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Traductor
Eros
Correctora
Nans
Portada y edicióon
Sir’ Demian
Sinopsis
El vaquero Roe Davis jamás mezcla negocios con placer hasta que se
encuentra con su jefe, Travis Loving, en el único bar gay dentro de
trescientos kilómetros.
Involucrarse con el dueño del rancho es una mala idea, pero las
peculiaridades en la cama de Roe y Travis se alinean una contra la otra
como un par de rieles personalizados. Siempre y cuando ambos tengan
claro que esto es sexo aparte, sin relación, sin interferir con el trabajo,
podrán hacer que funcione.
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En Estados Unidos, el 4 de Julio se festeja el Día de la Independencia. Dicho día marca la firma de la Declaración de Independencia
en 1776 en la cual el país proclamó su separación formal del Imperio británico.
familia. Mi papá no me miraba a los ojos y mi mamá lloraba todo el
tiempo. Mi hermano Bill me miró como si lo hubiera golpeado en el
estómago. Habrías pensado que había asesinado al bebé de alguien.
Supongo que lo hice. Excepto que yo era el mismo Roe que siempre
habían conocido. Simplemente no sabían de la parte que había guardado.
Bill fue el elegido para hablar conmigo. Dijo que todos habían estado
orando por mí, y con la ayuda del Pastor, ellos llegaron a una decisión.
Estaría bien si me quedaba, pero necesitaba tomar asesoramiento del
pastor Tim. Bill también me dijo que conocía a algunas chicas buenas con
las que debería pensar en salir. También insinuó que sabía de unas
cuantas – pero no le digas a mamá – que estarían bien para el sexo. Pero
yo tenía que tomar el asesoramiento, y no podía haber más pornografía
gay y no más gay, punto. O era eso o tenía que dejar la granja.
Bueno, me fui.
No salí de la ciudad, sin embargo, sólo de la granja, y terminé en la
cárcel debido a una pelea de bar. Me dieron tres años, que se convirtieron
en uno, y luego me dejaron salir a los ocho meses debido a la
superpoblación. Llevé mi brazalete de tobillo durante los últimos meses,
mantuve la cabeza baja y fui bueno para mi oficial de libertad condicional.
Cuando me soltaron de eso, salí de Algona.
Estaba cansado. Cansado de dejar que otras personas me hicieran sentir
como una mierda. Cansado de las personas que actuaban como si fuera la
plaga ambulante. Cansado de, como los tipos en prisión, alternar entre
culpar a todos los demás por mis problemas y pensar si era lo
suficientemente culpable podrían perdonarme.
Me cansé de esperar que un hogar viniera a mí. Así que salí e hice un
nuevo hogar por mi cuenta.
***
Conocí a Travis Loving dos años después de que salí de prisión, cuando
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apartamento, no una litera con otros chicos, estaba listo para hacer
cualquier cosa para llegar allí. Tuve cuidado de que nadie se enterara de
que era marica, pero todavía no podía sacudirme la sensación de que, al
igual que con mi mamá, algo que no esperaba me haría tropezar. Estaba
bastante seguro de que el manejo de ovejas y terneras no me iba a
delatar, pero en mi propio lugar podía masturbarme sin mirar para
asegurarme de que nadie se diera cuenta de que no había nada más que
penes en las revistas y videos que tenía.
Sin embargo, cuando llegué a Ningún Lugar, me enteré de que el
gerente no había estado bromeando. El apartamento era una auténtica
porquería. Era casi de doce por doce, y creo que la alfombra había estado
allí desde 1972 sin conocer la aspiradora. Estaba amueblada, con una
cama, una mesa, un sillón reclinable y una mesa de noche, pero le di una
mirada a la ropa de cama y me dirigí a Walmart2 y mientras estaba allí,
recogí una botella de lejía también. En general, estaba satisfecho con el
lugar. Después de un poco de limpieza y reponer algunas piezas, fue un
palacio para mí. El único problema era que realmente no había una cocina
de la que hablar, sólo una nevera de ochenta centímetros de alto y una
hornilla eléctrica. No es como si fuera un tipo de chef de lujo, pero comer
fuera todo el tiempo es caro y me canso de sándwiches. Pensé en
preguntárselo, pero no pude averiguar si debería preguntarle al gerente o
si debo ir directo a Loving. Al final decidí que podía avanzar con dificultad
por lo menos para empezar. Preguntaría sobre obtener una actualización
moderada de la cocina una vez que tuviera una mejor disposición del
terreno. Si incluso me quedaba lo suficiente para molestar con eso.
Las primeras dos semanas sólo vi a Loving de pasada, por lo general por
las mañanas mientras se paraba con Tory Parrish en el carril de la cerca. El
gerente asintió con la cabeza mientras Loving hablaba en voz baja, su
sombrero de vaquero moreno balanceándose mientras giraba de un lado a
otro, haciendo gestos a campos, establos y equipos. Ocasionalmente vi a
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Es una corporación multinacional de tiendas de origen estadounidense, que opera cadenas de grandes almacenes de
descuento y clubes de almacenes. La empresa es la tercera mayor corporación pública del mundo, según la lista Fortune Global
500 para el año 2012.
Loving salir a caballo un par de horas después de que la última de las
manos se hubiese ido a casa y había tenido su reunión nocturna con Tory.
A veces lo veía salir, porque era una bonita vista, hombre a caballo,
recortados contra la puesta de sol.
Él era alto y fornido, unos centímetros más bajo que mi metro ochenta y
siete. Aunque era más bajo que yo, se sentía más grande. Además, él era
mayor. Para entonces ya tenía casi veinticinco, pero Loving tenía que estar
llegando los cuarenta, pensé. No tenía nada en contra con los hombres
mayores o algo así, pero se parecía más como mi padre que a alguien a
quien mirara con deseo. También, él es el jefe. Sabía que solía ser
profesor en Omaha y que estaba divorciado sin hijos, y supe que sólo
había sido dueño de este rancho por unos tres años. Pensé que incluso eso
era más de lo que necesitaba saber. No le presté mucha atención aparte
de notar cuando él estaba alrededor, así que pude trabajar más duro en no
ser un pendejo. Porque me gustaba el trabajo, y aparte de la cocina
mediocre, me gustaba el apartamento.
Un sábado por la noche, sin embargo, llamaron a mi puerta, y cuando la
abrí, por Dios, si no estaba Loving parado allí. Me dio un breve saludo y
luego me dijo: —Tenemos problemas en la cresta del norte.
Me metí en mis botas, agarré mi sombrero y lo seguí por las escaleras.
Tory, que sólo vivía unos cuantos kilómetros por el camino con su
esposa y sus dos hijos, ya estaba en un vehículo de cuatro patas, un rifle
guardado en la espalda. Loving tenía su propio transporte esperando junto
a Tory, pero noté que no había un tercero, así que subí por detrás de Tory
y me incliné para agarrarme mientras cabalgábamos. Cuando vi a la oveja
moviéndose, chocando con las otras y actuando como si estuviera
borracha, sabía a lo que nos estábamos enfrentando.
—Parece neurológico —dijo Loving. Aunque parecía incierto, Tory se
encogió de hombros.
—Es neurológico —dije—. Esa oveja tiene rabia.
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La pododermatitis infecciosa, es una infección del casco que ocurre frecuentemente en ovejas, cabras, y bovinos. Tal como indica
su nombre, la misma pudre la pata del animal, específicamente la zona interdigital del animal afectado. Es extremadamente
dolorosa y contagiosa. Puede ser tratada con varios remedios, pero si no se la trata, se puede infectar todo el rebaño.
ciudad, donde una búsqueda en línea de bares gay cercanos me informó
que iba a ir tres horas al norte de Ciudad Rápida4 para tener sexo. Me
preocupaba que Tory dijera que no podía dejar el rancho desatendido,
pero me dijo que no me preocupara. Ya estaba haciéndose cargo con
Loving fuera, y me había dicho que debía salir y pasar un buen rato.
El viaje estuvo bien. Sobre todo, no noté nada a mi alrededor,
demasiado ocupado pensando en cómo podría pasar las siguientes
cuarenta y ocho horas follando y siendo follado. Me registré en mi hotel,
me duché y me preocupé por mi ropa antes de ir a las nueve.
El bar era pequeño, triste y difícil de aceptar después de las cosas
llamativas a las que estaba acostumbrado a Omaha y Kansas City. Incluso
en Dakota del Norte había ido a Fargo, el cual no había estado mal. Este
lugar era una historia diferente. Casi no había nadie allí, y la mayoría
parecía que ya estaban conectados. Pero vi a un solitario vaquero sentado
en el bar, y me dirigí hacia él, decidido a extender mis piernas incluso si se
pareciera a Ethel Merman 5.
Probablemente viste venir esto, pero tengo que decirte, podrías haberme
golpeado con una pluma cuando el vaquero se dio vuelta y me di cuenta
que estaba mirando fijamente a Travis Loving.
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Rapid City, no sé si existe en verdad…pero me pareció gracioso traducirlo :P
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Fue una cantante y actriz estadounidense de teatro musical, conocida por su poderosa voz, a menudo llamada por la
crítica "La Gran Dama del teatro de Broadway".
Me senté, todavía aturdido, y le tomó al camarero preguntarme dos
veces antes de que pudiera tartamudear que me gustaría una cerveza, por
favor. Me dio uno y me aferré al vaso una vez que estuvo delante de mí,
mirándolo fijamente para no tener que mirar a Loving. Loving, que era
marica.
—Entonces —dijo Loving por fin.
—Sí —estuve de acuerdo, y tomé una bebida profunda de mi cerveza.
Nos sentamos en un silencio muy incómodo durante unos minutos.
—Por lo general, está más lleno aquí.— Loving tomó un sorbo de
cerveza, bebiendo Michelob6 directamente de la botella—. Un infierno de
viaje para una bebida.
Di una especie de risa nerviosa y me quité el sombrero para frotarme el
pelo, que estaba sudando—. Tres horas es un infierno de viaje. —Me mordí
el "para una follada" en el último segundo.
—Bueno, está Craigslist7 —dijo, pero no tuvo que terminar ese
pensamiento. Estaba allí con él.
—Sí, lo intenté. Una vez.
Bebimos el resto de nuestras cervezas en silencio. Cuando Loving me
ofreció una segunda, insistí que era mi turno y compré su próximo
Michelob. Nos sentamos allí encorvados sobre nuestros taburetes y
bebimos esa ronda sin decir una palabra.
La gente había comenzado a entrar, pero enganchar no estaba en mi
radar en ese momento. Vi algunos chicos que me llamaron la atención,
sólo los de mi tipo, pero no sabía lo que Loving pensaría de mi tipo favorito
de follada. No estoy exactamente en el cuero, pero nunca digo que ―no‖ si
tengo a alguien de esa escena mirándome.
Para ser honesto me gusta el tipo de chicos que dejan en claro que están
allí por tu culo y nada más. Cuando tenía catorce años y quería ser follado
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Marca de cerveza europea.
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Es un sitio web de anuncios clasificados con secciones dedicadas al empleo, vivienda, contactos personales, ventas, ítems,
servicios, comunidad, conciertos, hojas de vida, y foros de discusión. Los avisos clasificados se extienden desde avisos tradicionales
de compra/venta, y anuncios a la comunidad; hasta anuncios personales e incluso “servicios eróticos”.
en serio, solía rezar a Dios para que me enviara a alienígenas para que me
follen y luego se fueran. Sonda anal: tráigala. Sólo no dejes tus botas
junto a mi cama. Fóllame y vete. A veces, en fines de semana como este,
me gustaba tener un compromiso prolongado, pero por lo general era
mejor improvisarlo. Una vez tuve suerte y me enganché con un tipo que
me mantuvo todo el fin de semana en su casa, y juro que dijimos unas
veinte palabras el uno al otro todo el tiempo.
Pero me preocupaba lo que Loving pensaría de cómo funcionaban mis
preferencias y él podría descubrirlas porque a veces el juego comenzaba
en el bar. Tengo una debilidad por ser tocado en una mesa reservada,
tratando de parecer que no. Tampoco me opongo a ignorar esas señales
en la puerta del baño y doblarme sobre el inodoro, apoyando mis manos
en la pared mientras me dan por detrás. Obviamente no iba a hacer eso
cuando mi jefe pudiera entrar para drenar la manguera en cualquier
momento.
Quería ser la puta de alguien por una noche, dejar de ser correcto e
impresionar a todo el mundo. En su lugar me sentía como si hubiera
conducido tres horas para sentir que todavía estaba en el trabajo.
—Desearía —dijo Loving después de media hora de más silencio—, que
sólo pudieras acercarte a ellos y decir lo que quisieras. Mejor aún,
deberíamos tener tarjetas pequeñas para entregarnos el uno al otro,
enumerando preferencias de posición de y manías. Maldición, odio
conducir tanto sólo para descubrir que me estoy llevando a casa a un
cruce entre un loro y un cochinillo chillón.
Eso me hizo bufar mi cerveza. Loving me pasó una servilleta,
inexpresivo, pero había una luz en sus ojos que me aliviaba.
—He tenido chicos que vienen y me dicen lo que quieren— me ofrecí. En
realidad, me pareció muy caliente cuando lo hicieron.
Loving gruñó—. Cuando tienes cuarenta y dos años, eso no funciona tan
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Al ser nombres propios se deja como en el original. dad
Bueno, sí, me había pasado por la cabeza, pero no podía decirle eso. Me
volví hacia el bar, señalando al camarero—. Realmente no sé qué pensar
—dije por fin.
—Voy a decirte lo que vas a pensar —Loving disparó de nuevo—. Vas a
pensar que no soy un idiota que te despedirá para proteger mis secretos.
Lo cual no tengo. Sólo que no lo anuncio. —Se echó el sombrero hacia
atrás, y cuando el camarero trajo mi cerveza, Loving tenía su dinero antes
de que pudiera conseguir mi cartera. Golpeó las cuentas en el mostrador—
. No soy tu jodido jefe esta noche.
Cogí el vaso y me aferré contra ella antes de decir: —Pero lo serás el
lunes.
Él gruñó y sonrió con ironía. —Dime qué carajo estás buscando, Davis.
Te dije mi lista. Vamos a escuchar la tuya.
No tenía suficientes células de cerebro enfocadas para inventar una
mentira, así que le di la verdad. Toda ella—. Bueno, hay un tipo aquí que
cumple con tu lista. Pero no se acuesta con el jefe.
Mantuve los ojos en mi cerveza, pero lo observé por el rabillo del ojo.
Estuvo quieto un segundo. Pero se dio la vuelta, pidiéndose otra bebida
también. No fue hasta que estaba a la mitad de la mía que me di cuenta
de que había cambiado a soda.
—Tory dice que eres de Iowa.
Asentí—. Algona. Es una ciudad muy pequeña en el área noroeste-
central.
—Yo soy de Kansas City originalmente. —Loving ofreció—. Casado y
trasladado a Omaha.
—Escuché a algunos de los chicos decir que eras profesor.
—Matemáticas. Pero poco después de mi divorcio, "cortaron mi
posición". —Hizo una mueca—. Una vez que salí, resultó que no
necesitaban tantos profesores de matemáticas. Así que cobré mis ahorros
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charla para dos chicos que acababan de decir que no querían ninguna.
Por supuesto, era eso o sentarse allí y pensar en cómo podríamos estar
follándonos unos a otros.
Me aclaré la garganta—. Es una buena extensión.
Loving se encogió de hombros—. La tuvimos difícil cuando comenzamos,
pero está progresando. Gracias de nuevo por percatarte de la rabia tan
rápido.
—Por eso me has contratado —dije.
Nos quedamos sin conversación otra vez después de eso, pero todavía
no me levanté, e incluso cuando algunos chicos me estaban rondando,
mantuve la cabeza baja. No sé por qué. No importa lo que dijo Loving, fue
raro hacer un ligue a su alrededor. Especialmente cuando acababa de
admitir que, si las circunstancias fueran diferentes, él podría haberme
ligado.
Había una facilidad en él que me gustaba mucho. Nos sentamos diciendo
casi nada durante toda la noche, y sí, era incómodo, pero ahora que había
establecido que no iba a ser despedido, estaba empezando a relajarme.
Todavía quería ser follado, pero esto tampoco era malo. Me dije a mí
mismo que iría a buscar una follada rápida tan pronto como Loving se
levantara para conseguir la suya. Mientras tanto, seguí bebiendo, sabiendo
que había tomado demasiado, pero Loving siguió poniéndolas delante de
mí.
Sin embargo, al final tuve que mear, así que me excusé y me dirigí de
nuevo al baño. Me imaginé que cuando volviera, alguien más tendría mi
asiento, así que incliné mi sombrero hacia Loving mientras salía y le di una
pequeña sonrisa también. Hice una nota mental de las perspectivas en el
camino hacia el baño, tratando de no ser decepcionado en mis opciones.
Oriné y salí listo para ir a la caza.
Pero el primer chico que vi fue Loving. Había salido de la barra y ahora
estaba sentado en una cabina en la parte trasera con dos tragos delante
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—Bien. —Sentí las puntas de sus dedos contra el trozo de piel justo por
encima de mi grieta—. ¿Esto te molesta, ser tentando en público, o te
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enciende?
—Lo segundo. —Me sostuve un poco más apretado a la mesa mientras
sus manos bajaban y se deslizaban más arriba en sinfonía erótica.
—Yo estaba siendo serio acerca de querer que fuera duro. ¿Estás bien
con el golpe fuerte ocasional en tu parte trasera?
Jesús. —Está bien.
Ahora me estaba acariciando abiertamente. Normalmente me pongo un
cinturón con los pantalones porque tienden a deslizarse por mi culo, pero
no cuando estoy de ligue por la esperanza de que alguien haga
exactamente lo que Loving estaba haciendo, que estaba deslizando su
mano entera sobre el globo de mi culo. Su otra mano estaba amasando mi
polla a través de mis vaqueros. —¿Algo específico que te guste o que
quieras evitar?
Me mordí el labio cuando su dedo meñique se deslizó un poco en mi
grieta. Me tenía medio sobre su regazo, pero seguía un poco tieso en otros
lugares que no fuera mi entrepierna. Yo quería esto, pero también me
estaba volviendo loco. Nunca, nunca había follado a nadie que conocía
antes, y menos aún a alguien que me empleaba. Sabía que debía forzar el
asunto, debería decirle que no. Pero era como si estuviera paralizado.
Se dio cuenta, y sus manos se detuvieron. —¿Quieres irte? —preguntó.
Suavemente. Casi amablemente. Pero con su dedo meñique todavía
metido en mi grieta.
Abrí la boca para decir que sí, pero no pude. Y luego pensé, Jesús, qué
chiflado, y tomé una respiración profunda y me arriesgué.
—Me gusta duro —dije, mi voz temblorosa al principio, pero se hizo más
fuerte mientras seguía—, y me gusta cuando me dicen lo que tengo que
hacer. Si me quieres en la cama, me lo dices. Hablar sucio es bueno.
Quieres decirme que soy tu caballo o tu perro que estás follando, puedo
hacer eso. Creo que las alfombras del hotel son asquerosas, así que
preferiría no hacer el juego del perro en el suelo. Pero en la cama está
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La urolagnia es un tipo de fetichismo sexual o parafilia enfocada en la orina y la micción.
Capítulo Dos
seco.
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—Sí —dije y me abrí más para él—. Puedo soportarlo. Empuja hacia
adentro.
Escuché atentamente su respuesta. Algunos chicos realmente se excitan
al escuchar que lo hago en seco. Sin embargo, Loving era difícil de leer. No
dijo nada, sólo empujó.
Un dedo seco en mi culo se siente extraño. Es sexy, y no lo es. Es una
invasión de una manera que con el lubricante no lo es. Se siente más
como si me usaran, y que me lo hagan así en un lugar público realmente
me encendió. Tenía el dedo en el interior de mi culo hasta el fondo
mientras miraba hacia abajo y veía su mano moviéndose rudamente
dentro de mis pantalones, y mierda santa, pero estaba listo para doblarme
sobre la mesa aquí y ahora.
—Creo que es hora de trasladar esto a una habitación privada —dijo
Loving, pero sus manos seguían trabajando bastante insistentemente en
mí—. ¿Tu hotel o el mío?
—El tuyo. —Me gustaba la idea de poder salir y terminarlo, sin tener que
esperar hasta que se decidiera. Por supuesto, no podía conducir porque
estaba tan borracho, así que no iba a tener un auto.
Jugó conmigo un poco más, y así comencé a moverme contra él,
moviendo su dedo arriba y abajo dentro de mí, empujándome en su mano.
Podía ver a otros tipos mirándonos por el rabillo del ojo. Me sentí como
una puta. Muy barata. Todo tan sucio y obsceno. Casi deseaba que me
tomara aquí mismo.
Me moví más rápido en su dedo.
Lo enganchó dentro de mí, haciéndome jadear y permanecer inmóvil.
Dobló el dedo unas cuantas veces, acariciando mis entrañas.
—Estas lindo y apretado —me dijo—. Ordeña mi dedo. —Lo hice, pero
luego su mano salió de mi ropa interior y se deslizó dentro de mi camiseta.
Me pellizcó el pezón y jadeé. Volvió a torcer el dedo—. Más fuerte. Aprieta
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***
Su hotel resultó ser el mismo que el mío, uno modesto al borde de la
ciudad. A diferencia del mío, sin embargo, él tenía una cama king-size10.
No lo usamos enseguida. Encendió todas las luces y encendió el aire
acondicionado porque hacía calor, y luego se sentó en la silla junto a la
mesa y me dijo que me quitara la ropa. Observó como lo hacía, impasible
y casi desinteresado, lo que realmente me excitó. Cuando estaba desnudo,
él me hizo pararme un minuto delante de él, dar media vuelta, e
inclinarme para una inspección. Me abrí el culo sin que me lo dijera.
—Muy agradable. Ahora siéntate a horcajadas sobre mi regazo y pon tus
manos sobre tu cabeza.
Era mucho más pervertido de lo que me hubiera imaginado, y me di
cuenta de que estaba tratando de ver hasta dónde podía llegar. Así que
me esforcé muy duro para que él entendiera que ni siquiera estaba cerca
del borde conmigo. Me senté muy quieto cuando él tiró de mis pezones de
nuevo, luego jugó con mi polla. Pero él estaba fijado en mis pezones. Les
dio un golpecito un rato y luego, mirándome, se inclinó hacia delante y
mordió uno ligeramente.
Tragué un jadeo y dije: —Gracias, señor.
Mi polla vibró por la forma en que sonreía. Se deslizó hacia el otro pezón
y lo mordió aún más fuerte. Esta vez grité, y le di las gracias otra vez.
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Jugamos este juego durante varios minutos, hasta que agarró mis muslos,
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Tamaño extra grande, casi como las matrimoniales.
me levantó de rodillas, y se acercó a mi culo. La golpeó bruscamente. —
Ábrete.
Hice lo que me dijo, y me quedé sin aliento cuando él empujó su dedo,
seco de nuevo, dentro de mí. —Muchas gracias, señor —dije, cuando pude.
—¿Por qué? —preguntó él.
—Por poner su dedo en mi culo. —Me abalancé sobre él para tomarlo
más profundo.
—Dime cómo se siente mi dedo en tu culo.
Comencé a bombear un poco—. Áspero, señor. Su dedo en mi culo se
siente áspero. Me hace sentir el estómago apretado. —Porque era verdad,
y porque lo estaba sintiendo, añadí: —Me hace sentir un poco
avergonzado.
Bingo. Su dedo se empujó más profundo—. ¿Por qué avergonzado?
—Porque su dedo me está follando. —Me follaba en él—. Porque está
seco y áspero, y me está follando, y le estoy dejando. Me está invadiendo,
y yo solo estoy gimiendo por usted como una puta.
Su lengua salió y mojó un pezón. —Eres bastante educado en el rancho,
pero también eres asertivo. Aquí no. Harías cualquier cosa que te dijera en
este momento, ¿verdad, Roe?
—Sí, señor —le dije. Y era cierto. Lo haría.
—Incluso cosas sucias —sugirió.
—Incluso cosas sucias, señor —estuve de acuerdo—. Probablemente,
especialmente aquellas.
Cerró los ojos y chupó mi pezón por un momento mientras su dedo me
follaba. Cuando levantó la boca de nuevo, por un momento salió de su
personaje y me miró, interrogando—. ¿Es así como siempre eres en la
cama? Porque nunca lo hubiera sospechado.
Me salí del papel un poco también, pero lo mantuve después de su dedo
en mi culo—. Estoy realmente de humor esta noche. Parece que usted
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también.
Su sonrisa hizo que mi estómago danzara. —Siempre. —Se detuvo, pero
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oh, sí, yo sabía lo que quería decir. Así que le ayudé a salir.
—¿Siempre y cuando entienda que esto no es todo lo que usted es? —
Sonreí, sintiéndome relajado por primera vez—. Sí. Lo entiendo. Y lo
mismo para usted.
Sentí una nueva presión en mi grieta, y la lujuria le coloreó los ojos otra
vez—. ¿Puedes tomar dos? No quiero herirte, pero esto es muy sexy.
—Pruébelo —le sugerí.
Sentí que su dedo empujaba, pero él parecía incierto—. ¿Tienes... una
palabra?
Le di una sonrisa torcida. —Para ser honesto, realmente me gusta "no".
Él rió. Pero entonces sus dedos empezaron a moverse, y su rostro se
volvió a oscurecer. Me dio una nalgada. —Mantente abierto más.
—Sí, señor —accedí.
El segundo dedo dolía un poco, más como una quemadura que un dolor
real. Me gustó, y no me gustó. Lo que realmente me gustaba era la forma
en que los ojos de Loving ardían mientras él me miraba luchar. La manera
en que yo lloraría, pero él empujaría más fuerte contra mí como mis gritos
no importaran. No sé por qué eso es tan caliente, y para ser honesto, por
lo general que eso no me importa. Pero esa noche, con él, era alimento
para mi alma. Él se tomó su tiempo, empujando contra mis resoplidos y
mis jadeos y mis gritos, y entonces él estaba hasta el fondo, dos dedos
rudos y profundos en mí, contoneándose, mis manos sosteniendo mis
mejillas abiertas para que él no tuviera que trabajar mucho para entrar
allí.
Su mano libre me pellizcó el muslo. —¿Qué estás diciendo?
—Gracias, señor —dije.
Otra pellizcada. —¿Por qué?
—Gracias, señor, por meter dos dedos en mi culo.
—Ese es un buen chico.
Se inclinó hacia adelante y tomó un pezón en su boca, y su mano libre
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estaba casi perforando mi culo—. Por favor, fólleme con su polla, señor
Loving.
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Eso había sido casi un accidente, pero fue bueno, porque sentí que
Loving se estremecía. Y luego se fue, pero no por mucho tiempo. Pronto
estaba agarrando mis caderas y abriendo mis rodillas de par en par, y
entonces estuvo en mí.
Fue una de las folladas más duras que he tenido. Como he dicho, soy
alto, pero él es grande y muy fuerte. Y su pene es gordo. No lo había visto,
pero lo sentía dentro de mí. Quería decirle eso, decirle cómo me estiraba,
pero mis dientes estaban golpeando juntos, y me aferraba a la colcha sólo
para evitar ser empujado a través de la cama.
Y no estaba bromeando sobre las bofetadas. Me sentí como su caballo,
porque seguía nalgueando mi lado, como si estuviera tratando de hacerme
ir más rápido. Me había estado quedando quieto hasta eso, pero empecé a
empujarme contra él mientras me golpeaba hasta que yo gemí y gruñí.
—Así es —él gruñó—. Fóllame. ¿Eres un perro? ¿Eres un perro en celo?
¿Eres mi perro? —Me dio una palmada de nuevo—. Habla, cachorrito.
Mi ladrido fue más un balido, pero hizo su trabajo: me hizo sentir sucio y
jodido, y eso le hacía sentirse como si estuviera dominándome, lo cual,
honestamente, tenía razón. Gruñí y ronroneé y resoplé y ladré por él cada
vez que me abofeteaba, hasta que de repente él empujó con tanta fuerza
que casi me mordí la lengua, y se estremeció y se vino dentro de mí.
Deseé que pudiera haberse venido dentro de mí de verdad, sin condón,
que hubiera estado goteando cuando se retirara.
Durante unos minutos se recostó sobre mi espalda, respirando con
dificultad, y lo disfruté, todavía duro, todavía dolorido, pero esperándolo.
Todo, desde el rancho, el trabajo y la vida en general, se había ido, y yo
era el perro de follada de Loving, esperando que me dijeran qué hacer a
continuación.
Lo que siguió fue que me puso de nuevo sobre la almohada, y cuando
me miró a los ojos, me masturbó. Él me hizo jalar mis piernas hacia atrás
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Un evento de temática BDSM.
también. Muy rápidamente se dio cuenta de lo mucho que me gustaba, y
muy pronto me agaché sobre él, aferrándome a la cabecera de la cama y
sacudiéndome mientras empujaba su lengua dentro de mí.
Había un espejo en la puerta del armario y me cogió delante de él. Me
senté hacia atrás en su polla y me empujó hacia arriba y hacia abajo
mientras los dos lo observábamos. Él también me llevó a la ventana
abierta y me cogió en ella, nadie podía ver, pero se sentía sucio, por lo que
nos calentó. Cuando finalmente se vino, estaba conmigo de espaldas y mis
piernas abiertas en una sucia V, y esta vez, en realidad, yo me vine
primero.
Nos tomamos un descanso por un tiempo después y comimos el
almuerzo por nuestra cuenta.
Sabía que él tenía miedo de dejarme salir de su vista, pero le dije que
podía llevarme a cenar. Sólo necesitaba un tiempo para mí. Más que nada
dormí, pero me duché también. Me lavé el culo incluso más de lo habitual,
porque podía decir que sería una noche culo-céntrica, por la forma en que
su mente iba.
La cena fue realmente agradable. Él me llevó a un lugar de carne y por
unas horas fueron sólo dos chicos cenando. Hablamos del rancho.
Hablamos mucho de las ovejas, que no son exactamente sexys, pero
estaban recibiendo lo mejor de él, y bueno, no era como si fueran a hablar
de él follándome con su puño mientras estábamos en un restaurante.
Pero una vez que llegamos al hotel... Santa. Mierda.
Él me sacó mi ropa y me puso en la cama en menos de un minuto, lo
juro, pero él no me tocó, no de inmediato. Él sólo me dispuso en todas
estas almohadas, apoyándome hacia arriba, luego se arrodilló frente a mí
al pie de la cama y puso mis piernas sobre sus hombros. Se sentía raro,
como si estuviera dando a luz, pero eso era sucio y me encendió. Pero
entonces él consiguió el lubricante y fue hacia mi culo, y oh, hombre.
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por la mañana, y luego no jodimos, sólo nos frotamos el uno contra el otro
hasta que nos corrimos. Almorzamos en la habitación y luego hicimos una
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follada casi aburrida, aunque todavía estaba bien, sólo yo de rodillas con él
masturbándome mientras me montaba.
Y luego se acabó. Dejamos la habitación, nos fuimos y conseguimos mi
auto, y manejamos a casa.
—Te lo dejaré a ti —dijo él mientras estábamos fuera de mi auto detrás
del rancho—. No te mentiré. Me gustaría hacer esto de nuevo, pero
entiendo tus reservas. Así que quiero que sepas que estoy abierto a ello en
cualquier momento. Llama a mi puerta, házmelo saber, y retomaremos
esto. O no. Depende de ti. No te miraré de otra manera en el rancho. —Se
frotó el costado del cuello y pareció triste cuando añadió: —Aunque
seguramente me estaré masturbando con el recuerdo de eso.
Eso me hizo sonreír. Y lo aprecié, realmente lo hice. Pero estaba decidido
a que eso fuera todo lo que hiciéramos. No iba a complicar mi trabajo. Yo
no quería tener que mudarme de nuevo por el momento y no podía ver
cómo esto fuera a terminar de otra manera, si no mal si siguiéramos
adelante. Iba a ser lo suficientemente duro trabajar y dormir tan cerca de
él y saber que todo lo que tenía que hacer era cruzar el camino y allí
estaría, el sexo más caliente conocido por el hombre.
Pero mantuve mi decisión y él mantuvo la suya. Volvimos a la forma en
que habíamos estado durante las semanas entre cuando había venido a
Ningún Lugar y cuando nos conocimos en Ciudad Rápida. Creo que lo vi un
total de siete veces aparte de verlo cabalgar en la puesta de sol, aunque ni
siquiera hacía eso mucho más. Yo trabajé duro. En serio, trabajé duro.
Tory estaba empezando a confiar en mí sobre las ovejas y, aunque
compartía los sentimientos de mi papá con respecto a los animales, estaba
claro por el gerente que Loving estaba decidido a mantenerlos. Nunca fue
mi política hacer amigos con los otros trabajadores, pero estaba
haciéndolo todo bien con esta tripulación en general, mejor de lo habitual.
Y Tory me respetó. Y me gustó la ciudad cercana, donde iba para
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34
Página
Capítulo Tres
El nombre de mi prima es Kayla, y ella es dos años más joven que yo.
Cuando estaba teniendo todos los problemas con la escuela, trató de
ayudarme con mi trabajo escolar, pero rápidamente se convirtió en parte
del problema. Ella fue bien intencionada, pero siempre logró hacerme
sentir como una mierda. Ella me decía que necesitaba trabajar más. Siguió
diciéndome todas estas cosas sobre cómo estaba molestando a mi mamá y
a mi papá, lo mal que estaba haciéndolo en la escuela. La mitad de
nuestras "sesiones de estudio" fueron sus conferencias conmigo. Nunca me
alegré tanto como cuando se rindió y me dejaron abandonarlo como quise.
Cuando me mudé a causa del porno, vino a visitarme unas cuantas
veces. Ella se había metido realmente en la iglesia y lo único que hacía era
orar por mí. Dejé que lo hiciera la primera vez porque se sentía mal no
dejar que alguien ore por ti, pero no lo hice después porque no creo que
eso fuera una oración real. Ella dijo "Querido Dios" y todo eso, pero todo
era acerca de lo desagradable que era. Cuando ella regresó las siguientes
veces, después de que le dijera que no rezara, se quedó allí en la puerta
de la pantalla de mi remolque y discutió conmigo, diciéndome cómo
trastorné a mi familia y lo vergonzoso que era mi trabajo. Esta era la
misma canción y el mismo baile del Pastor, pero Kayla tenía una manera
de hacer que los dardos se profundizaran de una manera que no podía
manejar. Por lo general, después de que ella se iba, tenía que ponerme
realmente borracho o muy drogado.
La cosa es que ella realmente pensó que me estaba ayudando. Si ella
fuera una perra mala, podría haberla ignorado. Si ella se hubiera reído y
me hubiera llamado por nombres, podría haberle dicho "jódete" y
olvidarla. Pero me confundía que alguien me mirara con lo que se parecía
mucho al amor y me dijera lo equivocado que estaba, y luego me echaba
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la culpa de cómo estaba hiriendo a todo el mundo para arrancar algo que
no puedo cambiar. Me hace sentir que hay un Monroe Davis que es bueno
Página
en alguna parte y yo soy el demonio en su camino. Como si tuviera que
morir para que él pueda vivir.
De todos modos, el día que recibí una carta de Kayla no fue un buen día.
Había sido enviada unas cuatro veces, lo que me hizo pensar que había
llamado a varios ranchos antes de que ella me perdiera, y luego dejó que
la oficina de correos hiciera el resto del trabajo cuando se quedó sin pistas
después de eso. La abrí, preocupado, pensando que algo malo había
ocurrido en casa y lo leí con el corazón en la garganta, esperando a ver
quién había muerto. Pero eso no era de lo que se trataba la carta.
Estimado Roe,
No sé cuándo esta carta te encontrará o incluso dónde. Pero necesitas
escuchar lo que tengo que decir. Otras personas de la familia podrían no
tener la fuerza para decirte lo que todos estamos pensando, pero he orado
por esto y sé que esto es lo que tengo que hacer.
Sé que me has dicho que no puedes cambiar quién eres, pero sabes que
es mentira, Roe. Vas contra tu familia y vas contra Dios. Eres tan egoísta.
No piensas durante dos segundos en lo que el resto de nosotros hemos
tenido que soportar por ti. Piensa que esto es todo sobre ti, pero no lo es.
Esto es acerca de tu alma y tu Dios y el apellido de tu familia.
Si realmente renuncias a los demonios en tu corazón, puedes renunciar
a este pecado horrible y hacerlo bien con Dios. Todos estamos aquí en la
Luz esperando por ti. Sé que estás en la oscuridad, que ya no sabes lo que
es la Luz. Quiero que me llames, Roe, y quiero que vuelvas a casa. Yo te
ayudaré y mantendré tu mano todo el camino a tu Salvación. Te juro que
no te abandonaré. Este es el amor que tengo por ti. No me rendiré
contigo. Rezaré todos los días por ti hasta que vuelvas a casa. Sé que no
fallaré, porque Dios está conmigo.
Ese es el tipo de fuerza que puedo darte, Roe. Piensa en eso cuando
36
***
noche y empujé mi lengua en ella. Y cuando estaba tan cerca de él, era
casi imposible no pensar en lo fuerte que era, en lo ancho de hombros, lo
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Es la raza ovina más extendida en el mundo.
Tomé un trago de agua y me limpié la boca con mi servilleta. —Porque
me gusta moverme.
—¿Dónde has estado?
Me encogí de hombros. —Midwest. Nebraska, Dakotas13, Kansas.
—¿Alguna vez pensaste en Colorado o Montana? ¿Texas?
—No —dije, luego decidí que, si no podía callarlo, por lo menos podría
conseguir que no intentara que me hiciera hablar de mí mismo—. ¿Así que
has hecho rodeo?
Eso lo hizo reír. —Sólo los vaqueros, aunque no muchos de ellos
tampoco. —Tomó un sorbo en su café de nuevo, pero él estaba mirando
por la ventana ausente ahora—. Llegué a todo esto un poco tarde.
Por "todo esto" supuse que significaba ser gay. Y supongo que ahora era
yo siendo entrometido, porque quería oír más. —¿Así que no lo sabías? —
Yo no podía imaginar no conocerme a mi mismo, pero sé que para algunos
chicos se presenta como una puesta de sol.
—Oh, lo sabía. Yo también sabía que estaba jodido, así que traté de
fingir. Me casé. Fui a la escuela de posgrado. Tuve un buen trabajo. Voté
republicano. —Él estaba sosteniendo su taza de café ahora en ambas
manos, como un ancla—. A los treinta años me di cuenta de que había
cometido un error, así que se lo dije a mi esposa. Ella me convenció para
darle un intento más, y lo hice, durante seis años de infierno y consejeros.
Finalmente le dije, no, no habría más intentos. Durante un tiempo me
enojé por perder todo ese tiempo, no sólo los seis años, sino todo el
matrimonio. Pero habría golpeado lo peor del SIDA si no hubiera ido como
había ido. Así que de alguna manera me salvó. —Me dio una sonrisa
divertida—. Trabaja con el suelo que tienes —dijo.
Parpadeé, luego moví la cabeza. Si esto fue lo que vino de la
universidad, no cuenten conmigo. —No estoy hablando de mujeres,
Loving. Estoy hablando de suciedad. Llano y simple.
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Se refiere a las dos Dakotas, Norte y sur.. de ahí el plural.
Fruncí los labios y miré mi plato. Maldita sea, debería haberme quedado
en casa. —Tú eres mi jefe. Eres Loving o Sr. Loving.
—Tory es tu jefe. Acabo de escribir los cheques y obtener úlceras por la
hipoteca. —Señaló mi plato—. ¿Ya terminaste? Porque debemos salir.
—Simplemente ve por los caballos. —Empujé un filete de carne y salsa
sobre mi tenedor—. No pude comer porque hablaste hasta dejarme sordo
y me hiciste hablar. Y esto está demasiado bueno para desperdiciar.
Esto parecía divertirlo y se instaló para verme comer. Pero cualquier
bicho que le hubiera mordido todavía tenía sus colmillos, porque empezó
de nuevo—. No vienes a la ciudad a menudo, me di cuenta, y no comes
fuera.
Mientras él comía fuera todo el maldito tiempo, tenía una cocina
completa y más de una hornilla. Terminé mi mordida, me limpié la boca y
dije—. Comer fuera es para ocasiones especiales, y no tengo ningún uso
para ocasiones especiales.
Ahora él se echó a reír. —Entonces, ¿qué es esto, lo que estás haciendo
ahora mismo?
Apuñalé mi comida y no dije nada.
Me dejó terminar después de eso, gracias a Dios, y durante media hora
estuvimos en su camioneta sin hablar. Acababa de ver la puesta del sol
profundizar y sentí el viento en mi cabello, porque Loving había bajado las
ventanas en lugar de encender el aire acondicionado, que también
prefiero.
—No estás usando un sombrero —observó Loving con el tiempo.
Corrí una mano consciente sobre mi cabello. —No uso sombreros cuando
no estoy trabajando.
—Usaste uno esa noche en Ciudad Rápida.
—Bueno, estaba trabajando, ¿no?
Admitiré que dije eso para hacerlo sonreír, y lo hizo. Se veía muy bien
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***
esposa y sus dos hijos, uno de los cuales era su hija de diecinueve años.
Tory era fornido, bajo y peludo, pero Haley era delgada, alta y hermosa.
Página
Tenía el cabello rubio que parecía sol, y si los senos hubieran hecho algo
por mí, el bonito estante de su blusa corta hubiera sido tentador. Pero, por
supuesto, los pechos y yo no nos agradamos mucho el uno al otro, así que
después de darle una sonrisa educada y un "gusto en conocerte", me
senté en un banco vacío por debajo de la familia y me senté a ver.
Haley se sentó a mi lado. —Así que tú eres el nuevo.
Ella estaba sin aliento y radiante, telegrafiando no sólo amistad sino
interés. Tanto sexo como amistad. Esta era una alerta roja completa, pero
no podía hacer mi corte habitual y correr, porque este era la hija de mi
jefe.
—Sí. —Mantuve mis ojos en el rodeo.
Se acercó un poco más, asegurándose de que su rodilla rozara la mía.
Quise mirar hacia atrás para ver si Tory estaba observando todo esto,
pensando que tal vez me ayudaría. Sin suerte.
—Mi papá dice que eres muy inteligente. Dice que deberías ser un
administrador de tu propio ganado. —Ella se rió—. Pero no le digas que
dije eso, porque teme que te vayas.
Bueno, no había estado planeando eso, pero hoy se veía mejor y mejor
cada segundo. Me encogí de hombros y seguí observando el rodeo.
Ella intentó unas cuantas veces más para que yo charlara, preguntando
si me gustaba Nebraska, lo que dije que sí, y cómo encontraba la ciudad, y
le dije que estaba bien, y me preguntó qué pensaba de Ningún Lugar, y
dije que era un buen rancho. Cuando Loving se levantó y dijo que se
dirigía a las concesiones, traté de ir con él para escapar, pero él me hizo
sentarme y sólo me preguntó qué quería, ¿una cerveza o algo más? Le
dije: —Una cerveza, gracias —y me senté para más tortura.
Pero una vez que Loving y su papá se retiraron, ella me miró con esa
mirada de "Oh, ahora lo entiendo" en su rostro y dijo, en voz alta, sin
control de su volumen. —Oh. ¿Estás saliendo con Travis?
No sabía qué hacer ni qué decir. Sentí que había puesto una pistola en el
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centro de mi pecho, pero no sabía qué decir para que la alejara, o incluso
si eso era posible. Y entonces, entonces, ¿qué hizo? Cuando se dio cuenta
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de lo alterado que estaba, se inclinó y me puso la mano en la espalda. —
Oh Dios. Lo siento, ¿no estás fuera?
Eso fue todo. Me paré, listo para salir disparado, sin importar lo enojado
que estuviera Tory, pero maldita sea si Haley no me agarró del brazo y me
tiró hacia abajo. Ella se aferró a mi manga mientras buscaba con una
mano en su bolso, saliendo con una menta.
—Chupa esto —ordenó, y lo hice, porque ¿qué demonios más se suponía
que debía hacer? Sin embargo, seguía frotándome mi espalda, cosa que no
me importaba y que además no tenía sentido. Ella había descubierto –de
alguna manera– que yo era gay, ¿y ahora me estaba frotando la espalda?
—Está bien, así que claramente he metido la pata en esto. ¿Me puede
ayudar? ¿Te estás volviendo loco porque eres hetero y te dije que eras
gay, o porque eres gay y no quieres que nadie lo sepa?
Deseé a Dios que Tory le hubiera enseñado a su hija a susurrar. Intenté
levantarme de nuevo, pero tenía los dedos de hierro.
—Gay, entonces, porque te habrías asegurado de que supiera que no era
lo contrario. —Suspiró—. De acuerdo, para empezar, relájate. No le diré a
nadie. Pero sabes que Travis es gay, ¿no? No está fuera, pero la mayoría
de la gente lo sabe.
Pensé en las muchas y eróticas maneras en que había sido gay con
Loving y asentí con la cabeza, manteniendo los ojos en el asiento de las
graderías frente a mí.
—¿Estás saliendo con él o no? —preguntó Haley.
—No.
—¿Y él lo sabe? ¿Qué eres gay?
Le eché una mirada que estaba en algún lugar entre "cállate" y "por
favor, para."
Ella rió. —Sí, lo sé. Soy entrometida. Pero solo dímelo. No quiero
empeorar la situación.
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iba.
Página
Cuando Loving volvió con mi cerveza, me levanté y me senté a su lado,
y me puse firmemente entre él y May, la mamá de Haley. Ella podría
hablar conmigo, lo sabía, pero no me coquetearía.
Esperaba a Dios.
Loving me entregó mi cerveza, pero me miró divertido, como si
estuviera tramando algo. —¿Tuviste una buena charla con Haley?
Lo miré y tomé un sorbo.
Él se echó a reír y me dio una palmada en el muslo dos veces. Parecía,
lo sabía, para cualquier persona que pudiera haber estado observándonos,
como dos amigos bromeando, pero agarró mi pierna muy brevemente,
haciéndome pensar en la forma en que me había sujetado en Ciudad
Rápida. El tacto me agitó. No dijo nada más y no volvió a tocarme de esa
manera, pero mientras miramos la acción en la arena, su pierna se rozó
varias veces contra la mía, y finalmente nuestras pantorrillas se
presionaron juntas, sutilmente, pero podía sentirlo, su cuerpo ardiendo,
fuerte y seguro y dolorosamente familiar. Y me di cuenta que íbamos a
tener sexo. No había manera de que fuera a ver el rodeo a su lado toda la
noche y beber cerveza con él y luego viajar a casa con él en la oscuridad y
no hacer nada más entrar a su casa y dejar que me follara. Y yo sabía que
él también sabía esto.
Cuando terminó el rodeo y volvimos a su camioneta, moviéndonos por el
oscuro campo que servía de estacionamiento, me puso la mano en la
cintura y cuando no me opuse, se deslizó hasta mi culo y lo agarró
fiirmemente. Me sentí marcado, y supongo que de una manera que lo
estaba. Yo era suyo esta noche, y ambos lo sabíamos.
Tal vez yo era una especie de demonio, y tal vez estaba sin amigos en la
oscuridad. Pero no iba a estar solo, no esta noche. Y seguro que no iba a
llamar a Kayla.
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Página
Capítulo Cuatro
14
Practicar el arte del fisting o fist-fucking, penetrar el culo con la mano. Su nombre “científico” es Inserción Braquiproctal (recién
me entero de eso…. o.O)
te vibraste y convulsionaste. Quiero que lo hagas alrededor de mi mano.
Alrededor de mi brazo.
Me agaché y tiré de su mano lo suficiente para poder hablar de nuevo. —
Eres un hombre de culo. También sabes que tengo una polla, ¿no?
Miró hacia abajo a mi entrepierna con fingida sorpresa. —Dios mío. No
tenía ni idea. —Pero cuando traté de empujarlo, me rozó a un lado—.
Estate quieto. Necesito investigar.
E investigar hizo, principalmente con su boca. Me puse duro más rápido
de lo que pensaba que podía, pero no estaba cerca de estar listo para
venirme otra vez, así que sólo fui su piruleta con sabor a polla mientras
seguía intentando extender mi culo. No estaba tan dentro de mí como lo
había hecho aquella primera noche. Se dio a sí mismo alrededor de media
pulgada, enviando su mano libre para pellizcar duro en mis pezones, y en
serio pellizcó malditamente duro. Me tuvo gritando y gimiendo, llorando,
"¡Mierda!" cada vez. Excepto muy pronto fue, "Joder sí. Oh sí. Joder sí.
Fóllame. Así. Oh Dios. Sí," una sarta de estímulo impulsado por la lujuria.
Podía sentir sus nudillos raspándome, casi en el interior ahora, mis
pezones hinchados y latiendo, y mi polla dura dentro de su boca caliente y
succionadora. Cuando por fin se detuvo y me miró, con los ojos oscuros y
pesados, lo miré de reojo, desnudo en todos los sentidos.
—Eres sucio —dijo. Su mano seguía trabajando en mí—. Eres tan
jodidamente sucio. Tomarás cualquier cosa que te haga, ¿verdad? Y te
encanta.
—Joder sí —susurré, gimiendo y moviendo mis caderas—. Oh mierda,
pero me encantan tus dedos.
Se giraron dentro de mí. —¿Así que tú también eres un hombre de culo
ahora? ¿O debo salirme y empezar a jugar con tu polla?
—Taladra en mi culo —le dije, todavía moviéndome—. Ve a buscarlo y
ponlo en mí. Ve a buscar ese consolador monstruoso. Hazlo maldición,
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Loving.
Me miró severamente. Estaba a punto de decir "Travis". Podía verlo.
Página
garganta.
Él hizo un sonido suave, como un gemido.
Lo empujé sobre su espalda y comencé a desvestirlo, besándolo
mientras lo hacía. Chupé sus pezones, mordiendo un poco. Corrí mi lengua
por la línea de vello que llevaba hasta su ingle, y arremoliné la lengua en
su ombligo. Le amasé el vientre – tenía una panza. Sólo un poco extra, mi
mamá solía llamarlo. Me gustaba. Hice el amor con ella, me la metí en las
manos, mordiéndola, besándola.
Chupé su polla.
Tanto como Travis es un hombre de culo, yo soy un hombre de polla. Me
gusta mirarlos. Me gusta tocarlos, olerlos, correr mi lengua alrededor de
ellos. No había tenido mucha oportunidad con la de él hasta ahora. Era una
belleza, lo diré. Alrededor de veinte o más centímetros erguida y muy
gorda. Sin prepucio, al igual que yo. Me gusta eso porque entonces puedes
ver todas las venas y jugar con ellas. Aunque la piel es buena también
porque es como un juguete incorporado. Tenía ese buen gusto simple que
todas las pollas la tienen, pero la suya tenía como una pequeña cosa extra.
No muy picante. Más bien fuerte.
Le chupé todo el camino hasta mi garganta. No tengo absolutamente
ningún tipo de arcadas, así que puedo tomar profundamente con la
garganta a cualquier persona. Yo cantaba alrededor de él, y chupaba tan
fuerte que mis labios se entumecieron. Mi lengua jugaba al hockey con ella
misma arriba y abajo del trozo, y yo cubrí su saco y sus bolas con la saliva
que salía de mi boca. Hice el amor a esa polla como si fuera la última que
fura a ver.
En algún momento su mano se deslizó en mi pelo y comenzó a amasar.
La tomó para empujarme más cerca de su polla, y yo lo dejé, yendo con su
tiempo ahora. Mientras me follaba la boca, jugaba con sus pelotas y
presionaba mis dedos contra su perineo. Seguí canturreando, porque sabía
que se sentía bien para él cuando lo hacía, y porque sabía que le gustaba
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oírme hacer ruido. Me estaba perdiendo de nuevo. Cada vez que estaba
con él, podía dejarme ir. Follando, siendo follado, chupando – me sentía
Página
poco blanda como su vientre, y había estado pensando que sería agradable
aferrarse a ello. Yo era delgado y fornido, pero Travis tenía un buen culo. Y
oh sí, se sentía bien en mis manos.
Lo monté lento. Incluso sin la estrechez, pude decir por su lenguaje
corporal que él no le daba su culo a cualquiera. Lo cual era una pena,
porque era una buena montada. Me metí en él en una especie de versión
lenta de los jinetes bronco15 en el rodeo, rodando mis caderas y
empujando mi ingle, balanceándome hacia atrás y curvando mi cuerpo
para compensar. Incluso me sostuve en su mejilla el culo como un pomo y
levanté mi otra mano como un jinete un par de veces porque era divertido.
Caliente. Caliente y resbaladizo y apretado. Suave caliente. Cerrado
alrededor de mí, succionándome, tomándome. No iba a poder correrme, ni
una tercera vez. Demasiado cansado, demasiado dolorido. Pero le di un
buen paseo duro, lo dejé muy trabajado. Cuando llegué debajo de él para
su agradable polla gorda de nuevo, estaba dura y chorreando. Lo acaricié
mientras empujaba, volviendo a hablar sucio. "Oh sí. Sí. Sí bebé. Así. Oh
sí." Y funcionó, porque eventualmente se vino en toda mi mano. Se
derrumbó sobre la cama, y yo lo rodé, apoyándome contra su costado.
Entonces lo besé, pasando mi lengua por su mandíbula.
Me detuvo con un toque, luego dejó que su mano se deslizara hacia mi
nuca, atrayéndome hacia su hombro.
—Quiero que me digas —dijo en voz baja— lo que necesitas de mí para
que podamos hacer esto de nuevo antes de cuatro meses. —Sus dedos
rozaron mi línea del cabello—. ¿Necesitas que sea un secreto? ¿Es que
quieres ser el instigador? ¿Sólo en ciertos días? —Su mano se apretó y
pude sentir su frustración—. Dime que hay algo que pueda hacer o
aceptar.
Yo había visto esto venir en mi visión periférica toda la noche, supongo.
No me molestó mucho porque, aunque sabía que era un problema, yo
también lo quería. No quería salir en citas, que era lo que había temido
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que iba a preguntar. Pero estaba enfocado en el sexo, lo cual estaba bien.
Él estaba en lo correcto. Ahorraríamos un viaje a Ciudad Rápida. Y era de
primera clase, esto. Esto podría estar bien, siempre y cuando lo
mantuviéramos en sólo sexo.
Pero necesitaba haber algunas reglas.
—No quiero que ninguno de los trabajadores lo sepa —dije—. Ni Tory. Ni
nadie. No anuncio mi vida sexual. —Acaricié su clavícula—. Y trabajo es
trabajo. Nada follar por ahí mientras que alguno de nosotros esté
trabajando.
—Puedo vivir con esos términos. —Parecía aliviado, como si estuviera
emocionado por el trato que estaba recibiendo.
—No he terminado. No tengo que ser sólo yo quien lo inicie. Y puedes
organizarlo mientras estamos en el trabajo, si eres discreto. Pregúntame si
estoy libre por la tarde o lo que sea. Voy a entender lo que quieres decir. Y
tú también dime cuáles son tus reglas.
—Realmente no tengo ninguna petición más que, "tanto de ti en la cama
como pueda tener‖.
—Bueno, tengo una más. —Levanté mi cabeza y lo miré a los ojos—.
Quiero tener acceso a tu cocina. A cualquier hora del día. —Eso lo hizo reír.
A mí no—. Sí, piensas que es gracioso, pero no estás trabajando en mi
lamentable excusa de una. La cocina es crucial para esta negociación, Sr.
Loving.
Se puso sobrio un poco. —Está bien. La cocina es tuya. Lo que podrías
haber tenido sin el sexo, pero no puedes retractarte ahora.
Ahora sonreí. —Podríamos tener sexo en la cocina.
Él gimió. —Ahora no. Si tuviera energía para moverme, me sentaría en
el jacuzzi.
Mis cejas subieron. —¿Tienes un jacuzzi?
—Tengo un jacuzzi.
57
***
el baño y bajé desnudo por las escaleras para cazar mi ropa. Era sábado.
Ninguna de las otras manos trabajaba los sábados o domingos, pero
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Es una marca de café de Estados Unidos, sus productos son fabricados por la empresa Procter & Gamble.
y algunos filetes. Por lo menos eran de su propia cosecha, por lo que
estaban en papel de carnicero. Supuse que los descongelaba y los comía
con las alubias17 en el armario. Las verduras debieron haber sido una
buena idea que no había resultado.
Metí los pies en mis botas y me dirigí a comprobar las ovejas mientras el
café se preparaba.
El problema con la operación de Loving era que él quería que fuera
orgánico, pero se mantenía atascado en todos los problemas que surgen
con esa ruta. Él había estado en esto lo suficiente para darse cuenta de
que no sólo volteas a los animales y los ves pastar, que con las ovejas en
especial tenías que entrar y recortar cascos y moverlos alrededor. Ese fue
el gran cambio que yo había hecho. Tuve que recortarlas más a menudo y
pastarlas dos veces con más frecuencia. Tory era bueno en anticipar y
prevenir problemas con el ganado, pero él y Loving tendían a esperar a
que comenzara el fuego con las ovejas antes de que hicieran algo.
Era por eso que tenía de encargarme de revisar las ovejas todos los días.
Ellas habían llegado a conocerme, y por mucho que no les importaba que
las regara por ahí y picoteara sus pezuñas, disfrutaban de las bolitas de
alfalfa que guardaba en mis bolsillos, así que seguía siendo muy popular.
Cuando encontré a una herida, la llevé lejos del pastizal con la comida,
volví para buscar un matorral y lo limpié bien antes de vendárselo. Uno de
mis objetivos para el año era convencer a Loving de vacunar contra el
tétano y otras enfermedades. Había hecho algunas llamadas y verificado
que todavía podía certificar de orgánicos a algunos de ellos, pero para él
todo era acerca de la pureza.
En mi camino de vuelta a la casa, me detuve en mi casa y asalté mi
despensa. Llevaba mis provisiones de vuelta en un saco de Walmart,
dirigiéndome directamente a la cocina, donde planeaba enrollarme las
mangas y ponerme serio.
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Una especie de frijol enlatado en salsa de tomate.
Loving estaba levantado y sentado en el mostrador, bebiendo café. Dudé
cuando lo vi. Parecía feliz de tenerme allí, pero seré honesto, estaba
esperando cocinar solo. Pero eso fue grosero, así que le di un guiño
cuando llegué—. Buenas.
Él asintió y me vio trabajar. Me preocupaba que me fuera a besar, pero
se quedó donde estaba, y bendito sea, no habló, sólo me vio trabajar. Me
serví un poco de café y me puse a ello.
—Hablabas en serio sobre la cocina —dijo finalmente.
Asentí y volví a cocinar.
—¿Tortilla? —sugirió mientras yo llevaba huevos.
Asentí de nuevo. —Habrá una para ti.
—Gracias.
No había mucho. Jamón y queso con un poco de cebolla y pimienta. Me
gusta el tocino, pero lo pongo al lado, junto a una tostada. No es tan buen
tocino como podría haberlo conseguido en casa, pero tocino era tocino,
como el café. Sin embargo, Loving parecía pensar que esto era algún tipo
de fiesta gastronómica.
—Si no fueras tan bueno con las ovejas, te contrataría como cocinero —
dijo entre bocados.
Le fruncí el ceño, porque eso era una maldita cosa ridícula que decir.
Sin embargo, tenía el bocado entre los dientes. —En serio, ¿estarías
dispuesto a hacerlo más a menudo? Podría conseguir una línea de crédito
en el supermercado.
—Come tu tocino —le dije. No me gustó la idea de comprar para él. No
con su dinero. Era demasiado raro, como si yo fuera su esposa. Tal vez no
debería haber incluido la cocina en el trato. Pero luego miré hacia abajo la
tortilla que había sido tan fácil de hacer con el contra espacio y no había
quemado un lado mientras estaba crudo en el otro, y decidí que podría
manejar esto si me pegaba a mis armas.
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me excité un poco.
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Es un tipo de terraza acristalada, que permite impresionantes vistas del suelo al techo de la naturaleza. El techo y los marcos de
estos solarios son térmicamente diseñado para que la habitación se puede calentar y enfriar todo el año.
—Anda y quita la tapa —dijo desde detrás de mí. Salté y dejé caer la
cubierta, pero él se acercó y la quitó. Dobló las plazas una encima de la
otra y la dejó a un lado antes de volverse hacia mí.
Me quedé quieto, pero mi corazón se levantó un poco. Él tenía una
mirada en sus ojos que no daba indicios de conversación o cuentas en la
tienda de comestibles y todo acerca de follar conmigo. Mi culo, todavía
tierno, envió algunas olas de sospechas, pero mi polla ahogó a aquellas en
el paso, señalando que había muchas otras partes del cuerpo que todavía
querían jugar.
Él asintió con la cabeza a la bañera abierta—. Quítate la ropa y entra.
Mi polla se balanceó en mis pantalones y envió un zumbido a través de
mi cuerpo—. Sí señor.
Me quité la ropa y entré al agua en menos de treinta segundos, y luego
me quedé en medio, esperando mi siguiente instrucción. Pero sólo empujó
un botón para encender los chorros y me hizo señas. —Siéntate —dijo—, y
relájate. Voy a traer algunas cosas.
Me senté en un rincón, aunque me moví rápidamente porque el chorro
era un poco demasiado fuerte y subía directamente por mi culo.
Normalmente eso podría ser una fiesta, pero no hoy. Sobre todo, me moví
alrededor de la bañera, sentándome en diferentes lugares, mirando la
puerta. Mi cuerpo estaba tarareando ya que anticipaba lo que vendría.
No había esperado que Loving volviera con una cuerda.
Él tenía una bolsa pequeña también, pero sobre todo estaba fijado en la
cuerda. Era una cuerda de nylon, como una cuerda para tender la ropa,
excepto que estaba cortada en bonitas secciones ordenadas que sabía por
experiencia eran suficientes para atarme las manos y los tobillos. No se
había ido tanto tiempo, así que ya estaban preparadas.
—Alguien es un Boy Scout —observé, asintiendo con la cabeza a sus
provisiones.
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Me incliné hacia adelante y rocé mi boca contra la suya, pero los dedos
que estaban rodando mi pezón comenzaron a pellizcar de nuevo, y
Página
cuenta de lo que estaba haciendo hasta que sus manos estuvieron sobre
mí, calmándome, hasta que estuvo susurrando en mi oído y domándome.
Por un lado, el sostenerme lo hizo peor, pero también me estabilizó y me
trajo de vuelta lo suficiente para poder calmarme. Sin embargo, cuando
alcanzó los lazos de la cuerda, sacudí la cabeza.
—Estoy bien —dije. Excepto que no estaba seguro. De alguna manera
quería acabar esto ahora, quería salir y vestirme e irme. El problema era
que parte de mí quería continuar. Quería dar aviso y se salir. Salir, salir,
salir…
Había empezado a tirar de nuevo sin darme cuenta, y esta vez ignoró mi
insistencia de que estaba bien y me desató. Me sentí aliviado y miserable
al mismo tiempo, como si fuera un gran fracaso. Mantenía mis ojos lejos
de los suyos mientras me ayudaba a salir de la bañera como una especie
de lisiado, pero me di cuenta mientras trataba de ponerme en pie que era
uno. Estaba temblando por todas partes y me sentí mareado. Ni siquiera
creo que fuera todo del agua caliente. Mi reacción me asustó. ¿Estaba
enfermo?
Travis envolvió una toalla a mi alrededor y me sentó en una de las sillas.
No se sentó a mi lado, sino frente a mí, envuelto en su propia toalla. —
¿Quieres decirme de dónde vino el ataque de pánico?
Sinceramente, no lo sabía. Me encogí de hombros, inmediatamente me
odié por ello, porque era como si fuera un niño. Juré y tiré de la toalla,
sosteniendo los lados juntos sobre mi cabeza. Me dejó sentarme allí
durante unos minutos, en silencio, pero no demasiado.
—¿Fue la cuerda?
Bajo la toalla sacudí la cabeza. No. Sabía que no era eso. Bueno,
supongo que sabía lo que era, pero no tenía sentido. Estaba molesto
porque pensaba en él con su primer nombre. Como si fuera a decirlo en
voz alta.
—¿El agua? —Volví a sacudir la cabeza. El silencio fue pesado por un
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Y asustado.
Levantó las manos. —Hey, hago comprobaciones de antecedentes de los
trabajadores. No vayas a mirarme como si hubiera hurgado en tu cajón de
ropa interior. Como el tipo que escribe los cheques, tengo derecho a
saberlo.
Él tenía derecho, pero me hacía sentir pésimo de todos modos. No tiré
de la toalla, pero me interesé intensamente por la alfombra interior y
exterior debajo de mis pies descalzos. No me gustaba que Travis supiera
de mi registro. No cuando lo hiciera así. No cuando no tenía idea de lo que
pensaba que había hecho o no. Peor aún, me di cuenta de que todas las
veces que me había visto trabajando duro o me había hecho preguntas
sabía que estaba preguntándole a un tipo con un registro. No había sido el
trabajador Monroe Davis, el tipo que era bueno con las ovejas. Había sido
el ex-convicto.
La vergüenza caliente comía en la parte hueca ya significativa de mi
vientre. Mis ojos se dirigieron a la puerta de la casa, luego a mi ropa. Lo
cogí mirándome y rápidamente cerré los ojos.
Le oí suspirar, un sonido indefenso. —Roe, le dije a Tory que podía
contratarte, ¿verdad? No lo estoy sacando a colación porque me importa lo
que hiciste o incluso lo que no. Estaba tratando de averiguar por qué te
enfadaste tanto.
Mis manos se apretaron en la toalla. —No hay una razón. Seguro como
el infierno que no es la cárcel. La cárcel estuvo bien. Fue largo y aburrido –
y solitario– pero eso es todo. Y tampoco estoy mintiendo. No escondo
nada. No tengo ni puta idea de por qué actué así.
De acuerdo, eso fue una mentira. Y maldita sea, pero me atrapó. —Roe
—dijo, su tono amenazante.
Tragué saliva y sacudí la cabeza. —Simplemente no, ¿de acuerdo? Sólo
déjalo. No es algo sexy como lo que estás pensando, un poco de historia
sobre cómo alguien me lastimó cuando estaba atado. Es sólo mi tonta
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trato... gente.
Su mano en mi rodilla me sorprendió, y me sacudí, pero él me acarició
tranquilo, y yo me apacigüé sin querer. Miré hacia arriba, lo que fue un
error porque me quedé atrapado en sus ojos, todo suave, oscuro, amable
y fuerte.
—No te vayas, Roe.
Miré hacia otro lado de nuevo. —Tengo que volver a mi casa. Tengo...
cosas. Que hacer. —Como empapar mi cabeza en el inodoro y tirar de la
cadena hasta que me ahogue o recupere mi sentido.
Apartó la mano, aunque sabía que no quería. Me levanté y me tambaleé
hasta mi ropa, poniéndomelas lo mejor que pude. Todavía estaba bastante
húmedo, así que se me pegó, y si alguna vez has intentado ponerte los
pantalones vaqueros cuando estás mojado, sabes el infierno que estaba
tratando de apresurar. Era tonto, porque sabía que no iba a hacer nada
conmigo ahora, que no iba a detenerme, pero en realidad nunca había sido
él el problema. Era mi cabeza, como dije. Necesitaba llegar a algún lugar
donde pudiera explotar en paz.
Me encerré en mi apartamento el resto del fin de semana. Me acosté en
mi cama toda la tarde del sábado, abrazando mi almohada contra mi
pecho y mirando la televisión sin verla, y el domingo trencé unos seis
cueros.
Cuando me pongo inquieto, trenzo collares y pulseras y a veces sólo una
cuerda larga. Aprendí cómo en la escuela de la Biblia cuando era un niño, y
me volví muy bueno rápido. Todo el mundo me hacía hacer brazaletes
para ellos. Fue todo lo que hice esa semana. Fue grandioso. Ahora los
hago cuando necesito algo que hacer con mis manos. Cuando consigo
demasiados, los descargo en el tacho de Caridad. Simplemente me gusta
hacerlas porque me aclaran la mente. Tomó muchos de ellos ese día para
hacer el trabajo, pero finalmente hicieron el truco como siempre lo hacían.
No todo el camino, sin embargo. El hoyo en mi estómago no estaba muy
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Página
Capítulo Cinco
trescientos grados por unas buenas tres, cuatro horas. No, la carne asada
no debería ser rara. Y ni una palabra acerca de cómo está todo a medio
Página
cocer. No lo estará si lo haces bien. Una taza de agua hará el truco. No
sólo mantiene la carne húmeda, sino que también hace una mejor salsa.
Aunque si quieres la mejor salsa, añade una taza de vino en su lugar. Sin
embargo, eso es un poco exigente.
En tu cumpleaños te pones un poco exigente, así que tuve vino en mi
cesta de la compra. También champiñones. Y un poco de pan. Y el postre.
Quiero decir, esto era muy serio. Exigente como nada más. No podía
esperar para llegar a casa y arreglarlo todo. Pero justo cuando estaba
rodeando la esquina de la sección de panadería y dirigiéndome a la caja,
me encontré con algunos problemas, y su nombre fue Haley.
Sonrió hacia mí e hizo toda clase de ruido por no verme hace años, y por
un segundo aterrador pensé que me iba a abrazar justo al lado de una pila
de frijoles enlatados. Ella no lo hizo, pero le habló a mi maldita oreja
durante cinco minutos. Me preguntó que me pareció el rodeo. (Bien.)
¿Seguía igual de bien en Ningún Lugar? (Sí.) ¿Todas las ovejas están bien?
Ella había oído que era muy bueno con ellos. (Sí. Gracias.) Porque hubiera
sido rudo no preguntarle sobre ella, le pregunté si todavía estaba viendo a
Cal.
—Oh, él. Su expresión se volvió amotinada—. Estábamos juntos de
nuevo, hasta la semana pasada, cuando me enteré de que me estaba
viendo a mí y a Lacey Sheppard al mismo tiempo. Ya he terminado con él.
—Ella sonrió maliciosamente—. ¿Qué tal tu vida amorosa?
No tengo una. —Me hubiera gustado haber comprado helado para
acompañar mis bizcochos de chocolate de panadería, así podría decir que
necesitaba llevarlo a casa al congelador.
Pero finalmente vagamos hasta la salida, porque se dirigía allí también.
La dejé ir delante de mí, y ella apenas dejó de hablar para pagar al cajero.
Tenía la esperanza de que se fuera una vez que hubiera pagado por sus
dos litros de refresco y una bolsa de galletas, pero no, ella sólo se quedó
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Página
Es un eufemismo de "infligir dolor, físico o mental, para extraer confesiones o declaraciones". En 1931 la Comisión Wickersham
encontró que el uso de tercer grado se encontraba ampliamente esparcido en los Estados Unidos. Se desconoce el origen del
término, aunque se manejan diversas hipótesis.
Estaba realmente molesto por esto, y en vez de poner el asado junto
cuando volví, me paseé por la pequeña longitud de mi apartamento
tratando de decidir qué hacer. No quería ir. Pero, ¿cómo podría decirle
eso? Aunque la hiciera escuchar, estaría molesta. Quiero decir... mierda.
Al final, decidí dejar el asado hasta el día siguiente y dejar que me
sacara a cenar, pero eso sería todo. Pretendería estar enfermo o algo por
el estilo. Pensé en hacer eso durante toda la noche, pero probablemente
intentaría cocinarme sopa. Me di una ducha, me vestí y me senté a trenzar
algunos cueros. Me perdí tanto que olvidé el tiempo, y lo siguiente que
supe fue un golpe en la puerta.
—¡Guau, realmente has arreglado el lugar! —Ella entró grácilmente e
hizo una vuelta, absorbiéndolo todo, pero se detuvo cuando vio el cuero
que había pegado al respaldo de una silla. Lo recogió, sosteniéndolo como
si fuera un pájaro que podría volar si se movía demasiado—. Oh Dios mío,
esto es hermoso. ¿Qué es?
Deseé haberla guardado antes de responder a la puerta. —Solo cuero
trenzado. A veces las hago. No es gran cosa.
—¿Estás bromeando? Esto es increíble. Quiero decir, tienes seis filas en
esto, y un patrón, pero es como una especie de entrecruzamientos. —Ella
lo giró unas cuantas veces, cautivada—. ¿Es un collar o una pulsera?
Aún no lo había decidido. —No es nada.
Ella alzó una ceja hacia mí. —Bueno, si no es nada, entonces lo quiero
cuando lo hayas terminado.
Al principio pensé que se estaba burlando de mí, pero ella seguía
mirándome expectante, y me di cuenta de que realmente lo decía en serio.
—Está bien —le dije, porque estaba confundido y esa parecía la mejor
manera de salir de la conversación.
—Genial. —Soltó el cuero y me ofreció su brazo—. ¿Nos vamos?
Por supuesto, tuvimos que encontrarnos con Travis en los putos
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establos.
Solo estaba ensillando a Chaucer para su viaje nocturno. Se veía
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El GED o General Educational Development Test («examen de desarrollo de educación general») es una certificación para el
estudiante que haya aprendido los requisitos necesarios del nivel de escuela preparatoria estadounidense o canadiense.
mejor. No sé por qué demostrar que te puedes sentar quieto y volverte
loco por un libro durante cuatro años te hacía sentir mejor, pero al parecer
así era. Tomé mi cuchara y la giré en mis dedos—. Simplemente no es
para mí. Hay algo mal en mi cabeza. Las palabras solo se confunden y me
pica. No puedo aprender nada leyendo. Siempre he sido así.
Pero en lugar de disuadirla, esto solo parecía excitarla más. —Pero es
sólo eso, no hay nada malo en tu cabeza. Es el estilo de aprendizaje. Los
buenos maestros captarían eso, o buenos maestros en una escuela que no
estaba abarrotada. Eres un estudiante táctil. Uno fuerte Y eso tiene sentido
con lo bien que lo haces trabajando con tus manos. Probablemente tengas
fuertes experiencias sensoriales por todas partes. Probablemente notarás
más olores, colores y luces. ¿Qué hay de lo auditivo? Si algo se te lee,
¿puedes entenderlo?
¿De dónde venía todo eso? Parpadeé. —A veces. Pero es mejor si puedo
verlo y hacerlo.
Ella asintió con la cabeza, como si fuera un premio que había
descubierto. —En serio, Roe, tienes que dejarme ayudarte. Porque esto es
lo que hago, o lo que quiero hacer. Mi hermano tuvo problemas en la
escuela como tú, y papá y yo lo ayudamos. Y le pedimos a la escuela que
escribiera un PEI21, por lo que tuvieron que leerle las pruebas, y algunos
de ellos tuvieron que reescribirlo para poder mostrarles que sabía en lugar
de hacer una elección múltiple. Y ahora se está graduando.
Estaba tan emocionada que estaba rebotando en su asiento, y al final
extendió la mano a través de la mesa y también capturó mis manos.
—¡Oh por favor! Sí, sería algo que podría poner en mi solicitud para la
UNL, ¡pero sobre todo sería increíble ayudarte! Deberías haber visto lo
enojado que estaba Bart hasta que logramos que la escuela cambiara por
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21
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El Programa de Educación Individualizada, PEI, es un documento que se desarrolla para cada niño de la escuela pública que
necesita educación especial. El PEI se crea a través de un esfuerzo de equipo, revisado periódicamente. En los Estados Unidos, este
programa se conoce como un Programa Educativo Individualizado (PEI).
él. Él pensó que era tan tonto. Querían ponerlo bajo el Ritalin22, pero mi
madre dijo que no. Y tuvo razón. Quiero decir, sé que algunos niños lo
necesitan, pero eso no era lo correcto para Bart. Necesitaba que la escuela
cambiara la forma en que necesitaba aprender. Y así es como debería ser.
Voy a ir a la universidad, y seré una maestra, y seré la mejor maestra que
haya existido. Y voy a ser genial. Voy a hacer una diferencia, y habrá niños
como mi hermano que irán a la universidad gracias a mí, y eso es lo que
quiero, y eso es lo que va a pasar.
Por unos segundos, me quedé allí parpadeando. Ella no era una
amazona. Era una jodida fuerza de la naturaleza. Juro que podría fulminar
con la mirada a un tornado y hacer que vuelva a absorberse hacia el cielo
para avergonzarse. Pero ella no me miraba como si tuviera vergüenza. Me
miraba como si creyera en mí, y tengo que decir que, cuando me miró así,
sentí que tal vez no era tonto y estropeado de la cabeza. Demonios, por
medio segundo mientras ella me miraba, pensé que tal vez yo también
podría ir a la universidad.
—Vas a ser una buena maestra —le dije por fin.
Ella me sonrió y apretó mis manos, que todavía estaban atrapadas en
las suyas. —¿Puedo comenzar contigo?
Si un tornado no tuviera una oportunidad, no había forma de que yo
fuera a durar.
Pero finalmente recuperé un poco de mi orgullo, porque cuando terminó
la comida y llegaron las facturas, las recogí a ambas y las pagué, y cuando
ella trató de objetar, dije: —Es mi primer pago por las lecciones.
Valió la pena verla brillar así. En el fondo todavía estaba bastante seguro
de que nunca lo iban a tomar, pero parte de mí escondió un poco de
esperanza también.
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El metilfenidato sirve para el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el síndrome de taquicardia
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ortostática postural y la narcolepsia. Es clasificado por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos como un
narcótico de Clase II: la misma clasificación que la cocaína, la morfina y las anfetaminas.
***
23
Es un trío de música country de los Estados Unidos. Se trata de la banda femenina que más discos ha vendido,
Página
independientemente del género musical, con 36 millones de álbumes desde junio de 2006. Alcanzó a finales de los 90 un éxito
apabullante en los géneros country y pop con hits como “Wide open spaces”, "Cowboy take me away” y “Long time gone”. En su
carrera suman ya un total de 13 premios Grammy.
muy bien qué me había pasado. Creo que entre el alcohol y cuán diferente
a mí era todo esto fue que las partes de mi cerebro que me mantienen en
línea simplemente no sabían qué diablos hacer.
Aunque cuando vi a Travis en la parte trasera del bar, todas mis
guardias volvieron a subir de nuevo.
Jesús, pero se veía bien. Supongo que solo se veía igual que siempre,
solo una camisa más bonita y vaqueros negros y su sombrero vaquero
bronceado, pero mierda santa. No pude mirarlo porque sabía que él podría
verlo todo, y lo harían todos los demás. Estábamos cantando una canción
que ahora no conocía, así que tuve que concentrarme en las palabras y
tratar de anticipar la melodía y la armonía a la vez. Fue difícil porque todo
lo que podía pensar era que Travis estaba en el fondo de la sala
escuchándome cantar, mirándome. Logré terminar esa canción, pero
cuando terminó le dije a Haley que tenía que tomarme un descanso.
Travis se acercó a nuestra mesa y, por supuesto, Haley le dijo que se
sentara y se uniera a nosotros.
Podría haber estado en lo cierto acerca de mí y las cosas sensoriales,
porque, Dios mío, su aroma se envolvió a mi alrededor y no solo el toque
de colonia que se había puesto. Podía oler su piel. Recordé cómo sabía
también, e incluso con toda la cerveza, sentí el recuerdo en mi lengua.
Seguí tratando de no mirarlo, pero seguí robando miradas. Siempre me
miraba a mí.
Comencé a preguntarme si esto iba a conducir nuevamente al sexo.
Realmente esperaba que así fuera.
Debería haber pensado que Haley tomaría en cuenta lo que estaba
pasando entre nosotros. Conversó con Travis, pero pude sentir la trama
formándose en su cerebro. Esta vez, en cierto modo quería animarla.
Eventualmente nos trasladamos al Bronco, con Travis a mi lado mientras
caminábamos por la acera. Cuando me tambaleé, él me enderezó y,
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83
Página
Capítulo Seis
—Así que solo ha pasado un mes esta vez —observó mientras sacaba su
camión del estacionamiento hacia la carretera—. Eso es un avance,
supongo.
—Lo he estado queriendo —confesé, envalentonado por la cerveza—. No
estaba seguro de cómo expresarlo.
—Lo que dijiste en el bar funciona bien, para que conste.
La cerveza no me estaba envalentonando. Me estaba haciendo perder la
lengua. —Pero no quiero corazones ni flores. No soy un hombre de
relación.
—¿Eso es lo que te hizo entrar en pánico? —Me miró de soslayo—.
¿Cómo demonios sacaste eso de atarte al lado de una bañera de
hidromasaje?
Todavía no entendí eso yo mismo. —En realidad, fue la cuenta de la
tienda de comestibles la que lo inició.
—¿Qué? ¿Crees que esa es una relación? Intentaba sobornarte para que
cocinaras para mí. Entonces, ¿estás diciendo que debería haberte ofrecido
una follada ruda? Todo bien. Lo anotaré.
—¿Estás enojado? —Maldita y estúpida lengua suelta.
—Exasperado, sí. Enojado, no. —Él me echó otra mirada al otro lado del
asiento—. Monroe Davis, tienes un pensamiento retorcido en esa cabeza,
¿sabes eso? Ya me di cuenta de que no quieres una relación. Por eso sigo
dándote un amplio margen. Pude notar que si tratara de hacerme amigo
tuyo te espantaría, así que pensé que tal vez sólo follaríamos, ya que lo
hicimos tan bien. Pero no tengo idea de dónde poner mi pie cuando estoy
a tu alrededor. Parece que te espanto sin importar dónde esté parado.
Me hizo sonar como un caso mental. Tal vez lo era. —No hago amigos.
—Todo el mundo tiene amigos, Roe. Es parte de ser humano. De todos
84
modos, estabas haciéndolo muy bien con Haley, pensé. ¿Cómo llamas a
eso?
Página
No tenía idea de cómo llamar a Haley. —Ella es una potra terca —dije.
—Un consejo: no la llames una potra a la cara a menos que quieras que
te tapen las orejas. —Pero él estaba sonriendo—. Te viste bien cantando
con ella. Nunca supe que podrías soltarte así.
Yo tampoco. De hecho, ahora que todo había terminado y estaba
empezando a recobrar la sobriedad un poco, me sentí incómodo al
respecto, como si me hubiera expuesto demasiado. Hablar de eso solo
empeoraría las cosas, así que encontré un parche de silencio y me envolví
hasta que llegamos a casa.
El camino de regreso de la ciudad a Ningún Lugar era angosto, y me di
cuenta de que no la había experimentado en la oscuridad hasta ahora. La
broma es que Nebraska es plano, pero eso es como decir que el oeste de
Iowa es plano. Claro, en partes. Especialmente las partes que pusieron en
la interestatal, y no sé por qué nunca se le ocurre a nadie que buscarían
esos lugares porque serían la menor cantidad de trabajo para poner cuatro
carriles de carretera. Es decir, nuestra granja de regreso a casa estaba
enclavada en las colinas y tenía un pequeño lecho de arroyo
atravesándolo. Las colinas estaban llenas de árboles, y no me importa si
era primavera, verano, otoño o invierno, ese lugar era tan hermoso que a
veces me duele verlo. La forma en que el sol atravesaba la tierra, la forma
en que la hierba ondulaba con el viento, la forma en que todas esas
gruesas hojas verdes sonaban cuando soplaba una ráfaga, no hay nada
parecido. No me importa lo que intentes mostrarme, qué océano o
montaña. Hay una belleza en un lugar tranquilo como ese que no puedes
conseguir en ningún otro lugar.
El camino a Ningún Lugar me hizo pensar en eso. Durante el día, se
veían los campos de heno rodando a ambos lados y el matorral y la hierba
en la zanja. Había un lecho de arroyo seco en el lado este de la carretera,
erosionado profundamente y lleno de raíces retorcidas, rocas y barro de la
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vago del bar que se aferraba a los dos. Recordé las otras veces que
habíamos tenido relaciones sexuales, recordé la sensación de sus grandes
brazos. Lo quería y todo lo que podía hacerme, tanto que me asustó un
poco. Fue la misma necesidad la que me hizo correr la última vez, pero lo
aplaqué. Esta vez no iba a ser un idiota de mí mismo. No esta vez.
Empezó bastante bien. En el momento en que llegamos a la entrada, mi
sangre ya estaba bullendo. Me senté en la oscura y silenciosa cabina,
esperando su iniciativa. Cuando él se acercó y puso su mano sobre mi
pierna, me abrí para él. Me mantuve inmóvil mientras pasaba su mano por
la costura de mis vaqueros, mientras trazaba el contorno de mi erección a
través de mis vaqueros con su pulgar. Cuando deshizo el cierre, levanté
mis caderas para ayudarlo. Cuando deslizó mis vaqueros y ropa interior
por mis caderas, me estremecí, pero me mantuve inmóvil y dejé que
tomara mi miembro en la mano.
Tan cerca. Estaba tan cerca en la cabina del camión. Pude sentir su
aliento en mí. Pude sentir su mano en mí. Sentí el vinilo adherido debajo
de mi trasero, sentí el roce áspero de los pantalones vaqueros contra mis
muslos. Su colonia era una niebla a mi alrededor ahora, y pude oler a
sexo: sudor y presemen y polla, mi polla, agitada por su mano. Sabía que
esto era solo el acto inaugural, sabía que amanecería mañana, dolorido, en
carne viva y gastado, y estaba listo. Listo para lo duro. Listo para el viaje.
No estaba listo para su beso.
No como él que me lo dio. Así no. Podría haber manejado que me
agarrara mi barbilla, forzándome a abrirme y zambulléndose por dentro.
Demonios, él podría haber escupido en mi boca y me habría estremecido.
Pero no fue ese tipo de beso.
Él entró lento. Realmente lento, muy lento. Él tenía sus ojos en mí todo
el tiempo. Eran duros y fuertes, lo que fue lo único que me impidió
alejarme. Hasta el último segundo pensé que iba a hacer algo pervertido,
como morderme o lamerme los labios. Eso habría estado bien. Pero
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24
rancho que sepa algo sobre ovejas. —Hizo una pausa por un momento, su
dedo presionado contra mi abertura—. ¿Quieres decirme que estoy
inventando esto?
Hace quince minutos, esta discusión me habría hecho sentir pánico y
atrapado, pero en lo único que podía pensar era en cómo, si era bueno,
podía obtener ese maldito dedo. —No me iré —prometí.
Su dedo se burló, pero no entró. —¿Estás mintiéndome, muchacho?
—No, señor. —Cerré los ojos e intenté presionarme sobre él—. Por favor.
Sin embargo, no iba a ceder, no hasta que estuviera seguro. —Tengo tu
número, vaquero. Solo quieres una follada. Quieres un escape. Quieres un
trabajo, y quieres sexo, por un lado, tal vez. Preferirías que el trabajo y el
sexo no estuvieran en el mismo lugar. Pero están en el mismo lugar, Roe.
Y quiero ser tu amigo también. No te estoy pidiendo que te mudes aquí.
Pero sí, espero que cuides de mi ganado y ovejas y, que ocasionalmente
tengas una conversación conmigo, así como que me dejes atarte y follarte.
¿Eres lo suficientemente hombre para lidiar con eso o vas a correr tan
pronto como terminemos esta noche?
Mi cabeza estaba girando y mi cuerpo dolía, estaba tan tenso. Pero
Jesús, tenía mis bolas en la pared. Suficientemente hombre. Él dijo eso a
propósito para cabrearme. Esto fue una mierda.
Pero fue una buena mierda. Él me tenía infraganti, por eso le respondí
honesto. —No lo sé.
Su mano en mi hombro me apaciguó. —Yo digo que sí.
Sacudí la cabeza, manteniendo los ojos cerrados. —No me conoces lo
suficientemente bien como para saber eso.
Su risa me sorprendió y me puso extrañamente a gusto. —Oh, lo hago.
Mejor de lo que te puedas imaginar. Y digo que puedes ser un vaquero y
hacer esto, Roe. —No respondí, solo permanecí allí mientras acariciaba la
piel sudada de mi cuello. Cuando se agachó y me mordió la oreja, me
89
Nadie me había tenido así de esta manera. Nadie me había agarrado como
Rhett Butler25 y me exigió algún tipo de explicación. Un par de
muchachos habían tratado de preguntar acerca de tener una relación, pero
había sido una pregunta vacilante, lo que me había aterrorizado tanto
como la palabra "relación". Esto no fue una pregunta. Esto fue un reclamo.
No lo lamenté. Y no me sentí como una marica. Sentí que todo ese mar
loco dentro de mí se estaba calmando. Lo había sacado todo de la botella y
lo guardé, pero cuando lo miré así, se calmó, porque si mis entrañas
salvajes fueran un mar, esos ojos grises eran el mejor recipiente del
mundo, y me sostenían. Me atrapaban, me abrazaban y me animaban.
Lo dejé. Retrocedí, levanté mi boca abierta hacia la suya, y dejé que me
reclamara, dejé que entrara en mi boca, relajé mi trasero incluso antes de
que él también entrara allí. Dejé que me tuviera y, por primera vez desde
que pude recordar, hice el amor con un hombre sin pensar en cómo iba a
salir de él después o cómo iba a darnos algo de distancia una vez que
hubiéramos terminado. Solo dejé que me tuviera, que me hiciera sentir
bien.
Lo que significa que acepté su reclamo, lo que, déjame decirte, se
necesita una mierda mucho más que un hombre.
***
25
Es uno de los personajes principales de la novela Lo que el viento se llevó.
de las muñecas con los puños de mi camisa para que no se irritaran, pero
las ató con fuerza. No podría salirme.
Luego dejó caer mis vaqueros a mis tobillos y les dio a mis piernas el
mismo tratamiento, extendiéndolas tanto como lo podía permitir la tela.
Después de eso, me pegó en el culo y se fue.
Se fue por unos buenos veinte minutos. Me quedé allí, la sangre
zumbando, la polla a media asta. Íbamos a follar. Quiero decir, íbamos a
follar. La rugosidad de la cuerda que usó, me excitó. El aire fresco de la
noche contra mi trasero desnudo me recordó lo expuesto que estaba y me
hizo querer follar la pared. Me hizo esperar a propósito, lo sabía, pero no
me sorprendió en absoluto. Me puso más ansioso. Para cuando finalmente
regresó, lo único que quería hacer era chupar varias partes de su cuerpo
para mostrarle lo feliz que estaba con esto. Pero luego vi lo que él había
izado sobre su hombro.
Era una especie de banco, pero estaba hecho con crudeza. Parte
madera, parte metal, parte cojín, había sido diseñado y fabricado para los
detalles particulares de alguien y no por una mano experta. En mi opinión,
se veía bien para inclinarse mientras te reventaban el trasero.
Joder, si
Incliné la cabeza para ver cómo lo colocaba en el medio del establo. Se
estaba yendo más allá de mi línea de visión, lo que pensé que era a
propósito. Pude oírlo chasquear y golpear las cosas, después vi varios
destellos de cuerda, pero no pude decir exactamente lo que estaba
sucediendo. Y luego, sin advertencia alguna, un cuchillo cortó las cuerdas
que me sujetaban y caí hacia atrás, en los brazos de Travis. Me sacudí un
poco por la sorpresa y la anticipación, pero él me abrazó un segundo y
dijo: —¿Estás bien?
Asentí con la cabeza, luego en un impulso caliente, giré la cara para
besarlo.
92
casi era negro. Todo lo que tenía era un sombrero paja para trabajar. No
llovía mucho aquí, pero nada jodía un bonito sombrero de fieltro como un
Página
26
Para mis amig@s pervertidos:
El consolador fue difícil de tomar, más duro de lo que pensaba. Esas
crestas eran un truco, y cuando lo tuve a medio camino, estaba gruñendo
y jadeando. Pero él no se detuvo, no paró, y así seguí tomando, y lo
siguiente que supe, sentí los pelos finos de la cola rozando mi perineo. Me
dio una nalgueada una vez, haciéndome saltar. Luego se acercó a mi
rostro sudoroso y rojo y sostuvo algo en mi boca.
Fue una embocadura 27.
Era de algún tipo de material suave que no perforaba cuando hundía los
dientes en él, pero sí cedía, lo que significaba que iba a absorber el
impacto. La idea de que iba a necesitar algo así realmente, realmente me
encendió. Pero lo mejor de todo era que había cables de cuero firmemente
sujetos a cada lado de la broca, y Travis los juntó en sus manos y los jaló
hacia un lado de mi cabeza.
También me dejó ver la fusta en su mano. Cerré los ojos y gemí
suavemente de anticipación.
—Mantén la embocadura en tu boca —me dijo—, pero si llega a ser
demasiado, escúpela y dime que pare. Si no puedes por alguna razón,
agita tu cabeza, no. Aparte de eso, no voy a parar. Vamos a montar, poni.
Tú vas a montar este banco duro y rápido, y yo voy a sostener tu correa y
azotar tu fino culo todo el camino. Asiente si lo entiendes.
Asentí con entusiasmo, aunque no entendía muy bien cómo iba a
"montar el banco". Supuse que simplemente quería decir que iba a
frotarme en seco contra él como un perro.
Mierda, me equivoqué.
Había un agujero en el costado del banco que no sabía que estaba allí
hasta que Travis deslizó mi polla en él. Estaba un poco preocupado al
principio, porque pensé que iba a irritar como una mierda, frotándome
contra la madera, pero luego guió mi polla a casa y gemí alrededor de la
embocadura. Jesús. Era como si me estuviera metiendo en un culo.
96
Página
27
Esto me está gustando :3
Incluso era cálido como uno. Tenía una de esas cosas de carne alineadas
en ese agujero, uno de esos tubos follables. Él no estaba bromeando que
iba a estar jodiendo el banco. Gruñí y me empujé un par de veces porque
me sentí tan bien.
La fusta cayó fuerte contra mi espalda baja, y grité por la embocadura. Y
me detuve.
—Espera a que te lo diga, poni —me dijo, y colgué avergonzado la
cabeza. Debería de haber sabido eso. Estaba tan emocionado, pero debería
haberlo sabido.
Levantó el sombrero de vaquero y me acarició el pelo. —Así.
Simplemente mantente inmóvil, y cuando te diga arre, comienzas a
montar. ¿Entiendes?
Asentí y traté de acariciarle la mano.
Me dejó y luego volvió a ponerme el sombrero. Manteniéndome la
correa, se colocó detrás de mí. Extendió sus muslos para poder sentir sus
vaqueros contra mis piernas. Amasó mi trasero con cariño con su mano.
Luego apretó las riendas, levantó mi cabeza y golpeó la otra mejilla con
firmeza con la fusta.
—¡Arre!
Comencé. Metí mi polla en ese banco y dejé que ese consolador me
follara mientras la cola se agitaba contra mi perineo. Gemí y gruñí cuando
la fusta descendió sobre mi culo, primero por un lado y luego por el otro.
Fui más rápido. Asentí con la cabeza y meneé las caderas e imaginé que
galopaba por los campos, llevando a Travis a donde él quisiera ir. Y él me
golpeó el culo con esa fusta. No era un juego, nada gentil sobre eso. Este
hombre era duro. Golpeó ese cuero contra mi mejilla con una fuerza que
no sólo iba a estar roja. Iba a estar morada. Se metió tanto en ello que
jaló, estirando mi cuello en las riendas y alejándose de mis muslos
mientras la fusta silbaba en el aire, mientras gritaba "¡Hee-yah!" y
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"¡Vamos, muchacho, más rápido! ¡Más rápido!" Follé, gruñí y moví mis
caderas a su voluntad, y me solté. Me dejé ir. Fui su poni. Fui su chico. Fui
Página
suyo.
Cuando me bajó, fue abrupto, pero urgente, así que me mantuve inmóvil
e intenté seguir lo que quería que hiciera. Me cortó las manos, pero mis
piernas las mantuvo atadas. Sin embargo, ajustó la holgura, y me aferré al
banco, manteniéndome quieto mientras trabajaba. Cuando se quitó la
camisa, mi corazón se aceleró. Me mantuve inmóvil mientras la ponía
sobre mi hombro. Miré mientras se quitaba las botas y los vaqueros.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello mientras puso mis manos
sobre sus hombros, apartaba el banco con un puntapié y me empujaba
hacia atrás y hacia abajo en el heno.
Pero en el camino hacia abajo, agarró la camisa y la cubrió en mi culo,
tomando un segundo para asegurarse de que la carne herida y ardiente
estuviera protegida. Todavía podía sentir el heno hurgando en el tejido de
algodón mientras me apretaba, pero el gesto me conmovió tanto que no
me importó.
Me mantuve inmóvil mientras volvía a amarrar mis piernas, abriéndome
de par en par, volviendo a atar la cuerda a un cerrojo al costado del
establo. Observé cómo se sacaba un condón y se mojaba con lubricante.
Gemí mientras sacaba el consolador de mí y lo arrojó hacia un lado.
Levanté los brazos y los colgué alrededor de su cuello cuando él empujó
dentro de mi cuerpo y me arrastró de nuevo.
Olvidé que todavía tenía algo en la boca hasta que intenté besarlo, y
cuando me di cuenta de que estaba allí, mis ojos se abrieron con sorpresa.
Me sonrió y lo sacó, luego me agarró la mandíbula.
—Abre —me dijo.
Lo hice. Y gemí cuando entró, follándome con su lengua mientras me
follaba con su polla. Cuando se agachó y me acarició, me vine con tres
tirones, estaba tan encendido. Él, Dios lo bendiga, se tomó su tiempo,
cabalgándome hasta que me retorcí, hasta que lloriqueé como un perro
debajo de él. Entonces, me bombeó con cuatro golpes duros y él también
98
se vino.
Deseé que se viniera dentro de mí de verdad. Nunca había dejado que
Página
***
crédito que se sintió mal por eso. Técnicamente en ese escenario, era su
trabajo asegurarse de que no fuera demasiado lejos, pero el asunto era
Página
Negué con la cabeza y miré hacia abajo al asado. —No voy a correr.
Su mano se apretó contra mi piel desnuda. —Lo haces, haré que el
bronceado que te di anoche se sienta como un pequeño gatito lamiéndote
el dedo del pie.
Eso probablemente me mataría, así que sabía que estaba exagerando,
pero me hizo sentir suave por dentro. Nervioso también, pero dócil. Es
difícil de explicar. Era algo así como esperanza, pero con bordes
irregulares. Cuando su mano se apretó aún más, me di cuenta de que no
había respondido, así que asentí con la cabeza, luego, con un poco de
esfuerzo, me volví y acaricié su mandíbula para mostrarle que me gustaba
que dijera eso. Luego volví a cocinar la cena.
Y no corrí. No sé exactamente qué había cambiado, pero algo lo hizo, y
me hizo sentir más fácil de lo que recordaba haberme sentido durante
mucho tiempo. Creo que probablemente también sabía que él tampoco
quería una relación, que esto realmente era una buena manera de follar.
También éramos amigos, pero estaba bien. No soy tan bueno en ese tipo
de cosas, pero fue más amigable de lo que había estado con alguien
desde... bueno, desde siempre, supongo. Pero estaba bien, porque solo
estábamos follando.
Sin embargo, no tanto esa primera semana, con la follada. Nos
chupamos el uno al otro unas cuantas veces, pero no lo hicimos hasta
cuatro días después, e incluso entonces, durante la semana siguiente, fue
algo bastante vainilla. Me di cuenta de que me estaba mirando con
cuidado, queriendo que sanara, sí, pero tampoco creyendo del todo que no
iba a enloquecer. Sin embargo, no lo hice. Ni siquiera un poco.
Yo cociné para él un poco. Primero el asado, luego le hice unas chuletas
de cerdo y un bistec. Pero descubrí por accidente que el camino hacia el
corazón del hombre fue una cazuela. Quién demonios hubiera pensado
eso, pero lo fue. Papas gratinadas hicieron al hombre venirse en sus
pantalones. Fue un verdadero placer alimentarlo, te lo diré. Muy pronto
102
fui para estar en mi propio lugar por un tiempo antes de regresar por una
follada. Esa noche me quedé, en gran parte porque Tory se quedó después
Página
28
Página
Es un set de construcción de juguete para niños. Fue creado en 1914 por Charles H. Pajeau, quien formó Toy Tinker Company en
Evanston, Illinois, para fabricarlos. Pajeu se asoció con Robert Pettit y Gordon Tinker para comercializar un juguete que permitiría e
inspiraría a los niños a usar su imaginación. Después de un comienzo inicialmente lento, se vendieron más de un millón.
nervios. A fines de octubre, me hizo escribir algunos cortos. Realmente no
fue tan difícil. Y me puse engreído y decidí jugar un poco con Travis.
Una noche, cuando supe que estaba en la cama, volví a la casa. Se veía
tan bien sentado en la cama con la camisa puesta y las gafas puestas
mientras leía un libro que casi me di por vencido y lo montaba, pero había
trabajado durante una hora en esto, así que me aclaré la garganta, levanté
mi papel y leí lo que había escrito.
sea fanfarronear, pero creo que, si dice que alguien más le da una mejor
mamada, creo que está mintiendo.
Página
La última razón por la que el Sr. Loving debería tener sexo conmigo es
porque hemos dejado mucho territorio sin explorar. Por ejemplo, sé que
tiene unas retorcidas paletas en el sótano, porque encontré la llave de su
habitación cerrada, pero todavía no los ha utilizado. Además, con
frecuencia deseé que me follara mientras veíamos parte del porno que
encontré en su armario. En tercer lugar, hizo todo ese ruido sobre
meterme el puño y luego nunca hizo nada al respecto.
Como puedes ver, hay muchas razones por las cuales Travis Loving
debería follarme. El sexo es divertido, lo disfrutamos el uno con el otro, y
hay mucho más sexo que podríamos intentar. Espero que hayas aprendido
mucho de este ensayo, y espero que una vez que deje de leer, Travis
Loving me doblegue y me folle.
diablos no.
Estaba realmente feliz en ese momento. Estuve feliz todo el tiempo
hasta el día anterior al Día de Acción de Gracias, el día más feliz que había
tenido, cada día mejor que el anterior. Entonces llegó la segunda carta y
me recordó que no tenía ningún maldito negocio siendo feliz, ni ahora ni
nunca.
110
Página
Capítulo Siete
Esta vez la carta no era de Kayla, sino de Bill. Nunca en diez mil años
esperé recibir una carta de mi hermano, y cuando vi su nombre en el
remite, todo dentro de mí se detuvo.
Solo tengo un hermano. Mamá tuvo seis abortos espontáneos, dos antes
de Bill, dos entre nosotros y dos después de mí. Finalmente, el doctor dijo
que no había forma de que volviera a concebir. Lloró cuando se lo dijeron,
porque realmente quería una niña. Aún recuerdo cuánto le dolió. Yo tenía
siete años, y me paré en la sombra del pasillo, tratando de escuchar
mientras mi padre la consolaba. "Nunca tendré a mi niña", siguió
susurrando, como si su corazón se estuviera partiendo. Se balanceaba
adelante y atrás en el borde del sofá, lamentándose. No me di cuenta de
que yo estaba llorando con ella hasta que Bill vino y me llevó a la cama.
Compartimos una habitación, y recuerdo estar acostado en la cama
mirando al techo por mucho tiempo. Me dolía mucho el pecho, y recuerdo
que mi estómago se sentía vacío, como si no hubiera comido en tres días,
a pesar de que había acabado con dos chuletas de cerdo y una montaña de
patatas en la cena. Era como si hubiera absorbido el dolor de mi madre, y
no podía dejarlo ir.
Finalmente dije: —Desearía haber sido una niña para mamá.
Bill, que tampoco se había ido a dormir, dijo: —Ella estará bien. —Luego
agregó: —Vete a dormir, Roe.
Sin embargo, me quedé allí toda la noche orando a Dios. Le pedí que me
hiciera una niña para mi mamá. Recé más fuerte de lo que jamás había
orado. Traté de explicarle que no era justo para mi madre querer tanto a
una niña y no tener una. Pedí un nacimiento milagroso. Le pedí que me
cambiara. Pedí que dejaran a un bebé en la puerta de una canasta, una
niña bebé. Intenté todo lo que pude pensar.
111
Querido Roe,
Página
Kayla ha estado detrás de mí para escribirte esta carta desde hace un
mes, y decidí que, dado que venía el Día de Acción de Gracias, debería
sentarme y hacerlo.
Escuché que estás en Nebraska. No sabes lo bien que se siente saber
dónde estás. Espero que estés en un buen lugar con amigos. Espero que
estés de camino a sanar y listo para volver a casa con nosotros.
Mamá está bien, pero le resulta difícil moverse por la casa porque ahora
su artritis es muy mala. Excepto que no están seguros de si se trata de
artritis exactamente. Ella tiene todo este dolor todo el tiempo, y dicen que
podrían ser nervios. A veces la encuentro llorando en el fregadero. Al
principio pensé que algo la había molestado, pero sinceramente creo que
es solo el dolor. La hemos llevado a la Clínica Mayo dos veces, pero parece
que no saben nada.
Mi esposa Sarah está ayudando. Supongo que no sabes de ella, ¿verdad?
Ella es de armas tomas. Te gustará. Espero que algún día pronto puedas
conocerla. Nos estamos mudando con mamá y papá. Sarah fue despedida
la semana pasada, así que funciona. Ella no ha sido una esposa de granja,
y estoy un poco nervioso por mis dos mujeres en el mismo lugar. Tengo la
sensación de que papá y yo nos estaremos escondiendo en el granero
buscando cosas para arreglar.
Creo que tengo que hablarte de papá. El año pasado nos dijeron que
tiene Parkinson. No temblaba tanto, pero se movía mucho y, a veces, tenía
problemas con su taza de café. Ahora es bastante completo. Está llegando
más rápido de lo que debería. Y le está molestando a mamá, porque ella
hizo todo un escándalo acerca no investigar sobre células madre, pero
ahora dicen que lo único que realmente podría dar una cura es eso, y
nunca llegará a tiempo para él. Es difícil verlo descomponerse de esta
manera. Todos los días hay más que no puede hacer. Yo busqué, y dicen
que el siguiente paso es la demencia. Honestamente, no sé cómo
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enfrentaré ver a papá perder la cabeza. Los días más difíciles son cuando
tengo que decirle que no puede hacer nada. Parece tan malo hacerle eso a
Página
29
Hace referencia a que no puede embarazarla.
estaba quemando. Seguí trabajando porque tenía que hacerlo, porque
estaba preparando comida para todos y ellos contaban conmigo, pero me
temblaban las manos.
Como mi padre, que tenía Parkinson. Como mi madre, a quien le dolían
las manos, pero que tejía sombreros para nietas que nunca iba a tener.
Diez minutos antes todo había estado bien, pero ahora todo estaba mal.
Nunca había querido correr más en mi vida, pero era como si fuera un
infierno, porque no había ningún lugar para correr. Las cosas que me
perseguían estaban en mi cabeza. Casa– quería que me fuera a casa. Por
un lado, quería subirme a mi automóvil e irme ahora. Quería conducir toda
la noche hasta llegar allá. El hecho de que él me lo había pedido hizo que
mi pecho estuviera tan apretado que cada pocos minutos tenía que
detenerme y poner mi cabeza sobre el mostrador solo para reunir la fuerza
suficiente para levantarme nuevamente. Pero incluso cuando me dolió
escuchar sobre el problema en casa, y como me conmovió más de lo que
pensé que podría oír a Bill pedirme que volviera a casa, podía sentir las
sombras en esa carta. Espero que estés sano. Espero que hayas
abandonado las malas elecciones sexuales.
Lo que me molestó fue que incluso cuando la carta me hizo querer ir,
esas sombras me hicieron querer quedarme. Esas sombras me hicieron
querer darle la espalda a mi hermano. Y eso me heló hasta los huesos,
porque ¿qué clase de bastardo deja que los sentimientos heridos se
interpongan en el camino de la familia? Pero los míos estaban en el
camino. Y sabía, por mucho que me destrozara, que no podía regresar.
Pero tampoco pude cocinar. Había venido a la cocina a preparar las
cosas para el día siguiente, para enjuagar y poner en salmuera el ave con
la receta que Haley y yo habíamos encontrado en Internet. Ahora estaba
teniendo dificultades para diferenciar mi izquierda de mi derecha. Huye,
maldita sea, necesitaba huir tanto que era un cuchillo dentro de mí. Pero
115
Negué con la cabeza y miré la alfombra debajo de mis pies. —No puedo.
No puedo ir a casa.
Página
sentí mal por mi papá. Me sentí mal por las no nietas y por el dolor de mi
madre y lo abrumado que estaba Bill, pero no podía ir con ellos, incluso si
Página
***
La cena del día siguiente fue buena. No fue tan alegre como lo hubiera
sido si no hubiera tenido la carta, y Haley me preguntó varias veces qué
pasaba. Pero Travis finalmente le dijo que lo olvidara, y ella lo hizo.
El pavo no estaba mal. Todos parecían disfrutar de la comida, y me
alegré de no haber permitido que Travis la cancelara. Deseé no haberme
sentido tan desconectado, desearía no haber estado pensando acerca del
Día de Acción de Gracias que mi familia estaba teniendo en Iowa. Pero aun
así fue bueno.
Esa noche tuvimos la primera nevada del año. Una vez que todos se
fueron y los platos se limpiaron, Travis y yo nos sentamos en el jacuzzi,
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124
Página
Capítulo Ocho
30
Es una raza de perro de trabajo incluido dentro de la denominación Collie. Considerada la mejor raza de todas por su facilidad
Página
para ser entrenado. El Border Collie está considerado como un perro extremadamente inteligente, lleno de energía, acrobático y
atlético, y generalmente compiten con gran éxito en concursos de pastoreo y otros deportes caninos. Son mencionados como la
raza de perro doméstico más inteligente.
con la llegada de la Navidad, y Travis comenzó a hacerme cultivar la
comida para que él no engordara. Traté de decirle que podía bajarse de
Chaucer y caminar un poco más y comer lo que le gustaba, pero eso lo
puso de mal humor, así que comencé a llevar las cosas al lugar de Tory.
No pasó mucho tiempo antes de que guardara una bolsa de galletas para
perros en mi auto para poder echárselas algunas a Polly cuando pasaba
por allí.
No iba a hacer un gran asunto sobre ello, e hice todo lo posible por
mantener mis anisas por un perro para mí mismo. Me estaba divirtiendo
mucho solo. También hicimos un árbol, algo pequeño que cortamos del
pasto del norte. A Travis le gustó que fuera de su propiedad, pude notar.
Esta era la cosa con Travis. No salía mucho de su oficina, pero amaba su
extensión. Realmente le gustaba manejarla incluso. Nunca podría
mantener todo eso en mi cabeza como él podía. Yo necesito poner mis
manos en ello, como dice Haley. Pero Travis en realidad no lo hace bien en
tiempo real. Es por eso que no hacemos un mal equipo, en mi opinión.
Ganadería, quiero decir.
De todos modos, estábamos redecorando las fiestas como ninguna otra
cosa. Galletas, pasteles, guisos y asados, y pequeñas luces centelleantes
en las ventanas. Haley también se metió en esto, trayendo estos grandes
lazos de plástico rojo para colgar en las puertas del establo, y admito que
se veían bien, aunque a los caballos no les importaba. Travis me llevó
mucho en lo que Haley bromeaba conmigo que eran "paseos románticos".
En teoría, estábamos revisando su preciosa valla, pero, sobre todo, sí, solo
estábamos dando un agradable paseo. Siempre estaba en Chaucer, por
supuesto, y yo terminé en Pepys.
Tardé tres semanas en descubrir que su nombre no era "Pips". Resultó
que Pepys era un viejo escritor de diarios a quien le gustaba juguetear
bajo las faldas de su doncella. Chaucer también me sonaba algo, así que
126
Página
busqué en Google. Aparentemente era un clásico importante del inglés
medio31. Travis dijo que a veces también eran un poco groseros.
—Pensé que eras un chico de matemáticas, no un tipo de historia —le
dije.
Él se encogió de hombros. —Riley era un estudiante de inglés. Su caballo
era Rochester. —Una sonrisa parpadeó en sus labios—. Le gustaba
encontrar las "partes traviesas "en la literatura, como él los llamaba.
No me interesó mucho esa sonrisa, pero me dije que debía superarlo. —
¿Lo extrañas? ¿A Riley?
Ahora la sonrisa brilló a mí, para mí, y el dolor en mi abdomen se alivió.
—No últimamente, no. Estoy contento de ser el "hablador" para variar.
Encontró eso divertido, que dije que yo era hablador. Pero maldita sea,
él lo era.
De todas formas. Estaba hablando de los perros.
Me había resignado a no tener uno. De hecho, razoné, era mejor. Porque
a pesar de que Travis me dijo que quería que me quedara, no era un tonto
pensando que nada se interpondría entre nosotros. Algo lo haría.
Estábamos, lo sabía, en "una relación". Pero muchas cosas podían
destrozarla, y eventualmente una de ellas lo haría. Sería lo
suficientemente duro no estar con Travis, y la idea me había llevado a
trenzar muchos, muchos cueros. Seguramente no necesitaba perder un
perro también.
Pero entonces, una noche, cuando Haley y yo estábamos trabajando,
Travis asomó la cabeza por la cocina y me dijo que nos levantaríamos
temprano en la mañana y que llevara mi trasero a la cama.
—¿A dónde van? —preguntó Haley, cubriendo un bostezo mientras
empacaba su computadora.
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31
Es el nombre que se da en filología histórica a las diversas formas que adoptó simbólicamente la lengua inglesa hablada
Página
en Inglaterra desde finales del siglo XI. Su principal característica es que se trata de una lengua difícil de definir o delimitar, pues
fue variando en una rápida transición, en la que pueden apreciarse los diversos cambios que sufrió el idioma a lo largo de los años,
en los cuales estuvo sujeto a una fuerte variedad lingüística.
—No lo sé con certeza. —Vi un segundo bostezo, más grande que el
primero, y fruncí el ceño—. Escúchame, si venir aquí te está cansando…
Ella agitó una mano hacia mí y negó con la cabeza. —Son unas clases las
que me están matando. Eso y el frío. Al menos se supone que no nevará
mañana. —Cuando se levantó, se inclinó y me besó en la parte superior de
la cabeza—. Ustedes dos estén seguros donde sea que vayan, ¿de
acuerdo?
Haley siempre me estaba besando en la parte superior de la cabeza. Era
ridículo cuánto me gustaba. —De acuerdo —dije.
***
recliné y canté.
Página
32
Es la marca de una grasa alimentaria producida por the J. M. Smucker Co. popular en los Estados Unidos. Fue la primera grasa
alimentaria hecha completamente de aceite vegetal hidrogenado. (Kinky :P)
Todavía no me había metido el puño en sí, pero el juego mental era que
él podría haberlo hecho, porque mi cuerpo y mi mente estaban listos.
Estaba tan jodidamente listo que no era gracioso. Este juego terminaría
esta noche, sabía, como siempre lo hacía, con la cara roja y tensa,
mirándolo en una bruma mientras le pedía en voz baja un discurso para
que por favor pusiera su mano dentro de mí y me follara. Le diría lo mucho
que amaba sus dedos raspando dentro de mí. Yo describiría mis entrañas
con términos groseros y ridículos, porque a él le gustaba es –¿por qué
demonios se excitó al decirle que quería que acariciara mi canal
aterciopelado? No lo sé con certeza, pero Jesús le hizo morder mi labio
duro. Y déjame decir cómo quería eso, no importa cómo lo llames. Quería
mirar hacia abajo y solo ver su muñeca o incluso su antebrazo afuera. Yo
quería saber que él estaba en mí. Quería sentirme tan vulnerable y seguro
a la vez. Lo quería como nunca había deseado otra cosa.
Él engrasó esa mano como no lo creerías, trabajando cada uno de los
dedos dentro de mí, emparejándolos, dividiéndolos, burlándolos. Dos días
antes, él me había trabajado así en el sofá mientras veíamos porno donde
dos tipos interrogaban a un prisionero que supuestamente había
contrabandeado botes de película en su trasero. Travis usaba guantes
quirúrgicos, pero en el video había sido un guante negro. Esa noche,
Travis casi me hizo subir por las paredes, hurgando en mi culo,
mordiéndome la oreja mientras susurraba: "¿Tienes algo allí que necesito
encontrar?" Y yo había dicho: "Sí. Entra allí y tómalo." Pero él no podía
encontrarlo, dijo, así que tenía que cavar más profundo, y pronto estaba
suplicando y aferrándome y suplicando, seguro de que iba a ser el
momento en que fuera todo el camino hacia adentro. Pero no.
No había forma de que fuera esta noche, con él diciéndome que
teníamos que levantarnos en la mañana e irnos "al este". Pero el juego era
que yo le rogara, así que lo hice.
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Página
—¿Qué quieres, Roe? —Tenía su mano ahuecada, el pulgar escondido,
cuatro dedos metidos en el primer nudillo. Estaba tan bien engrasado que
podrías haber embestido una torre de forraje33 en mi trasero.
—Quiero su mano en mi culo —dije con voz ronca, y traté de follarme
con los dedos—. Quiero sentir sus dedos en la parte posterior de mi
garganta. Quiero que me joda hasta el codo, señor. Quiero que me haga
cosquillas desde dentro. Quiero que esa mano grande y mala me golpee y
me haga gimotear. Quiero que me folle con su puño, Sr. Loving.
Me tomó un poco decir todo eso. Los discursos son difíciles cuando eres
muy consciente de que tu culo está estirado. Si él pusiera esa mano
dentro, sería un maldito alivio. Estaría lleno como mierda, pero el dolor se
aliviaría. Pero entonces su diversión de torturarme terminaría. Y era mi
trabajo tomar lo que él daba, así que le dije lo que quería, y luego me
preparé para no tenerlo.
Pero esa noche se inclinó sobre mí, me miró con ojos perversos y
malvados y me dijo: —Recuerdas, muchacho, que siempre te doy lo que
quieres.
Y él empujó hasta dentro.
Decir que grité haría que sonara mucho más femenino de lo que un
hombre que pone su mano en el culo de otro hombre debería. El sonido
comenzó en la base de mi espina dorsal y salió por la parte superior de mi
cabeza en lugar de por mi boca. Y no mentiré. Hubo un momento de dolor
bastante significativo. Pero no era desgarrador ni nada peligroso. Sólo
estirándome. Sólo mi cuerpo abriéndose para llevar a Travis adentro donde
quería ir. Y luego él estuvo adentro.
Dentro. Dentro de mí. Podía sentirlo. Fue alarmante y excitante a la vez.
Era como una especie de invasor hermoso y terrible. Estaba muy
131
Página
33
O.O
consciente de mis órganos internos. Sentí como si hubiera tomado a un
demonio dentro de mí, que todo lo que tenía que hacer era abrir su mano,
desnudar sus garras, y arrebatar partes de mí. Había estado esperando
esto durante meses, anhelando el momento en que pudiera mirar hacia
abajo y ver qué aspecto tenía su mano en mí, pero ahora que estaba allí,
todo lo que podía hacer era mirarlo a la cara, atrapado como nunca había
sido atrapado antes.
Él sostuvo mi mirada. Y luego él giró su mano.
Mi llanto fue un gemido esta vez. Y cuando comenzó a empujar, era
como si hubiera vuelto a Iowa con los cerdos, porque todo lo que pude
hacer fue gruñir, gruñir, gruñir, y luego gruñir-gemir cuando giró la mano.
Oh, le encantaba girar la mano.
Me encantó y asustó este acto que estábamos haciendo. Por un lado,
parecía la cosa más estúpida que podía hacer. Tan peligroso. Tan
peligroso. Estaba drogado la primera vez que me sucedió, y sabía que no
me había gustado, pero tampoco lo recordaba, y estoy contento. Este no
era un juego. Esto era enorme, lo que le estaba dejando hacerme. Esto era
más que dejarlo a unas pocas pulgadas de mi recto. Él estaba en mí. Esto
era más confianza de lo que sabía que tenía en mí para dar.
Me di cuenta de por qué no podía apartar la mirada de sus ojos, porque
allí podía ver que él también sabía todo esto. Él entendió el gran asunto
que era esto. Y cuando lo miré, supe que me iba a cuidar muy bien.
Empujó tan profundo que mis ojos se humedecieron, y me lamí los labios
antes de abrirlos. Entra en mí aquí también.
Lo hizo.
Nos besamos como tontos ebrios mientras él metía su puño dentro y
fuera de mí. Eso en realidad da la impresión equivocada de lo que sucedió
–los dedos siempre entran primero, pero la imagen en mi cabeza es de su
mano golpeándome. De su brazo penetrando profundamente dentro de mí.
132
de mi trasero.
—Estoy bien —le dije por quincuagésima vez—. Adolorido, sí, pero bien.
Página
Absoluta-malditamente bien.
Él me besó y acarició la mejilla mi culo. —Estuviste tan hermoso. No
debería haberlo hecho, porque ya deberíamos estar durmiendo. Pero no
me pude resistir más. —Otro beso, este más profundo—. Gracias.
Nos besuqueamos por un momento, pero él no dejó pasar demasiado
tiempo, llevándome a la cama en su lugar. Aunque hizo una cuchara
contra mi espalda y jugó un poco con mis pezones. Esta era la otra parte
del juego, y el puño aparentemente no iba a cortar esta parte.
—Ojalá pudiéramos hacer eso cada jodida noche —le dije, moviéndome
para que pudiera tener un mejor acceso a mi pecho. Sabía que quería
exaltarme antes de decirme que tenía que dormir, y yo también lo quería.
Tenía los sueños más jodidos cuando me hacía eso.
Él acarició la parte posterior de mi cuello y pellizcó mi pezón lo
suficientemente fuerte como para hacer que jadee. —Me gustaría tenerte
en una jaula, con las piernas atadas, el culo atado a un agujero donde
podría pasar y follarte con los dedos cualquier maldita vez que quisiera.
Me estremecí. Este era un juego más nuevo, en la que se convertía en
una especie de obsceno maestro de mazmorras y explicaba con detalles
gráficos las formas en que me esclavizaría. Decía mierdas que sabía que
nunca, nunca haría, pero realmente le excitaba decírmelas. Esta clase de
charla grosera, donde no se trataba sólo de sexo, sino de mí un paso por
encima de un perro no era algo que generalmente buscaba, pero cuando
Travis lo decía, sonaba bastante bien.
—¿Sí? —dije.
—Sí. Puede que te deje salir a veces para inclinarte sobre mi escritorio.
Podrías mantenerte abierto para mí y darme una hermosa vista.
De acuerdo, eso me hizo retorcer. —Mmm.
Pellizcó fuertemente otra vez. —Pero donde te verías mejor sería en un
banco, con el culo rojo y apuntando al aire. Te amarraría los tobillos y las
muñecas, y haría un día de tu culo. Te ves tan bien con las colas. Pero
134
***
***
34
O música campirana, es un género musical surgido en los años 1920 en las regiones rurales del Sur de Estados Unidos y
las Marítimas de Canadá y Australia.
Ella asintió, secándose los ojos con la manga de mi abrigo. Parecía que
quería un abrazo, y yo quería darle uno, pero era consciente de ese frío y
le di otro suave, pero firme, "Ve", y ella entendió. Me relajé un poco
cuando vi que Ez y Zeke la alcanzaban y la seguían hasta las escaleras.
Sería difícil estar demasiado cabizbajo con esos locos tratando de cubrirla
en baba.
Travis ya me estaba buscando, y lo encontré en el pasillo junto a su
oficina. —Necesito ir a sentarme con Haley un poco —le dije—. La envié a
mi apartamento.
Eso lo hizo fruncir el ceño, pero fue porque había dicho "mi." La última
cosa fue preguntarme por qué diablos tenía que guardar cosas allí cuando
había mucho espacio en casa. Tenía mis razones, pero no iba a entrar en
eso ahora.
—Ella está en problemas —le dije, manteniendo mi voz baja, pero tan
pronto como dije las palabras, supe que eran las equivocadas. Estaba a
punto de decirme cómo su padre y su madre merecían saber si había
problemas, y antes de saber lo que estaba haciendo, espeté: —Está
embarazada.
Me sentí mal diciéndole, porque sabía que Haley lo quería en secreto,
pero también se sentía bien contárselo a él. Todo se volvió más fácil tan
pronto como lo saqué de mi pecho.
Se dio cuenta de que esto era un secreto por sí mismo, y también se
relajó, incluso cuando parecía cansado y triste. —Mierda. ¿Qué va a hacer?
—No lo sé. Me imagino que es de lo que vamos a hablar. —Entonces, de
repente, los nervios volvieron, y extendí la mano—. Tengo miedo de decir
algo equivocado.
Sus dedos acariciaron los míos, y me dio una sonrisa unilateral. —Sólo
escucha en su mayoría, diría yo, y sé amable. Probablemente se ha comido
la cabeza ella misma.
140
Asentí con la cabeza, y como ya había actuado como un idiota con él con
respecto a ello, le di un beso en la boca en silencioso agradecimiento.
Página
***
sobre las olas y esperé como el infierno que todo finalmente volviera a
calmarse.
Página
—Lo que sea que decidas, Haley —le dije, tranquilo pero firme—, lo que
sea que decidas, te ayudaré si quieres. No sé nada de bebés, pero te
ayudaré si lo conservas. Yo sólo… —Perdí algo de mi confianza y comencé
a tartamudear mientras decía el resto—. Has sido una buena amiga
conmigo. La mejor… mejor que he tenido. Ese Cal, es un jodido idiota y un
idiota por dejar a una chica como tú. Si fuera heterosexual, me pondría de
rodillas ante ti. Estaría allí para ti y el bebé. Incluso si no fuera mío.
Ella estalló en lágrimas realmente malas entonces, y me sentí como una
mierda porque sabía que lo había jodido. Mi pecho estaba tan apretado
que tuve que esforzarme para respirar, y me estaba poniendo lo
suficientemente cerca como para pedir perdón cuando ella me echó los
brazos al cuello, me apretó con fuerza y dijo: —Te amo, Monroe Davis.
Algo dentro de mí se abrió, y cuando dejé salir el aire de mis pulmones,
fue inestable. Por primera vez en un tiempo quise correr, correr como si
mis talones estuvieran en llamas.
Y luego sentí la humedad de sus lágrimas en mi cuello, y el fuego debió
haber estado allí, porque se apagó. Sin embargo, todavía me dolía el
estómago, que fue por lo que la abracé con cuidado y dejé que mi cabeza
descansara sobre un lado de su cabeza, cuando le respondí, mi voz era
suave como el viento.
—También te amo, Haley.
Allí, en el día de Navidad en mi apartamento sosteniendo a Haley
mientras ella lloraba con los perros, fue cuando tuve mi primera visión de
mi hogar.
5 de enero
Querido Bill:
Lo primero que quiero decirte es que estoy bien. Estoy trabajando como
vaquero sénior en un lugar llamado Ningún Lugar. Es una extensión muy
145
Kayla y la tuya que esto sigue siendo un problema para todos ustedes. Lo
que significa que soy un problema para todos ustedes. Lo que significa que
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Con amor,
Roe
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Capítulo Diez
35
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Es un tipo de terraza acristalada con vidrio. El techo y los marcos están diseñados térmicamente para que la habitación se pueda
calentar y enfriar durante todo el año, lo que permite disfrutarla todo el año.
36
Es conocida como una organización no gubernamental de beneficencia social privada.
que trabajó duro para no tener amigos o entablar una conversación, me
sentí tremendamente apegado a que todo el mundo estuviera presente
todo el tiempo. Quiero decir, aquí finalmente pude cocinar para la gente
otra vez, y ahora nadie estaba en casa.
Nunca dije nada sobre sentirme mal, pero Travis pareció descubrirlo. Él
fue extra tierno los primeros días. Él nunca dijo una palabra al respecto,
sólo se dio cuenta y me dio caricias extra.
Fue un invierno largo y duro. Pero sigue siendo uno de mis recuerdos
favoritos.
***
lo que ella hizo? ¡Se los dio a todos! A su madre, su papá– Tory incluso
usaba la suya a veces cuando iba a la ciudad. La de su madre era un
cordón de collar, y ella le colocó un colgante.
Una adivinanza sobre quién no recibió uno y se puso engreído.
¿Cómo se suponía que sabría que Travis se resentiría así? Sólo pensaba
que eran basura que hacía para mantener mis manos ocupadas, pero de
repente fueron una mercancía caliente. No me gustó. Dejé de permitir que
alguien los tuviera. Algunos lo arrojé. Pero ya era demasiado tarde. Travis
los había visto, Travis sabía que yo los había hecho, y ahora me veía
armando lío sobre ellos cuando me iba a la cama. Y me preguntó acerca de
ellos.
—Son sólo cosas que hago con mis manos —dije—. No son nada en
realidad.
—Ese que hiciste para Haley es muy lindo —había dicho—. Todo el
mundo dice eso. Y los otros también son agradables. Todo el mundo que
los usa recibe comentarios de ellos.
Lo que significa que no estaban comentando sobre el suyo, porque él no
tenía uno.
Bueno. Entonces entendí que significaban cosas para otras personas, y
entendí que Travis quería una. Pero no podía darle una de las piezas de
basura que le habría dado a caridad. Viste cómo me hice un mundo por el
de Haley. Ni siquiera se lo habría dado, si no fuera porque ella me
persiguió. No había forma de que alguna vez fuera capaz de hacer uno lo
suficientemente bueno para Travis.
Y lo intenté. Intenté muchas cosas diferentes. Lo había estado
intentando desde mediados de diciembre, pensando que le daría algo para
Navidad, pero ninguno de ellos funcionó, y de todos modos me pareció
tonto cuanto más pensaba en ello. Para febrero, tenía una caja llena de
cosas que había intentado hacerle a Travis y desistí. Lo mejor fue un
cinturón. Pensé que realmente le gustaría, e incluso lo busqué en Internet,
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compré uno de otra persona y lo desarmé para ver cómo hacerlo bien.
Pero cuando terminé parecía tan crudo, como si un niño lo hubiera hecho.
Página
37
Es un tipo de corte de res en forma de…. ¿Adivinan?.... Bola!!!
También yo. Dejé el cuchillo y me acerqué, con el corazón palpitando, y
traté de quitarle la caja—. Eso no es tuyo.
Él lo sacó de mi alcance. —Oh, ¿no lo es? —Levantó el brazalete con sus
iniciales entrelazadas en cuentas, e hice una mueca. Lo arrojó de nuevo a
la caja—. ¿Qué es esto, Roe? Y no me des ninguna mierda sobre esperar
una ocasión especial. Mi cumpleaños fue en febrero. Me diste una botella
de vino y una mamada.
Me sentí como si me hubiera abofeteado, excepto que tan pronto como
el dolor golpeó, la culpa se desvaneció. De acuerdo, entonces le di un mal
regalo. Lo había sabido. —Las tiendas estuvieron cerradas debido a la
tormenta.
Él sacudió la caja en mi cara. —Hiciste todo esto desde entonces hasta
este momento, ¿verdad?
—¡Es una mierda! —Grité. Me temblaban las manos y me dolía tanto el
estómago que quería doblarme—. Todo es basura, ¿de acuerdo? Lo
intenté, pero todos resultaron una mierda. Como todo lo demás que hago,
¿de acuerdo?
—No hay nada de malo en nada de esto. Esto es mejor que el que hiciste
para Haley, y todavía están hablando de eso en el Círculo de Mujeres que
se reúnen en el café. —Él golpeó la caja en el mostrador y me miró—.
Pusiste todo ese tiempo en eso para Haley, y ella lo usa en todas partes, le
diste uno a todos menos a mí, y todos lo saben. Es un gran chisme. "Oh,
están viviendo juntos, y ambos son homosexuales, bastante seguro de
eso, pero no debe ser serio". Están diciendo eso. Realmente lo hacen.
—¿Porque no te di un estúpido pedazo de mierda de cuero? —respondí.
—¡Porque me tratas como tu jefe y tu compañero de follada! —gritó.
—¡Bueno, lo eres!
Las palabras, bramadas por mis entrañas, colgaban como balas de cañón
en el aire. O bombas, tal vez. Cuando las dejas aterrizar, explotan.
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Excepto que Travis habló tan suavemente que cortó bajo mis gritos, y
sus palabras hicieron que las mías se convirtieran en polvo. —¿Eso es todo
Página
***
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Él me llevó al sótano.
Mencioné que había encontrado la habitación cerrada en el sótano y
finalmente me metí en ella. En el tiempo transcurrido entre la primera gira
y la noche en que encontró sus regalos, había realizado varias otras visitas
más íntimas.
Pensaba en eso como la habitación de sexo. No era muy grande, y
estaba limpia y agradable, pero sí. Definitivamente era una sala de sexo.
De allí venía ese maldito banco, y no era el único. Tuvimos muchas noches
pervertidas en la sala de sexo. Dios, los juguetes. Uno de mis favoritos era
un empalador. Él encadenaba mis muñecas y tobillos, y luego me ponía en
el empalador. Me aferraba a los lados para no caerme, pero tenía las
piernas separadas y estaba parado sobre esta cosa indagadora. Subía por
tu culo, lo cual estaba bien, pero deliberadamente está puesta demasiado
alto. Cuando estás de puntillas, está bien, pero si relajas las piernas,
comienza a ser incómodo. No te duele, solo te frota no del modo correcto.
Travis me ponía en esta cosa, luego se sentaba frente a mí y me haría
toda clase de preguntas tontas, generalmente sobre ovejas o vacas, o
quién había estado en el café esa semana cuando él había ido a almorzar,
lo que siempre hacía no importa lo que dejara para sándwiches. Y el juego
era que fingía que no estaba empalado. Eventualmente, sin embargo, me
preguntaba qué pasaba, y luego tenía que decirle, gráficamente, sobre la
cosa en mi culo. Luego me preguntaba qué preferiría tener allí, y me
mostraba todo tipo de implementos jodidos. No me dejaba salir del
impalador hasta que dijera que sí a por lo menos tres. Y escogía alguna
mierda de miedo, generalmente a propósito. Siempre cogía un bate de
béisbol, porque me había visto enloquecer en una de las películas cuando
se la metían al culo a alguien. Nunca lo iba a usar en mí, ambos lo
sabíamos, pero a él le gustaba jugar conmigo. Y me gustaba que juegue
conmigo. Funcionaba.
161
Pero esta noche fue diferente. Esta noche él estaba enojado, y yo estaba
jodido. Y estaba bajando las escaleras ya atado. Las campanas de
Página
Y una parte más profunda de mí que no tenía palabras, pero sabía cómo
mover mi cuerpo se levantó, me llevó hacia adelante, me quitó la ropa, me
sentó en el banco, y me mantuvo allí hasta que se levantó y se acercó a
mí.
Yo quería que me diera sexo. Quería que abriera su cierre y que me
diera su polla. Quería que me besara, me lamiera, me follara, me chupara.
Quería fingir que esto no había sucedido. Quería que lo hiciera
desaparecer.
Él no me dio nada de eso. Simplemente tomó una paleta, la levantó y
preguntó: —¿Cuántos quieres?
No era una orden. Era como si estuviera sosteniendo magdalenas,
preguntando cuántas quería. Como si pudiera decir que ninguna, gracias.
Tragué saliva, y luego dije: —Cuatro.
Asintiendo con la cabeza, dio un paso atrás e hizo un gesto hacia el
banco de nalgadas. Me sacudí un poco mientras caminaba hacia allí y me
arrodillé en su lugar, pero, aunque puse mis tobillos y muñecas contra las
restricciones, él no las cerró. Sólo esperó hasta que me instalé, luego me
tocó la parte inferior de la espalda para saber dónde estaba.
—¿Listo? —preguntó. Asentí.
El primer golpe cayó.
Las paletas se sienten como golpes. Como si estuvieras disparando a
través de la habitación, por eso, en realidad, necesitas las restricciones.
Era difícil no tenerlas ahora. No sólo todo mi cuerpo se sacudió y se
sacudió cuando mi culo se encendió en llamas, pero sentí que iba a
caerme. Después de la segunda, reuní el aliento suficiente para escupir:
"Por favor átame".
Lo hizo, pero los bucles estaban tan sueltos que no me costaría mucho
salirme y no estaban bien sujetas. Recibí el mensaje. Él quería que yo
pudiera zafarme. Pero me mantuvieron en mi lugar lo suficiente como para
recibir los dos últimos. Mi culo ardió. Mi cuerpo tembló. Pero cuando bajó
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significa eso?
—¿Qué carajos se supone que significa eso que dices que todo lo que
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haces es mierda? ¿Qué es esta mierda sobre ti siendo una mierda? ¿Es eso
lo que piensas de mí? ¿Que compartiría mi vida así con alguien que pienso
que es una mierda?
En la trampa. Jodido en el centro de la trampa, y si me movía, se
cerraría. Volví a tirar de las correas, olvidando que si volvía la mano podría
deshacerlas. —Quise decir que no deberías enojarte porque no quiero… —
Iba a decir, "darte mi basura", pero me contuve a tiempo. Dejé escapar un
suspiro de frustración—. No soy tan bueno como tú o cualquier otra
persona. ¿Bueno? Lo entiendo. Siempre lo he hecho. Todos son demasiado
amables para… —Me interrumpí. Esto no estaba saliendo como lo quería
decir.
Su ceja se elevó. —¿Llamarte mierda en la cara? —Había estado
bromeando, pero cuando bajé la cabeza, avergonzado, estiró la mano y
levantó mi barbilla. Me rendí y lo volví a mirar. Estaba sorprendido—. Tú
realmente lo dices en serio. Realmente crees que eres basura en
comparación con otras personas. —Cuando traté de apartar mi cabeza de
él, me sostuvo la barbilla rápidamente—. Roe. Monroe Harold Davis. No
eres una mierda. Tú no eres basura. No eres menos que nadie. De hecho,
creo que probablemente seas mejor que la mayoría de las personas que
conozco. Sé de hecho que eres una mejor persona que yo.
Me aparté bruscamente de él y tiré con fuerza de las tiras hasta que me
dolieron. —¡Detente! ¡Detente! ¡No!
La palabra hizo eco en la habitación. Nunca la había usado aquí. Nunca
lo usé con él en absoluto, no en un juego. No en el sexo No decirle que
para.
Lo dije de nuevo. —No. No. ¡No, no, no! ¡Déjame salir! ¡Déjame ir!
¡Déjame ir!
—Puedes deshacer las correas. No están apretadas. —Pero él se
adelantó y deshizo primero una mano y luego la otra igual—. Excepto que
no estoy jugando, Roe. Y no puedes decirme una palabra segura cuando te
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estoy diciendo que no eres una mierda. No puedes decirme que no cuando
te estoy diciendo que me preocupo por ti. No puedes decir que pare
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cuando…
—Te amo.
Tardé unos segundos en darme cuenta de que había sido yo quien había
hablado, que había dicho eso. En voz alta. A él. Ahora. Malditamente
ahora, aquí conmigo desnudo en un banco, después de gritarle por
decirme que no era basura. Ni siquiera me había dicho eso a mí mismo,
que lo amaba. Ni siquiera me di cuenta realmente hasta entonces.
Entré en pánico. Traté de volver a ponerme de rodillas, pero mis brazos
no se movieron. Miré a Travis, que sólo me estaba mirando, mirando... No
sé. Sólo mirando. Luciendo raro. Me entró el pánico más.
—Te amo —dije de nuevo.
Me sentí pequeño. No me picaba ni dolía –aparte de mi culo– pero me
sentía tan pequeño. Como si un ligero viento pudiera golpearme. Al igual
que podría hacer que me disuelva y vuele lejos, arriba y afuera y sobre los
campos. No lo dije de nuevo. Apenas respiré. Solo esperé. Esperé a que
hablara. Se moviera. Me besara. Tocara mi cara. Me dijera que él también
me amaba. Alguna cosa. Cualquier cosa.
Él se sentó sobre sus talones. —Riley huyó.
De acuerdo, que dijera algo que no fuera eso.
—Riley huyó —dijo de nuevo—. Fui a Grand Island para recoger una
pieza para un tractor. Cuando me fui, estaba enfurruñado en la cama.
Cuando volví, la mitad de la casa estaba limpia, y había una nota en la
mesa de la cocina. Todo lo que decía era, "Como odias mi drama, no te
pondré en una escena de salida. La mejor de las suertes con el rancho." Y
firmó su nombre. Y eso fue todo. Sin número. Sin dirección. Había
cambiado su correo electrónico y su teléfono celular. Si quisiera ser un
acosador, podría buscarlo en la universidad, pero ese no era el punto. Él
no estaba tratando de esconderse de mí. Me estaba dando "paz" como
siempre le dije que lo necesitaba. Mi espacio. Espacio sin él en él. Y lo hizo
de esa manera porque sabía que iba a doler. Sabía que yo tendría que
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No había importado que hubiera estado preparado para algo como esto.
No puedes estar listo para que alguien te diga que uno de tus padres se ha
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ido. Y descubrí que ni siquiera importa que te hayas separado en malas
condiciones y que hayas tomado la decisión no hace mucho de que era
mejor no reiniciar las relaciones. No importa, no en ese momento. La
muerte cambia todo.
Cuando pude, dije: —¿Cuándo?
—Hace un par de horas. —Hubo otra pausa. Era muy pesada, y cuando
Bill volvió a hablar, podía decir que cada palabra era un peso de plomo
sobre él—. No estaba mirando lo suficientemente cerca. Cogió las llaves e
intentó conducir hasta la ciudad.
Cerré los ojos y no dije nada.
—Lo bueno —prosiguió Bill, su voz temblorosa—, es que no lastimó a
nadie más. ¿Recuerdas esa línea media de concreto38 en la intersección en
T hacia abajo por Coppit Corner? Chocó eso a sesenta y cinco. Dijeron que
murió al instante, o casi.
Hizo una pausa, como si fuera mi turno, pero no supe qué decir. ¿Qué
dirías si tu hermano, cuya voz no habías escuchado en cinco años, llamara
y dijera que tu padre había muerto?
Mi papá. Mi papá estaba muerto. Nunca lo volvería a ver. Nunca. Miré
directamente delante de mí, pero no vi nada. Las últimas palabras que me
había dicho habían sido: "Deja el fuerte norte listo". Después de eso, todo
lo que obtuve fueron miradas de decepción y repugnancia. Serían lo único
que tendría. No había más papá. La sola idea siguió rodando una y otra
vez en mi cabeza, atorada. No más papá. No más papá. No más papá.
—Esperaba que vinieras a casa para el funeral —dijo Bill.
Me aclaré la garganta y arrastré los pies. —Sí. —Entonces me di cuenta
de lo que implicaría "volver a casa". Me aclaré la garganta de nuevo—.
¿Estás seguro de eso?
—¿Que te quiero en casa para el funeral de nuestro padre? Sí, Roe.
Estoy malditamente seguro.
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Cemento.
Pero podría notarlo. Ya podría notar que esto sería sombrío por el tono
de su voz. Vi a Travis moverse por el rabillo del ojo, y finalmente me volví
y lo encontré con la mirada.
A veces me impacta qué tan paciente es Travis. Él sabía de mi padre, me
di cuenta, porque no me habría pasado a Bill por nada menos. Y no se
estaba apartando de mi lado hasta que descubrió cómo estaba. Él tampoco
sabía qué decir. Pero estaba allí. Esperando.
—Lo que sea que necesites —dijo Travis—, lo haremos. Tienes que ir a
casa, vamos. Cuando sea y por el tiempo que sea. —Miré a los corderos y
abrí la boca para poner objeciones, pero él me ignoró—. Tory puede
manejarlo. Si quieres ir, averigua los detalles y nos prepararemos para
salir.
Nos. Me di cuenta de que seguía diciendo eso: nosotros. Vamos a ir. No
yo. Él tampoco se estaba ofreciendo. Él iría, si yo iba.
Extendí la mano, con los dedos temblando. Encontró mi mano a mitad de
camino, y la agarró con fuerza. Sentí su fuerza entrar en mí, y creo que
tomé mi primer aliento real en diez minutos.
—¿Roe? —dijo Bill en mi oído.
—Iré —dije, mirando directamente a los ojos de Travis.
Iríamos.
***
39
Motel.
—Roe Davis. Caramba, ¿cuántos años ha sido? Lamento mucho lo de tu
padre, cariño. Era un buen hombre. —Ella se dio cuenta de que yo era una
tabla rígida en sus brazos, se retiró y me dio una carcajada. —No me
recuerdas, ¿verdad? Soy Missy Letts. Estábamos en la escuela juntos.
Estaba un grado detrás de ti. Te sentaste a mi lado en inglés de primer
año.
Parpadeé, tratando de recordar. Estuve drogado en la mayoría del
primer año de inglés en ambas ocasiones. —Oh —dije, tratando de fingir—.
Por supuesto. Hola.
Su rostro era muy redondo y brillante, pero cuando vio a Haley, se volvió
más redondo y brillante mientras sonreía. —Oh, ¿y esta es tu esposa? ¡Oh,
caramba, y serás papi!
Yo quería huir tanto. Travis debió haberlo imaginado, porque su mano
cayó sobre mi hombro. Haley, con los brazos cruzados sobre su vientre, le
dio a la empleada su sonrisa de "Yo soy amable, pero no me jodas".
—No. Mi novio me preñó y salió corriendo. Soy Haley, amiga de Roe. —
Ella asintió con la cabeza a Travis—. Éste es Travis Loving. La pareja de
Roe.
La mano de Travis se apretó, manteniéndome en su lugar. Tragué saliva
y esperé.
Los ojos de Missy Letts se habían desorbitado. Muy, muy ancho. Su boca
se había abierto, y por un segundo nos miramos el uno al otro, yo
aterrorizado, Missy conmocionada, Travis probablemente en blanco como
una pizarra, y Haley dejando en claro que cualquiera que me estuviera
jodiendo tendría que responderle. Y luego, componiéndose
cuidadosamente, Missy sonrió de nuevo.
—¡Bien! Eso me enseñará a asumir las cosas, ¿verdad? —Ella dejó
escapar un suspiro levemente nervioso y me dio una palmadita en el
brazo—. Es bueno verte, Roe. —Le guiñó un ojo a Travis—. Y tu pareja es
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40
Belted Galloway es una variedad de ganado Galloway, proveniente de Escocia. Se piensa que es una cruza de Galloway
174
con Dutch Belted. Se reconoce a esta variedad de ganado por ser completamente negras (a veces pardas o coloradas) y con un
ancho cinto de pelaje blanco en su vientre. La Belted Galloway es una raza para carne, mientras que la Dutch Belted es una raza de
leche. su peso ronda los 1500kg.
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Es, probablemente, la raza ovina más extendida por el mundo.
Para los habitantes de Iowa, ese tipo de superficie sonaba como si un
rey debiera manejarlo, y Missy me dio una mirada que decía, claramente:
¡No dejes ir a este, chico!
Abrí la boca para decirle que no era más que un rancho de pasatiempos,
pero Haley se había hecho cargo de nuevo. —Roe comenzó como un
trabajador allí. Mi padre es el gerente, y él dice que nadie conoce las
ovejas como Roe.
¡Comenzó! ¡Todavía era un trabajador!
Missy sonrió y asintió. —Oh, sí. Los Davis siempre han sido buenos
agricultores. En la sangre, verás.
Pasaron otros diez minutos antes de que obtuviéramos nuestras cosas y
subiéramos. Tuvimos que hacer algunos viajes para conseguir la nevera
portátil y todo, y cuando pasé por el vestíbulo para dirigirme al ascensor,
vi a Missy hablando por teléfono en la oficina, hablando atentamente y
agitando las manos en la pared, emocionada mientras hablaba.
No sabía a quién llamaba, pero sabía exactamente lo que estaba
diciendo.
—No te preocupes por eso —me dijo Haley mientras se detenía en la
puerta entre nuestras habitaciones—. Estás aquí para tu familia. Para tu
papá.
—A mi familia no le gustarán esos rumores que vuelan —le dije—. A
papá tampoco le gustaría.
—Será dificíl —dijo, me dio un beso en la mejilla y luego cerró la puerta.
Escuché que el agua de la bañera comenzó a funcionar poco después. Me
desvestí, me duché y me acosté en la cama junto a Travis, que navegaba
por Internet en su computadora portátil. Cuando me apoyé contra él,
movió su brazo para tirar de mí con más fuerza.
—¿Estás bien? —preguntó.
Me encogí de hombros. —No lo sé. Siento que estoy en un sueño. Como
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42
Se caracteriza por su simpleza; puede incluir rebanadas de pan con mantequilla, jamón, miel, queso, diferentes tipos de panes y
rollos, frutas y diferentes clases de bebidas calientes y jugos.
Miré hacia Coppit Corner, pero no a tiempo. Vi el concreto roto de la
línea media, vi la corona que alguien había colgado allí, y cerré los ojos,
temblando, sin saber cómo iba a salir de esto.
Haley agarró mi mano.
Obtuve muchas agarradas de manos y murmuradas palabras
reconfortantes y sin sentido durante los siguientes dos días. De Travis, de
Haley, y de personas que me conocían pero a las que no podía recordar
bien. Es todo un poco tonto, pero no hay nada más que decir o hacer,
realmente. No dicen en serio que las cosas estarán bien. Ellos quieren
decir que las cosas continuarán. Que tú también lo harás. Lo cual, en ese
momento no es lo que quieres. Quieres que las cosas se detengan. Deseas
tomar diez minutos o tal vez diez días o incluso diez años y resolver esto,
pero no, todo continúa. Y continúa. Y continúa.
Subí a la acera de la casa en la que había vivido desde el momento en
que nací hasta que me echaron de allí. Caminé con la mano de mi amante
en la parte baja de mi espalda y mi amiga guerrera amazona embarazada
que me flanqueaba.
Caminé hacia mi mamá, que estaba de pie en la puerta mirándome.
Sonriente. Llorando. Mi corazón se elevó.
Luego me di cuenta de que ella también estaba mirando a Haley, y mi
corazón se estrelló. Ella estaba haciendo lo que Missy Letts había hecho.
Pensó que no estaba volviendo a casa, sino que volvía directamente a casa
y con una esposa embarazada. Pensé en la expresión de devastación que
estaba a punto de cruzar su rostro, mi corazón se zambulló en mis pies, y
lo siguiente que supe fue que estaba dando la vuelta y volviendo a bajar
por la acera.
Travis me detuvo, pero negué con la cabeza. No pude parar.
—No puedo No puedo, no puedo hacerlo. No puedo. No puedo ver que
me odia de nuevo. —Cerré los ojos y presioné mi mano sobre mi pecho,
177
meado. Bill claramente estaba tratando de mirar hacia abajo a este vil
bastardo teniendo sucio sexo homosexual con su hermano pequeño, y
Página
Travis, que tenía diez años, cinco pulgadas y mil quinientos acres más que
Bill, ni siquiera se inmutó, simplemente miró directamente de vuelta al
hermano homofóbico de su amante.
Nos sentamos alrededor de la mesa en la cocina. La esposa de Bill sirvió
café a todos y algunos de los alimentos que la gente había traído, y
actuamos bien. Bill y Travis hablaron sobre el ganado, sobre la diferencia
entre el manejo de la tierra de Iowa y Nebraska, y luego me arrastraron a
hablar sobre ovejas. Durante un tiempo fue casi como si fuéramos
normales. Bill quería saber sobre el mercado de la lana Merino y cómo eso
funcionaba, y Travis habló sobre el margen de ganancia, y yo hablé sobre
el uso y no cumplimiento de la regulación de la lana orgánica. Y así como
así, estaba de vuelta en casa. En la mesa de la cocina, con mi familia.
Mamá se secó los ojos de vez en cuando y evitó mi mirada. Ella actuó
como si Travis no estuviera allí. Pero siguió mirando a Haley,
especialmente en su vientre. Nunca la había visto tan hambrienta, y fue un
poco desconcertante verla mirar a Haley de esa manera. Me preguntaba si
Bill había "confesado el no poder tener sus propios hijos todavía". Me
pregunté si estaría mirando a ese bebé en el vientre de Haley y pensando
en todo lo que no iba a tener. Me preguntaba si ella me estaba culpando
por quitárselo siendo gay.
Terminamos el almuerzo, y después de eso, algunas personas pasaron
por allí, la mayoría de la iglesia con más comida. Podrías suicidarte con la
comida de la casa, pero siguió llegando, porque así era. La mitad de ella
tendría que ser desechada. Sarah empacó todo lo que pudo con nosotros
cuando nos fuimos.
Haley me hizo sentar en el asiento delantero, y ella me frotó los
hombros todo el camino de vuelta a la ciudad.
—Lo hiciste bien, Roe —dijo—. Lo hiciste muy bien.
De vuelta en el hotel, Haley tomó una siesta, y aunque le dije a Travis
que no estaba cansado, también lo hice. Y luego fueron las cinco y tuvimos
179
Kayla estaba allí cuando salimos de ver a papá, y el pastor Tim estaba
con ella.
Página
Nos mantuvimos alejados el uno del otro durante el velorio. Haley y
Travis seguían flanqueándome, aunque todos seguían haciendo que Haley
se sentara. Creo que sacudí las manos de trescientas personas. Dije
"Gracias por venir" una y otra y otra vez. De vez en cuando, alguien
miraba a Travis y luego a mí expectante, deseando la historia, pero estaba
tan adormecido que nunca la di. Haley tampoco dijo nada, aunque a veces
lo hacía Travis. No le gusta hablar de sentimientos, pero parlotea como
una vieja urraca, y encajó perfectamente una vez que entró en confianza.
Hizo alarde de la ganadería, de enseñar matemática en la universidad, y
de que cuando Harold Yomer llegó, incluso se metió en su discurso
libertario.
Oh, algunas personas pasaron de nosotros, fingiendo que ni siquiera
estábamos allí. No me importaba en absoluto. Menos charla para mí.
Cuando finalmente llegamos a la línea completa y era hora de irnos,
Kayla intentó venir, arrastrando al pastor Tim y luciendo decidida, pero
Haley nos condujo hacia la puerta, y cuando Kayla trató de detenernos,
Haley dijo que no estaba sintiéndose bien y tocó su vientre. La brigada de
la abuela comenzó a cloquear y alborotar, y salimos por la puerta en
minutos.
Una vez que volvimos al hotel, me quedé despierto en la cama mirando
al techo en la oscuridad.
Travis estaba acostado de lado a mi lado, y me tocó el hombro. —
¿Todavía estás bien?
Mantuve mis ojos en el techo. —Es extraño, cómo Kayla y Haley son
muy parecidas. Y tan diferentes al mismo tiempo. Quiero decir, incluso se
parecen físicamente.
—Haley sonríe más.
Agarré su mano en la oscuridad. —Me alegro de que hayas venido.
—No estaría en otro lado.
181
rostro para que pudiera llegar a mis labios—. Va a estar bien, Roe.
Asentí con la cabeza, y lo besé de nuevo. Y otra vez.
Y luego fue de mañana, y luego fue el funeral.
Fue lo mismo que la visita, excepto que se sentía más pesado. Estreché
muchas manos y recibí abrazos de viejas. Me senté en muchos bancos y
escuché muchas oraciones y versículos de la Biblia y gente que se sonaba
la nariz.
Me paré en la esquina delantera izquierda del ataúd de mi padre, y lo
llevé por el pasillo de la iglesia, bajé las escaleras hasta el coche fúnebre,
y luego viajé hasta el cementerio. A las dos y media de la tarde del 21 de
abril, ayudé a trabajar la cincha y puse el cuerpo de mi padre en el suelo.
Regresamos a la granja después. Había menos gente allí que en el
funeral, pero todavía estaba bastante llena, y mientras Haley charlaba con
mi tía Carol, y Travis se paraba como un centinela contra la pared de la
cocina, me deslicé por las escaleras hasta mi antigua habitación.
Todo estaba todavía allí.
Fue un alivio, pero también fue espeluznante, porque realmente,
realmente, era exactamente como había estado cuando me fui. Alguien
venía regularmente y aspiraba y espolvoreaba, pero todo lo que había
dejado atrás todavía estaba allí. La cinta de un derby43 de demostración
que había ingresado y ganado todavía estaba en el tablón de anuncios. Las
revistas– las limpias, sobre los altavoces estéreo– todavía estaban en la
estantería de mi cabecera. Mis CD seguían alineados en la parte superior
de mi escritorio, apoyados en el espejo de Pink Floyd44 que había ganado
en la feria estatal cuando tenía diez años. La ropa que no había llevado
conmigo estaba colgada en el armario. Todo estaba aquí, como si me
hubiera ido hace cinco minutos, no cinco años.
—Aún te quieren, Roe.
Me giré como si me hubieran atrapado, pero el pastor Tim sólo me dio su
sonrisa paciente y extendió sus manos.
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43
Página
Es una carrera de caballos que tiene una gran importancia sobre las otras carreras.
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Fue una banda de rock británica, considerada un icono cultural del siglo xx y una de las bandas más influyentes en la historia de
la música.
—Ellos te quieren, Roe. Siempre lo han hecho. Todo lo que tienes que
hacer es alejarte de la oscuridad y regresar a sus brazos amorosos, a la
luz de Cristo.
Kayla apareció a su lado. Ella no estaba sonriendo. —No los hagas pasar
por más, Roe. No los lastimes más de lo que ya están.
Me quedé congelado, pero no tenía miedo. Estaba cansado. Tan
cansado. Ya no quería esto. No podía estar asustado o molesto, porque no
me quedaba nada. Los odiaba, pero ni siquiera tenía la energía para eso.
Pensé que simplemente me quedaría allí y lo aguantaría hasta que
terminaran, y luego besaría a mi madre, le daría la mano a mi hermano y
me iría a casa.
Me había olvidado de averiguar por Haley.
Un minuto Kayla estuvo varios párrafos en una conferencia sobre el
estado de mi alma y lo injusto que era para mi madre y mi hermano, y al
minuto siguiente vi a Haley aparecer detrás de ella, mirando la parte
posterior de la cabeza de Kayla como si estuviera realmente deseando
destrozarla. Abrí la boca y comencé a avanzar alarmado.
Kayla levantó una mano. —No he terminado.
—Oh sí lo has hecho, perra —dijo Haley, y empujó a Kayla a la
habitación.
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Página
Capítulo Doce
Lugar lo aman.
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»Amor. Eso es lo que me enseñaron que era ser cristiano. Me enseñaron
que Jesús quería que amáramos a todos. Que él era el hippie original,
poniéndolo todo de cabeza para que pudiéramos abrirnos y amarnos no
sólo ahora, sino para siempre. El que estuvo con prostitutas, leprosos y
recaudadores de impuestos. El tipo con historia tras historia sobre parias
sociales como héroes y heroínas. El que habló sobre "amar a los más
pequeños es amarme". El que contó la historia del jodido hijo pródigo.
¡Amor!" Ella negó con la cabeza, dándole a Pastor y a Kayla una mirada
dura. "No lo aman. Lo que le están haciendo a él, lo que le han estado
haciendo a él, todos ustedes aquí– eso no es amor".
—A veces el amor es difícil —interrumpió el pastor Tim, con la cara roja
y enojado—. Dios estaba enojado con su pueblo cuando se alejaron, y
como él, nosotros…
—El Dios cascarrabias y malhumorado está en el Antiguo Testamento,
Timmy, y si va a ser literal conmigo, si va a decir que no podemos
fragmentar la Biblia, entonces quiero saber ¡qué mierda hace con ese
pedacito que Jesús dijo "ámense los unos a los otros" para callarlos a
todos! —La cara de Haley estaba roja ahora también—. ¡Y quiero saber
cuánto tocino se hunde en la garganta, hipócrita!
—La ley levítica se basa…
—¡No se puede escoger y elegir! —Ella estaba casi encima de él,
literalmente lo estaba apoyando en la esquina—. ¡No puede decir que tiene
que quemar brujas y evitar hombres homosexuales, pero sí comer todo el
cerdo y usar todas las fibras mixtas que quiera! ¡No puede decidir que el
"amar" a Roe es hacerlo sentir culpable, sentirse mal! ¡No puede decir que
"amarlo" significa volver a su familia contra él tan profundamente que
nunca llegó a hacer las paces con su padre! ¡Ni siquiera puede decirme
que su visión de la Biblia está divinamente inspirada, que Dios habla a
través suyo y eso le hace sentir bien, que puede llenar tanta gente con
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Y me moví.
Desde el segundo en que Haley comenzó a maldecir, estaba en una
especie de shock. Era como un sueño, donde estaba seguro que iba a
despertar y tener que hacer el funeral otra vez, esta vez sin Haley
irrumpiendo como una Mujer Maravilla preñada. Mientras ella gritaba y Tim
balbuceaba, sólo me quedé allí, aturdido, sin saber lo que se suponía que
debía hacer.
Pero escuché. Escuché su defensa hacia mí, y aunque se sentía como un
sueño, lo escuché. La escuché hablar sobre Tim, Dios y el amor. No estaba
seguro de que todo estuviera correcto, pensé que algo de eso era ella
irritándose y atacando gente antes de que tuvieran la oportunidad de
atacar primero otra vez– pero entonces, pensé, ¿no era eso lo que ellos
también hacían? Escucharon que era gay y no importó quién realmente
era. Me convertí en el diablo según mi definición, como ella dijo. Esto no
estaba bien, lo que ella estaba haciendo tampoco. Se sintió bien ser
defendido, pero este no era el camino. Odiar el odio y gritar por sobre los
gritos no iba a ayudar. Tenía que haber un camino intermedio.
Estaba escuchando, pero también estaba mirando. Estaba mirando a
Tim, y estaba mirando a Haley, y estaba observando a Kayla, y la vi
fulminar. Vi la forma en que miraba a Haley. Y, lo suficientemente
gracioso, vi la forma en que miraba a Tim, la posesión en su mirada, y
pensé, ¿qué?
Y entonces vi sus puños apretados y su cuerpo se tensó, y realmente,
me estaba moviendo antes que ella.
Me puse entre ella y Haley. Levanté mi brazo y recibí el golpe que ella
había preparado para mi amiga. Cayó con fuerza sobre mi hombro
izquierdo y me cortó el cuello– se habría topado con la mejilla de Haley, y
la habría empujado hacia el pasillo hacia la parte superior de la escalera.
Comprendí lo que eso podría haber significado, cuánto pudo haber
lastimado a Haley y al bebé, y ahora era yo quien miraba a Kayla con frío
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odio.
—Fuera —dije.
Página
***
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En el hotel, Haley fue a su habitación a bañarse, y en la nuestra, Travis
sacó una botella de whisky. Sirvió cantidades generosas en dos vasos de
hotel de plástico y me pasó uno.
—Cuando tu padre se muere, bebes whisky —me dijo.
—¿Es una ley? —le pregunté.
—Es lo que yo hice —dijo, y se bebió el vaso.
Yo también lo hice. Tres tragos más tarde dije: —Olvidé que tu papá
también estaba muerto. Supongo que no hablamos mucho de tu familia.
Lo siento. —Froté mi pie contra su pierna.
Él se acercó y me acarició el muslo, y luego me sirvió más whisky.
Cuando la botella estuvo medio vacía, caímos en la cama. Le dije,
borracho, que lo amaba. Me succionó la oreja y me dijo que me amaba
más. Nos besamos por un rato, bebimos un poco más y luego, él me
chupó. Después, bebimos otro poco más de nuevo.
Cuando la botella se vació tres cuartas partes, comencé a llorar.
Surgió de la nada, y para ser sincero, me asusté. Un minuto estaba
metiendo la punta de los pies en la axila de Travis, arrastrando los pies y
riendo mientras trataba de contarle la historia de cómo había estrellado mi
bicicleta al final de mi viaje y me había lastimado tanto que tenía tiritas de
piel expuestas, pero todo en lo que podía pensar era en lo enojado que
estaría papá por doblar el armazón y sangré todo el camino hasta el garaje
y me desmayé tratando de arreglarla con un tornillo de banco, y de
repente estaba doblado y sollozando.
Grité. Nunca antes había llorado así en mi vida y desde entonces, no
lloré de esa manera. Una vez en la secundaria, leímos una historia sobre
un lamento de una mujer y la maestra nos explicó la palabra diciendo que
era una pena terrible, del tipo que desgarraba tu alma. Siempre pensé en
eso cuando pensé en mi madre llorando por no poder tener más bebés. Ahí
en el Súper 8, sentimentalmente borracho con whisky barato, apestoso por
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ahora nunca será. Por la forma en que nunca regresé ni incluso intenté
arreglar las cosas con él. Por enfermarse demasiado joven, por tener que
estar tan frustrado por su enfermedad que arriesgó su vida y la de
cualquier otra persona que pudiera haberlo conocido en el camino.
Lamenté los años que habíamos perdido. La agricultura que nunca pude
hacer por él. El nunca poder contarle sobre el trabajo que había hecho en
Ningún Lugar. El nunca ser capaz de mostrarle en qué hombre tan bueno
me había convertido después de todo.
Y me lamenté, más que nada, por mí. Por dejar pasar tantos años de mi
vida en silencio, por no ser capaz de comprender por tanto tiempo lo que
Haley había visto tan rápido, que nunca fui el demonio, que el odio nunca
puede ser amor, no por ninguna excusa. Lamenté pasar la mayor parte de
mi vida sin tener amigos porque no creía que fuera lo suficientemente
bueno para tenerlos. Lamenté tener tanto miedo al amor que, si parecía
que podía encontrarlo, salía corriendo.
Lamenté todo eso, me lamenté hasta que me ahogué en lágrimas y
luego, inevitablemente, vomité.
Y cuando todo se había ido, cuando Travis me sostuvo la cabeza sobre el
inodoro por el pelo, y yo no pude tirar nada más que tirones secos, cuando
me duchó y me envolvía en sus brazos en la oscuridad, cuando estuvo
todo quieto. Aún así, cuando presionó besos dulces en mi sien, lloré de
nuevo. No más lamentos, solo lágrimas tranquilas y constantes mientras
agradecía la gracia del Dios que había sido considerado, a pesar de mis
esfuerzos y los de mi familia, al ponerme a salvo en los brazos de este
hombre.
Por la mañana me desperté en silencio.
Fue silencio tanto en mi interior como en el exterior. Podía escuchar el
ventilador del aire acondicionado en el otro lado de la habitación y los
ocasionales pasos en el pasillo afuera, pero el aire estaba lleno de silencio.
Silencio suave y fácil. No del todo triste. Sombreado un poco, tal vez. Pero
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pero no había habido tiempo para nada más que masturbadas rápidas
antes de dormir con todo el parto, y sin organizarlo en voz alta, sabía que
los dos estábamos esperando por el momento correcto.
Esto se sintió como el momento correcto ahora. Se sintió bien cuando
nos deslizó a los dos y luego empujó dentro de mí– sólo él, nada más,
nada más que piel sobre piel. Se sintió bien, y se sintió correcto, y también
debió sentirse así para él, porque no pasó mucho tiempo antes de que se
viniera duro y rápido dentro de mí.
Lo sentí. Sentí su fluido dentro de mí, lo sentí cubriéndome las entrañas.
Lo sentí en mí, dentro de mí. Imaginé que partes de él estarían allí para
siempre, fundiéndose en mi piel. Sentí que parte del semen se escapaba, y
cuando se retiró, traté de bajar la mano rápidamente y mantenerlo en su
lugar, para mantenerlo adentro.
Pero su mano bajó allí primero, y él sonrió mientras presionaba sus
dedos contra mi borde.
—Te lo dije —dijo, con voz áspera pero no desagradable—. Sé lo que
quieres y te lo doy.
Mantuvo su semen dentro de mí cuando se salió de un tirón, mantuvo
sus dedos firmemente en su lugar, y me vine como un géiser, sintiéndolo
todavía caliente dentro de mí, siempre dentro de mí. Su boca se posó
sobre la mía, manteniendo su mano apretada contra mi apertura, y lo
besé, lo amé, lo recibí. Mi amante. Mi compañero.
Mi Travis.
***
casa.
—No va a suceder hoy —dijo.
Y ella tuvo razón. El bebé no vino ese día. Llegó a las dos y quince de la
tarde del 25 de mayo.
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Página
Capítulo Trece
Haley lloró. Besó a su bebé, lloró, luego me besó y besó a Travis y lloró
un poco más.
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Y luego dijo: —Quiero que la tengan.
Al principio pensé que debían ser las drogas. Miré a Travis, un poco
preocupado, pero él la miró con una expresión extraña, algo entre
maravilla y terror. Y luego Haley se sentó un poco más derecha y dijo con
voz aún más fuerte—. Quiero que ustedes dos la tengan. Quiero que la
adopten y quiero que sean sus padres.
La miré por un segundo. Ella me devolvió la mirada.
Me senté en la silla detrás de mí y me agarré a la barandilla de su cama.
Nunca hubo una decisión sobre qué iba a hacer con el bebé. Sabía que
no había sido feliz con ninguna de las agencias de adopción, y su madre le
había hecho una fiesta, así que había supuesto, como todos los demás,
que Haley la estaba conservando. Nunca en mil años pensé que ella había
estado planeando todo el tiempo pedírnoslo a Travis y a mí.
Pero conocía esa mirada en sus ojos, y conocía ese tono en su voz. Ella
había estado tramando esto. Y cuando miré por encima del hombro de
Travis y vi a la madre de Haley, supe que éramos algunas de las últimas
personas que sabíamos sobre el pequeño plan de Haley.
—Si no la quieres, voy a quedarme con ella —dijo, con total naturalidad,
pero podía decir que estaba nerviosa—. Quiero poder verla crecer.
Preferiría que se estableciera en un hogar con dos padres, preferiría
renunciar a ella para poder ir a la escuela y convertirme en maestra y
conocer a alguien que no sea un perdedor y tener un hijo cuando esté
casada y establecida. Pero para hacer eso, tengo que saber que ella está
con personas realmente buenas, y ustedes dos son lo mejor que conozco.
Pero si no quieren un bebé, si esto es demasiado, pueden simplemente ser
sus padrinos. —Ella movió al bebé en sus brazos y miró hacia abajo—. No
quería pedírselo hasta que la vieran. Pensé que tal vez si estuviera frente a
ustedes sería diferente. Pero obviamente, querrán pensar sobre eso.
Hablar. Sin embargo, eso es lo que quiero. Quiero darles mi bebé. A los
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Universidad de Nebraska-Lincoln
tenemos comida más que suficiente. —Me aclaré la garganta y me volví
para hacer un escándalo con el pavo, aunque durante unos segundos
honestamente no pude verlo con claridad—. ¿Tienen un lugar dónde
quedarse?
—Tenemos un hotel —dijo Bill.
—Aquí tengo mucho espacio —dije—. Pero como quieran.
Terminaron quedándose. Trajeron sus cosas y las instalé en las
habitaciones libres, le di a mamá la botella de Grace para alimentarla. Ya
tenía uno de los sombreros rosa. Cuando Travis entró, se vio sorprendido,
pero tan pronto como vio que yo estaba bien, me besó, saludó a sus
invitados y preguntó qué quería beber todo el mundo.
Comimos la cena de Acción de Gracias en el comedor alrededor de la
gran mesa del comedor que nos acababan de entregar la semana anterior,
con mi mamá y mi hermano, su esposa, Haley, sus padres, su hermano,
mi prometido y mi hija, con los perros sentados en la puerta esperando
que Travis los dejara entrar en la habitación después de todo, lo cual no
iba a hacer. La palmera de cartón y las luces a batería todavía estaban en
las paredes.
Nos casamos el siguiente marzo, en Council Bluffs46, Iowa, por lo que
sería legal y nos daría más protección para Grace. Fue solo una ceremonia
civil en el juzgado. Tuvimos la recepción y la gran fiesta en Ningún Lugar.
Mamá, Bill y Sarah también vinieron para eso.
Todavía no están siempre de acuerdo con eso. Todavía piensan que es
un poco raro, lo sé. Pero mejoran todo el tiempo. Este verano, de hecho,
mamá vendrá por dos meses. Bill y yo estamos tratando de decidir dónde
va a vivir, porque ahora no puede estar sola. La mantendría aquí, pero
probablemente ella tendrá que ir a una residencia. Bill y yo acordamos, sin
embargo, que sería mejor para ella estar en Nebraska, porque nada la
hace feliz como ver a Grace.
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Es una ciudad ubicada en el condado de Pottawattamie, en el estado estadounidense de Iowa.
Grace tiene tres ahora. Juro que fue ayer cuando estaba sentada en el
apartamento encima del establo mientras su madre me decía que estaba
embarazada, pero han pasado tres años. Estamos buscando un preescolar
para el otoño. Haley tiene una lista de lugares que dice que están bien
académicamente y tienen un punto de vista de no decirle a nuestra hija
que sus papás se van al infierno. De hecho, me gustaría poder tenerla en
casa más tiempo. Todo pasó muy rápido.
La sala de sexo, para que lo sepas, está almacenada. Todavía jugamos,
pero no tanto porque honestamente estoy cansado la mayor parte del
tiempo. Mi hija me mantiene ocupado. E incluso con un candado en la
puerta, eso no es algo que creo que sea correcto para ella. No me
avergüenza la forma en que me gusta el sexo, pero también sé que no hay
manera de que le explique a mi hija ese sexo hasta que tenga quince
años. O dieciocho. Tal vez veinticinco.
Ella está en la otra habitación en este momento, llamándome. Puedo
escuchar a Ez y Zeke afuera volviéndose locos por un conejo que han
arrinconado detrás de un cobertizo, pero Grace es más ruidosa. Ella quiere
mostrarme una imagen, dice, de su hogar. Ella ha estado en esto
últimamente. Ella no dice su casa. Ella dice que es su "hogar". Y cuando
dibuja la imagen, siempre es lo mismo. Dibuja una gran casa cuadrada con
un techo triangular, pone unos garabatos marrones y blancos a un lado
que, según me ha dicho, son las ovejas, los caballos y las vacas. En el
cielo, sobre los animales, dibuja otra caja con una bandera encima, con
una persona que tiene cabeza, cuatro patas y mucho cabello rubio flotando
sobre ella. Esta es mamá, que está fuera en la escuela para enseñar a la
gente.
En el otro lado de la casa hay otras tres personas: dos manchas más,
una con cabello castaño y otra con amarillo y gris. Las burbujas también
tienen cuatro patas, pero las superiores se extienden para sostener el
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pequeño huevo redondo con cabello negro y una amplia sonrisa roja.
Frente a ellos hay dos círculos negros.
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—Este es mi hogar, papi Roe —me dice, y comienza a señalar—. Esta es
mi casa y mis vacas y mis caballos. Esta es mi oveja. Esta es mi mami y
su escuela. Y esta soy yo, y estos son mis papis. Mi papi Roe y mi papi
Travis, y mis perritos, y este es mi hogar.
Me agacho frente a ella, me asiento y digo, porque así es como va el
juego. —¿Dónde está mi hogar, Gracie?
Y ella abre los brazos y sonríe como el sol y dice: —¡Aquí mismo, papá!
—Mientras me acerca, fuerte, fuerte contra su corazón.
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