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Este documento describe un caso de fijación de pensión alimentaria. Un hombre mayor llamado XXX está demandando a sus tres hijos, XXXX, XXXXX y XXXXX, para que cada uno pague una pensión alimentaria de 23,333 colones mensuales. Los hijos se oponen alegando maltrato por parte de su padre durante su infancia y que su madre fue la proveedora principal. El juez determina que el padre incumplió con su deber alimentario y maltrató a sus hijos, pero que ahora recibe una pensión mensual de 179,525 colones
Este documento describe un caso de fijación de pensión alimentaria. Un hombre mayor llamado XXX está demandando a sus tres hijos, XXXX, XXXXX y XXXXX, para que cada uno pague una pensión alimentaria de 23,333 colones mensuales. Los hijos se oponen alegando maltrato por parte de su padre durante su infancia y que su madre fue la proveedora principal. El juez determina que el padre incumplió con su deber alimentario y maltrató a sus hijos, pero que ahora recibe una pensión mensual de 179,525 colones
Este documento describe un caso de fijación de pensión alimentaria. Un hombre mayor llamado XXX está demandando a sus tres hijos, XXXX, XXXXX y XXXXX, para que cada uno pague una pensión alimentaria de 23,333 colones mensuales. Los hijos se oponen alegando maltrato por parte de su padre durante su infancia y que su madre fue la proveedora principal. El juez determina que el padre incumplió con su deber alimentario y maltrató a sus hijos, pero que ahora recibe una pensión mensual de 179,525 colones
14-700526-0894-PA PROCESO DE FIJACIÓN ALIMENTARIA PARTE PROMOVENTE: XXX PARTE DEUDORA ALIMENTARIA: XXXXXXX
SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA N. 698-2016.
JUZGADO DE PENSIONES ALIMENTARIAS DE LA UNIÓN DE TRES RÍOS. A las quince horas del ocho de setiembre de dos mil dieciséis. PROCESO DE FIJACIÓN DE PENSIÓN ALIMENTARIA, establecido por XXXXX, pensionado, adulto mayor, documento de identidad número XXXX, contra XXXX, portador de la cédula de identidad número XXXXX, XXXXXX, portador de la cédula de identidad número XXXXX y XXXXXX, documento de identidad número XXXX. RESULTANDO I- La parte promovente XXXXXX, gestiona el presente proceso con el fin de que se fije una cuota alimentaria por la suma de setenta mil colones mensuales en contra de sus tres hijos a razón de veintitrés mil trescientos colones para cada uno (ver escrito de demanda en el expediente digitalizado). II- La parte demandada XXXXX, XXXXXX y XXXXX todos de apellidos XXXXXX por su parte contestaron la presente demanda en forma negativa y se opusieron a las pretensiones del actor. Alegando para ello que desde que tienen uso de razón sufrieron maltrato psicológico por parte del actor y que por el esfuerzo de su madre quien se dedicó siempre a trabajar pudieron salir adelante. Que todos trabajaron en el Beneficio Cooperativa de Caficultores de la Unión R.L, recolectando café para ayudarse en el colegio, poder comprar los útiles y además poder ayudar con los gastos de la casa, debido a que los ingresos de su madre como empleada doméstica y al poco dinero aportado por su padre, dificultaba mucho poder mantener el hogar y los gastos de cuatro hijos. Que además de esos trabajos ellos realizaban trabajos informales como corta de césped y limpiezas de lotes. Que el actor siempre tuvo el vicio del alcohol, su consumo era diario. Que desde que recuerdan el actor fue violento, incluso agredía a su madre y tuvo que ser denunciado. Que el comportamiento del actor le provocó incluso un infarto a su madre. Que no existe prueba que permita demostrar los gastos que alega el demandado. Que el actor indica tener enfermedades pero es atendido en la Caja Costarricense del Seguro Social. Que el señor XXX recibe una pensión de ciento setenta y siete mil setecientos dieciocho colones y que si el actor alega que sus gastos son de ciento sesenta mil colones mensuales se debe concluir que la pensión satisface sus necesidades. Que los demandados trabajan y ganan salario pero sus ingresos son ajustados para sus necesidades personales y familiares. Que cuando eran niños el actor los maltrataba, les pegaba, les gritaba y los echaba de la casa y ellos tenían que dormir donde los vecinos, los amenazaba con cuchillos y se gasta gran parte del dinero en licor, por lo que el rol de proveedor recayó en la madre de los demandados (ver escrito de contestación de demanda el cual consta en el expediente digitalizado). III- En los procedimientos se han observado las prescripciones de ley y no se han observado vicios que podrían producir nulidad o indefensión a las partes, y; CONSIDERANDO I. HECHOS PROBADOS. De importancia se enlistan los siguientes hechos como probados: 1) Que las personas demandadas XXXX, XXXXXX y XXXXX todos de apellidos XXXXX son hijos del actor (ver certificaciones de nacimiento aportadas con la demanda y que constan en el expediente digitalizado). 2) Que el señor XXXXX incumplió el deber alimentario para con sus hijos los aquí demandado, además los agredía, amenazaba, echaba de la casa y los maltrataba durante toda su infancia (ver la demanda y prueba testimonial de XXXXX y XXXX en el acta de recepción de pruebas de fecha veintidós de setiembre de dos mil quince). 3) Que el señor XXXXXX siempre fue alcohólico, lo cual le generaba que agrediera a los aquí demandados e incumpliera las responsabilidades familiares cuando se dedicaba a consumir licor (ver la demanda y prueba testimonial de XXXXXX y XXXXXX en el acta de recepción de pruebas de fecha veintidós de setiembre de dos mil quince). 4) Que el señor XXXXXXXXX recibe una pensión por vejez de la Caja Costarricense del Seguro Social por la suma de ciento setenta y nueve mil quinientos veinticinco colones con cincuenta céntimos (ver consulta de actualización de datos realizada al sistema de pensiones en fecha nueve de setiembre de dos mil dieciséis). 5) Que el señor XXX presenta necesidades alimentarias por concepto de alimentación, aseo personal, ropa, zapatos, recreación, salud y pago de pensión a favor de su esposa XXXXXo, todos los cuales ascienden a la suma de ciento sesenta mil colones mensuales (ver hecho quinto de la demanda y prueba documental aportada con la demanda). II. SOBRE LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS A TRAVÉS DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL: Un estado se convierte en Constitucional y Democrático de Derecho en tanto y en cuanto se respeten los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Es por ello que la base fundamental que subyace en los derechos humanos es brindar las condiciones necesarias para la realización del potencial humano. En tal sentido valga indicar que la persona humana es el origen y el fin de la actividad del Estado, que está organizado para la consecución de la justicia, la seguridad jurídica y el bien común. Es a partir de esa premisa que se comienzan a sentar las bases de la importancia de los derechos humanos en una sociedad democrática. Como regla general, los derechos fundamentales constituyen límites a la actuación de los poderes públicos y, en algunos casos, de los particulares, con el correlativo derecho de los individuos de exigir su respeto, protección, garantía y/o promoción. La mayoría de estos derechos se encuentran establecidos en la Constitución de Costa Rica y algunos otros en instrumentos de Derecho Internacional de los Derechos Humanos, las cuales establecen como fundamento el respeto y reconocimiento de los derechos de las personas, lo cual es conocido como el principio pro homine. Se vive en una sociedad dinámica, cambiante, que ha experimentado una pluralidad de sucesos con los cuales -en diversas épocas- se fueron adoptando diversas maneras de interpretarse qué es el sistema normativo. Siempre he considerado que si el ciudadano es el origen y el fin de la actividad del Estado, por lo tanto es loable comprender que el Estado está al servicio del ciudadano y que ese servicio no debe prestarse como un favor sino como un derecho fundamental o un servicio de calidad, con una acción de gestión siempre encaminada hacia la mejor satisfacción de los derechos y la realización del mayor bienestar humano. Lo anterior tiene relevancia como política pública del Estado, pues constituye el marco de acción máxima que un Estado como Costa Rica debe desarrollar en materia de derechos sociales, en donde bajo esa premisa el Estado desarrolla políticas en materia de salud, educación, vivienda entre otros. Sin embargo cuando los derechos de cualquier tipo son vulnerados es el aparato judicial quien toma como suya dicha transgresión y debe buscar por todos los medios máximos dentro del ordenamiento jurídico la consecución de la justicia y el bien común, para ello debe comprender que la función jurisdiccional no solo se limita a la aplicación de la ley, como una aplicación jurídico normativa literal, sino que la persona juzgadora deberá en el caso concreto ser la voz de la ley y adecuar esa voz a las nuevas condiciones que dentro de una sociedad dinámica y diversa van surgiendo, siempre con el único fin de brindar la mayor garantía de protección a los derechos vulnerados. Caemos con ello en la necesidad de un acceso a la justicia rápido y efectivo, que además esté accesible a todos sin discriminaciones de ningún tipo. La función de la persona Juzgada dentro de un sistema de justicia como él nuestro, va dirigida siempre a brindar la mayor protección versus la menor afectación de los derechos, lo cual en doctrina es llamado el principio protector, el cual dirige la labor de la persona Juzgadora hacia la toma de aquellas decisiones que mejor eficacia y efectividad producen en la vida de las personas involucras en los procesos judiciales. De todo lo anterior se puede indicar que la función del Juez ha ido evolucionando, ha pasado de ser pasiva a ser activa; creadora de nuevas opciones y formas de ver las cosas y ha tenido que darle un nuevo sentido a la Ley en aquellos casos en los cuales no existe posibilidad de regular ciertas situaciones que se presentan. Actualmente la base del sistema jurídico familiar se centra precisamente en ese Juez que además de saber que es la Justicia, busca por todos los medios obtenerla; un Juez que comprometido con su función comprende que de él depende la verdadera protección de los derechos humanos familiares, comprendidos como un todo y no en forma aislada. Bien se ha dicho en doctrina que el límite que tiene el Juez de Familia lo constituye precisamente los derechos humanos, pues su función siempre está encaminada a la materialización de los mismos y no implica una función arbitraria o excesiva, pues en esos casos siempre buscará la justicia del caso concreto y será esa la garantía de la independencia e imparcialidad de su función. Tratándose de materia alimentaria la persona juzgadora debe aplicar el juicio de ponderación muchas veces, a efectos de poder lograr obtener el mayor equilibrio entre los derechos que se discuten en un proceso alimentario, los cuales muchas veces llevan a tener que poner en la balanza derechos de las personas que reclaman alimentos y derechos de las personas que están obligadas a sufragarlos, muchas veces no resulta fácil pues la ley establece reglas en las cuales trata a todos por igual sin hacer distinción de casos particulares. Y es que en materia alimentaria las discusiones se vuelven complejas a partir del momento en que se pasa de lo abstracto y general a lo particular y especifico, es ahí donde el Juez comienza realmente a desplegar su verdadera función de decisión; porque muchos casos se resuelven con en mínimo esfuerzo pero otros lo llevarán a tener que repensar el derecho a la luz de ese caso concreto. III. EN CUANTO AL DERECHO ALIMENTARIO-CUADRO FÁCTICO DEL CASO CONCRETO: El derecho alimentario es un derecho humano de primer orden, toda vez que de él depende la satisfacción de una integridad de derechos humanos, como el acceso a los alimentos o sustento diario, el acceso a la vivienda digna, el acceso a la educación, el derecho a la recreación, a la salud, a la vestimenta y calzado, derechos que de acuerdo al artículo 164 del Código de Familia están constituidos como derechos elementales para el diario vivir de todo ser humano. Para el Relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, el Sr. Jean Ziegler, el derecho a la alimentación es el derecho a tener acceso, de manera regular, permanente y libre, sea directamente, sea mediante compra en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a que pertenece el consumidor y que garantice una vida psíquica y física, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna ( Cf. E/CN.4/2001/53, párr. 14. http://daccessdds.un.org/doc/UNDOC/GEN/G01/110/ 38/PDF/G0111038.pdf?OpenElement).
El derecho a la alimentación fue reconocido por primera vez a nivel internacional en la
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. En esta declaración, los Estados proclamaron que: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.” (artículo 25). El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966), se indica que los Estados reconocieron varios derechos humanos, económicos, sociales y culturales, entre ellos el derecho a la alimentación, el derecho a la salud, el derecho a la educación, el derecho a la vivienda y el derecho al trabajo. En el artículo 11 los Estados se comprometieron a adoptar las medidas necesarias para hacer posible:“el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación (…) y a una mejora continua de las condiciones de existencia” y “el derecho fundamental a estar protegida contra el hambre”. En el continente americano: el Protocolo de San Salvador (1988) completa la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969. Es el único texto a nivel regional que reconoce explícitamente el derecho a la alimentación. En su artículo 12, los Estados americanos reconocen que : “Toda persona tiene derecho a una alimentación adecuada que le asegure la posibilidad de alcanzar su pleno desarrollo físico y su pleno florecimiento afectivo e intelectual.” " Ver http://www.cidh.oas.org/Basicos/frbas4.htm).
Como se puede ver el derecho a la alimentación es un derecho reconocido
internacionalmente como un derecho humano, que debe ser garantizado por el Estado cuando el individuo no puede satisfacerlo por si mismo, igualmente él Estado debe garantizar que el derecho alimentario cuando dependa del cumplimiento recíproco entre individuos, sea efectivo y materializado en la vida de las personas, lo anterior como una derivación de las responsabilidades familiares. En ese sentido el Estado debe garantizar que quienes están obligados a brindar la prestación alimentaria sean quienes de acuerdo a la ley tienen esa responsabilidad y a partir de ahí disponer las medidas necesarias para que ese derecho sea efectivo y cumpla con el fin propuesto, sea satisfacer las necesidades básicas, elementales y de primer orden en la vivencia diaria de la persona que los recibe. En tal sentido tenemos que el artículo 169 del Código de Familia inciso 2 dispone que los hijos deben alimentos a sus padres, tal derecho deriva del principio de reciprocidad de la obligación alimentaria, él cual dispone que quien da alimentos también cuenta con la posibilidad de reclamarlos a su acreedor en caso de que llegase a necesitarlos. Excepcionalmente en el caso del reclamo de alimentos de un padre a sus hijos, éstos pueden alegar la existencia de alguna causal excluyente de tal derecho, como lo sería el contenido en el inciso 7 del artículo 173 citado, el cual dispone que: No existiría obligación de pagar alimentos: "Cuando el demandante haya incumplido los deberes alimentarios respecto a su demandado, si legalmente debió haber cumplido con tal obligación". Al respecto dicha causal debe ser alegada en el proceso alimentario correspondiente y demostrado fehacientemente con los elementos de prueba que las partes hagan llegar al proceso. Igualmente el inciso 3 de dicho artículo dispone: " En caso de injuria, falta o daños graves de alimentario contra el alimentante, excepto entre padres e hijos. Éste inciso ha sido interpretado por la Sala Constitucional en el sentido que incluso deberá valorarse cada caso concreto y que el juez disponga si procede o no de acuerdo a las circunstancias la indignidad por daños y faltas entre padres e hijos. En el presente caso tenemos que Don R se apersona al Despacho e inicia proceso de cobro alimentario a su favor y en contra de sus hijos XXXX, XXXXX y XXXXXXXX todos de apellidos XXXXX, para ello alega ser el padre de los demandados e indica que siempre se hizo cargo de las necesidades de ellos. Que cuando eran menores de edad estudiaban y aunque en temporadas trabajaban, lo hacían para obtener dinero ellos, pero no porque él como padre no cumpliese su obligación como padre. Que es una persona adulta mayor de avanzada edad y debe satisfacer múltiples necesidades. Que por su edad no puede trabajar ya que tiene diversas enfermedades. Que los demandados trabajan y tienen sus ingresos, además de que tienen sus propias familias pero sus ingresos les permiten ayudarlo. Que actualmente vive con su hija XXXXXX y aporta cincuenta mil colones para los gastos de la casa. Que sus gastos ascienden a la suma de ciento sesenta mil colones mensuales, dentro de los cuales se incluye: el pago de alimentación, productos de aseo personal, ropa y zapatos, recreación, pago de pensión a favor de su esposa y salud, los cuales ascienden a la suma de ciento sesenta mil colones mensuales. Por lo anterior pide se fije una pensión de setenta mil colones mensuales a razón de veintitrés mil trescientos para cada uno de sus hijos. Los demandados por su parte contestaron la demanda de alimentos y alegaron cada uno de ellos sufrió maltratos psicológicos y que por el esfuerzo de su madre que trabajaba como empleada doméstica fue que lograron salir adelante y solventar las necesidades básicas y los gastos de escuela y colegio. Que ellos trabajaron en la Cooperativa de Caficultores de la Unión R.L., recolectando café para recoger dinero y ayudar con los gastos de educación y del hogar. Que el actor recibe una pensión de la Caja Costarricense del Seguro Social por la suma de ciento setenta y siete mil setecientos dieciocho colones y que si el actor indica que tiene gastos por la suma de ciento sesenta mil colones mensuales no existe necesidad de recurrir a ellos para sufragar sus gastos pues ya los cumple. Que los demandados laboran pero sus salarios son ajustadas para sufragar sus necesidades y las de su familia. Por otra parte, no es cierto que cuando los demandados eran niños, el actor cumplió satisfactoriamente su rol de padre, ya que en esa época, tanto ellos como su madre sufrieron de maltrato psicológico y físico por parte del actor esto aunado a su vicio con el licor, recuerdan que siempre les gritaba, los echaba de la casa y ellos dormían con los vecinos, golpeaba múltiples veces a su madre, los amenazaba con un cuchillo y se gastaba gran parte de su dinero en licor, por lo que el rol de proveedor recayó en la madre de los demandados quien por medio del dinero que hacia limpiando casas y con los aportes de los demandados cuando empezaron a trabajar siendo adolescentes fue que se logró mantener a flote el hogar y solventar en gran medida las necesidades básicas de la casa. Por todo lo anterior solicitan que se declare sin lugar en todos sus extremos la demanda de alimentos. IV. SOBRE LA INDIGNIDAD DE LA PARTE BENEFICIARIA ALEGADA POR LOS DEMANDADOS, COMO EXCEPCIÓN PARA NO RECIBIR ALIMENTOS: De acuerdo a lo anterior se argumentan una serie de hechos de la parte acreedora alimentaria en contra de la humanidad y dignidad de los deudores alimentarios; y aunque en una falta de técnica jurídica no se alega la figura que corresponde, el suscrito juez sabe que se habla específicamente de la figura jurídica de la Indignidad. El inciso 3 del artículo 173 del Código de Familia indica literalmente: "ARTICULO 173.- No existirá obligación de proporcionar alimentos: 3.- En caso de injuria, falta o daños graves del alimentario contra el alimentante, excepto entre padres e hijos." Lo cual en el buen tratar jurídico hace alusión a la figura de la "Indignidad", según observa el Maestro Diego Benavides al decir "Son como causas de indignidad, lo mismo que sucede con el inciso 7." la cual para un mayor entender procedemos a desarrollar por sus definiciones jurídicas. "Incapacidad para suceder de los condenados en juicio por delito o tentativa de homicidio contra la persona de cuya sucesión se trate o de su cónyuge o contra sus descendientes o como cómplice del autor directo del hecho y también para suceder, el heredero mayor de edad que es sabedor de la muerte violenta del autor de la sucesión y que no la denuncia a los jueces cuando sobre ella no se hubiese procedido de oficio. // Sanción legal en virtud de la cual queda excluido de la sucesión quien ha incurrido en determinadas ofensas contra el difunto." (Diccionario Jurídico Consultor Magno. Mabel Goldstein) Otra que podemos mencionar es "Es una sanción legal en virtud de la cual queda excluido de la sucesión quien ha incurrido en determinadas ofensas contra el difunto" (Diccionario Manuel Jurídico Abeledo-Perrot. José Alberto Garrone) Como es evidente estás dos definiciones hacen referencia de la figura jurídica dentro del Derecho de Sucesiones. Pero también la encontramos en nuestro derecho civil, y vemos lo que dice al respecto el código de canon "CAPÍTULO II De la indignidad ARTÍCULO 523.- Son indignos de recibir por sucesión testamentaria o legítima: 1º.- El que comete alguna ofensa grave contra la persona ú honra del causante, sus padres, consorte o hijos." Es así como ya podemos ir teniendo una luz sobre de donde surge en el Derecho de Familia la figura de la "Indignidad" la cual tiene su base en la moral, dado que no sería justo que alguien se vea obligado a pagar pensión alimentaría a otra persona que le ha sido ingrata o abiertamente considerable como un "enemigo"; sería injusto que una persona se viera obligado a pagar pensión alimentaría a alguien que lo difama o lo trata mal de alguna forma, que le ha sido una persona que le haya producido tristeza o vergüenza, es de ahí que surge el inciso 3 del artículo 173 del canon, para evitar que se caiga en esta injusticia es que el Derecho Alimentario se permite la figura aquí desarrollada; pero ahora tenemos que ver el siguiente punto: ¿A quién le toca demostrar la indignidad?. La respuesta nos la da con mucha facilidad en el último párrafo del artículo 173 y en el artículo 317 del Código Procesal Civil, que literalmente dicen: "ARTÍCULO 173: (...) Las causales eximentes de la obligación alimentaria se probarán ante la autoridad que conozca de la demanda alimentaria. Pero, si en un proceso de divorcio, separación judicial o penal, el juez resolviere cosa distinta, se estará a lo que se disponga." y el otro destaca "ARTÍCULO 317.- Carga de la prueba. La carga de la prueba incumbe: 1) A quien formule una pretención, respecto a las afirmaciones de los hechos constitutivos de su derecho." Es así que la carga de la prueba de la Indignidad le corresponde a la persona que la alega, se la deudora alimentaria, sea que es la persona que la está argumentando; y es a la persona que la destaca como su defensa retórica a la que le corresponde demostrar la Indignidad de la parte beneficiaria alimentario. En el presento proceso alimentarios los demandados alegan que el señor RXXXXXX era una persona alcohólica que los agredía, amenazaba, les gritaba; que en ocasiones los echó de la casa y les dijo que la iba a quemar por lo que ellos tuvieron que dormir en diversas ocasiones en casa de vecinos. Además alegan que el señor Ricardo incumplió el deber alimentario con todos ellos, pues no les ayudaba con sus gastos de educación y del hogar y que salieron adelante gracias al esfuerzo de su madre quien como empleada doméstica los sacó adelante. Bajo la anterior inteligencia es claro que los demandados han alegado en el presente proceso la existencia de la causal de indignidad, contenida tanto en el inciso 3 como el 7 del artículo 173 del Código de Familia, a saber la injuria, falta o daños graves del beneficiario en contra de los deudores y en cuanto al incumplimiento del deber alimentario del padre respecto a sus hijos. Al respecto debemos citar que los demandados trajeron al proceso a los testigos XXXXX, quien en la audiencia de recepción de pruebas celebrada el veintidós de setiembre de dos mil quince en lo que interesan declaró que los demandados en vacaciones iban a coger café y que XXXX hacía rifas para poder ir a estudiar. Que si ellos ocupaban algo tenían que hacer mandados. Que XXX y XXXXX trabajaba en la cooperativa de café. Que Don RXXXXXX toma mucho y que siempre que llegaba a la casa tomado hacía muchos escandalos y los echaba a la casa, cuando XXXXXX estaba recién nacido los echó afuera y tuvieron que dormir donde una vecina. Que los demandados recibieron maltrato psicológico por parte de él cuando llegaba a hacer escandalos. Que cuando XXXX tenía ocho años les dijo que les iba a quemar la casa y ellos tuvieron que irse al cafetal mientras él se dormía. La testigo XXX indica que RXXXX siempre ha sido alcohólico desde que ella lo conoce. Que desde hace un año no vive en el barrio porque un día llegó tomado y quería pegarle a doña EXXXX y un nieto llamó a la policía y se o llevaron. Que Don RXXXX tomaba mucho y por eso Doña EXXXX siempre tuvo que trabajar. Que ella veía cuando llegaba tomado y llegaba a pegarle a las paredes, ella pasaba por la calle y los oía, además que una vez llegó tomado y quería pegarle a Doña Exxxx con una manguera. Por su parte el testigo xxxxxxxx en lo que interesa declaró que tiene muchos años de conocer a las partes, que Rxxxxxxxx siempre ha tomado pero que el problema se agravó cuando se fueron a vivir a Yerbabuena, ya que comenzó a tomar más y se alzaba hasta por varios días y esas tantas eran como cada dos meses y era cuando tenía los problemas y no iba a trabajar. Que una vez tuvo un altercado con RXXXXXX porque quebró un vidrio de su casa porque una de ellas estaba ahí y ellos tenían que irse al cafetal, que él siempre decía que el mandaba en la casa y que quería matar a su esposa e igual a los niños y los echaba a dormir afuera. Indica la testigo que cuando XXXXXXXXXX no tomaba era una persona diferente. CXXXX pasaba haciendo rifas y PXXXX se iba a coger café. Cuando RXXXXX no tomaba iba a trabajar y cumplía con todas las obligaciones del hogar. De acuerdo a lo anterior es evidente que la versión dado por los demandados con respecto a la situación de Don RXXXXX cobra gran validez, pues los testigos XXXX y XXXXXXX, son claros en declarar que Don RXXXXXXXX era una persona violenta que consumía licor en exceso y como motivo de ellos agredía a los demandados, tanto en forma verbal como física, que muchas veces los sacó del hogar y ellos tuvieron que irse a dormir donde algún vecino en el mejor de los casos o irse a esperar al cafetal para que él se durmiera y poder regresar a la casa. Además los testigos al igual que los demandados concuerdan en que a raíz de que Don RXXXXXXXX tomaba mucho pasada varios días consumiendo licor, tiempo en el cual éste no iba a trabajar y se gastaba el dinero del hogar en licor. Situación que también refleja el grado de agresión que los demandados sufrían a cargo de él. Por otro lado el consumo de licor generó que Don RXXXXX abandonara el cumplimiento alimentario de sus hijos y de su grupo familiar, esto ocurría durante el tiempo que él se alzaba de tanda como indican los mismos testigos. De todo lo anterior ésta Autoridad no tiene duda de que Don RXXXX tenía un serio problema de alcoholismo que le generó dos situaciones; la primera agredir y causar daño a sus hijos y en segundo lugar el incumplimiento alimentario generado respecto a los aquí demandados en su minoría de edad. Ambas transgresiones de los deberes y la responsabilidad parental generan claramente la existencia de causales que excluyen la posibilidad de momento de reclamar alimentos del primero hacia los segundos. Sin embargo en éste caso en particular existe una situación que ésta Autoridad no puede dejar pasar por alto y es que precisamente a pesar de que se demostró que don RXXXXX causó faltas y daños a los demandados alimentarios, lo cual configura la causal número 3 del artículo 173 del Código de Familia y el incumplimiento alimentario que materializa la causal número 7 del mismo articulado, es la existencia del alcoholismo por parte de Don RXXXXXX, éste tema llama poderosamente la atención del suscrito Juez, pues los demandados indican que su padre incumplía el deber alimentario y los agredía cuando estaba tomado, hecho que fue demostrado por los testigos XXXXXXXXX y XXXXXXXXX, quienes indican que todos los hechos de violencia y de incumplimiento de las responsabilidades familiares ocurrían cuando Don RXXXXX se alzaba de tanda, referencia que usan los testigos para indicar que era cuando estaba tomado y además rescatan que el resto del tiempo cuando Don RXXXXXX no estaba tomado era una persona diferente y cumplía con las responsabilidades del hogar. Todo lo anterior hace concluir que el actor presentaba un comportamiento patológico que lo colocaba en una situación en la cual se volvía violento y además gastaba el dinero de su familia en licor, situación que desde el plano personal y familiar ya no la lograba manejar y que le iba ocasionando cada vez problemas familiares hasta el punto de ser sacado de su hogar. Entonces cabe cuestionarse la ilicitud de dicho comportamiento y el dolo desplegado para la realización de los actos aquí señalados de reprochables, pues es evidente que su voluntad, su comportamiento y su manejo de las acciones era evidentemente alterado por el licor y disminuida totalmente su capacidad de decisión incluso para poder salir de esa situación. Ocasionando con ello hasta la necesidad de recibir ayuda por parte de profesionales que le pudieran dar una mejor orientación y seguimiento, pues era evidente que su familia ante la existencia de las situaciones de violencia estaba imposibilitada para poder ayudarlo, pues eran un grupo más que necesitaba ayuda. Al respecto es necesario indicar que; en términos generales se ha indicado que el alcoholismo constituye “una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas. La enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo los más complicados los que se relacionan con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado. Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce tolerancia. Es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de grandes dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber. Al suspender la utilización de alcohol, se desarrollan síntomas como náuseas, temblores y ansiedad. Por otra parte, el alcohólico pierde el interés por lo que le rodea, lo cual puede ocasionar la pérdida de su empleo y de su familia.” (http://www.cedro.org.pe/lugar/articulos/alcoholismo.htm). Asimismo, el Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia lo ha definido como “una enfermedad que se caracteriza por la dependencia física y el consumo exagerado de alcohol, provocándole al bebedor problemas físicos, mentales, emocionales, laborales, familiares, económicos y sociales. El alcoholismo se caracteriza por la necesidad de ingerir sustancias alcohólicas en forma frecuente, tanto por la pérdida de autocontrol, dependencia física y síndrome de abstinencia” (http://www.iafa.go.cr/Que%20son%20las%20Drogas/Alcohol.html). Ahora bien, es indispensable distinguir la embriaguez ocasional, en la cual pasados sus efectos, el individuo vuelve a su estado normal ; y el alcoholismo agudo, en el cual la persona realmente es dependiente, adicta, al alcohol. En ese sentido, tal y como se detallará más adelante, solo en el segundo caso nos encontramos ante el supuesto de alcoholismo- enfermedad. Los problemas relacionados con el consumo de alcohol y de drogas pueden originarse por factores personales, familiares o sociales, o por ciertas situaciones en el medio ambiente laboral, o bien por una combinación de esos elementos. En él presente caso ésta Autoridad de acuerdo a los elementos de prueba que constan en el expediente ha logrado demostrar que Don RXXXXXX es una persona que además de ser adulto mayor, presenta un problema de alcoholismo agudo, que lo coloca incluso en la actualidad en una condición especial de vulnerabilidad, que pesa a no contar con un criterio médico en ese sentido, resulta más que evidente que su comportamiento violento e incumplidor de los deberes familiares era generado por su consumo de licor, hecho que los demandados y sus testigos son claros en demostrar. Ésta enfermedad fue la que le ocasionó el incumplimiento alimentario en forma involuntaria para con sus hijos; pues cuando no estaba tomado no incumplía su deber como padre, tal y como los demandados y los testigos lo afirman; además provocar daños físicos y psicológicos a los mismos e incluso que lo sacaran del hogar familiar por violencia doméstica, todo lo anterior refleja un comportamiento reprochable, sin embargo ese reproche se ve disminuido debido a la situación especial de la enfermedad que sufrió y que probablemente aún sufra Don Ricardo y respecto de la cual en un caso como éste se debe tener especial atención, pues no es procedente de buenas a primeras venir a calificarlo como indigno de recibir el derecho alimentario de sus hijos, cuando lo correcto es que todas las acusaciones que se le formulan y que fueron demostradas eran ocasionadas por el alcoholismo que es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud. De ahí que las especiales condiciones personales y de salud que presenta Don RXXXXXX hace que en razón de ello no se le pueda sancionar por algo que estaba fuera de su control, por una enfermedad que incluso probablemente no recibió ayuda ni tratamiento. Y ni hablar del momento histórico en el cual pasaron las cosas, momentos en donde la época era aún machista, en donde los patronos culturales y roles familiares eran ejercidos con mayor fuerza y respecto de los cuales poco o nada en ese momento se podía hacer. De ahí que venir a estas alturas y calificar al actor como agresor e irresponsable, ignorando las circunstancias que lo llevaron a eso, constituye una visión del conflicto muy limitada. De ahí que se estime que lejos de sancionarlo por ese actuar, es menester comprender que él necesita ayuda para poder enfrentar el problema de salud que ya tantas consecuencias negativas le ha generado, no solo a él si no a su familia. Siendo necesaria la ayuda afectiva y de acompañamiento por parte de sus hijos y con más razón ahora que es una persona adulta mayor. Así las cosas se concluye que las causales se indignidad alegadas y demostradas en éste caso concreto no tienen el suficiente valor para denegar la posibilidad de poder discutir el derecho alimentario del actor en lo que a cuestiones subjetivas se refiere, como lo son las necesidades y posibilidades de él y las de los demandados. En en casos como él presente donde el Juez debe ponderar derechos, poner en la balanza valoraciones integrales de los conflictos y no limitarse a lo que se muestra a simple vista. Se debe adentrar en las situaciones familiar y poder siempre en el mejor de los casos decidir con apego a la justicia, la justicia del caso concreto, valorado como la necesidad de protección del más débil, del más vulnerable y del que más necesita (Carta Iberoamericana de los derechos de las personas usuarios en el sistema judicial y cien Reglas de Brasilia, ambas sobre el acceso a la Justicia). Debo aclarar anticipadamente que lo dicho hasta este momento no prejuzga en nada respecto a la procedencia de la imposición alimentaria a favor del actor y a cargo de los demandados, si no que se está definiendo que el reclamo del derecho procede para ser discutido en cuanto a las necesidades del actor y la posibilidad o no de fijarle una cuota alimentaria a su favor. V. SOBRE EL PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD: Sobre los principios de razonabilidad y proporcionalidad ha dicho la Sala Constitucional: "Sobre el principio constitucional de razonabilidad. El principio de razonabilidad, surge del llamado "debido proceso substantivo", es decir, que los actos públicos deben contener un substrato de justicia intrínseca. Cuando de restricción a determinados derechos se trata, esta regla impone el deber de que dicha limitación se encuentre justificada, por una razón de peso suficiente para legitimar su contradicción con el principio general de igualdad. // Un acto limitativo de derechos es razonable cuando cumple con una triple condición: debe ser necesario, idóneo y proporcional. La necesidad de una medida hace directa referencia a la existencia de una base fáctica que haga preciso proteger algún bien o conjunto de bienes de la colectividad - o de un determinado grupo - mediante la adopción de una medida de diferenciación. Es decir, que si dicha actuación no es realizada, importantes intereses públicos van a ser lesionados. Si la limitación no es necesaria, tampoco podrá ser considerada como razonable, y por ende constitucionalmente válida. La idoneidad, por su parte, importa un juicio referente a si el tipo de restricción a ser adoptado cumple o no con la finalidad de satisfacer la necesidad detectada. La inidoneidad de la medida nos indicaría que pueden existir otros mecanismos que en mejor manera solucionen la necesidad existente, pudiendo algunos de ellos cumplir con la finalidad propuesta sin restringir el disfrute del derecho en cuestión. Por su parte, la proporcionalidad nos remite a un juicio de necesaria comparación entre la finalidad perseguida por el acto y el tipo de restricción que se impone o pretende imponer, de manera que la limitación no sea de entidad marcadamente superior al beneficio que con ella se pretende obtener en beneficio de la colectividad. De los dos últimos elementos, podría decirse que el primero se basa en un juicio cualitativo, en cuanto que el segundo parte de una comparación cuantitativa de los dos objetos analizados." (Sentencia número 08858-98, de a las dieciséis horas con treinta y tres minutos del quince de diciembre de mil novecientos noventa y ocho). EL CASO EN CONCRETO: El artículo 164 del Código de Familia textualmente dice "Se entiende por alimentos lo que provea sustento, habitación, vestido, asistencia médica, educación, diversión, transporte y otros, conforme a las posibilidades económicas y el capital que le pertenezca o posea quien ha de darlos. Se tomarán en cuenta las necesidades y el nivel de vida acostumbrado por el beneficiario, para su normal desarrollo físico y síquico, así como sus bienes" ahora bien, resulta claro que en merito de los autos y con la prueba documental que se aporta que los alegatos de las partes deben ser analizados acorde a los principios del derecho alimentario y la realidad de las partes.- Por el carácter de público de la materia que nos ocupa, para determinar si procede o no la fijación de la cuota alimentaria, y el monto a la que ésta debe ascender; es necesario determinar si existen e identificar las circunstancias que ameriten la fijación en la cuota que se está solicitando. El presente proceso tiene como fin, la fijación en la cuota alimentaria que a la fecha debe regir, por considerar la parte actora que existe la necesidad y que las circunstancias que le dieron origen requieren ser atendidas, toda vez que en la situación actual los recursos materiales no son suficientes para cubrir las necesidades que nuestra sociedad impone.- Manifiesta la parte actora que el monto suficiente para cubrir sus necesidades es la suma de ¢70.000 mensuales, a razón de veintitrés mil trescientos colones a cargo de cada uno de sus tres hijos y con ello alcanzaría para el diario gasto de un ser humano y para cubrir el resto de necesidades fundamentales que requiere a una persona de la edad de la persona beneficiaria. Con respecto al reclamo del actor existen varias cuestiones fácticas importantes que tomar en cuenta, como lo es él hecho de que Don RXXXXX alega que el tiene gastos mensuales por la suma de ciento sesenta mil colones; monto que comprende el pago de alimentos, artículos de aseo personal, ropa, zapatos, recreación, salud e incluso el pago de la pensión de su esposa EXXXX por la suma de cuarenta y cinco mil colones (de la cual constan copias certificadas aportadas en fecha veintisiete de mayo de dos mil dieciséis). Es importante tomar en cuenta que la existencia del la legitimación para reclamar alimentos conforme lo dispone el artículo 169 del Código de Familia, no prejuzga sobre la procedencia de la imposición de la cuota alimentaria, pues se debe valorar y demostrar la existencia no solo de las necesidades alimentarias que conforme el artículo 164 del Código de Familia tenga la persona beneficiaria, si no además la existencia de imposibilidad de la persona beneficiaria para satisfacer sus propios alimentos. En tal sentido el artículo 166 del Código de Familia es la norma que nos permite tener una mejor comprensión de lo que se acaba de explicar, pues dicho artículo dispone que los alimentos se deben en la proporción que los bienes e ingresos del alimentario no los satisfaga. Esa norma tiene mucho sentido pues cuando en un caso un alimentario no tenga ingresos, el alimentante deberá satisfacer todas sus necesidades o incluso cuando los tenga deberá valorarse si ese ingresos le permiten o no satisfacer sus propios alimentos; porque en caso de hacerlo no existe justificación alguna para disponer la imposición de una cuota alimentaria, debido a que no se trata de pedir pensión alimentaria solo por él hecho de obtener otro ingreso si no para cumplir con el espíritu de la norma, sea satisfacer los gastos de una persona que no los puede satisfacer. De acuerdo a lo anterior en el presente caso tenemos que Don RiXXXXXX nos presenta éste proceso para que se le imponga una cuota alimentaria a su favor y en contra de sus hijos, pues alega que tiene necesidades por concepto alimentos, aseo personal, recreación, ropa, calzado, salud y pago de pensión a favor de su esposa, toda las cuales él nos cuantifica en la suma de ciento sesenta mil colones mensuales. Igualmente tenemos que en la demanda Don RXXXX indica que recibe una pensión de la Caja Costarricense del Seguro Social pero no indica el monto de dicho beneficio, sin embargo gracias a la consulta de actualización de datos que se hizo al sistema de pensión de la Caja Costarricense del Seguro Social y que se incorporó al proceso en fecha nueve de setiembre de dos mil dieciséis, la cual no se puso en conocimiento de las partes pues ya esa consulta estaba en el proceso y solo se actualizó, lo cual a su vez es autorizado por el artículo 377 del Código Procesal Civil y el inciso c del artículo 5 de la Ley de Certificados, Firmas Digitales y Documentos Electrónicos). De todo lo anterior se demuestra que si la pensión alimentaria tiene como fin solventar las necesidades alimentarias de una persona que no tiene recursos para ello o que los tiene en forma insuficiente, ello hace necesaria la fijación de una cuota; sin embargo cuando no se demuestre la insatisfacción de las necesidades propias o no se demuestre que los ingresos propios no son insuficientes, el fin de la pensión como derecho humano deviene en innecesaria e injustificable y más bien puede constituir una causa de enriquecimiento ilícito por parte de quien la pide. En este caso Don RXXXX alega tener gastos de ciento sesenta mil colones mensuales y además demuestra tener esos gastos solamente, sin embargo no logra acreditar ni justificar el porque la pensión que recibe del Estado no le es suficiente para las necesidades que presenta. En ese sentido ésta Autoridad no puede venir a imaginar que los gastos de Don RXXXX son mayores a lo que él alega, pues era él quien debía demostrarlos y lo hizo pero no más allá de los indicados en el hecho quinto de la demanda. Es claro que existen necesidades alimentarias que don RXXXX presenta, pero también lo es que no existe imposibilidad de parte suya para pode sufragar los gastos que genera mensualmente, pues como se indicó anteriormente de la pensión que recibe le alcanza hasta para pagar la cuota alimentaria con la cual ayuda incluso a su esposa la señora EXXX. De ahí que no existe posibilidad en éste proceso de justificar y fundamentar desde el punto de vista fáctico y luego jurídico la imposición de una cuota alimentaria a favor del actor, pues no se trata de que la cuota alimentaria venga a mejorar el estilo de vida de las personas como un anhelo sino como una satisfacción de necesidad ante la imposibilidad de cumplir con las necesidades elementales para el diario vivir. Así las cosas él presente proceso alimentario debe ser declarado sin lugar en todos sus extremos, pues a pesar de que existía el derecho no se configuraron las circunstancias objetivas para otorgar el monto alimentario a cargo de los demandados. Por ello resulta innecesario discutir las posibilidades y las necesidades de los demandados como hijos del actor, toda vez que no se fijó la cuota alimentaria por las razones ya expuestas en éste fallo. Por considerar la situación especial de adulto mayor y el acceso a la justicia de éste tipo de población, según lo disponen las Cien Reglas de Brasilia y la Carta Iberoamericana de los Derechos de las personas usuarias en el sistema judicial, se resuelve éste asunto sin especial condenatoria en costas. POR TANTO: De conformidad con lo expuesto, artículos 164, 166, 169 incisos 1) y 2), 173 inciso 3 y 7 del Código de Familia, se declara SIN LUGAR el presente PROCESO DE FIJACIÓN DE LA CUOTA DE PENSION ALIMENTARIA, establecido por RXXX contra XXXXXXXX, XXXXXXX y XXXXXXX todos de apellidos XXXXXX. SOBRE LA APELACIÓN: En concordancia con el artículo 53 de la Ley de Pensión Alimentaría se hace saber a las partes que en caso de inconformidad con esta sentencia, la misma puede ser recurrida para ante el superior, dentro de los tres días hábiles posteriores a su notificación, lo anterior tomando en consideración que será en efecto Devolutivo lo anterior en concordancia con el artículo 52 Ibídem y el artículo 569 del Código Procesal Civil, lo cual implica que no se suspenderá el cumplimiento de la resolución apelada ni el curso del proceso. En este caso, si se tratare de sentencia definitiva, se enviará el expediente al superior, pero si fuere solicitado dentro de los tres días posteriores al plazo para apelar, deberá dejarse testimonio de las piezas indispensablemente necesarias para ejecutarla. COSTAS: Se resuelve éste asunto sin especial condenatoria en costas. Nain Isaac Monge Segura. Juez.-