgas centauros
la cauda de tu cuerpo se yergue orgullosa
carnal fruición de amantes sibilinos.
La brisa otoñal mitiga el ardor
exiguo bálsamo al encendido brío
La madre luna atestigua caprichos
Tu cuerpo excitado perfila cabriolas.

Aída López
México

7
Pegasus V

No obstante
Andrómeda cada vórtice energético
la reclamó como hija suya de su templo carnal,
y la conservó a su lado, ella, claramente lo gritó
en un sexual instante en sugestivos jadeos
yo vi nacer de un lenguaje
aquella galaxia aún encriptado
de su vulva, —devoremos el universo— dijo
fue en un mágico orgasmo, —alimentémonos de cada astro
millones de estrellas —de cada átomo
en estrepitosa fuga —Al transmutar la energía
excitadas colisionaron juntos
contra mi rostro, implosionamos al infinito.
cada poro de mi ser: Lentamente se transformó en nube
agujero negro del vapor de sus propios jadeos
devoró, y yo, húmedo y radiante,
en líquidas palabras con el rostro maquillado aún
toda su materia con trazas de polvo cósmico
bebí su fuerza de gravedad cual estrella fugaz
y el magnetismo me absorbió proyectada en los años luz
a otra dimensión de su piel
tántrica, como errante juglar la busco
en lapsos paralelos palabra a palabra
un sólido rayo de luz en cada eternidad
alimentaba, ascendente de su interior.

Víctor Hernández
México

8
Maculada, Vírgen del
pecado

Ignorante
vivo y soy
excomulgado por mi deseo
No sé
por mi naturaleza
en verdad no sé
por este depredador instinto
o no entiendo la necedad
sexual -dicen
cuando -evalúan- o pretenden evaluar
tú, impura; yo, maldito.
-la pureza- de una mujer.
Somos.
¿Creen que es, acaso -más pura-
Permíteme
cuando se somete a una costumbre
ofrendarte esta hambre de ti
abusiva?
tragar tus olvidos
¿cuando se petrifica en ese hipócrita silencio
tus abandonos
del abuso
tus reprimidos deseos
o del olvido?
y tus flores
¿lejos de cariños y atrevimientos
consagrarte entre caricias
a distancia de manos y bocas?
a besos
¿O lo es más, cuando madura su deseo
y lamidas
a través de la palabra
succionar tu licor
suave y ardiente
beber
mediante lluvia de caricias y besos
penetrar
tiernos o perversos, día a día
arremeter
noche a noche?
hasta encontrarte
Piedra
benditamente profanada
no puedo lanzarla
llena
estoy maldito -dicen
inundada y vacía.
las sagradas escrituras
Ardo en gozo
de alguna Piedra en putrefacción
cuando, siendo maldito

9
tu jadeo me envuelve
y tus hambrientos labios todos
en líquido fuego me purifican
me gestan
me alumbran
renazco casto
de virginal infierno,
deseo cíclico de ser bautizado
en tu caudaloso Jordán,
fluyente orgasmo consagrante
portal al infinito.
Con su rayo de blanca luz
la Luna corona tu magia,
tomo entonces la rutilante noche
como terso manto
para arropar tu cuerpo
tuyo, completamente tuyo
sabio y contundente
y te presento así,
ante esta orgía que es la vida
como santa
y salvadora
maculada, virgen del pecado.

Víctor Hernández
México

10
Número Áureo

Circulo en secreto la circunferencia cóncava


de tu entrepierna,
exponenciales
axioma que asoma desde el punto
expuestas en desorden, la noche, tú y
equidistante de mi lengua,
yo,
hasta el punto G en punto de ebullición,
formamos el triángulo perfecto, sin la
ansioso por descifrar su profundidad,
ayuda de Pitágoras,
mis límites se resolverán cuando calcule la
suma mi cuerpo a tu cuerpo,
integral íntegra,
réstale los enigmas de suavidad,
de tu seno-coseno-secante,
multiplica los besos perdidos,
al resbalar despacio por la tangente de tus
divide las noches taciturnas en un
brazos,
cuarto,
besos perpendiculares, se refugiaron en tus
y formaremos el número Áureo.
labios paralelos,
geometría plana es tu vientre, plagada de
caricias cuadráticas,
en la parábola cóncava de tus caderas,
se desencadena la Teoría del Caos,
área donde mis diez dedos complejos se
vuelven irracionales,
tu figura entera es más natural que los
mismos números en el infinito,
somos Mecánica de fluidos en espacio-
tiempo-íntimo,
la raíz de nuestros deseos, fueron fantasías
Guillermo Gonzaga
México

11
Falofagia

Hacerte sentir
cuando soy dueña
mar embravecido, tierra erosionada
de tus idas y venidas:
dios omnipotente, volcán activo.
artesano
Hacerte creer
de tu fuente empedrada,
que de rodillas
del cauce de tus ríos
como mortal te ruego,
del templo que
que suplico desde el suelo
para mi ego erijo.
el jugo de tu odre,
Cuando es mi boca
que eriges tu templo
la cueva de Merlín,
para que yo te adore.
y yo controlo
Hacerte venir
si sales o te quedas,
como guerrero ovacionado
si duermes o despiertas,
altivo y orgulloso
aún desde el suelo
como dios miséricorde
y de rodillas,
hacerte pensar
es mi misericordia quien controla
que si vivo o muero
el vino de tu odre
que si respiro o me asfixio
si se llena o se vacía
es por la bondad
si gritas o jadeas
de tu cruento brazo.
y si lloras y por dónde.
Hacerte
sentir, creer, pensar
que vivo por y para
el bocado de tu cuerpo
Cuando soy yo
mar, volcán y tierra
Jajo Crespo
México

12
Lánguida sirena

Deja que lánguida navegue


por la firmeza de tus muslos,
la que solo navega en tus playas,
y que llegue hasta la fuente
la que llamaste en tu delirio
del placer urgente.
cuando tu barco naufragaba.
Déjame beber tu néctar
Ven marinero, no te haré nada,
que emana del río de la vida,
solo te haré gozar hasta el orgasmo,
y cual elixir pagano, se derrame
después me alejaré hasta mis mares
en el cáliz de mis labios.
y tú seguirás en tu barca navegando.
Solo déjame saborearte
en una noche de luna,
bajo el influjo eterno
de las efímeras galaxias.
Que palpiten tus sienes
que la demencia te arrastre,
mientras mis manos febriles
te recorren, te exploran.
Que tus suspiros escapen
entre espasmos y vaivenes,
mientras desde lo lejos
invocas a tu amada sirena.
Ábrete a la lujuria sin sentido,
que cada beso nuestro
sea la puerta nueva del cielo
o la llegada al infierno
Soy la sirena que canta para ti,
Cleo Gordoa
México

13
La última noche que
nacías dentro de mí

Él
aquella noche
bebió la última luna
que nacía en medio de mis senos
dejando su nombre y su perfume encendiéndose dentro de mí
con cada caricia sin saber
pequeña noche de luna blanca
en que nacía por última vez
él
dulce y tiernamente se enredaba en medio de mis piernas

con su lengua furiosa
hasta el amanecer
tejiendo redes inconclusas
con sus manos dentro de mi piel
y entre gemidos y sonrisas
él
simplemente
desapareció sin querer

María Liberona
Chile

14
El origen de mi lengua

Comienza
justo
al borde de tu boca
navegando en aquel rio
suave
de tu saliva
El origen de mi lengua
comienza
en medio de tus piernas
en el borde de aquel silencio
palpitante
justo
en aquel sutil gemido

María Liberona
Chile

15
Contacto

Ven
juguemos a quemarnos
A veces hay una necesidad de
a leernos en cada trazo de piel
tocarse
entreabrir los ojos y mirarnos levitar
de mantener y rozar
mortales
cuerpo con cuerpo
deseantes
superficie
Como pez que navega el cielo de su sombra
contacto
me asomo por las rendijas de tu cuerpo
Eso nos pasaba
¡mi vida!
quedémonos con el olor del sexo
Gimes
gemimos
de éste lúbrico cáliz
bebemos cada sorbo
lamemos
chupamos
apretamos
mordemos
Nos reencontramos al otro lado de la muerte
del sueño jardín ingrávida
ese terreno paraíso donde nos volvemos
carne
sudor
oasis
fluidos
Angélica Pineda-Silva
marejadas

16
Al sur de la frontera

Yo confieso en alborada
Se derramaba de sus mieles
los placeres sibaritas
devoré la fruta fresca
el linaje de Pakal
litoral caribe
en su sexo erguido
anidó por dentro

Ya que he amado
Crisálida transmutando
adluna el perdón de mis pecados
el vientre se llenó de néctar
versos infames
floritura en nebulosa
juramento
aquel gesto suspendido

Temí el acecho
Descongelado ahora
novilunio eclipse
extático el instante
vigilante la caricia
convulsiona el tiempo y el espacio
el susurro de su boca
...vuelve a respirar

Yo sí le vi irse
Al sur de la frontera
sentí su adiós sobre mi pecho
resplandece inédito
el decoro mimo
germina amanecer
la estrechez de hielo

Intenté la huida
camuflé mis ropas
me entregué a su cuerpo
Angélica Pineda-Silva
me fundí con él
Colombia
Poema publicado en la Revista Prometeo Número 111-112 Año 37,
Memorias del 29 Festival Internacional de Poesía de Medellín- Angélica Pineda

17
Átame

“Yo la brazo, y mi alma todavía la desea.


¿Puede existir tal vez
mayor proximidad que en el abrazo?"
IBN-AR-RUMI

Átame a tu cuerpo
con la fuerza de tus manos
y olvídame tu inexistencia.
Mi corazón
sólo en él palpita,
a tu lado el pulso
encuentra dos caminos.

Descorcha otra botella


para regarnos
del fruto de la vid
y apagar esta pulsión.
Seamos la raíz
que busca la nada
ahondando en lo oculto.

María José Mures


España

18
Te llamo

Una yubarta vuela entre las estrellas.


Te volvés una ráfaga tan fría que se
Las ballenas aún tienen fe de poder
cuela
encontrar
bajo la holgura de mi puerta
el amor con su canto. Canta en la penumbra
para acercar nuestros planetas, y me
y alcanza mi piel para bajar por mi
encontró moribunda en uno de sus viajes.
cuello
Vuela. Te llama.
hasta posarse en mi cueva desde
donde te grito
Yo también te llamo
como una manada de cetáceos que te
a través del gemido
buscan,
que se cuela en mi sueño
te buscan,
y me despierta cuando tu nombre
te buscan,
desemboca en forma de rambla entre mis
te busca, así mi cuerpo.
piernas.
Y te llamo desde galaxias de anhelos
Caigo en la mar que me lleva al pantano
te llamo en el arqueo de mi espalda
de tus sombras con cada sílaba que
en el balanceo de mis caderas
murmurás.
te llamo en el antojo de mis labios
Y te llamas: viento.
Me empapás. Te volvés una voz que
Y te llamo: huracán.
no se va,
no se va,
no sé va de mi cama
desordenás la noche con palabras,
te volvés un cenzontle mecido por tormentas
Aura Guerra-Artola
y suspiros. Cuatrocientas voces
Nicaragua
para romper leguas.

19
Prosperidad

Todo el amor fingido que se pierde.


Como un surtidor sin fondo.
Así es la pérdida del simulacro
Así es mi cáliz.
en la que te yergues
para la caída.
Plegado en los surcos de la piel
allí yace el amor impostado.
Supura tanto mi herida...
Todo es afuera.
Todo es membrana.
Respiración cosida.
Cápsulas de historia
entre mordida y espalda.
La cruz que arrastramos
callada se queda
entre los bultos
que ya somos.

La pequeña rendija de la luz


que entra y se vuelve, y se va
siempre constante presente.

Lorena Acosta Iglesias


España
Poema publicado
el 24 de enero de 2024
en la Revista Aullido

20
Dibujos de mar

Hablemos de dibujar con los dedos,


que eres oceánica
Dibujemos tocarte
gigantesca
tocarme
elíxir
tocarse
azul,
tocarnos;
por las tardes
ninfas fricatrices
salado nido anaranjado
inflamadas de amor,
de fieras
que voraz te ibas
de peces
que yo era la orilla
y caracoles.
que bramaban
Hondo canta-bar
entre tumbos tus olas
de misántropos cetáceos.
bajo un cielo traspasado
Hablemos de dibujarme,
de luces crepusculares
vestida de viento provocándote olas,
revueltas con la arena
dibujar que soy un día
de sol que calienta
inquietando la marea,
dibujarte impredecible
atemporal
la fuente que eres
de arrasadores maremotos
que se llevan huellas
nombres
fechas
que lamen heridas
Gaba Romualdo
borrando cualquier resto
México
sin dejar cicatrices.

21
Allá te rezo
para Carlos López

El tacto eléctrico de saberme a una distancia menor a un cabello de ti


a un orgasmo del grito ahogado
A un nombre de saberte mío

Soplo un suspiro de agua en la entrada de tu columna vertebral


y tu hueso líquido con piedras encimadas
yerto mientras amanecemos
Sudados en la entrepierna, mis pechos, tu cuello.

Juntos abrimos la arena y bebemos la densidad de la sal


Nuestro grano marítimo
Por hambre
mi lengua aprendió cómo potenciar tu sabor
Calmarla no puedo
Continúo hasta probarte listo

Aquí conexión sensorial de oler la raíz de tu nuca


sus hojas chinas
Eres tejido antiguo
amarre negro

22
Enredadera húmeda con nenúfares abiertos son mis piernas
Entras con suavidad antes de la esperada tormenta
Avanzas en mi profundidad
una fosa húmeda
semejante a la de las marianas–dices

Toma mi cadera y funde la tuya con la cera que de tu mirada escurre –te pido

Me tomas tuya
Muerdes lo próximo a tu boca
Mis senos
Ahora el grito se abre paso desde mi vulva hasta mi garganta

Allá descanso en la curva de tu paredón


Con nuestros nombres colgando de mis piernas
Te rezo

***********

Ya no fumo después del coito


Del orgasmo que no esperas, aunque gimo para que venga y susurro tu nombre — aunque
quiera gritar otro-

Digo el coito porque coger quema


es incendio
Y tú y yo dejamos de ser lumbre líquida
ya no somos capaces de prender los bosques desde su raíz más profunda

Podías demoler la capilla sixtina


Revolver los escombros de ceniza y piedras para construir la catedral que dios nunca pidió
que hicieran

23
porque sólo se presenta cuando lo invoco diciendo: ay dios mío
y me haces sangrar
y digo que me gusta, aunque no es cierto

Ya no fumo en ningún momento


porque ya no me vengo
Ya no susurro tu nombre
ni existen los incendios
a menos que sean de los muertos

No sé cavar para buscar raíces


no hay bosques
ni ríos
ni lumbre
y la capilla sixtina está muy alta
o nosotros no crecimos lo suficiente
lo suficiente
qué es lo suficiente
cuando hemos acabado con el rezo
la capilla
y dios ha muerto

Julieta Teresa
México

24
Kundalini

Mirar, arriesgarse, brindar con los labios llenos de miel, caer, desprender el alma de la
piel, del latido, ir a gatas, a ciegas, sin guía desde el rictus hasta el cuenco de agua que
forma tu pecho; bucear, hundirse en el mediterráneo, en nombre del lenguaje, de la
guerra, como mexica frente a las huestes españolas; lamer y apostarse el tercer ojo y
vaciar lo que será en lo no dicho; tomar Roma y la carne, tomar el nácar, el néctar, la
historia; salivar por resistir, resistir por salivar; entregar el aullido como ofrenda al lobo,
despertar en tus manglares, en la penumbra que dibuja tu espalda, tus fauces, entre el
vaivén del plexo lunar, ahí entre el zafir y la fruta; cargar todo el peso de tus besos,
sostener la luna llena y abrigar mi tórax con tu pelo; obnubilarse, volver eterna una
cuarentena en los rincones de tu cama, agradecer la primera gota, agradecer el último
pestañeo.

Gibrán Cristopher Villareal


México

25
Jugo de luna
¿Te imaginas lo que puede suceder?, ¿cuando a media luz se encuentran en la misma
habitación, un obsesionado por el cunnilingus y una fanática de recibirlo, mientras de
fondo Cerati ameniza la ocasión?, casi puedo ver el ritual: Una lengua trepando por las
piernas marcando todo a su paso con humedad, la piel se eriza poco a poco, la
respiración se va agitando mientras el ralentiza su paso camino arriba, quiere disfrutar
del momento… Las yemas de los dedos acarician hábiles, apenas rozando con las puntas
las caderas, y el aliento va subiendo lento, pero sin detenerse, hasta vislumbrar una
ingle; Cerati de fondo ahora ordena que el trato sea suave… Ella inmóvil con la cabeza
echada hacia tras como quien se deja por fin caer en una loca fantasía, y la lengua
taladrando la ingle como en busca de un tesoro, mismo que encuentra cuando corrige su
camino apuntando hacia los labios mayores. Los dibuja, ágil, experimentado, sabedor
del elixir que esconden; las manos continúan el camino arriba y una alcanzan un seno, lo
acaricia, lo acuña, lo frota hasta sentirlo estremecer, mientras la lengua ya se abre paso
entre los labios mayores, comenzando a descubrir esa miel de la que habla ahora
Gustavo. Le susurra algo ininteligible justo a la entrada de los labios menores y una
perla brilla húmeda ya, coronando la flor del deseo; mientras tanto, la erección se ha
vuelto insoportable, pero el sabe que un manjar así debe tomarse con calma, por eso
vuelve a lamer de una sola pasada los labios mayores en toda su extensión, “cruza el
amor, yo meteré los dedos...” entonces dos de ellos se abren paso entre los labios,
mientras la punta de la lengua retoma el trazo pendiente sobre su dulce y delicado
lienzo, “al fondo y hacia un lado…

26
así es como me más me gusta”, recuerda el, y hacia allá se mueven los dedos, mientras se
chupa, se lame, se succiona y se hace un poco de presión sobre ese clítoris hinchado. Y
ahora son los dedos los que pintan dentro como si de la Capilla Sixtina se tratara,
decorando las paredes con sus propios jugos, mientras la mano libre sigue estrujando ese
par de pechos; la marea va subiendo cada vez mas y con ella la respiración, y entonces le
lame el perineo, ella tiembla sintiendo una eminente eyaculación, y después de un ligero
soplo de aliento el regresa a su acometida, a saborear la miel del deseo, a acariciar esa
rugosidad interna que parece cobrar vida propia con cada nuevo espasmo, a acariciarla
toda, las piernas, las nalgas, los pechos, pero sin dejar de chupar ese clítoris,
concentrado siempre en el como si cuidara un pedacito de cielo, hasta que por fin ella le
explota en la cara, y es como si de sus entrañas naciera otro universo; entonces el se
separa preparado para penetrarla profundo y de un solo golpe antes de que “…pase el
temblor…”

Alejandro Armando Valencia Hernández


México

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