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Índice

Clase 1: ¿A qué llamamos instituciones totales? ....................................................................... 3

Clase 2: Una institución dentro de otra. Complejidades y tensiones ........................................ 15

Clase 3: ¿Estudiantes delincuentes o pacientes? Estudiantes ................................................... 26

Clase 4: Salvoconductos a la hora de educar a personas privadas de libertad.


Normativas vigentes .............................................................................................................. 37

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Módulo 1: Los contextos de encierro y su relación con el ámbito educativo. Complejidades,
prácticas y normativa vigente

Clase 1: ¿A qué llamamos instituciones totales?

Les damos la bienvenida a este módulo


El curso se divide en cuatro clases quincenales y tiene como propósito que los estudiantes profundicen
sus conocimientos respecto de la educación en contextos de privación de libertad. Para los fines
intentaremos en esta primera clase situar a los y las cursantes en los contextos de encierro.

Luego indagaremos, en la segunda clase, sobre la relación de la institución total con la escuela, las
complejidades que conlleva realizar una práctica educativa en una institución dentro de otra
institución y cómo se presenta la disputa por la autonomía.

En la tercera clase, problematizaremos categorías tales como delincuentes y delincuentas para hablar
de sujetos y sujetas que habitan el encierro.

Y en la cuarta y última clase repasaremos las normativas vigentes que resguardan y hacen posible la
actividad educativa en contextos complejos.

Comenzamos con la primera clase


Iniciamos este curso de perfeccionamiento que intentará otorgar algunas de las herramientas que
consideramos necesarias para la práctica educativa de quienes deseen afrontar el desafío de producir
un intercambio de saberes con personas privadas de libertad, en los diferentes contextos de encierro.
Cárceles, institutos penales para niñas, niños y adolescentes; hospitales psiquiátricos; y centros de
contención para personas con consumos problemáticos.

La más cruel de las penas dentro de nuestro sistema penal es la que priva de libertad a hombres y
mujeres, no solo porque los limita de su libertad ambulatoria sino por las constantes humillaciones y
los injustos sometimientos que impactan en la dignidad humana. Nuestro lenguaje será sencillo toda

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vez que intentamos aclarar las dudas de los/las docentes consultados en nuestras indagaciones
preliminares para que cualquiera de ellos pueda defenderse y reclamar sus derechos y los de sus
estudiantes evitando así ser sometidos y manipulados por el sistema penitenciario.

Si reconocemos que en nuestro país el ámbito educativo se encuentra atravesando, al igual que la
sociedad, por una profunda crisis, el territorio que elegimos en este caso profundiza la crisis de
paradigmas. Deberemos, entonces, pensar en modificar métodos y estilos de trabajo.

Intentaremos ubicarlas/os en las particularidades de las escuelas en las que trabajarán y pondremos
luz en algunas de las complejidades y tensiones que las mismas atraviesan.

Prestar servicios docentes en escuelas ancladas en contextos de encierro nos obliga a conocer el
funcionamiento de estas instituciones, saber con quiénes vamos a producir conocimiento, y repensar
las prácticas a las que estamos habituadas y habituados.

Creemos necesario en esta primera clase introducir en estos contextos a quienes los desconocen y
aportar información clasificada para aquellos que ya están trabajando en el encierro.

Pero antes de comenzar, los/as invitamos a presentarnos en un foro.

Foro de bienvenida

Las y los invitamos a presentarse en este foro: contando quiénes son, de dónde vienen, las
expectativas que tienen con este curso, por qué les interesa ejercer sus tareas docentes en
contextos de encierro, si han tenido algún primer acercamiento a instituciones totales
anteriormente o si lo hacen actualmente.

Por último, les pedimos que por favor no olviden completar la Encuesta Inicial, así podremos
conocer más acerca de la tarea que cada uno/a desarrolla.

¡Bienvenidas/os y nos leemos!

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Cruzar el muro
Para comenzar, les invitamos a ver los siguientes videos donde la Lic. Bárbara Visnevetsky cuenta la
experiencia de ingresar por primera vez a la cárcel a realizar su labor docente la que desarrolla en
contextos de encierro de la provincia de Neuquén.

Lic. Bárbara Visnevetsky - video 1

Lic. Bárbara Visnevetsky - video 2

Erving Goffman (1961) caracteriza a los contextos de encierro como “instituciones totales”. Una
institución total es “un lugar de residencia o trabajo, donde un gran número de individuos, en igual
situación, aislados de la sociedad por un período apreciable de tiempo, comparten en su encierro
una rutina diaria, administrada formalmente”. Se caracterizan por sus tendencias absorbentes,

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reforzadas por todos los obstáculos que se oponen a su interacción social con el exterior (rejas,
muros, candados, controles, disciplinamiento, guardias armadas, etc.), son organizadas mediante un
exhaustivo sistema de autoridad piramidal y jerárquico, con prácticas rutinarias y caracterizadas por
reglas difusas que exponen a su población a un sistema de sanciones discrecionales que se orientan
a moldear las subjetividades en función de una matriz desindividualizante. Dice que responden a la
homogeneización, la masificación y la clasificación. Por su parte, Foucault plantea que las cárceles
sirven a un propósito mayor que el de encarcelar delincuentes. Describe cómo las prisiones esclavizan
a todos los que pasan por ellas a una vida de disciplina. Plantea que funcionan como control social
de las clases subalternas.

La cárcel o sus similares son organizaciones coercitivas del Estado. En este sentido, es interesante
analizar las relaciones de poder que allí se conjugan. Relaciones entre pares y con la autoridad.
Recuperando a Foucault (1976) identificamos a la prisión con las tecnologías coercitivas de
comportamiento: el claustro, la prisión, el colegio, el hospital, el regimiento, el legislador penal.

En este caso cuando aludimos a contextos de encierro hacemos referencia a cárceles, institutos
penales de niñez y adolescencia, hospitales psiquiátricos, y comunidades cerradas de asistencia a
personas con consumos problemáticos.

Clasificaciones

En el caso de las cárceles argentinas para adultos/as nos encontraremos con las siguientes
clasificaciones: comisarías, alcaidías y cárceles; dentro de estas hallamos las de máxima seguridad,
mediana seguridad y régimen abierto. En ellas, alrededor de cien mil personas están privadas de su
libertad ambulatoria en nuestro país.

Cada una de las modalidades goza de protocolos de seguridad diferenciados. Tales reglamentaciones
no deben trasladarse al sistema educativo en encierro.

● Cárceles de máxima seguridad: extreman las medidas de seguridad en razón de la


clasificación o determinación de la peligrosidad de las personas privadas de libertad que allí
alojan. Goza de muro perimetral estrictamente. Su régimen y modalidad las convierte en
prisiones estrictas y severas por sus condiciones en la asistencia y tratamiento.

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● Cárceles de mediana seguridad: se clasifican en:

Régimen moderado limitado: estas unidades penitenciarias albergan a aquellos y aquellas


detenidos/as que dentro del proceso de ejecución de la pena demostraron adaptación a las normas
de convivencia, se ajustaron a las reglas establecidas y a los lineamientos penitenciarios.

Régimen moderado atenuado: es como lo dice su descripción, un régimen atenuado que


alberga a quienes están próximos al otorgamiento de alguno de los institutos liberatorios (salidas
transitorias, de estudio, laborales, de visita familiar, etcétera).

Semiabiertos: se clasifican en semiabierto limitado y semi abierto amplio. Cuentan con


alambrado tejido o cerco perimetral. Las/os detenidas/os que habitan allí son los más cercanos a
gozar del régimen abierto. Existe mayor flexibilidad en la circulación interna, los pabellones y las
celdas son abiertas.

Régimen abierto: a esta instancia la institución penitenciaria lo clasifica de este modo,


gozando o no de salidas transitorias. Esas unidades son caracterizadas por no tener muro ni cerco
perimetral, el personal penitenciario o policial (en el caso de las unidades penales que están a cargo
de fuerzas policiales) no debe estar uniformado. Su modalidad está basada en un régimen de
autodisciplina siendo esta la última etapa de la ejecución de la pena antes de su inclusión en el medio
libre nuevamente.

Todos los regímenes y modalidades incluyendo el semi abierto amplio lo puede otorgar el juez
competente o el Servicio Penitenciario cualquiera sea el caso .

Por su parte, el otorgamiento del régimen abierto es de exclusiva competencia del juez a cargo y el
personal penitenciario debe reubicar a la persona privada de libertad según la orden judicial.

Para incursionar en estos contextos proponemos ver El Corto, una realización del colectivo Cuenteros
Verseros y poetas. Una experiencia realizada en el pabellón 4 de la Unidad Penal de Florencio Varela
dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense. En él podremos vislumbrar el gerenciamiento del
sistema carcelario al mismo tiempo que hociquear una experiencia llevada a cabo por los detenidos
coordinados por el Dr. Alberto Sarlo y captar un proceso educativo que rompe con la lógica del
encierro y las luchas que esto implica.

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Niñeces y adolescencia

En el caso de niñeces nos vamos a encontrar con diferentes dispositivos de alojamiento, tomaremos
como ejemplo los de la provincia de Buenos Aires (información obtenida en Organismo Provincial de
la Niñez y Adolescencia. Ministerio de Desarrollo de la Comunidad) que se replican en estructuras
similares en el resto del país:

● Centros sociocomunitarios (CESOC): establecimientos emplazados en cada departamento


judicial, a los fines del cumplimiento de "medidas penales en territorio", cautelares o
sancionatorias alternativas a la restricción o privación de la libertad ambulatoria, impuestas
a adolescentes y/o jóvenes, alcanzados por un proceso penal, por la justicia especializada de
responsabilidad penal juvenil de la Provincia de Buenos Aires. La modalidad territorial se erige
como la primera opción frente a una medida de restricción o privación de la libertad
ambulatoria e implica el acompañamiento de las/los adolescentes y/o jóvenes en el marco de
exigibilidad del proceso penal, integrando la evaluación, atención-intervención y/o derivación
de las/os jóvenes a programas desconcentrados en municipios u organizaciones de la
comunidad.

● Centros de admisión y derivación (C.A.D.): son dispositivos no convivenciales para niños,


niñas y/o adolescentes que resultan aprehendidas por una fuerza de seguridad en el ámbito
de la provincia de Buenos Aires, por presuntas faltas, contravenciones y/o delitos.

Los C.A.D. tienen por función la admisión de toda persona menor de dieciocho (18) años de
edad de quien se alegue haber infringido la ley penal, a los fines de la admisión, evaluación y
derivación, en un marco que garantice la accesibilidad a derechos respetando la imposición
judicial en materia de coerción.

● Centros de recepción: son establecimientos de régimen cerrado para el cumplimiento de


detención y de medidas preventivas de privación de la libertad ambulatoria dictadas por los
Juzgados del fuero de la responsabilidad penal juvenil de la Provincia de Buenos Aires y/o
Juzgado Criminal y Correccional Federal con competencia jurisdiccional en el marco de un
proceso penal. Recepcionan en primera instancia a los/as adolescentes aprehendidos/as
(imputables o inimputables) por disposición judicial comunicada por oficio. Su función es la
admisión, evaluación y diseño de estrategia para abordaje integral del/ de la o los/as

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adolescente/s a quien/es se le/s haya impuesto una medida judicial cautelar privativa de la
libertad ambulatoria o de seguridad (para inimputables).

● Centros de contención: establecimientos para la ejecución de medidas de índole cautelares


o sancionatorias, restrictivas de la libertad ambulatoria, ordenadas por la autoridad judicial
competente (Ley nº 13.634 art. 80). Sustentados en un marco normativo integrador de
derechos y responsabilidades tendientes a la progresiva integración socio-comunitaria de los
adolescentes, residentes, contextualizándola en proyectos de vida socialmente constructivos,
en términos de la C.D.N.

● Centros cerrados: son establecimientos de régimen cerrado para el cumplimiento de medidas


cautelares o sancionatorias, privativas de la libertad ambulatoria, ordenadas por la autoridad
Justicia con competencia, en el marco de proceso penal (Ley nº 13.634 art. 81). Tienen por
objetivo brindar un espacio en el que el adolescente y/o joven, con la asistencia técnico-
profesional interdisciplinaria y desde una perspectiva socio-educativa que lo date de
herramientas, pueda abordar las situaciones de transgresión a la norma y reconfigurar su
posición individual y social a los fines de alcanzar una “real inserción sociocomunitaria”.

Compartimos aquí fotos de la experiencia realizada por el colectivo La Cantora coordinado


por Azucena Racosta.

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Taller de historietas en los centros cerrados de Abasto, La Plata.

Hospitales psiquiátricos

La Ley 26657 es una norma trascendente. Consagra el derecho a la atención y la protección de la


salud mental de todas las personas y “el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con
padecimiento mental” (Art. 1), jerarquiza la labor del equipo interdisciplinario, propende a un
reacondicionamiento de los efectores sanitarios, establece los “derechos de las personas con
padecimiento mental”, etcétera.

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La Ley prevé que se constituya una red de dispositivos alternativos que sustituyan al hospital
monovalente, pero hasta la actualidad esto no ha ocurrido. Solo Río Negro, provincia argentina que
sancionó la primera ley desmanicomianizadora y que logró finalmente erradicar los manicomios, en
el resto del país estos continúan existiendo.

Son instituciones sanitarias que comparten el control de los pacientes, personal de salud y policial.

Sugerimos ver la película No está loco quien pelea del grupo teatral El Brote, de San Carlos de
Bariloche, provincia de Río Negro. Colectivo teatral conformado por personas con padecimientos
mentales y dirigido por Gabriela Otero.

http://www.elbrote.org.ar/no-esta-loco-quien-pelea/

Comunidades terapéuticas cerradas para personas con consumos problemáticos

Estas instituciones cerradas tienen como meta generar un ámbito para que la persona que manifieste
trastornos a nivel de sus conductas derivados del consumo de estupefacientes, alcohol y/o drogas
pueda efectuar un proceso de internación voluntaria; esta intervención tiene como objetivo llevar
adelante un tratamiento, con el objetivo primero de poder desintoxicarse, y luego de lograr su
rehabilitación y total reincorporación a la vida social. Estos contextos están a cargo de personal de la
salud, operadores terapéuticos, personas que han abandonado el consumo problemático.

Compartimos tramos de la historieta “Darla Vuelta” realizada por personas padecientes de consumos
problemáticos. Material coordinado por el Colectivo La Cantora coordinado por Azucena Racosta en

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el Centro Salud Mental y Centro Sociocomunitario Pueblo de Paz de Lomas de Zamora, provincia de
Buenos Aires.

Historieta “Darla Vuelta”, realizada por personas padecientes de consumos


problemáticos.

A modo de conclusión
Conocer las diferentes clasificaciones de los diferentes centros cerrados nos permite, en primer lugar,
ubicarnos en cada uno de ellos e incorporar de antemano los matices que los diferencian entre sí –
más allá de lo que tienen en común: el encierro y las prácticas compartidas que devienen de lo
oculto–. En segundo lugar, nos da la posibilidad de conocer de antemano quiénes serán nuestros
estudiantes en cada una de las escuelas según la institución donde estén ancladas. Sabremos
entonces si nuestro encuentro será con niños o niñas, adolescentes, jóvenes, jóvenes adultos/tas,
adultos/tas criminalizados/das, o personas con padecimientos mentales o con consumos
problemáticos. Es decir que la información que compartimos aquí nos ubicará en el lugar de trabajo.

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Para ir cerrando
Vale la pena aclarar que la experiencia de realizar nuestra tarea docente en lugares cerrados es
particularísima y personal. Tarea que no recomendamos para todas las personas. Desde nuestra
perspectiva sólo deben tomar esta opción aquellos y aquellas trabajadores de la educación que se
sientan interpelados por la problemática del encierro. Al mismo tiempo que recomendamos que
quienes finalmente decidan tomar el desafío de hacerlo deben gozar de la formación
correspondiente.

Por último, quienes se sientan persuadidos/das por producir un conocimiento significativo con las
personas privadas de libertad en contextos de violencia material y simbólica deben saber que la
formación que reciban no solo debe ser en términos de contenidos, sino que es importante contar
con acompañamiento emocional y psicológico.

En la próxima clase incursionaremos en cómo son los contextos de los que estamos hablando. Cuáles
son las complejidades de una institución educativa dentro de otra, la punitiva. Cuáles son las
tensiones en torno a tal situación dada.

Actividades

ACTIVIDAD EN EL FORO

A partir de la lectura de la clase y del texto de Nieva, Maria F. (2017) “Prisión, Castigo y
Control social.”, les proponemos debatir en el foro sobre los conceptos de Control social,
Poder y fines de la pena.

Prisión, castigo y control social, de María Fernanda Nieva.

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Lecturas sugeridas
Garcia Yomha, D. - Caamaño Iglesias, C. (2006). Manual práctico para defenderse de la cárcel.
(Prólogo de Zaffaroni R.) Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales. Buenos
Aires.

Bibliografía de referencia
Goffman, E. (1961). Internados. Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales. Buenos
Aires: Amorrortu.

Foucault, M. (2004) Vigilar y castigar, Siglo XXI, Buenos Aires, 2004.

Créditos
Autora: Azucena Racosta

Cómo citar este texto:


Racosta, Azucena (2023). Clase Nro.1: ¿A qué llamamos instituciones totales? Los contextos de encierro y su
relación con el ámbito educativo. Complejidades. Prácticas y normativa vigente. Buenos Aires: Ministerio de
Educación de la Nación.

Esta obra está bajo una licencia Creative Commons


Atribución-No Comercial-Compartir Igual 3.0

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Módulo 1: Los contextos de encierro y su relación con el ámbito educativo. Complejidades,
prácticas y normativa vigente

Clase 2: Una institución dentro de otra. Complejidades y


tensiones

Para comenzar

En este segundo encuentro nos proponemos dar cuenta de las complejidades y tensiones que la
relación entre el sistema penitenciario o de control en el encierro y el sistema educativo conlleva. Lo
que debemos conocer es que en estos espacios se trabaja en la incertidumbre y la contradicción
provocadas por un insoslayable conflicto de intereses entre ambas instituciones producidas por las
resistencias al cambio y la oposición de una con la otra, que surge de los intereses afectados. Todo
ello deriva en una casi inexistente articulación y una nula o mediocre comunicación entre las partes.
Así las cosas, podemos proponernos revertir alguna de las situaciones dadas descartando viejas
recetas y diseñando nuevas estrategias que faciliten una relación dialógica con el objetivo de generar
consensos que permitan la participación de los y las sujetos involucrados en la escuela.

Consideramos pertinente en este punto compartirles este video donde Alberto Sarlo nos cuenta su
experiencia personal como educador en contextos de encierro.

Alberto Sarlo - Coordinador de la Editorial Cuenteros, Verseros y Poetas, experiencia educativa


realizada en el pabellón 4 de la Unidad penal N° 24 de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires.

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La escuela y la cárcel, ¿dos fuerzas antagónicas?
Cuando la tarea educativa se desarrolla en contextos de encierro, tanto los docentes como los
alumnos se encuentran enmarcados en una doble institucionalización: la escuela y el contexto de
encierro en el que se encuentran nuestros estudiantes. Este binomio, donde una institución se
encuentra ubicada dentro de otra, implica conjugar el funcionamiento de ambas puesto que cada
una se desarrolla con principios rectores diferentes. Tal situación requiere armonizar prácticas y
marcos normativos entre ambos sistemas.

Mientras que en el caso de la cárcel, éstas pertenecen a la sociología del castigo y la disciplina
impuesta desde la lógica penal, la escuela se orienta al desarrollo integral de los sujetos mediante la
construcción de su autonomía. Valeria Frejtman y Paloma Herrera (2010) llaman la atención sobre
este punto cuando describen a la educación en contextos de encierro como un campo de tensión.

En este sentido, la educación es vista por el sistema penitenciario como un beneficio y no como un
derecho por lo que lo ubica dentro de lo que cuestionablemente se considera parte del tratamiento
de los y las detenidos. Esto les facilita que solo un pequeño porcentaje de la población criminalizada
acceda a la oferta educativa. La institución de control hace oídos sordos a las normativas vigentes y
destruye de un plumazo la autonomía del sistema educativo.

Dicho esto, lo que debemos ratificar es que la educación es un derecho humano


para todas las personas, privadas o no de su libertad. Que quienes entorpecen el
cumplimiento de este derecho, violan no solo normativas locales como la
Constitución Nacional, sino también los tratados internacionales de derechos
humanos a los que adscribe Argentina.

Como dijimos, desarrollamos nuestra tarea docente en una institución del estado (la educativa)
anclada dentro de otra institución del mismo estado (la penal). La educativa depende exclusivamente
de los Ministerios de Educación –provinciales o de la Nación– y no de los de Justicia o Salud como lo

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son las distintas clasificaciones a las que nos hemos referido en la primera clase. Tampoco depende
de los servicios penitenciarios ni policiales. La educación en el encierro goza de autonomía.

Del sistema de control


El abuso de autoridad del personal de los centros de encierro obstaculiza de diferentes maneras
nuestra tarea. Argumentan razones de seguridad para demorar nuestro ingreso, razones de
seguridad para trasladar a los estudiantes desde los pabellones a las aulas, razones de seguridad por
las que suelen intentar requisarnos –corporalmente o, a nuestras pertenencias– lo que es ilegal. Ante
estas situaciones claramente abusivas deberán interceder las autoridades de la escuela frente a la
autoridad penitenciaria. Explicarle cuál es nuestro rol docente, cuáles son las normativas que
amparan nuestra labor y los derechos de los y las estudiantes.

Los contextos de encierro están atravesados por crisis de valores: corrupción, erosión de liderazgos
y violencia institucional. El encierro tiene mucho que esconder por lo que no será fácil que el personal
de custodia (que encarna un importante espíritu de cuerpo) de cualquiera de los dispositivos de
enclaustramiento comprenda el rol educativo. De allí la importancia que se le debe adjudicar a la
formación de los y las docentes que desean realizar su labor en las escuelas intramuros.

El sistema de control debe facilitar el espacio físico, el acceso al personal de la escuela, el traslado de
los y las estudiantes a las aulas, es decir, el tránsito y debe hacerlo con absoluto respeto a los y las
integrantes de la comunidad educativa.

Tensiones

El ingreso del o la docente

Lo que tenemos que saber es que el personal penitenciario no tiene potestad sobre el personal
docente. Ambos son trabajadores del mismo Estado en diferentes instituciones. La primera tensión
la encontramos al ingresar a los centros cerrados donde sufriremos innecesarias demoras. Este es el
primer encuentro con el personal de seguridad que intentará marcar el territorio demorando nuestra
llegada al aula con lo que retrasará el comienzo de nuestra clase. Puede que intenten realizar como

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ya dijimos, una requisa sobre nuestros cuerpos y pertenencias lo que debe ser rechazado de plano.
En todo caso deberá la autoridad penitenciaria habilitar un casillero con su respectiva llave para
guardar nuestras pertenencias (aquellas que no puedan ingresar) y ser los y las docentes escaneados
con dispositivos electrónicos. De no existir estos elementos, en ningún caso se debe admitir la requisa
o la retención de nuestras pertenencias. El personal de seguridad debe facilitar el ingreso de los y las
docentes a la escuela sin provocar ningún tipo de perturbaciones.

Para ello, debemos tener en claro cuáles son las normativas que nos amparan. Cuáles son los
derechos de los y las docentes y de los y las estudiantes. Vale la pena remarcar estas cuestiones
aunque parezcan redundantes, pues son las que se reiteran una y otra vez.

Es importante que el docente no entre en un debate con el personal penitenciario. Ante una situación
conflictiva debe pedir hablar con quien esté a cargo de la unidad de encierro plantearle la situación
sobre la irregularidad, aclararle nuestro rol docente y cuál es la normativa que nos ampara dejando
a su vez por escrito en el libro de ingreso de personas, el intento abusivo. En el caso de que no se
resuelva el problema dado, se le debe informar al superior. El docente debe conocer quién es su
superior en el ámbito educativo y remitirse a él. Otras herramientas para abordar estas situaciones
las trataremos en el módulo 3 de este curso.

Los sentidos y el encierro

Lo nuevo para nosotras/os serán los sonidos propios de todo encierro que nos acompañarán a lo
largo de las horas que transitemos por ellos. Rejas y candados que se abren y se cierran delante y
detrás nuestro. Para llegar a nuestra escuela deberemos atravesar entre cinco y siete de ellas.

Golpear la reja. El golpeteo incesante de la reja por parte de los y las detenidas que están llamando
la atención para ser atendidos/das por diferentes circunstancias: problemas de salud, pedido de
audiencia, reclamo de visita, frío, hambre o falta de luz, o ser trasladados/das a la escuela entre otras
cosas.

Gritos detrás de los muros. Los gritos están incorporados a la cotidianeidad como forma de
comunicación entre pabellones y con el carcelero, celador o enfermero según el caso. El no silencio
es algo permanente que nunca debemos naturalizar.

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El olor de la tumba. Tumba se le llama al encierro en la jerga. Walter -ex detenido- dice que hasta la
basura huele diferente en estos sitios. Y así es. Los olores del encierro son intensos. Olores producidos
por la falta de higiene que provoca la carencia de agua, de elementos de limpieza, de desinfectantes.
Los problemas en los desagües y cloacas. Olores que provienen del hacinamiento. Olores a los que
debemos acostumbrarnos para poder trabajar pero que tampoco debemos naturalizar.

Obviamente estas realidades que acabo describir comprometen el respeto a los derechos humanos
de las personas privadas de libertad, pero, como dijimos, de esto hablaremos en el tercer módulo de
este curso.

Matrícula

La matrícula será confeccionada por personal de la institución educativa, realizando un recorrido por
los pabellones de la Unidad Penal, sea de adultos/tas o de niños o niñas; de usuarios de consumo
problemático o pacientes con padecimientos mentales, ofreciendo los servicios educativos a la
totalidad de las personas encerradas. Si bien este recorrido debe habilitarlo el personal penitenciario,
o los operadores, o celadores, según la institución, en ningún caso debemos dejar esta tarea en sus
manos. Tampoco bajo la responsabilidad de las fuerzas policiales devenidas en custodios en el caso
de las provincias que carecen de fuerzas penitenciarias.

En los hospitales psiquiátricos y comunidades terapéuticas por consumos problemáticos, la matrícula


se realizará conjuntamente con el personal sanitario que se ocupará de disponer quiénes están en
condiciones de incorporarse al aula.

El aula: territorio de disputa

En este punto debemos tener en cuenta que dependemos del personal uniformado pues son ellos
los que deben acompañar desde el pabellón a la escuela a las personas privadas de libertad.

Ya sabemos que todas las personas privadas de libertad tienen derecho a la educación, por lo que no
hay razones de seguridad ni sanciones que puedan impedir el acceso irrestricto a este derecho
humano por antonomasia.

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Los pactos internacionales de derechos humanos, por caso los derechos
económicos, sociales y culturales con jerarquía constitucional en la Argentina, y
otros documentos ratificados como el Protocolo de San Salvador a la Convención
Americana de Derechos Humanos, establecen las obligaciones contraídas por el
Estado argentino en materia del derecho humano a la educación por lo que el
gobierno nacional debe garantizar este derecho en todo su territorio.

En el caso de que alguna alumna o alumno se encuentre sancionado o sancionada, el personal


penitenciario deberá levantar la sanción por las horas de estudio y trasladarlo/la al aula
correspondiente.

El aula es un espacio donde deben converger solamente alumnos, alumnas y docentes sin la
presencia del personal de seguridad lo que permite construir un espacio de libertad en la
comunicación, el intercambio de saberes y la producción de pensamiento crítico.

El espacio institucional dedicado a la educación debe romper con las lógicas penitenciarias. Los y las
alumnas circularán sin esposas y sin custodia en el espacio escolar: aulas, salón de usos múltiples, si
lo hubiera, y baños.

Los traslados

Los traslados de detenidos/das en las unidades penales o en los institutos de niñez y adolescencia
son moneda corriente. Una medida arbitraria y de castigo que el personal penitenciario realiza
frecuentemente y sin la orden judicial correspondiente. Estos movimientos de personas de una
institución a otra impactan fuertemente en la continuidad educativa de los y las estudiantes. Al
mismo tiempo que da por tierra los esfuerzos que el plantel docente realiza con cada alumno y
alumna. La tarea de restitución de quienes han sido trasladados/as es nula. De todos modos, la
recomendación que aquí proponemos es que los directivos de la escuela no cesen en el reclamo de
que su estudiante sea reintegrado a la escuela donde está realizando sus estudios a la brevedad.

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Complejidades
El encierro, en todas sus versiones, no hace más que des-solidarizar la vida social y romper la dignidad
humana. Es por ello que teóricos en la temática lo han caracterizado como instituciones de secuestro
donde las personas alojadas son gestionadas como residuo social (Castel, 1997; Daroqui, 2002). En el
mismo sentido las identifican como instituciones de tortura, puesto que dan cuenta del régimen
disciplinario, las sanciones, el aislamiento, los procedimientos de requisa, los mecanismos de
traslados, las agresiones físicas y las condiciones de vida (en tanto producción de individuos
degradados y de poblaciones sometidas como parte de las estrategias de gobierno penitenciario).

En este sentido, alegamos que sería un enorme error creer que ingresamos a los contextos de
encierro para mejorar la cárcel. La cárcel no tiene remedio. El entramado de la violencia y la
corrupción es de tal envergadura que uno corre el riesgo de quedar entrampado en la telaraña y no
al revés.

Por lo tanto, es importante saber dónde debemos ubicarnos. Trabajamos para la libertad. Nuestro
objetivo son los hombres y mujeres que allí habitan con el objetivo de restituirles una mínima parte
de aquello que el Estado les negó en el mundo libre cuando fueron niños y niñas, cuando
fueron atravesados por la falta de todo, cuando falló el rol de las instituciones preexistentes en sus
vidas. Apenas ingresamos a los lugares de encierro, constatamos rápidamente que estos están
superpoblados, que quienes lo habitan son jóvenes pobres analfabetos o semianalfabetos, que la
piel del encierro es marrón, tienen ojos pardos y gozan de relatos precarios. Lo que media en estos
contextos es la violencia, no la palabra, por lo tanto, si no hay palabra no hay sujeto. Será lo que
debamos construir entablando una relación dialógica que aporte a la recuperación de la palabra de
las personas privadas de libertad. Sobre estas premisas deberíamos trabajar. La prisión no educa o
sí, pero para la criminalidad, no es una instancia superadora, por lo que nuestra tarea cobra una
dimensión humanizante que confronta con la otra que lleva a las y los prisionizados/das a la
reincidencia.

La prisión y sus castigos son la escuela de la violencia social, cumplen el rol de control social de las
clases subalternas, las que devienen peligrosas porque podrían organizarse y luchar por emanciparse
de la dominación del poder real.

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Por lo tanto la educación en contextos de encierro, más allá de sus debilidades, terminan siendo una
herramienta emancipadora para los y las encarceladas en las instituciones totales.

Dar la vuelta

Los contextos de encierro, sin lugar a dudas y más allá de los enunciados en leyes y constituciones,
son instrumentos de castigo para díscolos y demandantes. Los esfuerzos realizados por las
organizaciones sociales y de derechos humanos para el mejoramiento de las condiciones de
detención terminan sistemáticamente en fracaso. El aparato criminalizador es una maquinaria
poderosa y aceitada en la que para intervenir con metas emancipatorias, por caso los educadores,
debemos auscultar delicadamente el sistema hasta encontrar la fisura por la que podemos penetrar
con una tarea que impacte significativamente en la producción de sentido de las personas privadas
de libertad. Pudiera uno pensar que ante el panorama planteado a lo largo de la clase, todo intento
de producción de conocimiento es inútil, pero vale la pena decirles que no lo es para aquellos/as
docentes apasionados/as y comprometidos/as con la posibilidad de construir colectivamente una
sociedad más humana e igualitaria, recuperando para la vida y la comunidad a aquellos/as excluidos
por la desigualdad y la pobreza.

Finalmente
La controversia entre los sistemas de control y educativos no se han resuelto aún, por lo que, tanto
docentes como autoridades educativas tienen que tener en claro cuál es su rol y de quiénes
dependen a la hora de cumplir su tarea para no ser arrasados por un sistema de control viciado de
ilegalidades y violaciones a los derechos humanos de las personas privadas de libertad, como ya lo
hemos marcado.

Es importante entonces revisar, analizar e incorporar aquellos proyectos que nos ayudarán a pensar
nuevas estrategias de intervención, nuevas pedagogías, modos relacionales diferenciados de los
establecidos. Recomendamos incursionar en Radio Babel, la radio realizada por personas con
padecimientos mentales internadas en el hospital Borda; Radio La Cantora, una radio para destrabar

22
los oídos y agilizar la lengua realizada por personas privadas de libertad; Editorial Cuenteros, Verseros
y Poetas con sus talleres de boxeo y filosofía que lleva editados más de 10 libros escritos por
prisioneros del pabellón 4 de la Unidad 24 de Florencio Varela entre otros. Proyectos que han
aplicado una enorme creatividad para realizar sus prácticas y que al mismo tiempo defendieron los
derechos humanos de las personas privadas de libertad. Proyectos que no se han dejado vencer, que
no han sido tragados por el aparato punitivo.

Actividades

Foro de intercambio

Dos experiencias de encierro

Les solicitamos mirar los documentales El Almafuerte y Adiós al manicomio. El primero


de ellos retoma la experiencia de una institución de encierro que alberga adolescentes
con causas penales y el segundo da cuenta de una experiencia desmanicomializadora
en nuestro país. A partir de ello invitamos a intercambiar en el Foro respondiendo a
las siguientes preguntas: ¿qué características identifican de las planteadas en la clase
en relación a estas instituciones totales en las experiencias sugeridas? Y en el caso
especifico de Adiós al manicomio, ¿cuáles son las fortalezas de la experiencia y cuáles
las dificultades?

Adios al Manicomio:

https://www.youtube.com/watch?v=ShLwxnqVJvU (parte 1)

https://www.youtube.com/watch?v=BOn1D59Q1mc (parte 2)

23
El Almafuerte: https://www.youtube.com/watch?v=2Z3lZ4RpH00

Lecturas sugeridas
Blazich, G. (2007). “La educación en contextos de encierro” en Revista Iberoamericana de
Educación, n°44, mayo-agosto. https://rieoei.org/historico/documentos/rie44a03.pdf

Castel, R. (1997). La metamorfosis de la cuestión social. Una Crónica del salario. Buenos Aires,
Argentina:Paidós.https://aulavirtual4.unl.edu.ar/pluginfile.php/7097/mod_resource/content/1/cas
tel-robert-la-metamorfosis-de-la-cuesti%C3%B3n-social.pdf

Castigar y Gobernar. Hacia una sociología de la cárcel. La gobernabilidad penitenciaria bonaerense


Ediciones CPM-GESPyDH. http://gespydhiigg.sociales.uba.ar/wp-
content/uploads/sites/116/2013/08/castigar-Y-GOBERNAR-INTERIOR-FINAL.pdf

Frejtman, V. Y Herrera, P. (2010). Pensar la educación en contextos de encierro. Aproximaciones a


un campo de tensión. Módulo 1. Buenos Aires, Argentina: Ministerio de Educación de la Nación.
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL004348.pdf

Racosta, A. (2022) El vivo sustento del inquisidor. Ed. UFRO y Ed. FPyCS
https://libros.unlp.edu.ar/index.php/unlp/$$$call$$$/submission/cover/cover?submissionId=1900

Zaffaroni, E.R. (1988) capítulo IV En busca de las penas perdidas, Ed.


Ediar. https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2011/10/doctrina31832.pdf

Bibliografía de referencia
Daroqui, A. (Coord. Ed.). (2014). Castigar y gobernar. Hacia una sociología de la cárcel. La
gobernabilidad penitenciaria bonaerense. La Plata, Argentina: Comisión Provincial por la Memoria.
Daroqui, A. (2002). La cárcel del presente, su “sentido” como práctica de secuestro institucional. En

24
Gayol S. y Kessler G. (Comp.), Violencias, Delitos y Justicias en la Argentina. Buenos Aires, Argentina:
Ed. Manantial

Créditos
Autora: Azucena Racosta
Cómo citar este texto:
Racosta, Azucena (2023). Clase Nro.2: Una institución dentro de otra. Complejidades y tensiones. Los
contextos de encierro y su relación con el ámbito educativo. Complejidades. Prácticas y normativa
vigente. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

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Módulo 1: Los contextos de encierro y su relación con el ámbito educativo. Complejidades,
prácticas y normativa vigente

Clase 3: ¿Estudiantes delincuentes o pacientes?


Estudiantes

Para comenzar

Frente a los planteos que venimos realizando en las clases 1 y 2, surge necesariamente una pregunta
en aquellos y aquellas educadores que no conocen a fondo el territorio del que venimos hablando.
¿Quiénes serán nuestras alumnas y alumnos?

Pues bien, en las cárceles nos encontraremos con jóvenes adultos/as de 18 a 21 años, adulta/os
mayores de 21 años; en los centros cerrados o de contención con adolescentes de entre 16 a 18 años
de edad; en los hospitales psiquiátricos con jóvenes y adultos –aunque también los hay de niños niñas
y adolescentes– y en las comunidades terapéuticas por consumos problemáticos con estudiantes de
diversas edades. Pero necesitamos saber más que a qué franja etaria pertenecen, por lo que
intentaremos compartir algunas impresiones que nos ayudarán a construir un proyecto que
necesariamente deberá ser alternativo. De allí la importancia de hacer una caracterización correcta
de la participación de nuestro/as alumnos/as, superando vicios y fallas teórico-metodológicas para
intervenir y modificar las relaciones de fuerza en los contextos de encierro. En definitiva, para
construir un rearme de su identidad y voluntad colectiva. Escuchemos a ellos a ver qué nos dicen:

La cantora Micro 01 Mp3

Para presentar este encuentro les compartimos la palabra de Matías Romano quien se encuentra
detenido hace dieciocho años en cárceles bonaerenses. Estudiante privado de libertad que durante

26
ese largo período de tiempo no resignó su derecho humano a la educación. Como resultado de sus
luchas, obtuvo el título de Licenciado en Sociología en 2022 en la Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional de La Plata.

Matías Romano, estudiante de sociología en contexto de encierro

No somos delincuentes, somos necesitados en apuro. Eso somos (Claudia,


integrante de La Cantora)

En los contextos de encierro habitan los/las pobres. La criminóloga Lola Anillar de Castro (1987)
explica que no se condena el delito, se condena la pobreza como modo de control social de las clases
postergadas. Al ingresar a los reclusorios nos encontraremos con personas de origen humilde
provenientes de barrios sensibles, estigmatizadas, excluidas, analfabetas o semianalfabetas, en
situación de alta vulnerabilidad a quienes se les sumará el deterioro que produce el encierro.

¿Qué relación tienen estos/as sujetos con la educación? Pues bien, escuchemos con voz propia en el
siguiente audio de Radio La Cantora:

27
La cantora Micro 05 Educación Mp3

Los y las destinatarios/as de la educación deben ser para los y las educadores/as sujetos de derecho
y no delincuentes. Ocuparán frente a nosotros/as el lugar que les corresponde, el de alumnos/as, lo
que les deberá abrir la perspectiva que le fuera negada hasta el momento: aquella que les conecte
con su propia fortaleza.

Hombres y mujeres que han vivido bajo el yugo del castigo a lo largo de su existencia por su situación
de pobreza, de miserabilidad, de exclusión. Son los del otro lado del río, los del otro lado o de las vías,
son los/as otros/as. Institucionalizados/as –la más de las veces desde su niñez– en centros abiertos
o cerrados según el caso de cada quien. Un porcentaje muy pequeño proviene de las clases medias.
Son los otros convertidos en enemigo de la sociedad. Locos, faloperos, delincuentes a los que hay que
guardar por las dudas según los criterios de los/as bienportados/as.

Si bien podríamos hallar debilidades específicas, matices que los diferencian en cada caso, las
condiciones materiales de existencia como los vectores de riesgo son muy similares en todos.
Abandono, abuso sexual, explotación infantil, hambre, frío, segregación, violencia material y
simbólica por lo que los relatos que se repiten, las historias de vida que se replican. Vidas en las que
la enorme deuda del Estado, el propio Estado la resuelve convirtiéndolos en materia prima de la
industria de la pobreza y de la seguridad, criminalizándolos, confinándolos. Carne humana como
moneda de cambio. Seres, dice Sigmund Bauman (2005), arrojados a los vertederos humanos.
Vertederos que ya no reciclan sino que exterminan. Sujetos políticos que han sido destruidos por un
proyecto político dice Alcira Daroqui (2021).

Radio Bebel y Radio la Cantora3 MP

28
Sujetos territorios y encierro
Pensar en sujetos territorios y encierro nos remite al desafío que ha jugado la cátedra creada en el
año 2017 por la Universidad de San Martín a partir de su proyecto CUSAM en el complejo
penitenciario de San Martín de la provincia de Buenos Aires. Un proyecto que se propuso crear
nuevos sentidos. Lo fue realizando a ciegas en el encuentro entre docentes, estudiantes presos y
problematizando la relación con el personal penitenciario en la construcción de un espacio que
permitió poner en debate la cuestión de los sujetos, sujetos sobre los cuales hay más preguntas que
respuestas ante la crisis del sujeto que lleva más de cincuenta años en las sociedades
contemporáneas.

Rescatamos la experiencia del CUSAM porque nos propone un desafío. La posibilidad de reproducir
la experiencia en cada una de nuestras aulas, sabiendo que no hay una sola manera de llevar adelante
la práctica educativa. El CUSAM propone entablar una relación reveladora con los/as alumnos/as
prisionizados/das que facilite la posibilidad de pensar nuevos universos de sentido. Experiencia que
también otros equipos han realizado en las diferentes instituciones cerradas, por caso El Brote, Radio
Babel, Radio La Cantora, Editorial Cuenteros Verseros y Poetas. Experiencias audaces, creativas, que
han aportado saberes significativos.

Queremos rescatar en este punto el elemento común que atraviesa a todas las experiencias que
acabamos de citar. Lo que las une es su metodología de intervención. Llegaron a la experiencia sin
un diseño previo, sin fórmulas, sin prejuicios, sin juicios, sin el objetivo de rehabilitar ni resocializar a
ninguna de estas personas. Respetaron lo que cada quien volcaba en el grupo y con esos materiales
fueron armando estrategias que impactaron en la recuperación de una palabra propia al mismo
tiempo que fueron construyendo una la palabra colectiva. Los responsables de estos proyectos
coincidieron en haber respetado los saberes que cada quien traía al momento del encuentro. Es como
abrir la caja de pandora, dijo Pablo, facilitador del colectivo La Cantora, pareciera que al abrirla salen
todos los males del mundo pero dentro de ella queda la esperanza. A partir de esa esperanza
guardada en el interior de las víctimas del sistema penal es que nos encontramos en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, con poetas, filósofos/as; artistas, escritores/as, criminólogos/as, entre otras
disciplinas. Diamantes en bruto prestos para ser tallados, seres que escondían una enorme riqueza

29
que nunca habían podido desarrollar ni dar a conocer. Pese a los traumáticos trayectos a que han
sido y son sometidas, las personas privadas de libertad continúan buscando salidas y desarrollando
estrategias que les permitan la construcción de modos alternativos de participación. Allí cobra
relevancia nuestra tarea.

La Cantora 002

Para que esto suceda, la relación con los/as estudiantes debe sortear la tecnocracia carcelaria en la
medida que quienes la ejercen son funcionarios despojados de todo tipo de ideología política y
especializados –por la experiencia cotidiana y enseñanzas heredadas de funcionarios pasados– en la
administración y gestión del castigo y el control (Bernal 2020).

La cárcel o sus sinónimos dañan para condicionar: invaden al sujeto con sus requerimientos de rol,
que también le son formulados por las otras agencias del sistema y que el enclaustramiento extrema.
Se trata de una continuidad deteriorante llevada a cabo por todas las agencias –incluyendo la
judicial– que implica un verdadero lavado de cerebro, del que incluso forman parte otros
prisionizados/das que interaccionan con el sometimiento al tratamiento criminalizante. Sin embargo,
y pese al impacto negativo del encierro sobre los cuerpos y las psiques de quienes lo habitan, es
posible observar que no en todos los casos el resultado es eficaz como reproductor de clientela. Hay
grados de sensibilidad, requerimientos de rol que dependen de la madurez del sujeto. Si este no
puede distinguir muy nítidamente los límites de su mundo exterior, será rápidamente invadido
(Zaffaroni, 1998).

La maquinaria del encierro los/as detiene en el tiempo y el espacio. Los/as fija en el momento en
que ingresan privándolos no solo de su libertad ambulatoria, sino también de su derecho a crecer,
madurar y formarse por lo que, los/as educadores deberán correrse de los lugares que producen tal

30
estancamiento en el desarrollo de las personas privadas de libertad para abrir una puerta hacia
facilitarles la visualización de un futuro posible dentro y fuera de la institución total.

El ámbito educativo deviene superlativo para las personas encarceladas puesto que termina siendo
su nicho liberador.

En las cárceles se desayuna entre 5:30 y 6, se almuerza entre 9 y 11 y se come entre


14 y 15. Había una comida que se le conocía como pasta bomba, fue la única vez
que comí eso pasta con salchicha y huevo picado, cuando lo comí termine
demostrando que estaba acoplado a la situación, sin estarlo. Uno se acopla o se
acopla. Harold – Colombia (Bernal, 2020).

Desde la mañana nos levantaban a las 3 am, hacían el conteo de la celda, y luego
se recibía el desayuno, yo solo recibía los huevos –cuando daban–. Toda la comida
me producía diarrea, está llena de grasa, es asquerosa, pero cuando tenía hambre
la tenía que comer. En total salíamos dos horas al desayuno, una hora al mediodía
y a la tarde, si nos portábamos bien una hora más. Beatriz- EEUU (Bernal, 2020).

Me impresionó el trato rígido de las policías mujeres (párese derecha, responda,


hable), estábamos en época de dictadura, teníamos algunas reglas; como la
formación a la madrugada, nos contábamos de a una, paradas contra la pared,

31
mirando de costado a la compañera y diciendo el número que nos tocaba. Esto se
hacía siempre con presencia de los miembros de la guardia y del 5 cuerpo del
ejército que iba todas las mañanas a controlar. En la cárcel me decían cuando me
levantaba, cuando me tenía que bañar, cuando comer, decidían todo por mí. Alicia-
Argentina (Bernal, 2020).

En el confinamiento las personas están constantemente coaccionadas. Todo el tiempo les están
diciendo lo que tienen que hacer. Cuándo comer, cuándo dormir, cuándo salir al patio, cuándo y
cuántas horas estarán encerrados en celda propia, cuándo verán a sus familiares, cuándo hablarán
por teléfono, etcétera. Cada una de las acciones dependerá del carcelero. La persona privada de
libertad pierde, en el instante que cruza el muro, la posibilidad de decidir por sí misma, por lo que
dejan de saber cómo comportarse, cómo relacionarse, cómo tomar decisiones, cómo organizarse.
Goffman (1991) postula que las personas padecen –por las condiciones del encierro– de anomia y
desorganización. “Se ven entrampadas en la repetición compulsiva de escenas traumáticas, escenas
en las que el pasado retorna y el futuro queda bloqueado o atrapado en un círculo melancólico y fatal
que se retroalimenta” (La Capra, 2005).

Se pueden mermar mínimamente desde la relación dialógica, la producción de nuevos sentidos, la


construcción de saberes producidos a través del dispositivo que montemos en nuestro espacio
educativo, “los efectos del estigma interno que produce la cárcel en la subjetividad de quienes han
soportado la desgracia de servir como insumo de una maquinaria destinada a degradar humanidades
indecibilidad no regulada”, en términos de La Capra.

Quiénes son los custodios


La controversia entre los sistemas de control y educativos en los contextos de encierro no se han
resuelto, por lo que, tanto docentes como autoridades educativas deben tener en claro cuál es su rol
y de quiénes dependen a la hora de cumplir su tarea para no ser arrasados por un sistema de control,
viciado de ilegalidades y violaciones a los derechos humanos de las personas privadas de libertad,
como ya lo hemos marcado.

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¿Pero quienes cumplen el rol de custodios de las personas privadas de libertad?

Estos trabajadores carceleros/as, enfermeros/as, operadores/as o celadores/as, empleados por las


diversas instituciones de encierro provienen de los mismos sectores que quienes ellos controlan. Son
personas de origen humilde y una muy precaria formación en la mayoría de los casos. Suelen haber
cursado solo la escuela primaria y en los últimos años se les requiere estudios secundarios para el
ingreso. No gozan de formación especializada. Solo quienes cubren los cargos de dirección suelen
tener títulos terciarios o universitarios en el caso de los hospitales.

Sucede que el sistema penal divide en dos a las clases postergadas. Unos serán prisionizados/as,
encerrados/as y otros/as custodios de sus propios hermanos de clase. Tienen en común sus historias
de vida, sus relatos dolientes y las carencias sufridas. Todos/as enredados en el encierro forman la
espiral de violencia que propicia el sistema de la crueldad. Son la mano ejecutora de todo tipo de
violaciones a los derechos humanos. Aunque al comienzo se resistan, la maquinaria los termina
tragando y priorizan el salario a la vida humana. Concluyen naturalizando el sufrimiento que infringen
sobre los cuerpos y mentes de sus custodiados/as. Lo cierto del caso es, que todos/as están
encerrados/as.

Para finalizar
Debemos decir que estas clases son una aproximación al territorio que vamos a abordar. Sería
recomendable entonces, que quienes decidan tomar el compromiso de realizar la tarea educativa en
ellos, no escatimen esfuerzos en prepararse de la mejor manera para realizar la labor educativa. En
primer lugar es recomendable correrse del lugar del juicio y del prejuicio para compartir con los
diferentes actores del espacio que ocupemos las mejores experiencias de enseñanza aprendizaje
que, sin lugar a dudas, si sabemos aprovecharlas, nos nutrirán exponencialmente tanto a
nosotros/tras como a nuestros/as alumnos/as.

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La construcción de identidad(es) por parte de las personas privadas de la libertad
en el marco de la cárcel-depósito se da en el campo de negociación, de conflicto,
en el que los sentidos –entre otras cosas sobre la identidad– se ponen en juego.
En el interior de una institución estallada que, en el período postestatal, funciona
sobre la lógica del galpón, que responde a una práctica dominante que es de la
circulación y que impregna las demás prácticas de manera situacional. Sin
embargo, más allá de las estrategias del Servicio Penitenciario de carácter
deshumanizante y desubjetivante , las personas privadas de su libertad generan
prácticas y discursos emergentes, invenciones –aunque no totalmente alternativ
as– que les permiten operar en situación , lo cual es lo mismo que decir: hacer
algo con la situación. De este modo, dentro de las estrategias institucionales
tenemos, por un lado, la operación deshumanizante y cosificadora del Servicio
Penitenciario hacia los detenidos y, por el otro, las estrategias subjetivantes de
las personas privadas de su libertad que los humanizan y subjetivan. Remarcar
las prácticas y discursos que contribuyen a crear campos de posibilidad para que
las subjetividades se articulen es ofrecer una mirada problematizadora sobre la
situación de las personas privadas de su libertad.

Aranda F., Duarte R. (2008). “La construcción de identidad(es) por parte de las personas
privadas de la libertad en el marco de la cárcel-depósito”. Tesis de grado. Facultad de
Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.

Reiteramos, trabajaremos en espacios en donde nuestras experiencias y las de nuestros


estudiantes/as harán del encuentro un lugar de producción significativa de saberes.

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Actividad

Foro debate

¿Qué experiencia podrían compartir en el caso de estar realizando sus tareas en


contextos de encierro?

¿Qué experiencia pedagógica podrían imaginar si aún no han ingresado a ellos?

Proponemos este debate en el foro como forma de enriquecernos colectivamente.

Como disparador, antes de participar del foro leeremos La educación en contextos de


privación de la libertad: sujetos e instituciones, de Barbara Visnevetsky.

Lectura sugerida
Aranda, F. y Duarte, R. (2008). La construcción de identidad(es) por parte de las personas privadas
de la libertad en el marco de la cárcel-depósito. La Plata: SEDICI. Disponible en:
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/1964

Bibliografía de referencia
Anillar de Castro, L. 1987. Criminología de la Liberación. Ed. Universidad de Zulía. Maracaibo.
Venezuela

Bernal F. (2020) Los costos de la cárcel. Pág. 246/247 y 250/251

Daroqui A lcira, 2021. Aislamiento y encierro. https://www.youtube.com/watch?v=tVaSdGlg3IM

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La Capra, D. (2005). “Escribir la historia, escribir el trauma”. Buenos Aires: Editorial Nueva Visión.

Zaffaroni, Eugenio Raúl. 1998. En busca de las penas perdidas. Buenos Aires. Ed. Ediar.

Las producciones audiovisuales y audios pertenecen al Colectivo de Radio La Cantora. En sus


ediciones participa Radio Babel.

Créditos
Cómo citar este texto:

Autora: Azucena Racosta (2023). Clase Nro. 3: ¿Estudiantes delincuentes o pacientes? Estudiantes.
Los contextos de encierro y su relación con el ámbito educativo. Complejidades. Prácticas y normativa
vigente. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

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Módulo 1: Los contextos de encierro y su relación con el ámbito educativo. Complejidades,
prácticas y normativa vigente

Clase 4: Salvoconductos a la hora de educar a personas


privadas de libertad. Normativas vigentes

Para comenzar
Luego de las complejidades y tensiones que marcamos en las clases anteriores que podrían ahuyentar
a aquellos y aquellas docentes que imaginaron realizar su tarea en los contextos de encierro,
proponemos —para resolver la cuestión— conocer cuáles son las herramientas que nos permiten
realizar un correcto abordaje en estas instituciones superpuestas pero al mismo tiempo autónomas.

Iniciaremos con una clase desarrollada por Priscila González, que desde el formato audiovisual nos
introduce en el tema que venimos tratando: educación en contextos de encierro y las normativas
vigentes. Normativas que devienen en salvoconducto a la hora de desarrollar nuestra labor en las
escuelas insertas al interior de los diferentes encierros. Veamos cómo lo desarrolla Priscila González
puesto que nos resultará de suma utilidad, por su claridad y síntesis:

Priscila González. Educación en contextos diversos.

https://youtu.be/-ragWoQ18Pc

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Qué legislación regula nuestra actividad
Vale la pena tener en claro que ante las múltiples dificultades con las que nos encontramos a la hora
de realizar nuestro trabajo, producto de la omisión de las normativas vigentes por parte del personal
y las autoridades de las instituciones de encierro, una de las obligaciones que tenemos como
docentes ante una manifiesta violación de derechos es acudir en primer lugar a los responsables de
la escuela en la que trabajamos y si ellos no logran resolver internamente el problema se debe
recurrir al Poder Judicial que tiene la potestad de ordenar a los sistemas de control respetar la
Constitución Nacional, as leyes, pactos y convenciones internacionales con rango constitucional, que
otorgan el derecho a la educación a las personas privadas de libertad en estos contextos. También es
recomendable que entre los ministerios de educación y los de seguridad o justicia, según sea el caso
en cada provincia, o en el mismo sistema federal, se firme entre las partes un protocolo de actuación
respetuoso de los instrumentos jurídicos que amparan la actividad educativa.

El derecho a la educación de las personas privadas de libertad en contextos diversos está garantizado
por todos los instrumentos jurídicos mencionados por González en su clase. Instrumentos de los que
desagregaremos los artículos pertinentes a la educación en el encierro.

Esta propuesta que realizamos es a modo de guía rápida y tal vez insuficiente para que cada docente
pueda contar rápidamente con lo que necesita al momento de fortalecer y/o defender el derecho a
la educación.

Tenemos garantías
¿Dónde se encuentra garantizado el derecho humano a la educación de todas las personas
encerradas? Lo primero que debemos tener en cuenta es que las personas privadas de libertad solo
tienen restringida su libertad ambulatoria y que, por lo tanto, deben gozar de todos los derechos de
los que gozamos quienes nos encontramos extramuro. Que esos derechos se incumplan remite a
violaciones de derechos constitucionales y humanos por parte del Estado.

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A modo de guía. Instrumentos Jurídicos

Constitución Nacional

En primer lugar contamos con el artículo 14 de la Constitución Nacional que dice que “todos los
habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su
ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a
las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas
por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de
profesar libremente su culto; de enseñar y aprender”.

No podemos omitir el artículo 18 que determina que “ningún habitante de la Nación puede ser
penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones
especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser
obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad
competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es
inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará
en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan
abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes.
Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos
detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá
de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice”.

Contar los y las docentes con una herramienta como el Artículo 75 inciso 22 de la CN es de una
importancia superlativa para el cumplimiento y defensa de los derechos y garantías de las personas
privadas de libertad, puesto que otorga rango constitucional a los pactos internacionales de derechos
humanos. Este artículo dice sobre declaraciones, convenciones, y pactos complementarios de
derechos y garantías: que los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes. La
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos
Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo
Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención sobre

39
la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la Convención contra la Tortura
y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño;
en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la
primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías
por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los demás
tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso,
requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para
gozar de la jerarquía constitucional. - La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre (Asamblea ONU, 16- 12-1948); - La Declaración Universal de Derechos Humanos (IX
Conferencia Internacional Americana Bogotá, 1948. Decreto Ley 9983/57) - La Convención Americana
sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica, 1969. Ley 23054 ) - El Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Asamblea general de la UN del 16-12-1966. Ley
23.313); - El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo (Asamblea
general de la UN del 16-12-1966. Ley 23.313); - La Convención sobre la Prevención y la Sanción del
Delito de Genocidio (Asamblea general de la UN del 9-12-1948. Ley 6286/56); - La Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (Asamblea general
de la UN del 21-12-1965. Ley 17.722); - La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (Asamblea general de la UN del 18-12-1970. Ley 23.179); - La
Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (Asamblea
general de la UN del 10-12-1984. Ley 23.338); - La Convención sobre los Derechos del Niño (Asamblea
general de la UN del 20-12-1989. Ley 23.849)”.

Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre

De esta normativa tomaremos el artículo XII que es el que determina que es el que “toda persona
tiene derecho a la educación la que debe estar inspirada en los principios de libertad, moralidad y
solidaridad humanas. Asimismo, tiene el derecho de que, mediante esa educación, se le capacite para
lograr una digna subsistencia, en mejoramiento del nivel de vida y para ser útil a la sociedad. El
derecho de educación comprende el de igualdad de oportunidades en todos los casos, de acuerdo

40
con las dotes naturales, los méritos y el deseo de aprovechar los recursos que puedan proporcionar
la comunidad y el Estado. Toda persona tiene derecho a recibir gratuitamente la educación primaria,
por lo menos”.

Ley 26.695

La Ley 26.695 de Educación en Contextos de encierro, es la que modifica el art. 7 de la ley de ejecución
penal. Artículo que no deja de ser controvertido ya que la educación es un derecho humano
inalienable para cualquier ser humano. Consideramos que este debate debe darse en el módulo que
se refiere exclusivamente al respeto de los derechos humanos y no en esta oportunidad por lo que
nos ceñiremos a ofrecerles por una parte los artículos de la ley para que conozcan que regula la
misma y por el otro el texto de Pablo A. Matkovic. Docente de Derecho Penal Parte General de la
Facultad de Derecho, UNLZ, que problematiza dicha reforma. “Ley 26.695, DE EDUCACIÓN EN
CONTEXTO DE ENCIERRO: EDUCACIÓN PARA TODOS: ACIERTOS, PROBLEMÁTICAS Y DESAFÍOS. La
mirada que nos propone Matkovic es un buen puntapié para analizar las contradicciones.

https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2011/10/doctrina31688.pdf

Ley 26.695

Artículo 1º.- Sustitúyase el capítulo VIII, artículos 133 a 142, de la ley 24.660 por el
siguiente:

Artículo 133.- Derecho a la educación. Todas las personas privadas de su libertad


tienen derecho a la educación pública. El Estado nacional, las provincias y la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad indelegable de proveer
prioritariamente a una educación integral, permanente y de calidad para todas las
personas privadas de su libertad en sus jurisdicciones, garantizando la igualdad y
gratuidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las
organizaciones no gubernamentales y de las familias.

41
Los internos deberán tener acceso pleno a la educación en todos sus niveles y
modalidades de conformidad con las leyes 26.206 de Educación Nacional, 26.058
de Educación Técnico-Profesional, 26.150 de Educación Sexual Integral, 24.521 de
Educación Superior y toda otra norma aplicable.

Los fines y objetivos de la política educativa respecto de las personas privadas de


su libertad son idénticos a los fijados para todos los habitantes de la Nación por la
Ley de Educación Nacional. Las finalidades propias de esta ley no pueden
entenderse en el sentido de alterarlos en modo alguno. Todos los internos deben
completar la escolaridad obligatoria fijada en la ley.

Artículo 134.- Deberes. Son deberes de los alumnos estudiar y participar en todas
las actividades formativas y complementarias, respetar la libertad de conciencia,
la dignidad, integridad e intimidad de todos los miembros de la comunidad
educativa, participar y colaborar en la mejora de la convivencia y en la consecución
de un adecuado clima de estudio en la institución, respetando el derecho de sus
compañeros a la educación y las orientaciones de la autoridad, los docentes y los
profesores, respetar el proyecto educativo institucional, las normas de
organización, convivencia y disciplina del establecimiento, asistir a clase
regularmente y con puntualidad y conservar y hacer un buen uso de las
instalaciones, equipamiento y materiales didácticos del establecimiento.

Artículo 135.- Restricciones prohibidas al derecho a la educación. El acceso a la


educación en todos sus niveles y modalidades no admitirá limitación alguna
fundada en motivos discriminatorios, ni en la situación procesal de los internos, el
tipo de establecimiento de detención, la modalidad de encierro, el nivel de
seguridad, el grado de avance en la progresividad del régimen penitenciario, las
calificaciones de conducta o concepto, ni en ninguna otra circunstancia que
implique una restricción injustificada del derecho a la educación.

Artículo 136.- Situaciones especiales. Las necesidades especiales de cualquier


persona o grupo serán atendidas a fin de garantizar el pleno acceso a la educación,

42
tal como establece la Ley de Educación Nacional 26.206. La mujer privada de su
libertad será especialmente asistida durante el embarazo, el parto, y se le
proveerán los medios materiales para la crianza adecuada de su hijo mientras éste
permanezca en el medio carcelario, facilitándose la continuidad y la finalización
de los estudios, tal como lo establece el artículo 58 de la Ley de Educación
Nacional.

Artículo 137.- Notificación al interno. El contenido de este capítulo será puesto en


conocimiento de todas las personas privadas de libertad, en forma fehaciente, al
momento de su ingreso a una institución. Desde el momento mismo del ingreso
se asegurará al interno su derecho a la educación, y se adoptarán las medidas
necesarias para mantener, fomentar y mejorar sus capacidades e instrucción.
Cada vez que un interno ingrese a un establecimiento, las autoridades educativas
y penitenciarias deberán certificar su nivel de instrucción dejando constancia en
el legajo personal y en los registros pertinentes.

En caso de ingresar con algún nivel de escolaridad incompleto, la autoridad


educativa determinará el grado de estudio alcanzado mediante los
procedimientos estipulados para los alumnos del sistema educativo y asegurará la
continuidad de esos estudios desde el último grado alcanzado al momento de
privación de libertad.

Artículo 138.- Acciones de implementación. El Ministerio de Educación acordará y


coordinará todas las acciones, estrategias y mecanismos necesarios para la
adecuada satisfacción de las obligaciones de este capítulo con las autoridades
nacionales y provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con Institutos
de educación superior de gestión estatal y con Universidades Nacionales.

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y sus equivalentes provinciales y de


la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la autoridad penitenciaria, y los organismos
responsables de las instituciones en que se encuentran niños y adolescentes
privados de su libertad, deberán atender las indicaciones de la autoridad

43
educativa y adoptar todas las medidas necesarias para el cumplimiento de lo
establecido en el presente capítulo.

Entre otras acciones, deberán proveer de ámbitos apropiados para la educación,


tanto para los internos como para el personal docente y penitenciario, adoptar las
previsiones presupuestarias y reglamentarias pertinentes, remover todo
obstáculo que limite los derechos de las personas con discapacidad, asegurar la
permanencia de los internos en aquellos establecimientos donde cursan con
regularidad, mantener un adecuado registro de los créditos y logros educativos,
requerir y conservar cualquier antecedente útil a la mejor formación del interno,
garantizar la capacitación permanente del personal penitenciario en las áreas
pertinentes, fomentar la suscripción de convenios de cooperación con
instituciones públicas y privadas, garantizar el acceso a la información y a los
ámbitos educativos de las familias y de las organizaciones e instituciones
vinculadas al tema, fomentar las visitas y todas las actividades que incrementen el
contacto con el mundo exterior, incluyendo el contacto de los internos con
estudiantes, docentes y profesores de otros ámbitos, la facilitación del derecho a
enseñar de aquellos internos con aptitud para ello, y la adopción de toda otra
medida útil a la satisfacción plena e igualitaria del derecho a la educación.

En todo establecimiento funcionará, además, una biblioteca para los internos,


debiendo estimularse su utilización según lo estipula la Ley de Educación Nacional.

Artículo 139.- Documentación y certificados. A los efectos de garantizar la


provisión y la continuidad de los estudios, se documentará en el legajo personal
del interno o procesado los créditos y logros educativos correspondientes
alcanzados de manera total o parcial que, además, se consignarán en la
documentación de la institución educativa correspondiente. En caso de traslado
del interno o procesado, la autoridad educativa deberá ser informada por la
autoridad judicial correspondiente para proceder a tramitar de manera
automática el pase y las equivalencias de acuerdo a la institución educativa y al
plan de estudios que se corresponda con el nuevo destino penitenciario o el

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educacional que se elija al recuperar la libertad. Los certificados de estudios y
diplomas extendidos por la autoridad educacional competente durante la
permanencia del interno en un establecimiento penitenciario, no deberán
contener ninguna indicación que permita advertir esa circunstancia.

Artículo 140.- Estímulo educativo. Los plazos requeridos para el avance a través de
las distintas fases y períodos de la progresividad del sistema penitenciario se
reducirán de acuerdo con las pautas que se fijan en este artículo, respecto de los
internos que completen y aprueben satisfactoriamente total o parcialmente sus
estudios primarios, secundarios, terciarios, universitarios, de posgrado o trayectos
de formación profesional o equivalentes, en consonancia con lo establecido por la
ley 26.206 en su Capítulo XII:

a) un (1) mes por ciclo lectivo anual;

b) dos (2) meses por curso de formación profesional anual o equivalente;

c) dos (2) meses por estudios primarios;

d) tres (3) meses por estudios secundarios;

e) tres (3) meses por estudios de nivel terciario;

f) cuatro (4) meses por estudios universitarios;

g) dos (2) meses por cursos de posgrado.

Estos plazos serán acumulativos hasta un máximo de veinte (20) meses.

Artículo 141.- Control de la gestión educativa de las personas privadas de su


libertad. El Ministerio de Educación y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
y sus equivalentes provinciales deberán establecer, en el marco del Consejo
Federal de Educación, un sistema de información público, confiable, accesible y
actual, sobre la demanda y oferta educativa, los espacios y los programas de
estudio existentes en cada establecimiento y mantener un adecuado registro de

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sus variaciones. Deberá garantizarse el amplio acceso a dicha información a la
Procuración Penitenciaria de la Nación, a organizaciones no gubernamentales
interesadas en el tema, y a abogados, funcionarios competentes, académicos,
familiares de las personas privadas de su libertad, y a toda otra persona con
legítimo interés.

Artículo 142.-Control judicial. Los obstáculos e incumplimientos en el acceso al


derecho a la educación podrán ser remediados por los jueces competentes a
través de la vía del hábeas corpus correctivo, incluso en forma colectiva.
Excepcionalmente, los jueces podrán asegurar la educación a través de un tercero
a cuenta del Estado, o, tratándose de la escolaridad obligatoria, de la continuación
de los estudios en el medio libre.

Artículo 2º.- Disposiciones transitorias. El régimen del artículo 140 será aplicable
a toda persona privada de su libertad, que haya logrado las metas previstas con
anterioridad a su sanción.

El Poder Ejecutivo nacional garantizará la creación de espacios y programas de


estudio para todos los establecimientos donde aún no existiesen, en el plazo
máximo de dos (2) años.

Declaración Universal de Derechos Humanos

Esta declaración, en su artículo 26, dictamina que “toda persona tiene derecho a la educación. La
educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental.
La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos
respectivos”.

Establece que “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la
comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o

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religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento
de la paz”.

Convención Americana sobre Derechos Humanos

Por su parte, esta convención en su Capítulo III establece derechos económicos, sociales y culturales
y en su artículo 26 expresa que …“los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto
a nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica,
para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas
económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organización
de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos
disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados. Y tomamos también el artículo 42 que
establece que “Los Estados partes deben remitir a la Comisión copia de los informes y estudios que
en sus respectivos campos someten anualmente a las Comisiones Ejecutivas del Consejo
Interamericano Económico y Social y del Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, a fin de que aquella vele porque se promuevan los derechos derivados de las normas
económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organización
de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires”.

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

En este pacto es importante tener en cuenta el artículo 13. 2. pues que dispone que “los Estados
Partes en el presente Pacto reconocen que con objeto de lograr el pleno ejercicio de este derecho:

c. la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad
de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva
de la enseñanza gratuita;

e. Se debe proseguir activamente el desarrollo del sistema escolar en todos los ciclos de la enseñanza,
implantar un sistema adecuado de becas, y mejorar continuamente las condiciones materiales del
cuerpo docente.

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Soft law
Soft law son reglas de conducta que en principio no tienen fuerza jurídica vinculante, aunque
produzcan efectos prácticos. Veremos algunas de ellas:

Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad


en las Américas
Tomaremos para nuestra guía el Principio XIII porque es el que propone acciones sobre el derecho a
la educación y a las actividades culturales de las personas privadas de libertad.

Dice que “las personas privadas de libertad tendrán derecho a la educación, la cual será accesible
para todas las personas, sin discriminación alguna, y tomará en cuenta la diversidad cultural y sus
necesidades especiales.

La enseñanza primaria o básica será gratuita para las personas privadas de libertad, en particular,
para los niños y niñas, y para los adultos que no hubieren recibido o terminado el ciclo completo de
instrucción primaria.

Los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos promoverán en los lugares de
privación de libertad, de manera progresiva y según la máxima disponibilidad de sus recursos, la
enseñanza secundaria, técnica, profesional y superior, igualmente accesible para todos, según sus
capacidades y aptitudes.

Los Estados Miembros deberán garantizar que los servicios de educación proporcionados en los
lugares de privación de libertad funcionen en estrecha coordinación e integración con el sistema de
educación pública; y fomentarán la cooperación de la sociedad a través de la participación de las
asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales e instituciones privadas de educación.

Los lugares de privación de libertad dispondrán de bibliotecas, con suficientes libros, periódicos y
revistas educativas, con equipos y tecnología apropiada, según los recursos disponibles.

Las personas privadas de libertad tendrán derecho a participar en actividades culturales, deportivas,
sociales, y a tener oportunidades de esparcimiento sano y constructivo. Los Estados Miembros

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alentarán la participación de la familia, de la comunidad y de las organizaciones no gubernamentales,
en dichas actividades, a fin de promover la reforma, la readaptación social y la rehabilitación de las
personas privadas de libertad.

Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas
Nelson Mandela)

Regla 4

1. Los objetivos de las penas y medidas privativas de libertad son principalmente proteger a la
sociedad contra el delito y reducir la reincidencia. Esos objetivos sólo pueden alcanzarse si se
aprovecha el período de privación de libertad para lograr, en lo posible, la reinserción de los ex
reclusos en la sociedad tras su puesta en libertad, de modo que puedan vivir conforme a la ley y
mantenerse con el producto de su trabajo.

2. Para lograr ese propósito, las administraciones penitenciarias y otras autoridades competentes
deberán ofrecer educación, formación profesional y trabajo, así como otras formas de asistencia,
apropiadas y disponibles, incluidas las de carácter recuperativo, moral, espiritual y social y las
basadas en la salud y el deporte. Todos esos programas, actividades y servicios se ofrecerán en
atención a las necesidades de tratamiento individuales de los reclusos.

Regla 104

Instrucción y recreo

1. Se tomarán disposiciones para fomentar la instrucción de todos los reclusos que se encuentren en
condiciones aptas, incluso la instrucción religiosa en los países en que esto sea posible. La instrucción
de los analfabetos y de los reclusos jóvenes será obligatoria y la administración del establecimiento
penitenciario deberá prestarle particular atención.

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2. En la medida de lo posible, la instrucción de los reclusos deberá coordinarse con el sistema de
educación pública estatal a fin de que, al ser puestos en libertad, los reclusos puedan continuar sin
dificultad su formación.

Principios básicos para el tratamiento de los reclusos

5. Con excepción de las limitaciones que sean evidentemente necesarias por el hecho del
encarcelamiento, todos los reclusos seguirán gozando de los derechos humanos y las libertades
fundamentales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y, cuando el Estado
de que se trate sea parte, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo, así como de los
demás derechos estipulados en otros instrumentos de las Naciones Unidas

6. Todos los reclusos tendrán derecho a participar en actividades culturales y educativas encaminadas
a desarrollar plenamente la personalidad humana.

Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre los Derechos Económicos,


Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador”

Artículo 13

Derecho a la Educación

1. Toda persona tiene derecho a la educación.

2. Los Estados partes en el presente Protocolo convienen en que la educación deberá orientarse hacia
el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad y deberá fortalecer el
respeto por los derechos humanos, el pluralismo ideológico, las libertades fundamentales, la justicia
y la paz. Convienen, asimismo, en que la educación debe capacitar a todas las personas para
participar efectivamente en una sociedad democrática y pluralista, lograr una subsistencia digna,

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favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos
raciales, étnicos o religiosos y promover las actividades en favor del mantenimiento de la paz.

3. Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que, con objeto de lograr el pleno ejercicio
del derecho a la educación:

a. la enseñanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente;

b. la enseñanza secundaria en sus diferentes formas, incluso la enseñanza secundaria


técnica y profesional, debe ser generalizada y hacerse accesible a todos, por cuantos medios
sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita;

c. la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la


capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados y en particular, por la
implantación progresiva de la enseñanza gratuita;

d. se deberá fomentar o intensificar, en la medida de lo posible, la educación básica para


aquellas personas que no hayan recibido o terminado el ciclo completo de instrucción
primaria;

e. Se deberán establecer programas de enseñanza diferenciada para los minusválidos a fin de


proporcionar una especial instrucción y formación a personas con impedimentos físicos o
deficiencias mentales.

4. Conforme con la legislación interna de los Estados partes, los padres tendrán derecho a escoger el
tipo de educación que habrá de darse a sus hijos, siempre que ella se adecue a los principios
enunciados precedentemente.

5. Nada de lo dispuesto en este Protocolo se interpretará como una restricción de la libertad de los
particulares y entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, de acuerdo con la
legislación interna de los Estados partes.

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Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la
Enseñanza 1960

Artículo 1.- 1. A los efectos de la presente Convención, se entiende por “discriminación” toda
distinción, exclusión, limitación o preferencia, fundada en la raza, el color, el sexo, el idioma, la
religión, las opiniones políticas o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición
económica o el nacimiento, que tenga por finalidad o por efecto destruir o alterar la igualdad de trato
en la esfera de la enseñanza y, en especial:

a. Excluir a una persona o a un grupo del acceso a los diversos grados y tipos de enseñanza;
b. Limitar a un nivel inferior la educación de una persona o de un grupo;
c. A reserva de lo previsto en el artículo 2 de la presente Convención, instituir o mantener
sistemas o establecimientos de enseñanza separados para personas o grupos; o
d. Colocar a una persona o a un grupo en una situación incompatible con la dignidad humana.

2. A los efectos de la presente Convención, la palabra “enseñanza” se refiere a la enseñanza en sus


diversos tipos y grados, y comprende el acceso a la enseñanza, el nivel y la calidad de esta y las
condiciones en que se da.

Artículo 4.- Los Estados Partes en la presente Convención se comprometen, además, a formular,
desarrollar y aplicar una política nacional encaminada a promover, por métodos adecuados a las
circunstancias y las prácticas nacionales, la igualdad de posibilidades y de trato en la esfera de la
enseñanza y, en especial, a:

a. Hacer obligatoria y gratuita la enseñanza primaria, generalizar y hacer accesible a todos


la enseñanza secundaria en sus diversas formas; hacer accesible a todos, en condiciones de
igualdad total y según la capacidad de cada uno, la enseñanza superior; velar por el
cumplimiento por todos de la obligación escolar prescrita por la ley;
b. Mantener en todos los establecimientos públicos del mismo grado una enseñanza del
mismo nivel y condiciones equivalentes en cuanto se refiere a la calidad de la enseñanza
proporcionada;

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c. Fomentar e intensificar, por métodos adecuados, la educación de las personas que no
hayan recibido instrucción primaria o que no la hayan recibido en su totalidad, y permitirles
que continúen sus estudios en función de sus aptitudes ;
d. Velar por que, en la preparación para la profesión docente, no existan discriminaciones.

A modo de conclusión.
Nos parece fundamental despedirnos diciéndoles que será el proceso educativo, en el recorrido que
cada quien realice en los contextos de encierro y a medida que se encuentran ante diferentes
problemas, lo que les irá exigiendo poner en juego las normas que puedan ser aplicadas en cada
experiencia con el objetivo de lograr una educación respetuosa de los derechos humanos de las
personas privadas de libertad.

Actividades

Foro Clase 4: Aplicamos la normativa vigente

Luego de la lectura de los materiales compartidos en esta clase les proponemos


que elijan uno los problemas planteados a continuación y que propongan en el
foro cómo lo resolverían.

● Frente a la negativa del personal penitenciario de cumplir con la tarea de


trasladar a nuestros alumnos y alumnas al aula: ¿qué medidas debemos
tomar?
● Frente al traslado de alguno de nuestros alumnos o alumnas de una
unidad penitenciaria a otra provocándole con ello la imposibilidad de
continuar sus estudios: ¿qué acciones debemos realizar?

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● ¿Puede la autoridad de la institución de encierro argumentar razones de
seguridad e imposibilitar así a una persona de cursar sus estudios?
● ¿Hay razones por las que el personal de custodia puede privar a una
persona detenida de gozar plenamente de su derecho a la educación?
● ¿Quiénes pueden gozar del derecho a la educación en las instituciones
totales?

Bibliografía sugerida
Pablo A. Matkovic. Docente de Derecho Penal Parte General.Facultad de Derecho, UNLZ

Ley 26.695, DE EDUCACIÓN EN CONTEXTO DE ENCIERRO: EDUCACIÓN PARA TODOS: ACIERTOS,


PROBLEMÁTICAS Y DESAFÍOS.

https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2011/10/doctrina31688.pdf

Bibliografía de referencia
Constitución Nacional. Argentina. (1994). https://abc.gob.ar/secretarias/sites/default/files/2021-
08/Constitucion%20Nacional.pdf

Convención americana de los derechos y deberes del hombre. Bogotá, Colombia. (1948)

https://www.oas.org/es/cidh/mandato/documentos-basicos/declaracion-americana-derechos-
deberes-hombre.pdf

Convención Americana de Derechos Humanos. San José de Costa Rica. (1.969)

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/derechoshumanos_publicaciones_colecciondebol
sillo_10_convencion_americana_ddhh.pdf

Declaración Universal de Derechos Humanos. Paris. (1948)

54
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/derechoshumanos_publicaciones_colecciondebol
sillo_03_declaracion_universal_ddhh.pdf

Ley Nacional 26695 de Educación en Contextos de encierro. (Boletín Oficial N° 32.222). Argentina.
(2011)

Pacto Internacional de derechos económicos sociales y culturales. Naciones Unidas. (1966)

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/derechoshumanos_publicaciones_colecciondebol
sillo_07_derechos_economicos_sociales_culturales.pdf

Créditos
Autora: Azucena Racosta
Cómo citar este texto:
Racosta, Azucena (2023). Clase Nro.4: Título clase. Salvoconductos a la hora de educar a personas
privadas de libertad. Normativas vigentes. Los contextos de encierro y su relación con el ámbito
educativo. Complejidades. Prácticas y normativa vigente. Buenos Aires: Ministerio de Educación de
la Nación.

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