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Universidad del Rosario

Celee - Centro de lectura y escritura en español


Profesor: Henry Alexander Gómez
Correo: literaturaymetal@gmail.com / henryal.gomez@urosario.edu

“Árbol Adentro”

Les bilboquets (2019) Bertrand Bataille (Paris, 1948)

Inés Molina Emmanuel García Sandoval


GIRO A TIERRA PALABRAS DE TIERRA
Están los cadáveres soñando que mientras no termine de caer la
Cuando pierda mi nombre y mi blandura, sangre al piso ellos tampoco terminarán de morir. Están esperando
mis ojos le den color a los hongos, que su muerte se extienda hasta las calles donde llegan días feriados
mis extremidades se vuelvan raíces frescas y que la festividad enjuague su misericordia. Esperan el jubileo de
y lo que fue mi llanto sombras sin dueño, serpentea la mortalidad y desmorona el cielo.
el sistema nervioso de la roca; Están soñando los cadáveres que no debían vivir en primer lugar y
el deber de morir los tiene invisibles aquí y allá.
los orificios de mi cuerpo sean líquen
y todo yo, tierra agujereada por la lluvia
mi sangre trepe por las palmas,
y no pueda ya más quebrarme,
tierra y yo tendremos en común
lo cóncavo y su inverso,
la infinitud de alimentarnos del mismo ombligo.

Tierra de compasión animal, de agua y de plantas


donde no se escuche otro lenguaje.

1
Fidel Eslava Daniela Suárez Jiménez
CARIDAD DE VIDRIO MOLIDO TIERRA:

Señor tiempo Placer germinó en fisuras


concédeme secas las manos de Dolor,
cien botellas vacías cada semana Energía inventa la gravitación
para practicar la caridad ¿Que elemento es más sensual?
que tanto necesitan grita Deseo, mientras anota en su libreta:
las palomas migrantes de estas calles. "Muchos quieren ser dueños de Dios"
Las he visto picotear vómitos
los domingos por la mañana Escuchan lascivas corrientes de Aire,
y me conmueve su miseria: quien bien sabe tocar con la mano de Intensidad,
yo también abandoné mi árbol, cortejo de constelaciones,
mi montaña, mi cielo. Polaridad imaginando el horizonte,
Traje a la ciudad mis ojos amarillos Agua se viste con Movimiento para la ocasión,
y mi pico silvestre danzan con sentido en el interior de Nada.
y mis plumas de ave desterrada.
Veo en los agujeros de ladrillo Incitación del discurso, encriptado en un gemido
lugares de hacer nido, confesiones de un lenguaje en forma de carne
veo en los rascacielos desde lejos, Verdad se inventa a ella misma
amenazas de cristal mientras rompe el limite para besarse con Sentir.
cielos falsos,
señuelos que deberían ser derrumbados. Sucesión de dimensiones
Prometo moler las botellas penetran los estados
y darlas a comer Materia susurra la creación en placas:
a todos los hambrientos pájaros "Eres Tiempo, bienvenida".
de ojos amarillos.
Así nos salvaremos: Con la fuerza de un preludio,
las palomas del hambre, yo de mi cordura, se tumba Agua a descansar
la ciudad de ser derrumbada a picotazos. Fuego agota la posibilidad
mientras Rocas expectantes
Claudia Camacho escriben la historia descompuesta:
¨Mañana serás naturaleza¨
AVISO TERMINAL
¿Es tan solo el principio del final?
Manos afiladas ovacionan
entre torniquetes la matanza.

Río abajo ruedan


los cadáveres embalsamados
que en estricto conteo
saciará la gula de los patrones.

Flota pecaminoso el luto


de cortezas en romería
con urgencia última
sobre la corriente.

¡Los ancestros lloran!

En la herida abierta,
agoniza el bosque
y el hombre
ignorando en sus bolsillos
la advertencia de su propia metástasis.

1
y su cultura en una artesanía barata.

Aquiles León Laura Itzel Domart

EL CHAMÁN DE LA LUNA ROJA ORACIÓN A LA NADA


Nadie encontró mi oración, 
Exigiéndonos el espíritu del recuerdo porque no hay nada por rezar
para permanecer en flor entre el rumor de los duendes y las lanzas en estos tiempos 
de la ausencia donde mi cuerpo es solo carne
Vito Apushana de algo que no soy. 
Y, sin embargo,
Él estira su brazo hacía mí quisiera que se acabaran
y en su piel cobriza se puede leer que es los incendios  
hijo pródigo de Abya-Yala de las ciudades sin nombre. 
lo cual no es otra cosa Pido, suplico, que no termine de caer
sino el iluminado el último árbol del universo. 
de otros tiempos Es mi forma egoísta, quizá,
concebido por la tierra de acumular oxígeno.
en plena madurez De elegir el día para mi muerte. 
  
Además Si he de rezar a la nada,
desde su brazo destila será por el bosque sagrado
el aroma de Xochiquetzal y por el agua de cualquiera
la diosa de las embriagantes sobre esta tierra.
flores purpuras  
Prefiero la vacuidad del mar,
Y en su tranquilidad mi brevedad,
vive la sabiduría de Bucalemu mis pies sobre el lodo,
el bosque grande capaz de leer por sobre el edificio más alto del mudo.
en los renglones del firmamento

Sin contar que su rostro pausado Angélica Pinzón


y ademanes suaves
tienen el alma de Yurupari SOMOS TIERRA
un ser engendrado de la fruta silvestre Capas y capas de tierra
que se erosiona, muere, renace.
Y cuando habla La dermis epidermis
tiene la voz de K’ak ríos corren bajo la tierra
el Dios del fuego bajo nosotros
que hierve la tierra como un topo que recorre su propio laberinto
para la gestación de los cultivos Somos liquen, fungi, reino eucariota hecho de tierra
tierra hecha de tierra
Poros
grieta de mármol
Pero lo que más me sorprende es su mirada suelo infértil,
porque en sus ojos adivino la presencia crecen venas
de ese ancestro milenario que un día vio llegar naves crece tiempo, alas, uñas, calcio
llenas de demonios blancos vestidos con falsas promesas Somos un planeta desnudo,
que ara sus callosidades
Rodamos como tierra sobre tierra,
Y aun así vamos cual elemento de Sísifo en esta caída
estrecha mi mano de casa astral en carta astral
ahora leyendo nuestro PH, acidez o alcalinidad de la tierra
justo ahora Eres polvo, partícula que flota
cuando él sabe que sus hermanas lombriz que busca su inicio,
son vendedoras de orgasmos enzima del suelo
y él mismo me vende su dignidad atrapada

1
en el ciclo de Calvin.
Paula Jiménez Páez

ESPACIO EN EL VACÍO
Llegar a casa
con la sonrisa en el bolsillo,
escondiéndola con recelo
por miedo perderla o a olvidarla
bajo pasos deshojados.
Es el cuerpo un templo cansado
de abrir sus puertas a un público
que desconoce el valor del lugar que ocupa,
sus manos sostienen el mundo
que ya no le necesita,
proyectan sus ojos
imágenes de pies pequeños
decididos a andar por primera vez,
el vacío se instala bajo la piel
como quien se apropia
de un lugar que no le pertenece.

Soplar el pensamiento
sin tregua alguna,
buscar entre sus olores
lo conocido que poco a poco se disipa,
rescatarlo del armario de las cosas perdidas,
encontrar al adulto
en ropa de niño,
hacerle un espacio en aquel vacío
mientras la soledad besa la mejilla
de aquella mujer a quien la añoranza asfixia.

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