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EXPEDIENTE No.

14-700526-0894-PA
PROCESO DE FIJACIÓN ALIMENTARIA
PARTE PROMOVENTE: XXX
PARTE DEUDORA ALIMENTARIA: XXXXXXX

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA N. 698-2016.


JUZGADO DE PENSIONES ALIMENTARIAS DE LA UNIÓN DE TRES
RÍOS. A las quince horas del ocho de setiembre de dos mil dieciséis.
PROCESO DE FIJACIÓN DE PENSIÓN ALIMENTARIA, establecido por
XXXXX, pensionado, adulto mayor, documento de identidad número XXXX, contra
XXXX, portador de la cédula de identidad número XXXXX, XXXXXX, portador de la cédula
de identidad número XXXXX y XXXXXX, documento de identidad número XXXX.
RESULTANDO
I- La parte promovente XXXXXX, gestiona el presente proceso con el fin de que se
fije una cuota alimentaria por la suma de setenta mil colones mensuales en contra de sus tres
hijos a razón de veintitrés mil trescientos colones para cada uno (ver escrito de demanda en el
expediente digitalizado).
II- La parte demandada XXXXX, XXXXXX y XXXXX todos de apellidos XXXXXX
por su parte contestaron la presente demanda en forma negativa y se opusieron a las
pretensiones del actor. Alegando para ello que desde que tienen uso de razón sufrieron
maltrato psicológico por parte del actor y que por el esfuerzo de su madre quien se dedicó
siempre a trabajar pudieron salir adelante. Que todos trabajaron en el Beneficio Cooperativa
de Caficultores de la Unión R.L, recolectando café para ayudarse en el colegio, poder comprar
los útiles y además poder ayudar con los gastos de la casa, debido a que los ingresos de su
madre como empleada doméstica y al poco dinero aportado por su padre, dificultaba mucho
poder mantener el hogar y los gastos de cuatro hijos. Que además de esos trabajos ellos
realizaban trabajos informales como corta de césped y limpiezas de lotes. Que el actor siempre
tuvo el vicio del alcohol, su consumo era diario. Que desde que recuerdan el actor fue violento,
incluso agredía a su madre y tuvo que ser denunciado. Que el comportamiento del actor le
provocó incluso un infarto a su madre. Que no existe prueba que permita demostrar los gastos
que alega el demandado. Que el actor indica tener enfermedades pero es atendido en la Caja
Costarricense del Seguro Social. Que el señor XXX recibe una pensión de ciento setenta y siete
mil setecientos dieciocho colones y que si el actor alega que sus gastos son de ciento sesenta
mil colones mensuales se debe concluir que la pensión satisface sus necesidades. Que los
demandados trabajan y ganan salario pero sus ingresos son ajustados para sus necesidades
personales y familiares. Que cuando eran niños el actor los maltrataba, les pegaba, les gritaba
y los echaba de la casa y ellos tenían que dormir donde los vecinos, los amenazaba con
cuchillos y se gasta gran parte del dinero en licor, por lo que el rol de proveedor recayó en la
madre de los demandados (ver escrito de contestación de demanda el cual consta en el
expediente digitalizado).
III- En los procedimientos se han observado las prescripciones de ley y no se han
observado vicios que podrían producir nulidad o indefensión a las partes, y;
CONSIDERANDO
I. HECHOS PROBADOS. De importancia se enlistan los siguientes hechos como
probados: 1) Que las personas demandadas XXXX, XXXXXX y XXXXX todos de
apellidos XXXXX son hijos del actor (ver certificaciones de nacimiento aportadas con la
demanda y que constan en el expediente digitalizado). 2) Que el señor XXXXX incumplió el
deber alimentario para con sus hijos los aquí demandado, además los agredía, amenazaba,
echaba de la casa y los maltrataba durante toda su infancia (ver la demanda y prueba
testimonial de XXXXX y XXXX en el acta de recepción de pruebas de fecha veintidós de
setiembre de dos mil quince). 3) Que el señor XXXXXX siempre fue alcohólico, lo cual le
generaba que agrediera a los aquí demandados e incumpliera las responsabilidades familiares
cuando se dedicaba a consumir licor (ver la demanda y prueba testimonial de XXXXXX y
XXXXXX en el acta de recepción de pruebas de fecha veintidós de setiembre de dos mil
quince). 4) Que el señor XXXXXXXXX recibe una pensión por vejez de la Caja Costarricense
del Seguro Social por la suma de ciento setenta y nueve mil quinientos veinticinco colones con
cincuenta céntimos (ver consulta de actualización de datos realizada al sistema de pensiones
en fecha nueve de setiembre de dos mil dieciséis). 5) Que el señor XXX presenta necesidades
alimentarias por concepto de alimentación, aseo personal, ropa, zapatos, recreación, salud y
pago de pensión a favor de su esposa XXXXXo, todos los cuales ascienden a la suma de ciento
sesenta mil colones mensuales (ver hecho quinto de la demanda y prueba documental
aportada con la demanda).
II. SOBRE LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS A TRAVÉS
DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL: Un estado se convierte en Constitucional y
Democrático de Derecho en tanto y en cuanto se respeten los derechos fundamentales de sus
ciudadanos. Es por ello que la base fundamental que subyace en los derechos humanos es
brindar las condiciones necesarias para la realización del potencial humano. En tal sentido
valga indicar que la persona humana es el origen y el fin de la actividad del Estado, que está
organizado para la consecución de la justicia, la seguridad jurídica y el bien común. Es a partir
de esa premisa que se comienzan a sentar las bases de la importancia de los derechos
humanos en una sociedad democrática. Como regla general, los derechos fundamentales
constituyen límites a la actuación de los poderes públicos y, en algunos casos, de los
particulares, con el correlativo derecho de los individuos de exigir su respeto, protección,
garantía y/o promoción. La mayoría de estos derechos se encuentran establecidos en la
Constitución de Costa Rica y algunos otros en instrumentos de Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, las cuales establecen como fundamento el respeto y reconocimiento de
los derechos de las personas, lo cual es conocido como el principio pro homine. Se vive en una
sociedad dinámica, cambiante, que ha experimentado una pluralidad de sucesos con los
cuales -en diversas épocas- se fueron adoptando diversas maneras de interpretarse qué es el
sistema normativo. Siempre he considerado que si el ciudadano es el origen y el fin de la
actividad del Estado, por lo tanto es loable comprender que el Estado está al servicio del
ciudadano y que ese servicio no debe prestarse como un favor sino como un derecho
fundamental o un servicio de calidad, con una acción de gestión siempre encaminada hacia la
mejor satisfacción de los derechos y la realización del mayor bienestar humano. Lo anterior
tiene relevancia como política pública del Estado, pues constituye el marco de acción máxima
que un Estado como Costa Rica debe desarrollar en materia de derechos sociales, en donde
bajo esa premisa el Estado desarrolla políticas en materia de salud, educación, vivienda entre
otros. Sin embargo cuando los derechos de cualquier tipo son vulnerados es el aparato judicial
quien toma como suya dicha transgresión y debe buscar por todos los medios máximos dentro
del ordenamiento jurídico la consecución de la justicia y el bien común, para ello debe
comprender que la función jurisdiccional no solo se limita a la aplicación de la ley, como una
aplicación jurídico normativa literal, sino que la persona juzgadora deberá en el caso concreto
ser la voz de la ley y adecuar esa voz a las nuevas condiciones que dentro de una sociedad
dinámica y diversa van surgiendo, siempre con el único fin de brindar la mayor garantía de
protección a los derechos vulnerados. Caemos con ello en la necesidad de un acceso a la
justicia rápido y efectivo, que además esté accesible a todos sin discriminaciones de ningún
tipo. La función de la persona Juzgada dentro de un sistema de justicia como él nuestro, va
dirigida siempre a brindar la mayor protección versus la menor afectación de los derechos, lo
cual en doctrina es llamado el principio protector, el cual dirige la labor de la persona
Juzgadora hacia la toma de aquellas decisiones que mejor eficacia y efectividad producen en la
vida de las personas involucras en los procesos judiciales. De todo lo anterior se puede indicar
que la función del Juez ha ido evolucionando, ha pasado de ser pasiva a ser activa; creadora de
nuevas opciones y formas de ver las cosas y ha tenido que darle un nuevo sentido a la Ley en
aquellos casos en los cuales no existe posibilidad de regular ciertas situaciones que se
presentan. Actualmente la base del sistema jurídico familiar se centra precisamente en ese
Juez que además de saber que es la Justicia, busca por todos los medios obtenerla; un Juez
que comprometido con su función comprende que de él depende la verdadera protección de
los derechos humanos familiares, comprendidos como un todo y no en forma aislada. Bien se
ha dicho en doctrina que el límite que tiene el Juez de Familia lo constituye precisamente los
derechos humanos, pues su función siempre está encaminada a la materialización de los
mismos y no implica una función arbitraria o excesiva, pues en esos casos siempre buscará la
justicia del caso concreto y será esa la garantía de la independencia e imparcialidad de su
función.
Tratándose de materia alimentaria la persona juzgadora debe aplicar el juicio de
ponderación muchas veces, a efectos de poder lograr obtener el mayor equilibrio entre los
derechos que se discuten en un proceso alimentario, los cuales muchas veces llevan a tener
que poner en la balanza derechos de las personas que reclaman alimentos y derechos de las
personas que están obligadas a sufragarlos, muchas veces no resulta fácil pues la ley establece
reglas en las cuales trata a todos por igual sin hacer distinción de casos particulares. Y es que
en materia alimentaria las discusiones se vuelven complejas a partir del momento en que se
pasa de lo abstracto y general a lo particular y especifico, es ahí donde el Juez comienza
realmente a desplegar su verdadera función de decisión; porque muchos casos se resuelven
con en mínimo esfuerzo pero otros lo llevarán a tener que repensar el derecho a la luz de ese
caso concreto.
III. EN CUANTO AL DERECHO ALIMENTARIO-CUADRO FÁCTICO DEL
CASO CONCRETO: El derecho alimentario es un derecho humano de primer orden, toda
vez que de él depende la satisfacción de una integridad de derechos humanos, como el acceso
a los alimentos o sustento diario, el acceso a la vivienda digna, el acceso a la educación, el
derecho a la recreación, a la salud, a la vestimenta y calzado, derechos que de acuerdo al
artículo 164 del Código de Familia están constituidos como derechos elementales para el
diario vivir de todo ser humano.
Para el Relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, el
Sr. Jean Ziegler, el derecho a la alimentación es el derecho a tener acceso, de manera regular,
permanente y libre, sea directamente, sea mediante compra en dinero, a una alimentación
cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones
culturales de la población a que pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y
física, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna ( Cf. E/CN.4/2001/53, párr. 14.
http://daccessdds.un.org/doc/UNDOC/GEN/G01/110/ 38/PDF/G0111038.pdf?OpenElement).

El derecho a la alimentación fue reconocido por primera vez a nivel internacional en la


Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. En esta declaración, los
Estados proclamaron que: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le
asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros
casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su
voluntad.” (artículo 25).
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(1966), se indica que los Estados reconocieron varios derechos humanos, económicos,
sociales y culturales, entre ellos el derecho a la alimentación, el derecho a la salud, el derecho
a la educación, el derecho a la vivienda y el derecho al trabajo. En el artículo 11 los Estados se
comprometieron a adoptar las medidas necesarias para hacer posible:“el derecho de toda
persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación (…) y a una
mejora continua de las condiciones de existencia” y “el derecho fundamental a estar
protegida contra el hambre”.
En el continente americano: el Protocolo de San Salvador (1988) completa
la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969. Es el único texto a nivel regional
que reconoce explícitamente el derecho a la alimentación. En su artículo 12, los Estados
americanos reconocen que :
“Toda persona tiene derecho a una alimentación adecuada que le asegure la posibilidad de
alcanzar su pleno desarrollo físico y su pleno florecimiento afectivo e intelectual.” " Ver
http://www.cidh.oas.org/Basicos/frbas4.htm).

Como se puede ver el derecho a la alimentación es un derecho reconocido


internacionalmente como un derecho humano, que debe ser garantizado por el Estado cuando
el individuo no puede satisfacerlo por si mismo, igualmente él Estado debe garantizar que el
derecho alimentario cuando dependa del cumplimiento recíproco entre individuos, sea
efectivo y materializado en la vida de las personas, lo anterior como una derivación de las
responsabilidades familiares. En ese sentido el Estado debe garantizar que quienes están
obligados a brindar la prestación alimentaria sean quienes de acuerdo a la ley tienen esa
responsabilidad y a partir de ahí disponer las medidas necesarias para que ese derecho sea
efectivo y cumpla con el fin propuesto, sea satisfacer las necesidades básicas, elementales y de
primer orden en la vivencia diaria de la persona que los recibe. En tal sentido tenemos que el
artículo 169 del Código de Familia inciso 2 dispone que los hijos deben alimentos a sus
padres, tal derecho deriva del principio de reciprocidad de la obligación alimentaria, él cual
dispone que quien da alimentos también cuenta con la posibilidad de reclamarlos a su
acreedor en caso de que llegase a necesitarlos. Excepcionalmente en el caso del reclamo de
alimentos de un padre a sus hijos, éstos pueden alegar la existencia de alguna causal
excluyente de tal derecho, como lo sería el contenido en el inciso 7 del artículo 173 citado, el
cual dispone que: No existiría obligación de pagar alimentos: "Cuando el demandante haya
incumplido los deberes alimentarios respecto a su demandado, si legalmente debió haber
cumplido con tal obligación". Al respecto dicha causal debe ser alegada en el proceso
alimentario correspondiente y demostrado fehacientemente con los elementos de prueba que
las partes hagan llegar al proceso. Igualmente el inciso 3 de dicho artículo dispone: " En caso
de injuria, falta o daños graves de alimentario contra el alimentante, excepto entre padres e
hijos. Éste inciso ha sido interpretado por la Sala Constitucional en el sentido que incluso
deberá valorarse cada caso concreto y que el juez disponga si procede o no de acuerdo a las
circunstancias la indignidad por daños y faltas entre padres e hijos.
En el presente caso tenemos que Don R se apersona al Despacho e inicia proceso de
cobro alimentario a su favor y en contra de sus hijos XXXX, XXXXX y XXXXXXXX todos de
apellidos XXXXX, para ello alega ser el padre de los demandados e indica que siempre se hizo
cargo de las necesidades de ellos. Que cuando eran menores de edad estudiaban y aunque en
temporadas trabajaban, lo hacían para obtener dinero ellos, pero no porque él como padre no
cumpliese su obligación como padre. Que es una persona adulta mayor de avanzada edad y
debe satisfacer múltiples necesidades. Que por su edad no puede trabajar ya que tiene
diversas enfermedades. Que los demandados trabajan y tienen sus ingresos, además de que
tienen sus propias familias pero sus ingresos les permiten ayudarlo. Que actualmente vive con
su hija XXXXXX y aporta cincuenta mil colones para los gastos de la casa. Que sus gastos
ascienden a la suma de ciento sesenta mil colones mensuales, dentro de los cuales se incluye:
el pago de alimentación, productos de aseo personal, ropa y zapatos, recreación, pago de
pensión a favor de su esposa y salud, los cuales ascienden a la suma de ciento sesenta mil
colones mensuales. Por lo anterior pide se fije una pensión de setenta mil colones mensuales a
razón de veintitrés mil trescientos para cada uno de sus hijos.
Los demandados por su parte contestaron la demanda de alimentos y alegaron cada
uno de ellos sufrió maltratos psicológicos y que por el esfuerzo de su madre que trabajaba
como empleada doméstica fue que lograron salir adelante y solventar las necesidades básicas
y los gastos de escuela y colegio. Que ellos trabajaron en la Cooperativa de Caficultores de la
Unión R.L., recolectando café para recoger dinero y ayudar con los gastos de educación y del
hogar. Que el actor recibe una pensión de la Caja Costarricense del Seguro Social por la suma
de ciento setenta y siete mil setecientos dieciocho colones y que si el actor indica que tiene
gastos por la suma de ciento sesenta mil colones mensuales no existe necesidad de recurrir a
ellos para sufragar sus gastos pues ya los cumple. Que los demandados laboran pero sus
salarios son ajustadas para sufragar sus necesidades y las de su familia. Por otra parte, no es
cierto que cuando los demandados eran niños, el actor cumplió satisfactoriamente su rol de
padre, ya que en esa época, tanto ellos como su madre sufrieron de maltrato psicológico y
físico por parte del actor esto aunado a su vicio con el licor, recuerdan que siempre les gritaba,
los echaba de la casa y ellos dormían con los vecinos, golpeaba múltiples veces a su madre, los
amenazaba con un cuchillo y se gastaba gran parte de su dinero en licor, por lo que el rol de
proveedor recayó en la madre de los demandados quien por medio del dinero que hacia
limpiando casas y con los aportes de los demandados cuando empezaron a trabajar siendo
adolescentes fue que se logró mantener a flote el hogar y solventar en gran medida las
necesidades básicas de la casa.
Por todo lo anterior solicitan que se declare sin lugar en todos sus extremos la
demanda de alimentos.
IV. SOBRE LA INDIGNIDAD DE LA PARTE BENEFICIARIA ALEGADA POR
LOS DEMANDADOS, COMO EXCEPCIÓN PARA NO RECIBIR ALIMENTOS: De
acuerdo a lo anterior se argumentan una serie de hechos de la parte acreedora alimentaria en
contra de la humanidad y dignidad de los deudores alimentarios; y aunque en una falta de
técnica jurídica no se alega la figura que corresponde, el suscrito juez sabe que se habla
específicamente de la figura jurídica de la Indignidad. El inciso 3 del artículo 173 del Código
de Familia indica literalmente: "ARTICULO 173.- No existirá obligación de proporcionar
alimentos: 3.- En caso de injuria, falta o daños graves del alimentario contra el alimentante,
excepto entre padres e hijos." Lo cual en el buen tratar jurídico hace alusión a la figura de la
"Indignidad", según observa el Maestro Diego Benavides al decir "Son como causas de
indignidad, lo mismo que sucede con el inciso 7." la cual para un mayor entender procedemos
a desarrollar por sus definiciones jurídicas. "Incapacidad para suceder de los condenados en
juicio por delito o tentativa de homicidio contra la persona de cuya sucesión se trate o de su
cónyuge o contra sus descendientes o como cómplice del autor directo del hecho y también
para suceder, el heredero mayor de edad que es sabedor de la muerte violenta del autor de
la sucesión y que no la denuncia a los jueces cuando sobre ella no se hubiese procedido de
oficio. // Sanción legal en virtud de la cual queda excluido de la sucesión quien ha incurrido
en determinadas ofensas contra el difunto." (Diccionario Jurídico Consultor Magno. Mabel
Goldstein) Otra que podemos mencionar es "Es una sanción legal en virtud de la cual queda
excluido de la sucesión quien ha incurrido en determinadas ofensas contra el difunto"
(Diccionario Manuel Jurídico Abeledo-Perrot. José Alberto Garrone) Como es evidente estás
dos definiciones hacen referencia de la figura jurídica dentro del Derecho de Sucesiones. Pero
también la encontramos en nuestro derecho civil, y vemos lo que dice al respecto el código de
canon "CAPÍTULO II De la indignidad ARTÍCULO 523.- Son indignos de recibir por sucesión
testamentaria o legítima: 1º.- El que comete alguna ofensa grave contra la persona ú honra
del causante, sus padres, consorte o hijos." Es así como ya podemos ir teniendo una luz sobre
de donde surge en el Derecho de Familia la figura de la "Indignidad" la cual tiene su base en la
moral, dado que no sería justo que alguien se vea obligado a pagar pensión alimentaría a otra
persona que le ha sido ingrata o abiertamente considerable como un "enemigo"; sería injusto
que una persona se viera obligado a pagar pensión alimentaría a alguien que lo difama o lo
trata mal de alguna forma, que le ha sido una persona que le haya producido tristeza o
vergüenza, es de ahí que surge el inciso 3 del artículo 173 del canon, para evitar que se caiga
en esta injusticia es que el Derecho Alimentario se permite la figura aquí desarrollada; pero
ahora tenemos que ver el siguiente punto: ¿A quién le toca demostrar la indignidad?. La
respuesta nos la da con mucha facilidad en el último párrafo del artículo 173 y en el artículo
317 del Código Procesal Civil, que literalmente dicen: "ARTÍCULO 173: (...) Las causales
eximentes de la obligación alimentaria se probarán ante la autoridad que conozca de la
demanda alimentaria. Pero, si en un proceso de divorcio, separación judicial o penal, el juez
resolviere cosa distinta, se estará a lo que se disponga." y el otro destaca "ARTÍCULO 317.-
Carga de la prueba. La carga de la prueba incumbe: 1) A quien formule una pretención,
respecto a las afirmaciones de los hechos constitutivos de su derecho." Es así que la carga de
la prueba de la Indignidad le corresponde a la persona que la alega, se la deudora alimentaria,
sea que es la persona que la está argumentando; y es a la persona que la destaca como su
defensa retórica a la que le corresponde demostrar la Indignidad de la parte beneficiaria
alimentario.
En el presento proceso alimentarios los demandados alegan que el señor RXXXXXX
era una persona alcohólica que los agredía, amenazaba, les gritaba; que en ocasiones los echó
de la casa y les dijo que la iba a quemar por lo que ellos tuvieron que dormir en diversas
ocasiones en casa de vecinos. Además alegan que el señor Ricardo incumplió el deber
alimentario con todos ellos, pues no les ayudaba con sus gastos de educación y del hogar y que
salieron adelante gracias al esfuerzo de su madre quien como empleada doméstica los sacó
adelante. Bajo la anterior inteligencia es claro que los demandados han alegado en el presente
proceso la existencia de la causal de indignidad, contenida tanto en el inciso 3 como el 7 del
artículo 173 del Código de Familia, a saber la injuria, falta o daños graves del beneficiario en
contra de los deudores y en cuanto al incumplimiento del deber alimentario del padre
respecto a sus hijos. Al respecto debemos citar que los demandados trajeron al proceso a los
testigos XXXXX, quien en la audiencia de recepción de pruebas celebrada el veintidós de
setiembre de dos mil quince en lo que interesan declaró que los demandados en vacaciones
iban a coger café y que XXXX hacía rifas para poder ir a estudiar. Que si ellos ocupaban algo
tenían que hacer mandados. Que XXX y XXXXX trabajaba en la cooperativa de café. Que Don
RXXXXXX toma mucho y que siempre que llegaba a la casa tomado hacía muchos escandalos
y los echaba a la casa, cuando XXXXXX estaba recién nacido los echó afuera y tuvieron que
dormir donde una vecina. Que los demandados recibieron maltrato psicológico por parte de él
cuando llegaba a hacer escandalos. Que cuando XXXX tenía ocho años les dijo que les iba a
quemar la casa y ellos tuvieron que irse al cafetal mientras él se dormía. La testigo XXX indica
que RXXXX siempre ha sido alcohólico desde que ella lo conoce. Que desde hace un año no
vive en el barrio porque un día llegó tomado y quería pegarle a doña EXXXX y un nieto llamó
a la policía y se o llevaron. Que Don RXXXX tomaba mucho y por eso Doña EXXXX siempre
tuvo que trabajar. Que ella veía cuando llegaba tomado y llegaba a pegarle a las paredes, ella
pasaba por la calle y los oía, además que una vez llegó tomado y quería pegarle a Doña Exxxx
con una manguera. Por su parte el testigo xxxxxxxx en lo que interesa declaró que tiene
muchos años de conocer a las partes, que Rxxxxxxxx siempre ha tomado pero que el problema
se agravó cuando se fueron a vivir a Yerbabuena, ya que comenzó a tomar más y se alzaba
hasta por varios días y esas tantas eran como cada dos meses y era cuando tenía los problemas
y no iba a trabajar. Que una vez tuvo un altercado con RXXXXXX porque quebró un vidrio de
su casa porque una de ellas estaba ahí y ellos tenían que irse al cafetal, que él siempre decía
que el mandaba en la casa y que quería matar a su esposa e igual a los niños y los echaba a
dormir afuera. Indica la testigo que cuando XXXXXXXXXX no tomaba era una persona
diferente. CXXXX pasaba haciendo rifas y PXXXX se iba a coger café. Cuando RXXXXX no
tomaba iba a trabajar y cumplía con todas las obligaciones del hogar.
De acuerdo a lo anterior es evidente que la versión dado por los demandados con
respecto a la situación de Don RXXXXX cobra gran validez, pues los testigos XXXX y
XXXXXXX, son claros en declarar que Don RXXXXXXXX era una persona violenta que
consumía licor en exceso y como motivo de ellos agredía a los demandados, tanto en forma
verbal como física, que muchas veces los sacó del hogar y ellos tuvieron que irse a dormir
donde algún vecino en el mejor de los casos o irse a esperar al cafetal para que él se durmiera
y poder regresar a la casa. Además los testigos al igual que los demandados concuerdan en
que a raíz de que Don RXXXXXXXX tomaba mucho pasada varios días consumiendo licor,
tiempo en el cual éste no iba a trabajar y se gastaba el dinero del hogar en licor. Situación que
también refleja el grado de agresión que los demandados sufrían a cargo de él. Por otro lado el
consumo de licor generó que Don RXXXXX abandonara el cumplimiento alimentario de sus
hijos y de su grupo familiar, esto ocurría durante el tiempo que él se alzaba de tanda como
indican los mismos testigos.
De todo lo anterior ésta Autoridad no tiene duda de que Don RXXXX tenía un serio
problema de alcoholismo que le generó dos situaciones; la primera agredir y causar daño a sus
hijos y en segundo lugar el incumplimiento alimentario generado respecto a los aquí
demandados en su minoría de edad. Ambas transgresiones de los deberes y la responsabilidad
parental generan claramente la existencia de causales que excluyen la posibilidad de momento
de reclamar alimentos del primero hacia los segundos. Sin embargo en éste caso en particular
existe una situación que ésta Autoridad no puede dejar pasar por alto y es que precisamente a
pesar de que se demostró que don RXXXXX causó faltas y daños a los demandados
alimentarios, lo cual configura la causal número 3 del artículo 173 del Código de Familia y el
incumplimiento alimentario que materializa la causal número 7 del mismo articulado, es la
existencia del alcoholismo por parte de Don RXXXXXX, éste tema llama poderosamente la
atención del suscrito Juez, pues los demandados indican que su padre incumplía el deber
alimentario y los agredía cuando estaba tomado, hecho que fue demostrado por los testigos
XXXXXXXXX y XXXXXXXXX, quienes indican que todos los hechos de violencia y de
incumplimiento de las responsabilidades familiares ocurrían cuando Don RXXXXX se alzaba
de tanda, referencia que usan los testigos para indicar que era cuando estaba tomado y
además rescatan que el resto del tiempo cuando Don RXXXXXX no estaba tomado era una
persona diferente y cumplía con las responsabilidades del hogar. Todo lo anterior hace
concluir que el actor presentaba un comportamiento patológico que lo colocaba en una
situación en la cual se volvía violento y además gastaba el dinero de su familia en licor,
situación que desde el plano personal y familiar ya no la lograba manejar y que le iba
ocasionando cada vez problemas familiares hasta el punto de ser sacado de su hogar.
Entonces cabe cuestionarse la ilicitud de dicho comportamiento y el dolo desplegado para la
realización de los actos aquí señalados de reprochables, pues es evidente que su voluntad, su
comportamiento y su manejo de las acciones era evidentemente alterado por el licor y
disminuida totalmente su capacidad de decisión incluso para poder salir de esa situación.
Ocasionando con ello hasta la necesidad de recibir ayuda por parte de profesionales que le
pudieran dar una mejor orientación y seguimiento, pues era evidente que su familia ante la
existencia de las situaciones de violencia estaba imposibilitada para poder ayudarlo, pues eran
un grupo más que necesitaba ayuda.
Al respecto es necesario indicar que; en términos generales se ha indicado que el
alcoholismo constituye “una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa; con síntomas que
incluyen una fuerte necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas. La
enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo
los más complicados los que se relacionan con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y
el hígado. Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce
tolerancia. Es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las
mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de grandes
dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber. Al suspender la utilización de
alcohol, se desarrollan síntomas como náuseas, temblores y ansiedad. Por otra parte, el
alcohólico pierde el interés por lo que le rodea, lo cual puede ocasionar la pérdida de su
empleo y de su familia.” (http://www.cedro.org.pe/lugar/articulos/alcoholismo.htm).
Asimismo, el Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia lo ha definido como “una
enfermedad que se caracteriza por la dependencia física y el consumo exagerado de alcohol,
provocándole al bebedor problemas físicos, mentales, emocionales, laborales, familiares,
económicos y sociales. El alcoholismo se caracteriza por la necesidad de ingerir sustancias
alcohólicas en forma frecuente, tanto por la pérdida de autocontrol, dependencia física y
síndrome de abstinencia” (http://www.iafa.go.cr/Que%20son%20las%20Drogas/Alcohol.html).
Ahora bien, es indispensable distinguir la embriaguez ocasional, en la cual pasados sus
efectos, el individuo vuelve a su estado normal ; y el alcoholismo agudo, en el cual la persona
realmente es dependiente, adicta, al alcohol. En ese sentido, tal y como se detallará más
adelante, solo en el segundo caso nos encontramos ante el supuesto de alcoholismo-
enfermedad. Los problemas relacionados con el consumo de alcohol y de drogas pueden
originarse por factores personales, familiares o sociales, o por ciertas situaciones en el medio
ambiente laboral, o bien por una combinación de esos elementos.
En él presente caso ésta Autoridad de acuerdo a los elementos de prueba que constan
en el expediente ha logrado demostrar que Don RXXXXXX es una persona que además de ser
adulto mayor, presenta un problema de alcoholismo agudo, que lo coloca incluso en la
actualidad en una condición especial de vulnerabilidad, que pesa a no contar con un criterio
médico en ese sentido, resulta más que evidente que su comportamiento violento e
incumplidor de los deberes familiares era generado por su consumo de licor, hecho que los
demandados y sus testigos son claros en demostrar. Ésta enfermedad fue la que le ocasionó el
incumplimiento alimentario en forma involuntaria para con sus hijos; pues cuando no estaba
tomado no incumplía su deber como padre, tal y como los demandados y los testigos lo
afirman; además provocar daños físicos y psicológicos a los mismos e incluso que lo sacaran
del hogar familiar por violencia doméstica, todo lo anterior refleja un comportamiento
reprochable, sin embargo ese reproche se ve disminuido debido a la situación especial de la
enfermedad que sufrió y que probablemente aún sufra Don Ricardo y respecto de la cual en
un caso como éste se debe tener especial atención, pues no es procedente de buenas a
primeras venir a calificarlo como indigno de recibir el derecho alimentario de sus hijos,
cuando lo correcto es que todas las acusaciones que se le formulan y que fueron demostradas
eran ocasionadas por el alcoholismo que es una enfermedad reconocida por la Organización
Mundial de la Salud. De ahí que las especiales condiciones personales y de salud que presenta
Don RXXXXXX hace que en razón de ello no se le pueda sancionar por algo que estaba fuera
de su control, por una enfermedad que incluso probablemente no recibió ayuda ni
tratamiento. Y ni hablar del momento histórico en el cual pasaron las cosas, momentos en
donde la época era aún machista, en donde los patronos culturales y roles familiares eran
ejercidos con mayor fuerza y respecto de los cuales poco o nada en ese momento se podía
hacer. De ahí que venir a estas alturas y calificar al actor como agresor e irresponsable,
ignorando las circunstancias que lo llevaron a eso, constituye una visión del conflicto muy
limitada. De ahí que se estime que lejos de sancionarlo por ese actuar, es menester
comprender que él necesita ayuda para poder enfrentar el problema de salud que ya tantas
consecuencias negativas le ha generado, no solo a él si no a su familia. Siendo necesaria la
ayuda afectiva y de acompañamiento por parte de sus hijos y con más razón ahora que es una
persona adulta mayor.
Así las cosas se concluye que las causales se indignidad alegadas y demostradas en éste
caso concreto no tienen el suficiente valor para denegar la posibilidad de poder discutir el
derecho alimentario del actor en lo que a cuestiones subjetivas se refiere, como lo son las
necesidades y posibilidades de él y las de los demandados. En en casos como él presente
donde el Juez debe ponderar derechos, poner en la balanza valoraciones integrales de los
conflictos y no limitarse a lo que se muestra a simple vista. Se debe adentrar en las situaciones
familiar y poder siempre en el mejor de los casos decidir con apego a la justicia, la justicia del
caso concreto, valorado como la necesidad de protección del más débil, del más vulnerable y
del que más necesita (Carta Iberoamericana de los derechos de las personas usuarios en el
sistema judicial y cien Reglas de Brasilia, ambas sobre el acceso a la Justicia). Debo aclarar
anticipadamente que lo dicho hasta este momento no prejuzga en nada respecto a la
procedencia de la imposición alimentaria a favor del actor y a cargo de los demandados, si no
que se está definiendo que el reclamo del derecho procede para ser discutido en cuanto a las
necesidades del actor y la posibilidad o no de fijarle una cuota alimentaria a su favor.
V. SOBRE EL PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD:
Sobre los principios de razonabilidad y proporcionalidad ha dicho la Sala Constitucional:
"Sobre el principio constitucional de razonabilidad. El principio de razonabilidad, surge del
llamado "debido proceso substantivo", es decir, que los actos públicos deben contener un
substrato de justicia intrínseca. Cuando de restricción a determinados derechos se trata,
esta regla impone el deber de que dicha limitación se encuentre justificada, por una razón de
peso suficiente para legitimar su contradicción con el principio general de igualdad. // Un
acto limitativo de derechos es razonable cuando cumple con una triple condición: debe ser
necesario, idóneo y proporcional. La necesidad de una medida hace directa referencia a la
existencia de una base fáctica que haga preciso proteger algún bien o conjunto de bienes de
la colectividad - o de un determinado grupo - mediante la adopción de una medida de
diferenciación. Es decir, que si dicha actuación no es realizada, importantes intereses
públicos van a ser lesionados. Si la limitación no es necesaria, tampoco podrá ser
considerada como razonable, y por ende constitucionalmente válida. La idoneidad, por su
parte, importa un juicio referente a si el tipo de restricción a ser adoptado cumple o no con
la finalidad de satisfacer la necesidad detectada. La inidoneidad de la medida nos indicaría
que pueden existir otros mecanismos que en mejor manera solucionen la necesidad
existente, pudiendo algunos de ellos cumplir con la finalidad propuesta sin restringir el
disfrute del derecho en cuestión. Por su parte, la proporcionalidad nos remite a un juicio
de necesaria comparación entre la finalidad perseguida por el acto y el tipo de restricción
que se impone o pretende imponer, de manera que la limitación no sea de entidad
marcadamente superior al beneficio que con ella se pretende obtener en beneficio de la
colectividad. De los dos últimos elementos, podría decirse que el primero se basa en un juicio
cualitativo, en cuanto que el segundo parte de una comparación cuantitativa de los dos
objetos analizados." (Sentencia número 08858-98, de a las dieciséis horas con treinta y tres
minutos del quince de diciembre de mil novecientos noventa y ocho).
EL CASO EN CONCRETO: El artículo 164 del Código de Familia textualmente dice
"Se entiende por alimentos lo que provea sustento, habitación, vestido, asistencia médica,
educación, diversión, transporte y otros, conforme a las posibilidades económicas y el
capital que le pertenezca o posea quien ha de darlos. Se tomarán en cuenta las necesidades y
el nivel de vida acostumbrado por el beneficiario, para su normal desarrollo físico y síquico,
así como sus bienes" ahora bien, resulta claro que en merito de los autos y con la prueba
documental que se aporta que los alegatos de las partes deben ser analizados acorde a los
principios del derecho alimentario y la realidad de las partes.- Por el carácter de público de la
materia que nos ocupa, para determinar si procede o no la fijación de la cuota alimentaria, y el
monto a la que ésta debe ascender; es necesario determinar si existen e identificar las
circunstancias que ameriten la fijación en la cuota que se está solicitando.
El presente proceso tiene como fin, la fijación en la cuota alimentaria que a la fecha
debe regir, por considerar la parte actora que existe la necesidad y que las circunstancias que
le dieron origen requieren ser atendidas, toda vez que en la situación actual los recursos
materiales no son suficientes para cubrir las necesidades que nuestra sociedad impone.-
Manifiesta la parte actora que el monto suficiente para cubrir sus necesidades es la suma de
¢70.000 mensuales, a razón de veintitrés mil trescientos colones a cargo de cada uno de sus
tres hijos y con ello alcanzaría para el diario gasto de un ser humano y para cubrir el resto de
necesidades fundamentales que requiere a una persona de la edad de la persona beneficiaria.
Con respecto al reclamo del actor existen varias cuestiones fácticas importantes que
tomar en cuenta, como lo es él hecho de que Don RXXXXX alega que el tiene gastos
mensuales por la suma de ciento sesenta mil colones; monto que comprende el pago de
alimentos, artículos de aseo personal, ropa, zapatos, recreación, salud e incluso el pago de la
pensión de su esposa EXXXX por la suma de cuarenta y cinco mil colones (de la cual constan
copias certificadas aportadas en fecha veintisiete de mayo de dos mil dieciséis). Es importante
tomar en cuenta que la existencia del la legitimación para reclamar alimentos conforme lo
dispone el artículo 169 del Código de Familia, no prejuzga sobre la procedencia de la
imposición de la cuota alimentaria, pues se debe valorar y demostrar la existencia no solo de
las necesidades alimentarias que conforme el artículo 164 del Código de Familia tenga la
persona beneficiaria, si no además la existencia de imposibilidad de la persona beneficiaria
para satisfacer sus propios alimentos. En tal sentido el artículo 166 del Código de Familia es la
norma que nos permite tener una mejor comprensión de lo que se acaba de explicar, pues
dicho artículo dispone que los alimentos se deben en la proporción que los bienes e ingresos
del alimentario no los satisfaga. Esa norma tiene mucho sentido pues cuando en un caso un
alimentario no tenga ingresos, el alimentante deberá satisfacer todas sus necesidades o
incluso cuando los tenga deberá valorarse si ese ingresos le permiten o no satisfacer sus
propios alimentos; porque en caso de hacerlo no existe justificación alguna para disponer la
imposición de una cuota alimentaria, debido a que no se trata de pedir pensión alimentaria
solo por él hecho de obtener otro ingreso si no para cumplir con el espíritu de la norma, sea
satisfacer los gastos de una persona que no los puede satisfacer.
De acuerdo a lo anterior en el presente caso tenemos que Don RiXXXXXX nos presenta
éste proceso para que se le imponga una cuota alimentaria a su favor y en contra de sus hijos,
pues alega que tiene necesidades por concepto alimentos, aseo personal, recreación, ropa,
calzado, salud y pago de pensión a favor de su esposa, toda las cuales él nos cuantifica en la
suma de ciento sesenta mil colones mensuales. Igualmente tenemos que en la demanda Don
RXXXX indica que recibe una pensión de la Caja Costarricense del Seguro Social pero no
indica el monto de dicho beneficio, sin embargo gracias a la consulta de actualización de datos
que se hizo al sistema de pensión de la Caja Costarricense del Seguro Social y que se incorporó
al proceso en fecha nueve de setiembre de dos mil dieciséis, la cual no se puso en
conocimiento de las partes pues ya esa consulta estaba en el proceso y solo se actualizó, lo cual
a su vez es autorizado por el artículo 377 del Código Procesal Civil y el inciso c del artículo 5 de
la Ley de Certificados, Firmas Digitales y Documentos Electrónicos). De todo lo anterior
se demuestra que si la pensión alimentaria tiene como fin solventar las necesidades
alimentarias de una persona que no tiene recursos para ello o que los tiene en forma
insuficiente, ello hace necesaria la fijación de una cuota; sin embargo cuando no se demuestre
la insatisfacción de las necesidades propias o no se demuestre que los ingresos propios no son
insuficientes, el fin de la pensión como derecho humano deviene en innecesaria e
injustificable y más bien puede constituir una causa de enriquecimiento ilícito por parte de
quien la pide.
En este caso Don RXXXX alega tener gastos de ciento sesenta mil colones mensuales y
además demuestra tener esos gastos solamente, sin embargo no logra acreditar ni justificar el
porque la pensión que recibe del Estado no le es suficiente para las necesidades que presenta.
En ese sentido ésta Autoridad no puede venir a imaginar que los gastos de Don RXXXX son
mayores a lo que él alega, pues era él quien debía demostrarlos y lo hizo pero no más allá de
los indicados en el hecho quinto de la demanda. Es claro que existen necesidades alimentarias
que don RXXXX presenta, pero también lo es que no existe imposibilidad de parte suya para
pode sufragar los gastos que genera mensualmente, pues como se indicó anteriormente de la
pensión que recibe le alcanza hasta para pagar la cuota alimentaria con la cual ayuda incluso a
su esposa la señora EXXX. De ahí que no existe posibilidad en éste proceso de justificar y
fundamentar desde el punto de vista fáctico y luego jurídico la imposición de una cuota
alimentaria a favor del actor, pues no se trata de que la cuota alimentaria venga a mejorar el
estilo de vida de las personas como un anhelo sino como una satisfacción de necesidad ante la
imposibilidad de cumplir con las necesidades elementales para el diario vivir.
Así las cosas él presente proceso alimentario debe ser declarado sin lugar en todos sus
extremos, pues a pesar de que existía el derecho no se configuraron las circunstancias
objetivas para otorgar el monto alimentario a cargo de los demandados. Por ello resulta
innecesario discutir las posibilidades y las necesidades de los demandados como hijos del
actor, toda vez que no se fijó la cuota alimentaria por las razones ya expuestas en éste fallo.
Por considerar la situación especial de adulto mayor y el acceso a la justicia de éste tipo
de población, según lo disponen las Cien Reglas de Brasilia y la Carta Iberoamericana de los
Derechos de las personas usuarias en el sistema judicial, se resuelve éste asunto sin especial
condenatoria en costas.
POR TANTO:
De conformidad con lo expuesto, artículos 164, 166, 169 incisos 1) y 2), 173 inciso 3 y 7
del Código de Familia, se declara SIN LUGAR el presente PROCESO DE FIJACIÓN DE
LA CUOTA DE PENSION ALIMENTARIA, establecido por RXXX contra
XXXXXXXX, XXXXXXX y XXXXXXX todos de apellidos XXXXXX. SOBRE LA
APELACIÓN: En concordancia con el artículo 53 de la Ley de Pensión Alimentaría se hace
saber a las partes que en caso de inconformidad con esta sentencia, la misma puede ser
recurrida para ante el superior, dentro de los tres días hábiles posteriores a su notificación, lo
anterior tomando en consideración que será en efecto Devolutivo lo anterior en concordancia
con el artículo 52 Ibídem y el artículo 569 del Código Procesal Civil, lo cual implica que no
se suspenderá el cumplimiento de la resolución apelada ni el curso del proceso.
En este caso, si se tratare de sentencia definitiva, se enviará el expediente al
superior, pero si fuere solicitado dentro de los tres días posteriores al plazo
para apelar, deberá dejarse testimonio de las piezas indispensablemente
necesarias para ejecutarla. COSTAS: Se resuelve éste asunto sin especial condenatoria
en costas. Nain Isaac Monge Segura. Juez.-

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