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Que por medio del presente escrito y con fundamento en lo dispuesto por los
Artículos 103, Fracción I y 107 fracción III de la Constitución Federal, 4, 5 fracción I, 107,
108, 125, 127 y demás relativos a y aplicables a la Ley de Amparo, vengo a solicitar EL
AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, EN CONTRA DE LOS ACTOS, que mas
adelante precisaremos como reclamado proveniente de las autoridades responsables a
que nos referiremos.
1.-En fecha 20 mayo del 2019, fecha en la que me entere de forma completa
de la existencia del Juicio de origen y de los actos que ahora se reclaman, me constituí en
las oficinas del Registro Público de la Propiedad a realizar diversos trámites, fue así que
accedí al sistema de consulta al público mediante unas computadoras que ahí tienen para
el público en general, al efectuar la búsqueda del predio de mi propiedad me sorprendí
que se encontraba adjudicado a favor del tercero interesado “EL INFONAVIT”, es así que
solicite los libros correspondientes del Registro Publico y comprobé lo anterior el inmueble
de mi propiedad extrañamente había sido adjudicado a favor de “EL INFONAVIT”, en el
Juicio Natural 850/2015 del índice de la responsable ordenadora, esto de forma ilegal y
muy seguramente llevando a cabo actos de corrupción ya que la suscrita nunca he sido
llamada a ningún Juicio ni se me emplazo en debida forma, es asi que saque las
fotocopias pertinentes de la escritura Publica Número 618 del libro Vigésimo cuarto de
fecha 10 de Noviembre del 2015, con el INFONAVIT en la Notaria Publica Numero 69 de
este distrito Notarial, la cual contiene Adjudicación Directa del inmueble de mi propiedad
por efectos de resolución Judicial así como La protocolización de los autos del Juicio de
Origen 850/2015.
3.-Asi pues fue que me entere de la existencia del Juicio natural y las diligencias
o constancias que lo conforman:
1.-Garantía de Audiencia
La garantía de audiencia se encuentra establecida en el segundo párrafo del
Artículo 14 constitucional que establece:
De la lectura del segundo párrafo del artículo citado, podemos considerar lo siguiente:
2. Que los bienes tutelados por esta garantía son la vida, la libertad, las
propiedades, las posesiones y los derechos de cualquier individuo
incluido el domicilio.
Concatenándose con los actos que se reclaman de las autoridades responsables que
ocacionan a la suscrita tanto “actos privativos” así como “actos de molestia”,
entendiéndose por el primero, el fin perseguido por el acto, radica en privar del bien
reclamado por la suscrita, con carácter definitivo, en cambio, en el segundo, a privación
no constituye razón la razón de ser un acto, sino una medida de tipo provisional o
accesoria, para lograr un fin diverso, sirve de sustento el criterio siguiente:
El artículo 14 constitucional establece, en su segundo párrafo, que nadie podrá ser privado
de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con
anterioridad al hecho; en tanto, el artículo 16 de ese mismo Ordenamiento Supremo
determina, en su primer párrafo, que nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. Por consiguiente, la
Constitución Federal distingue y regula de manera diferente los actos privativos respecto
de los actos de molestia, pues a los primeros, que son aquellos que producen como efecto
la disminución, menoscabo o supresión definitiva de un derecho del gobernado, los
autoriza solamente a través del cumplimiento de determinados requisitos precisados en el
artículo 14, como son, la existencia de un juicio seguido ante un tribunal previamente
establecido, que cumpla con las formalidades esenciales del procedimiento y en el que se
apliquen las leyes expedidas con anterioridad al hecho juzgado. En cambio, a los actos de
molestia que, pese a constituir afectación a la esfera jurídica del gobernado, no producen
los mismos efectos que los actos privativos, pues sólo restringen de manera provisional o
preventiva un derecho con el objeto de proteger determinados bienes jurídicos, los
autoriza, según lo dispuesto por el artículo 16, siempre y cuando preceda mandamiento
escrito girado por una autoridad con competencia legal para ello, en donde ésta funde y
motive la causa legal del procedimiento. Ahora bien, para dilucidar la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de un acto de autoridad impugnado como privativo, es necesario
precisar si verdaderamente lo es y, por ende, requiere del cumplimiento de las
formalidades establecidas por el primero de aquellos numerales, o si es un acto de
molestia y por ello es suficiente el cumplimiento de los requisitos que el segundo de ellos
exige. Para efectuar esa distinción debe advertirse la finalidad que con el acto se persigue,
esto es, si la privación de un bien material o inmaterial es la finalidad connatural
perseguida por el acto de autoridad, o bien, si por su propia índole tiende sólo a una
restricción provisional.
Así, por acto de molestia se entiende la aplicación normativa que hace una autoridad
con efecto de perturbar o afectar la esfera jurídica de los gobernados, debiendo constar
tales actos por escrito, emanar de una autoridad competente y como uno de los
elementos esenciales debe estar fundado y motivado, en estricto acatamiento al derecho
de legalidad, en tanto el acto privativo es aquel tendiente a privar al gobernado de algún
derecho.
Lo anterior nos lleva a concluir que la audiencia previa a que refiere el segundo
párrafo del articulo 14 de la Carta Magna, se traduce en derecho de seguridad jurídica
para los gobernados, que impone la ineludible obligación de las autoridades paraque de
manera previa al acto de privación cumplan con una serie de formalidades esenciales
necesarias para oír en defensa a los afectados.
En ese tenor, con arreglo a tales imperativos, todo procedimiento o juicio ha de estar
supeditado a que su desarrollo se observen ineludiblemente distintas etapas que
configuran el derecho formal de audiencia en favor de los gobernados, las cuales resultan
ser:
De entre las diversas garantías de seguridad jurídica que contiene el segundo párrafo del
artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, destaca por su
primordial importancia, la de audiencia previa. Este mandamiento superior, cuya esencia se
traduce en una garantía de seguridad jurídica para los gobernados, impone la ineludible
obligación a cargo de las autoridades para que, de manera previa al dictado de un acto de
privación, cumplan con una serie de formalidades esenciales, necesarias para oír en defensa
a los afectados. Dichas formalidades y su observancia, a las que se unen, además, las
relativas a la garantía de legalidad contenida en el texto del primer párrafo del artículo 16
constitucional, se constituyen como elementos fundamentales útiles para demostrar a los
afectados por un acto de autoridad, que la resolución que los agravia no se dicta de un modo
arbitrario y anárquico sino, por el contrario, en estricta observancia del marco jurídico que la
rige. Así, con arreglo en tales imperativos, todo procedimiento o juicio ha de estar supeditado
a que en su desarrollo se observen, ineludiblemente, distintas etapas que configuran la
garantía formal de audiencia en favor de los gobernados, a saber, que el afectado tenga
conocimiento de la iniciación del procedimiento, así como de la cuestión que habrá de ser
objeto de debate y de las consecuencias que se producirán con el resultado de dicho trámite,
que se le otorgue la posibilidad de presentar sus defensas a través de la organización de un
sistema de comprobación tal, que quien sostenga una cosa tenga oportunidad de
demostrarla, y quien estime lo contrario, cuente a su vez con el derecho de acreditar sus
excepciones; que cuando se agote dicha etapa probatoria se le dé oportunidad de formular
las alegaciones correspondientes y, finalmente, que el procedimiento iniciado concluya con
una resolución que decida sobre las cuestiones debatidas, fijando con claridad el tiempo y
forma de ser cumplidas.
Época: Novena Época; Registro: 173030; Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito; Tipo
de Tesis: Jurisprudencia; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo
XXV, Marzo de 2007; Materia(s): Civil; Tesis: VI.2o.C. J/279; Página: 1526
Si bien es cierto que el artículo 1070 del Código de Comercio, dispone que cuando se ignora
el domicilio de la persona que debe ser notificada, la primera notificación se hará publicando
la determinación respectiva, por tres veces consecutivas, en el Periódico Oficial del Estado o
del Distrito Federal en que el comerciante deba ser demandado, también lo es que dicho
precepto debe interpretarse en el sentido de que para que las citaciones por edictos surtan
todos sus efectos, no basta la simple manifestación del actor relativa a que ignora el domicilio
de la persona a quien afecta el acto judicial, sino que ese desconocimiento debe evidenciarse
de las situaciones de hecho en que se encuentren los interesados, quienes están obligados a
hacer las investigaciones tendientes a obtener el conocimiento del domicilio respectivo, en
ausencia de las cuales no es válido practicar el emplazamiento por medio de publicaciones
en la prensa.
Época: Novena Época; Registro: 171765; Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito; Tipo
de Tesis: Jurisprudencia; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo
XXVI, Agosto de 2007; Materia(s): Civil; Tesis: VI.2o.C. J/287; Página: 1304
Este órgano jurisdiccional federal sustentó el criterio que se refleja en la tesis publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, octubre de
2002, página 1372, bajo el rubro: "EMPLAZAMIENTO POR EDICTOS. PARA SU
PROCEDENCIA SÓLO DEBEN SATISFACERSE LOS REQUISITOS PREVIOS QUE
ESTABLECE LA LEY (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).", en la cual estableció
que para ordenar el emplazamiento por edictos no era necesario cumplir más requisitos que
los establecidos por el artículo 117 de la legislación adjetiva civil local y que, por tal motivo, no
había necesidad de ordenar otros trámites previos, como son recabar los informes de
diversas dependencias y corporaciones respecto de la residencia de la parte demandada. Sin
embargo, una nueva reflexión en torno a este tópico, apoyada en la trascendencia del
llamamiento a juicio, cuya violación es la más significativa del procedimiento, porque impide al
demandado realizar la defensa de sus intereses, lleva a considerar que cuando los informes
rendidos por las corporaciones oficiales, verbigracia, la Dirección de Seguridad Pública
Municipal, el Departamento de Trabajo Social del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, o
bien, el Instituto Federal Electoral, no sean suficientes para considerar que se agotaron los
medios para la localización del demandado, esto es, cuando contengan datos imprecisos y no
se efectúen las investigaciones correspondientes, esa información es insuficiente y no da
lugar a ordenar el emplazamiento por edictos, habida cuenta que el desconocimiento del
domicilio debe ser general. Ahora bien, aun cuando no existe un parámetro que permita
calificar la eficacia de los informes rendidos por las distintas corporaciones oficiales, o cómo
se deben realizar al investigar el domicilio de una persona, lo relevante es que el juzgador
está facultado para ello, y es quien tiene el deber de determinar su eficacia, tomando en
cuenta su importancia y trascendencia, que no es otra que la de hacer patente que la
localización de una persona cuyo domicilio se ignora fue infructuosa, debido al
desconocimiento general de su paradero. Ello permitirá al juzgador, en cada caso, ordenar el
emplazamiento por edictos, pues en atención al contenido de cada informe, podrá establecer
la pertinencia de las investigaciones efectuadas y lo fundado de sus conclusiones.
Época: Novena Época; Registro: 181735; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis:
Jurisprudencia; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo XIX, Abril de
2004; Materia(s): Civil; Tesis: 1a./J. 6/2004; Página: 304
Si bien conforme a lo dispuesto en el artículo 117, fracción II, del Código Procesal Civil para
el Estado de Jalisco, procede la notificación por edictos, cuando el actor manifiesta bajo
protesta de decir verdad que se ignora el domicilio de su contraria, previo informe de la
Policía Municipal del domicilio del demandado; el caso es, que aunque de ello no se
desprende en forma expresa la obligación del juzgador de investigar de alguna otra forma el
domicilio de dicho demandado, cuando éste se desconoce, sí podrá, haciendo uso de su
prudente arbitrio, y para mejor proveer ordenar la expedición de oficios a los titulares de
diversas oficinas o dependencias públicas, como lo serían todas aquéllas que dadas sus
funciones, se estime, que cuentan con padrones de registros electrónicos o magnéticos, que
incluyan nombres y domicilios de personas, para así solicitarle en auxilio de la administración
e impartición de justicia, llevar a cabo una búsqueda del domicilio de la persona a la que se
pretende comunicar una actuación judicial en el juicio o diligencia de que se trate. Dicha
búsqueda sería con independencia de la obligación que la propia disposición establece de
recabar un informe de la Policía Municipal del domicilio del demandado, pues los tiempos
actuales, así como el incremento de la población imponen precisamente, la necesidad de
actualizar los mecanismos que tiendan a garantizar la existencia de una administración de
justicia eficaz, acorde con la realidad social. En esas condiciones, cabe precisar, que la
actuación de búsqueda del juzgado se encuentra plenamente justificada, toda vez que no
debe quedar duda de que el domicilio de la persona a notificar es incierto o desconocido,
debido precisamente a que, nadie y en ninguna parte se pudo averiguar sobre él, siendo
inevitable la notificación por edictos, pues la falta de emplazamiento o su verificación en
forma contraria a las disposiciones aplicables, constituye una violación de gran entidad al
transgredirse con ello las formalidades esenciales del procedimiento, lo que impediría el pleno
ejercicio del derecho de defensa del afectado, esto es, de su garantía de audiencia contenida
en el artículo 14 constitucional, siendo que debe darse mayor certeza y seguridad al proceso
relativo. Así es, la gran importancia que tiene en el juicio correspondiente ese acto procesal
denominado "emplazamiento de las partes", es, que se realice de la manera más eficiente, a
fin de que no quede ninguna duda de que se agotaron todas las diligencias previstas en la ley
para cumplir cabalmente con ello, y así obtener plena seguridad jurídica en el desarrollo del
proceso.
Desde este momento, solicito a usted C. Juez con fundamento en los artículos 125,
127, 128, 130, 131, 136 y demás relativos aplicables a la ley de amparo, LA
SUSPENSIÓN PROVISIONAL Y EN SU MOMENTO DEFINITIVA DE LOS ACTOS
RECLAMADOS, con el fin de que las cosas se mantengan en el estado que actualmente
guardan, y por ende no se materialicen o ejecute ningún acto de molestia tendiente a
ejercer actos de forma directa sobre bien inmueble de mi propiedad ubicado CASA
HABITACION MARCADA CON EL NUMERO 113(CIENTO TRECE) DEL CIRCUITO DE
TORREON, DEL FRACCIONAMIENTO “TORREON 2000” DE ESTA CIUDAD, CONSTRUIDA
SOBRE EL LOTE NUMERO 24 (VEITICUATRO), DE LA MANZANA NUMERO 11 (ONCE), EL
CUAL TIENE UNA SUPERFICIE TOTAL DE 105.00 M2 (CIENTO CINCO METROS) CON LAS
SIGUIENTES MEDIDAS Y CON EL LOTE NUMERO 25(VEINTICINCO) ; AL SUROESTE EN
7.00 (SIETE METROS) CON EL CIRCUITO TORREON, AL NOROESTE EN 7.00 (SIETE
METROS) CON EL LOTE NUMERO 13 (TRESCE), Y AL SURESTE EN 15:00 (QUINCE
METROS) CON EL LOTE NUMERO 23 (VEINTITRES); INSCRITA A MI FAVOR CON ESE
ANTECEDENTE _______________________________________, ANTE EL REGISTRO
PUBLICO DE LA PROPIEDAD Y DEL COMERCIO DE TORREON COAHUILA, así como
tendientes a la sentencia de adjudicación o a desposeerme del bien inmueble en
tratamiento.
P R U E B A S.